Posesión

By italodacamara

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Conocer a alguien por completo es imposible, y conocerse a si mismo: Difícil. sin embargo Bladimir Vangover... More

El Nuevo Asistente
PRIMER DIA
EL SELECCIONADO
ACOMPAÑANTE
EL JUEGO
DE CAMINO
LA COSTA OESTE
EL CUMPLEAÑOS
SEMANA LIBRE
EL CASTIGO
LA COMUNIDAD
VÍSPERA DE CICATRICES
CICATRICES Y GIOVANNI
AUTOCASTIGO
Comentarios de algunos lectores
INFORMACION SOBRE ESTA NOVELA

EL CASTING

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By italodacamara

Al caer la noche había quedado dormido en mi cama, furioso con mi asistente que al parecer tiene cierta curiosidad, yo amo la curiosidad pero hay veces en ciertos casos en los que me irrita... Me desperté por el estruendo de la puerta del apartamento; Es terrible cuando la persona que la abre y la cierra no la conoce.

me incorpore del lecho, y sali a la sala de estar, Si. ha llegado mi amiga Sarai

—¡Bebé!— exclamo al verme, vino a mi y me abrazo. se quedo junto a mi en mi pecho con sus manos sobre mi, sonriéndome y yo a ella.

—¿Cómo has estado?— le pregunte.

ella jugueteo con el cuello de mi suéter al responderme.

—muy bien, muy bien... no he ido más al Club porque he estado trabajando en una nueva ilustración— me contaba se volvió, entrelazo su brazo con el mio y caminamos juntos hasta el sofá.—¿Adivina de que es el libro que Ilustro?— me preguntó, noté que Giovanni nos observaba disimuladamente desde la cocina.

—Ni idea, Sarai — respondi con aun mi sonrisa en el rostro.—¿De que?.

—Un Kama-Sutra— respondió ella.

—¡Vaya! buen tema— respondí. —¿Café?—

—Claro— musito ella acomodándose sobre mi sofá.  

entonces así la mirada hacia mi asistente y el, sobre entendió rápidamente y comenzó a servir el café que mi cafetera eléctrica había mantenido caliente todo este tiempo.

—¿Y tu has ido a club?— me preguntó mi amiga.

yo le abri mis ojos, haciéndole muecas.

—fui hace unas noches pero solo a mirar— respondí con tranquilidad y disimulo.

—¿Blandimir Vangover ? ¿Solo a mirar?— vaciló ella, acariciando el borde de su vestido negro. —Algo extraño esta pasando contigo o me estas mintiendo.

—Nada de ello pero, te llame porque necesito de tus servicios— le dije.

—Es Obvio— dio mirándome fijamente.

entonces Giovanni nos dio a cada uno una taza de café. . .

—Ya no me llamas para otra cosa, amigo... te estas oxidando creo yo— agrego.

—Nada de eso Sarai— respondi entre carcajadas sutiles. —solo que no he tenido tiempo para cosas como esas.

—Bueno...¡Cuenta me!— fue al grano ella, luego de un sorbo de su café humeante.

—Necesito lo de la ultima vez, esta vez quiero personas más sumisas pero introvertidas ... quiero una persona que con una personalidad agradable y adorable... ¿Entiendes?— le explique.

—¿Esto es para?— curioseo ella.

—Una novela.

—¿Sexo?.

—Ambos, no se de que tratara esta nueva obra.

—¿Estas consiente de tendrás que andar con el seleccionado para arriba y para abajo?.

—Yo me hare cargo de esas cosas, Sarai... ¿Puedes?— le pregunte. —¡Lo necesito lo más pronto Posible!.

ella me miró fijamente, —Lo tendrás para mañana mismo, si así quieres Bladimir— me aseguró.

—Giovanni, Cancela todas las citas de mañana— le ordene a mi asistente que nos observaba a la distancia.

mi visitante le hecho una mirada, de arriba a bajo.

—¿Y el quien es?— me preguntó.

Yo la noté interesada, parecía fascinada por el espécimen .

—EL.. . el es Giovanni Le' Voug ... mi nuevo asistente— le presente,

El joven se acerco a ella y tendió su mano. Ella lo seguía mirando de arriba a bajo.

