Última vuelta [Daniel Ricciar...

Від masmatexfa

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Me enamoré de él siquiera antes de saber lo que es el amor, antes de entender que era amar. Me enamoré sin du... Більше

Introducción.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Epílogo.

Capítulo 46.

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Від masmatexfa

Daniel Ricciardo.

19 de Agosto, 2022.
Londres, Inglaterra.
Después de la tormenta.

El recuerdo de cuando la besé por primera vez luego de nuestro reencuentro se viene a mi mente, se veía preciosa con esa ropa que claramente no era de ella. Recuerdo que a mi cabeza se me había venido la pregunta: ¿Cómo se vería ella con mi ropa? Luego de un tiempo pude tener la respuesta, la cual era muy simple: Perfecta.

Perfecta era ella, cuando se despertaba, cuando me besaba, cuando me decía que me amaba... Ella sólo tenía veintinueve años, solo eso, aún no habíamos hecho nada de todo lo que ansiabamos. Aún no habíamos tenido tiempo y de golpe todo se anuló a cero. Ya no hay nada para hacer, ya no hay tiempo.

Dolor. El dolor se instala y se vuelve insoportable, se vuelve un peso, una cruz. Su cabello rubio, su flequillo, sus labios, su sonrisa, sus tatuajes, su voz... Su imagen me causa dolor, dolor de no haberla podido disfrutar. Dolor de que su recuerdo siga en mi piel.

No le pude decir todas las veces suficientes que la amo. No me pude despedir...

Apenas llegué a casa Damon se encontraba durmiendo en su cama. No pude y no quise despertarlo, por los que me dirigí directamente a donde se encuentra la oficina de Nikova, allí me quedé unos cuantos minutos en silencio intentando procesar todo, hasta que el sonido de unos pasos es lo que me saca de mis pensamientos. Al levantar la cabeza lo primero que me encuentro es a Brianna con Michael y Alaska ingresando con precaución al lugar, literalmente no llego a decir mucho, simplemente sonrío triste mientras que por mi rostro no dejan de caer lágrimas.

-Los dan por muertos-Murmuro ante su atenta mirada-. A Oliver, a Roma...-Un sollozo se entremezcla entre mis palabras y como puedo en un hilo de voz digo su nombre en voz alta-, a Nik... Dan por muerta a mi mujer y yo ni siquiera me pude despedir porque estaba seguro que volvería y ahora... No, no está.

Lloro como un bebé abrazando el almohadón que había en la silla, me abrazo con fuerza a el sintiendo el perfume de ella. Aquí, en este preciso lugar donde más de una vez hicimos el amor, dónde la he besado antes de irme a la fábrica o a algún otro país, donde hemos desayunado, reído, jugado, apostado... Carajo, es que toda está casa tiene recuerdos suyos y ahora estos pesan como la mismísima mierda. Todo tiene su imagen, todo se centra en ella.

-No puede ser... Ella me prometió volver, no... Ella no...-Balbuceo en medio de mi sollozo-, ¿por qué? Me dejó, nos dejó... Está muerta.

Un sollozo ronco se entremezcla entre mis labios mientras lloro desconsoladamente, logrando que mi pequeña hermanita me abrace con fuerza.

La muerte era algo a lo que no le temía simplemente la respetaba, esto fue hasta que hallé que un día, de golpe, habían dos personas esperándome en casa, hasta ese momento la simple idea de morir no me quitaba el sueño, pero ahora mismo preferiría haber sido yo con tal de que mi rusa estuviese aquí con nuestro hijo.

-No la pude salvar-Balbuceo en los brazos de Bri-. No pude salvar a mi mujer, no estuve ahí, no pude...

Grito y lloro de forma desconsolada, creo ver cómo Alaska se tapa los oídos y se esconde en el pecho de mi mejor amigo, pero ahora mismo no puedo (ni sé) como manejar mi dolor.

-Bri, me duele-Gruño-. Me duele mucho...

Ella acaricia mi cabello y susurra en un roto hilo de voz.

-Lo sé, Dan, y no sabes cuánto lo siento...

°°°

-Mamá y papá están por tomar un vuelo directo, también Dean y Natasha están viniendo-Me comenta mi hermana apareciendo en la cocina.

