POV WANDA
Abro los ojos y un increíble mal estar invade todo mi cuerpo. Siento que tengo ganas de vomitar y que me duele la cabeza así que me voy al baño y me siento al lado de la taza esperando a que todo pase. Pasan los minutos y la cosa no avanza, por lo que decido levantarme y beber un poco de agua del grifo, lo que hace que me maree y me tenga que sentar corriendo. No entiendo que me pasa y sinceramente me asusto bastante, nunca me había pasado algo así.
Me levanto más suavemente y me dirijo a mi cama, en la que me tumbo para intentar dormir, pero mis esfuerzos son en vano, ya que el malestar y el dolor de cabeza hacen que no puedo ni cerrar los ojos sin marearme.
Cojo el móvil, lo que hace que mi situación empeore un poco, y miro la hora. Son las 9:00, genial, solo he dormido 5 horas. Entro en mis chats y me dirijo concretamente a uno, rezando para que esté despierta y pueda ayudarme.
Wanda Maximoff:
¿Estas despierta?
No hay respuesta. Mierda. Dejo el móvil en la cama y vuelvo al baño para beber un poco de agua, a pesar de que no tengo ganas de meter nada en mi tripa. Cuando llego al baño me vuelvo a sentar y noto que la puerta de mi cuarto se abre y se cierra con suavidad. Miro hacía la puerta del baño y veo asomarse a cierta pelirroja a la que acabo de escribir.
- Buenos días Maximoff - me sonríe desde la puerta y luego se sienta a mi lado.
- No son para nada buenos - le digo con mala cara - Creo que estoy enferma.
- Lo que tu tienes es resaca de tanto beber - se ríe un poco y me da un baso de agua y una pastilla blanca - Tomatelo, te hará sentir mejor.
- Esta parte no me la contaste - me tomo la pastilla y apoyo mi cabeza en su hombro.
Pasamos casi toda la mañana dando vueltas desde mi cama al baño, hablando de chorradas y de cosas que vimos en la fiesta de ayer:
- ¿Sabes a quién vi hablando muuuy cerca de Steve? - me dice Nat tumbada en mi cama mirando al techo mientras sonríe.
- ¿A quién? - pregunto intrigada.
- ¡A Sharon! - me mira y se ríe - Sabía yo que esos se iban a gustar, pero Rogers nunca me hace ni caso.
- ¿Te das cuenta de que no sé quien es Sharon? - digo un poco decepcionada - Si no sé quien es la otra persona el cotilleo pierde interés Romanoff.
- ¿No sabes quien es? - niego - Si les vuelvo a ver juntos te diré quien es.
Llega el mediodía y me empieza a entrar un poco de hambre, cada vez me encuentro mejor y ademas me viene bien estar un poco distraída. Con Nat me lo paso muy bien.
- Creo que tengo un poco de hambre - le digo sonriendo un poco y ella se levanta.
- Anda, dime lo que te apetece y yo te lo preparo - me tiende su mano para que la agarre y me ayuda a levantarme de la cama, ya no me mareo tanto pero me duele un poco la cabeza.
- Me apetece una ensalada, algo frío - le miro sonriente y salimos de la habitación.
Nos dirigimos a la cocina y cuando llegamos ella me pide que me siente, y eso hago, pero en los asientos alado de la cocina para poder seguir hablando. Romanoff saca unas verduras y alguna fruta de la nevera y se dispone a cortarlas y a hervir los huevos mientras yo la miro como está tan concentrada haciendo todo.
- ¿Y que hacias por aquí antes de que llegase yo? - le pregunto y ella no desvia la mirada del cuchillo - Porque siempre que salgo no hay nadie y tu te despiertas demasiado pronto como para pasarte sola todo el día.
- Digamos que antes tenía más cosas que hacer, pero desde que Hidra cerro no tengo mucho que hacer así que simplemente entreno, hablo con los que me encuentro por los pasillos o en la cocina y salgo a la calle a hacer lo que sea.
- Hace mucho que no salgo yo a pasar el rato en la calle, lo hecho un poco de menos - digo y pienso en lo mucho que he estado en la mansión Stark desde que he llegado.
- Si quieres hoy podemos salir a hacer algo y así te despejas un poco, que un poco si que te hace falta - me dice y después me tira uno de los trapos que había en la cocina en la cara.
- ¡Oye! ¡¿Que haces?! - ella se ríe y le tiro el trapo de vuelta pero, obvio, lo esquiva sin problema - ¿Y que tipo de plan sería?
