16 abril 2008
-Joder- Ylenia se sienta en el sofá de su casa, suspirando para intentar calmar sus dolores -, me cago en Merlín- hiperventila, tocando su barriga.
-¿Estás mejor?- Fred llega, extendiéndole un plato con fruta variada -, ¿aún te duele? ¿Vamos al médico?
La castaña niega con la cabeza, dando caricias a su gran barriga.
-Estoy bien, cariño, no quiero pasar el día de nuestro aniversario en el hospital... ¿Qué es eso?- mira el plato de fruta encarnando una ceja - Yo no quiero fruta, yo quiero un donut.
El Weasley suspira, dejando el plato en la mesa y sentándose a su lado.
-Meredith te dijo que tenías que tener una dieta y no comer sólo chocolate. Con lo que a ti te gusta la fruta, ¿y ahora que la necesitas, no quieres?
La mujer lleva la mano de su marido hasta su barriga de embarazada, cerrando los ojos mientras suspira y sonríe.
-¿Notas las patadas?- pregunta, sonriendo mientras lo mira.
El pelirrojo asiente con ternura, sonriendo e inclinándose para dejar varios besos en la panza de su mujer.
-Te estamos esperando, Lilyan... ¿cuándo piensas salir?- habla Fred con una tierna voz.
La menor sonríe, acariciando el brazo de el padre de sus hijos.
-Eso, Lily, ¿cuánto vas a tardar? Llevamos esperándote una semana...- dice viendo como dos niños venían desde el jardín.
-¿Se está moviendo?- pregunta un entusiasmado pelirrojo.
-Sí- su padre contesta, llamándolos con la mano -, venid, habladle a vuestra hermana.
JJ y Georgia se acercan al sofá, sentándose en el suelo. Ambos colocan una mano en la barriga de su madre.
La embarazada, con las tres manos en su barriga, comienza a hablar.
-El año que viene ya vais a la escuela- Ylenia suspira, mirando a sus hijos -, os estáis haciendo mayores muy rápido- pone cara de tristeza y sus hijos ríen.
-¿Tenéis ganas de ir a Hogwarts?- pregunta su padre.
Los mellizos se miran.
-Yo sí- la castaña se sienta al lado de su madre, aún con la mano en su barriga -, ya quiero ver en qué casa estaré. ¿En cual creéis que estaré?
Ylenia y Fred se miran.
-No es por nada- el mayor tose, mirando a su hija -, pero todos los Weasley hemos estado en Gryffindor... tu abuelo Remus también es Gryffindor... El gen Weasley es Gryffindor.
Ylenia ríe.
-¿Y tú que opinas, mamá?
-Pues sinceramente no lo sé, cariño- la embarazada acaricia el cabello de su hija -, ¿tú en cuál quieres estar?
-No lo sé... en realidad no tengo mucha preferencia.
-¿Y tú, James?- su madre mira a aquel pelirrojo dudoso -, ¿alguna preferencia?
-Ninguna preferencia, aunque Gryffindor es mi favorita...
-Tú eres muy Hufflepuff- dice Georgia, dándole un pequeño codazo a su hermano -, eres cómo mamá.
Era plena noche, Ylenia no había conseguido conciliar el sueño, estaba dando vueltas en la cama después de haberle hecho cosquillas a Fred en la espalda para que se quedase dormido.
Suspiraba de vez en cuando, no lograba encontrar la postura idónea para conseguir dormir. Estaba incómoda de todas las maneras con aquella gran barriga de ya nueve meses.
Se sienta en la orilla de la cama, sosteniendo su panza mientras tardaba unos segundos en levantarse.
Una vez preparado su té, se sienta en la isla de la cocina para tomarlo tranquilamente mientras lee algunos informes que le habían mandado del trabajo hace unos días.
La puerta de la cocina chirría, haciendo que ella de vuelta para ver quién ha entrado.
Claro, era él.
-¿Qué pasa?- Fred se acerca, adormilado.
-Nada, amor- lo observa acercarse más -, vuelve a la cama. Duérmete.
-No puedo sin ti- se sienta en la silla de enfrente y le sonríe, somnoliento -, ¿por qué te has levantado?
-No podía dormir...
El pelirrojo mira el gran reloj que había en la pared que estaba tras su mujer, la vuelve a mirar y le sonríe.
-¿Qué pasa?- pregunta ella.
Él va hacia la silla más cercana para sentarse a su lado.
-Feliz cuarto aniversario, amor- deja un beso en la comisura de su labio y le quita los papeles de la mano.
Ella ríe dulcemente.
-Feliz aniversario...- repite, dejando que él bese suavemente los labios.
Fred observa su rostro, todas sus facciones, sus ojos, sus labios, su nariz, sus cejas, sus pestañas, sus pupilas...
¿Cómo seguía estando tan, o incluso más guapa que hace tantos años?
Definitivamente Ylenia era como el vino, pero Fred tampoco se quedaba atrás.
-Creo que tener a Lilyan ahora ha sido la mejor opción- habla ella -. El año que viene JJ y Georgia estarán en Hogwarts, lo que significa que sí tendremos tiempo para un bebé.. ¿sabes?
Él asiente.
-Todo salió como me dijiste.
-¿Qué?
-Una vez me dijiste, que si tuvieras otro bebé, lo tendrías cuando los bichos tuvieran al menos diez años... y así ha sido.
Ylenia ríe.
-Lo tenía todo planeado.
-¿También casarte conmigo?
-Claro que sí.
-Pues menos mal...
Vuelve a reírse, pero la risa se vuelve un quejido doloroso.
-¿Qué pasa?- pregunta un preocupado Fred, tocando la espalda de su mujer.
-Creo que...- traga saliva con dificultad, mirando al pecoso con los ojos muy abiertos -.. creo que ya viene...
-Creíamos que al no ser el primer parto no sería tan doloroso... pero parece que lo ha sido incluso más, no recordaba que Ylenia lo pasara tan mal en parto de los bichos- dice Fred, hablando con su suegro mientras caminaban a la habitación de San Mungo dónde se encontraban su mujer y su hija.
-Pobre de mi hija- habla Remus, sonriendo un pelín -, ¿cómo se llama mi nieta?
-Ahora lo sabrás- el pelirrojo lo hace pasar a la habitación de hospital.
El castaño entra, encontrándose con su hija, dándole le pecho a su nueva nieta. Se aproxima, observando el matojo pelirrojo de pelo que la bebé tenía en la cabeza.
Ylenia mira a su padre, sonriendo mientras lo ve acercarse.
-Es preciosa- habla el abuelo, acariciando levemente el bracito de la bebé. Luego, se acerca a su hija para dejar un beso en su coronilla -. ¿Cómo estás?
-Estoy bien, papá. Algo dolorida.. pero bien.
Remus asiente.
-Y... ¿cómo... cómo se llama mi nieta?
La castaña sonríe mirando a su padre, aún sudada por el esfuerzo que había hecho hace un largo rato.
-Lilyan- dice, sin dejar de mirar a su padre -, Lilyan Dora.
Remus asiente levemente, conteniendo aquellas pequeñas lágrimas, aprieta sus labios y suelta un suspiro.
-Lily...
-Lily- asiente su hija -... ¿dónde están los bichos?
-Están llegando- dice Fred, sentándose a un lado de la camilla -, están con George y Charlie, en camino.