–¿Sabes, Marc? Había estado pensando, y se me ocurrió que tal vez podríamos invitar a Layla para la cena de Navidad.–Dijo Steven desde el reflejo de la ventana de la cocina, mientras Jake estaba preparando la comida para la cena.
Ésta era oficialmente tu primera Navidad, y era especial porque estabas con ellos.
Los tres se habían vuelto locos comprando mil cosas para ti, Jake se encargó de decorar el departamento, compró un árbol de navidad, estaba preparando la cena e incluso se había puesto un sobrero de Santa Claus.
Steven había envuelto los regalos, también decoró, te compró un vestido de duende, y no podía esperar a que fuera de noche para que abrieras tus obsequios.
–No creo que sea buena idea. Probablemente ya tiene planes, además, no podemos avisarle con tan solo un par de horas de anticipación.
–¿Y quien te dice que no, pendejo? Hay obsequios para ella, hay comida suficiente, y es cosa de llamar y preguntar nada más. No tienes nada que perder.–Le dijo Jake mientras se acercaba a ti con tu comida molida en un plato para sentarse en una silla frente a tu silla especial, dejando la olla prendida con las verduras.–A ver, mija. Abra la boquita. Eso es... muy bien.
–Babababá.–Medio hablaste comiendo lo que tenias en la boca y moviendo los brazos, haciendo que Jake riera y limpiara tu boca con una servilleta.
–Sería una forma de agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros, Marc. Layla se ha quedado con T/N durante días mientras nosotros tenemos misiones. Jamás nos ha dicho que no y siempre está dispuesta ayudar.
No tienes que llamarla tu si no quieres, yo lo puedo hacer.–Le dijo Steven reflejado en la ventana y Marc a su lado.
–No necesito que hagan nada por mi, yo puedo llamarla por mi mismo. Termina de darle su comida y lo hago.–Se cruzó de brazos y rodó los ojos, mientras Jake reía.
–Tú papá el pendejo parece que anda de malas.–Te dijo mientras llevaba otra cucharada a tu boca.
–Wenejo.–Dijiste viéndole a la cara.
–¡¡¡JAKE!!!
–Ay verga... mija ya déjese de repetir todo lo que digo.–Dijo algo nervioso, limpiando tu boca.
–Werga.
–¿Sabes qué? Ya es suficiente. Dame el cuerpo.–Marc forzó un cambio y dejó el plato a un lado para tomarte en sus brazos.–Tú debes dejar de repetir todo lo que escuchas de tu papá Jake, ¿si?
Marc se acercó y apagó el fuego de la olla, para luego irse a su habitación y te sentó en la cama frente a él, dejando unos juguetes para que usaras mientras tomaba su teléfono y buscaba entre los contactos.
Había bloqueado a los chicos en el espacio mental para poder hablar tranquilo, aunque se quedó viendo la pantalla de su teléfono por unos segundos, algo indeciso.
–Babá Maugc.–Balbuceaste extendiendo tus brazos hacia él, haciendo que riera.
–Ven acá princesa. Eso es.–Besó tu mejilla y te sostuvo con su brazo izquierdo en su pecho.
Extendiste tu mano hacia su teléfono y por accidente apretaste el botón de llamar, haciendo que Marc entrara ligeramente en pánico.
–¡No T/N! Mierda...
–¿Hola?–Escuchó la voz de Layla del otro lado.
–Hey, Layla... hola... ¿e-estás ocupada?–Le preguntó nervioso, mientras tú jugabas con su cadena alrededor de su cuello.
–No, Marc. Claro que no. ¿Cómo estás? ¿Cómo está T/N?–Le dijo alegre, prácticamente pudiendo oír en su voz la sonrisa que tenía en el rostro.
–Bien, estamos bien. T/N ya aprendió a—
–¡Lala!–Exclamaste riendo ligeramente, lo cual no pasó desapercibido por Layla.
–¡Hey! ¡Ya aprendió a hablar! ¡Eso es maravilloso! ¡Hola pequeña!
–Lalalalala.–Reíste al escuchar su voz por el teléfono.
–Ya guarda silencio, niña. Layla te llamo porque... b-bueno yo— ¡nosotros! Ya sabes, Steven, Jake, T/N y también yo, obviamente. Queríamos, tal vez si es que estás disponible y no tienes nada que hacer, tal vez pasar por aquí y puede ser, no lo sé es solo una idea que—
–Marc, ya dilo de una vez. No te des tantas vueltas.–Rió a pesar de saber qué es lo que quería preguntarle.
Marc soltó un suspiro e inhaló, tratando de ordenar sus ideas mientras tú jugabas con su rostro y no dejabas de decir "Lala".
–¿Te gustaría venir a pasar la navidad con nosotros? Es la primer navidad de T/N y la verdad es que estamos bastante emocionado por eso. Y además, nos has ayudado muchísimo durante éste último tiempo y ella te quiere muchísimo... tal vez incluso como... b-bueno es eso.
No tienes que venir si no quieres o no puedes, pero la invitación está hecha.–Le dijo acomodándote en su brazo al sentir que te estabas resbalando.
–Me encantaría, Marc. ¿Te parece si voy como a las ocho? Así puedo llevar algo, también los obsequios de T/N.–Le dijo ya emocionada.
