27 de junio
—¿Por qué estás triste, pequeño omega?
Habían pasado dos días desde que inició el celo de Harry. Dos días en los que Louis se había encargado de complacerlo en todo, además de cuidarlo y alimentarlo.
Puede que no le agradara, pero sabía cómo cuidar de un omega durante su celo.
En ese momento se encontraban desnudos acostados en la cama; Louis tenía al menor sobre su pecho, abrazándolo con el brazo izquierdo, sin importarle la incómoda posición, solo le preocupaba que él estuviera cómodo.
—No estoy triste, Tomlinson.
Llevó su mano libre hasta su mentón, acariciándolo con lentitud y levantando su cabeza para que pudiera verlo a los ojos —Estás triste —afirmó —, tu olor te delata. ¿Qué te molesta? Dime para que pueda solucionarlo.
Harry se encogió sobre su lugar y tragó saliva, se le dificultaba mostrarse débil frente a otras personas, pero aún no salía completamente del celo y se encontraba demasiado sensible.
—Extraño mi nido —confesó con un pequeño puchero —. Sé que estás aquí conmigo y agradezco eso, pero necesito el confort de mi nido.
—Oh, pequeñito. ¿Hay algo que pueda hacer para que estés feliz otra vez?
El omega le dio un sutil manotazo —No me digas así, ni siquiera en mi celo dejas de ser insoportable.
Louis rio con orgullo y picó sus costillas de forma juguetona —No puedo evitarlo, cuando éramos jóvenes eras más pequeño que yo, ahora has crecido, ni siquiera pareces un omega, pero sigues comportándote como un pequeño cachorro. Tan necesitado de mimos y cariño.
Harry escondió su rostro en el pecho del alfa en cuánto sintió sus mejillas enrojecerse. Odiaba que lo conociera tan bien —Cállate. Quiero dormir un poco, así que guarda silencio o te patearé en la polla.
El mayor alzó las manos en señal de rendición y luego lo envolvió entre sus brazos —Descansa, pequeñito. Si necesitas algo solo dime.
Se quedó acariciando sus brazos y espalda hasta que su respiración se tranquilizó completamente. Besó su frente y con cuidado de no despertarlo se alejó lo suficiente para poder levantarse de la cama.
Buscó su ropa con la mirada, cuando la encontró se vistió con rapidez y se dirigió a la puerta.
Se giró para observar al omega dormido con tranquilidad, estaba acurrucado contra las sábanas y tenía el cabello sobre la frente. Dudó un poco antes de abrir la puerta y salir de la habitación.
Harry despertó inseguro y asustado.
Palmeó el costado de la cama en busca del alfa, sin embargo, no encontró nada y las sábanas se encontraban frías. Estaba solo.
—¿Louis? —preguntó con la voz temblorosa. Tenía la esperanza de que el alfa se encontrara en el baño o algo por el estilo.
Realmente no quería creer que lo había dejado.
Sintió su pecho encogerse y su lobo desesperarse cuando no pudo olerlo en la habitación. No había rastro de él.
Lloriqueó ligeramente al darse cuenta de lo que había pasado. No lo creía capaz de abandonarlo en el último día de su celo.
Limpió sus lágrimas con el dorso de la mano, su lobo impaciente, sufriendo de nuevo la ausencia de un alfa, de su alfa.
Se cubrió por completo con las sábanas al escuchar pasos tras la puerta, había alguien intentando abrirla con la tarjeta de la habitación.
Ni siquiera lograba observar correctamente, su vista estaba nublada por las lágrimas y su pecho dolía demasiado. Se sentía abandonado.
Moqueó de forma audible al ver a Louis entrando con una maleta y una mochila. Las lágrimas regresando velozmente y su lobo dolido.
—¿Omega?
Louis de inmediato cerró la puerta con llave y dejó caer las cosas que llevaba para correr a su lado.
—¡¿Dónde estabas?! —gritó con dolor, intentando empujar al alfa lejos de él. Llorando cuando intentó abrazarlo.
Lo observó alzar las manos en señal de rendición, arrodillándose a un costado de la cama, mirándolo con el arrepentimiento plasmado en sus lindos ojos azules.
—Lo siento mucho, pequeñito. Creí que dormirías mucho más. Fue estúpido dejarte, lo siento, de verdad lo siento. Nunca quise herirte a ti o a tu lobo.
—Eres un imbécil —susurró mientras limpiaba sus lágrimas inútilmente, ya que estás no cesaban ni un momento —. S-sé que me odias —tartamudeó —, pero no entiendo porque querrías lastimarme así. Un omega no puede sentirse abandonado durante su celo, es terrible.