Asiento con la cabeza mientras tomo del té que me hizo Alaska, hace no más de una hora que Summer, Lance y Mick se llevaron a Damon al apartamento de las chicas, ellos se ofrecieron a cuidar de mi hijo, de Jules y de Charlie mientras el resto podemos gruñir, llorar e insultar sin miedo de que nuestros hijos nos vean rotos.

Debo ser un niño ahora y un padre cuando esté frente a mi hijo.

-¿No sé sabe nada aún de Dimitri?-Murmuro tras unos segundos en silencio.

Bri me sonríe triste y es lo único que necesito para saber que él estaba allí. Lo que pocos cuentan de esta mierda es que se ha llevado demasiadas vidas: Lola, Matthew, Oliver, Dimitri, Roma, Nik y todos los agentes que la habían acompañado, entre ellos Pía, una mujer que siempre le fue leal a mi mujer. ¿Valió la pena? Para nada, ya que hoy con mucho dolor debo decir que mi mujer dió su vida en vano.

-Es horrible que de un día para el otro una parte de esa familia...

-Siempre supimos a dónde iba, no es sorpresivo, es solo que ahora soy meramente consciente de que a Damon deberé cuidarlo de más y no sé muy bien de qué.

Bri simplemente asiente con la cabeza mientras que yo tomo un trago más de mi té.

Aún no sabemos nada muy específico y es desesperante, pero si mi mujer está muerta sólo significa que deberé cuidar el triple a Damon, ya que en este momento el apellido Ivanov en este momento es denso.

Por la mierda que lucharé por él.

°°°

-Sadie recién se ha dormido-Murmura Pierre al sentarse al lado de Carlos, para posteriormente refregarse el rostro con ambas manos.

-Era hora de que duerma, ¿lo hizo sin pastilla?

-Si, ella no quería meterse en ninguna cosa, cree que si tiene pesadillas no se va a despertar y bueno, decidió intentarlo.

Pierre toma un botellín de cerveza que era del español, mientras que este fuma su cigarrillo y mira el cielo. Todos hemos llorado durante el día, él no. Carlos ha estado en silencio, contuvo a Sadie, a Madison, a Isabella, a Brianna... Pero a él nadie lo ha contenido y eso me preocupa.

-Carlos...

Su rostro se encuentra con el mío y se ríe de forma amarga.

-El que no arriesga no gana, ¿no?-Le da una pitada a su cigarrillo y se encoge de hombros-. Es mi culpa, yo tuve miedo y ahora...

Ni Pierre ni yo decimos algo, simplemente vemos cómo una lágrima se le escapa y se la limpia de forma rápida y furiosa.

-Nunca la pude disfrutar, ¿saben?-Niega con la cabeza-. Venimos con esto desde Diciembre y sin embargo siempre la perdía un poco más... Me conformé con su amistad porque dije: "Tiene 21 años y yo cumpliré mis 28, ella merece un chico de su edad". No pude jamás ser valiente y entender que yo sentía todo por ella.

Pierre lo mira con atención.

-Cuando te ví por primera vez con Sadie creí que ella y tú terminarían juntos, ví el brillo en tus ojos y en los suyos...-Se acomoda sobre la tumbona-, pero el día del cumpleaños de Madison y Nik... Dios, amigo, cuando viste a Roma disfrazada bailando me hiciste notar que el brillo en tus ojos era tal que todos lo notabamos a tu alrededor. Tú no tienes dudas en lo que sientes, jamás las tuviste, solo tuviste miedo y eso es una verdadera y jodida mierda.

-Tenía miedo a muchas cosas-Traga saliva y mira el cielo-. De igual forma ninguna importa ahora mismo, no la pude amar... A diferencia de Dan yo no la pude tener a Roma y duele como la mierda, créanme si les digo que no solo siento dolor, sino que también culpa porque jamás fui lo suficientemente valiente. Yo, solo... no pude ser digno de ella y eso duele.

-No seas tan duro contigo mismo-Pierre intenta animarlo.

-No voy a volver a besarla, amigo-Se ríe de forma amarga-. No voy a volver a besarla y jamás me lo voy a perdonar. Jamás me voy a perdonar no haberle dado un último beso.

