𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐢𝑇𝐸𝐷 ❙ ONE PIEC...

By ihwax_

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𝑃𝑅𝑂𝑇𝐸𝐢𝑇𝐸𝐷
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MEBI OSO NAT HIT CHODA OP NODOTAIM❞

Al llegar a aquel lugar en el que habia estado la mayor parte de su tiempo y creado bonitos recuerdos. La vio, Ella estaba tranquila y en silencio, parecía completamente ajena a lo que sucedía a su alrededor, sus ojos estaban fijos en las flores que se movían con elegancia, su largo cabello brillaba con el sol y se movía con suavidad dándole un aire encantador.

Avanzó, un paso tras o otro, completamente consciente del porqué se dirigía hacia ella, las razones sobraban.

Porque la conocía y quería saber como estaba.

Porque ella lo hacía feliz.

Y no quería que ella estuviera triste por su culpa.

Continuó a paso fijo, lento y seguro.

Ella simplemente se mantuvo quieta y sin despegar su vista de las flores. Probablemente ya lo había visto desde un principio. Pero aún así...

Él tomo asiento a su lado, la miró de reojo y noto como seguía sin dedicarle una mirada. La notaba algo decaída y sin ánimos, no parecía ser la misma.

No parecía la feliz, hiperactiva y tierna niña que había conocido durante estas semanas. La que se había hecho un lugar especial en su corazón.

Suspiro con pesadez, y decidió que era el momento de hablar.

—Oye...

—¿Se irán?—fue interrumpido por esa pregunta.

Apreto sus labios un momento y luego respondió;

—Si. Nos iremos hoy.

Lo sabía. Ella sabía perfectamente que diría eso, pero por un momento tuvo la esperanza de que esa respuesta cambiaría.

Comenzó a sentir una picazón en sus ojos, mordió su labio inferior intentando que aquellas lágrimas no escaparan, pero fue en vano. Tan pronto como cayó una las demás le Siguieron.

El vio eso y no pudo evitar sentirse mal, no quería hacerla sufrir.

—No llores Lyanna.

Ella sintió un peso en su cabeza, algo que cubría sus ojos mientras que las lágrimas seguían cayendo.

Era el sombrero de paja que siempre llevaba el pelirrojo consigo.

—Este sombrero es muy importante para mí, me lo dio alguien especial—comentó con una sonrisa—Te lo prestare, pero sólo si dejas de llorar.

Sin que este se lo esperase abrazo tiernamente al pelirrojo, mientras escondía su rostro en su pecho.

—Dije que ya no llores.

—No estoy llorando.

—¿Como que no? Mentirosa—arrugó su nariz—puedo sentir como esta llenando de mocos mi camisa.

—Je, Je, Je, Je—río.

—¡No te rías! Es asqueroso.

—¡Hay como si tu no tuvieras mocos!—se separo un poco de él.

—Los tengo, pero no ando ensuciando la ropa de los demás con ellos.

—No sea llorón, se puede lavar.

—¡Mira quien lo dice!—la señalo—Yo no soy un llorón.

—Eso es lo que diría un llorón.

—¡La llorona eres tu!

—¡Claro que no, solo me entró un poco de polen en los ojos!—dijo mientras señalaba a las flores.

—Aja, si claro.

—¡Es verdad!

El ambiente cambió drasticamente. Lyanna ya había dejado de llorar y ahora Shanks se estaba burlando de ella.

—¡Basta! Ya no juego más—dijo mientras cruzaba sus brazos.

—Uh ¿Vas a llorar de nuevo?—se burlo.

La pequeña le dirigió un mirada de indignación.

—Te voy a acusar con Mamá—comenzó a caminar lejos de él.

Él pelirrojo se paralizó al oír eso ¿Qué lo iba a acusar con su madre? ¡Dios! Preferiría pelear con uno de los reyes del mar antes que enfrentar la furia de Hana.

