DOS LOBOS Y UN BOLLO

By sumijieee

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狼行成双 lang xing cheng shuang Sinopsis: Probablemente sea la historia de dos personas que no se caen bien entre... More

Sinopsis + info
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 04
Capítulo 05
Capítulo 06
Capítulo 07
Capítulo 08
Capítulo 09
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Capítulo 76
Capítulo 77
Capítulo 78
Capítulo 79
Capítulo 81
Capítulo 82
Capítulo 83
Capítulo 84
Capítulo 85
Capítulo 86
Capítulo 87
Capítulo 88
Capítulo 89
Capítulo 90
Capítulo 91
Capítulo 92
Capítulo 93
Capítulo 94
Capítulo 95
Capítulo 96
Capítulo 97
Capítulo 98
Capítulo 99
Capítulo 100
Capítulo 101
Capítulo 102
Capítulo 103
Capítulo 104
Capítulo 105
EXTRA 1
EXTRA 2

Capítulo 80

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By sumijieee


"Bian Nan, tu nivel de mentira no es tan buena como la de Erbao"

El clima era bueno el día de hoy, y aunque la temperatura era aún baja, el sol brillaba y el viento no era demasiado fuerte. 

Antes de salir, Qiu Yan había corrido por toda la casa porque estaba sobreexcitado y no evitó sudar. Así que Qiu Yi lo castigó estando 20 minutos de pie y cuando el sudor de su cuerpo disminuyó, se envolvió en una chaquete gruesa y salió por la puerta.  

—¡No vuelvas a comprarme una chaqueta roja acolchada! —Papá Qiu lo siguió desde la casa. 

—¡Está bien! —respondió Qiu Yan en voz alta, y después de salir corriendo por el patio, agregó otro grito: —¡Entonces compraré una chaqueta grande y de algodón! 

—¿Qué tipo de estética tiene? —Bian Nan suspiró. Al ver a Qiu Yan salir corriendo del patio, rápidamente se paró junto a la puerta y saludó a Qiu Yi: —Rápido, ven aquí cariño. 

Qiu Yi miró hacia atrás y Bian Nan chasqueó la lengua: —¡Bloquea la puerta y así nadie nos podrá ver! 

Qiu Yi sonrió, se acercó, tomó la puerta del patio y besó con fuerza la boca de Bian Nan, para luego lamer ligeramente sus labios: —¿Así está bien? 

—Muy bien —Bian Nan estaba encantado y chasqueó los dedos: —demasiado bueno. 

Ambos caminaron hacia la entrada del callejón. Qiu Yan se había colocado en cuclillas al costado de la carretera y estaba mirando el suelo junto a un niño pequeño. 

—¿Qué estás haciendo? —Bian Nan se inclinó y se colocó en cuclillas. 

—Mirando —Qiu Yan señaló un charco con agua en el suelo: —Gran tigre, ¿Cuándo crees que esta orina se convertirá en hielo? 

—Una media hora... —Bian Nan se detuvo repentinamente, a mitad de su oración, su voz aumentó: —¡¿Qué es esto?! 

—Orina —respondió el niño. 

—¡Maldita sea! —Bian Nan sintió disgustado, así que alzó la mano hacia el estómago de Qiu Yan y lo levantó: —¡Ustedes dos están mal! ¡Acuclillados aquí y mirando orina! 

—¿Media hora? —Qiu Yan se colgó en sus brazos, y no se olvidó de decirle al niño: —Será en media hora, sigue mirándolo y avísame cuando regrese.  

—¡Bien! —el niño asintió. 

Bian Nan colocó a Qiu Yan en el suelo después de caminar por un rato, para tomar su mano y apretando su guante, preguntó: —Realmente eres descuidado, ¿te has ensuciado las manos? 

—No soy descuidado, sabía que era orina ¿y quién la tocaría? —Qiu Yan retiró su mano: —¡Eso es orina! 

—Maldita sea, sabes que es orina, pero ¿aún así te colocas en cuclillas frente a ella a estudiarla y dices que no eres descuidado? —Bian Nan estaba sorprendido. 

—Sé lo que hago —Qiu Yan aplaudió. 

