❝PIRATAS DEL PELIRROJO❞
El fresco aire y la fuerte brisa marina que provenía de la costa se hacían notar, la tripulación animada del pelirrojo se encotraba bebiendo tarros de Sake bajo la sombra de un gran árbol, mientras que reían por la actitud de su capitán.
—¡Dejen de reír, bastardos!—se quejo mientras pasaba sus manos por su cabello tirando de el—¡Ayuden a buscarla!—grito en desesperación, mientras buscaba entre los arbustos.
—Capitán, no es para tanto.
—¿No es para tanto?—murmuró ofendido, y se acercó a su Nakama—¡Acabó de perderla! ¡¿Sabes lo que me hará su madre si se entera?!—lloriqueo el pelirrojo, imaginándose lo peor.
—Tranquilo Capitán, no pudo haberse ido tan lejos—intento tranquilizarlo.
—Tienes razón—enderezó su postura y colocó sus manos en su cintura—No tiene que estar muy lejos. Solo hay que buscarla antes de que llegue..
—¿Antes de que llegue quien?—toda la tripulación del pelirrojo en especial el Capitán, se quedaron congelados al oír esa voz detrás de ellos.
Una mujer de ojos azules que traía unas bandejas con mucha carne, comenzó a acercarse hacia ellos de manera tranquila. Seguida por su esposo el cual traía dos barriles de Sake. Él hombre dejó los barriles en suelo, mientras que la mujer dejaba las bandejas sobre la mesa que se encotraba allí.
—¡He traído más Sake, muchachos!—exclamó el hombre con una gran sonrisa.
—Ah..Es genial—murmuró Yasopp, acercándose a él para intentar distraerlo y que no notará que alguien faltaba ahí.
Él pelirrojo aprovecho eso y decidió escabullirse, para seguir buscándola. Pero de pronto su rostro choco con algo suave.
Levantó la vista y su mirada se encotro con la de aquella mujer.
—Qué...—noto rápidamente que su rostro estaba demasiado cerca de sus pechos e inmediatamente se aparto avergonzado.
—Oye, ¿A donde crees que vas?—murmuró mientras cruzaba sus brazos sobre su pecho.
—Pues, Ya sabes a...¿Caminar?—titubeo—me estoy mareando, necesito tomar aire—la tripulación del pelirrojo se golpeó la frente al oír las estupideces que salían de la boca de su capitán.
—Estamos al aire libre, Shanks—le recordó. Él pelirrojo miró a su alrededor y era cierto ¿como se le pudo olvidar?
—Ah..cierto. Bueno pues yo—miró a su tripulación intentando buscar ayuda para salir de aquella situación, pero estos miraro hacia otro lado mientras silvaban o hacían como que hablaban de algo interesante. Cosa que no era, ya que intentaban evadir la mirada asesina que les estaba dirigiendo aquella mujer, preferían mantenerse al margen—Desgraciados...—dijo entre dientes.
—Oigan ¿Donde esta Lyanna?—la pregunta que querían evitar se hizo presente.
—Justo iba a preguntar lo mismo, Cariño—hablo la ojiazul, mientras miraba a él pelirrojo de forma amenazante—¿Donde esta mi hija, Shanks?
Quería desaparecer.Tomo los costados de su sombrero de paja y tiro de él hacia abajo logrando tapar su rostro. Quizás no entendía el comportamiento del pelirrojo pero, él se estaba preparando para recibir un grito y golpes por parte de la ojiazul que aún lo miraba con el ceño fruncido.
—Hana..—murmuró él nombre de aquella mujer.
No lo entendía. Se había enfrentado a cosas mucho peores, era algo totalmente estúpido que estuviera casi temblando ante la mirada de aquella mujer y que su tripulación no lo ayudara por el simple hecho de no querer enfrentar la furia que desataria la ojiazul si se enteraba de que habían perdido a su amada hija.
—Bueno, veras...—rasco su nuca con notable nerviosismo—Ella estaba aquí y de repente...ya no estaba más.
—¿Qué?—creyó haber oído mal—¿Estas diciendo que perdiste a mi hija?
—Tal vez...
—Shanks—y esa aura asesina que había visto ya varias veces, comenzó a rodear a la mujer mientras su cabello se levantaba. No sabía si era por el viento o por lo furiosa que se encotraba.
—¡Ragnar!—exclamó Shanks queriendo correr hacia donde estaba el único hombre capaz de controlar la furia de aquella mujer.
—¡Shanks!—lo tomo dela camisa que traía el pelirrojo, impidiéndole seguir adelante.