—¡No me acuses!—comenzó a correr detras de ella—¡Era mentira no eres una llorona!

—Con que...

No termino de hablar ya que unos fuertes brazos la rodearon y levantaron del suelo.

Shanks la estaba abrazando.

Y todo para que no fuera a acusarlo con su madre.

—Sueltame, Tío Shanks.

—No.

—¿Ah?

—No voy a soltarte—este la apretó más contra su pecho.

—N-No Pu-Puedo respirar—balbuceo.

Aflojo un poco el agarre, pero aun así no la soltó. La observó unos segundos mientras ella volvía a respirar con normalidad.

—Casi me asfixias.

—Qué exagerada.

Lyanna se acomodo el sombrero de paja y miro a su tío. Este aún mantenía su sonrisa.

—Tío Shanks.

—¿Si?

—Voy a extrañarte.

Apoyo su mejilla sobre el hombro del pelirrojo, y rodeaba su cuello con sus pequeñas manos.

Él poso su mano sobre la espalda de ella y la apretó un poco contra él.

No entendía como es que esta niña se había convertido en alguien importante para él.

No quería soltarla, es más quería llevarla con él, pero sabía que eso no sería posible.

Así que solo se dedico a abrazarla, como si su vida dependiera de ello.

—También voy a extrañarte.

Extrañaría jugar en el campo de flores, comer, almorzar y merendar juntos, oírla cantar, bailar junto a ella, verla reír, molestarla con que era una "llorona"
Extrañaría sus abrazos, extrañaría oírla decirle;

"Buenos días, Tío Shanks. El desayuno ya está listo"

Extrañaría obsolutamente todo de ella.

Porque Lyanna era importante para él.

Era su Nakama.

Su sobrina.

Una de las personas por las cuales daría su vida.

—Vamos, aún debo despedirme de los demás—exclamó la pequeña.

—Claro, seguro nos deben estar esperando.

Lyanna quiso bajar para poder caminar y no ser una carga para su tío. Pero este no se lo permitió.

—¿Hum?

—Yo te llevo.

Y de un simple movimiento colocó a Lyanna sobre sus hombros, dejando sus piernas a los costados. Mientras que esta sostenia el sombrero de paja para que no cayera al suelo.

—Sostente fuerte.

—¿Ah? ¿Por q..

Antes de siquiera terminar, Shanks comenzó a correr, haciendo que el viento chocará con el rostro de Lyanna y una sonrisa apareciera en su rostro.

—Je,Je,Je,Je,Je.

—Dahahahahaha.

La extraña risa de ambos resonó por toda la montaña.

Los ojos de Lyanna brillaron ante la propuesta hecha por su Tío Benn.

—¿Enserio?

—Por supuesto.

—¡Oíste eso papá!—chillo Lyanna.

—Claro que si—le dio un empujoncito—yo te sigo.

La pequeña corrió hacia su tío Benn el cuál le extendió su mano y está la tomo con gusto. Ambos comenzaron a subir a el gran barco de la tripulación del pelirrojo.

—Nunca había visto un barco tan grande—comentó Lyanna quien se paseaba por la cubierta.

—¡Oí, Lyanna!—grito Yasopp desde el puesto de vigía.

—¡Tío Yasopp!—chillo con emoción—¿Puedo subir contigo?

—¡Claro!

—Papá, lanzame—demando la pequeña, mientras sostenia el sombrero de paja que le había prestado su tío Shanks.

—Con gusto—Ragnar tomo a su hija en brazos.

—Oigan, que se supone que..¡Maldición!—dijo al ver como Ragnar lanzaba a su hija hasta el puesto de vigía.

—¡Atrapame, Tío!

Yasopp tuvo un mini infarto en el momento en que por poco y no atrapa a su sobrina.

—¡¿Como vas a lanzarla así?! ¡¿Estas loco o que?!—grito mientras abrazaba a Lyanna—¡Se pudo haber lastimado!

Ragnar y Benn se rieron ante la exagerada reacción.

