Última vuelta [Daniel Ricciar...

By masmatexfa

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Me enamoré de él siquiera antes de saber lo que es el amor, antes de entender que era amar. Me enamoré sin du... More

Introducción.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 48.
Epílogo.

Capítulo 47.

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By masmatexfa

Charlie.
19 años.

25 de Agosto, 2037.
Woking, Inglaterra.

Vivir a más de una hora de Londres suele gustarme, aquí no hay constantemente ruido ni el dichoso caos de la ciudad en la que nací, pero días como hoy en los que me levanto 45 minutos más tarde suele ser una maldición. Estar "alejada del mundo" tiene los mismos pros y contras.

-¡Jules, será mejor que Derek y tú estén listos porque ya llegamos muy tarde!

Bajo la escalera de la casa a gran velocidad mientras me termino de poner la camiseta, para encontrarme con mis hermanos junto a papá desayunando tranquilamente.

-¿Son joda?-No puedo evitar gruñir al ver que recién están desayunando.

Papá sonríe y me guiña el ojo, mientras se sienta al lado de Jules que mira su teléfono con una mueca.

-Buen día, princesita de papi.

Entrecierro mis ojos y miro a las tres personas en la cocina que siguen desayunando como si nada.

-¡Hola, llegamos tarde! ¿por qué no los veo vestidos y...-Miro al imbécil de mi padre-, dime qué no me has cambiado nuevamente la hora de mi alarma-No recibo respuesta, solo una gran sonrisa-. ¡Papá!

En la cocina aparece mamá, la cual me mira sorprendida.

-¿Qué haces despierta tan temprano, cielo?

-Mami, ¿qué hora es?

Ella mira a papá fijamente sobre sus lentes, mientras lleva sus manos a sus caderas.

-¿Se puede saber que tienes con cambiar la hora en el teléfono de nuestra hija?

Él señala a Jules.

-¡Fue él!

Mi hermano bebe de su café y mira con una ceja enarcada al ex piloto.

-A mi no me metan, aquí los culpables fueron tú y Derek, más tú que tienes ya tus bien vividos 39 años y sin embargo te escudas detrás de mí.

Papá jadea mientras Derek se ríe.

-¡Ah, mi propia sangre!

Derek sonríe en cuanto ve que mamá se acerca a él y acomoda su camiseta.

-¿Tienes todo para el preescolar?

-Si, mami, ¿puedo ir con mi disfraz?

-¡Por supuesto que no, señorito!-Se ríe, mientras que el niño de 5 años frunce el ceño-. Tampoco lo llevarás a escondidas.

-¡Papi!-Alarga la i tratando de conseguir que lo ayude.

-Lo siento, pequeño Leclerc, pero tu madre me da miedo.

Me río entre dientes mientras camino hasta la cafetera para servirme en una taza, me dirijo a la mesa, dónde dejo un beso en la coronilla de mi hermanito y me siento al lado de Jules al cual le doy un pequeño codazo en las costillas.

-¿Cómo te preparas para tu último año?

Él suspira.

-¿Es acaso legal tener que elegir qué carrera debes seguir a los 16 años?

Mamá se ríe mientras se sienta al lado de papá.

-Ya sabes lo que debes hacer... Elige con el corazón, hijo, no te diré qué, yo solo te exigiré que en lo que sea que decidas seas el mejor.

Papá asiente.

-Así simplemente quieras hacer hamburguesas, ¡Haz las mejores jodidas hamburguesas de este planeta!

-¿Y si me quiero dedicar a la botánica?-Bromea.

Mamá mira por las ventanas de la casa el intento de huerta de mi hermano y hace una mueca. En cambio papá esconde el hecho que está riéndose detrás de su taza.

-Bueno, cielo, hay cosas para las que no siempre estamos...

La carcajada de Jules es música para los oídos de todos. Mi hermano suele ser el más serio, el más analítico, es el que en todo momento tiene números en su cabeza. No es el típico friki ni chico malo, se que llama la atención de quien él se lo proponga. En lo personal lo atribuyo a qué los Leclerc Eriksson somos jodidamente hermosos y al hecho de que el aura misteriosa de mi hermano es ganadora.

Jules mira a ambos con una sonrisa, mientras se levanta de su lugar acomodando la corbata de su uniforme escolar.

-Prometo intentar no decepcionarlos...

El señor Charles Leclerc, el hombre que tengo la fortuna de llamar papá, le muestra una sonrisa a mi hermano y le dice las palabras que cualquier hijo quiere escuchar.

-Se que hablo por tu mamá y por mi para decir que ambos estamos orgullosos de las personas que son y en las que se están convirtiendo... El título solo será una pequeña parte de ustedes, nosotros estamos orgullosos más allá de eso.

Tanto Jules como yo le sonreímos, para que él nos guiñe un ojo mientras mamá besa su mejilla.

°°°

Doy una vuelta nuevamente por el circuito de Bélgica, mañana debo viajar para poder empezar a cumplir con mi cronograma como piloto de Audi.

-Estas siendo muy lenta en Eau Rouge y Raidillon-Escucho detrás mío.

Veo por sobre mi hombro a papá junto al tío Carlos. Ambos hombres son parte de mi equipo por lo que dejo que me vean a mi y a mi frustración, la cual en este momento son algunas lágrimas que ruedan por mis mejillas. Llevo más de cuatro horas intentando dar una vuelta aunque sea decente.

