Nícolas.
Ya ha pasado una semana desde lo que pasó con Alex y no hemos sabido nada de su padre o del infeliz de Christian.
Ella no quiso denunciarlos, dice que ellos podrían comprar fácilmente a todo el departamento de policías si se les da la gana, y es cierto, pero aun así me molesta que no podamos hacer nada.
Alex me dijo que ella les tenía algo planeado, pero no sé el qué.
Estaba llegando a su casa cuando la vi salir seguida de sus hermanos, de todos, incluso Travis, el hermano mayor estaba allí.
Ella iba en el medio y los cuatro la flanqueaban, vaya, de verdad parecían sus guardaespaldas y no sus hermanos, creí que la gente bromeaba con respecto a eso, pero ya veo que no.
–!!Hey chicos!!– les grite, ellos voltearon todos al mismo tiempo.
Dios dan miedo.
– ¿Qué haces aquí? – Preguntó el mayor.
– Vine a ver a Alex. Por cierto, ¿a dónde vas?. No íbamos a ver unas "Películas" – le dije haciendo comillas resaltando la última palabra, ya que ella y yo no veíamos casi nunca las películas, solo nos besábamos.
Besarla se estaba convirtiendo en mi pasatiempo favorito.
– ¿A qué se refiere con ver "Películas"? – le dijo Daniel a Alex haciendo comillas y resaltando en la última palabra al igual que yo.
Se veía receloso, de seguro sospechaba algo.
Alex por otro lado solo intentaba aguantar la risa y ocultar el sonrojo de sus mejillas.
– No se refiere a nada Daniel. Solo veríamos unas películas y ya.
– Bueno, vuelve a tu castillo príncipe azul, hoy no podrán – me dijo Cameron.
– ¿A dónde vas Alex? – le pregunté nuevamente.
Ella suspiró y salió de entre la jaula que habían creado sus hermanos a su alrededor.
– Iremos saludar a nuestro queridísimo padre y a mi forzado y asqueroso prometido – me dijo ella intentando poner el tono más inocente que pudo, pero no me engañó.
– Iré con ustedes – le dije.
Iba a tomar su mano cuando Daniel me detuvo.
– Alto hay Romeo. Es un asunto de los Courman– me dijo, de entre todos sus hermanos, creo que Daniel es el más celoso con Alex.
– Tranquilo Dany, él puede venir – le dijo Alex a Daniel, el cual iba a rebatirle cuando Travis lo interrumpió.
– ¿Podemos irnos? – dijo él suspirando mientras se agarraba el puente de la nariz, parecía cansado de escuchar nuestra pequeña discusión.
Todos nos dirigimos hacía la limusina negra que nos estaba esperando, a fuera había un hombre que sostenía la puerta abierta del mismo.
– Buenos días señores Courman. Hola pequeña , buen día joven – nos saludó el chofer.
Alex se detuvo y abrazó al chofer, él le devolvió el abrazo, era un señor de unos 40 años.
– Hola Santiago,¿ cómo está su esposa?, hoy se le ve el traje bastante bien, ¿es nuevo?, ¿Le gustó la ropa a su hija? – le dijo ella.
El señor sonrió y se sonrojó un poco.
– Bien, pequeña, y muchas gracias, me lo mandé a hacer porque el otro ya estaba un poco viejo. Y sí, a mi hija le encantó la ropa, muchas gracias pequeña.
Ella le sonrió.
– De nada Sebastian, sabes que no es ningún problema.
Ella se término de subir al auto y yo me senté a su lado.
– ¿A dónde desean ir? – les preguntó el chofer.
– A la casa de Alexander Courman – le respondió Alex.
Él la vio por el espejo retrovisor.
– ¿Estás segura pequeña?– le pregunto el hombre un poco preocupado.
– Estoy segura Sebas.
**************
Al llegar a una gran mansión frente a la playa el auto se detuvo.
Los chicos se bajaron y yo los seguí.
Al mirar pude notar que se nos habían pegado dos camionetas negras.
Alex les hizo una seña y media docena de guardaespaldas se bajaron.
Y yo ya me estaba preguntando en dónde estaban los de su seguridad.
Alex,los chicos y yo nos dirigimos hacía la gran casa y nos detuvimos en frente de la reja.
Alex se colocó enfrente he ingresó una clave y las rejas se abrieron.
Todos, incluidos los guardias entramos.
– Alex,¿ qué vas a hacer?– le pregunté.
Ella no me respondió.
Seguimos avanzando hasta llegar al porche, habían varios autos allí.
Alex señaló dos de ellos y 4 de sus guardaespaldas empezaron a romper las ventanas, explotar los neumáticos y a rayarlo.
– ¿Pero qué demonios Alex? – le dije, pero ella me siguió ignorado.
