Última vuelta [Daniel Ricciar...

By masmatexfa

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Me enamoré de él siquiera antes de saber lo que es el amor, antes de entender que era amar. Me enamoré sin du... More

Introducción.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Epílogo.

Capítulo 41.

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By masmatexfa

26 de Marzo, 2022.
Manama, Bahréin.

Daniel se fue hace un rato al circuito, en cambio, yo me quedé leyendo en mi laptop un mail con muchos informes que me envió Oliver, mientras espero que nuestro hijo se termine de cambiar.

En cuanto a mis cuestiones laborales y la investigación pudimos descubrir algunas cosas. Owen y Erick quieren el puerto de San Petersburgo para poder ingresar armas y drogas, es un pase directo a poder distribuir todo en Europa, sin necesidad de dar explicaciones. Claramente podían querer otro puerto, pero, ¿Qué mejor que el puerto de tu mayor rival? Porque si, la puta y jodida realidad es que quieren el puerto de mi familia por eso, resentimiento. Aún no se cómo es que se harán dueños de este, pero con gente como ellos no me sorprendería nada.

-Mami...

Veo a mi hijo asomarse por la puerta y sonrío al verlo vestido con la ropa de la escudería de su papá.

-¡Pero si mi niño se ve increíble!

Se adentra a la habitación y da la vuelta como siempre que su papá muestra como se encuentra vestido. De tal palo tal astilla, ¿no? El look de mi hijo se basa en que lleva puesta una gorra con el 3, una camiseta de Daniel, un pantalón corto negro de su merchandising y la bandera de Australia como si fuera una capa. Todo en Damon grita: "Soy un Ricciardo orgulloso". Una carcajada se me escapa al ver a Milo entrar detrás de él con una camisetita también con el número de mi prometido.

-Wow, te ves como el mayor fan de tu papá.

Mi hijo sonríe y me muestra como debajo de su camiseta tiene una de Seb cuando estaba en Ferrari. Está vez si se me escapa una carcajada.

-Amo mucho a papá, pero Seb es Seb y duele que se haya ido...

Aún recuerdo el día que el Alemán dijo que se retiraba, ese día Damon y Daniel vistieron de negro para procesar el duelo de dejar de ver al cuatro veces campeón del mundo en la pista.

-¿Y tú qué te pondrás?-Me saca mi hijo de mis pensamientos.

Veo que sobre la cama hay varias opciones, entre ellas un vestido verde claro que haría que no sufra calor, pero la jodida idea de sentirme incomoda y expuesta en el paddock no es algo con lo que me veo capaz de lidiar. Por lo que contemplo la segunda opción, la cual se parece más a mi, una camiseta de Daniel de su merchandising, un pantalón corto de jean y mis zapatillas Nike Air blancas.

-Algo parecido a lo tuyo...

No me pierdo como mi hijo mira sus manos y luego la punta de sus converse.

-¿Hijo...?-Pregunto en cuanto no me responde.

-¿Papá y tú quieren tener hijos?

Me sorprende la pregunta, me deja en shock y una vez más ese jodido sueño en que tenemos una vida tranquila como familia se hace presente.

-¿Tú quieres tener hermanitos?

Él me mira con sus grandes ojos celestes haciéndome casi morir de amor de lo bello que es. Se nota que tiene mil cosas para decir, pero que no sabe por dónde empezar.

-Soñé con un niño-Me comenta-, era pequeño, tenía el cabello negro y llenos de rulos... Papá le decía Nathan.

¿Acaso todos están soñando con bebés menos yo?

Acaricio el cabello de mi hijo y lo hago sentarse sobre mi regazo. Milo, su fiel compañero, se acuesta sobre la cama a unos pocos metros nuestro.

-Tú serías el mejor hermano mayor del mundo.

Su sonrisa es grande, es tan brillante como la de su padre. Él es un niño que parece un ángel, desde que llegó a mi vida no ha hecho más que salvarme de todo, hasta de mi misma. Es mi vida entera y no hay un solo día que me imagine sin él. Verlo crecer hasta ahora viene siendo el mejor regalo del mundo.

-¿Papá y tú quieren un bebé?

Suspiro y acaricio sus mejillas.

-Aún no, pero en un futuro sí, cielo...

No contesta de forma inmediata, en cambio, mira por la ventana unos segundos y sonríe.

-Entonces me encantará ser hermano mayor.

°°°

29 de Marzo, 2022.
Londres, Inglaterra.