-No me gusta para nada Spa...

Papá sonríe y se acerca a mi, se posiciona en cuclillas a mi lado y acaricia mi cabello.

-Yo se que tienes miedo, pero lo que te paso en esa carrera no volverá a ocurrir...

El recuerdo del sonido metálico, el trompo que hice, cómo terminé contra las barreras y no podía salir me atormenta. Me atormenta de tal forma que se vuelve un dolor físico, más que nada uno en mi muñeca izquierda, la cual estuvo a nada de romperse ante la fuerza del impacto.

-Me aterra, pa...

Él asiente con la cabeza y me hace levantarme del asiento de mi simulador para sentarse él, dónde empieza la vuelta está vez él. Me quedo mirando como maneja los cambios y cómo juega con jamás levantar de todo el pie del acelerador.

-Mira con atención aquí-Me dice el tío Carlos poniendo su brazo sobre mis hombros.

-Va a llover el día de la quali supuestamente...-Murmuro.

El español asiente, mientras escucho a papá chasquear la lengua.

-Charlie, amabas correr con lluvia.

-Es que...

El miedo nunca fue parte de mí, hasta aquel sábado, aquel en el que escuché a mamá llorar con desesperación y dónde en la transmisión oficial no mostraban que me había ocurrido. El recuerdo de papá sonriendo con los ojos hinchados al ver cómo luego de un rato de trabajo me pudieron sacar de mi monoplaza.

Ahí, ese mismo día, mientras subía a la ambulancia y veía mi auto de fórmula 2 destruído, fui consciente de que el automovilismo no era para cualquiera. Se especuló mucho que iba a hacer luego de eso, se dijo que hasta iba a dejar la categoría. Pero, lejos de eso, volví a Monza con más fuerza y gane luego todo lo que me pusieron de frente, coronándome cómo la primer campeona de la F2, título que mi papá ya había logrado y quién fue el que me entrego el trofeo en Abu Dhabi.

Actualmente es la primera vez que correré Spa cómo piloto de Fórmula 1, y creo sinceramente que este circuito va muy bien con el auto, el cual si bien no es el más rápido se defiende en cuanto hay que conseguir puntos.

Veo frente a mi a papá manejar el circuito de Bélgica, se lo ve libre y eso me hace sonreír. Yo siempre digo que el tío Lando es uno de mis pilotos favoritos, porque si me preguntan por mi progenitor puedo estar hablando horas sin parar sobre sus títulos y como recuerdo todos y cada uno, y es por eso que de forma egoísta intento guardarme eso para mi. Es por él que manejo, que dedico mi vida al automovilismo, es gracias a él y a mamá que estoy donde estoy y eso jamás lo olvidaré.

-Suelta un poco menos el freno, hija...

Él me mira concentrada y yo suspiro.

-Está bien.

Seco el sudor de mis manos y vuelvo al simulador, por la mierda que este circuito no me ganará.

°°°

29 de Agosto, 2037.
Francorchamps, Bélgica.

-¡Excelente, Charlie, P5! ¡La mejor posición del equipo desde el inicio de la temporada!-Escucho a Mark mi ingeniero, mientras detrás suyo se escuchan gritos y celebraciones.

Un grito de euforia se escapa de mi garganta mientras golpeo el volante con ambas manos.

-¡Si, si, si!-Celebro animada, estoy segura que la sonrisa que decora mi rostro es tontisima, pero no lo puedo evitar-. ¡Gracias a todos ahí, vamos por unos puntos importantes mañana!

Doy rápido la vuelta e ingreso al pitlane, dejo el auto con los demás y aplaudo eufórica una vez más.

-Bien, bien, bien-Me repito a mi misma-. Es mañana, Charlie, solo un paso más.

Bajo del auto dónde me saco el casco y todo lo que llevo puesto, para finalmente abrazar a los mecánicos que se acercan a hacer las cosas técnicas y protocolares necesarias. Al llegar hasta los tres que quedaron primeros saludo con un abrazo a Brent, el piloto de Mercedes, que se quedó con la pole, voy directo a pesarme donde veo que baje un kilogramo y acepto el papel que me da Kent, el encargado de anotar todo.

-Felicitaciones, Leclerc.

Sonrío, pero aún más al salir del lugar e ingresar al paddock dónde me encuentro con Carlos que al verme sonríe victorioso.

-¿Qué se sintió?

-Un subidón de adrenalina...

Mi tío sonríe y me abraza con fuerza. Mi sonrisa se hace aún más grande en cuanto veo a papá con Derek en brazos acercándose.

-Bueno, y aquí tenemos a la mejor Leclerc detrás de un volante...

Que papá me hable así me hace sentir como una niña tonta que no puede dejar de sonreír. Sin dudarlo, dejo mis cosas sobre el suelo y me fundo en sus brazos, mientras él se encarga de recargar mis energías. El abrazo es lo único que necesito, pero el plus de que susurre sobre mi cabello es algo que no cambiaría por nada.

-Estoy muy orgulloso, mi pequeña, estoy muy orgulloso de ti.

Trago saliva y lo miro a los ojos dejando que bese mi frente.

-Te amo, papá.

Él acaricia el puente de mi nariz.

-Te amo, hijita.

