Perfidia || FW || +18

By litaahhtatte

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CONTINUACIÓN DE "A escondidas" ; Después del desengaño de Fred, Ylenia decae. Tendrá que llevar su vida adela... More

Perfidia
1: Una pesadilla
2: Cambio
3: La orden
4: Scamander
5: Regalos
6: Horóscopo
7: El armario
8: Página 93
9: Privet Drive
10: Confesiones y explicaciones
11: Acompañante
12: Lo mejor para ella
13: Flores marchitas
14: Neal's Yard
15: Cumpleaños en el banco
16: El juego de mesa
17: Fiesta de trabajo
18: Luna de Loto
19: Indecisa
20: Sociología
21: El amor...
22: Niffler
23: Familia Graham
24: Un sabio consejo
25: Saludos a Remus
26: La pesadilla de Fred
27: Comida de trabajo
28: Rara
29: Riñas familiares
30: Fuegos Artificiales
31: El despacho de papá
32: Discoteca muggle
33: Estás enamorado
34: Soy una tonta
35: Tranquilidad
36: Contigo o sin ti
37: No somos novios
38: Apetito sexual
39: Hablar a solas
40: Formando nombres
41: No cuentes conmigo
42: Tú y yo contra todo
43: El ascenso
44: Arreglos y equivocaciones
45: Los rubios franceses
46: La familia Weasley-Lupin
47: La verdad
48: Oportunidad de confianza
49: Sacrificios
50: Licor de Sandía
51: La noticia
52: Vivir juntos
53: Celos enfermizos
54: Altibajos
55: La casa
56: Proposición a George
57: El postre
58: Traslado al piso
59: Mal presentimiento
60: San Mungo
61: Pérdida
62: Siete meses
63: Dolor persistente
64: Cuidadoso
65: Helado de carmelo.
66: Es la hora
67: Después
68: Elección
69: Decisión
70: Padrino
71: Ser padres
72: Tiempo para nosotros
73: New York
74: Ocho hijos
75: Proposición
76: No es amor de verdad
77: Vergüenza
78: Día normal
79: Reencuentros
80: La charla
81: Amor platónico
82: Investigando
83: Apuesta
84: Trampa
85: Perdedora
86: Mal humor
87: Sortilegios Weasley
88: Morbo
89: Calidad de maldad
90: Entrevista de trabajo
91: Domingo
92: Día libre
93: Primer cumpleaños
94: Santa Claus
95: La broma
97: Luna de Miel
98: Vacaciones
99: Lilyan Dora
Perfidia
Capítulo especial.
Capítulo especial.2
Capítulo especial.3

96: Lupin-Weasley

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By litaahhtatte

17 abril 2004

La mañana había empezado con buen pie. Ylenia se había despertado de muy buen humor, pues el día de hoy sería muy especial e importante.

Una vez bañada y vestida, con todas las cosas preparadas para llevarse a casa de su padre, se dispone a besar delicadamente la desnuda espalda de su prometido hasta despertarlo.

Fred gruñe, lentamente dándose la vuelta para mirarla.

-Qué guapa estás.

La castaña sonríe dulcemente, recibiendo varias halagos mañaneros.

-Me tengo que ir ya, Fred.

-¿Ya?- el pelirrojo se incorpora para sentarse en la cama, la acerca para tenerla más cerca -¿Qué hora es?

-Son las siete y media- habla, acariciando levemente el desordenado cabello de él -, pero yo tengo que hacer más cosas que tú hoy, así debo irme ya, me están esperando.

-Yo voy a ir espabilándome para prepararme...

Ella asiente.
-¿Llevas tú a los niños a casa de tus padres?

Fred indica afirmativo.
-No puedo esperar a verte en el altar- murmura, dejando un beso en sus nudillos -, vestida de blanco.

Ylenia sonríe.
-Voy a ser tu esposa.