—¿Cancelaste las Sitas como te lo dije ?— le pregunté al distraído joven.

—No— balbuceó.

—¿Qué esperas?— le regañe.

—Si, señor— respondió y comenzó a actualizar la agenda electrónica.

Mi amiga se acerco a mi casi sin quitarle los ojos de encima, y me tomo del hombro.

—¿Me prestas tu asistente?— me preguntó.

—Temo que no, Sarai— respondí algo enfadado.

—Te pagare— insistió ella.

—No, no es por cuestión de dinero— respondí.

—¡Ya veo!... es tu sumiso — sentenció ella.

—Nada de eso, simplemente no se me antoja — respondí.

ella me miró, hizo una mueca y dejo salir un gruñido. —Di lo que quieras amigo, pero hay algo aquí— me dijo.

—¿Qué te hace creer eso?— le dije contemplando su ignorancia.

ella volvió la mirada hacia atrás, y luego hacia mi. se acerco a mi oído dejándome ver tras ella a Giovanni.

—Por que desde que llegue no te quita los ojos de encima— respondió ella.

entonces puse atención al joven, y nos miraba fijamente. entonces mi amiga se separo de mi y vi su sonrisa roja enjugada con la situación, como si estuviera ganado al Póker y tiene Full.

—Mañana estaré aquí a las siete— dijo Sarai. —Comenzamos a las ocho, nos vemos.

cruzo la sala y salió del apartamento.

entonces Giovanni y yo nos quedamos mirándonos fijamente, Desvié la mirada a la ventana y comencé marcha hacia el. una vez frente a el lo mire y noté como se aceleraba su respiración y como la forzaba a parecer normal. ¿será que Giovanni es Gay?.

Sarai y sus mañas de dejarme curiosidad sembrada.

entonces así la mirada hacia la agenda electrónica que el joven tenia en sus manos.

—¿Anotaste la sita con Sarai?—  le pregunte.

vi el mover de su tráquea mientras el tragaba en seco.

—N-no señor, ya lo hago— balbuceó.

—Bien, mañana te quiero aquí a las seis— le dije. —puedes irte, Giovanni.

el recogió su bolso, recogió las tazas las aseó y se fue. yo me asee y me fui a la cama a dormir.

Al día siguiente desperté temprano, me aseé y me vestí. me puse mi saco negro, sobre un suéter negro también, y un pantalón blue jeans. al salir puse mi cafetera eléctrica funcionar para preparar mi primer café del día. Pronto sonó el timbre, abri la puerta con las llaves. era mi asistente, Giovanni.

—Ese llavero es curioso— dijo El al entrar.

—Primer comentario molesto del día ¿no?— respondí. y cerré la puerta tras el.

lo analicé, y vestía una sudadera negra, y sus pantalones negros ajustados.

—¿Qué hay para hoy?— me preguntó cogiendo una taza para servirse café.

yo serví una taza para mi, y me senté sobre mi sofá negro de cuero.

—En lo que terminemos el café vamos a comprarte ropa— le anuncie.

el casi escupe el café y trago, luego así la mirada hacia mi.

—¿Comprarme ropa?— replico él.

—Sí, no puedes trabajar vistiendo así. y ya sabes lo que te dije de los pantalones ajustados— le dije.

bebimos el café, le pedí a Giovanni que llamase a José, mi chofer. y fuimos al Leo Elegante . Al llegar una mujer se fijo en nosotros, Esta se nos acerco y tomó a Giovanni del brazo.

—¿Qué se les ofrece, caballeros?— nos preguntó, ofreciéndonos sus servicios.

—Queremos ropa formal, y semi formal para el, Por favor— dije.

—Síganme— dijo ella sonriente guiándonos al área, —¿Qué gama busca?.

—Negros y grises— respondí.

Giovanni volvió la mirada hacia mi. —Señor, no tiene que hacer esto. . .aun ni tengo contrato— dijo casi apenado.

—¡¿Contrato?!— reaccione. —A penas lleguemos a casa hablamos del contrato. Ya esta listo para que lo firmes.

El se así hacia donde lo guió la mujer de corta falda. y esta se separo de el y comenzó a dar vueltas por la planta recogiendo prendas de tonos Negros y grises.