—¡No fue mi culpa! ¡Yo la deje aquí y de la nada desapareció!
—¡Solo te pedí una cosa, que la cuidarás y resulta que la perdiste!
—¡No me mates, Hana!
Gritos era lo único que se escuhaban en aquel lugar por parte de la tripulación del pelirrojo que intentaba huir de la ira de Hana, la cual se desquitaba con el pelirrojo.
Por otro lado Ragnar observaba la situación de forma divertida, mientras que detrás de él aparecía un azabache con un cigarro en sus labios y una niña en su espalda, ambos mirando la escena frente a ellos con algo de confusión.
—Oe, Tío Benn ¿Qué es lo que sucede?—pregunto la pequeña.
—Al parecer tu madre le está dando una paliza a mi capitán—informó restandole importancia.
—¡Oh, Lyanna aquí estas!—exclamó Ragnar, su padre. Al percatarse de la presencia de ambos, aunque de ante mano sabia que su hija estaba al cuidado de Benn Beckman.
Consideraba que él era el más responsable de la tripulación del pelirrojo.
—¡Hola Papi!—saludo—Dime ¿Por qué Mami esta golpeando al Tío Shanks?
—Bueno, veras...
—¡Mira ahí esta Lyanna!—grito Yasopp, intentando que Hana dejara a su capitán.
Automáticamente el enojo y esa aura asesina desaparecieron, y fueron sustituidas por una gran sonrisa.
—¡Lya!—se acercó rápidamente a ella, mientras que Benn se quitaba a la niña se encima para entregársela a su madre—¿Estas bien? ¿Donde te metiste?—indagó una vez que la tuvo en sus brazos.
—¡Estoy bien!—contestó con una sonrisa—le estuve mostrando algunas flores al Tío Benn.
Hana miró a Benn el cuál simplemente asintió y comenzó a caminar hacia la mesa que se encotraba allí, tomó asiento en uno de lo barriles de Sake y observó la situación en la cual se encotraba su capitán.
Este se encotraba tirado en el suelo Lleno de chichones en su cabeza y rostro, también un pequeño hilo se sangre que salía de su boca y nariz. Si no hubiese visto lo que pasó, hubiera pensado que su capitán había luchado con alguna bestia o algo parecido.
—¿Sigue vivo?—pregunto Lucky mientras le daba un mordisco a su carne.
—Sigue respirando—informó.
—Eso esta bien.
—¡Muy bien, a comer!—dijo Hana, como si no hubiera golpeado al capitán de una tripulación pirata hace algunos minutos.
Dejaron al pelirrojo aun lado, se sentaron a comer la carne que había preparado Hana y a beber el Sake que había traído Ragnar.
Lyanna se había sentado en medio de sus padres, mientras deboraba un pedazo de carne.
—¿Tú estuviste con Lyanna todo este tiempo?—pregunto Yasopp mirando a su compañero.
—Si.
—¿Y no fuiste capaz de avisar?
—No.
—¡No respondas de esa forma tan desinteresado!
—Bueno.
Yasopp paso sus manos por su rostro con frustración, mientras que los demás soltaban una carcajada.
—Le enseñe el campo de flores al Tío Benn—comentó la pequeña.
—¿Campo de flores?
—Si. Ahí un montón de flores, de muchos colores.
—Qué dices si después de comer llevas a tus tíos a ver el campo de flores—propuso Ragnar con una sonrisa.
—¡Por supuesto que si!—agitó sus brazos con felicidad.
Hana acarició el cabello de su hija, aunque sabía que ese no era su cabello natural sino que era una simple peluca que ocultaba su verdadero color.
Apretó sus labios con algo de fuerza, aveces desearía que las cosas fueran distintas.
—Mamá—la llamo su hija.
—¿Si? ¿Qué sucede, Cariño?
—Quiero jugo, ¿me sirves un poco? Por favor—extendió su vaso hacia donde estaba su madre.
—Claro.
Pero las cosas estaban bien así. Mientras Lyanna estuviese a salvo y fuese feliz, todo va estar bien.
—Gracias, Mami.
—¡Vamos, Tío Yasopp apúrate!—chillo Lyanna que se encotraba en la espalda de su padre.
—No me apures. Tu estas siendo cargada, y yo tengo que subir por mi propia cuenta—se quejo este.
—Ni que fuera tan difícil—dijo Benn pasando aún lado de él como si nada.
—¡Cállate!
—No te preocupes, ya falta poco—aseguro Hana.
—Eso espero.
Se encotraban subiendo y bajando colinas, para poder llegar a aquel campo de flores.
