la sensación de ser un hooligan aún no se ha ido
Qiu Yi no sabía cómo describir este estado de Bian Nan, no sabia lo valiente y desvergonzado que podía llegar a ser después de haber bebido. Aunque estaba nervioso, también era algo muy emocionante.
Las manos de Bian Nan que lo frotaban y pellizcaban estaban muy calientes, y todo encajaba perfectamente con el deseo que traía este beso. Desafiando por completo su paciencia.
Cuando finalmente no pudo soportarlo más, tiró de los pantalones a Bian Nan y extendió la mano. Pero, Bian Nan de repente aflojó el brazo que lo rodeaba.
Y antes de que Qiu Yi pudiera reaccionar, se deslizó por el tronco del árbol y se sentó en el suelo.
—Oye, —Bian Nan se apoyó contra el árbol, frunciendo el ceño: —Mareado.
Qiu Yi apoyó las manos sobre el tronco del árbol, lo miró, y le tomó bastante tiempo calmar su respiración. Para finalmente decir: —Eres realmente despiadado, no me digas que ahora quieres vomitar.
—No quiero, —Bian Nan levantó la cabeza y se rió dos veces, y luego agitó la mano: —Solo estoy mareado.
—Levántate, —Qiu Yi lo tomó del brazo a regañadientes y trató de levantarlo del suelo: —Solo regresa a la tienda y duérmete.
—Mm —Bian Nan con suma fuerza intentó colocarse de pie, pero como resultado, se resbaló con unas gruesas hojas cuando pisó el suelo y se balanceó hacia un lado.
Qiu Yi rápidamente tuvo que arrastrarlo, Bian Nan no era alguien de bajo peso. Qiu Yi no podía simplemente levantarlo, ya que el ángulo en la que se encontraba era complicado, por lo que solo podía tirar de él primero.
Al final, después de que Bian Nan se balanceó de un lado a otro en busca de un punto muerto, tuvo que dejarlo ir.
Si no lo soltaba, tendría que dar algunas vueltas en círculos juntos.
—Ah —Bian Nan se deslizó medio metro sobre el suelo por inercia, por lo que resopló por lo bajo y se quedó inmóvil en el suelo.
—¿Estás bien? —Qiu Yi se inclinó y le dio unas palmaditas en la cara.
—Estoy bien —Bian Nan sonrió: —Solo iré con calma.
Qiu Yi se quedó en silencio, se colocó en cuclillas a su lado y esperó a que se relajara por unos minutos. Después de haberse calmado, Bian Nan se sentó lentamente: —Me siento mucho mejor.
Esta vez, Qiu Yi no tomó directamente su mano, sino que caminó detrás de él y lo sostuvo. Pero luego caminó delante de él y se acuclilló: —Yo te llevaré.
—¡No! —Bian Nan se congeló y se rió: —Estoy bien.
—Ya no quiero ayudarte, siento que pelearé contigo —Qiu Yi lo miró: —Date prisa.
—Soy pesado —Bian Nan sonrió y se arrojó sobre su espalda: —Si no eres capaz de llevarme, procura no arrojarme.
—Mm —Qiu Yi se colocó de pie, lo cargó y caminó hacia el campamento.
Al pasar por el patio, algunas personas del grupo que estaba al lado de ellos, se dirigieron hacia el baño, entre rizas y abrazos. Al verlos, una chica señaló a Bian Nan mientras se divertía y con su lengua algo enroscada dijo: —¡Mira eso!
Qiu Yi no los tomó en cuenta y se alegró de no haber hecho nada en el bosque, o de lo contrario, si estas pocas personas van al baño y deciden ir a correr al bosque para pasar un buen rato, sería algo completamente maravilloso.
—Dabao —Bian Nan apoyó su cara sobre su hombro: —¿Soy pesado?
—Está bien, no eres pesado —dijo Qiu Yi.
—¿Y tú? —preguntó Bian Nan.
—No lo sé, no me he pesado —dijo Qiu Yi.
—Yo ya te he cargado en mi espalda —dijo Bian Nan con una sonrisa.
Qiu Yi suspiró y lo ignoró.
De regreso a las tiendas de campaña, Qiu Yi descubrió que Shen Tao era el único que quedaba a un lado de la parrilla de barbacoa, asando brócoli.
Abrió la tienda de color azul y bajó a Bian Nan. Bian Nan entró solo.
