Capitulo 9.
El día más deseado por la periodista había llegado, pero eso no le emocionaba tanto como creía. Después del sorpresivo mandato del alcalde, no podía dejar de pensar en si tanto tiempo recolectando pistas para confirmar su teoría, valdría la pena. Aunque, debía admitirlo, por fin empezaba a tomar forma. Ahora podía decir que no solo una presencia habitaba en las profundidades del bosque que rodeaba el pueblo, sino que, el mismo pueblo ocultaba un gran misterio.
¿Qué era lo que le hacía pensar eso? Raspones finos en sitios específicos: edificios cerca de la frontera, la casa apenas comprada del vecindario, la cafetería del centro, la estación de policía y la gasolinera, igual cerca de la frontera, lo que da forma a una W. También, los rastros de metal dorado y la grabación anteriormente adquirida comprobaban que era una mujer, pero no una cualquiera, sino una mucho más ágil y mucho, mucho más fuerte. Su plan era ir a buscarla, así Clark la interrogaría y podrían saber lo que tanto han anhelado.
Lois simplemente tuvo que confirmar la existencia de "la ignota del bosque" en su periódico para que la mirada del alcalde ya no estuviera sobre ella. Solo tuvo que hacer un pequeño trato; Clark estaría ahí con ella hasta el último momento con la condición de que fuera una investigación privada por la policía, y que nadie se metiera en el asunto.
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—"Ignota" ¿has oído de eso, Barry? — Pregunto la pelirroja con el periódico en mano al barista. Este negó, concentrado en quitar lo que seria un apio al vaso de la licuadora.
—No lo creo, es imposible que cosas como esas aparezcan en un sitio tan tranquilo. Tal vez sea de esas editoriales que cuentan chismes para llegar a un público más grande —. Se encogió de hombros dejando el vidrio en su lugar.
Barbara lo medito un par de minutos. Examino cada palabra para descubrir si la noticia encubierta de puras mentiras.
—Mmmh nop, se ve real para mí. Además, no puedes ignorar todo este listado de pruebas. —Le extendió el pedazo de papel para que lo leyera. —"Por Lois Lane". Suena como alguien importante. Pero ¿es justo que solo ella sea la encargada de revelar los secretos del pueblo? Pobrecita, debe estar asustada y con frio —. Hizo una postura dramática. —¡Ayudémosle!
—Aquí dice que nadie interfiera, o pueden arrestarnos —. Dijo, creyendo convencer a la chica.
—Pff, solo lo ponen para que niñitos entrometidos no intenten hacer una locura.
—Sí, exacto.
Barbara entrecerró los ojos ante la desconfianza de su mejor amigo, luego reactivo su modo detectivesco al querer hacer su propia investigación. Ya estaba harta de, bueno, no hacer gran cosa.
—¡Por favor! ¡Por favor! Te prometo que no nos meteremos en problemas con la policía —. El rubio la miro, sabia que si no aceptaba sería capaz de ponerse de rodillas frente a todos.
—¡De acuerdo!
La pelirroja sonrió. Ahora solo necesitarían un equipo.
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Los arboles eran tan estrechos que casi era imposible de pasar. "Casi", el entrenamiento de Clark era impresionante, tenia la fuerza de un superhumano, pensó Lois. Dejo de mirarlo y se concentro en el viejo mapa.
—De acuerdo, creo que deberíamos ir por... —Volteo y giro el plano de diferentes maneras. Esa cosa no tenía ni pies ni cabeza. Bufo, siguiendo, intentando. —A la derecha.
Siguieron el camino. Hasta ahora solo había arbustos y flores un tanto peculiares, pero ningún rastro de la misteriosa mujer.
—Muy atento Clark, no sabemos si lo que tratamos es una amenaza. Se que tú eres la seguridad aquí, pero yo soy la investigadora, así que escucha —. Saco su libreta de notas. —. Para sobrevivir hay cinco reglas indispensables que debes saber, número uno: Si escuchas ruidos extraños, corre por tu vida, número dos: Jamás confíes en un automóvil con encendido tradicional, número tres...
Por un momento dejo de escuchar a la señorita Lane, y no solo a ella, sino a, literalmente todo, como una especie de pérdida de la capacidad auditiva total. Segundos después se empezó a recuperar, no obstante, al estar concentrado en tal acción, se quedo un par de pasos atrás. Un intenso pitido estallo dentro de su oído y lo segundo que oyó fue un crujido de una rama en la dirección opuesta a la que se dirigían.
—Por ultimo y la más importante: No te separes del grupo, de verdad ¡Jamás te separes! —Voltio a ver a su amigo para confirmar si le había prestado atención o no. Su sorpresa fue ver que ya no estaba. —¿Clark? ¡Claaark!
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El lugar del que les había hablado era tal cual como lo habían imaginado; tenebroso. Karen, quien fue la primera en ser reclutada, sostuvo de la mano a su compañero de al lado, y con una sincera sonrisa lo reconforto de todos sus miedos.