La tripulación del pelirrojo seguía a Ragnar el cual iba adelante junto a Benn Beckman y Shanks. Este último ansioso por ver aquel lugar del que le hablaba Lyanna.
—les va a gustar, es uno de mis lugares favoritos—comentó Hana.
Saliendo de aquel lugar repleto de árboles y arbustos, cerraron sus ojos por unos segundos al recibir la luz solar de golpe en sus caras. Shanks frunció el ceño y una vez que su vista se acostumbró. Su boca se entre abrió al ver su entorno.
Flores, y más flores por todas partes de distintos colores, Rojo, rosa, Amarillo, blanco, violeta, era como un gran arcoiris de flores. El sereno aire que mecía las flores con delicadeza dándoles un toque cautivador. Lyanna observó la reacción de sus tíos y sonrió al ver lo fascinados que estaban por este lugar.
Con cuidado bajo de la espalda de su padre y se acercó a ellos.
—Es muy bonito ¿Verdad?
El pelirrojo salió de su trance y miro a la pequeña junto a él.
—Es...Es muy hermoso ¿como encontraron este lugar?—pregunto.
—Mamá lo encontro un día, es su lugar favorito—susurro lo último.
—¿Enserio?
—Si, a ella le gustan mucho las flores.
Shanks desvío su mirada hacia Hana, la cual se encotraba con una gran sonrisa en su rostro mientras que sus ojos brillaban y su cabello se movía al compás de las flores. Sin poder evitarlo también sonrío.
Al pelirrojo le parecía hermosa aquella mujer, aún que daba mucho miedo cuando se enojaba.
—¡Tío Yasopp, vamos a jugar!—chillo Lyanna mientras corría hacia él.
—¡Si!
Ambos corrieron hacia el campo de flores, siendo observados por los demás que tomaban asiento en el suelo.
—Es increíble este lugar—comentó Shanks.
—Es muy tranquilo—hablo Benn quien se recostaba en el suelo.
—¿Como es que los habitantes de esta isla no está aquí?—pregunto.
—No saben sobre este lugar—respondió Ragnar.
—¿Ah? Viven aquí ¿como es que no saben que existe tan maravilloso lugar?
—La gente de esta isla no sube a esta montaña, solo nosotros—explicó Hana.
Fruncieron el ceño al oir eso.
—¿Por qué?—se atrevió a preguntar Shanks.
Hana apretó sus labios y desvío su mirada hacia otro lugar.
—No es algo que importe en este momento—hablo Ragnar.
El hambiente se torno algo tenso, nadie quiso preguntar más, aún que cierto pelirrojo sentía curiosidad sobre ese tema.
Por otro lado, Yasopp se encotraba enseñándole a Lyanna a tirar dardos en una diana improvisada que había hecho en un árbol.
—Es inútil, ni siquiera llegan a donde yo quiero—bufo la pequeña.
—Tienes la fuerza suficiente solo te falta precisión y algo de observación. No puedes simplemente disparar y ya—explicó este mientras le entregaba nuevamente otros cinco dardos.
—Ya veo..—murmuró.
—Muy bien, inténtalo de nuevo—animo.
Lyanna asintió y se posicióno en donde anteriormente le había dicho su tío, inhalo y exhalo varias veces, fijo su vista en la diana improvisada, y contó hasta tres.
—Uno...Dos...¡Tres!—lanzo aquel dardo con tal fuerza que quedó incrustado en el trocó del árbol, pero no había dado en donde ella quería—¡No puede ser!
—No estuvo tan mal, estuviste cerca. Vamos inténtalo de nuevo.
Asintió, y volvió a tomar su posición, fijo sus ojos azules en el centro de color rojo de la diana. Inhalo y exhalo.
—Uno...Dos...Tres—murmuró para ella misma antes de lanzar el Dardo—¡No lo puedo creer!
—¡Lo hiciste Lya!—grito Yasopp mientras corría a abrazarla.
—¡Lo hice! ¡Lo hice, Tío Yasopp!—chillo mientras correspondía el abrazo.
Ambos festejaron, Lyanna por haber dado en blanco luego de muchos intentos y Yasopp orgulloso de que la pequeña no se rindiera con facilidad.
—Estuviste muy bien Lya—le sonrió.
Ambos se sentaron en el suelo mientras que la pequeña jugaba con las flores.
—Gracias por enseñarme esto, Tío Yasopp. Te prometo que voy a mejorar mucho con mis tiros—sonrió la pequeña y una sensación cálida recorrió el pecho del mayor.
—Gracias a ti, por dejarme enseñarte.