—¿Aún te sientes mal? —Qiu Yi lo siguió, entró y le preguntó.
—No —Bian Nan se dio la vuelta, se quitó la ropa, arrojándose a un lado y cerrando los ojos: —Solo me siento como una hélice.
—No te preocupes, las cuerdas de esta tienda de campaña son muy fuerte, por lo que es imposible salir volando —Qiu Yi lo cubrió con un edredón: —Solo duérmete.
—No puedo dormir —Bian Nan abrió los ojos, sus ojos eran erráticos a primera vista y no sabía hacia donde estaba mirando.
—Entonces sigue así —Qiu Yi se retiró de la tienda y la cerró, junto la capa doble.
—¿Qué hay con esos dos? —le preguntó Qiu Yi a Shen Tao.
—Fueron al río a hablar sobre la vida, contra el viento —Shen Tao le dio una porción de brócoli asado: —¿Bian Nan se cayó o se desmayó?
—Supongo que sintió el viento cuando este pasó y dijo que se mareó —Qiu Yi fue a la tienda roja y miró hacia adentro, Qiu Yan ya estaba dormido.
Qiu Yi volvió a sujetar con una piedra la capa de la tienda, se levantó y fue a sentarse sobre la estera a prueba de humedad. Bebió la mitad de la cerveza que le quedaba en la botella y comió brócoli.
—¿El baño es seguro? —Shen Tao asó algunas brochetas más de carne de ternera y las colocó frente a él, preguntando: —Vi que un grupo de persona de al lado fueron juntas al baño.
—¿Mm? —Qiu Yi lo miró y se divirtió: —El bosque también es espacioso, no te preocupes del baño.
—Bien —Shen Tao sonrió, se levantó y fue al baño.
Cuando regresó, Qiu Yi ya había terminado de comer y apagó el fuego de la barbacoa, también que todo ya estaba guardado.
—Me iré a dormir, —Shen Tao bostezó, abrió la cremallera de la tienda roja, miró hacia adentro y retrocedió: —Maldita sea, Erbao ¿es un maestro de artes marciales?
—Solo hay que tirar ese desorden, —Qiu Yi estaba divertido. Él y Shen Tao tiraron todas las gemas que Qiu Yan había guardado a un lado de la estera y todos sus bocadillos que estaban a medio terminar en una bolsa: —Solo toma un edredón y envuélvelo más tarde, temo que se resfríe.
—Mm, claro —Shen Tao entró a la tienda: —No entraran a la tienda equivocada cuando regresen, ¿verdad? si es así, coloca una luz de emergencia en la entrada para recordárselos.
—Bien —Qiu Yi sonrió. Colocó la luz de emergencia que el jefe le había dado frente a la tienda amarilla y la encendió.
El viento se volvió frío por la noche, y cuando Qiu Yi entró a la tienda, el viento barrió su trasero, sintiendo que no estaba usando pantalones.
Entró y cerró la cremallera de la tienda. Con todos los ganchos firmemente asegurados, se sentía mucho más seguro.
—¿Shen Tao? —Bian Nan abrazó el edredón y se tumbó boca abajo. Su espalda desnuda estaba completamente expuesta.
—Mm —respondió Qiu Yi: —¿No tienes frío?
—Qiu Dabao —Bian Nan cerró los ojos y se rió. Su voz era vaga y poco clara: —Mentirme no funcionará, fui capaz de olerte en cuanto entraste.
—¿A qué huelo? —Qiu Yi presionó la estera, sintiendo que no era lo suficientemente gruesa, por lo que sacó una manta: —Levántate, colocaré otra capa.
—No quiero moverme —Bian Nan se quejó.
Qiu Yi extendió la manta hasta la mitad de la estera y luego empujó a Bian Nan: —Gira hacia aquí.
—Oh —Bian Nan se dio la vuelta y rodó hacia el lado en donde se extendió la manta.
Qiu Yi extendió la mitad restante. También había un edredón en esta tienda que era muy suave, y el jefe se enorgullecía de decir que lo compró el mes pasado y que era completamente nuevo.
Lo tomó, abrió el edredón y miró hacia adentro, en efecto, era nuevo. También había una fragancia de detergente en polvo en ella, muy bueno.
Se quitó la ropa y se acostó, cubriendo a ambos con el edredón.
Tan pronto como se tapó, Bian Nan se dio la vuelta. Y después de que se movió de un lado a otro por mucho tiempo, logró quitarse los pantalones, se ganó a su lado y acarició su estómago con su mano.
