Me encantó pasar desapercibida por los padres de Alexandré, ellos estaban en sus propios asuntos, conversando, tomando buen vino; tenía la sensación de que no encajaba en esta ecuación, y quería irme, pero traté de mostrar mi mejor cara, hubiese deseado que también hubiese pasado desapercibida por el hermano mayor de Alexandré, por alguna razón sentía malas energías de parte de él, lo bueno es que Alexandré estaba a mi lado, era como si yo fuese un cervatillo y todos los demás lobos, y el lobo mayor estaba merodeando.
En la cena casi no probé bocado, estaba muy nerviosa y tenía miedo de no tomar el tenedor adecuado, o no cortar correctamente la carne, además en la cena habían platillos que nunca había visto antes, y tenía miedo de probar y que luego no me gustara, mi estomago estaba más cerrado que caja fuerte debido a esto.
Luego de cenar, los demás se quedaron conversado entre ellos, y yo aproveché para ir al baño; nunca antes había ido al baño de un yate y mucho menos, pero cuando encontré el Baño le agradecí a Dios, porque por fin podría respirar y sentirme más cómoda en compañía conmigo misma.
- Ya me quiero ir... - Le dije a mi reflejo en el baño, y aproveché para darme fuerzas, estaba actuando como si fuera una niña, no tendría porqué temer, debería tener más confianza en mí y poder controlar mis nervios.
Luego de salir del baño me asomé por el pasamanos, para apreciar la vista, la Brisa del Mar me dio un respiro de tranquilad, se sentía bien estar así; si pudiera desear algo, seria estar justo en donde estoy, en este maravilloso yate, con esta hermosa vista, pero en compañia de Marí, ella y yo la pasariamos tan bien aquí.
- Has abandonado a mi hermano en la Mesa. -Los momentos de paz y tranquilidad que estaba sintiendo se me fueron arrebatados en un segundo, para dar paso de nuevo a mis nervios incontrolables, esta gente me intimida sin si quiera hacer mucho.
Jules, el hermano mayor de Alexandré se habría acercado a mí, tenía un vaso de cristal en su mano, con un líquido medio Amarillo; era un señor guapo, eso no lo podía negar, pero algo que me gustaba de Alexandré es que él suele lucir muy amigable, y este hombre no lo parecía a simple vista, a lo mejor si era amigable pero aún no he descubierto esa parte de él.
-Solo vine a apreciar un poco la vista. - y luego le dedique una pequeña sonrisa para parecer más amigable, y esperaba lo mismo de él, pero no pasó.
-Desde hace cuanto tiempo conoces a mi hermano?
-Hace un año y algunos meses. - Conociéndolo personalmente solo hace algunas semanas, pero no quería dar esa explicación. Él se echó una risita fingida que me desconcertó.
- Así es él, conoce a una chica de la nada, y luego la trae a conocer a la familia.
- ¿Y eso qué tiene de malo? Conocer a la familia de alguien no significa nada. - veía claramente cuales eran sus intenciones, estaba intentado que yo me molestase o me decepcionara de Alexandré, pero eso no iba a pasar, en primer lugar porque no deseaba más que una sincera amistad por parte de Alexandré, y en segundo lugar porque se me hacía de mal gusto que su hermano intentara exhibirlo.
- Tal vez para otras familias así sea, pero en nuestra familia es diferente, somos un círculo muy cerrado y no cualquiera puede entrar en el. Alexandré es muy ingenuo, él se enamora de cualquier chica que le preste algo de atención, luego la trae a conocer a la familia, para mí es casi insultante que haga esta clase de cosas.
-Si te sientes de esta manera, deberías hablar ese asunto con tu hermano, no conmigo.
- Él ya sabe lo que pienso, y aun así sigue haciéndolo, es un estúpido. Es su vida, él puede hacer lo que le plazca, pero no puede traer a cualquiera a conocer a la familia. No pretendo ofenderte, pero eres solo una más, te irás, y ya no volveré a verte, y yo tendré que lidiar con mi hermano y con la siguiente chica que aparezca en su vida.
- Que bueno que me dices esto, así yo también estoy consciente de que nunca volveré a verte, siento lástima por la próxima chica a la que trates tan groseramente. -Ya estaba indignada, quién se cree que es este tipo, grosero, soberbio, y con estos aires de superioridad, pero no estaba tratando con cualquiera, yo no me iba a dejar tratar así.
