Los días pasaron muy rápido, Alexandré y yo nunca estábamos de acuerdo respecto a la boda, yo quería algo simple por el civil, él quería una boda grande, y cada vez que tomábamos el tema me era frustrante, estaba claro que yo no estaba lista para casarme. Al ver que poco a poco todo se estaba haciendo real sentía mucha presión, una presión interna que no podía comentar con nadie para no verme como la chica más idiota e indecisa del planeta.
Tuve que tomar medidas para convencer a Alexandré de que una boda simple sería mejor para ambos, y tuve que sacar todos mis trucos para convencerlo, lo cual fue más simple de lo que pensé después de simplemente acostarme con él.
Ya había comprado el vestido que quería, era simple, con tirantes y ajustado a la cintura; Alexandré me mostró un catálogo con todos los vestidos de diseñador que te podrías imaginar, eran un sueño, yo escogí a uno de los más sencillos y a la vez muy elegante.
El día de la boda se había acercado, estábamos estresados por la boda, por empezar una vida juntos o simplemente por elegir la casa en donde viviríamos, porque sí, Alexandré quería que tuviéramos nuestro propio hogar para criar a nuestros futuros hijos y blah blah blah, pero solo era un pendiente más por el cual estar estresados, así que simplemente le hice saber a Alexandré que cualquier casa que él escogiera estaba bien para mí.
Para sorpresa mía, el día de mi boda estaba muy tranquila, como si estuviera soñando, tenía a una maquillista que era muy amable, también llamé a mi madre y le mostré como era mi vestido, creí que ella iba a llorar, así como lloran las madres en las películas cuando ven a sus hijas casarse, pero no lo hizo, solo dijo que me veía hermosa y eso fue todo, la que sí gritaba de emoción y quedó con ojos llorosos fue Marí cuando le hicimos video llamada, ella sí demostraba estar feliz por mí, y me llenaba de tristeza no poder compartir este momento tan único con ella presente.
Como Alexandré me había prometido, nuestra boda fue en el civil, sus hermanos fueron nuestros testigos, y también estaba Geraldine, la novia de Pierre, ella era muy amable conmigo; nunca creí ver a Alexandré llorando en nuestra boda, pero así fue, se le escaparon un par de lágrimas que luego intentó disimular, su cara con esos hermosos ojos llorosos, se veía tan adorable, y su traje de bodas era de color gris.
La Celebración fue magnífica, habían pocos invitados, de hecho muy pocos, solo los hermanos de mi ahora esposo, Jules, François y Pierre, la novia de Pierre, y unos socios de Alexandré, sus padres no estaban en nuestra boda, vaya manera de hacerme saber que no me querían en su prestigiosa familia.
- ¿Y tus padres, dónde están? - Le susurré al oído a mi esposo.
- Tienen una partida de Golf muy importante, y no pudieron cancelarla.
Que excusa tan ridícula , no puedo creer que le hicieran eso a su propio hijo; además, me sentí culpable, Alexandré no merecía ese desplante.
- Lo siento de verdad, es mi culpa que no estén aquí contigo ¿verdad? Lo siento.
- No digas eso mon trésor, la persona más importante para mí está aquí conmigo, eres tú, ahora tu eres mi familia, mon cœur t'appartient. - después de decir aquello me besó, el ambiente era muy agradable, la orquesta tocaba exquisito, François tocaba el piano como todo un gran artista, pero la estrella más grande estaba a mi lado, quien ahora es mi esposo.
Jules de acercó a nosotros, traía una copa en su mano, llevaba un traje color blanco perlado, su barba está crecida, se veía muy guapo la verdad, sus ojos verdes brillaban, dijo algo en francés dirigido a su hermano, y luego me pidió bailar con él, al principio me negué, dije que no sabía bailar ese tipo de música, pero él igual insistió, así que accedí, no quise ser mal educada.
-Creí que después de aquella noche en la que te conocí, jamás volvería a verte, pero fuiste más astuta de lo que creí. - Mientras bailábamos, buscaba con la mirada a mi esposo, para que tal vez él viniera a salvarme del grosero de su hermano, y sí lo encontré, nuestras miradas se cruzaron, Alexandré estaba muy entretenido viéndonos bailar, y supe que nadie vendría a salvarme de este idiota y otra vez tenía que salvarme yo sola.
- ¿Porqué te caigo mal si ni si quiera te conozco?- dije, luego él se acercó mucho más a mí, comencé a sentirme mas incómoda que antes.
- No me caes mal, solo... desconfío de tus intenciones, ¿de verdad no me conoces, no conoces a mi familia? Solo mi tonto hermano te cree ese cuento.
- Antes de conocer a Alexandré no conocía a tu familia, no sabia nada de ustedes, esa es la verdad, a diferencia de ti que creciste en este entorno, yo crecí con otras prioridades, no tenia tiempo para buscar a solteros millonarios que vengan de buena familia en Google.
- No te creo. -Dijo.
-No me importa. - Respondí.
- Lograste que Alexandré se casara contigo, ¿pero cuánto tiempo crees que va a durar esta farsa? Por tu culpa Alexandré ni si quiera invitó a nuestros padres a este... circo. - Genial, genial, mis suegros no vienen a la boda por que no se les da la gana y es a mí a quien culpan.
