━━━━━ 𝐀𝐈𝐋𝐄𝐍 ━━━━━
Derek, Scott y yo bajamos rápidamente cuando el cable fue hacia las calles.
Estaba lleno de agua que claramente estaba con electricidad, comencé a ver al mi alrededor y mis ojos se acumularon con lágrimas.
— ¡Isaac! — grité apenas lo vi tirado en el piso, se había electrocutado. Intenté ir pero los chicos me detuvieron ya que yo también terminaría así o peor muerta.
Kira agarró el cable y lo apagó con sus manos, todos miramos sorprendidos ante eso, los ojos se le habían iluminado a un naranja, al sacar toda la electricidad también hizo que en todo el edificio no haya.
Una vez que ella la había apagado o.... ¿absorbido? Me solté del agarré y fui corriendo hacia Isaac.
Me arrodillé junto a él pero no se movía, Derek quien había llegado detrás de mi comenzó a revisarlo.
Lleve mi mano hacia su pulso pero no había.
— No está respirando — susurré largando sollozos.
— Scott, ¡no está respirando! — gritó Derek.
Rápidamente Scott llegó y entre los tres lo levantamos, lo llevamos adentro del hospital donde unos enfermeros lo subieron a una camilla y se lo llevaron.
No podía parar de llorar, Scott me agarró y me envolvió en sus brazos.
Luego llegó Noah y nos informó que Stiles se había ido del hospital.
Noah al verme llorando y angustiada me abrazó.
— Estaba muerto — dije entre lágrimas. El me acariciaba el cabello y la espalda tratando de tranquilizarme.
— El va a estar bien — aseguró con una sonrisa.
— ¿Qué hay de Stiles?
— Se fue del edificio. Lo estamos buscando.
Lo abracé por un rato más hasta que uno de los oficiales lo vino a buscar y se tuvo que ir.
Luego de una hora Scott se estaba por ir y me estaba convenciendo de que vaya con él.
— No quiero irme.
— Por favor. Mañana lo venimos a ver.
Yo negué con la cabeza. El suspiró.
— Dentro de unas horas voy para mi casa — aseguré para que se quede tranquilo.
— Está bien — dijo rendido.
No quería irme, y no lo voy a hacer.
Scott me dio un corto abrazo y luego se fue.
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Eran las casi la una de la mañana y me estaba pelando con los médicos para que me dejen verlo.
— Lo siento señorita, solo los familiares pueden.
— No tiene, soy la única que se acerca a familia, por favor — suplique cómo por quinta vez pero no sirvió de nada, me volvió a negar la entrada.
Inhalé totalmente angustiada y cansada. Me volví a sentar en la silla a esperar.
A la media hora me agarró un poco de hambre, fui hasta las máquinas y saqué un par de dulces.
Luego de terminar todos los dulces y seguir peleando con los médicos, me quedé dormida.
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Sentí como me tocaban el hombro lo cual me asusté un poco, giré mi cabeza y vi a Scott junto con Melissa.
— ¿Pasaste acá toda la noche?
Asentí — Si. Estuve peleando con los médicos ya que no me dejan pasar a verlo a menos que sea familia, ya les expliqué que no tiene pero no hubo caso. ¿Saben algo de Stiles?
Ellos negaron y yo suspiré totalmente angustiada.
Luego de unos minutos de silencio Melissa habló.
— Nos tiene a nosotros. Y yo tengo una llave — finalizó mostrando la tarjeta para acceder a dónde estaba Isaac.
Yo sonreí débilmente y le agradecí.
Caminando hasta su habitación y pasó la tarjeta.
— Sean rápidos.
Scott pasó primero y yo detrás de el con cierta dificultad, sentía como mis piernas temblaban y que me iba a caer por un segundo.
Me posicioné junto a Scott y le agarré la mano con acto de reflejo, el afirmó nuestro agarré y caminamos hacia la camilla.
Isaac estaba dormido con toda la parte del cuello y brazo quemado, fruncí el ceño al ver que no todavía no curaba.
— Pensé que ya estaría sanando.
— Yo también — contestó Scott.
Mi amigo posicionó su mano sobre el brazo quemado de Isaac.
— ¿Le duele? — pregunté con lágrimas en mis ojos.
El asintió y comenzó a sacarle el dolor.
Venas negras aparecieron el brazo de Scott. Isaac dio un suspiro como aliviado y mi amigo una mueca de dolor el cual me preocupó.