-No- dice al momento, negando mientras acurruca sus manos entre las de él -. Eso es algo que se les pone a los presos- habla, mirando directamente aquellos grandes y brillantes ojos -, tú no me retienes, tú no me cohibes. Tú eres mi compañera de vida- besa sus nudillos repetidas veces mientras ella sonríe, oyendo su pequeño discurso -. La mujer de la que estoy enamorado y la madre de mis hijos. Tú eres mi mujer.

La Lupin no deja que sus lágrimas fastidien el momento y se las traga susceptiblemente.
-Las cosas que me dices son tan bonitas, Fred...

Él sonríe al verla emocionada. Alarga la mano hasta su cabello recogido y da una vuela a su cola con la mano.
-Quería comentarte una cosa antes de que te vayas.

-Dime, amor- deja un pequeño beso en sus labios antes de que Fred siga hablando.

-Esto de que adoptes mi apellido... no me gusta- dice, frunciendo el ceño mientras habla tranquilamente -. Siento que te estoy opacando, y no me gusta nada, ¿sabes? Tú tienes tu apellido, no tengo porqué quitarte ese derecho de tenerlo, tampoco quiero que lo pierdas.

Ylenia sonríe.
-¿No quieres que lleve tu apellido?

-A ver, sí que quiero- acariciando sus manos cuando ella lo mira sonriente -, pero no quiero que sea tu primer apellido, me parece algo muy feo, que quieres que te diga...

La Lupin suelta una pequeña carcajada.
-¿Qué te parece, Lupin-Weasley?

Fred suspira.
-Era justo lo que estaba pensando.

-Es un poco lioso, pero, me gusta.

-Yo me encargaré de cambiar los papeles- despreocupa el mayor antes de que ella se levante de la cama -, Señora Lupin-Weasley.

-Aún no puedes llamarme así...

-Me quedan horas para hacerlo...

-A ver, a lo mejor me fugo- bromea, haciéndolo de rabiar.

-No me digas esas cosas- se levanta, haciendo ver su tonificado cuerpo mañanero -, que me pongo histérico.

Ella ríe.
-Me tengo que ir ya...- se acerca para dejar un par de besos en sus labios y él aprovecha para manosearla antes de separarse de ella - Guarro.

-No me puedo resistir a ese cuerpo.

La menor le lanza una última sonrisa antes de abrir la puerta de la habitación.
-Te veo en unas horas, bombón.

-Te veo en el altar, ángel.

Es lo último que dice antes de que Ylenia salga por la puerta. Dejándolo con una exhausta sonrisa.




-¿Entonces no te vas a apellidar Weasley?- preguntaba una Hermione curiosa mientras terminaba de poner unas pequeñas pinzas en el cabello de la novia.

-Sí, pero será el segundo. Lupin-Weasley- dice, mirándose al espejo mientras la castaña y otras amigas estaban atentas a lo que hablaba -. Ha sido idea de Fred.

-Eso es un gesto muy bonito- dice la castaña mientras una morena se levanta y se acerca a ambas.

-Ciertamente, Fred es un tío muy decente- habla Pansy, mirando a través del espejo -. Estás reluciente.

-Vosotras también- sonríe, mirando a sus seis damas de honor vestidas de tonalidades moradas, cada una más oscuras que otras.

-Fred se va a quedar boquiabierto- habla Fleur, arreglando el ramo de petunias lilas para cuando la novia lo necesitase.

Ylenia, sentada frente al tocador, se examina a sí misma, auto convenciéndose de que estaba bien.

La mitad de cabello estaba recogido, con detalles de flores brillantes y pequeñas hebillas en él. Su maquilla era sencillo y natural, sus labios estaban en un color nude con algo de gloss, y sus pestañas estaban más largas que nunca.

La puerta se abre, dejando entrar a varios padrinos de la boda junto al padre y los hijos de la novia.

-¡Mami!
-Mami...

Los dos niños corren hacia su madre, que se levanta en el instante en el que todos entrar.

-¿No habrá venido Fred, ¿no?- pregunta Ginny, levantándose de su asiento.