Louis cerró los ojos aún arrodillado; estaba avergonzado —Te prometo que no era mi intención lastimarte, al contrario, quise hacer algo para ti. Creí que ibas a dormir más, no lo habría hecho de haber sabido que despertarías tan rápido.
—¿Q-qué querías hacer?
El alfa se levantó para ir por la maleta y la mochila, llevándolas hacía la cama —Dijiste que extrañabas tu nido —recordó mientras abría la maleta —, aún no puedes regresar a Londres, aún no puedes volver a tu nido. Así que pensé que podría ayudarte a hacer uno provisional, solo para ayudarte en tu celo.
Las lágrimas de Harry aumentaron al verlo sacar toda la ropa que había empacado para el viaje —¿Qué...?
—Trajé mi ropa para marcarla con mi olor. Sé que no soy tu persona favorita en el mundo, pero creí que te ayudaría —Louis sonrió de forma nerviosa, acercándose lentamente al verlo llorar —. De verdad lo siento, pequeñito. ¿Puedo abrazarte?
—S-sí.
El mayor lo tomó entre sus brazos, besando su mejilla y lamiendo sus lágrimas en un intento de otorgarle confort —¿Puedes perdonarme, omega?
Harry se aferró a su camisa, sintiéndose más tranquilo cuando sintió sus manos sobre su cuerpo y su olor cubriéndolo por completo.
—Sí, pero prométeme que no vas a volver a irte, al menos hasta que termine mi celo.
Louis asintió de inmediato, sin perder tiempo para besarlo con dulzura —Lo prometo.
—Gracias... Ahora, ¿crees que podríamos hacer ese nido provisional para mí? En serio lo quiero.
El alfa asintió, separándose tan solo un momento para poder tomar su ropa y marcarla con su aroma.
—¿Quieres hacerlo tú? ¿O quieres que lo haga yo?
Harry se alejó para tomar la ropa que ya tenía el olor del alfa —Quiero hacerlo yo. Así me aseguraré de que sea perfecto.
Louis rio con fingido fastidio, sin embargo le parecía muy dulce la actitud del contrario.
Cuando terminó de marcar toda la ropa con su aroma, lo observó trabajar en su nido; colocando las almohadas de la cama a los costados y usando su ropa para hacer un borde suave y acogedor.
Sonrió al verlo acostarse en el nido, disfrutando de la suavidad de las sábanas y el olor que lo rodeaba.
—¿Te gustó?
—Demasiado... Gracias, alfa, pero no vuelvas a hacerme eso.
Louis que se había mantenido alejado, se acercó ligeramente para poder verlo mejor, pero sin invadir su espacio.
—¿Puedo entrar a tu nido, omega? No quisiera entrar sin autorización.
Harry asintió de inmediato, observándolo desnudarse por completo para poder entrar; una vez que ambos estuvieron cómodos, el menor subió a él para abrazarlo y besarlo.
—Es un buen nido provisional.
El alfa sonrió antes de comenzar a besar su cuello, disfrutando del sentimiento de relajación que se apoderaba de todo su cuerpo.
—Alfa, aún tengo calor.
—Oh, pequeño, ¿acaso quieres que te folle en tu nido?
El omega negó mientras disfrutaba de los besos en su cuello —No, alfa. Quiero montarte en mi nido.
Louis sintió su respiración cortarse por un momento—Joder...
28 de junio
—¿Estás seguro de poder regresar a Londres hoy? Recién terminó tu celo y estoy seguro de que aún estás bastante sensible.
El omega lo miró mientras secaba su cabello frente al espejo. Podía sentir la mirada del contrario en su espalda, aquella que se encontraba repleta de moretones, marcas y rasguños.
Fue un buen celo.
—Ya te dije que estaré bien. Debo regresar al trabajo.
Louis hizo una pequeña mueca de preocupación —No lo sé, te pusiste mal en el avión cuando recién vinimos aquí. No quiero que vayas a enfermarte por viajar ahora... No es que me importe o algo, solo que estoy seguro de que eres insoportable cuando te enfermas.
Harry reprimió una carcajada. Siendo honestos, la situación le parecía más que divertida.
—De acuerdo, digamos que no regreso hoy a Londres y extiendo mi tiempo aquí. ¿Qué se supone que haré en Roma solo?
El alfa rodó los ojos con cierta diversión —No seas idiota, claro que me quedaré contigo. Prometí que no iba a dejarte, ¿no es cierto?
Sonrió inconscientemente, su olor volviéndose dulce y agradable, mientras que su lobo estaba contento.
—¿No crees que será un poco extraño que el resto del equipo regrese a Londres y nosotros no?
—Si soluciono ese tema, ¿te quedarás aquí conmigo?