— No va a curarlo pero le sacará el dolor.
Asentí con lágrimas cayendo, Scott me miró, acercó su mano limpiándolas y me abrazó.
Melissa volvió a abrir la puerta haciéndonos entender que nos teníamos que ir.
Me acerqué a Isaac y le dejé un beso en la frente, mi amigo me agarró la mano y nos fuimos de ahí.
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— Según todas las historias, los Kitsune son engañosos. Son maliciosos no le importa el bien o el mal, ni siquiera entienden la diferencia — explicó Kira.
— ¿Qué significa eso? — preguntó Scott — ¿Hacen esto por diversión?
— No, descubrí algo más. Si ofendes a un nogitsune puede reaccionar bastante mal.
— ¿Cómo ofendes a un nogitsune? — pregunté.
— No sé. Pero si hace algo así, es porque alguien lo ofendió mucho.
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Hoy nos tocaba correr, me cambié y salí directo hacia el vestuario de los chicos. Trate de pasar sin que el entrenador me vea y fue un éxito ya que estaba hablando sobre Stiles e Isaac.
— Stiles no aparece y no hay ninja demoníacos — Hablo uno de los gemelos.
— Las cosas están muy tranquilas.
— Si, lo sabemos — respondió Scott — Nos está empezando a preocupar también.
— No es buena señal — dije pero vi como los tres miraban hacia un punto fijo concentrados — ¿Qué pasó? ¿Escuchan algo?
— Es un emisor. Uno de los de Argent.
— ¿Dónde? — pregunté pero no hubo respuesta. Ellos salieron y comenzaron a buscar el sonido.
Llegamos al sótano, al bajar lágrimas de felicidad aparecieron. Estaba Stiles dándonos la espalda.
El se dio vuelta y levantó sus manos — Sé lo que están pensando, pero soy yo. Lo juro, soy yo.
Los gemelos sacaron sus colmillos y fueron directamente hacia él, lo agarraron del cuello ahorcándolo y lo levantaron.
— ¡No! ¡Paren! — grité yendo tras ellos tratando de pararlos pero me empujaron causando unos pequeños rasguños, agarré mi brazo lastimado y lo miré, no era muy grande ni profundo. Estamos bien.
Scott rápidamente separó a los gemelos de nuestro amigo, uno salió volando hacia uno de los casilleros y el otro le rugió mostrando sus colmillos y ojos azules, mi amigo se lo devolvió haciendo que este mire para abajo arrepentido.
— Soy yo, chicos. Lo juro. No sé dónde estuve estos dos días ni que hice pero soy yo. Lo juro.
Yo me quedé alejada viéndolo. Lo quería abrazar pero por alguna razón mi cuerpo no se movía.
— ¿Sabes qué pasó en el hospital?
— Sé más que eso — se dirigió hacia un bolso y se agachó agarrando unos planos. — ¿Ven esto? Es un plano del cableado eléctrico del hospital. ¿Ven esas marcas en rojo? Es mi letra — Scott se agachó junto a Stiles, los gemelos y yo nos acercamos. — Se que fui yo. Yo causé el accidente. Y todo lo que hay en esta bolsa podría ser parte de algo grande.
Uno de los gemelos se agachó y agarró como una mini cierra eléctrica y lo miró — ¿Qué diablos estuviste haciendo?
— Creo que algo peor.
Agarramos el bolso, lo pusimos arriba de la mesa y comenzamos a sacar todo lo que tenía adentro.
Soga, como un alambre grueso creo, cinta, cadenas y muchas más cosas.
— ¿Qué diablos haces? ¿Construir un exterminador?
— Gracias por eso — dijo Stiles quien nos estaba mirando.
Saqué del bolso un papel blanco y lo abrí — Chicos, esto es un mapa — lo dejé en la mesa y comenzamos a mirarlo.
— ¿No es el camino a campo traviesa?
— Ese es el auto de los Tate, en el que murió la familia de Malia — dije.
— O sea que ahí fue donde el padre puso las trampas — comentó Stiles apuntando una parte del mapa.
— Esperen, por ahí es donde vamos a correr, hoy. Ahora — hablé preocupada porque ya seguro el entrenador y todos los demás estaban allá.
Rápidamente nos fijamos y si, todos se habían ido. Nos subimos a Jeep y Stiles arranco.
— Entrenador — dijo Stiles al bajar del Jeep.