- De eso ya me encargo yo, tu solo tienes que venir y disfrutar - me sonríe y me pone delante el plato de ensalada con los cubiertos, después pone otro plato a mi lado y se sienta.
- ¿Me estas pidiendo una cita Romanoff? Que alago - bromeo y ella me pega en el brazo bastante fuerte, por lo que me quejo.
- Ya te gustaría Maximoff - dice sonriendo de manera orgullosa - Ya te gustaría.
Nos reímos y seguimos hablando de cualquier cosa hasta que terminamos de comer y cada una se va a su cuarto. La verdad es que me ha dado un poco de vergüenza que Natasha se haya pasado aquí toda la tarde, ya que todo está hecho un asco, así que por fin me activo y lo recojo todo, toda la ropa y las cosas que estaban en el suelo, abro las ventanas del todo y dejo que entre la luz, aunque me arrepiento un poco porque todavía me duele un poco la cabeza y me tomo una de las pastillas de ibuprofeno que Natasha me ha dejado aquí para que vaya tomando cada ciertas horas.
Miro mi armario y no sé que ponerme, ya que no sé para nada de que va el plan, así que por si acaso me pongo unos vaqueros y una camiseta que me encanta, no vaya a ser que me ponga un vestido y tengamos que hacer algo de mucho movimiento.
Me siento en la cama y sonrío, me siento mucho mejor desde que he llegado aquí. Natasha ha sido un gran apoyo para mi y siento que lo hace todo mucho más fácil y llevadero, me alegro mucho de haberla conocido y haberme hecho su amiga. De verdad creo que hemos conectado.
Me ducho y me pongo lo que tenía pensado, me maquillo, me peino y miro la hora. Todavia faltan unas 3 horas para el plan con Natasha, que por alguna razón ha insistido en que salgamos de aquí a las 20:30. Decido cambiarme e irme al gimnasio, así igual le doy una sorpresa a la pelirroja cuando entrenemos mañana a la mañana, y a lo mejor así me siento mejor, por lo que me voy al gimnasio.
POV NATASHA
Preparo todo lo que necesito para quedar con Wanda y todavía falta bastante tiempo para que llegue la hora, así que decido salir de mi habitación y hablar con quién sea que este en la sala.
Cuando llego veo a Clint, una visita inesperada, ya que el se había ido poco después de la pelea a casa con Laura, su mujer.
- Que inesperado verte por aquí - le digo y le abrazo - ¿No sabes avisar de que vienes? - le pego en el brazo.
- ¡Ouch! - se queja - encima que os hago una sorpresa, lo que tengo que aguantar.
- ¿Que tal está Laura? ¿Y Nathaniel? ¿Todo bien? - pregunto un poco preocupada.
- Si si, todo bien, menos porque llevo más de una semana sin dormir - dice - parece que este bebe no duerme nunca.
- Ouuuu se parece a su tia - sonrío - el nombre le queda que ni pintado, aunque si no fuese un traidor habría estado mejor - ahora es Clint el que me pega a mi en el brazo, solo que más suave.
Nos quedamos un rato más hablando de todo, sobretodo de Nathaniel, y al final este se va, ya que solo podía pasarse un rato.
- A ver cuando vuelves a pasarte por aquí, que echo de menos a mi mejor amigo - le digo antes de que entre en el coche.
- Yo también te echo de menos Nat, me pasaré pronto para ver como os va todo por aqui - sonríe - aunque sin mi probablemente os vaya mal.
- Anda cállate y vete - nos abrazamos y el entra al coche.
Vuelvo a mi cuarto, me ducho, me visto, me peino, me maquillo y cojo todo lo que voy a necesitar. Espero que a Wanda le guste el plan que he pensado, es un plan que me gusta hacer a veces cuando necesito un poco de paz y tranquilidad, que es lo que creo que ella necesita en este momento.
POV WANDA
Ya casi son las 22:30 y decido ir al cuarto de Natasha para ver si está lista y salimos. Salgo de mi cuarto, toco la puerta y cuando me da permiso entro, encontrándome a Milwoki en mis pies, a la que cojo y peso en la cabeza.
- Los mejores recibimientos que he tenido nunca - sonrío y abrazo a la gatita hasta que se cansa y se quiere bajar.
- Estoy de acuerdo - me sonríe y la miro, lleva unos vaqueros negros que le quedan muy bien y una camiseta blanca, por lo que creo que he acertado en lo que debía ponerme hoy - que guapa vienes hoy Maximoff ¿Es para impresionarme?
- Ya te gustaría Romanoff - sonrío burlona y dejo a Milwoki en el suelo, no antes de darle un último beso en la cabecita - ya te gustaría.