En cuanto nos separamos, veo como mamá se acerca hablando por teléfono, al verme ella corta la llamada y me espera con los brazos abiertos. Corro hacia ella de forma determinada y la abrazo con fuerza mientras siento como suspira profundamente.

-Gracias por bajarte de ese auto, hija.

-Siempre, mami.

°°°

-Y... ahí, ¿ves? en esa curva podés ganar algunas milésimas.

Asiento con la cabeza sin dejar de prestar atención a lo que Alexia, una de las ingenieras de carrera y mi mejor amiga, me marca. Mi vuelta en quali fue casi perfecta, por eso estoy buscando poder mejorar, debido a que la carrera será otra cosa. La carrera va a ser dura y no estoy dispuesta a dar mi brazo a torcer.

-¿Decís que si mejoro eso...?-Miro aún más atenta mientras acomodo mis anteojos.

-Si, Charlie, mira-Inmediatamente pone la vuelta de Brent y veo como el agarra la curva-. Mira cómo toma la curva...-Cambia la pantalla y nuevamente mi vuelta-, tu te abres mucho y en cambio Comelli...

Asiento con la cabeza. Comelli es uno de mis mejores amigos de aquí, es literalmente mi mejor amigo del ambiente, lo conozco desde que empecé a correr en karting y fue el único del resto de los pilotos de mi generación que jamás dudo de mi.

-Entiendo, ¿para la carrera tú crees?

Alexia se encoge de hombros para posteriormente reírse.

-En la carrera vas a terminar en el podio... Tú no necesitas mucho de esto y sin embargo mírate-Apunta el box casi vacío y como la noche belga cae ante nuestros ojos-. Eres la primera en llegar y la última en irte.

-Quiero ese asiento que va a quedar libre en Ferrari, Ale.

-¡Y lo vas a tener! Vas a ver qué sí y espero que ahí no te olvides de mí-Bromea.

-Alexia, si yo me voy tú te vienes conmigo.

Ella se ríe creyendo que es un chiste, pero en realidad es que al ofrecerme como posible piloto de la escudería italiana agregué que tengo una ingeniera de estrategia que viene conmigo. Papá dice que es un poco pretencioso, en realidad se que puedo llegar a ser campeona mundial y mamá me alienta siempre a que haga lo que crea que puede ser mejor para mí.

La siguiente media hora la paso en medio de estadísticas y puntos claves a tener en cuenta en la carrera de mañana. Mi mayor temor es Eau Rouge, pero aún así intento que mi cabeza no caiga en eso.

-Eso es todo, Charlie-Me sonríe la castaña-. ¿Mañana haces algo después de la carrera?

-Vuelvo a casa directo a casa, Derek está en ciclo escolar y le pidieron que lleve a sus hermanos al preescolar... ¿desde cuándo pasan esas cosas?

Ella se ríe, ambas nos alejamos de las computadoras y me acerco a los mecánicos.

-Gente, ¿necesitan ayuda?

El jefe me sonríe y niega con la cabeza.

-Ve a descansar, Charlie, gracias.

Les muestro una sonrisa a todos para seguir a Alexia fuera del lugar. La noche es un poco fría por lo que me aferro a la chaqueta de mi escudería, caminamos en silencio en dirección a mi Audi que espera por nosotras, ambas nos subimos sin ningún problema y vamos en dirección al hotel.

-Me enteré que Thomas te invitó a una cita...

Suspiro frustrada mientras saco mi auto del estacionamiento. Algo que no me gusta de los pilotos y el ambiente de la Fórmula 1 es que todo el mundo sabe si estuviste antes con alguien, por eso mismo luego de salir un tiempo con el imbécil de Giovanni (quien tiene el mismo nombre que el perro que tuvo durante muchos años mi tía Sadie), me di cuenta que los pilotos no son lo mío. Demasiado ego tengo como para andar lidiando con el de otros.

-Entonces te enteraste que le dije que no.

La nacida en Países Bajos se ríe.

-Es lindo Thomas, Char...

Chasqueo con la lengua mientras conduzco por las calles de Francorchamps en dirección a Spa que es donde se encuentra el hotel donde toda mi familia y equipo se está quedando.

-No quiero estar con nadie, Ale, estoy muy bien sola.

Me mira de costado con una ceja enarcada y suspira profundamente.

-Tú sabes que no todos son Giovanni, ¿no?

-Obvio que lo sé, pero no hubo nadie quien me haga sentir eso que papá dice que siente cada vez que ve a mamá...

Ella me analiza en silencio, esperando si voy a decir algo más o que.

-Ya se que no, amiga, estás hablando de una pareja que lleva hace años que se aman y son todo lo que está bien...

-¿Y está mal querer eso?-Frunzo el ceño.

-¡No, Char, obvio que no! Pero es que pretendes que alguien más genere las mariposas que ya...

De golpe mis manos se sostienen con fuerza al volante, hasta creo sentir que mis nudillos se ponen blancos. Es inevitable tener este tipo de reacción cuando siento que zapatea mi corazón.

-No lo menciones-La interrumpo.

Mi amiga suspira y niega con la cabeza.

-Sabes que va a volver...