—¡No es gracioso, Bastardos!

—No te preocupes. Papá, sabía que tu me atraparias—sonrió.

El hombre se olvidó de su enfadó al ver aquella sonrisa.

Acomodo a Lyanna para que pudiera ver la vista que les ofrecia aquel lugar.

—¡Es genial! Todo se ve tan pequeño desde aquí.

—¿Verdad que si?—sonrió—es uno de mis lugares favoritos. Desde aquí podemos verlo todo.

Lyanna sonrió y miro hacia adelante, podía ver el gigantesco mar azul, y el sol que estaba comenzando a salir.

Sin duda alguna era una vista maravillosa.

—Ustedes se irán ¿No es así?—comenzó la pequeña sin despegar la vista del horizonte.

El mayor apretó sus labios y desvío su mirada.

—Si. Estamos preparando las cosas para zarpar—respondió.

—Voy a extrañarte Tío Yasopp.

—Y yo a ti.

Abrazo a la pequeña con la cual se había encariñado estas últimas semanas.

La pequeña que siempre oía sus historias, que siempre lo oía cuando hablaba de su hijo. Ha la cual le había enseñado varias cosas, con la cual había compartido lindos momentos.

La iba a extrañar.

—¡Mira allí esta el tío Lucky!—dijo señalando hacia abajo.

Yasopp miró en la misma dirección, y si efectivamente hay estaban sus Nakamas terminando de subir las provisiones al barco.

—Quieres ir con...¡Lyanna!

Su alma abandono su cuerpo en el momento que la pequeña salto del puesto de vigía.

—¡Benn!—grito para que este la atrapará.

Lya soltó una carcajada y su cuerpo fue atrapado por su Tío Hongo. El médico de la tripulación del pelirrojo.

—¿Estas bien?—fue lo primero que pregunto.

—¡Si! ¡Fue muy divertido!—acomodo el sombrero sobre su cabeza.

—¡No lo fue! ¡Casi haces que me de un infarto!—grito Yasopp.

—Je,Je,Je,Je,Je.

—¡No te rías!

—Lya, eso fue peligroso—hablo su tío haciendo que deje de reír—te pudiste lastimar.

—Si eso sucedía..—lo miro con una sonrisa—Tú me curarias ¿Verdad?

—Por supuesto que si, pero no por eso debes lastimarte. Tienes que tener cuidado.

—De acuerdo. Lo tendré.

—Muy bien, Tú de...

Calló al sentir los brazos de Lyanna rodear su cuello.

—¿Hum? ¿Te sucede algo?

—Ya no jugaremos más a los doctores ¿no?—murmuró en su cuello—Yo ya no seré más la enfermera.

Entendió a lo que se refería. Él se iría y Lyanna se quedaría aquí. No sabían cuando se volverían a ver e incluso estaba esa posibilidad de que no se volvieran a ver nunca.

Apretó un poco más aquel abrazo que le estaba brindando la ojiazul.

—Voy a extrañarte, Doctor Hongo.

—Voy a extrañarte, Enfermera Lyanna.

La extrañaría.

Extrañaría enseñarle primeros auxilio, aunque sea solo lo básico. Extrañaría cuando ella iba y le llevaba un pequeño pajarito herido, simplemente para que él lo curará.

Maldición ¿En que momento esta niña se había vuelto especial para él?

—¡Oí Lya!

La pequeña levantó la mirada y vio a los miembros de la tripulación del pelirrojo, excepto por Benn y Yasopp quienes se encotraban ocupados, y Shanks que aún no había subido al barco.

—¿No nos extrañaras a nosotros?

—¡Por supuesto que si!—pidió a su tío que la bajara y corrió hacia los demás—Voy a extrañarlos a todos.

Miró a cada uno de sus tíos, los cuales se habían ganado un lugar en el corazón de Lyanna.

—También voy a extrañarte Lya—hablo su tío Lucky.