La única tranquilidad que hay en mi ser es que a la hora de Nikova irse yo la pude besar, la pude abrazar y le pude decir cuánto la amo y cómo la iba a esperar. Y, ahora, Carlos me está haciendo notarlo. Aquí nadie sufre más que nadie, pese a que mi dolor ahora mismo me cubra y el dolor de mis amigos es tan válido como el mío.

-Dan...

Mis ojos se dirigen a la puerta donde veo a Bri.

-Damon se despertará en cualquier momento...

No contesto con palabras, solo asiento con la cabeza y me levanto de mi lugar para seguirla. El camino por mi casa es cada vez más agotador, en el momento que llego a la puerta de mi cuarto es que siento como las paredes se empiezan a cerrar.

Veo a mi hijo acostado en mi cama, durmiendo, dónde lo solía hacer ella. El dolor que siento me hace darme la vuelta para apoyar mi frente en la pared y llorar como un niño hasta que siento que me abrazan de la espalda.

-¿Cómo se supone que le diré?-Sollozo.

Brianna, mi sostén en este momento, no me contesta, solo me abraza con más fuerza.

-No pudimos ni siquiera casarnos, no pudimos tener un jodido día de luna de miel, no pudimos hacer un test de embarazo juntos... No pudimos hacer nada, Bri-Gruño entre lágrimas-. Perdí a mi vida y me dejo solo aquí...

-No se que decirte-Se la oye con la voz quebrada-, aún no caigo en que...

-Se murió, mi mujer no está más-Intento decir en voz alta, pero eso solo genera que el estómago se me revuelva-. No, no puedo...

Brianna suspira profundamente, me hace darme la vuelta, me mira fijamente y habla.

-Escúchame, tú tienes que seguir, se que el dolor te está cubriendo, se que sientes que te estás muriendo, se que sientes que te arrancaron el corazón y, mierda, se que en este momento sientes hasta furia, pero tienes que ser consciente que el niño que hay dentro de esa habitación espera por ti, necesita de ti y ahora más que nunca...

Sollozo cómo un niño cuando veo como aparece Alaska en mi campo de visión.

-¿Qué haré ahora, amiga?

Ella simplemente niega con la cabeza y se acerca para abrazarme.

-Lo siento tanto, Danny...

-Estabamos formando nuestra vida, Laska, yo le dije que Rusia no me daba buena espina y ahora...

Sus besos, sus risas, sus tatuajes, sus abrazos, sus caricias, sus regaños, sus pasteles, sus silencios, sus suspiros, sus sueños, su aroma, su voz, su letra, su esencia... Ella era mi salvación, era mi amiga, era mi compañera, era mi amante y por sobre todo era mi amor, era mi rusa y no la pude salvar, no estuve ahí y siento que la descuide.

Sollozo cómo un niño, gruño y hasta tengo arcadas, mientras al mismo tiempo me pregunto: ¿qué haré?

°°°

20 de Agosto, 2022.
Londres, Inglaterra.
¿Qué haremos?

Me encuentro recostado al lado de mi hijo, de nuestro hijo, acaricio su cabello sin dejar de mirarlo. Han pasado más de 20 minutos desde que me acosté a su lado, aún no se ha despertado y no estoy seguro de querer que lo haga.

-Te voy a cuidar toda la vida, hijo, te prometo que no te fallaré-Murmuro-. Solo pretende no dejarme solo, porque si te pierdo a ti no se que haré...

Dejo un beso en su cabello y me levanto, en cuanto estoy por abandonar la habitación escucho su voz.

-¿Papi?

Me doy la vuelta y no puedo evitar sentir el peor vacío del mundo, él me escanea y niega con la cabeza.

-¿Qué pasó?-Susurra mientras se sienta sobre la cama.

-Hijo...

Creo que eso le hace entender todo, mi tono de voz o quizás mi expresión... Pese a que soy consciente de eso, nada me prepara para ver cómo su rostro se desfigura con una mueca de dolor.

-Damon...

Su respiración es agitada, veo como se pone de rodillas y se levanta de la cama de casi un salto para caminar cerca de mi, intento tocarlo pero solo recibo un gruñido.

-¡¿Dónde está mi mamá?! ¿Dónde está?-Grita claramente de los nervios y ahí es cuando me rompo-. Papá...