Le sigo y ella simplemente se dirige al aparcamiento, donde se acerca a una moto y me da uno de los cascos que estaban encima.
- ¿Montas en moto? - pregunto.
- No la verdad, es la primera vez - me dice muy segura y yo la miro aterrada, entonces comienza a reírse a carcajadas - es broma Wanda, es obvio que se montar, no te asustes tanto.
Ruedo los ojos y me pongo el casco. Ella se pone el sullo y se monta en la moto, yo me pongo detrás suyo y me indica que la agarre por la tripa, por lo que la rodeo con mis brazos y me echo hacia delante, un poco asustada.
Arranca y salimos de la mansión Stark, damos unas cuantas vueltas por Nueva York en las que he creído que mi vida se acababa más de una vez hasta que llegamos a una especie de monte y está aparca la moto, bajándose y ayudándome a bajar después.
- Recuerdame no volver a montar en una moto contigo nunca más - le digo quitándome el casco.
- Recuerdame a mi no montarme contigo, creo que nadie me ha apretado la tripa tanto como tú en toda mi vida - se queja y se toca la tripa.
- ¡Conduces demasiado rápido y te cruzas con todos los coches! ¡¿Como quieres que no apriete?! - le digo.
- Anda, calla y vamos - me sonríe y coge una cesta tapada con una manta del sitio en el que se guardan los cascos - te prometo que a la vuelta iré más tranquila, pero es que no quería que te lo perdiese.
- ¿Perderme el que? - digo y comenzamos a andar hacia una parte en la que no había nadie de la montaña.
- Ya lo verás.
Derrepente Natasha deja de andar y la miró sin entender mucho, quita la manta que tapaba la cesta y la estiende en la hierva, entonces se sienta y empieza a sacar comida de la cesta: fruta, embutido, pan, zumos...
Yo me siento a su lado y la miro prepararlo todo en silencio. Miro enfrente y veo el sol que esta apunto de desaparecer en el monte de enfrente y las preciosas vistas y colores que crea. Natasha es una persona que siempre te sorprende, monta en moto como una loca y de manera un poco agresiva, todo para traerte a ver el atardecer con boles con frutas que ha cortado ella. Es lo que me encanta de ella.
La verdad es que siempre me ha gustado ver el atardecer, me parece que es precioso y muy relajante, y más en buena compañía.
POV NATASHA
Saco lo que había preparado y miro a Wanda, que coge una de las fresas que he traído y se la lleva a la boca, se la ve muy entretenida mirando el atardecer, me alegra que le haya gustado el plan.
Me quedo mirándola un rato más, hoy realmente está muy guapa, lleva un maquillaje natural que le da un toque elegante, pero sin pasarse, y esos vaqueros que lleva le sientan genial.
La verdad es que esos ojos marrones se me han quedado grabados desde que la vi por primera vez, aunque al principio solo los veía rojos. Y esa nariz tan perfecta que tiene, es tan pequeña y tan mona.
Veo que Wanda se gira para coger otra fruta y apartó la mirada, no sé muy bien porque. Cojo un trozo de naranja y miro al atardecer, que es un tanto rosa hoy.
Pasa aproximadamente media hora y el atardecer está ya casi escondido, así que me tumbo y miro hacía arriba viendo cómo el cielo se va oscureciendo y Wanda hace lo mismo.
- Me ha gustado mucho el plan Nat - noto que gira la cabeza y me mira sonriente - gracias por traerme aqui.
- Sabía que te gustaría, se nota que eres de las personas a las que les gustan estas cosas - también la miro - a mi me gusta venir cuando estoy estresada y necesito calmarme o también cuando estoy triste.
Las dos giramos los cuerpos y nos tumbamos de lado.
- Recuerdo cuando era pequeña en Sokovia - me dice con un brillo en los ojos - solía ir a ver el atardecer con Pietro y mis padres, era un plan que nos gustaba mucho - se le borra la sonrisa y una lágrima cae de su ojo, la cual seca con la mano.
- Yo también iba a verlo cuando era pequeña - sonrío un poco tristemente - me escapaba de la sala roja e iba a verlo para desconectar un rato, hasta que se enteraron de que lo hacía y me lo prohibieron.
Wanda no dice nada y me agarra de la mano mientras otra lágrima sale de su ojo. Las dos nos quedamos mirando a la otra a los ojos en silencio, simplemente disfrutando de la compañía de la otra hasta que se hace tarde, recojo las cosas y volvemos a la mansión, pero esta vez más suave para que Wanda no se altere.