—Vo-Voy a extrañar comer carne contigo—su voz comenzó a quebrarse—Voy a extrañar ju-jugar con us-ustedes y..

No aguanto y rompió en llanto.

—¡Voy a extrañarlos mucho!

La tripulación la rodeo mientras que la abrazaban, intentando no llorar. Pero fallando en el intento.

—¡Nosotros también te vamos a extrañar!—lloriquearon.

—¡Oigan llorones, la van a aplastar!

—Mira quien lo dice, tu también estas llorando.

—¡No es cierto! Solo me entró algo en los ojos. Eso es todo.

Ragnar y Benn observaban la escena con una pequeña sonrisa en sus rostros.
El primero no entendía como es que su hija se había vuelto tan importante en la vida de esos piratas, como para que estuviesen llorando como unos niños.

Y Benn solo estaba esperando su turno, para poder despedirse de la niña.

Porque se había vuelto importante, aunque tratara de negarlo.

—¡Joder, están aplastando a la pobre Lya!—se quejo Yasopp.

Y era cierto, los hombres mientras la abrazaban todos  juntos no estaban midiendo su fuerza y eso ocasionaba que a Lyanna se le fuera el aire, pero no lo decía.

Porque ese seria su último abrazo y queria disfrutarlo.

—Lo sentimos—dijeron separándose un poco para que la pequeña tomara aire.

—No se preocupen ¡Estoy bien!—sonrió con las mejillas rojas.

—Cariño, hay alguien que te está esperando—le dijo su padre.

—¿Ah?—lo miro confusa.

Él señaló con su mirada hacia el hombre de cabello negro quien se había ido cerca de la proa de aquel barco.

Lyanna abrió sus ojos, era cierto. No se había despedido de su tío Benn aún.

—Ya regreso—les dijo a sus tíos y comenzó a caminar hacia Benn.

Camino hacia él mientras volvia a acomodar el sombrero de paja que traía en su cabeza.

Se colocó a su lado esperando a que este notará su presencia. Aunque claramente el ya la había notado desde antes.

—Tío Benn—decidió hablar ella primero.

—¿Si?

—¿Puedes subirme?—señaló el barandal del barco.

Este sin rechistar acató la petición de Lyanna.

La levantó lo suficiente para que ella se pudiera sentar en el barandal de madera, mientras que este la sostenia para que no cayera al agua.

La pequeña tenía una sonrisa en su rostro mientras observa el mar y las olas que chocaban suavemente con el barco. La brisa marina hacia que su blanco cabello se moviera con suavidad.

—Tío Benn, Voy a extrañarte mucho—dijo sin despegar la vista de las olas.

No sabía en donde habia comenzado su querer por esta niña. Si inició con su radiante sonrisa o cuando se acercó a preguntar su nombre. Quizás cuando comenzó a contarle sobre sus aventuras, o tal vez cuando vio a esos grandes ojos azules brillar con intensidad.

—¿Tú vas a extrañarme?

¿Qué si iba a extrañarla? Para él era una pregunta muy tonta.

Lyanna se había convertido en alguien tan especial para él. Cuando la veía sonreír sentía una inmensa calidez en su pecho.

Calidez que extrañaría en el momento en el que abandonará aquella isla.

Extrañaría cuando ella le preguntaba cosas con curiosidad y él se tomaba el tiempo de responder cada uno de sus dudas. Porque Lyanna amaba aprender y ver cosas nuevas.

Era una niña muy curiosa e inteligente.

Extrañaría compartir siestas junto a ella bajo la sombra de un árbol.

Extrañaría oírla decir;

"Tío Benn, Mamá dijo que ya es hora de la siesta"

"Tío Benn, vamos a jugar"

"Tío Benn, es hora de la cena"

"Buenos días, Tío Benn. Ya es hora de despertar, vamos a desayunar juntos"

"Vamos al campo de flores, Tío Benn"

Diablos ¿Como no iba a extrañarla si ella era la razón por la cual quería quedarse?