—¡No hables como tu hermano! —Bian Nan chasqueó la lengua y tomando su mano, caminaron hacia la estación. 

Qiu Yi no estaba en absoluto preocupados por ellos, solo caminaba y miraba la lista que llevaba en la mano. 

—¿Viste a tu hermano jugando con orina? —Bian Nan le dio un golpe con el brazo. 

—¿Se ensució? —Qiu Yi se guardó la lista en su bolsillo. 

—No —Bian Nan volvió a apretar la mano de Qiu Yan. Los guantes de Qiu Yan eran bastante gruesos, y la mano de Qiu Yan dentro de su guante no eran muy honesta. Solo después las enderezó y quedó ahí. 

—Entonces no te preocupes por él —dijo Qiu Yi con indiferencia. 

—Mejor olvida lo que te acabo de decir —Bian Nan suspiró. 

La plaza no estaba muy lejos, solo eran cinco paradas en autobús. 

Bian Nan siguió a Qiu Yi y subió a Qiu Yan al autobús para ir de último. Era el día 29, y muchas personas que trabajan tienen sus dos días libres, por lo que todos salieron a comprar y se notaba por la enorme cantidad de personas en el autobús. 

Después de que llegaron a la primera estación, Qiu Yan tiró de la cintura de los pantalones de Bian Nan, y miraba a su alrededor felizmente. 

Después de quedarse de pie por un rato, Bian Nan sintió que algo no andaba bien. Así que bajó la cabeza y le susurró a Qiu Yan: —Oye, Erbao, ¿Por qué no vas tirar de los pantalones de tu hermano? su pantalón tiene cinturón y yo estoy usando pantalones deportivos. Tira dos veces más de ellos y lograrás quitármelos. 

—Oh —Qiu Yan asintió, vestido como si estuviera envuelto como si fuera una bolita, se dio la vuelta y agarró la cintura de los pantalones de Qiu Yi. 

—¿Casi te los saca? —preguntó Qiu Yi en voz baja, con una sonrisa y entrecerrando los ojos. 

—Estamos en un lugar público —susurró también Bian Nan: —¿Qué demonios...? 

—¡Ladrón! —Gritó Qiu Yan de repente: —¡Tú robaste algo! 

Esta voz sobresaltó a todos a la multitud que estaba a su alrededor, agarrando sus bolsos y asegurando sus bolsillos, para girar sus cuerpos y mirar. 

—¿Qué sucede? —Qiu Yi inmediatamente sacó a Qiu Yan de su lado, para colocarlo entre él y Bian Nan. 

—¡Él robo! —Qiu Yan señaló a un hombre que estaba detrás de Qiu Yi: —¡Él tomó el celular de esa hermana! 

—¡Ah! —una chica a su lado de repente gritó: —¡Mi teléfono! 

—¡No digas tonterías niño! —el hombre señaló a Qiu Yan, con enojo: —¡Estás diciendo tonterías a una edad muy temprana! ¡¿Cómo fue que te educaron tus padres?! 

—¡No estoy diciendo tonterías! —Qiu Yan se estaba colocando un poco ansioso: —¡Lo vi! ¡lo tienes en tu bolsillo! 

—¡¿En mi bolsillo?! —Gritó de inmediato el hombre, volteando los bolsillos de su ropa y pantalón: —¡Dónde! ¡¿Dónde está?! 

Qiu Yi frunció el ceño y no dijo nada. Pero antes de que pudiera decir algo, un hombre con sombrero Lei Feng [1] de repente señaló el suelo: —¿Quién perdió su teléfono? 

—Ah, ese es mi teléfono, es mío —La chica rápida y laboriosamente se inclinó, para tomar el teléfono. 

—Los niños son realmente geniales, siendo tan joven intenta dañar a los demás, ¡Los adultos deberían educarlo mejor! —dijo el del sombrero Lei Fang.

—Yo no soy así —Qiu Yan de pronto gritó: —¡Yo no soy así! 

—Maldita sea, ¡jodete! —Bian Nan se colocó ansioso tan pronto lo escuchó, apartó a la multitud y se colocó de pie frente al hombre. 