De pronto una mueca apareció en el rostro de Yasopp cosa que no paso desapercibido por Lyanna.
—¿Qué sucede Tío?—pregunto, con preocupación.
—Nada, es solo que..—pensó un momento en sus palabras—¿Sabias que tengo un hijo?
—¡¿Enserio?!
—¡Así es, su nombre es Usopp!
—Ah, Sus nombres son casi idénticos, Je, Je, Je—río.
—Lo hecho de menos—susurro.
—Tío Yasopp, ¿Crees que algún día pueda conocer a Usopp? Quiero ser su amiga ¿Puedo serlo?
—¡Claro que si!
—Supongo que él será muy fuerte, y seguro es un muy buen tirador igual que tú—comentó con una sonrisa.
—El será un gran tirador. Te lo puedo asegurar.
—¡Cuéntame más sobre él!
Yasopp comenzó a contarle a Lyanna sobre su hijo, mientras que esta escuchaba atentamente todo con una gran sonrisa en su rostro.
Le parecía chistoso ver lo emocionado y sonriente que se veía su tío al hablar sobre su hijo.
—¡Vamos, Tío Shanks, levantate!—dijo mientras tiraba de la camisa de este.
—¿Para qué?—la miró de reojo.
—Quiero que juegues conmigo, El tío Yasopp, El tío Lucky y los demás ya jugaron y están cansados.
—Me sorprende que aun tenga energía—comentó LimeJuice uno de los Nakamas del pelirrojo. Que tenía su cabello completamente lleno de flores.
—Y que lo digas—Murmuró Hongo, otro de los Nakamas del pelirrojo. Que permanecía acostado en el suelo.
Hana soltó una risita, tenían que estar para tener que soportar la energía que tenía Lyanna, desde que era una bebé es así.
—Bien—dijo el pelirrojo mientras se levantaba—Dime ¿A qué quieres jugar?
La pequeña sonrió y toco la pierna del mayor para luego salir corriendo.
—¡Tú las traes!
—¿Traigo que?—murmuró confundido.
—La tienes que perseguir, y cuando la toques debes decir "las traes"—explicó Hana.
—si no lo dices, no cuenta—le dijo Ragnar.
El pelirrojo asintió y acomodando su sombrero de paja, comenzó a correr detrás de Lyanna. La cual ya se había alejado.
—¡Tengan cuidado!—Grito Hana.
Shanks bajo la velocidad al llegar a un área en donde habia flores amarillas. Esas hermosas flores, tan festivas y enigmáticas. Busco con la mirada a Lyanna, pero no daba con ella.
—Oe, Tío Shanks ¡Vamos encuentrame!—oyó la voz de ella. Supo en eso entonces que se encotraba ahí, solo que estaba escondida entre aquellas flores.
—Claro que te encontraré—murmuró, mientras caminaba cautelosamente.
Las flores comenzaron a moverse a causa del viento. No debia ser tan difícil encontrar a Lyanna de esta forma.
Camino de aquí allá sin alejarse del área de flores amarillas, comenzaba a creer que ya se había ido, pero de pronto oyó un estornudó que vino detrás de él. Volteo y sonrió al ver el cabello oscuro de Lyanna y el vestido de color blanco que traía puesto. Cautelosamente se acercó a ella y sin previo aviso la tomo en sus brazos.
—¡Te tengo!—dijo Shanks mientras la aprisionaba contra su pecho.
—¡Eso no es justo! Las flores me hicieron estornudar—infló sus mejillas.
Shanks la dejo en el suelo y por alguna razón sentía que se había olvidado de algo.
—¡No dijiste "Las traes" asi que no cuenta!—grito Lyanna antes de volver a correr.
—¡Tramposa!—se quejo este antes de correr detrás de ella.
La pequeña siguió corriendo tratando de alejarse lo más que podía del pelirrojo, pero de pronto sus pies se enredaron en una de las raíces de las flores haciéndola tropezar.
—¡Lyanna!—grito Shanks detrás de ella, pero cuando quiso darse cuenta ya se encotraba rodando hacia abajo de la colina.
Por varios minutos mantuvo sus ojos cerrados mientras caía por la "pequeña" colina abrazada a sí misma, tratando de protegerse de todos los golpes, lo cual fue casi imposible debido a todas las ramas y piedras que se encotraban en el camino.
No se detuvo hasta que su pequeño cuerpo choco con un árbol.
La pequeña gruñó, aún sin abrir sus ojos. Su piel ardía y dolía un poco.
—¡Lyanna!—grito él pelirrojo mientras bajaba de aquella colina—¡Maldición!