—Yo..—titubeo—También voy a extrañarte.

Más de lo que debería.

La ojiazul sonrió al oírlo, por un momento dudo que el contestara. Pero lo hizo y ahora estaba feliz.

—Gracias por enseñarme sobre el mar y contarme tus aventuras—agradecío.

—Gracias por escucharme.

—¿Sabes algo?—se paro sobre el barandal mientras miraba hacia el mar—Cuando sea mayor voy a salir al mar.

Benn abrió sus ojos al oírla decir eso, pero inmediatamente una sonrisa apareció en su rostro.

—Voy a tener mis aventuras y luego iré a buscarte para contártelas. Y comeremos dangos juntos—demando con una mirada firme y decidída —Voy a ser una pirata.

Una fuerte brisa movió el cabello blanco de Lyanna y esta tuvo que sostener el sombrero de paja para que no saliera volando. Tenía una mirada firme y con un brillo en sus ojos. Ya estaba decidido y Benn Beckman lo sabía.

Rebusco algo entre los bolsillos de su pantalón hasta que lo encontró, unos aretes de plata. Los miró unos segundos y sin dudarlo se los extendió a Lyanna.

—¿Hum? ¿Qué es..—calló al ver los aretes en sus manos.

—Es un regalo, para ti.

—¡Son hermosos! ¿Pero porque son ocho, si solo tengo dos orejas?—pregunto confusa.

—Es porque van cuatro en cada oreja.

—Ahh.

—Pontelos cuando salgas al mar.

—¿Por qué?

—Porque te estaré esperando, Lyanna—le dedico una sonrisa—así podremos comer dangos juntos.

La pequeña volvió a mirar los aretes y de pronto lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Sin que Benn se lo esperara ella se lanzó a sus brazos mientras enredaba sus pequeños brazos en su cuello y escondía su rostro en el.

—¡Gracias, Tío Benn!

Correspondiendo aquel abrazo, la apretó más contra su pecho deseando que ese momento fuera eterno.

—No llores Lya, no me gusta verte llorar.

Acarició su espalda intentando calmarla, pero lo que dijo Lyanna a continuación lo dejo helado.

—Te quiero mucho.

Benn Beckman se tenso al oír aquellas palabras tan claras, tan potentes, dichas de aquella forma tan inocente y segura.

Las palabras que nunca había escuchado, y que nunca supo que necesitaba escuchar hasta que ella se las dijo.

Y en ese precio momento lo entendió todo. Sin intención alguna había creado un vínculo especial entre él y Lyanna.

Un vínculo que no deseaba romper nunca.

—Yo también te quiero, Lya.

Y de pronto ambos se vieron rodeados por los demás tripulantes, y Ragnar quien estaba feliz de que su hija tuviera personas quienes la amaban y se precupaban por ella.

Por otro lado, se encontraba una mujer tirando todo a su paso, buscando algo de forma desesperada.

—Mierda, ¿Donde lo deje?—pregunto al aire.

Se acercó a su mesita de luz y dio vuelta el cajón, tirando las cosas que estaban dentro de el.

Luego fue hacia su armario y tiro la ropa que había en este. Realmente estaba ocasionando un gran desastre y probablemente su esposo la regañaria por eso.

—¿Donde es...

Dio un pequeño brinco al sentir unos golpes en la puerta.

—Hana.

Miró en esa dirección y se calmo al ver al pelirrojo recargado en la puerta.

—Shanks. Me asustaste.

—Lo siento—se disculpó y observó el desastre que había en la habitación—¿Sucede algo?

—Estoy buscando una cámara—paso sus manos por su rostro algo frustrada—no la encuentro por ningún lado.

—Hablas de esa cámara—señaló encima del armario y si, efectivamente hay se encotraba la cámara que tanto había buscado.

—No puede ser, juro que revisé ahí y no había nada—con algo de dificultad tomo la cámara.