-Quiso venir- habla George, riendo -. Pero ya sabemos que da mala suerte ver a la novia vestida antes de casarse. Está yendo para el altar, los invitados ya están llegando, los está recibiendo. Está muy nervioso, ¿cómo está mi cuñada?- pregunta, viendo a la novia, que estaba siendo abraza por sus hijos de cinco años.

-Un poco nerviosa- ríe, tocando el cabello de los mellizos.

-Estás muy guapa, mamá- habla un tímido JJ.

-Estás preciosisima- habla Remus, observando a su hija con los ojos brillosos llenos de pequeñas lágrimas.

-Gracias, papá- agradece con una dulce y tímida sonrisa.

-Bueno- Charlie se acerca para dejar un beso en la frente de su cuñada -, nosotros veníamos a llevarnos a las damas de honor- mira a las nombradas y alza las cejas -, que estáis todas guapísimas. Tenemos que ir colocándonos ya para entrar en cinco minutos- dice, agarrando a sus sobrinos para llevárselos consigo -. Y a estos bichos que llevan los anillos.

-Sí, hay que irse o Fred se pondrá histérico.

-Decidle que no me he fugado- sonríe la novia mientras todos van saliendo hasta dejarla sola en la habitación del hotel con su padre.

-Estás preciosa, hija- Remus se acerca, dejando salir dos pequeñas lágrimas de sus ojos, sorbiendo su nariz mientras hace que su hija se siente, él haciendo lo mismo enfrente. La observa durante unos largos segundos mientras sostiene sus delicadas manos sobre las de él -. Lo mucho que has crecido- sonríe dulcemente, viendo con orgullo a su pequeña Elizabeth -, hace nada estabas aprendiendo a caminar, luego me decías papá, después te fuiste al colegio, y... ahora estás aquí, casándote. Todo ha pasado en un parpadeo, tan rápido... ya eres una mujer hecha y derecha- asiente, sin dejar de admirarla -. Estoy muy orgulloso de ti, Elizabeth. Eres una gran mujer, una gran madre, y estoy seguro de que vas a ser una gran esposa, pero... sobre todo, eres una gran persona. Estoy demasiado orgulloso de tus principios, de tus valores, de todo lo que has hecho y lo que haces.

-Esos valores de lo que hablas, me los has enseñado tú, papá.

El Lupin sonríe.
-Claro que no, cariño. Tu adaptaste tus propios principios, y estoy muy orgulloso de ello.

-Papá, para ya, me vas a hacer llorar, y se me va a estropear todo el maquillaje- suelta una risa leve mientras intenta no llorar.

Remus ríe suave y dulcemente.
-¿Estás lista para casarte? Se que lo estás, pero aún así tengo que preguntarte si estás segura, por si todavía quieres huir...

Ylenia también ríe.
-Jamás huiría de esta boda, papá.

-Entonces- el mayor se levanta, extendiendo su mano -, ¿lista para ir al altar?

-Lista- se levanta, agarrando la mano de su padre.

-Han llegado todos- informa, acariciando su mano con la otra -, están todo... los únicos que faltan, son... tu madre, y tu abuelo, y tu tío Sirius.

Ylenia asiente.

Porque sí, Teddy Tonks acabó falleciendo tras varios años de estar en coma, hacía dos años que el viejo nos había dejado, específicamente, el 29 de julio de 2003.

-Pero te están viendo, donde quieran que estén te están viendo- dice el hombre lobo, caminando con su hija hasta la puerta -. Al igual que Lily y James.

La novia asiente por segunda vez, suspirando con ansias y nervios.

Estaba tan nerviosa, que sentía que le sudaban hasta las orejas.



Le temblaban las manos, veía como los padrinos de la boda entraban para llegar al atar acompañados de sus respectivas damas de honor, y eran demasiados, o es que estaba demasiado nervioso y sentía que el tiempo para ver a su prometida se estaba pasando con mucha lentitud.

George y Daphne.

Edward y Pansy.

Charlie y Amaia.

Bill y Fleur.

Lee Jordan y Kate.

Harry y Ginny.

Ron y Hermione.