— Stilinski — comentó sin creer que nuestro amigo estaba parado junto a él.
— Escuché con atención — Mi amigo comenzó a explicar todo y fuimos corriendo a buscar a los demás — ¡Scott! ¡Todo el mundo pare!
Todos dejaron de correr y Stiles miró hacia abajo y encontró una cadena pero está no llevaba a nada.
El entrenador empezó a aplaudir mientras caminaba hacia los demás — Felicitaciones Stilinski. Encontraste una cadena. ¿Alguien me puede decir que está pasando?
— ¡Entrenador! — gritó Scott pero fue tarde, él tenía una flecha clavada en el estómago.
Genial, más problemas.
El entrador cayó al piso y se desmayó. Todos nos acercamos sin saber que hacer.
A los pocos minutos despertó y comenzó a gritar.
— ¡Sáquenmela! ¡Sáquenmela! — comenzó a moverse desesperadamente. Con los chicos tratábamos que se tranquilice ya que estaba perdiendo mucha sangre y que grite y comience a moverse no ayudaba — Santo cielo, voy a morir.
— Entrenador, no va a morir.
— ¡Voy a morir!
— Va a doler menos si se deja de mover.
Una mirada de parte de Stiles hacia Scott le hizo entender que le podía sacar el dolor.
Era una buena idea, así el dejaba de gritar y de derramar sangre.
— La ambulancia ya viene en camino, quédese tranquilo — hablé pero el seguía gritando.
Los gemelos empezaron a apartar a todos para "darle su espacio" y Scott hizo lo que sabe hacer.
El entrenador cerró sus ojos.
— Creo que se desmayó.
— Lo pude haber matado — comentó Stiles con las manos llenas de sangre — ¿Si hubiera sido la cabeza o la garganta?
— Pero no fue así — traté de tranquilizarlo — El va a estar bien.
— Creo que oí una ambulancia.
— Y mi papá.
Subieron al entrenador a la ambulancia, giré mi vista y vi cómo Noah y Stiles se daban un abrazo.
— Chicos, vengan a ver esto — nos llamaron los gemelos quien estaban revisando la parte trasera del Jeep.
Nos acercamos y nos dieron un papel.
— Es el mismo papel que usamos para hacerle la broma al entrenador — comentó mi amigo.
— ¿No es lo que hace William Barrow? ¿Una bomba hecha de clavos y tornillos envuelta para regalo? ¿Dónde explotó?
— O dónde explotará — mencioné.
— En un autobús escolar.
Fuimos hasta Noah y le avisamos que había un bomba en el colegio.
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Llegamos rápidamente y estaban sacando a todos del autobús.
Nos acercamos a dónde estaban todos los alumnos y comenzamos a ver cómo el oficial Parrish se subía al autobús protegido por cualquier cosa, aunque si era un bomba iba a salir volando igual.
Luego de un par de minutos Parrish se comunicó con Noah por radio y se acercó a las ventanillas.
No es un bomba señor, pero hay algo en la caja.
El apoyó algo sobre la ventana. Era la placa del Sheriff que estabas en su oficina.
Hay una bomba pero no acá. Con Scott y Stiles compartimos miradas sin entender.
¿Dónde podía estar?
A los pocos segundos Noah comunicó que la bomba estaba en la estación de policía. Toda la unidad, junto con Stiles y Scott fueron hacia allá.
— Scott, tengo que irme con Lydia y Allison ahora, envíame un mensaje después — el asintió y se fue.
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Me encontraba con Allison y Lydia en la casa de la primera.
Nos estábamos por dirigir hacia el Loft de Derek, en el cuál iba a ir Lydia sola pero no la dejamos.
Allison se guardó un palo con electricidad.
— Uhh yo quiero uno — comenté como una nena cuando ve un dulce. Ella río y saco otro. — Te amo — dije mientras lo agarraba.
— Quédatelo.
— ¿En serio? No, después te lo devuelvo.
— En serio, vos también necesitas algo para defenderte.
— Si, bueno, puede completar con las clases de defensa que tomé, y el arco y las dagas — nombré con un poco de ironía. Ella rio y me sonrió.
Al llegar al Loft nos paramos frente a la puerta, cuando Lydia estaba por abrir Allison la detuvo.
— Si bien es inteligente que te acompañáramos, creo que el resto es una locura.
