—¿Dices que estuviste con una criatura marina muy grande? —Tsireya comenzaba a ponerse nerviosa ante la situación que estábamos viviendo.
Al parecer, a Lo'ak lo había salvado una criatura, probablemente un Tulkun, pero eso no tenía ningún sentido.
—Es imposible, los Tulkun aún no han regresado de su migración —aporté.
—Y además van en siempre grupo, no tiene sentido que vieras a uno solo —agregó Aonung. Mis hermanos tenían sus ceños fruncidos mientras la paciencia de Lo'ak poco a poco se agotaba.
—Vaya, mi hermanito es todo un superviviente —Neteyam intentó aligerar la tensión que se acumulaba alrededor de su hermano, fallando en el intento.
Este miró en mi dirección y bajé las orejas mirándole con reproche. Molestando a su hermano no lograría nada.
—¡No estáis escuchándome! Tenia cicatrices y le faltaba una aleta.
Me tensé al instante y miré de reojo la reacción de mis hermanos. Todos parecieron darse cuenta de cómo había reaccionado a sus palabras y Tsireya me miró con pánico en sus ojos.
—Es Payakan... —Tsireya miró a Lo'ak, buscando las palabras adecuadas para decírselo—. Lo'ak, él es un asesino. Tienes suerte de seguir con vida.
—¡Él no es ningún asesino! Me ha salvado la vida.
—Deberíais escucharle... —Susurré.
Al parecer todos me oyeron y Aonung me miró con un enfado notorio.
—No empieces otra vez, Ngayä —los músculos de mi hermano se tensaron y suspiré, teniendo claro que esto acabaría con una discusión—. Lo que pasó con Payakan fue un genocidio por su parte, se merece estar desterrado.
—¿Y si no fue él, Aonung? —Esta vez no pensaba quedarme callada como siempre—. He visto las cosas que pueden hacer las armas de la gente del cielo, lo que ocurrió fue una masacre, ¡Payakan no habría podido con tantos Tulkun siendo solo una cría!
Aonung se levantó de golpe y bajó las orejas. Esto iba a acabar muy mal.
—¡Ha matado a cientos de los nuestros, no le defiendas por la estúpida razón de que te escogiera, ya no eres una cría! —Al ver que había comenzado a enseñarme los colmillos, me levanté para encararle, con las orejas pegadas al cráneo de la furia.
—Por si no lo recuerdas, no me uní a él porque el clan no me lo permitió
Al ver la confusión en el rostro de los hermanos, Tsireya les explicó todo mientras Aonung y yo nos matábamos con la mirada.
—El caso de Ngayä ha sido un caso único en nuestra historia. Payakan la escogió muy joven, pero nuestros padres no se lo permitieron y le desterraron. Por suerte, cercana a su adolescencia, otro Tulkun la escogió y se unieron. Pero ella nunca superó la marcha de Payakan, estaban muy unidos —Tsireya suspiró y continuó con su explicación—. Aonung siempre ha estado en contra de las opiniones de Ngayä a favor de Payakan.
Aonung seguía mirándome con dagas en los ojos mientras le mantenía la mirada.
—Te aceptamos en nuestro clan, te aceptamos como nuestra hermana; pero si no aceptas nuestras leyes entonces eres como ellos —señaló a Lo'ak y a Neteyam sin despegar nuestras miradas—. Una simple forastera inadaptada que no encaja ni encajará nunca. ¿Quién sabe? Tal vez este nunca fue tu sitio, tal vez aceptarte entre nosotros fue un error.
—¡Aonung! —Tsireya le regañó, espantada por sus palabras, pero él solo reaccionó cuando una lágrima cayó de mi ojo.
Su mirada se suavizó y reflejó culpabilidad.
Aparté con furia la lágrima y endurecí más mi mirada, a pesar de tener los ojos cristalizados; sus palabras dolían más que sus acciones.
—No tienes que decirme cosas que ya sé —giré mi vista a Neteyam que me miraba con lastima y luego miré a Lo'ak, que demostraba apoyo en su mirada. Mis siguientes palabras salieron como un murmullo—. Tal vez tengas razón... Puede que este no sea mi sitio.