—Lo sé —Qiu Yi le dio unas palmaditas en la cara, se dio la vuelta para ganarse junto a Bian Nan y dirigirse a ellos: —Ustedes son un grupo, ¿verdad? 

—¡Estás loco! ¡Padres como los tuyos tendrán hijos así...! —el hombre sonaba muy disgustado. 

Justamente cuando estaba hablando, el autobús se detuvo, la puerta se abrió y ambos hombres, inmediatamente se dieron la vuelta y se escabulleron hacia ella. 

—¡A dónde demonios vas! —Bian Nan agarró del brazo a uno. 

—¡Qué crees que haces! ¡Quieres acaso golpearnos! —Ambos hombres gritaron. 

—Bájalos de este autobús, —Qiu Yi le dijo a Bian Nan, sacando su teléfono: —Llamaré a la policía, lo más seguro les parecerá conocidos. 

Ambos hombres ya se habían apretado al costado de la puerta del autobús, y Bian Nan, pateó directamente al hombre sobre la espalda, el hombre se arrojó y cayó debajo del autobús, para luego simplemente arrastrar del brazo al sombrero de Lei Fang fuera del autobús. 

Qiu Yi saltó del autobús, y al que se quiso levantarse y correr, lo retuvo de un solo movimiento. 

—¡Qué! ¡A quién piensas golpear! ¡A quién golpearás! —el hombre gritó de inmediato, y cuando se giró, quiso golpear a Qiu Yi en la cara. 

—¿Qué es lo que te pasa? —Qiu Yi lo agarró del brazo, lo empujó y el hombre volvió al suelo. 

Qiu Yan también se apretujó y saltó fuera del autobús, corriendo hacia el grupo de personas que esperaban el autobús, y gritó: —¡Hermano! ¡Tío! ¡Ayuden a atrapar al ladrón! 

Si se hablaba de peleas, estos dos realmente no eran oponentes para Bian Nan y Qiu Yi, pero incluso fueran unos pocos más, puede que Qiu Yi y él no sean derribados. 

Cuando Bian Nan torció su brazo detrás de su espalda, se retorció y se quejó, para luego simplemente arrojarlo hacia abajo, y que el hombre quedara arrodillado en el suelo. 

Inmediatamente, después, aparecieron dos chicos que parecían ser universitarios, que esperaban en la fila para subirse al autobús, y junto con otras personas más, lograron inmovilizar a los dos ladrones en el suelo. 

Alguien rebuscó entre la ropa de uno de estos hombres, sacando varias billeteras de mujeres. 

—Joder, tienes muchas billeteras, ¿Es de tu madre o tu esposa? ¿Tanta prisa tienes por ir a comprar los productos de Año Nuevo? —dijo Bian Nan. 

Qiu Yi llamó al 110, y la policía llegó al lugar dos minutos después. 

Bian Nan y Qiu Yi tomaron a Qiu Yan y junto al policía, fueron a la estación por un registro. Estos dos realmente eran delincuentes habituales y la policía no pudo evitar decir cuando los vieron: —ustedes otra vez. 

No tomó mucho hacer el registro y Qiu Yan bailó un poco cuando salió de la estación. Mirándolo bien, apenas de podía contener con su sorpresa y emoción. 

—¡El tío policía me elogió! —Qiu Yan tomó la mano de Bian Nan y siguió temblando. 

—Mm, realmente eres muy capaz —Bian Nan se agachó y tocó la cabeza de Qiu Yan. Pero no se atrevió a decir más sobre este asunto el día de hoy, ya sea para alentar o educar a Qiu Yan sobre involucrarse en asuntos ajenos de esta manera, no sabía qué hacer, por lo que levantó la cabeza y miró a Qiu Yi. 

—Fuiste muy valiente hoy —Qiu Yi también se agachó: —¿Cómo fuiste capaz de gritar? 

—Tú y el Gran tigre estaban conmigo —Qiu Yan rodeó con sus brazos su cuello y apoyó su cabeza sobre su hombro: —¡Solo por eso fui capaz de gritar! 

—¿Y si no estábamos aquí? —Qiu Yi le dio unas palmaditas en la espalda.