Hoy Dan y yo decidimos festejar nuestro aniversario. Hoy hace un año lo encontraba en esa fábrica, hoy hace un año lo volvía a ver luego de mucho tiempo, hoy hace un año lo abofeteaba y le gruñía que no lo quería cerca de mi, gracias al universo no me hizo caso. Aún el recuerdo de cómo se sintió mi cuerpo apenas lo ví me hace sentir que el corazón se me puede salir del pecho, porque tan jodido y loco como suena los sentimientos no cambiaron para nada.

-Por favor, mi Dios... Ya ese vestido es infernal...

Me doy la vuelta dejando que vea cómo el vestido corto y negro se pega a todas mis curvas, dejando que vea mis sandalias de tacón negras que me hacen tener unas largas y lindas piernas. Mi mirada se va a al esmoquin negro que lleva puesto el hombre frente a mí, al moño que lleva en su cuello, dejándome notar lo obvio: a cómo, gracias a él, descubrí la belleza de esta vestimenta.

-Nada mal, señor Ricciardo, es usted un hombre muy bello.

Su risa trae como consecuencia que la sonrisa en mi boca sea inquebrantable. En la vida hay muchos momentos que quiero recordar para siempre, este es uno. En el momento que su mano encuentra mi cintura y me acerca a su cuerpo, suspiro para luego humedecer mis labios, mientras acaricio sus brazos.

-Estas hermosa, mi amor...

Poso mi mano sobre la suya e intento besarlo pero él se aleja y acomoda mi cabello detrás de mis orejas.

-¡Dan!

Él se ríe y acerca nuestros cuerpos aún más. Besa mis mejillas, mi nariz, mi frente y cuando está a punto de besar mis labios, simplemente los roza para dejarme como una estúpida con los ojos cerrados pidiendo por él.

-¿Vamos?-Me pregunta haciéndome dar cuenta de que se alejo de mi.

Hago un puchero y abro mis ojos para ver cómo es que él se encuentra mirándome con una sonrisa divertida.

-¡Quiero mi beso, Daniel Ricciardo!-Jadeo.

Se ríe entre dientes, pero jodidamente no lo dejaré ganar, por lo que me cruzo de brazos y lo miro con una ceja enarcada.

-Oh, esto va en serio-Murmura al ver que mi postura no cambia.

No me sorprende en cuanto se acerca a mí y besa mis labios. En un principio iba a ser inocente, pero en el momento que mordisquea mi labio inferior todo se va a la mierda, lo tomo del cabello al mismo tiempo que una de sus manos se dirige a mi trasero, logrando que me sea imposible no gemir.

-Rusa...-Gruñe.

-No hice nada-Murmuro bajando mis besos desde sus labios a su cuello.

Sus manos se instalan debajo de la tela del vestido y ahora sí gimo bastante alto logrando escuchar su suspiro.

-Te voy a hacer el amor ahora mismo-Murmura levantando desde los muslos para llevarnos a la habitación.

Creo que la cita no será posible.

°°°

Tal como predije, nos encontramos en la cama, desnudos, tomando una botella de champagne para celebrar nuestro aniversario. No es una cena en el mejor restaurante de la ciudad, pero nada tiene que envidiarle este plan.

-Estas hermosa, siento no haberte llevado allá-Murmura mirándome unos segundos y acomodando mi cabello-. Bueno, ahora tienes cara de que te han follado, pero sigues estando hermosa.

Una carcajada se me escapa. Frunzo mis labios haciendo que él los bese de forma casta.

-Si me veo como me siento entonces tengo todo el maquillaje corrido y el cabello hecho un desastre...

Me encuentro recostada sobre mi estómago, mientras él está sentado en el respaldar de la cama. Una de sus manos se encuentra en mi cabello, mientras que las mías resisten para mantener el peso de mi cabeza. Dios, una sesión de buen sexo puede agotarte más que una corrida de diez kilómetros.

-Siempre preferiré esto-Le soy honesta-. Me gusta estar en casa contigo, amo nuestro estilo de vida.

Él sonríe y agacha su cabeza para poder besar mis labios muchas veces.

-Te amo con todo mi ser, rusa.

Paso mi mano por su barba y luego por sus labios.

-Se que me amas, mi amor-Murmuro-. Y no te imaginas el placer que es que lo hagas.