-Y también sé que desde que se fue a Zúrich no lo he visto... Él no ha llamado y yo tampoco, no quiero saber nada de él, Ale, vengo demasiado bien sin él-Me río sin humor mientras tanteo mis dedos en el volante-. Era mi mejor amigo y aún así apenas se fue se olvidó de mí.

-Tú y él siempre tuvieron ese no sé qué, Charlie, había algo más...

Suspiro mientras dejo mi auto en el estacionamiento trasero del hotel, desde aquí se oye a la gente que vino a ver a los pilotos que nos hospedamos aquí.

-Que lastima que él nunca haya tenido los huevos suficiente como para quedarse y descubrirlo.

-Amiga, ustedes se llevan cuatro años...

-Lando y Salem también y eso jamás fue un impedimento para que estén juntos. Damon fue un cobarde, no intentes negarlo.

No dejo ni siquiera que me conteste, salgo del auto e ingreso al hotel por la puerta trasera.

°°°

30 de Agosto, 2037.
Francorchamps, Bélgica.

Los domingos de carrera en mi familia siempre fueron algo de qué hablar. Los domingos de mierda existieron, existen y van a existir toda la vida; pero de igual manera hubo algo que papá intento siempre y es de darle la certeza a nuestra familia de que siempre se iba a bajar del auto.

Camino por el paddock tomando de mi batido de proteínas. Hoy llegué más temprano de lo usual pero es que quiero ver la carrera de Fórmula 3 Y Fórmula 2. Hoy hace un frío muy obvio por lo que aproveché y me puse la super chaqueta de Ferrari que papá solía usar cuando corría, además de que en mis pies están esas lindas botas negras que me regaló Versace. Abrigada y con estilo.

-¡Charlie, reina, hola!

Me volteo y veo a Elena, la encargada de las redes de todas las Fórmulas, saludándome con la mano. Sin dudarlo me acerco y le doy un leve abrazo.

-Hace mucho no te veía-Le sonrío mientras caminamos en dirección a lo que son los garajes.

-El trabajo me tiene de acá para allá-Murmura la española un poco cansada-. Pero intento que no se note.

Escondo mi mano libre que se está congelando en uno de los bolsillos mientras ella me cuenta lo que fueron sus vacaciones.

Elena es una de las primeras personas que conocí en cuanto empecé a ser piloto, ella trabajaba en Red Bull apenas yo ingresé, pero todo el mundo de todas las escuderías confiaba siempre en ella, en lo buena que es para su trabajo, nadie jamás pondría en duda a Elena García y todos en este lugar lo sabemos.

-¿Cómo estás preparada para hoy?-Me pregunta al llegar hasta el garaje de Audi.

-Este circuito...-Involuntariamente se me escapa una mueca-, no me gusta y nunca me va a gustar, el recuerdo del accidente de papá en una de sus últimas temporadas...

La mujer frente a mi asiente mientras frota mi brazo.

-Aún recuerdo que me generó un miedo que no lo puedo explicar, tenía 17 años y el miedo que sentí...

-Imagínate tener 13 años y ver cómo tu papá no se mueve y no contesta a la radio-Un escalofrío me recorre la columna-. Y el año pasado casi mando todo el esfuerzo de toda mi vida a la mierda por este miedo.

Ella no contesta, me abraza de forma rápida y tranquila. Cómo un claro: "todo va a estar bien".

Mi papá es el hombre de mi vida, papá es el hombre al que más amo en este mundo, papá es mi ejemplo a seguir, papá es todo lo que yo pretendo ser algún día. Es a quien he visto ser el hombre que mi mamá merece y es el hombre al que he visto y escuche defender a su familia como si fuera el ser más temible del mundo. El día que tuvo ese fatídico accidente recuerdo que por primera vez en mi vida sentí miedo, recuerdo haber visto que mamá se tragó todas las lágrimas, recuerdo que Lele y la tía Sadie nos tomaron a mis hermanos y a mi y nos llevaron hasta el hospitality de Mclaren, recuerdo que ellas nos consolaron hasta que fuimos al hospital donde estaba papá con una gran sonrisa.

Luego pasó mi accidente el año pasado, no sé por qué pero está pista nunca fue y nunca será sencilla para mí. Los periodistas y comentaristas estaban impresionados de que yo haya salido ilesa de ese accidente, aunque también hubo gente de mierda que manifestaba que seguramente este circuito buscaba sangre de algún Leclerc y que mi padre y yo somos dos pilotos kamikazes con un destino escrito.

La llovizna que empieza a caer sobre mi me saca de mi mundo, levanto mi cabeza y veo el cielo gris. Suspiro de forma pesada y tras unos segundos más de charla con la española y mi aceptación de ir juntas a algún club en Italia a festejar su cumpleaños, me adentro al box de Audi, allí me encuentro con mis mecánicos y con algunos de mis ingenieros, al verlos les sonrio y saco de mi mochila las donas que compre viniendo aquí.

-¡Dios te bendiga, Leclerc!

Me río entre dientes y voy hasta una de las tantas pantallas dónde en cualquier momento empezará lo que es la carrera de F3, me acomodo sobre el asiento al lado del de Will, mi ingeniero de pista.

-¿Ferrari te ha dicho algo con respeto a tu quali de ayer?

Niego con la cabeza.

-Nada, no quise decirle nada a papá pero tengo la sensación de que le van a dar el asiento a otro.

El inglés niega con la cabeza.