—Le hubiera dicho en voz baja al conductor, llamar a la policía en voz baja, advertirle a la hermana en voz baja —Qiu Yan respondió con astucia: —¿está bien así? 

—Está bien —Qiu Yi le revolvió el cabello: —Vamos, tenemos que tomar un taxi para ir a la plaza ahora. 

—¿No le llamarás la atención? —preguntó Bian Nan a Qiu Yi en voz baja. 

—Mm, pero los niños pequeños tienen un sentido único de la justicia y eso no se le puede corregir a una edad tan temprana —Qiu Yi asintió: —tengo miedo de que un día sea tan impulsivo por su propia cuenta. 

—Solo dile que no es bueno involucrarse en asuntos ajenos, no así—Bian Nan pensó por un momento: —un hombre no debería ser tan ingenuo. 

—Es aburrido estar a cargo de niños, —Qiu Yi sonrió y colocó su brazo sobre sus hombros: —Especialmente con dos. 

—Vete a la mierda —Bian Nan estaba divertido: —¿Sin estos niños que habrías hecho el día de hoy?

—Los dos no tenían mucho poder de lucha, además, si puedo sostener a uno puedo con el otro. Si los sostengo, gritará, si lo siento en el suelo, pateará y gritará, lo más seguro diciendo que encontró una billetera perdida y que la iba a dejar a la misma estación de policía —dijo Qiu Yi con una sonrisa. 

Bian Nan se rió durante mucho tiempo: —Joder, no puedo imaginármelo, como un ex jefe que lo sientes en el suelo, sosteniendo el brazo de un hombre y dejándolo inmóvil. 

—Aún no me conocen del todo —Qiu Yi chasqueó la lengua. 

El tiempo de llegada a la plaza fue el preciso, todavía había bastante puestos en el mercado y aún había gente caminando de un lado a otro. 

Qiu Yan estaba tan emocionado, que miraba a cada uno de los puestos durante mucho tiempo. Después de correr un minutos, vio la gran chaqueta de algodón de color rojo: —¡Ese se verá muy bien en papá! 

—Oye, no sigas molestando a papá —Qiu Yi se rió: —Hoy solo elige algo para ti. 

—Tía —Qiu Yan señaló la chaqueta y le preguntó a la jefa: —¿Esto es algo que se puede usar? 

—Te lo ruego —Bian Nan tiró de Qiu Yan del cuello de su ropa, apartándolo: —No hagas esto, te compraré ropa más tarde, ¡debes corregir tu estética! 

—Tu siempre vistes ropa deportiva —dijo Qiu Yan, insatisfecho: —No quiero ropa deportiva. 

—¡No te compraré ropa deportiva! —Bian Nan se estaba sintiendo impotente: —Te compraré otra cosa, no será ropa deportiva y no te quedes mirando esa ropa de algodón con decoraciones de flores y botones.

Bian Nan no sabía cómo Qiu Yi sacaba antes a Qiu Yan. De todos modos, hoy sintió que no podía comprar absolutamente nada, ya que Qiu Yan lo arrastraba por varios puestos, y viendo como Qiu Yan elegía cosas bastante extrañas en cada uno de estos puestos. 

Qiu Yi estaba bastante tranquilo. A cada paso, compraba todo lo que estaba en lista, las coplas para el Año Nuevo Chino, bocadillos y otro tipo de comidas. 

—Ya no puedo más —Bian Nan llevó a Qiu Yan a su lado— Cambiaré contigo, yo compro todas esas cosas y tú te encargas de Erbao, quien corretea de un lado a otro como un cerdo, y ya no puedo soportarlo más. 

—No tienes que preocuparte por él —Qiu Yi lo miró, extendió la mano y le tocó la punta de su nariz: —¿Es es sudor? la verdad seguirlo así...

—Tonterías, ¿Cómo no podría seguirlo cuando corre así? ¡¿Qué pasa si se nos pierde?! —Bian Nan frunció el ceño. 

—No es necesario que te preocupes por él, no correrá —Qiu Yi le entregó las bolsas que llevaba en la mano: —Mira hacia allí, compremos algunos pastelillos...