Hoy la sonrisa de Daniel podría iluminar todo a su alrededor, hoy él tiene ese brillo que me hace recordar al de un faro. Él brilla de una manera tan hermosa, él brilla como si estuviera iluminando todo a su alrededor, él en este momento es ese faro que te regresa a tu hogar luego de una tormenta. Dan es eso, mi faro que me hace volver cada vez a mi misma cuando siento que me estoy dejando atrás.

-Feliz aniversario, mi vida-Vuelvo a hablar sobre sus labios-. A riesgo de quedar como una estúpida cursi, también te amo.

-Más de veinte años enamorado de ti para que me digas eso, Dios bendito, se nota que hice las cosas demasiado bien...

Sonrío sobre su boca y exponiendo mi desnudes cambio de posición para sentarme a horcajadas sobre su regazo. Acaricio sus mejillas, su barba, sus cejas, sus labios y finalmente llego a su cabello.

-Tú y yo siempre fuimos como esa película romántica que era más que obvia que tendría su final feliz...-Murmuro-, en mi cumpleaños número 16 papá me lo dijo y dios... Que bueno que él tenía razón.

Él acaricia mi espalda.

-Y mira que esto es solo el principio... Me tendrás que aguantar el resto de nuestras jodidas vidas.

Asiento con la cabeza y beso muchas veces sus labios.

-Hasta la última vuelta, mi amor-Susurro sin romper la distancia entre nosotros.

°°°

27 de Abril, 2022.
Londres, Inglaterra.

Oliver hace no más de una hora se fue a una cita con una mujer misteriosa, mientras que Roma se encuentra dormida, con su cabeza sobre mi regazo. En cambio, yo me encuentro leyendo uno de los informes que Rachel hizo acerca de una bodega con drogas que encontramos. Es la tercera que desmantelamos desde que yo empecé a ser jefa, Erick y Owen claramente no están felices.

En el momento que estoy pasando una página para leer la siguiente, la puerta de mi oficina se abre mostrandome a Lando, Brianna y Carlos.

-¿Tú eres consciente que hoy es noche de juegos?-Pregunta mi cuñada.

Miro la hora en mi reloj y hago una mueca.

-¿Upsi?-Imito a mi hijo.

Los tres presentes se ríen y mi hermana, en comparación, gruñe.

-Estoy intentando dormir, cállense.

Me río entre dientes y acomodo su cabello. En cuanto levanto mi mirada no me pierdo el como Carlos la mira con atención.

-¿Cuánto tiempo llevan aquí?-Pregunta Lando viendo el caos que es mi escritorio.

-La misma cantidad de horas que tú miras tu rostro en un espejo-Bufa Roma-. ¡Dormir, solo eso pretendo!

En cuanto los ojos de la italiana se abren se encuentran con los del piloto de Ferrari, el cual tiene los brazos cruzados sobre su pecho. Mi hermana sonríe y se humedece los labios.

-¿Vienes por mi, Sainz?

El español le sonríe, se pone en cuclillas a su lado y le susurra algo al oído que hace que ella abra sus ojos y se sonroje.

Con ellos he entendido algo. Cuando las bocas callan, los cuerpos son los que hablan. Mi hermana se intenta convencer a diario que no es nada, que solo bromean cómo cualquier par de amigos, pero esa jodida chispa que recorre su cuerpo, no dice lo mismo.

-¡Estamos nosotros!-Chilla Lando trayéndonos a todos a la realidad.

Su amigo lo mira por sobre su hombro.

-A ver, ustedes me acusan de interrumpir siempre sus ocasiones de algo, pero en realidad la culpa no es mía, porque son ustedes los que le daban importancia a mi presencia... Si tanto querían seguir en lo suyo lo hubieran hecho y me hubieran ignorado.

El británico abre su boca para replicar, pero nada sale de sus labios. En cambio, Brianna se ríe a carcajadas.

-Dicho eso-El piloto madrileño se pone de pie, toma la mano de mi hermana y también la hace levantarse-. Debemos irnos, Madison y Daniel se quedaron haciendo la paella.

Veo como todos salen de mi oficina, mientras que yo tomo mis cosas para seguirlos. Pero, de lo que no me pierdo el toque sutil de Carlos en la cintura de mi hermana.

°°°

1 de Mayo, 2022.
Miami, Estados Unidos.

Cuatro depósitos de drogas y armas desmantelados. Tres en Londres, mientras que el restante se hallaba en San Petersburgo, la búsqueda pasó a ser internacional, estoy trabajando codo a codo con los mejores investigadores y me frustra el no conseguir una puta respuesta.