— Intenté encontrar a Stiles, y todos terminaron en el manicomio. Lo considero un fracaso colosal. Tengo que descubrir que pasa y él es el único que ofreció ayuda.
— Peter no ofrece ayuda — interviene en la conversación — Te ofrece una oportunidad de manipularte para que le des lo que él quiera — Allison asintió dándome la razón.
— Bien, veamos que quiere — Lydia finalmente abrió la puerta dejando ver a Peter de espaldas mirando hacia la ventana.
— La cazadora, la Banshee y la Latina. Adelante, señoritas.
Nos acercamos hacia la mesa casi al final del Loft.
— Ellas se van.
— La última vez que estuve sola con vos casi me desangró en el campo de lacrosse. Se quedan.
— ¿Realmente crees que intentaba matarte cuando te mordí? Eras mi plan b, ¿lo recuerdas? Además mi mordida hizo florecer tus habilidades incipientes. ¿Creés que un poder así iba a salir solo? Soy la chispa que encendió tu fuego, querida.
Yo abrí los ojos sin poder lo que estaba escuchando — Oh por dios.
— La atacaste y casi la matas.
— El poder no sé consigue sin un poco de dolor y sufrimiento.
— Yo no lo pedí.
— Pero ahora lo disfrutas ¿o no?
— Que tal la vez que le lavaste el cerebro y la usaste para resucitar — dije.
— Para poder estar acá hoy y ayudarte a denominar tus habilidades. ¿No es asombroso como se cierra el círculo?
— Está loco — volteo Allison hacia nosotras — Nos vamos.
Mi amigo y yo le agarramos la mano a Lydia y nos dimos vuelta para irnos, no hicimos más de tres pasos que Peter volvió a hablar.
— ¿Querés la verdad Lydia? — ella se paró tirando de nuestras manos. — No es el grito lo que te da poder. Lo único que hace el grito es ahogar el ruido, para que puedas oír lo que realmente necesitas y yo te puedo ayudar a agudizar el oído.
Ella se dio vuelta y nosotras también.
— Pero querés algo a cambio — dije.
— No, me dedico mi vida a ayudar a adolescentes narcisistas. — agarró un tarro y lo abrió — Obvio que quiero algo a cambio.
— Si, era muy bueno para ser real. — hablé.
Peter dio vuelta el tarro contra la mesa y salieron un par de garras, cinco para ser exactos.
Nos acercamos hacia la mesa nuevamente, miré las garras y agarré una al igual que Allison.
— ¿De quiénes son? — pregunté.
— La mamá de Derek.
— Entonces ¿estas son las garras de la mamá de Derek? — habló está vez Allison.
— Mi hermana, Talia. Antes de morir me robó un recuerdo. Es algo que solo un alfa muy poderoso puede hacer. Ese recuerdo está encerrado en esas garras.
— ¿Por qué tú hermana te querría quitar un recuerdo? — pregunto Lydia.
— Si supiera el recuerdo, quizá podría decirte.
— ¿Qué se supone que haga?
Peter comenzó a explicarle a nuestra amiga lo que tenía que hacer. Ella agarró las garras, las puso en su mano y comenzó a caminar por la habitación de un lado a otro.
Así pasaron como unos diez min pero no hubo respuesta por parte de Lydia.
— ¡Concéntrate!
— Estoy concentrada.
— No lo estás. Veo las ruedas girar detrás de tus ojos. Tu oído está en sintonía con un nivel del universo que nadie más puede oír. Pero solo si escuchas.
— Estoy intentando.
— ¡Intenta más! — dijo queriendo acercarse a Lydia pero Allison y yo lo detuvimos con el palo de electricidad, una de cada lado.
Peter nos miró a ambas, por mi parte le dedique una hermosa sonrisa falsa. El sacó sus garras en forma de amenaza.
— Tu tía tenía uno de esos. Tía Kate.
— Paren — intervino Lyds.
— No le sirvió mucho cuando la degollaba ¿o sí?
— Oh por dios, no te aguanto y me estoy conten.... — dije pero Lydia interrumpió con un grito que paremos y las garras pasaron el medio nuestro llegando a clavarse en una columna.
Los tres miramos a la rubio fresa, ella comenzó a acercarse hacia las garras mirándolas.
— ¿Lydia? ¿Lydia, escuchas algo? ¿Qué es? ¿Qué dicen? ¿Es el recuerdo? — Peter comenzó a bombardearla de preguntas pero no contesto ninguna. — ¿Qué me robó Talia? ¡Dime qué sabes!