Harry suspiró fingiendo fastidio, sin embargo, quizás estaba un poco emocionado —De acuerdo.
Louis se encontraba dándole algunas fresas en la boca mientras masajeaba la espalda de Harry.
Estaban en total silencio. Únicamente disfrutando de aquella paz temporal que tanta falta les hacía.
Sin embargo, su pequeña paz fue interrumpida por el sonido de una llamada entrante en el celular de Harry.
Atendió de inmediato al leer el nombre de contacto de Niall —¡Hey! Dime qué todo está bien con el artículo, por favor.
—Todo está perfecto, Hazz. Solo quería preguntar, el piloto del avión dice que Louis y tú no regresarán a Londres hoy, me pidió programar otra salida para recogerlos en dos días. ¿Es cierto?
—Eh —parpadeó un par de veces sintiéndose confundido —, sí, es verdad. Cómo mi asistente, por favor asegúrate de que esté pequeño atraso no afecte a los pendientes de la próxima semana.
—Hay un par de cosas programadas, pero no te preocupes por nada, arreglaré tu horario y te enviaré una copia por correo.
El menor sonrió con alivio; estaba feliz de tener a ese chico como su mejor amigo —Gracias, nos vemos después, Niall —colgó.
Su corazón latió con mayor rapidez al escuchar la aguda risa del alfa.
—¡Louis! ¿Tú hiciste esto? ¿Usaste el avión de la empresa para esto?
Lo vio encogerse de hombros con cierta diversión —Dijiste que si lo solucionaba te quedarías conmigo. Puede que haya dicho que íbamos a tener una junta con Alessandro para intentar negociar un contrato con Vogue... Es mentira, pero incluso podría ser una buena idea, ¿no crees?
Harry rio con diversión mientras aceptaba una fresa —Te detesto.
Louis sonrió antes de besar su frente —Hoy vamos a descansar, cuidaré de ti y me encargaré de que estés listo para salir de esta habitación. Mañana iremos a turistear, tengo algunas ideas que te gustarán.
Mordió su labio inferior conteniendo una sonrisa; su lobo alegre, intentando convencerlo de reclamar al alfa.
—Gracias —susurró —. No sé que habría pasado si otra persona me encontraba en celo. Estoy feliz de que hayas sido tú.
El alfa volvió a besar su cuello, bajando hasta sus hombros mientras le acariciaba los brazos con dulzura.
—¿Crees que nuestra relación haya cambiado por esto?
Se encogió de hombros con tranquilidad —Quizás.
Louis lo aceptó con cariño cuando el omega se recargó completamente en él, ambos cómodos y seguros en el nido.
—Quería hablar contigo. Respecto a lo que pasó.
—¿Puedes ser un poco más específico?
El alfa suspiró afianzando el abrazo —Creo que ninguno de los dos pensó que volveríamos a vernos algún día. Cuando te fuiste de Londres, realmente pensé que habías dejado mi vida para siempre, pero ahora volviste y trabajamos juntos, no lo sé... es algo surrealista.
Comenzó a delinear las líneas de los tatuajes en el brazo de Louis mientras lo escuchaba —¿Cuál es tu punto?
—Zayn me hizo darme cuenta de que es estúpido que sigamos con esta rivalidad sin sentido. Sí, estamos molestos, aún tenemos rencor hacia el otro, pero somos adultos. Creo que podemos actuar de una forma más madura.
Harry suspiró con pesadez, su lobo estaba cómodo con el tacto del alfa, sin embargo, su parte razonable lo hacía sentirse confundido.
—No sé si pueda olvidar lo que pasó, pero estoy de acuerdo en que podríamos poner de nuestra parte para mantener la tranquilidad en la empresa.
—No digo que me perdones, es más, no deberías hacerlo. Fui un idiota y sé que no es algo fácil de olvidar, pero sé que somos más maduros que esto. Creo que sí yo pude olvidar nuestro odio para cuidar de ti durante tu celo, tú puedes dejarlo de lado para mantenernos en paz.
Cerró los ojos instintivamente, era una conversación incómoda.
Pero a veces las conversaciones incómodas son necesarias para llegar a la tan anhelada paz.
—Podemos hacerlo. Solo necesitamos mantenernos calmados en la empresa, y fuera de ella podemos continuar con nuestro odio.
Louis rio de forma audible, sus manos aun acariciando el cuerpo del menor.
—Me parece un gran plan.
Mantuvo los ojos cerrados, su respiración tranquila y el aroma del contrario marcándolo de la mejor forma —Tomlinson...
—¿Si?
—¿Puedes besarme?
El alfa acarició sus mejillas antes de acunar su rostro con suavidad —Por supuesto.