El pelirrojo quiso reír ante esa escena, ya que le parecía gracioso que Hana fuere más pequeña que aquel armario.

Y sin poder evitarlo se le escapa una risita.
Risita que la mujer noto.

—¿De que te ríes?—frunció el ceño.

—De nada—dejo de reír y miro hacia otro lado.

—¿Te estás burlando de mi?

—Claro que no. Es solo que..eres muy bajita—rasco su nuca.

—¿Disculpa?—se acercó a él.

—No te lo tomes a mal.

—No tranquilo, no tengo por qué tomármelo a mal, señor poste de luz.

—¿Ah?

Hana cruzó por a lado de él y golpeó su hombro de forma amistosa.

—Vamos, los demás nos deben estar esperando.

Salió de la habitación hacia la cocina siendo seguida por él pelirrojo, quien se notaba algo inquieto.

Sus pensamientos estaba algo desordenados, pero tenía una meta en mente. Y no sabía si sería capaz de poder cumplirla.

Miró la espalda de aquella mujer que había llamado su atención desde la primera vez que la vio.

La dulzura que Hana poseía, dentro de esa faceta fuerte y dura que mostraba; la energía y entusiasmo que siempre tenia. El constante desafío de su mirada, que lo incitaba a buscar más allá

Maldita sea, esos hermosos ojos azules que de alguna forma lo volvían loco, su piel blanquecina y sus labios rojizos. Su belleza era de otro mundo

Hana era la única que tenía el poder de elevarlo al cielo con una sonrisa y devolverlo a la tierra con su voz.

—Hana—la llamo en un susurro.

Ella volteo y lo miró con una sonrisa.

Y el corazón del pelirrojo comenzó a acelerarse y su estómago se apretaba con sensaciones agradables, desconocidas para él.

—¿Si?

Esos ojos azules lo miraban con intriga y confusión.

Dio un paso hacia adelante, y luego otro y otro más. Hasta quedar enfrente de ella.

—¿Shanks? ¿Te suce...

Antes de que Hana pudiera terminar de formular aquella pregunta, sus labios fueron atrapados sorpresivamente por los de Shanks, siendo un simple choque de labios, pero dándole una nueva sensación dulce sobre ellos.

La peliblanca reacción, y separo al pelirrojo de ella.

—¡¿Qué carajos, Shanks?!—grito con enojo.

¿Acaso él estaba consiente de lo que había hecho? ¿Por qué lo hizo? Ella es una mujer casada y tiene una hija. Él es amigo de su esposo...entonces ¿por que?

Sintió una ira recorrer sus venas, apretó sus manos en un puño y sin pensarlo dos veces. Le dio un puñetazo en el rostro haciéndolo retroceder hacia atrás.

—¡¿En que pensabas, idiota?!—vocifero con el ceño fruncido.

Mientras que él pelirrojo tenía una pequeña sonrisa en su rostro.

Lo acabo de golpear ¿Por qué sonríe? Se preguntó Hana.

Clavo sus oscuros ojos en los azules de ella, dándose última fuerza para revelarse y quedar totalmente expuesto y vulnerable ante ella. Y al verla, y al notar que solo estaba él reflejado en esos hermosos ojos, supo que aún cuando recibiera una negativa, jamás podría dejar de mirarla.

Porque solo era ella.

—Te quiero.

Hana lo miró perpleja, confundida por unos instantes; porque la confesión había sido de golpe.

Y una vez más sus ojos buscaron los de ella, pero esta vez, había una decisión que ella no había visto. Cierto toque de anhelo que ella no había notado.

—Te quiero Hana—volvió a repetir.

La quería más de lo que debería y se le permitía.

—Probablemente lo he hecho desde que te vi por primera vez, desde que comenzamos a compartir—continuó—desde que me sonreíste por primera vez.
No lo puedo saber con certeza, pero, estas últimas semanas no he podido sacarte de mi cabeza. Siempre estás ahí.

—Shanks..