En dos días es mi cumpleaños y tras mucha insistencia de parte de Daniel accedí para venir aquí para poder pasar mi cumpleaños junto a él y Damon, y por suerte, Roma accedió a unirse. Mientras que Dex, junto a Morgan y Thea, se fueron a Rusia para pasarlo con Dean. Es el primer cumpleaños de nuestra vida que pasamos separados, pero aún así sabemos con certeza que nos acompañamos de otra forma.

Ahora mismo, Daniel duerme sobre el sofá de la suite, con Damon encima de su pecho. No me pierdo como su mano se encuentra sobre la cabeza del pequeño, como si de forma instintiva se encontrara cuidándolo de una amenaza en sus sueños.

Hace unos días vengo despertándome con una sensación de malestar en mi cuerpo, como con una especie de culpa, un presentimiento que me dice que algo no va a bien, que algo está mal y que no lo puedo prevenir.

La desgracia nunca llega sola.

Esa desgracia me está consumiendo, aún no quiero caer, pero sé con certeza que así es. La desgracia aún no hizo su gloriosa aparición y sin embargo me está carcomiendo. Me levanto del sofá en el que me encuentro y a la hora de abrir la puerta veo como Roma está saliendo de su habitación.

-¿Ro?

Ella está vestida con un pantalón corto deportivo y un hoodie que le robó a Dexter, mientras que en sus pies lleva puestas esas zapatillas Adidas que usa para correr.

-Necesito despejar la mente...

-¿Quieres compañía?

Ella traga saliva.

-Perdón, Nik, pero justamente hoy necesito estar sola.

No me pierdo la cicatriz en su rodilla, es la primera vez desde que la conozco que muestra sus piernas, ella por lo general suele usar botas largas, medias, pantalones y hasta la he visto con rodilleras, jamás la he visto así. De golpe veo como esconde su pierna detrás de la otra.

-Si llegas a necesitar algo...

Ella asiente con la cabeza y cierra la puerta detrás suyo, para salir corriendo desde aquí sin siquiera mirar atrás. En el momento que gira en dirección a la escalera es que escucho como la puerta a mi lado se abre dejándome ver a Salem.

-¡Hola, Nik!

Me apoyo sobre el marco de la puerta para ver el pijama con muchas caras de Ryan Reynolds que lleva puesto.

-¿A dónde vas tan sensual?

Ella se ríe entre dientes mientras recoge en una coleta su cabello rosa.

-¿No has leído el grupo?

Chasqueo la lengua y saco mi teléfono del bolsillo del hoodie de Daniel que estoy usando y abro el grupo.

Lele gobernada y Brianna fea.

Brianna: Tengo una botella de tequila.
Sadie: Yo unas impresionantes ganas de tomar.
Madison: ¡Tengo un paquete de gomitas que ni Charlie ni Charles saben!
Summer: Yendo.
Summer: ¿Lele?
Summer: ¿Ro?
Summer: ¿Nik?
Summer: ¡Vengan!

Levanto la vista y veo como la pelirosa me espera. Asiento con la cabeza y tomo la tarjeta de la mesita del recibidor y salgo en silencio.

°°°

Karaoke. Estamos ante una sesión de canciones de Olivia Rodrigo y One Direction, de vez en cuando se filtra alguna que no conozco, pero me encanta el ambiente.

-¿Qué harás para tu cumpleaños?-Se sienta Madison a mi lado, mientras Brianna está eligiendo su canción.

Me encojo de hombros.

-¿Tomar todo mi peso en alcohol?

La rubia se ríe entre dientes.

-¿Quieres que festejemos nuestros cumpleaños juntos?-Propone-. Quiero hacer una fiesta de disfraces cuando volvamos a Reino Unido y Charles me recordó que cumples unos pocos días antes...

En mi vida he ido a una fiesta de disfraces, me he perdido muchas cosas así por priorizar mi carrera y luego a mi hijo. Pero, mierda, cumpliré veintinueve años y merezco que aunque sea un día yo sea el centro de atención. Por lo que asiento con la cabeza y choco mi shot de tequila con el suyo.

Ambas nos reímos en el momento que Salem empieza a ver cómo Sadie asegura ser la próxima Rihanna. Si, quizás los shots al principio no se notan, pero luego de un rato les aseguro que nuestros cuerpos canturrean del alcohol.

-¿Y Roma?

Me encojo de hombros y reviso mi celular por si tengo algún mensaje de ella que no haya leído.