- Alexandré dijo que ellos decidieron no venir a nuestra boda porque tenían un juego muy importante de golf. - Trataba de mantenerme serena, pero este hombre definitivamente sacaba lo peor de mí, era soberbio, altanero, ¿ Acaso soy su nuevo saco de boxeo o qué?
- No te creo, estoy seguro que tú misma lo convenciste de no invitar a nuestros padres a esta boda, ¿ese es tu plan, alejarlo de nosotros?
Qué? De qué me estaba hablando este tipo? Qué carajo..?
- Si tuviese la culpa de lo que me acusas, también hubiese "convencido" a mí esposo de que tampoco te invitara a ti a mí boda, porque como ya debes saber, nunca has sido amable conmigo.
- Es todo parte de tu juego, querías que estuviese aquí para demostrar de que me equivoque y que no eras una más, ¿no es así?, podrás ser la esposa de mi hermano, pero nunca serás una de nosotros, nunca pertenecerás a mi familia, yo mismo me encargaré de que regreses a la isla de donde saliste.
- ¿Que te he hecho para que seas así conmigo? Dime la verdad...- Quise llorar en ese momento pero no le iba a dar la satisfacción de arruinar mi boda, él esta arremetiendo en mi contra, pero e pasado por cosas peores y e aprendido de ello, si este tipo cree que va a herirme, se ha topado con una pared.
- No tiene caso guardar las apariencias con alguien como tú, así que te lo diré así sin más, eres prieta y pobre, mi hermano merece mucho más que tú, no estás a su nivel y nunca lo estarás, solo te aprovechas de su debilidad para estar con él. él es mi hermano, y no voy a permitir que una interesada como tú le rompa el corazón.
- Aprecio tu sinceridad Jules, gracias por ser sincero conmigo. - lo aparté de mí bruscamente, ya me tiene harta este señor, aunque al mismo tiempo me arrepentí de haber sido tan obvia, las miradas se posaron en mí y lo peor, mi esposo me miraba con una cara de confusión, y poco a poco todo se fue tornando muy oscuro.
Busqué algún lugar donde esconderme porque ya no aguantaba más, quería llorar, me sentí tan impotente, y quería golpear a ese estúpido.
"Debes controlarte, no llores, no llores, no dejes que él te vea llorar, no arruines tu maquillaje"; me repetía esto una y otra vez, mientras apretaba los dientes fuertemente para calmar la rabia y humillación que sentía.
Salí de ahí, necesitaba estar sola para calmarme porque veía a lo lejos al tal Jules y este tenía una cara burlona, sin dudas lo estaba disfrutando, Alexandré me siguió, no era lo que quería, solo quería estar sola.
-¿Mon trésor, qué tienes, porqué estás alterada? - Alexandré intentó tomarme de ambos brazos, pero yo no lo permití, no quise que me tocara, no queria si quiera tenerlo cerca.
- Jules me dijo que... me dijo que no invitaste a tus padres a nuestra boda, que el supuesto "juego de golf" no era cierto, ¿Porqué me mientes? Y justo el día de nuestra boda, ¿Acaso buscas que tu familia me odie o qué? - Estaba tan enojada, y ver su cara de incredulidad me hacía enojar más.
- Perdóname, perdóname por favor...
-Ah, entonces es cierto, Jules no está mintiendo!!
- Baja la voz por favor y escúchame. - era a tal punto mi enojo que ni si quiera me había dado cuenta de que le estaba gritando, lo bueno era que estábamos alejados de la fiesta, aunque habiendo tan pocos invitados era más que obvio que todos se iban a preguntar qué estaba pasando.
- Tu madre no estuvo aquí, en nuestra boda, y sé que aunque quieras ocultarlo sé que en el fondo te duele mucho, creí que iba a ser peor para que ti que vieras a mis padres aquí. Salomé, sé que estuve mal en mentir, pero nadie me importa más que tú, solo somos tú y yo de ahora en más... - Al escucharlo no pude seguir evitando el llanto, lo odiaba, odiaba estar arruinando la fiesta, odiaba que las palabras de Jules me afectaran, odiaba la simple idea de estar arruinando mi maquillaje, y odiaba ser tan sensible, tuve suerte en encontrar algo de consuelo en los brazos de mi esposo.
- Me encargaré de poner a todos en su lugar, ni Jules ni nadie volverá a molestarte mi amor, ya no llores por favor, eres todo para mí y no quiero verte llorar, menos en el día de nuestra boda, las únicas lágrimas que quiero ver en tu rostro son las de felicidad. je t'aime mon amour.
Pasamos un momento a solas muy romántico, luego volvimos a la fiesta, Alexandré se encargó de echar a Jules de mi boda, el resto es historia, la fiesta fue muy agradable, Geraldine y yo estuvimos hablando todo el tiempo. Todos estábamos anonadados con la hermosa voz de mi ahora esposo, quien estuvo cantando la canción Heaven de Bryan Adams para mí, esa es nuestra canción, mi canción favorita.