– Será mejor que no te entrometas Walker. Tú quisiste venir, ahora solo ve y calla – me dijo Dylan mientras seguíamos avanzando.
Alex llegó a la puerta y volvió a introducir un código, antes de abrirla y poder entrar, uno de sus guardias se puso a su lado y le entregó un arma.
Yo me asusté, ¿qué demonios iba a hacer?.
Cuando quise decir algo Cameron me agarró del hombro y negó con la cabeza mientras me hacía una seña de que me mantuviera callado, así que obedecí.
Ella abrió la puerta y de inmediato vimos a un hombre venir hacía nosotros.
– Ey ustedes, ¿qué ....?– decía el hombre pero Alex le disparó.
Y no pudo terminar lo que estaba a punto de decir.
El hombre calló al suelo y no se volvió a levantar.
Iba a preguntar si estaba muerto cuando Travis me respondió.
– Está dormido. Las pistolas solo contienen dardos tranquilizantes.
Eso me dejó más tranquilo.
Seguimos avanzando, a medida que más nos adentrabamos en la casa, a más personas les disparaban los guardias de los chicos.
Cruzamos un pasillo y un gran salón y salimos al patio trasero.
Allí se encontraba toda la familia del papá de Alex.
Estaba su esposa y los dos hijos de ésta y como no, también el desgraciado de Christian, los conocía a todos ya que solían salir mucho en Televisión y revistas, gracias a los cantantes que filmaban con Alexander.
Estaban todos sentados al rededor de una mesa, en cuanto nos vieron, se levantaron de golpe.
– ¿Qué demonios está pasando aquí?. ¿Cómo entraron?– dijo Alexander.
Él veía era a Alex, al parecer él sabía algo que yo no.
– Hola Alexander, vine a hacerles una pequeña visita a tu queridísimo nuero y a tí. Y sobre la otra pregunta, dejame decirte que necesitas mejor seguridad, pude Hakearte fácilmente desde mi laptop.– le dijo ella tranquilamente.
Ellos la veían con pánico, ella solo sonreía inocentemente.
– !!Seguridad!! – grito el papá de Alex.
Tres guardias aparecieron por el lado de la piscina.
– Oh,¿ solo tres? – dijo Alex imitando la voz de una niña pequeña.
–¿Dónde.....? – empezó a decir Alexander cuando se interrumpió él mismo cuando vio a Alex tronar sus dedos y sus guardias le dispararon a los de su padre.
– Ahora que no hay obstáculos entre ustedes y yo – le hizo otra seña a sus guardias y estos rodearon a su padre y a Christian, quien permanecía en silencio, parecía aterrado.
– ¿Alguien más quiere oponerse? – le preguntó a la esposa y a sus hijos.
La esposa de su padre parecía igual de aterrada que Christian.
Sus hijos en cambio estaban tranquilos.
La chica no hacía más que verme a mí, reparaba en cada parte de mí, ya me estaba poniendo incómodo.
Por otro lado, su hijo se comía con la mirada a Alex y no me gustaba para nada.
Ella se veía increíble, iba sencilla, pero espectacular con sus mini shorts, su camiseta sin mangas blanca y sus vans del mismo color, su cabello estaba suelto y ondulado, y se veía jodidamente sexy así como estaba.
Yo me acerqué a ella y la tomé de la cintura y la pegué a mí.
Su padre, Christian y el chico ese fruncieron el ceño al ver mi acción.
Me importaba una mierda, ella era MÍA, Mí chica, y no iba a permitir que un baboso como él la viera.
De acuerdo sí, era un poco celoso y posesivo, pero Alex ya sabía eso de mí y en realidad creo que a ella le gustaba.
– Bueno, como veo que no hay más impedimentos. Dile adiós a tu familia por un rato " Papi" – dijo ella con sarcasmo antes de levantar el arma que cargaba puesta en la espalda y apuntarles.
La esposa de su padre y su hija gritaron al ver a Alex con el arma.
– ¿Qué es lo que harás Alexandra?, guarda esa arma – dijo su padre asustado al ver el arma en las manos de Alex.
Ella sonrió y lo apuntó a él.
– Adiós – dijo y disparó, al momento él cayo dormido en los brazos de los guardaespaldas mientras todos gritaban, incluido Christian, ella solo le sonrió a él también y disparó, la esposa de su padre y su hija seguían gritando así que Alex guardo el arma y se volteó a verlas.
– Tranquilas, no tengo nada en contra de ustedes, así que no les haremos nada. Y ya dejen los gritos, solo son dardos tranquilizantes, nos los llevaremos un par de horas nada más. Más tarde ellos los llamaran para que los recojan. Que pasen bonito día – le dijo y se giró conmigo y empezamos a caminar hacia la salida.
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