George, que estaba al lado de su hermano gemelo, le da un pequeño codazo a este.
-Ylenia se ha fugado- bromea.

-George- regaña Bill, que lo había oído.

-Es verdad, yo la vi irse- Charlie le sigue el juego a su hermano, ambos sacando de quicio al novio.

-Callaos ya- murmura un Fred nervioso, volviendo a mirar al pequeño pasillo, por donde ahora pasaban sus dos hijos con dos pequeños cojines, uno blanco, y otro lila, donde estaban colocados los anillos, por detrás de ellos paseaba Victoire, la hija de Bill y Fleur, tirando pétalos de los mismo colores que los pequeños cojines.

Los mellizos junto a Victoire se sientan en la primera fila, acompañados de sus abuelos paternos.

Georgia y JJ saludan a su padre con la mano, emocionados. Ambos habían estado muy entusiasmados con la idea de la boda de sus padres, se podía decir que hasta ellos tenían más ganas de la boda que los mismos novios.

Su padre le devuelve el saludo discretamente, mandándole un beso a los dos.

Cuando la música comienza a sonar, Fred sabe que es el momento.

Coge una compostura recta y suspira fuertemente, mirando hacia el pasillo, viendo, desde lejos, a su prometida.

Sus ojos se llenan de emoción cuando la ve atravesar el pasillo acompañada de su suegro, pero todo estaba pasando muy despacio.

Jamás la había visto tan preciosa como aquella vez. Su vestido gozaba de una gran cola blanca que arrastraba por el césped del jardín del hotel Nymphadora.

El blanco vestido tenía pedrería detallada por la parte del corsé remarcado, era ceñido a su cuerpo hasta llegar a la zona baja donde empezaba la cola del vestido, y contaba un pequeño escote que dejaba ver los grandes atributos que tenía.

Tenía un velo agarrado al medio recogido, pero estaba echado hacia atrás, por lo que, cuando más se acercaba, Fred podía observar perfectamente aquel precioso rostro del que Ylenia no podía quejarse ni un solo día.

Cuando la novia y su padre se paran frente a los novios y acompañantes, Fred se da cuenta de que el momento estaba sucediendo de verdad.

No era un sueño, ni una ilusión dentro de su cabeza como las muchas que había tenido sobre este preciso momento, pero, ni de lejos el sentimiento era parecido al que solía tener cuando se imaginaba aquella situación.

El pelirrojo ve como su suegro deja un beso en la frente de la novia, se despide ella tras llevarla a su lugar y se coloca al lado de él, dándole una pequeña palmada en la espalda.

El Weasley no puede dejar de mirar a su futura mujer ni durante un microsegundo.

-Estás preciosa- articula sin hablar muy fuerte, sólo para que ella pueda entenderlo.

Ylenia sonríe, viendo como los ojos llorosos de su futuro marido.

-No llores- dice, también articulando en susurro.

-Queridos amigos- Newt comienza a hablar, captando la atención de todos los del lugar, en especial la de los novios -, estamos aquí hoy, acompañando y celebrando el matrimonio de nuestros queridos Ylenia y Fred- sigue hablando, mirando su manuscritos, en mitad de los que se van a casar -. Hoy estamos también aquí, junto al altar, para garantizar su voluntad de contraer matrimonio- habla, ahora mirando directamente a los protagonistas -. Aquí junto al altar, comencemos con la pequeña asamblea sobre vuestra intervención.

-Menuda chapa- murmura George.

-Ya te digo..- Charlie ríe silenciosamente y vuelven a callarse para estar atentos a la asamblea matrimonial.

-Ylenia Elizabeth Lupin- el Scamander mira a su amiga, cediéndole una amplia sonrisa para luego mirar al novio -, y Frederick Gideon Weasley, ¿Venís a contraer matrimonio sin ser coaccionados, libre y voluntariamente?

-Sí, venimos libremente.
-Sí, venimos libremente.

-¿Estáis decididos a amaros, respetaros, y guardaos fidelidad hasta el fin del matrimonio?