Bian Nan vaciló por un momento y luego siguió a Qiu Yi con las bolsas. Después de caminar por un rato, descubrió que Qiu Yan realmente dejó de correr y siguió a Qiu Yi y a él de manera honesta. 

—¿Cómo fue que sucedió esto? —Bian Nan creía que esto era increíble. 

—Nadie lo persigue, y por temor a perderse, se vuelve tranquilo —dijo Qiu Yi. 

—Oh —Bian Nan miró a Qiu Yan, que suceso más milagroso. 

Después de que básicamente se compraron los productos de Año Nuevo, Qiu Yi y Bian Nan llevaron a Qiu Yan al centro comercial, después de acomodar todo. 

—Vayamos ahora a comprar ropa —Bian Nan tiró de Qiu Yan: —Lo elegiré por ti, así que cállate y sígueme, ¿de acuerdo? 

—Mm —Qiu Yan mordisqueó un trozo de chocolate. 

Bian Nan dio dos vueltas y compró una pequeña chaqueta naranja para Qiu Yan, y las combinó con unos jeans. Cuando estaba a punto de elegir otro par de jeans, Qiu Yi lo detuvo: —Eso es suficiente. 

—Está bien, de todos modos... —Bian Nan quería decir que de todos modos, que el dinero para comprarle cosas a su padre y su familia, no se iba a usar de todos modos. 

—¿Mm? —Qiu Yi lo miró. 

—De todos modos, el joven maestro tiene dinero —dijo Bian Nan, con voz apagada. 

—Oye, ¿Cómo te atreves a decir que eres rico si ganas menos de 2.000 al mes? —dijo Qiu Yi con una sonrisa. 

—Está bien, está bien, está bien, no le compraré nada más a Erbao ni a ti, mejor le compraré algo al tío, ¿algo para su vida diaria? —Bian Nan lo había pensando antes y compró un masajeador para papá Qiu, el cual podía colocarse detrás de él, para masajear su cuello y espalda. Al acostarse, también puede colocarlo bajo sus piernas y usarlo como apoyo. 

—Bien —dijo Qiu Yi.

Qiu Yi compró una navaja para papá Qiu. Se decía que, aunque papá Qiu tiene mala salud, era un experto en destrozar navajas para afeitarse y tenía que cambiarlas varias veces al año. 

Al ver un descuento de ropa en el primer piso, Qiu Yi lo pensó y fue con Bian Nan. 

—¿Qué haces? —Bian Nan lo siguió y se metió entre la multitud. 

—Bufanda, ¿uno para cada uno? —dijo Qiu Yi. 

—¿Para pareja? —le susurró Bian Nan al oído. 

—Mm —Qiu Yi sonrió. 

Bian Nan estaba un poco cansando luego de ir de compras, pero al escuchar esto, inmediatamente recuperó su animo y se apresuró hacia el estante de bufandas, empezando a escoger.  

—¿Con diseño o sencillo? —Bian Nan se dio la vuelta y le preguntó a Qiu Yi. 

—Cualquiera —dijo Qiu Yi. 

Bian Nan eligió un gris con rayas azules oscuro, y eligió otro blanco, con las mismas rayas: —¿Qué te parece? 

—Mm —Qiu Yi comparó las dos bufandas y le entregó la blanca a Bian Nan. 

—¿Por qué? quiero el gris —Bian Nan agarró el gris. 

—Es del mismo color que tu cara —Qiu Yi volvió a tomar el gris. 

—Joder —Bian Nan se sintió impotente: —¡Soy de un color trigo saludable! ¡No del todo gris! ¡¿De acuerdo?! 

—No es bueno —dijo Qiu Yi. 

—Oye, bien, bien, bien, bien, quiero el blanco —Bian Nan tomó el blanco, se lo colocó alrededor del cuello y se lo probó. Enseñando los dientes en el espejo, se veía bastante bien. 

—Quiero este —Qiu Yan de repente extendió la mano y agarró una bufanda de color roja en el estante. 

—Para ti no —dijo Qiu Yi. 