-No creo, Charlie, para mí ese asiento tiene tu nombre hace meses.

Le muestro una sonrisa no muy convencida hasta que mi atención se centra en la carrera que está por ocurrir delante de mis ojos. Me encuentro mirando con suma concentración, es la primera carrera luego del receso de verano y quiero estar segura sobre este circuito.

-Char, ¿todo bien?

Estoy por contestar, pero eso se va a la mierda en el preciso instante en el que las cámaras y la televisación se enfocan en él.

-¿Qué hace acá?-Es lo único que llego a preguntar por lo bajo en un hilo de voz.

Castaño oscuro, con los ojos azules más imponentes que alguna vez ví en mi vida, piel bronceada, nariz recta y perforada, leve corte en la ceja derecha debido a una cicatriz que tiene luego de jugar una tarde completa al fútbol bajo la lluvia, labios llenos con otra perforación en su labio inferior el costado derecho.

-¿Damon Ricciardo?-Pregunta Will.

De golpe el hijo de Daniel se da cuenta que está siendo enfocado y muestra esa hermosa sonrisa que tiene, para apuntar con su cámara fotográfica y tomar una rápida foto al camarógrafo.

Mi mundo se va a él, a él y al momento en el que se fue cuando yo tenía apenas 14 años. Recuerdo el dolor en mi corazón, recuerdo llorar abrazada a la almohada mientras mamá me aseguraba que el dolor no iba a ser para siempre, recuerdo haber esperado las navidades que le siguieron a esa día tan triste esperando que él aparezca, hasta que hubo una que él no llegó y ahí entendí que mi enamoramiento estúpido y adolescente debía ser olvidado. Hoy, cinco años después, solo tengo ganas de ir y darle un puñetazo.

Damon y yo nos criamos prácticamente como familia, aún así mamá siempre dijo que él y yo teníamos algo que nunca dejó que el resto dijera que nos veíamos como si fuéramos primos. Mamá dice que cuando cumplí 5, reemplace el "tío Lani" por un "Lani bonito" que dejaba a más de uno con una sonrisa. Ella siempre me dijo que de alguna forma loca yo había encontrado el primer amor a una edad muy temprana... El primer amor y fue el no correspondido, punto para Charlie.

Niego con la cabeza e intento volver mi atención en la carrera que no recuerdo en qué momento empezó. Quiero prestar atención, quiero mirar lo que ocurre delante de mis ojos, pero no puedo.

¿Qué demonios hace él aquí? ¿Qué hace él aquí cuando esté es mi lugar?

La rabia se apodera de mí y me hace tensar la mandíbula con una fuerza hasta dolorosa. Debo tener el ceño muy fruncido, además de que mi rostro debe ser un poema ya que las personas que pasan por mi lado me miran de costado y reojo.

Cansada de lo que veo, me levanto de mi lugar y camino fuera del garaje en dirección al paddock. Este circuito de mierda es enorme, por lo que el camino hasta el hospitality es largo, en el camino veo a mi mamá pero decido ignorarla en cuanto me mira con preocupación.

-¡Charlie, hija!

Nada. Apuro mi paso y me adentro en mi lugar de trabajo, subo las escaleras hasta donde está mi habitación y cierro la puerta para poder tirarme boca abajo sobre la camilla de masajes.

-Cielo...-Escucho al mismo tiempo que la puerta se abre.

No contesto, pero escucho su suspiro y eso me hace notar que mi silencio le dió el mensaje.

-Está por su tesis aquí, no quería que lo vieras así y...

-Lo sabías-La interrumpo sin siquiera moverme o levantar demasiado la voz-. Lo sabías y de igual forma jamás se te ocurrió aunque sea decirme.

-No es tan fácil, Charlie.

Me pongo de pie y decido ignorarla. Me adentro al baño y humedezco mi cabello para hacerme dos trenzas, el peinado que más cómodo me queda para cuando debo ponerme el casco. Mamá aparece en la puerta y me mira con cierta preocupación.

-Charlie, dime algo.

La miro unos segundos y me niego a llorar, pero el nudo en mi garganta dificulta todo.

-No tengo nada para decir-Expreso en apenas un hilo de voz.

Damon, el hombre que me había hecho la promesa que algún día volvería por mí, el hombre al que le lloré durante años su ausencia, el hombre que me dejó con un corazón roto, y que verlo nuevamente hizo que sea consciente lo mucho que aún duele. No estoy segura que su regreso traiga algo bueno, al contrario, creo fielmente que trae mucho dolor.

-Hija, tú y yo sabemos...

-¿Qué quieres que te diga, mamá?-La interrumpo en un murmuro con mi vista fija en mi reflejo en el espejo-. Hace años que no lo veía, no es como si...

Escucho su suspiro y veo como se acerca a mi, al ponerse a mi lado nos mira a ambas en el reflejo para posteriormente sonreír con cierta tristeza.

-¿Qué tanto dolió, hija?

-Lo suficiente como para darme una razón más para detestar Bélgica.

Mamá muerde su labio inferior y toma mi cabello para terminar de trenzar, rápidamente repite el proceso con el otro lado de mi cabeza. Finalmente nos mira a ambas a través del reflejo del espejo.

-Eres fuerte, eres valiente y eres mejor que todos los que están ahí afuera-Murmura el mantra que mi papá dijo para mí toda mi vida-. Muestra que eres una Leclerc... Muestra que no le tienes miedo a luchar.