Un sollozo se me escapa y eso es lo único que él necesita para ser consciente.

-No, papi, dime qué no...

-Lo siento tanto, hijito, no sabes cuánto lo siento, mi amor.

Y así, como cuando ves como a alguien se le rompe el alma es cuando lo veo en quien es mi hijo. Los ojos de Damon de golpe se oscurecen y el grito más desgarrador que algunas vez creí oír se escucha de su parte.

No tenemos más a nuestra alma.

•••

6 AM. Damon duerme, por fin duerme. Las ganas de escuchar que la puerta se abra y se escuchen los pasos de Roma o de sentir una caricia en mi cabello para darme cuenta que Nik se acaba de despertar se hacen presentes. Pero nada de eso ocurre.

Me levanto de la cama al darme cuenta que no dormiré, que no puedo. Me dirijo a la cocina donde me siento sobre el taburete frente al que ella usaba todos los días al desayunar. Veo como desde aquí se ven en el refrigerador las notas que ella dejaba cada vez que no quería olvidar algo, sonrío al ver la que escribió el día de mi cumpleaños: "Te amamos, Dan."

Las fotografías también duelen, esas en las que ella se encontraba sonriendo, en las que se encuentra sosteniendo a Damon con cuidado en sus brazos, en las que se encuentra sonriendo con mi mano en su cintura. Duele, todo duele.

Las promesas quedaron allí, en Mónaco, en la cama de ese apartamento. Mónaco nunca será lo mismo. Londres volvió a ser una ciudad gris. Perth es donde nunca más la encontraré. Liverpool no será más donde ella me amó. Rusia no será más el lugar en que la ví ser. Duele.

Nunca había experimentado algo así, nunca creí vivir un dolor de tal magnitud. Aún no se que decir, mi familia no sabe qué decir y Damon solo ha llorado.

¿Podré con esto?

Se lo prometí, prometí que iba a poder, pero jamás pensé realmente en que debería experimentar esto.

Estoy solo.

Miro mis manos, miro el anillo que decora mi dedo anular. Vacío, estoy vacío.

-Dan...

Levanto mi rostro y me encuentro con Sadie, ella al verme sonríe triste dejando ver las grandes ojeras que decoran sus ojos grises.

-¿Quieres un café?

Ella asiente con la cabeza y camina hacía mí, al estar a unos pocos pasos la tomo de la mano y la abrazo contra mí dejando que llore sobre mi hombro.

-No tengo más a mi papá, Daniel, mi papá y mi mamá están muertos. Yo necesito a mi papá, no se vivir sin él, no aprendí a hacerlo...

La sostengo de las mejillas y la hago mirarme.

-No digas eso, debemos ser fuertes, tienes que serlo, Oliver así lo querría.

Ella hace un puchero y un pequeño lloriqueo se filtra entre sus labios, finalmente me abraza y llora entre mis brazos lamentándose.

°°°

Ingreso con cuidado al cuarto de Damon y acaricio su cabello, en cuanto abre los ojos es que veo como siguen hinchados de tanto llorar.

-Hola, hijo...

Él suspira y veo que quiere sonreír pero sus lágrimas lo traicionan y un pequeño bufido se escapa de sus labios mientras llora en silencio.

-Me duele mucho, pá, me duele muchísimo.

Asiento con la cabeza y acaricio su rostro.

-A mi también, hijito-Le confieso-. Y te juro que haría lo que fuera para que tú no tuvieras que cargar con tanto...

Lloriquea unos cuantos segundos hasta que en medio de sus lágrimas hace una pregunta tan sencilla y triste que no se muy bien cómo es que no me pongo a llorar con él.

-¿Ella sabía que yo la amo?

-Por supuesto que si, ella lo sabía y era lo mejor de su vida...

Lloriquea por lo bajo mientras que yo solo acaricio su cabello. No sé muy bien que hacer, lo único que quiero que sepa es que estoy aquí y que yo lo cuidare mucho.

-Ella prometió volver-Murmura-, y mamá nunca rompe sus promesas...

Me siento a su lado en la cama y lo hago sentarse sobre mi muslo mientras siento como llora sobre mi hombro. Acaricio su cabello.

-Tu mamá te cuida, siempre lo hizo y siempre lo hará...