—Duerme honestamente —Qiu Yi tomó su mano.
—Mm —Bian Nan resopló y dejó de moverse. Después de un rato, levantó la cabeza y miró a su alrededor, haciendo una pregunta: —¿Alguien será capaz de mirarnos?
Qiu Yi suspiró: —En circunstancias normales, ¿Quién vendría a mirar a dos hombres? incluso si ese fuera el caso, no hay luz, por lo que nada se puede ver.
—Oh —Bian Nan colocó sus piernas sobre él: —¿Tienes frío?
—¿Tú tienes frío? —Qiu Yi tocó su pierna. El cuerpo de Bian Nan estaba caliente, parecía una gran bolsa tibia.
—Tengo calor —Bian Nan lo abrazó con fuerza.
—Entonces, ¿Por qué me abrazas con tanta fuerza? —Qiu Yi lo empujó.
—Estás frío.
Qiu Yi no estaba borracho, pero bebió mucho. Agregando que fue sacudido por los toques y besos de Bian Nan como si fuera el viento, y ahora que lo abrazaban de esta forma, de repente sintió un poco de sueño.
Además, el abrazo de Bian Nan no era muy honesto, sus dedos acariciaban suavemente su estómago y cintura. Eran movimientos inconscientes, que provocaba que fuese un poco insoportable.
—¿Puedes dormirte sin moverte? —agarró la mano de Bian Nan.
—No me he movido —susurró Bian Nan, sosteniendo su mano con su revés y besando suavemente su hombro.
—¿Vas a dormirte o no? —Qiu Yi chasqueó la lengua. Giró su cabeza para mirar su rostro, pero la luz era muy débil y no podía ver la expresión en el rostro de Bian Nan.
—No puedo dormir, solo estoy mareado pero no tengo sueño —Bian Nan con cierta insatisfacción dijo: —la sensación de ser un hooligan aún no se ha ido.
—¿Todavía eres capaz? —Qiu Yi suspiró. Las palabras de Bian Nan provocaron que la pequeña emoción que había estado presionando con fuerza en su corazón nuevamente brotara.
—Acabo de beber y tuve relaciones, tampoco pude calmarme después de haber bebido —Bian Nan también chasqueó la lengua, lo abrazó y posicionó su cuerpo sobre él, empujándose: —¿Qué piensas?
—Mierda —la respiración de Qiu Yi se detuvo. El pequeño hermanito de Bian Nan que estaba encima de él, todavía estaba lleno de vitalidad.
Bian Nan se rió un par de veces en su oído y cuando estaba a punto de volver a empujar, nuevamente se detuvo. Lentamente se dio la vuelta y se tumbó a un lado, y con su voz deprimente, susurró: —Maestro, volví a mi estado anterior.
Qiu Yi no dijo nada. Después de un rato, sintió que Bian Nan estaba en silencio, por lo que hizo una pregunta: —¿Te sientes mejor?
—Mm —dijo Bian Nan:— simplemente no me moveré.
—Entonces acuéstate y no te muevas —dijo Qiu Yi.
—Oh —respondió Bian Nan.
. . .
Qiu Yi levantó el edredón, se dio la vuelta y se presionó sobre él, besando sus labios. Usando su mano que no dudaba, lo frotó sobre su ropa interior, para luego directamente entrar.
Bian Nan frunció el ceño y gimió. El beso de Qiu Yi fue tan pesado que sus dientes casi chocan, y antes de que pudiera responder dentro de un estado de mareo, el movimiento de manos de Qiu Yi lo hizo caer dentro de un estado de mareo aún mayor.
Mareado, sin energía en todo su cuerpo. Y lo único en que pensó, es que debería tener al menos una mentalidad sobria, pero incluso eso se derrumbó.
La lengua de Qiu Yi se enredó y exploró, y jugueteó con cada centímetro, sin soltarla. Bian Nan también quería enredarlo, pero descubrió que era algo que no se podía.
Esto lo molestó un poco, ni siquiera tenía su lengua para hablar, ¡y estaba perdiendo ante un beso!
Así que de manera heroica, mordió la lengua de Qiu Yi.
Qiu Yi tomó un hondo respiro y lo soltó: —¿Qué haces?
—Adivina —Bian Nan lo miró fijamente.
Qiu Yi no dijo nada, se lamió el dorso de su mano y de un vistazo vio una mancha roja ante la débil luz, y suspiró: —Evita morder, ¿bien?