Barbara ojeó con orgullo el equipo que con dificultad había reunido. Tenia una poderosísima idea que podría contribuir con la investigación del periódico y ser importante en alguna cosa. La morena era quien tenia los pies en la Tierra y sabia calcular las mejores decisiones, Barry era un experto a todo terreno y Garth, bueno, le gustaba el ambiente natural, además, Kara había rechazado tercamente acompañarlos.
El clima era tan diferente al del pueblo, mas húmedo y lóbrego. Las vibras que abundaban le daban mal presentimiento, la pelirroja volteo para todos lados intentando buscar la salida, pero por mas que giraba notaba que los angostos arboles las rodeaban. Tardo unos instantes en activar todos sus sentidos nuevamente, para entonces los demás ya no estaban con ella. Por un reflejo giro su cabeza unos centímetros hacia la izquierda, unos azulados ojos brillantes la miraban ocultos en las ramas de los troncos.
La incrédula chica no supo como reaccionar y por un falso movimiento y el barro en el que estaba parada termino callándose, como consecuencia, golpeándose la cabeza contra el suelo.
—¡Babs! BARBARAA —. Barry y los chicos corrieron hacia ella, después de que la perdieran de vista no podrían estar más que preocupados. Al gritar repetidas veces su nombre y que no reaccionaba, decidieron que lo mas prudente era abandonar la misión e ir al hospital.
En la clínica, después de un buen rato, el dolor de jaqueca le hizo levantarse, no pensó que terminaría en ese sitio, pero al menos rezaba para que su padre no se enterara de nada.
—Barbara, que bueno que estas bien —. La doctora ingreso a la habitación junto con sus amigos.
—¿Qué paso? —Pregunto, aun desorientada.
—Nada grave, tienes suerte de que no fuera una contusión —. Explico mientras revisaba su nuca. —Por otro lado, no puedo decir lo mismo de tu tobillo. El bosque es muy peligroso, y más sin la supervisión de un adulto.
—Había alguien, con hermosos pero atemorizantes ojos azules —. Comentó, ignorando la necesidad de recalcar que, en unos meses, oficialmente se convertiría en mayor de edad.
—¿Estás segura? — Pregunto la doctora con cierta inquietud mientras revisaba el vendaje.
—Sí. —Afirmo sin titubear.
Nadie pareció convencido.
—El impacto del golpe pudo disociar tu percepción, y seguramente, lo que viste fue solo un búho.
—¿Un búho? —Pregunto Barry. Garth suspiro aliviado.
—Lo recomendable es que descanse, y tome sus analgésicos —. Termino de decir, consecutivamente salió de cuarto.
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Un intenso centelleo se adentró en la densa vegetación en un intento de escapar de su vista. El sonido de las ramas y hojas crujían bajo sus pies mientras corría, pero no iba a permitir que se saliera con la suya. No tenía idea de que era lo que perseguía, sin embargo, tenia una corazonada.
Siguió el rastro de la fugitiva luz verde, encontrándola, cayendo en una cueva oculta por debajo, lo que hizo que cayera hasta el fondo del tormentoso agujero.
Ignoro e dolor de los raspones, se sacudió y prendió la linterna que tenia guardada en su cinturón. Observo el lugar en el que está atrapado; no era una cueva normal. Mas en el interior, había una nave con un particular símbolo, era tan extraño que le resultara familiar.
Quiso acercarse y examinarla con detalle. No obstante, se tropezó con algo más: un letrero de metal con el nombre "Metrópolis" incrustado. Camino hacia atrás, existían vagos recuerdos de una vida completamente diferente. Su cabeza estaba por estallar, aunque por un momento su mente pudo recuperar la verdad.
Los sentidos de Clark se activaron mas de lo normal, sabia que hacer, tenia que salir de ahí. Volteo para dirigirse a la salida, inconvenientemente, unos ojos verdad rodeados de una energía mágica lo estaba esperando. El pelinegro se congelo, esa magia invadió todo su cuerpo y poco a poco se convirtió en cristal puro. Luego de eso, el orificio de tal cueva ya no era existente.
Lois trato no dejar de correr, pero la mujer que tanto le había costado buscar era evidentemente mas rápida, y lo único que pudo llegar hacer fue tomar su cámara y capturar un lazo dorado con una sombra sosteniéndolo. La joven gruño, no tenía miedo, pero pedía que su compañero de aventuras estuviera a su lado. No podía rendirse, pero encontrarlo era como buscar una aguja en un pajar.
Tayo sus ojos a causa de una cosa que reflejaba la luz en su dirección. Para su sorpresa eran los anteojos del Capitán, asustada intento presionar el número de teléfono del alcalde sin temblar, necesitaba mas ayuda de la que pensaba.
No paso ni el segundo pitido cuando fue capturada por la sombra que anteriormente perseguía, dejando en espera al alcalde en la llamada junto a varias de sus cosas.
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CONTINUARA...
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