-¿Tú también me cuidaras? ¿Tú no me dejaras?

Niego con la cabeza.

-Eres mi hijo, Damon, dónde vayas tú iré, eres mi vida y mi familia. No te dejaré, cielo, eso jamás.

Las palabras quedan cortas. Ninguno dice mucho más, ambos nos quedamos en silencio en su cuarto, su mano se afianza con fuerza a la mía y es lo único que necesito para saber que debere cuidar de mi hijo, no puedo dejarlo solo.

Él me necesita y yo a él.

°°°

Carlos y Lando están siendo dos pilares fundamentales. Bri también, pero a ella debo cuidarla porque está embarazada y no me perdonaría que algo le ocurra.

-¿Salem?

-En el apartamento de Isa-Responde Lando ante la pregunta de Carlos-. Está tratando de cuidarla como lo hizo ella en Miami... Probablemente es egoísta lo que diré pero es, ahora mismo está cuidando tanto de Isabella que temo que se esté olvidando de ella misma...

-Por suerte te tiene a tí-Hablo por primera vez.

El británico asiente mientras bebe un largo trago de su cerveza.

-La estoy tratando de cuidar, pero es terca y cree que es el problema, y...

-No lo es, el problema en realidad es una pequeña esperanza y alivio en esta situación de mierda. Solo que al igual que a todos le cuesta lidiar con lo que estamos pasando.

Lando asiente y suspira.

-Aún así...-Vemos cómo saca del bolsillo de su hoodie un anillo con un diamante bastante sutil, Carlos y yo lo observamos y sonreímos al entender-, le pediré matrimonio.

Sonrío por primera vez de lo que va del día y estrecho su mano con fuerza mientras le doy una palmada en la espalda. Al mismo tiempo Carlos levanta su cerveza en su dirección.

-Salud por eso-Brinda.

-Eso es genial-Le soy honesto-. Cuida a mi preciosura.

-¿Puedo preguntar porque le dices así?

Suspiro y me encojo de hombros.

-Me recuerda a Nikova a su edad... Ella era magnética, no quería la atención, sin embargo la tenía y no lo sé, me recuerda mucho a mi Nik.

Lando sonríe.

-Eso suena mucho como mi peque-Suspira y luego frunce el ceño-. ¿Y los hermanos de Nikova y Roma?

Carlos gruñe.

-Mande al demonio a Dean, no me lo hagas recordar.

Nuestro amigo lo mira con las cejas arqueadas ante la sorpresa, suspiro y le explico.

-Tiene miedo que su familia tenga problemas e hizo un comentario sobre que Nik y Ro se metieron dónde no debían, Dexter se enojó y le doy un puñetazo mientras que Carlos lo insultó hasta en italiano y lo tuve que sostener con demasiada fuerza porque realmente lo quería golpear.

El piloto de Mclaren asiente.

-Cada persona vive el duelo de manera diferente.

Duelo, esa palabra que no quiero, ni pienso procesar. Duelo es entender que ella no volverá. Duelo es despedirla. Duelo es perderla. No puedo hacerlo cuando aún siento sus besos en mi piel, cuando siento sus manos en mi cabello, cuando escucho su voz... No quiero vivir un jodido duelo.

-No, Lan-Llama mi atención nuevamente la voz del piloto de Ferrari-, no permitiré que le falte el respeto a mi Roma así, no cuando ella no puede defenderse... No es culpa ni de Roma ni de Nikova que él tenga el culo sucio y que solo por eso él tema ser el siguiente

El menor de nosotros pone su mano en su hombro.

-¿Quieres hablar de ella?

Carlos niega con la cabeza.

-Aún no, aún me duele demasiado como para hacerlo.

°°°

21 de Agosto, 2022.
Londres, Inglaterra.
Hasta la última vuelta.

Corro por el vecindario, mis pulsaciones se encuentran a mil y siento como el estómago se me revuelve de solo pensar en mi sueño. Corro unos cuantos metros hasta que siento que las piernas me queman y sin siquiera poder controlar mi cuerpo caigo al suelo de rodillas para empezar a llorar como un niño en un costado de la calle.

Perdí todo, perdí a mi mujer, a mi chica, a mi alma, todo. No hay sentimiento o sensación siquiera similar a esto, perdí todo.