Ella volteo sorprendida hacia Peter y habló.
— No sos solo tío.
Abrí mis ojos sorprendida. Peter era papá.
Pobre de su hija.
Luego de que él se haya quedado como petrificado unos segundos volvió con las preguntas otra vez. Si sabía cómo se llamaba, quien era y más.
— Dije que no se. No sé cómo se llama, si es mujer o varón o si es un bebé lobo mutante.
— Mientes. Dime qué sabes.
— No sabe, punto. Nos vamos — dije.
— Ella sabe. Dime... Dim.. — no pudo terminar la frase ya que Allison y yo lo electrocutamos y este cayó al suelo.
Salimos de ahí y nos metimos al auto.
Estaba lloviendo súper fuerte, le mandé un mensaje a Scott para saber en dónde estaban y espere a que me conteste.
— Tengo la mía. ¿Encontraste la tuya? — preguntó.
— Si. — ambas acercaron sus teléfonos dejándonos ver las dos fotos.
Ambas juntaron los celulares.
— ¿Peter y Malia? — pregunté
— Padre e hija.
Si, Lydia nos dijo que la hija de Peter era Malia Tate.
A los minutos Scott me contestó diciendo que estaban yendo a la veterinaria, así que les pedí a las chicas si me podían llevar.
— Gracias Allí. Después las veo.
— Ailen el palo
— No, Allí. No hace falta.
— Te lo di ¿recuerdas?
— Si, lo sé. Pero está guardado atrás. No te hagas problema. Gracias de nuevo. Las quiero — baje rápidamente antes de que Allison me reproche.
Fui corriendo hacia la puerta trasera y entre.
Al hacerlo veo a Scott con una espada enterrada en su estómago y Kira tratando de sacarla.
— Oh por dios. Scott — me acerqué rápidamente y de repente Stiles agarro a Kira de la mano y le estampó la cabeza contra la mesa. Yo solté un grito y me quedé atrás de Scott.
Stiles quien no era Stiles, nos miraba sin expresión alguna.
Se acercó a Scott y agarró la espada entre sus manos.
— Stiles, por favor no — suplique, el me miró.
— Está bien, todo está bien. — dijo, puso una de sus manos sobre el hombro del moreno y con la otra comenzó a girar la espada haciendo que Scott suelte varios gritos de dolor.
— Por favor para — dije yo con lágrimas pero el siguió.
— ¿Te duele? Ey, mírame.
— ¡Para! ¡Para! — seguí gritando. Scott me hizo un gesto para que me calmara y que me calle para que Stiles no me ataque a mí.
— Debiste haber leído tus libros Scott. Un nogitsune se alimenta del caos, conflicto y dolor. Está mañana se lo sacaste a Isaac, después al entrenador y después a un oficial moribundo. Todo ese dolor, lo tomaste todo — posó su mano en su cara — Ahora, dámelo.
Venas negras pasaban de la cara de Scott y "viajaban" hacia la mano Stiles y luego por su brazo.
— Realmente tenés que aprender Scott. Tenés que aprender a no confía en un zorro. — el hizo un signo de negación con su vos y comenzó a sonreír — Son embusteros, engañan. Engañan a todos.
Stiles realmente parecía loco.
— No a todos — apareció Deaton y le clavó una aguja en el cuello y se desmayó.
GRACIAS DEATON. DIOS TE BENDIGA Y TODOS LOS SANTOS.
Solté un suspiro, me puse frente a Scott.
— ¿Estás bien?
El asintió. Yo le agarré la espada y se la saqué rápidamente. Scott soltó un quejido. Fui a abrazarlo y el me respondió.
— ¿Qué fue eso? ¿Fue una cura? ¿Está bien? — cuestionó Scott una vez que nos separamos.
— El zorro está envenenado, pero no muerto — los tres nos giramos a Stiles, quien estaba tirado en el piso desmayado — Todavía no.
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Estaba sentada frente a Isaac quien todavía no terminada de curarse y tampoco se había despertado.
Le agarré la mano y le di un beso
— Te extraño. Por favor tenés que recuperarte. Yo sé que lo vas a hacer. Te quiero — me levanté, dejé un beso en su frente y salí de ahí.
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Buenassss, cómo están??
Cada vez un poco más cerca del final.
Espero que les haya gustado.
Lxs quieroooooooo.
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️