—Quiero el rojo —dijo Qiu Yan nuevamente, como si no hubiera escuchado las palabras de Qiu Yi. 

—¿No ya tienes uno? —Qiu Yi tiró de la pequeña bufanda azul alrededor de su cuello. 

—Quiero el rojo para el Año Nuevo Chino —dijo Qiu Yan, levantando la cabeza: —Mi papá y yo queremos el rojo. 

Bian Nan contuvo una risa y miró a Qiu Yi. Qiu Yi suspiró impotente, fue por una bufanda roja y también, buscó uno pequeño para Qiu Yan. 

Qiu Yan tomó las dos bufandas rojas y fue hacia la caja con satisfacción. 

—Oye —Bian Nan estaba tan feliz que no pudo contenerse: —Afortunadamente, no pidió de rayas, o de lo contrario, de pareja cambiaremos a familiares.

—¿Deberíamos cambiar a rojos también? —Qiu Yi lo miró con los ojos entrecerrados. 

—No, no, no —Bian Nan apresuradamente tiró de él: —Es bueno ir en parejas de vez en cuando. 

Después de comprar todas las cosas, llegó la hora del almuerzo y papá Qiu llamó, diciendo que lo habían llevado a comer una olla caliente en la casa de al lado, donde el tío Liu, así que le pidió que llevaran a Qiu Yan a comer afuera. 

—¿Qué quieres comer? —Qiu Yi se inclinó hacia Qiu Yan. 

—Yogur, chocolate, carne seca —Qiu Yan abrió la boca e informó un montón de bocadillos. 

—Vuelve a repetírmelo —Qiu Yi lo miró. 

—Arroz con estofado de pollo —Qiu Yan inmediatamente cambió su respuesta. 

—¡Qué desagradable! —Bian Nan chasqueó la lengua, y justamente cuando estaba a punto de decir sobre ir a comer mejor algo de caldo de huesos o no, de pronto su teléfono sonó. 

Colocó las bolsas que llevaba en sus manos a un lado de sus pies, sacó su teléfono y se quedó atónito después de una mirada. 

Bian Hao. 

No ha recibido una llamada de Bian Hao durante diez años, y ahora, que recibía una llamada por parte de Bian Hao, esto sorprendió demasiado a Bian Nan. 

—Responderé una llamada —Bian Nan miró a Qiu Yi, sostuvo su teléfono y fingiendo indiferencia, caminó lentamente hacia un lado. Para luego aceptar la llamada: —¿Hola? 

—¿Bian Nan? —Preguntó Bian Hao con cierta vacilación, en caso de que se haya equivocado de número. 

—Mm —susurró Bian Nan: —¿Pasa algo? 

—¿Vendrás a casa mañana? —Preguntó Bian Hao. 

—¿Mañana? —Bian Nan se congeló por un momento, y luego dijo: —Si regreso, ¿Papá me detendrá? 

—No lo sé —dijo Bian Hao. 

—¿Todavía está enojado? —Bian Nan recordó los ojos de su padre, y su buen humor de repente cayó sobre sus pies. 

—Probablemente, no he estado en el estudio en los últimos días —No había emoción alguna en la voz de Bian Hao. 

—Entonces yo... —Cuando Bian Nan pensó en la escena en que enfrentaría si fuera a casa, e inmediatamente, se sintió confuso, vaciló durante mucho tiempo y se mordió el labio: —No volveré. 

Bian Hao no habló y después de un rato fue capaz de decir algo: —¿Dónde estás viviendo? 

—Estoy alquilando la casa de un amigo mío —Bian Nan miró a Qiu Yi, que estaba en cuclillas y envolviendo a Qiu Yan con la pequeña bufanda roja. 

—Entonces estás por tu cuenta —dijo Bian Hao. 

—Así es —Bian Nan pensó por un momento: —Tengo 80.000 en mi tarjeta, papá...

—Yo fui él que te transfirió, —Bian Hao se aclaró la garganta, pareciendo un poco avergonzado: —Papá...realmente no quería que te fueras, pero si realmente estás por tu cuenta, la vida afuera no será fácil. 