—¿Mm? —Bian Nan se quedó atónito por un momento, de manera inmediata levantó la mano y la estiró hacia la cara de Qiu Yi: —imposible, déjame verte.
Qiu Yi atrapó su mano: —¿Qué quieres hacer? ¿acaso quieres sacarla y verla?
Bian Nan se rió alegremente por un rato, antes de volver a fruncir el ceño: —Estoy mareado.
Qiu Yi lo miró fijamente durante mucho tiempo, se inclinó sobre su cuello y lo besó, para lentamente bajar sus besos hasta su pecho.
Bian Nan no pudo reírse más, solo cerró los ojos y su pecho comenzó a agitarse.
Qiu Yi se acostó a su lado, bajó sus pantalones y movió sus manos en cuanto lo tocó. Bian Nan levantó la cabeza y gritó en voz baja.
—No hagas ruido —Qiu Yi le tapó la boca con la otra mano y le habló en voz baja.
—Mmh —Bian Nan frunció el ceño y jadeó como respuesta. El entumecimiento bajo esa ligera vibración, apareció en la palma de Qiu Yi, que se arrastró hacia su cuerpo, a lo largo de su brazo.
La mano de Qiu Yi estaba un poco fría, pero no afectó en nada sus emociones por el movimiento de su mano. Bian Nan giró la cabeza, tratando de ver claramente a Qiu Yi, pero la luz no era demasiado clara. Qiu Yi estaba de espalda a la luz, y solo podía ver débilmente el puente de su nariz recta.
—Enciende las luces —dijo Bian Nan en voz baja, jadeando.
—Cállate... —Qiu Yi estaba impotente.
Bian Nan no dijo nada más, jadeó y colocó la mano sobre su cintura, para luego tocarlo un poco.
La respiración de Qiu Yi se volvió pesada cuando lo tocó, pero luego agarró la mano de Bian Nan: —Señor Bian, lo haré yo mismo, eres muy insignificante ahora.
—Mierda —maldijo Bian Nan. Luego no pudo hablar más, el fuego dentro de su cuerpo no le dejaba pronunciar palabra alguna, solo continuó jadeando.
. . .
Después de que la respiración de Bian Nan se calmó lentamente, Qiu Yi se sentó y sacó pañuelos de papel de su bolso.
Después de limpiar, descubrió que Bian Nan estaba muy quieto recostado. Se inclinó para mirarlo y descubrió que este tipo realmente fue capaz de dormirse, con el ceño fruncido y roncando suavemente.
—¿Bian Nan? —Qiu Yi le tocó sus costillas.
Bian Nan no reaccionó. Chasqueó levemente la lengua, se vistió y salió silenciosamente de la tienda.
Las luces del campamento todavía estaban encendidas. El viento soplaba con fuerza, tiró del cuello de su ropa y miró hacia la tienda de color amarilla, las dos personas que fueron a hablar sobre filosofía aún no habían regresado.
Que frío.
Mirando las demás tiendas que estaban al otro lado, era capaz de escuchar débilmente una risa ambigua que traía el viento.
Qiu Yi guardó sus manos en sus bolsillos, bajó la cabeza y caminó hacia el baño.
Cuando regresó del baño, Qiu Yi notó una figura que se movía a la orilla del río.
Qiu Yi se retiró. Después de esperar por un rato, vio que Wan Fei y Xu Rui se acercaron abrazados.
—¿Todavía no has ido a dormir? —Wan Fei le preguntó al verlo, dando un pequeño salto.
—Fui al baño —Qiu Yi los miró a ambos: —¿Hace frío?
—Casi me congelo hasta morir, mis oídos se entumecieron —Xu Rui se tapó los oídos y entró a la tienda: —y todo por culpa de Wan Fei.
—No lo entiendo, que injusto —dijo Wan Fei.
—¿No tuvimos que quedarnos a la orilla del río por bastante tiempo? todo es tu culpa —dijo Xu Rui adentro de la tienda de campaña.
—¿Qué sucedió? —Qiu Yi se congeló.
—Ah... —Wan Fei se rascó la cabeza: —¿No quedamos de ir al río románticamente? pero después de caminar por un rato, su brazalete se le cayó y tuvimos que buscarlo por bastante tiempo.
—¿Ustedes dos estaban buscando un brazalete junto al río y acaban de encontrarlo? —Qiu Yi lo miró durante mucho tiempo y sintió que ambos eran bastante sorprendentes.