Entonces noté que Giovanni se hacia muy callado, lo que no me molesta pero se que el no es así. —¿Qué pasa, Giovanni?— le pregunté.

—Nada, señor— musito con la mirada al suelo.—Es que no debería pagarme la ropa.

—No debería, pero quiero pienso que te mereces el trato por ser tan valiente al aceptar trabajar conmigo... a demás de que eres un excelente estudiante, o fuiste mas bien— respondí.

Giovanni, alzo la mirada un tanto mas animado y menos avergonzado. De pronto llego la dama con un montón de prendas colgadas en su ante brazo. y yo las cogí y guie a Giovanni hasta el probador, El entro al cuartillo, y coloque las pendras sobre la puerta.

— Diga me algo, señor— musito desde el probador—¿Siempre le compra la ropa a sus asistentes?.

Yo miré la hora, aun faltaba media hora para que Sarai llegue a casa.

—No— respondí al fin. —Ah, Giovanni. Cada prenda que te pongas muéstramela.

entonces, luego de un par de segundos, abrió la puerta del probador pero el saco que quedaba muy cuadrado. —¡Quítate eso!— le dije, no me gustó.

cerró la puerta, luego cuando cambió de traje. y abrió de nuevo, pero le quedaba demasiado grande. —¡Quítatelo, Y dame todas esas prendas!— ordene. el hizo una cara triste y no sé porque.—¡Esa mujer no sabe vestir a la gente!— refunfuñe. Entonces el cerró la puerta del probador, y me paso todas las prendas que le había dado la mujer. yo fui y las deje en una cesta que se hacia juntó a el probador, fui al pasillo de prendas de Negro y Grises. y comencé a elegir sacos y pantalones, de tallas mas pequeñas y costuras mas juveniles. luego pasé por el área de las camisas y corbatas; elegí muchas camisas Blancas y corbatas Negra, Negra y blanca, y Negra y plateadas. Entonces fui y las colgué en la puerta del probador donde se hacia Giovanni. —¡Pruébate estas!— le dije. y volví a mirar la hora en mi reloj de muñeca. ¡VAMOS TARDE!. entonces se abrió la puerta del probador y se dejo ver Giovanni; vestido muy elegante. aunque la corbata negra quedaba muy sosa con esa camisa blanca. —Mucho mejor— le dije sonriendo. El cerró la puerta del mostrador. y yo espere, aunque luego pensé como quitar lo soso de esa combinación, volví al área de camisas y cogí un par de camisas blancas con bordados delgados de plateado, y volví al probador. abrí la puerta del probador, y el salto a taparse, se hacia en ropa interior, y me miraba fijamente a pesar de que el labio le temblaba.

—Ponte esta con la corbata negra, para hoy que ya vamos tarde— le dije entregándole las camisas.  lo miré por un segundo y salí del probador.

luego salió vestido muy elegante, y definitivamente fue mejor así. pagamos por el que llevaba puesto y otras seis bolsas de Trajes para Giovanni. subimos al auto y José nos llevó a casa.

Al llegar a la residencia, El portero me siguió.

—Señor Vangover— me llamó.—hay una cola enorme de gente que dice que viene a verlo— me informo preocupado el hombre.

—Así es, Tranquilo— le dije.

—pero señor— musito él, y yo me volví hacia el.—Llegan dos plantas más abajo de la suya.

Yo mire a mi asistente. —Tenemos Trabajo, Le' Voug— exclamé. entonces subimos al elevador. y subimos hasta mi planta. al salir del elevador vi la enorme y extensa cola que se formaba desde la puerta de mi apartamento. y noté que la reja y la puerta estaban abiertas.

—¡La puerta!— exclamó con susto Giovanni.

—Si— musite entre dientes.—Ya llego Sarai— explique.

entonces , Giovanni y yo nos abrimos paso entre los hermosos y Hermosas jóvenes que querían participar en el casting. al entrar al apartamento nos encontramos con que Sarai había movido una de mis mesas frente a mi sofá y mis taburetes Blancos del mesón.

—¡Al fin llegan!— exclamó ella. yo le di un beso en la mejilla y me senté  junto a ella.

—¡Giovanni, prepáranos un café!— le pedí.