Algunas lágrimas rebeldes brotan de mis ojos, las cuales limpio rápidamente.

-Es estúpido que este llorando por un chico cuando estoy ante la carrera que me puede dejar con el mejor resultado de la temporada, ¿no?

Mamá sonríe y besa mi sien.

-Me parece perfecto si lloras, cielo, descarga todo eso que tienes atravesado...

°°°

Salgo del hospitality al lado del tío Carlos que no deja de intentar convencerme que Beyonce era mejor que Rihanna.

-¿No era que a ti te gustaba Riri?

-Tu tío Lando me convenció, niña, pero escucha...

Él sigue intentando a través de pequeños bailes imitandola y estrofas de las canciones de Beyoncé poder justificar su elección, juro que mi atención se quiere centrar únicamente en mi tío, pero mi mirada me traiciona al irse a él.

-Ah, el Ricciardo...-Me regresa al mundo.

Miro a Carlos sobre mi hombro y le muestro mi cara de pocos amigos.

-Tú también eres un cabrón, es tu sobrino y sin embargo no se te ocurrió decirme que volvería...

-¿Te sigue gustando?-Pregunta divertido cruzándose de brazos.

-¡Por supuesto que no!-Prácticamente chillo.

El español se ríe, pasa su brazo sobre mis hombros y camina a mi lado por el paddock mientras una leve llovizna cae sobre nosotros.

-Roma me había dicho que te iba a doler si no te decía, ¿le debo una cena?

-Le debes más que una cena y se lo haré saber.

Escucho como chasquea con la lengua, mientras nos dirigimos hacia el garaje.

-Paso hace mucho, Char, quizás sea hora de soltar...

-Te amo, tío, pero aquí no te pedí ni opinión ni nada.

Escucho su bufido.

-Ah, algún día necesitarás al tío Carlitos y yo estaré muy herido como para ayudarte, pequeña mujer.

Me río entre dientes y camino hacia dónde me esperan. Al llegar veo a Jules hablando con papá, mientras que Derek está sobre los hombros de este.

-Mis chicos favoritos están aquí.

Papá me muestra una pequeña sonrisa, para besar mi frente.

-Muestra de que estás hecha, hijita, vamos por tu primer podio.

Asiento con la cabeza para luego abrazar a Jules, quien me abraza con demasiada fuerza.

-Tú puedes, hermana-Me susurra al oído-. Los dos que tienes por delante tuyo frenan muy antes en las curvas y no cuidan bien el neumático de lluvia, les cuesta.

-¿Y Brent?

-Hay algo en cómo suena su auto... No lo presiones, algo va a ocurrir.

Dejo un beso sobre la mejilla de mi hermano del medio y luego la de Derek para ir directo hacia los ingenieros. Nuevamente en mi corta caminata mi mirada se queda sobre Damon, quien está fotografiando el caos de lo que es un garaje. En medio de eso, sus ojos se encuentran con los míos y por primera vez desde que él volvió es que puedo observarlo.

Lleva puesto un gorrito negro de lana que cubre su cabello, su rostro tiene esos dos piercing que pude diferenciar a través de la televisión, pero mi mirada se queda en los tatuajes que veo en sus manos. Es hermoso, es el hombre más hermoso que alguna vez ví...

Niego con la cabeza y haciéndome la que no lo he visto me dirijo hacia quienes tenía la intención de hacerlo desde un primer momento.

°°°

-Alcaraz está en rango de DRS, Charlie, última vuelta.

Ingreso en la vuelta 44, la lluvia es totalmente una locura. Aún no entiendo en qué momento me puse a liderar la carrera, pero lo hice y me van a tener que matar para sacarme de aquí.

Bah, en realidad si. Tuve la fortuna de tener a un Jules que me había anticipado lo que ocurriría y me puse a liderar luego del perfecto undercut que le hizo mi equipo a Red Bull, el equipo de Alcaraz.

Mientras transito la última vuelta muchas imágenes vienen a mi cabeza. Tristezas, alegrías y momentos en los que no he reaccionado de la mejor manera. Pero intento olvidarlos y usar todos mis sentidos para esto.

-¡Charlie!

Por el espejo retrovisor veo como como Alcaraz se pega a mi alerón trasero, aprovecho la próxima curva que viene y dejo que se me posicione a mi lado y me sobrepase, en cuanto lo hace y veo cómo se va acercando la curva voy midiendo que tanto antes frena. Es a todo o nada, veo como el Francés frena apenas unos metros antes de la curva por lo que acudo al movimiento que tanto hizo que mi papá gane; yo no freno, en cambio bajo apenas la velocidad agarrando mucho mejor que el piloto de Red Bull la curva.

Apenas salgo primera de la curva vuelvo a apretar el acelerador y me escapo del nacido en París.

-¡Si, Charlie, ve por ello!

Los kilómetros que restan son igual de desgastantes, pero en los últimos metros y con un calambre en mi gemelo izquierdo es que soy consciente de lo que estoy haciendo.

-Ya no queda nada, niña, vamos.

La mirada se me nubla y apenas paso la bandera de cuadros es que un sollozo se escapa de mis labios.

-¡Lo hiciste, Leclerc!-Chilla Will-. Lo hiciste, rubia, acabas de escribir historia.