—No estoy esperando que me correspondas, porque se que tus ojos miran a una sola persona, que tu corazón ya le pertenece a otra persona—lo sabía perfectamente—pero no podía irme sin antes decírtelo.

Y se volvió a acercar a ella.

Su mirada se volvió sería, pero extrañamente insegura y temerosa, como si fuera un niño pequeño alcanzado algo que no podía tomar.

Ella se mantuvo quieta, sin saber muy bien que hacer. Y su cuerpo se paralizó por completo al ver al pelirrojo acercarse nuevamente a ella, su cuerpo reaccióno e inmediatamente puso sus manos sobre el pecho de él, intentando establecer una distancia entre sus cuerpos.

Pero esto no evito que Shanks siguiera con su cometido. Inclinó su rostro lo suficientemente cerca del de ella.

Y hay estaba otra vez esos hermosos ojos azules, en los cuales ahora mismo no le importaba ahogarse.

—Hana—hablo—Te quiero.

Lo volvió a repetir, porque nunca se cansaría de decírselo.

Su voz sono en un susurro, íntimo, ronco, y cargado de emociones que ella se negaba a identificar.

No sabía que hacer.

Pero Shanks no se detuvo.

Avanzó el último paso que le quedaba y se inclinó buscando su rostro.

Quería besarla, en ese mismo instante.

Pero se contuvo.

Presióno sus labios con cariño sobre la mejilla de ella y se alejo.

Espero un golpe o quizás un grito de parte de ella, pero no llego.

O eso creía.

—Eres un idiota, Akagami no Shanks.

Dicho eso se dio la vuelta, Tomó la cámara que había dejado en la mesa minutos atrás y comenzó a caminar hacia la puerta dejando al pelirrojo atrás.

Vio que este no se movía, cosa que la hizo fruncir el ceño ¿y ahora que le sucedía? Se acercó a él y le dio un golpe en el hombro como siempre solía hacerlo.

—Oe despierta, tu tripulación te está esperando—chasqueo sus dedos enfrente de él.

Hasta que este reacción y la miró algo desconcertado y sintió sus mejilla arder.
Esto no paso desapercibido por la ojiazul quien sonrió.

—¿Qué pasa Akagami? ¿Estas avergonzado?—dijo con burla.

Esto hizo que las mejillas de él se encendieran aún más, haciendo competencia con su cabello.

—Vamos, nos están esperando—revolvió su cabello como si de un niño se tratase.

Comenzó a caminar hacia afuera de la casa, siendo seguida por Shanks, como si fuera un pequeño cachorro.

Hana no podía corresponder los sentimientos del pelirrojo. Porqué no sentía lo mismo.

Su corazón le pertenecía a alguien que se llamaba "Bersērker D. Ragnar"  él era el amor de su vida, desde muy pequeña siempre estuvo enamorada de él.
Y ahora tenían una hija juntos, una hermosa hija que amaban con todo su ser.

Ragnar siempre había sido el hombre de su vida. Desde temprana edad había decidió que no se casaría con nadie más que no sea él.

Porque Ragnar la apoyaba en todo lo que ella necesitaba, y estaba dispuesto a aceptar todo lo que viniera; su decisiónes, sus estúpidas ideas, su fuerte temperamento. Porque con él no debia renunciar a nada y ni cambiar su forma de ser.

Él era quien la ayudo a alcanzar sus más grandes sueños. Él era quien la había protegido de todo, Él fue el único que no le dio la espalda, Él le brindo amor, cariño y comprensión en sus peores momentos.

Él lo era todo.

Y gracias a él su hija y ella estaban con vida.

Simplemente era él, no había alguien más. Ragnar era todo lo que ella buscaba y todo lo que necesitaba.

Quizás Shanks había caído ante ella, pero ella ya había caído ante alguien más.

No iba a abandonar todo lo que Ragnar y ella habían construido juntos durante estos años, por un tal Akagami no Shanks.