—Claro, Señor— dijo el sonriendo. e inició marcha a la cocina.

—Negro y...— dije cuando el completo.

—...con poca azúcar—

yo lo mire por algunos segundos, aprende rápido.

cogí la lista de los aspirantes, y eran tres hojas con dos columnas de nombres.

—¿Cuántos Son?— le pregunté a mi amiga.

—Ciento y veinticinco para hoy— respondió.

—¡¿Ciento y veinticinco?!— replique.

—Y solo para hoy, amor... pediste gente buena y conseguí muchos— alardeo sobre su trabajo.

entonces Giovanni nos sirvió el café sobre nuestra mesa, y se dirigía a volver a la cocina.

—¡Giovanni!— le llamé, y me miró como esperando alguna orden.— Toma un taburete siéntate junto a nosotros.

le dije y el obedeció. —Esta muy guapo—afirmo Sarai.

—Lo sé.

—¡Que pasé el primero !— exclamó Sarai.

 entonces entro un muchacho de cabello castaño enrulado, con ojos claros y corpulento.

—Tome asiento— le ordene. y este se sentó con dificultad en mi sofá.

—¿Nombre?— le pregunté ojeando las hojas.

—Daniel Rudolf— se presentó sonriendo demasiado.

—¡Háblanos de ti Daniel!—le dijo Sarai.

—Bueno— musito arreglando uno de sus rulos.—Tengo 21 años, trabajo como modelo... soy muy divertido, Audaz , me gusta el deporte y las fiestas...sobre todo en la playa.

yo Así la mirada a mi amiga, y puse mi bolígrafo sobre su nombre, esperando algún otro error para tacharlo.

—¿Identidad sexual?— le pregunté.

—¿que?...¿Qué es eso?— replicó el sin entender. pero sin dejar de sonreír.

entonces, me disponía a tacharlo pero Sarai me sujetó la mano.

—¿Hetero, Gay o bisexual?— le preguntó ella.

—Ah...¡Hetero!— respondió. —¿Tengo que ser gay?... nunca lo he intentado, pero si es necesario... lo hare.

—Si claro— dije. y lo taché. entonces mi amiga le dijo que lo llamaríamos y que gracias por participar.

—¡Señor!— musito junto a mi Giovanni.—¿para que es este casting?.

—Es para contratar a alguien para que pasé tiempo conmigo, así yo conoceré su personalidad y la adaptare al personaje de mi nueva novela, Giovanni— respondí.

—No entiendo que tiene ver eso con que si es gay o no— reprocho el.

—¿Es usted homofóbico?— me preguntó. yo le sonreí, trate de no parecer grosero.

—Al contrario, Giovanni... mi mente está muy abierta.. si te sientes incomodo trabajando con personas homosexuales sin embargo...puedes tomarte el día libre.— le respondí.

—Para nada, señor.

—¡Continuemos aun nos faltan muchos!— sugirió Sarai.

—¡Siguiente!— exclamó ella.

 yo volví la mirada hacia Giovanni. Y le di una sonrisa.

entro al apartamento una rubia con buena figura.

era tímida, pero  hablaba muy rápido y su voz chillona. fue tachada.

y entonces toda la mañana se nos fue en unos cuantos a penas. Sarai les anunció que podían ir a almorzar  y estos aceptaron, bueno algunos.

Yo fui a mi cocina y me serví otra taza de café.

—¿Arroz chino vegetariano?— me preguntó Sarai. mientras recogía su cartera para ir a comprar el almuerzo.

—Sí, por favor—respondí. —¿Qué vas a querer, Giovanni?.

el aun se hacia en la mesa donde estamos realizando el casting, algo distraído.

—Claro, lo que sea... yo .. como lo que sea—respondió el.

—Vale— dijo Sarai. y fue a por los almuerzos.

yo cerré la puerta tras ella salir. y miraba al pensante asistente mientras bebía mi café. me dirigí a mi repisa donde entre mis libros se hacia una carpeta manila. cogí la carpeta, y me fui a la mesa junto a él.

—¡Eh allí tu contrato!— le dije colocándolo sobre la mesa.

El lo miro,—puedes llevártelo a casa y leerlo con calma— agregué.