–Claro, si, si. Perfecto. Aquí te estaremos esperando. Hasta entonces.–Le dijo sintiendo como una sonrisa se formaba en su rostro mientras colgaba la llamada.
Cuando se volteó hacia ti le estabas viendo con una gran sonrisa, y él frunció el ceño al verte.
–¿Por qué me ves así?–Sus palabras te hicieron reír al igual que a él, para después levantarse y caminar contigo a la cocina.–Mejor dejemos que Jake termine de preparar la cena.
(.....)
Layla había llegado a la hora que prometió, y ni bien la viste, extendiate tus brazos hacia ella para que te cargara, lo cual hizo con gusto.
Llevó algunos regalos, principalmente para ti pero también algunos para los chicos.
Steven había comprado un vestido de Santa Claus para ti, el cual le emocionaba muchísimo ponerte junto con el pequeño sombrero del conjunto.
Jake fue quien sirvió la cena y después le cedió el cuerpo a Steven ya que prefería no aparecer mucho cuando Layla estuviera cerca para no inconodarla, aunque de todas formas observaba desde el reflejo de la pecera de Gus II o alguna superficie en la que pudiera verse para observarte a ti.
Durante la cena Layla te tuvo en su regazo todo el tiempo a pesar de que Steven le ofreciera tenerte él mismo. Y charlaron durante bastante tiempo hasta que Jake les dijo que ya mejor abrieran los obsequios.
Marc tomó el control y se intercambiaron obsequios, y otros los dejaron para Steven y Jake que los abrirían después y así enfocarse en los tuyos.
Te habían dejado en medio de la sala de estar jugando con unos bloques, unos peluches y pequeños coches (incluido un taxi, regalo de Jake, obvio), mientras Marc y Layla estaban sentados en el suelo frente a ti, ambos con la espalda apoyada en el sillón detrás.
Marc tenía su brazo alrededor de Layla pero sobre el sillón para no incomodarla, y ella inconscientemente se acurrucó a su lado, haciendo que Marc se pusiera tenso. Pero una vez asimiló lo que estaba ocurriendo, una prqueña sonrisa se formó en su rostro y la abrazó ya estando más relajado.
–Adoptar a esa niña y darle un hogar fue la mejor decisión que pudieron haber tomado.–Le dijo con una sonrisa y sin dejar de observarte.
–Sí... debo admitir que al principio me daba miedo que tal vez... no lo sé... que tal vez hiciera lo mismo que mi madre me hizo a mi después de la muerte de mi hermano, pero ahora me doy cuenta que no es así.
Lo único que quiero para T/N, es darle la vida que yo siempre deseé tener.–Le dijo em voz baja viéndote jugar.
–Tú jamás vas a ser como tu mamá, Marc.–Layla se sentó derecha y se volteó hacia él para verle a la cara.–Tú no eres igual a ella y jamás lo vas a ser. T/N tuvo muchísima suerte de que fueran ustedes quienes la encontraran, y de tenerlos también. Steven, Jake y tu son los mejores padres que puedan existir, es solo cosa de verlos con ella o escucharles hablar de ella para saber que está en buenas manos.–Le dijo con una gran sonrisa.
Ambos se quedaron viendo por unos segundos, y de vez en cuando sus miradas bajaban a sus labios.
Muy lentamente comenzaron a acercarse, hasta que llegaste junto a Marc y llamaste su atención.
–Bababababa.–Balbuceaste extendiendo tus brazos hacia él.
–¡Hey! Princesa... ¿ya te aburrirte de jugar?–Te preguntó tomándote en sus brazos y tratando de disimular, mientras Layla reía ligeramente al verte.
–Lala.–Apuntaste hacia Layla que estaba junto a ustedes.
–Así es, Layla está ahí. Dile hola, Layla.–Tomó tu mano con delicadeza y la movió a modo de saludo.
–Ala Lalalalala.–Balbuceaste nuevamente viendo en dirección hacia ella.
–¡Hola princesa!–Dijo con una gran sonrisa, tomando tú mano en la suya para besarla con delicadeza.–Ya debería irme, mañana tengo que tomar un vuelo temprano a Egipto.–Dijo mientras se ponía de pie y Marc le seguía.
–¿Una misión?
–Sí, así es. Solo espero no sea una tan larga.–Rió mientras se ponía su chaqueta, guantes y gorra para cubrir sus orejas.–Adiós pequeña, nos vemos pronto.–Tomó tu mano, viéndote con una sonrisa.
–Lalalalala.
–Cuídate, ¿si? Sabes que puedes llamarnos en caso de cualquier cosa.–Le dijo Marc seriamente.
–Lo tendré en cuenta.–Le dijo con una sonrisa, para después acercarse y abrazarlo, cuidando de no aplastarte.–Nos vemos, Marc. Gracias por invitarme.
–Fue lindo tenerte aquí.–Le dijo con una sonrisa mientras ella abría la puerta.
Layla se fue y cerró, dejándolos a los dos parados frente a la puerta, Marc con una gran sonrisa y tú jugando con la mano que te edtabs sujetando.
–¡Andas matando, campeón! 'tás hecho todo un galán.–Le dijo Jake riendo desde el espacio mental.
–Ya, Jake. Déjalo.
Marc rodó los ojos y caminó hasta la habitación para cambiarte de ropa a tu pijama y recostarte en su cama mientras él también se cambiaba para dormir.