Otro sollozo brota de mis labios, mientras cubro por apenas unos segundos mi rostro cubierto por el casco con mis manos. Lloro como una niña siendo consciente de lo que acaba de pasar.

-Diez años del último podio de una mujer en la Fórmula 1, la primera victoria-Escucho de parte de Alexia-. Charlie Ivy Leclerc, en nombre de todas las mujeres de este deporte estoy orgullosa y feliz por ti, nos has hecho quedar en la historia. Eres enorme.

Sin dejar de llorar prendo el micrófono.

-Esto es por ustedes, todos los que están en ese garaje y en esa fábrica, gracias a todos, no puedo hablar-Lloriqueo-. Gracias a todos ustedes y a mi familia, mami, papi, Jules y Derek esto es para ustedes. ¡Gracias a todos! Gracias por confiar en mí.

Apago la radio mientras lloro como una nena, meto el auto en el pitlane detrás de ese mítico 1 que ahora mismo parece irreal, es necesario para mi el hecho de quedarme unos segundos en el auto llorando. El golpe en mi casco me hace levantar la cabeza y veo al tío Lando sin casco y con una gran sonrisa. Apenas lo veo soy consciente de lo que pasa, con su ayuda me saco el cinturón y antes de terminar de salir del auto él me levanta en brazos.

-¡Lo hiciste, mi pequeña!-Grita abrazándome con mucha fuerza-. Te dije que este año te vería ganando.

Miro detrás suyo para encontrarme con mi equipo, esa hermosa marea de uniformes negros con rojo y plateado que espera por mi, sin pensarlo y sin sacarme el casco me abalanzo sobre ellos para abrazar a todos y cada uno. Al llegar a Ale es que me quedo abrazándola unos segundos de más.

-Acabas de hacer historia, amiga, eres mágica.

Levanto la visera de mi casco haciendo que ella se ría. Miro hacia mi costado derecho para encontrarme con mi familia completa, a los cuales sin dudar corro. Al llegar hasta ellos hago a un lado la valla de seguridad para ir directo a los brazos de papá y mamá, quienes lloran de forma desconsolada.

-Estoy tan orgulloso de ti, mi amor-Susurra papá mientras nos sostiene a mamá y a mí en sus brazos-. Te dije que eras la mejor Leclerc detrás de un volante.

Me separo unos segundos de ellos y con ayuda de mamá me saco el casco haciéndola reír porque la nostalgia del acto es enorme. Una vez que tengo mi rostro plenamente libre, ella me sostiene de las mejillas para besar mi frente.

-Eres histórica, hija, acabas de quedar en la historia, mi niña-Murmura con los ojos llenos de lágrimas-. Te amo, mi vida, te amo con todo mi corazón.

Lloro en frente suyo para luego sentir como Jules junto a Derek me abrazan con fuerza.

°°°

Es de noche cuando por fin logro salir del paddock, el trofeo del gran premio pesa bastante, pero lo paseo hasta el estacionamiento con tanto orgullo que si fuera por mí sería capaz de traerlo todo lo que reste de temporada. Estoy caminando directo a mi Audi hasta que veo como apoyado en este se encuentra al hombre que evité durante todo el día.

-Una de los pilotos más jóvenes en ganar un gran premio y la primera mujer en hacerlo, ¿no dejaste nada para el resto?

Decido ignorarlo y sacarle la alarma a mi auto, lo rodeo para poder abrir el maletero dónde meto mi bolso y mi mochila, luego voy hasta el asiento de copiloto dónde dejo el trofeo y recién ahí me dirijo hasta la puerta del conductor que es donde Damon se encuentra apoyado.

-¿Jugaras mucho a la ley del hielo conmigo?

Tenso la mandíbula y me cruzo de brazos.

-Sal de mi auto.

-Char...

-Sal de mi jodido auto, Damon, y vuelve por dónde viniste...

-Me tienes que escuchar, yo...

-¡Tú nada, Damon! Tú nada, vete.

El castaño se acerca a mi sin pedir permiso y captura mi rostro entre sus manos.

-Necesito...

-Más de dos años han pasado, Damon-Murmuro-. Déjame olvidarte y hacer como que eso nunca pasó...

-Pero, pasó, Charlie, pasó y...

-Y ya fue, tiempo pasado, tú hiciste tu vida y yo hice la mía.

Él intenta dar un paso hacia mi, pero retrocedo no dejando que se acerque.

-Charlie...

-¿Por qué estás aquí?-Es lo que le digo en cambio-. ¿Por qué en mi lugar habiendo tantos en el mundo?

-Es por mi tesis, quiero que el mundo vea lo que yo ví cuando crecí y...

-Justo en mi ambiente-Me río sin humor, me pongo cara a cara con él, debo levantar mi mirada, mientras que él debe bajar la suya-. No te quiero cerca mío, ¿entiendes? Tú y yo no nos conocemos.

Está por decir algo más, pero lo ignoro. Paso por su lado y palmeo su pecho.

-Corté todo con Linda-Es lo que dice antes de que me pueda subir al auto-. Deje todo para venir aquí y...

No le hago caso. Sin esperar a que un milagro del cielo caiga y me declare su amor, subo a mi auto para irme.

°°°

1 de Septiembre, 2037.
Londres, Inglaterra.