Y si eso no era amor, entonces, nada más podría serlo.

—¡Ya sueltenla!—grito Hana al ver a los hombres con lágrimas y mocos en sus rostros mientras abrazaban a su hija.

—¡Que cruel!

—¿Ah?

La mujer quiso ir a golpearlos pero fue detenida por su esposo quien simplemente reía.

—¡Muy bien! Ya deje de llorar y acomodense para la foto—ordenó la peliblanca—Y también limpiense los mocos.

—¡Oye!

Ragnar soltó una carcajada ante la indignación de aquellos piratas.

Todos se acomodaron alrededor de Lyanna, la cual estaba en medio y aún portaba el sombrero de paja en su cabeza.

—Okey, a la cuenta de uno..dos...¡No hagan esas estúpidas caras!—les grito la mujer.

—¡Fue de Shanks la idea!—dijeron todos.

—¡¿Por qué siempre soy yo el culpable?!

—¡Ya! Posen bien carajo.

La mujer volvió a acomodar la cámara, esperando que esta vez si saliera.

—Uno...Dos..Tres.

El flash salió, indicando que la foto fue tomada.

—Muy bien, esta salio más...Normal que las otras.

—¿Qué quieres decir? ¿Qué somos anormales?

—Pues...

—¡Grosera!

Lyanna mientras se limpiaba las lágrimas se quitó el sombrero y lo colocó en la cabeza del pelirrojo quien aún la estaba abrazando.

—Esto es tuyo.

—Gracias por cuidarlo—murmuró.

Luego de estar un buen rato abrazados y dejar un beso en las mejillas de cada uno de sus tíos, quienes fueron golpeados por su madre a excepción de su tío Benn.

Era el momento de zarpar para los piratas del pelirrojo. Todos se encotraba ya arriba del barco mientras levantaban el ancla para poder partir.

Hana le susurro algo a su hija quien abrió sus ojos y asintió.

—¡Oe, Tíos!—grito, llamando la atención de ellos.

Lyanna corrío hacia el peñasco en donde siempre solía estar con su padre, ese era el lugar perfecto para poder ver el barco marcharse de la isla. Corrió y corrió, hasta que por fin llegó. Las olas chocando en la orilla, la suave brisa chocar con su rostro haciendo que su cabello se levantara.

Con lagrimas en sus ojos, tomo aire y luego grito con todas sus fuerzas;

¡MEBI OSO NAT HIT CHODA OP NODOTAIM, AKAGAMI KAIZOKU-DAN!

Su grito resonó en toda aquella área, hasta llegar al barco del pelirrojo, acompañado de una fuerte brisa.

Lyanna estaba decídida, cuando sea mayor saldría al mar, tendría muchas aventuras y conoceria a gente nueva.
No iba a importar su procedencia porque ella sería fuerte.

Haría que todo el mundo la reconociera y temblará ante su presencia. Que el mundo supiera que el linaje Bersērker aún vivía.

Ella se convertiría en una pirata poderosa.

Y ya no tendría que esconderse nunca más.

El Capitán y su tripulación levantaron su mano izquierda, con una radiante sonrisa en sus rostros. Indicando que el mensaje si había llegado.

Porque sabían lo que eso significaba.

Y estarían dispuestos hacer lo que fuera para que se cumpliera.

"Mebi oso nat hit choda op nodotaim, Bersērker D. Lyanna"


"Mebi oso nat hit choda op nodotaim"

Traducción: Que volvamos ha vernos/ Que nos unamos otra vez

¡Espero que les haya gustado el capitulo! disculpen la tardanza y los errores ortográficos.

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La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves mΓ‘s a fondo en vastante tierno mΓ‘s que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
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CRÉDITOS Al FINAL DEL LIBRO, SE INCLUYE A LA PERSONA QUE HIZO LA IMAGEN DE PORTADA Y A LA EDITORA Pues, no soy buena en esto solo les digo que Neji e...