- Es la primera vez que estoy haciendo esto, No quiero ofenderte pero, entre todas las que he conocido, tú eres la menos indicada para estar con mi hermano.
- Ahora no sé si tengo la suerte o la desgracia que las demás no obtuvieron de saber esta información que me has dado sobre tu hermano. No es por ofenderte...¿Jules, cierto? Alexandré es un adulto, él piensa por sí mismo, tiene su propia vida, no creo que él necesite que su hermano mayor lo cuide de las chicas, pero eso no tiene nada que ver conmigo y no me importa, si pudieras dejarme fuera de este asunto te lo agradecería. -Le sonreí un poco, para luego marcharme, pero él lo impidió tomándome del brazo, lo que me impactó de sobre manera porque no lo esperaba.
- Solo eres una niña, no sabes en lo que te estás metiendo, nunca pertenecerás a esta familia, eres solo un juego para él, no te hagas ilusiones, yo mismo te haré firmar un contrato de confidencialidad y te irás a tu casa con las manos vacías.
-Jules, Alexandré me ha dado todo lo que he querido y más, si me voy a mi casa yo no seré la que he perdido. Él es quien más pierde de los dos, y nada que tenga que ver entre él y yo es asunto tuyo, si crees que solo soy una más, entonces porqué estás tan preocupado por mi presencia? Necesitas relajarte. -Me soltó el brazo, pero nunca olvidaré su mirada asesina que yo también le sostuve, hasta que ambos nos percatamos de la presencia de Alexandré, quien nos miraba con desconcierto a ambos.
-Te estaba buscando, ven. - Alexandré me sostuvo de la cintura, parecía confundido al ver la cercanía entre su hermano y yo, él había llegado como una salvación, juro que si tardaba un segundo más hablando con ese tal Jules lo iba a terminar golpeando. Estaba terriblemente ofendida e incómoda, y no iba a ocultar más eso.
-No quiero arruinar tu noche Alexandré, pero quisiera irme ahora. - Le confesé cuando estábamos solos. Él comprendió perfectamente, no sé qué excusa dió pero ambos salimos de ahí, a nadie le importó que nos fuéramos de todas maneras.
Ya fuera del Yate, solo quería llegar al hotel y decirle en miles de notas de voz a Marí lo horrible e incomoda que fue esta noche.
- ¿Tienes hambre? Comiste muy poco esta noche.
-No tenía mucha hambre. ¿Te gustaría caminar? Quisiera caminar un rato.
-Claro, me parece buena idea.
Ambos estuvimos caminando uno al lado del otro en silencio, sé que él quería hacer preguntas, Alexandré siempre tenía algo para decir, pero esta vez no se atrevía.
Fuera del yate y de ese ambiente, me sentía mejor, en mi mente trataba de darme apoyo a mí misma y decirme que esas palabras que había dicho el hermano de Alexandré no iban a afectarme.
"Eres solo un juego para él, no te hagas ilusiones"
De hecho hasta ahora no me había hecho ninguna ilusión amorosa junto a Alexandré, y llegué a la conclusión de que definitivamente no me gustaba Alexandré, no me atraía lo suficiente; le tenía aprecio y admiración como amigo, y estaba agradecida con él por esta bonita experiencia que me ha brindado en estas últimas semanas, y si tuviera que irme a mi casa lo haría con la frente en alto, yo ya obtuve lo que quería sin si quiera pedirlo.
"Tú eres la menos indicada para estar con mi hermano" ¿a qué se refería? No era millonaria ni venía de familia rica, pero eso no me hacía indigna de Alexandré, o sí? Jules no sabía nada de mí, apenas me conocía, no sabía nada de mi vida y aun así, a simple vista ya dedujo que yo no era suficientemente buena para su hermano, eso es tan injusto, me juzgó sin conocerme; si supiera que toda mi familia era pobre, probablemente me tacharía de "cazafortunas".
- ¿En qué tanto piensas? ¿Acaso mi hermano fue grosero contigo? - Alexandré sí que conocía a su hermano y sabía lo idiota que podía ser.