Lloro, gruño y me lamento tanto como es medianamente posible. No tenía que terminar así, no tenía que terminar directamente. No la amé lo suficiente, no la ví caminar hacia mí de la mano de nuestro hijo vestida de blanco, no la ví embarazada, no la ví viendo a Damon terminar la escuela, no la ví amándome una vez más.

Una última vuelta, este reencuentro fue una jodida última vuelta. Yo la tenía que encontrar y amarla para que después la jodida vida me la arrebatara como si nada. El puto destino hizo que la vuelva a ver, hizo que la vuelva a tener para poder sufrir en carne propia lo que es perderla.

No más besos en las madrugadas; no más vueltas a casa con olor a vainilla y jazmines recién cortados; no más hallar a Milo en mi cama durmiendo mientras ella trabaja en su laptop; no más juegos de mesas en los que Damon nos ganaba. No más Nikova, ya no está más mi amor.

Hay personas que ponen el dolor de una rotura de corazón como el hecho más doloroso de sus vidas, claramente nadie cuenta con esto. Nada te prepara para el momento en que los aviones se paran, en el que te sientes encerrado en un mundo con tan poco aire que es difícil hasta hablar. No tengo palabras, no creo tampoco tenerlas algún día, creo que jamás alguna vez he sentido la misma desesperación que sentí estos últimos días.

La pregunta principal es: ¿Cómo haré? Tengo un hijo de nueve años y él depende de mí, ahora mismo soy lo único que le queda.

Y de golpe el nudo en mi estómago es aún más grande al pensar en la vida sin Damon, sin su presencia, sin sus ojos celestes, sin sus risas y sin él. La simple idea de perderlo a él y quedar totalmente solo me atormenta.

Mis pies corren por sí solos en dirección a mi casa, dónde ingreso a toda prisa. Entro a toda velocidad al lugar donde sigue la esencia de mi mujer y voy directo a su oficina donde está la dichosa caja fuerte donde ella guardó los papeles de adopción.

Sin pensarlo la abro poniendo la contraseña que es la fecha de nacimiento de nuestro hijo. Abro sin ninguna sutileza la caja y saco con prisa el sobre, tirando muchas de las cosas que habían ahí dentro. Voy directo al escritorio con el sobre de papel madera entre mis manos sudorosas y finalmente saco los papeles para empezar a leerlos.

"El menor Damon James Ricciardo Ivanov, nacido el 25 de Junio del año 2013, está bajo la tutela de sus padres adoptivos.
Madre: Nikova Emily Ivanov.
Padre: Daniel Joseph Ricciardo."

Veo la firma de la rusa y la mía y acaricio ese garabato raro que ella llamaba su marca de personalidad. Me tranquiliza saber que nadie podrá quitarme a mi hijo.

Tras unos cuantos segundos en los que leo nuevamente nuestras declaraciones juradas es que vuelvo a la tierra y veo el caos de todo lo que deje tirado. Con cautela me acerco, me pongo en cuclillas y empiezo a recoger todo lo que deje ahí tirado, estoy juntando papeles hasta que un sobre me llama la atención ya que este tiene mi nombre.

-¿Qué es esto?

Me pongo de pie y abro el sobre para encontrarme con un pendrive. Sin dudarlo siquiera un poco voy hasta el escritorio para encender la laptop a la vez que conecto el objeto a una entrada USB, al encenderse lo primero que me aparece es una carpeta con un vídeo.

-No, rusa...

Con la mano temblorosa hago click en el vídeo pero debo pausarlo al ver movimiento frente a mi. Levanto la mirada y veo a Brianna en pijama mirándome desde la puerta.

-¿Estás bien?

Niego con la cabeza, mientras ella se acerca a mi y me abraza sin preguntar. Los brazos de mi hermana se sienten imprescindibles en este momento, ella sin darse cuenta es mi pilar, veo como tras unos minutos mira la pantalla de la laptop y el desastre de papeles que es la oficina para finalmente suspirar profundamente.

-Te esperaré en la cocina, ¿te parece?

Respiro hondo y asiento con la cabeza.

-Gracias, hermanita.

Ella besa mi mejilla y desaparece del lugar. Tras unos segundos me digno a reproducir el vídeo.