-Sí, estamos decididos.
-Sí, estoy muy decidido.

Varios invitados sueltan una risa, entre ellos el que los está casando.

-Así pues, ya decididos a contraer matrimonio, unid vuestras manos, y manifestad vuestro consentimiento ante todos vuestros seres queridos.

El pelirrojo y la mujer se dan ambas manos.

-Yo, Fred Weasley, te recibo a ti, Ylenia Elizabeth Lupin, como mujer y compañera de vida, y me entrego a ti, aunque ya lo he hecho al cien por cien...- bromea, sacando otra risa a todos -y prometo serte fiel hasta que me quede sin respiración. Prometo amarte, respetarte, admirarte, y adorarte todos los días de mi vida.

-Yo, Ylenia Elizabeth Lupin, te recibo a ti, Frederick Weasley, como el amor de mi vida, y me entrego a ti, aunque más no puedo, y prometo serte fiel y velar por tu bienestar hasta el día de mi ida. Prometo amarte, respetarte, protegerte y cuidarte, hasta que mis ojos se cierren para siempre.

Dos pequeños niños se levantan y caminan hacia al altar con los dos pequeños cojines entre sus manos, Georgia sonríe, subiéndolo delicadamente para que su padre pudiera agarrar el anillo de la novia.

Fred le sonríe a la pequeña, luego vuelve la mirada a la preciosa mujer de enfrente.

-Ylenia Elizabeth Lupin, recibe esta alianza en señal de mi gran amor y respeto hacia ti- el pelirrojo le coloca el anillo con delicadeza, como si fuera a romperse en algún momento -, también en señal de la pura admiración que tengo por todo tu ser.

La mujer agarra el anillo que sostenía el cojín de James John.

-Frederick Weasley, recibe esta alianza en nombre del tan inmenso amor que siento por ti- le coloca el anillo en el dedo anular, soltando un pequeño suspiro entusiasta -, en señal de mi lealtad y fidelidad.

-Compañeros aquí hoy- Newt habla, volviendo a captar la atención de todos -. Una vez, le dije a una amiga aquí presente; El amor duele, pero, al final de todo, eso es lo único que nos queda, el amor.

Ylenia observa a su amigo, sonriendo profundamente, acordándose de aquellas palabras que una vez él le recitó.

-Con todos estos testigos, y el ansias que sé que tienes- el rubio mira a Fred -, puedes besar a la novia.

El pelirrojo mira directamente a su, ahora mujer, le sonríe mientras levemente se acerca para agarrar su rostro delicadamente con ambas manos, acercándose a sus labios mientras miraba detalladamente aquellos preciosos ojos que tanto le gustaba admirar.

Cierra los suyos, ahora notando el tacto de sus carnosos labios en los de él.



El convite estaba siendo divertido, sobre todo para las damas de honor, que habían estado bailando con sus acompañantes casi todo el tiempo, y la verdad, también lo estaba siendo para ellos.

Los novios iban de un lado para otro, saludando y dando los pequeños regalos a los invitados.

-Toma- Ylenia aparece por detrás de George, que en aquel momento estaba sentado en una de las muchas mesas del jardín del hotel -, cuñado.

-Ya eres oficialmente mi cuñada- bromea el pelirrojo, poniendo la pequeña bolsa en la mesa.

Fred se sienta al lado de su hermano, y la mujer encima de su, ahora marido.

-Georgie- el recién casado habla, poniendo una de sus manos en la cintura de la que estaba sentada en su regazo -, siendo sinceros, siempre ha sido tu cuñada- dice, a acariciando su cintura mientras ella dejaba el ramo de petunias lilas y blancas sobre la mesa.

-Sí- admite el gemelo menor, bebiendo un trago de su copa de Whisky -, llevas...- piensa, y abre los ojos al darse cuenta- joder... llevas nueve años siendo mi cuñada.

-Nueve años- dice un sorprendido Fred, y la otra ríe -. Pero si parecen tres.