—Lo hemos estado buscando por más de una hora —Wan Fei suspiró: —Le dije que no lo buscara, pero ella insistió en buscarlo. Era el brazalete de su abuela después de todo, no podía perderlo.
Qiu Yi sonrió y le dio un pulgar hacia arriba: —Ustedes dos son tan románticos.
—Vamos a dormir, —Wan Fei encogió su cuello: —este frío nos quiere matar.
Cuando Qiu Yi entró a la tienda, Bian Nan todavía estaba acostado y durmiendo profundamente.
El viento frío lo inundó. Y cuando levantó el edredón y entró, sintió una ráfaga de calor, su cuerpo estaba tan cálido que sería capaz de hacer llorar a las personas.
—Bian Nan —Qiu Yi empujó a Bian Nan— Gran tigre.
Después de un rato, Bian Nan resopló, aturdido.
—¿Tanta calor tienes? —le preguntó Qiu Yi al oído.
—Mucha calor —murmuró Bian Nan.
—Ya veo —Qiu Yi se cubrió con el edredón, se acercó a Bian Nan y lo abrazó. Frotando sus brazos y piernas sobre su cuerpo por un buen rato: —Vamos a dormir.
Qiu Yi no se despertó muy temprano, y revisando la hora en su teléfono, eran más de la siete.
Estaba muy tranquilo afuera de la tienda, supuso que todos todavía estaban durmiendo. Anoche bebieron demasiado, y también hubo algo de trabajo físico por la noche, por lo que ahora debía regresar a la tienda de color roja.
Justo cuando levantó el edredón y estaba por retirarse, Bian Nan se dio la vuelta y estiró sus brazos alrededor de él: —¿Qué haces? hace mucho frío.
—Tengo que ir a decirle a Shen Tao que venga, —Qiu Yi le dio unas palmaditas en la cara y tiró el edredón sobre él: —Duerme un poco más.
—Todavía no te levantes, solo acuéstate un rato más —Bian Nan lo presionó, lo besó al azar sobre su cuello un par de veces y su mano se deslizó hacia abajo.
—No provoques problemas —Qiu Yi bloqueó su mano con una sonrisa y acarició su espalda: —Nos podrían ver una vez que despierten, y aún es temprano, así que deberías volver a dormir.
—Si lo ven, que lo vean —Bian Nan frunció el ceño: —Wan Fei y Shen Tao lo saben, y Xu Rui tarde o temprano tendrá que saberlo.
Qiu Yi no habló. Levantó el edredón y se sentó. Luego lo abrazó a través del edredón, para finalmente tomar su ropa y colocársela.
—Joder —Bian Nan pateó su trasero, un poco frustrado.
—¿Te vas a levantar? —Qiu Yi le dio unas palmaditas en la pierna.
—No —dijo Bian Nan con voz hosca, tirando del edredón para cubrir su cabeza: —¡Oye! vete, vete, vete, sal de aquí.
Qiu Yi se quedó en silencio y después de vestirse, salió de la tienda. Por la mañana, el viento era mucho más ligero y la temperatura subió, pero aún así, cerró con cuidado la cremallera de la tienda, junto con los ganchos y lazos que estaban firmemente adheridos.
El campamento estaba tan silencioso como la noche y nadie aún no se había levantado.
Abrió la cremallera de la tienda roja y descubrió que Shen Tao no estaba dentro. Solo Qiu Yan dormía en medio del edredón y prácticamente dominaba toda la tienda.
Sacó la pitillera, pero no encontró un encendedor, por lo que solo se sentó junto a la parrilla de la barbacoa.
Después de un rato, cuando estaba a punto de encender el fuego de la parrilla para encender su cigarrillo, Shen Tao se acercó desde el patio delantero con un cigarrillo en la boca.
—¿Ya estás despierto? —preguntó Shen Tao.
—Mm —Qiu Yi sonrió— préstame tu encendedor.
Shen Tao sacó su encendedor y se lo arrojó: —Todavía pensaba en ir a despertarte un poco más tarde y dejar que duermas un poco más. Estas personas no se levantaran hasta las nueve.
—No te preocupes —Qiu Yi encendió su cigarrillo y miró la tienda de campaña de color azul.
Bajó la cabeza y le dio una calada a su cigarrillo, mirando fijamente el humo que flotaba en el aire, un poco ido.
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