Los días como hoy son bastantes duros en la familia.

No sé ni cuántos años cumpliría.

Nuevamente estamos todos en el cementerio, estamos dando nuestras condolencias a aquella vida que se fue hace tanto.

Papá y mamá vinieron con los tíos tempranos, yo aproveché a salir de la fábrica y venir directo. Tengo algunos pequeños y escasos recuerdos de ella, pero aún así siempre vengo aquí cada vez que el mundo se me desbalancea.

El día de hoy es un poco más triste de lo que normalmente es, dejo unas flores sobre la tumba y acomodo un poco las que han dejado quienes vinieron anteriormente.

-Aún creo que un día volverá, ¿sabes?

Levanto la vista para ver a Damon mirando la lápida, su mirada es melancólica, triste. Su mano izquierda en su bolsillo me deja saber que aún se siente el niño asustado que venía conmigo aquí y leía un capítulo de Harry Potter en voz alta.

-Ella te acompaña en cada paso que das...

Él simplemente asiente con la cabeza, al mismo tiempo que lleva a su boca el cigarrillo entre sus dedos. Es raro verlo sin su cámara colgando de su cuello, es raro verlo sin esa sonrisa soberbia que me logró cautivar cuando era pequeña. Me pongo de pie quedando a su lado y miro al igual que él la piedra tallada con el nombre de ella y una pequeña frase en ruso que nunca supe que quiere decir.

-Cada tanto vengo y arreglo las flores-Confieso-. No tengo mucha memoria de ella, pero sin embargo me gusta creer que me conoce y me escucha.

Escucho su risa.

-Le caerías bien, más sabiendo que eres la que me da los golpes de realidad-Lo miro a mi lado, él fuma su cigarrillo y niega con la cabeza-. No me mires así, no descubrirás nada nuevo, rubia.

-¿Te doy golpes de realidad?

Él se encoge de hombros.

-Hubo una parte de mi, una parte estúpida, que creyó que volvería y tú me recibirías cómo cuando éramos pequeños, pero me equivoqué...

Me río sin humor.

-Eres tan cínico, Damon.

Juro que puedo estar a su alrededor, a menos que se ponga a hablar de lo que éramos antes de que se vaya, antes de Zúrich, antes de aquella noche. Si fuera por mi, lo mandaría a la mismísima mierda misma, pero veo el dolor en sus ojos a la hora de ver la tumba y entiendo que más que pensar en mí, piensa en la persona que lo dejó cuando él apenas tenía 9 años.

-¿La extrañas?-Pregunto cambiando drásticamente de tema y haciendo que me mire curioso.

Por el rabillo del ojo veo su confusión, también veo como sonríe triste y asiente con la cabeza.

-Todos los días-Murmura tirando su cigarrillo al pasto y pisandolo-, quizás una parte de mi también la odie por lo egoísta e hija de puta que fue, pero el saber que detrás de todo solo me quería proteger...

Instintivamente tomo su mano, entrelazo nuestros dedos y dejo un beso sobre ésta. Él sonríe triste pero jamás pierde su mirada de mi.

El contacto de nuestras manos, la sensación de mis labios sobre su piel es algo que no tiene explicación. Damon no deja de observarme y yo tampoco. Estamos totalmente a la expectativa que alguno haga un movimiento más, acobardados por la simple idea de dar un paso en falso y romper el delgado hilo que aún nos une.

-Lo siento por...

-Ahora no, ahora quiero estar para tí.

Él, cómo cuando éramos pequeños, toma mis manos con aún más fuerza. Me mira a los ojos de forma fija y suspira.

-Lo siento por todo.

Niego con la cabeza.

-No debo perdonarte nada, Damon, no estoy enojada contigo, es solo...

-Que te molesta que yo haya huido-Termina por mí.

Niego con la cabeza. Vuelvo mi vista a la tumba frente a mi al igual que él, cuando creo que está por hablar escucho detrás nuestro un suspiro. Al voltearme me encuentro con una de las mujeres más hermosas de este planeta.

-Hola, ma-La saluda su hijo.

Nikova me ve y me guiña el ojo, para dejar un beso en la mejilla de su hijo. Finalmente suspira, se pone en cuclillas y deja el ramo de jazmines en la tumba de Nadina, aquella hermana que nunca pudo volver de Rusia.

Quince años han pasado de aquel momento, de aquellos días en los que el mundo del tío Daniel estuvieron trabados, en los que mi mamá y papá intentaban hacer que el dolorido corazón de él no se termine de destruir. Pero todos supimos y vimos como el dolor terminó cuando ella apareció nuevamente.

Yo era pequeña, pero aún así recuerdo claramente lo que fue aquel tiempo.

-Me alegra verlos juntos-Nos habla viendo desde su lugar a su esposo y el resto de los Ricciardo-. En estos momentos es importante tener a quien nos apoye.

Damon mira a su mamá con tanto amor que me cuesta recordar porque estoy tan decepcionada con él. Veo como se acerca y pasa su brazo sobre los hombros de su madre y la acerca a él para abrazarla frente a la tumba de aquella pequeña hermanita que lamentablemente toda la vida tendrá veinte años.

Nadina Antonella Ivanov.
Septiembre, 2001-Agosto, 2022.
"Valiente hija, hermana y tía".

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