-Sí que ha pasado rápido el tiempo- sonríe la castaña -. Por cierto, Georgie, ¿has hablado con Amaia?

El pelirrojo niega.

La relación de George y Amaia había terminado hacía ya unos tres años, pero desde su ruptura no habían vuelto a hablar, aunque en ocasiones coincidieron por los preparativos de la boda, no se dirigían la palabra.

La rubia seguía sin saber que todos ellos eran magos.

Aclarando que, la boda se estaba celebrando en la parte muggle del hotel ya que Ylenia tenía varios amigos muggles, aunque algunos magos se iban para la parte del callejón Diagon, y los novios tenían que ir turnándose para estar en los dos lados.

-Está divirtiéndose con Charlie, al parecer- murmura con algo de molestia.

-¿Estás celoso?- pregunta su hermano.

-No estoy celoso- chasquea la lengua, evitando la mirada de los recién casados -, es que Charlie es muy ligón, muy coqueto, ya lo conocemos... acuérdate cómo te ponías tú cuando se trataba de Ylenia.

Fred ríe, acordándose de aquello.

Era cierto que él se ponía bastante celoso de Bill y Charlie cuando estaban cerca de su, por aquel entonces novia.

Recordemos que incluso una vez le pegó un puñetazo a Charlie cuando lo encontró en casa de Ylenia, y resultó ser porque estaba con Marlene.

-Nunca entendí porqué- la castaña se una a la conversación, mirando a su marido -, si yo siempre los he visto como parte de mi familia.

-No era por ti, era por ellos- dice Fred -. Bueno, principalmente por Charlie, porque sé que Billy no se atrevería a nada contigo, pero, ¿Charlie? Ese marrano es un furcio.

George ríe.

-Fred...- regaña la mujer.

-Nena, que sí, que yo lo conozco- bufa -. ¿Sí o no, George?

-La verdad, cuñada- el pelirrojo suelta un suspiro -. Yo soy el único que no puede verte con otros ojos, pero... ¿mis demás hermanos? Todos podrían desearte perfectamente. Bueno, Bill tampo...

-Bueno- Fred lo interrumpe, con templante serio -, ya escuché mucho. Tampoco te pases, que no me hace gracia pensar como mis hermanos desean a mi mujer.

-Esta conversación se está volviendo rara- Ylenia frunce el ceño, confundida y sorprendida por lo que había escuchado de George.

-Yle- una chica se adentra en la conversación que los tres mantenían -, hora de tirar el ramo- alza las cejas con diversión, y su mirada viaja hasta la del pelirrojo menor.

La castaña mira a su amiga.
-¿Ya?- pregunta.

La pelinegra asiente con la cabeza sin dejar de mirar al chico, y la Lupin mira a su marido.

Fred le lanza una divertida mirada a su mujer.

-Creo que no os hemos presentado- los recién casados se levantan -. George, ella es Martina. Martina, este es George, el gemelo de Fred.

-Ya decía yo que me sonaba su cara..- bromea la pelinegra y todos ríen.

-Sí, es que nos parecemos, el pelo y eso, ya sabes..- George sonríe coquetamente, y bebe de su vaso -.. Y..., ¿de qué os conocéis?- pregunta con curiosidad, colocándose recto para seguir con la conversación.

-Trabajamos juntas desde hace tres años- dice Martina.

-Sí- confirma la novia -. ¿Recuerdas el proyecto del que te hablé? ¿Mujeres Devastadas?

-Sí, claro, me acuerdo.

-Pues, ella me está ayudando, junto con Kate y unas cuantas chicas más que andan por aquí...- explica la mujer -. Bueno.. ¿vamos a tirar el ramo?- pregunta y Martina asiente, marchándose mientras se despide de George con la mirada -. Fred, amor- tira del brazo de su marido, haciéndolo caminar con él -. Tira el ramo conmigo. ¡George, levanta el culo y ven aquí!

-Estamos listas- chilla una Ginny emocionada.