-No sabes lo agradecida que estoy de que no estés cerca de aquí mientras grabo esto...-Se ríe de forma triste mientras se acomoda lo mejor posible en nuestra cama-, hola, mi amor, posiblemente si no sabes nada de mí durante algunos días es que... Bueno, en realidad si llegaste hasta aquí es porque yo...-Veo como su labio inferior tiembla y se seca las lágrimas que empiezan a caer por sus ojos-, lo siento tanto, Dan, tanto, tanto, pero no puedo no hacer nada, no sabes cómo lo siento mi vida.

Su voz, el momento en el que se rompe me deja saber lo obvio. Ella sabía que esto iba a ocurrir, aún así jamás la ví derrotada. Me permito llorar, permito que el dolor se haga presente, obviamente acompañando el suyo.

-Cuando volviste a aparecer me diste esperanza, creí que ya estábamos escribiendo un final feliz y yo lo tuve, jodidamente lo tuve porque me amaste de una manera que nunca nadie había hecho, me amaste sin pedir permiso ni perdón, me amaste cuando te quise echar y me amaste cuando fallé y eso, Dan, jamás alguien lo había hecho.

Ella seca las lágrimas de sus ojos y me muestra una sonrisa muy triste.

-Te amo, Daniel, te amo con locura y amo a nuestro hijo. Te estoy dejando lo más importante de nuestras vidas y tienes que cuidarlo, ¿me oyes? Tienes que cuidarlo. Ambos se tienen que apoyar en todo lo que decidan...-Suspira y acaricia la cabeza de Milo mientras trata de tranquilizarse-, no dejes de enviarlo a fútbol, no dejes de animarlo a hacer cosas nuevas, no dejes que abandone la fotografía, no dejes de mostrarle lo que está bien y lo que está mal, no dejes de hacerle conocer el mundo, no dejes de ser ese gran padre que eres, cielo-Sorbe por la nariz y muerde su labio inferior.

Quiere hablar nuevamente pero el llanto la interrumpe. No puedo verla ya que mis lágrimas bloquean mi campo de visión. Paso mis manos por mi rostro mientras veo como ella mira la foto que hay sobre su mesita de noche, esa en la que estamos Damon, ella y yo con el trofeo que levanté en Mónaco este año. Parece tan lejano ese día.

-No quiero que dejes la fórmula 1-Vuelve a hablar-, no quiero que dejes tu sueño, quiero que seas campeón y que llegues a lo más alto que es donde perteneces...-Sonríe de forma tan triste que se vuelve algo tangible, se vuelve algo que siento en lo más profundo de mis entrañas-, vuélvete a enamorar, mi amor, vuelve a tener todo el sexo que quieras, se ese gran hombre que eres, se ese campeón guerrero que se que eres. Por favor, Dan, si no vuelvo sigue adelante, mudense si quieren de aquí a donde les plazca, vayan a dónde sea que los haga felices.

Milo se sube aún más a su regazo y ella acaricia su cabecita. Tras unos segundos mira la cámara y mientras se seca una lágrima asiente con la cabeza.

-Cuida de Damon y por favor recuérdale a diario lo mucho que lo amo y lo amé, no te olvides de decirle que él fue nuestra elección y nuestro mayor orgullo, no te olvides jamás de alentarlo y mucho menos de cuidarlo, por favor amor hazlo ser feliz... Te pido también que tampoco dejes caer a Dexter y a Dean, además de que abraces mucho a mis padres. Pero principalmente ama a nuestro hijo.

Seca sus ojos y se levanta de la cama, veo como se acerca hasta donde posicionó la cámara y le habla.

-Y tú, Daniel Joseph Ricciardo, nunca jamás te olvides que siempre serás el amor de mi vida. Que eres mi luz. Que junto a con Damon eres lo más hermoso que tengo-Ella sonríe una última vez-. No te olvides que te amo, que los amo mucho, que los amé hasta la última vuelta...-Sonríe con lágrimas en los ojos-, gracias por hacerme tener un final feliz, mi vida, te veo en la próxima vida... Te veo en la próxima vuelta, mi amor.

Mi rusa, mi mujer, mira una última vez a la cámara, sonríe y el vídeo se corta.

-Hasta la próxima vuelta, mi reina-Susurro para romperme finalmente en llanto.

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