Aparté de nuevo las lágrimas y pasé a su lado evitando chocar nuestros hombros.
No era la primera vez que Aonung y yo teníamos una discusión como esa; una que acababa con mi hermano diciendo cosas de las que luego se arrepentía y ambos olvidábamos hasta que se repetía de nuevo.
Había perdonado esas palabras tan viles muchas veces, pero ahora era distinto; ambos sabíamos que lo era.
Con forasteros de clanes del bosque aquí esas palabras ya no se las llevaba el viento. Antes no podía saber si de verdad esos insultos tendrían algún tipo de valor, si habría verdad tras ellos. Pero tras pasar algún tiempo con Neteyam, un Na'vi del bosque, ahora entendía como se sentía el no verte diferente. No estar con una persona y sentir que eras lo único que no encajaba de los alrededores.
Había pasado tanto tiempo con Neteyam porque era una sensación distinta, más acogedora. Como si él llevara mi verdadera casa dentro. Su olor, sus rasgos, sus acciones... Todo él reflejaba el lugar de donde procedía, el bosque; de donde yo también procedía. Eso lo hacía diferente.
—¿Sabes? Creo que es la primera vez que alguien me defiende de esa forma.
Una voz sonó a mis espaldas, acompañada del sonido de las olas del mar. Estaba sentada sobre una de las rocas del arrecife, las olas chocaban sobre la piedra, creando ondas de sonido relajantes.
Sonreí levemente y giré la cabeza para mirar a Lo'ak.
—Sé lo que se siente —dije con amargura en mi voz.
Lo'ak se acercó más a donde estaba hasta subirse a la roca.
—¿Puedo sentarme?
Asentí a su pregunta y él procedió a hacerlo. Nuestros brazos se rozaban, pero a ninguno de nosotros pareció importarle.
No sentí nada ante el contacto. Ni un estremecimiento, nada. Tal vez Neteyam era más especial de lo que había pensado en un inicio.
—Sé que has tenido más interacción con mi hermano, pero yo también sé escuchar, si quieres que lo haga —giró su cabeza para mirarme e hice lo mismo antes de suspirar y bajarla otra vez.
—Es extraño, ¿no? Separarte de todo lo que conoces y llegar a un lugar extraño con gente extraña, que en el fondo no te acepta por tu aspecto o tus costumbres —le miré con una gracia amarga que él optó por seguir.
—Hablas como si definieras mi vida —bufó.
—Tal vez porque también defino la mía —bromeé, a lo que Lo'ak me miró con una sonrisa.
Definitivamente esta sensación era muy diferente a la que sentía con los Metkayina, mi interior siempre se aferraría al bosque.
—Al menos no tienes un hermano brillante por encima que siempre hace todo bien mientras que tú solo generas problemas.
Me giré hacia Lo'ak con las orejas atentas a sus palabras. Entendía el punto de vista de Lo'ak, pero también había podido ver el de Neteyam, y este tampoco lo tenía fácil.
—Ser el perfecto no siempre es mejor. Mientras tú juegas y puedes permitirte cometer errores sin consecuencias, él no puede. Es el primogénito de un Olo'eyktan, la presión en su vida va a ser siempre constante. Él no pudo fallar como tú, ni puede ahora.
Lo'ak bajó la cabeza con las orejas decaídas, pensando en mis palabras.
Ninguno de los dos se ponía en la piel del otro, ambos vivían dificultades pero podían ayudarse y hablar entre ellos. Lo'ak debía entender la postura de su hermano mayor, y Neteyam debía apoyar más a su hermano pequeño. Eso era ser una familia, eso era lo que todos deseaban.
Al verle decaído por mis palabras decidí animarle. Choqué mi hombro con el suyo juguetonamente y me miró con una leve sonrisa.
—¿Sabes? Neteyam es listo y responsable, se guía mucho por su cabeza, no hay duda —le miré sonriente y él conectó nuestras miradas, con curiosidad—. Pero tú..., tú actúas porque sientes que debes hacerlo. Te guías por lo que sientes y te lanzas a la batalla de cabeza solo para asegurarte del bienestar de las personas a las que aprecias.