—No hace falta lo firmare— dijo sacando el contrato de la carpeta.

entonces tomo mi bolígrafo de la mesa, y comenzó leerlo a penas.

—un momento...—exclamó.—¿Confidencialidad?.

me miró, y yo a el.

—como mi asistente, veras cosas que no pueden salir a la luz publica y más ahora con el casting, hay mas cosas que no debes contar— le explique.

—No diré nada.

—Lo sé, pero es por el bien de la Editorial, No por mi.

el me miró por un par de segundos. acto seguido empuño el bolígrafo y firmo cada pagina.

—Usted dijo que es de mente abierta, señor— salió a relucir el tema.

—Si.

—Y esta dispuesto a contratar hombres para que le hagan compañía para crear el personaje de su novela...y también me hace firmar un acuerdo de Confidencialidad..—decía el como queriendo decirme algo.

—¡Ve al tema, Giovanni!— le pedí.

—¿Usted es bisexual?— me preguntó escondiendo por momentos la mirada.

—¿Importa?— le pregunté.

—N-no...es solo que me da curiosidad— balbuceó el algo nervioso.

me frustró permitir que llegara hasta este punto, quisiera castigarlo. pero no tengo poder alguno sobre el y mordí mi labio inferior para contenerme.

—Usted produce mucha curiosidad en mi.. señor — dijo con un hilo de voz.

el sabor a sangre corrió por mi lengua en ese momento, me rompí el labio. pero clave mi mirada en él en ese momento. —S-señor —Balbuceó y lo vi tragar.

—le sangra el labio...

entonces le cogí por el cuello y lo besé con fuerza, su lengua se acariciaba con la mía; yo mordí sus labios; El gimió. y rodeo mi cuello con sus brazos; Yo lo alce sujetándolo por las piernas y lo acosté sobre la mesa; quite sus manos de mi cuello sin dejar de besarlo, su respiración era rápida. Subí sus brazos, y lo sujetaba con mis manos; comencé a besarle el cuello y gimió de nuevo. me así para ver su rostro y me vio como un cordero inocente, pero mordía su labio inferior, coloqué mi mano sobre su pantalón en el área de su sexo. y apreté, sentía como este comenzaba a erectarse. Mi respiración ya no era tranquila, ni controlada, dejaba salir fuertes exhalaciones. de pronto volví a mirar a Giovanni su expresión de timidez me hizo sentirme un pervertido. tal cual lo he sido antes. me calme un poco, Tragué en seco, como si me tragase toda la adrenalina misma.

—Disculpa— dije sin mirarlo si quiera. y apretaba con fuerzas la cadena que colgaba de mi pantalón.

Giovanni parecía confundido, se incorporó de la mesa. Y se arreglo la camisa y el saco.

—Tranquilo— dijo con un hilo de voz.

—Es solo que...— me disponía a darle la razón por la cual pare.

cuando el abrir de la puerta del apartamento dejo ver a Sarai.

—¡Ya volví, Chicos!— exclamo al llegar.— ¡A comer!.

entonces nos sirvió la comida, comenzamos a comer y luego volvimos al asunto del  casting. y luego de muchos postulados paso el pasante de la editorial.

—Cuéntame, Fernando— le decía Sarai interrogándolo. yo seguía sorprendido de su presencia.—¿Cómo es tu vida sexual?.

—¿Mi vida sexual?— balbuceó Fernando. —Actualmente inactiva, es que comprendí que me engrava mucho, y cedía mi cuerpo a cualquiera que prometía amor y estabilidad. Y...— dijo pero de pronto evadía la mirada mía.

—¿Qué pasa, Fernando?— le pregunté. —¿te incomoda la pregunta?.

—N-no..— balbuceó. —Es que no me a quitado la mirada de encima y... me pone nervioso—

¡Creo que lo encontré!... detalle sus facciones, su porte al sentarse como holgado y escondido. entonces marque su nombre con una tilde .

Acto seguido Giovanni se incorporo diciendo que iba al baño y se fue.

—Te llamaremos—le dijo Sarai.

esa noche le pedí a José que llevara a Giovanni, mi asistente a su casa. Y Sarai y yo bebimos un par de copas de Brandy y luego me acosté a dormir, mañana continua el casting.





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