- No, claro que no, tu hermano fue muy amable conmigo, creo que le caí demasiado bien. - No necesitaba que Alexandré fuera mi abogado y me "defendiera" de su hermano, además no quería causar una disputa entre hermanos por mi culpa, por esa razón, y solo por esta vez, decidí quedarme callada y disimular las cosas.
-Te veías enojada cuando estabas conversando con él, me pareció que te estaba molestando.
-No no, para nada, no fue así Alexandré, si tu hermano hubiese sido grosero conmigo yo sería la primera en decírtelo. Es solo que, ya sabes, soy un poco tímida al principio y tu hermano es todo lo contrario, habla demasiado.
-Sí, así es él. Le encanta hablar y que le den la razón; Mañana conocerás a mis hermanos menores, el más pequeño tiene tu edad, se llama Pierre, seguro se llevarán muy bien.
- Creo que tendré dificultad para decir ese nombre, ¿Pierr?
-No no, es Pierre. Como si dijeras Pierrre, algo así.
-Ay dios, estos nombres en francés acabarán matándome. - Alexandré se estaba burlando de mi mal pronunciación, mientras que yo estaba preocupada por sus otros hermanos, a lo mejor eran igual de groseros que el tal Jules. No no, no quería conocerlos. - ¿Tienes un hermano favorito? ¿Alguno que digas, "éste se parece a mí"? - Si decía que su hermano favorito era Jules, tendría que salir corriendo de aquí.
- No debería decirlo, pero sí tengo un hermano favorito, es François; él y yo no nos parecemos mucho pero aun así desde niños hemos sido muy unidos.
-¿Tienes alguna hermana?
-No, por desgracia no tengo hermanas, somos solo cuatro hermanos, incluyéndome. Imagínate, cuatro chicos, de niños había mucha competencia entre nosotros, Jules siempre ganaba en todos los deportes, en lo que sea que fuese una competencia, él siempre ganaba. A François y a mí nunca nos gustaron los deportes, nosotros tocábamos instrumentos, el violin, el arpa y el piano, pero aún así había competencia entre nosotros, François es mejor que yo tocando el piano, incluso hace unos años se fue de gira con los jóvenes talentos de la fundación de mi padre, estuvieron por toda Europa dando recitales.
- Y tú en qué eres mejor que tus hermanos? Debe haber algo en lo que ellos no puedan ganarte.
Alexandré se quedó pensativo por un momento, supongo que no sabía qué responder; Debió ser difícil para él crecer con tanta competencia entre sus hermanos.
-La verdad es que ahora no se me ocurre algo en lo que yo sea mejor que ellos.
- Aún no conozco a tus hermanos menores, pero puedo sostener mi palabra a que eres el más guapo de la familia. -En realidad no era así, Jules a pesar de que me pareció grosero y arrogante, pero eso no quitaba que era muy guapo, que su cara era sumamente atractiva.
Una vez más le pude sacar una sonrisa a Alexandré, sin dudas su sonrisa era hermosa, deberían darme un premio por comediante.
- Ni si quiera eso, No soy el más guapo de mis hermanos, me parezco mucho a mi padre, y mis hermanos son muy parecidos a mi madre, sacaron todo de ella. - Qué decía Alexandré, claro que no era el ser más guapo de la tierra, pero compararse con su padre era terrible, no sé cómo lucían sus padres de jóvenes, la señora sí que era muy guapa y elegante, pero el señor parecía una pasa arrugada y blanca, me sorprendía que el señor tuviera un hijo de mi misma edad cuando el señor tenía al rededor de 70 años pero parecía aun más viejo, no tenía labios, su nariz era muy grande, si frente muy ancha, y estaba casi calvo, tenía los ojos azules pero eran muy pequeños; era un señor alto y elegante, pero no se le veía nada de atractivo.
Ahora que lo pienso, Alexandré tenia razón, había sacado un poco parecido de su padre.
- Pues para mí tú eres el más guapo hasta ahora, veamos si cuando conozca a tus otros hermanos cambie de opinión...
Hablamos todo el camino, me pareció que esa caminata me hizo olvidar lo que había vivido en el yate, me la pasé tan bien platicando con Alexandré y hablando de tonterías, me sentía cómoda junto a él.