—Mi padre y Neteyam me llaman impulsivo —comentó, su sonrisa aumentando con gracia.
Le miré altiva y me estiré un poco hacia arriba.
—¿Y qué? Lo eres, pero tu hermano también, solo que él lo camufla y tú no —le di un leve empujón, casi tirándolo al agua, y me miró indignado a lo que yo reía mientras me ponía de pie.
—No hay nada de malo en ser como eres, pero para que las cosas le salgan bien a alguien imprudente, necesita a otra persona prudente a su lado que sepa decirle cuando ha llegado al límite y pararle —me puse de cuclillas a su altura con una mirada cargada de diversión—. Al igual que el prudente necesita un empujoncito del que no lo es, para actuar cuando es necesario.
Lo'ak sonrió mirando al suelo y luego devolvió su vista a mis ojos. Mis palabras parecían estar animándole.
—No nacemos completos, Lo'ak, nacemos hechos para que otra persona llegue a nuestra vida y nos complete —susurré.
Él asintió entendiéndolo y volvió a mirarme sonriente.
—Pero... —Me acerqué un poco a él y, pillándole desprevenido, le mandé de un empujón al agua—. ¡Yo definitivamente no soy esa persona para ti!
Se agarró a la roca y se quitó el agua de la cara con una sonrisa.
—Creí que tú eras la madura de la familia, Ngayä —habló con diversión.
Me acerqué al borde de la roca para acercarnos más.
—¿Quieres saber un secreto? En realidad yo soy la imprudente e impulsiva —le guiñé un ojo y me alejé un poco—. Pero no sé lo digas a tu hermano —bromeé, sabiendo que su hermano debía pensar que era todo lo contrario a Lo'ak, mientras que la realidad era que era exactamente igual a su hermanito pequeño.
—Genial. Entonces podré hacer esto.
Sin esperármelo, Lo'ak agarró mi antebrazo y de un tirón me metió en el agua de lleno.
Saqué la cabeza y le miré impresionada.
—Oh, jovencito, vas a arrepentirte de haber nacido —comencé a lanzarle agua a los ojos, iniciando una guerra de agua entre ambos.
Nuestras risas se oían en el silencio de la aldea y a lo lejos, sin nosotros saberlo, se encontraba una figura que veía la escena con diversión y cariño en sus ojos.
El joven estaba contento de ver el estado de felicidad en el que se encontraba su hermano, junto a la que ahora consideraba una de sus grandes amigas. Algo en él se removía ante la imagen de ella jugando junto a una de las personas que más apreciaba, su hermano. Comenzaba a sentir que la chica acabaría convirtiéndose en alguien muy importante en su vida, por su gran carisma y alegría, aunque aún no sabía de qué forma. Solo sabía que una parte de la felicidad que había perdido hacía tantos años, la estaba recuperando con la nueva joven.
Tal vez algo en él estaba despertando, algo viejo y algo nuevo.
¡Por fin!
Lamento la ausencia, he pasado prácticamente todos los días junto a mi familia. Se me había ocurrido hacer otra maratón para compensar
¿Qué opináis?
Si hay suficientes comentarios a favor me pondré enseguida a hacerla 😉🫶✨
Espero que hayáis pasado bien las navidades, y gracias por vuestros comentarios; realmente son muy bonitos 💙
Comentad que os está pareciendo y lo que os gustaría que ocurriera, realmente me encanta ver las teorías que van surgiendo en vuestras cabezas ^^
Este capítulo me ha gustado mucho, ya que la relación de Ngayä y Lo'ak va a ser muy importante en el futuro de la historia, ahí lo dejo jajaja
Su amistad va a ser un factor importante, y la verdad es que me gusta que tengan tanto en común. Como por ejemplo el hecho de que ambos fueron escogidos por Payakan, Ngayä en el pasado y Lo'ak en el futuro. Curioso, ¿no?
¿Coincidencia? No lo creo ;)
Dejad vuestras opiniones ✨
¡Os leo!
Atte. Venus.