Bajo aquella colina y corrió hasta la pequeña que se encotraba aún tirada en el suelo.
—Lyanna ¿Te hiciste daño? ¿Estas..
Se quedó en silencio y por un momento su cuerpo se paralizó. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
¿Desde cuando el cabello de Lyanna había dejado de ser negro?
—Es-Estoy bien—murmuró con algo de dificultad.
—¿Lyanna?—murmuró este mientras la ayudaba a ponerse de pié.
—¿Qué su...—se percato de inmediato que ya no traía su peluca, y que Shanks la estaba viendo, la estaba viendo con su cabello blanco—¡¡Ahh, Mamá!!—grito tan fuerte que él pelirrojo tuvo que taparse sus oídos.
—¿Por qué gritas?
—¡No me veas!—busco con su mirada su peluca o cualquier otra cosa para tapar su cabello. Pero al no tener nada a mano lo único que se le ocurrió fue correr.
—¡Lyanna, espera!
Volvió a correr detrás de ella. No entendía lo que sucedía y su cabeza estaba llenándose de preguntas que no sabría si tendrían alguna respuesta.
Lyanna corría lo más rápido que le permitían sus piernas, necesitaba alejarse de Shanks e ir con sus padres.
—¡Lyanna, Detente!—grito él pelirrojo
Y cuando estuvo cerca de atraparla, en un instante y rápido movimiento alguien la aparto de su campo visual. Freno en seco y vio a Hana la cual ahora traía a Lyanna en sus brazos.
¿En que momento había llegado? ¿Qué era esa velocidad?
—Lyanna ¿Esta bien? ¿Qué sucedió?—pregunto su madre mientras acariciaba el cabello blanco se su hija.
—¡Lo siento, Mamá! ¡Fue mi culpa!—chillo la pequeña mientras lágrimas caían de su rostro.
—No. Cariño, no es tu culpa.
—Hana..—intento acercarse hacia la mujer pero esta se alejo dando unos cuantos pasos hacia atrás.
—No. Shanks—negó con la cabeza mientras escondía el rostro de Lyanna en su cuello.
El pelirrojo intento acercarse a ellas, estirando su brazo para poder tocarla pero este fue apartado bruscamente de un movimiento. Miró a la persona que había apartado su brazo.
—Ragnar...—murmuró.
De nuevo ¿como es que había llegado tan rápido? ¿Como es que no había previsto ese movimiento? ¿Como no pudo oirlo?
—Aléjate, Shanks—dijo poniéndose delante de su mujer e hija.
—¿Capitán?—el pelirrojo inmediatamente noto la presencia de su tripulación—¿Qué sucede?
Los recién llegado no entendía lo que sucedía, pero sabían que algo andaba mal, debido a la alta tensión que se sentía en el ambiente y los llantos de Lyanna la cual aún seguía pidiendo disculpa y Hana intentaba calmarla.
—Lo mismo quiero saber yo—hablo mirando a Ragnar de forma seria.
—No es algo que debas saber—era cierto y Shanks lo sabía, pero aún así..
—Lyanna...¿Que es lo que sucede con ella?
—Ya te lo dije, no es algo que debas saber.
—¿Y por que no?—vocifero, y frunció el ceño.
Ragnar entrecerro sus ojos, ¿por que tantas insistencia? Se preguntó a sí mismo.
—Eres un pirata. Eres Akagami no Shanks—miró a la tripulación del pelirrojo—¿Qué me asegura que si te digo lo que sucede nos seguirán tratando como sus amigos?
—No somos ese tipo de piratas—miró aquellos ojos azules que también poseía aquel hombre—No lastimaria a mis Nakamas.
Lyanna levantó la cabeza al oír esa palabra, y Hana apretó sus labios, mientras que Ragnar se encotraba algo sorprendido, pero no lo demostró.
—¿Nakamas?—murmuró Lyanna mientras sorbia su nariz—¿Somos tus Nakamas?
—Por supuesto que si, Lyanna.
La pequeña ojiazul, sonrió con pequeñas lágrimas en sus ojos. Y miro a su madre la cual le dedico una pequeña sonrisa.
—Cariño—hablo Hana mientras posaba su mano en el hombro de su esposo.
—Esta bien—hablo Ragnar—supongo que no está mal que lo sepan, después de todo son sus tíos ¿No?
—Ademas..Confío en ellos—sonrió Hana mientras miraba al pelirrojo el cual también le sonrió.
Miró a la tripulación del pelirrojo y también les sonrió.
Quizás era el momento de volver a confiar en alguien.