-La vi antes de que salga a correr, hay días que no la reconozco y hoy fue uno de esos, se la veía como ida.

La rubia toma un puñado de gomitas y se lleva una a la boca.

-Deja que ella te busque, Nik, no la fuerces, pero tampoco la dejes mucho sola con su mente.

Hago una mueca.

-Ella es más fuerte de lo que crees.

Madison sonríe con la mirada en su mejor amiga.

-¿Conoces esa expresión de sonrisa que no llega a los ojos?

El corazón se me tambalea al entender lo que Madison insinúa. Estuve tan al pendiente de las palabras de mi hermana cuando estamos solas, que este último tiempo mayormente me he olvidado de buscar algo en sus expresiones. Sus ojos... Ese verde apagado como el de Dexter y Dean, pero ahí se viene a mi cabeza la pocas veces que veo que brillan, creo que los únicos momentos en que lo hacen es cuando está con Damon o Thea; cuando patina y cuando cierta persona aparece...

-¿Confías en la amistad que tiene Carlos con esa Española?-No puedo evitar preguntar.

Se encoge de hombros.

-No te pienso mentir, no lo sé, y me aterra que haga algo lo suficientemente estupido que amenace sus planes a futuro.

°°°

13 de Mayo, 2022.
Londres, Inglaterra.

La estación está calma hoy, las llamadas que hubo fueron tranquilas y por suerte Matt se sabe ocupar con mucha destreza siendo mi mano derecha con respecto a la policía de patrullaje.

Roma está mirando algo en cuanto a una bodega, Oliver está analizando unas ubicaciones que nos enviaron desde la policía de Rusia y Rachel está tratando de escuchar ese audio que es jodidamente indescifrable, ese último audio que Lola grabó, ese por lo que el amor de su vida asegura que ella murió.

Estoy consumida en mi trabajo, hasta que escucho el sonido de mi teléfono.

Daniel: Hola, mi reina.
Daniel: Te buscaré luego para ir a cenar con Damon.
Daniel: ¿Comida mexicana o italiana?
Yo: No pienso decirle que no a la mexicana...
Daniel: ¡Hecho!
Daniel: Brianna también se suma.
Yo: Le diré a Roma.

Dejo mi celular sobre el escritorio y miro a mi hermana menor.

-¿Qué me dices de comida mexicana?

-Que si Daniel la paga será lo mejor que coma en esta semana-Canturrea.

Pongo los ojos en blanco, divertida y vuelvo a mi labor. Firmo actas, leo artículos jodidamente innecesarios, trás un poco más de papeleo veo un sobre cerrado al fondo de todo el papelerío que venía en mi buzón. Al abrirlo es que veo un naipe español, una carta con un cuatro de copas.

-¿Nik?

Levanto mi vista y veo los ojos alerta de Rachel.

-Es código morse...-Murmura para luego jadear-, joder, ¿Cómo no me di cuenta antes?

Roma rápidamente se sienta sobre mis muslos y busca en internet una imagen sobre el código, pero en cuanto veo como Oliver le saca los audífonos a Rachel es que tomo un papel. La dinámica de tantos años de trabajo me hace saber lo que él necesita sin necesidad de que diga una sola palabra.

-H...-Gruñe y vuelve a empezar el audio-. Vamos, Lola... O... ¡Una R! y... A.

-¿Hora?-Murmura mi hermana.

Oliver gruñe y vuelve a empezar el audio.

-¡C. E. R. O!

La oración tiene sentido y de golpe en el papel me encuentro con un nombre en clave: "Hora cero". Oliver sigue intentando escuchar, mientras que Rachel escribe lo que él le dicta, en cambio mi atención se centra en mi hermana que mira la carta con mucha atención.

-Ro...

Ella nuevamente centra su atención en mi laptop, para buscar el significado y el valor del naipe. Pero lo que me llama la atención es leer la definición:

"¿Qué es ser un cuatro de copas?
Locución adjetiva. Dicho de una persona: insignificante."

-Ro...

-Insignificante...-Gruñe y nos mira a todos-. Aquí falta... ¡Llama a Matthew!-Grita levantándose de mi regazo.

Las alarmas se encienden, pero antes de que pueda hacer algo. Un ruido blanco se hace presente, el alma se me cae a los pies al escuchar ser consciente de que es debido a una explosión y al sentir como los vidrios de la oficina estallan es que no recuerdo más.

Luego de eso todo se vuelve negro.

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