—De todas formas yo tenía... —Bian Nan no esperaba que ese dinero fuera de Bian Hao, por lo que no sabía qué decir: —Todavía tengo dinero en mi tarjeta. 

—No sabía cuánto dinero tenías... —dijo Bian Hao: —Está bien, dejémoslo así, cuelga. 

Bian Nan colgó el teléfono, le dio la espalda a Qiu Yi y movió la cara junto con una sonrisa. Después de que se relajó, se dio la vuelta y trotó. 

—¿Quién llamó? —Qiu Yi se colocó de pie. 

—¿Me veo bien? —Qiu Yan tiró de su bufanda y lo miró. 

—Apuesto, chico guapo —Bian Nan miró la cara de Qiu Yan y miró nuevamente a Qiu Yi: —Mi papá. 

—¿Estás bien? —preguntó Qiu Yi. 

—No te preocupes, solo me sentí avergonzado, y no quise hablar con él frente a ti —Bian Nan se rió dos veces. Dentro de su corazón, se estaba dando un pulgar hacia arriba a su capacidad de inventar tontería en un instante. 

—¿Vamos a comer arroz con estofado de pollo? —Qiu Yi tomó las bolsas del suelo. 

—Oye, Erbao —Bian Nan realmente no estaba interesado en el arroz con estafado de pollo: —¿Qué tal si vamos a comer una olla caliente de caldo de huesos? ¿O a un Shabu shabu? 

—¡Shabu Shabu! —Los ojos de Qiu Yan se iluminaron. 

No era fácil encontrar un Shabu Shabu, con mesas disponibles, y a esta hora en el centro de la ciudad. 

—Es víspera de Año Nuevo —susurró Bian Nan: —Compramos muchas cosas y llevamos a un niño, así que mejor tomemos un taxi, será más cómodo. 

Qiu Yi estaba feliz cuando lo escuchó, y se inclinó hacia su oído: —¿Dije acaso que no se permiten los taxis? 

—Me lo dije a mí mismo —dijo Bian Nan: —¿No estoy aprendiendo a vivir en este momento? 

—Te invitaré a comer un Shabu Shabu en un rato, no lo olvides —dijo Qiu Yi con una sonrisa: —después de todo, obtuve una ganancia inesperada. 

El restaurante Shabu Shabu que encontraron estaba un poco lejos. Además, era un poco tarde, por lo que no habían muchas personas, y fueron capaces de encontrar una mesa junto a la ventana apenas entraron. Aunque podía ver la calle de afuera, no había nada particular que ver. 

Bian Nan se quitó el abrigo y luego ayudó a Qiu Yan, que se veía inflexible intentando quitárselo: —Erbao, ¿te gusta el Shabu Shabu? 

—Me encanta, a mi padre también le gusta —Qiu Yan se apoyó sobre la mesa: —Ya puedo sentir el olor. 

—Oye, regresaremos a comer en un rato, no es bueno que tu papá coma solo —Bian Nan pensó por un momento, y luego palmeó la mano de Qiu Yi: —¿Por qué no compras un poco de cordero para cocinar por la tarde? 

—¿Comerás en mi casa por la noche? ¿No vas a volver? —Qiu Yi lo miró. 

—No volveré, no he limpiado aún por completo la casa, todo está lleno de polvo y estaré solo... —Antes de que Bian Nan pudiera terminar, se detuvo. 

¡Mierda! ¡Por qué dijo esto! 

¡Cómo fue capaz de decir algo así! 

—Quiero decir, todos es mi casa salieron a comer...—Bian Nan luchó hasta la muerte: —Yo...

Qiu Yi no dijo ninguna palabra, miró lentamente el menú que tomó con una mano y con la otra, la taza para beber un sorbo de té. Junto con una sonrisa incontrolable en la comisura de su boca. 

—Quiero decir...¡Oye! —Bian Nan se reclinó en el asiento: —¡No digas nada! 

—Cien secretos [2] —la sonrisa en la boca de Qiu Yi se abrió lentamente: —Bian Nan, tu nivel de mentira no es tan buena como la de Erbao.

.........

[1] Sombrero Lei Fang, es esto.

[2] Algo que ocurre por casualidad. 

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