-Tú no te vas a casar aún, Ginevra- regaña el novio, siendo regañado por su mujer -. Procura que el ramo no le caiga a mi hermana- susurra a la que tiene a su lado.

Ylenia ríe.
-Yo no procuraré nada, a quien le caiga le cayó- la mujer mira al grupo de mujeres -. ¿Qué es esto?- frunce el ceño, soltando un suspiro - ¿Es que los hombres no se casan?

-Es una tradición de mujeres- se queja George.

-Ah, ¿sí?

-Mala elección de palabras, hermano- advierte Fred, riendo.

-¡Quiero a todos los padrinos de mi boda aquí!- chilla la novia -, ¡os quiero ver intentando agarrar el ramo!

Los Weasley junto a Harry se acercan, pero sólo Charlie se coloca entre las mujeres.

-¡Todos, menos Bill-! vuelve a chillar la, ahora Lupin-Weasley.

Los hombres, mirándose entre ellos, acaban cediendo entre suspiros, mientras Bill y las mujeres del corralito reían.

-¡Venga, vamos! Los he visto más rápidos- regaña, señalándolos con el ramo de petunias -. ¿Listas y listos?- alza las cejas con diversión -. Fred, ven aquí, hazlo conmigo.

-Yo hago contigo lo que quieras- murmura mientras se acerca a ella.

-Eso luego, ahora iremos tú y yo al baño- le susurro, ambos poniéndose de espaldas para hacer la tradición.

Los recién casados agarran el ramo, y hacen una cuenta atrás para tirarlos

-Una... dos... ¡tres!

El matrimonio se gira para ver dónde ha caído, o más bien, quién a agarrado el ramo.

-¡No se vale!- se queja Ginny -, ¡ellos son más altos que nosotros, y encima se han puesto delante!

-Harry no es mucho más alto que tú- dice George.

-Si lo hubiera agarrado Harry, no me estaría quejando.

-¡Ojo!- Charlie sale corriendo hacia los novios con el ramo entre sus manos -, ¿quién será la afortunada que terminará con la soltería de este codiciado Weasley?- dice con aires de grandeza, señalándose a sí mismo.

-Con tu soltería no acaba nadie, hermano- Fred lo quita de en medio para agarrar a su mujer -, ¿eso del baño sigue en pie? Me has dejado intrigado- murmura, llevándosela lentamente por los jardines del hotel.

Ylenia ríe, pero ambos son parados por dos pequeños niños.

-¡Hola!- Ylenia se agacha para besar el cabello de sus dos hijos.

-Mami, pareces una princesa- halaga el pelirrojo más pequeño.

Fred se agacha para estar a la misma altura.
-Pero mami no es una princesa- dice, siendo abrazado por Georgie -, mami es la reina.

-¿A que sí? Mami parece una reina- dice Georgia, balanceándose en la espalda de su padre.

-Lo es, Georgie- vuelve a afirmar el pelirrojo.

-Mami- James John mira a su madre, sorprendido -... ¿eres una reina?

-No lo sé- ella frunce el ceño -. Papi, ¿acaso soy una reina?

-Lo eres- dice, guiñándole un ojo -, para mi lo eres.

Ella sonríe.

-¿Esta noche os vais?- pregunta una triste Georgia, sentándose en el pasto, probablemente manchando su vestido lila.

-Sí...- responde Ylenia, sentándose a su lado y sentando a JJ en sus brazos para que no se manchase su traje blanco -, esta noche nos vamos.

-¿Y dónde vais a ir primero? ¿A Italia?

-Primero vamos a España- responde su padre, que estaba de cuclillas para no manchar su traje blanco -, después de España iremos a Italia.

-Que guay- George sonríe -, os vais mucho tiempo..

-Unas semanas, cariño- dice Ylenia, mirando a su hija -, pero acordaros de que el día uno de Mayo venimos por vosotros para irnos todos a Disneyland Paris...

-¡Sí, que guay!
-¡Que guay!

-Y volvemos un día antes de vuestro cumpleaños, para celebrarlo con la familia.

-Me gusta mucho cuando estamos en familia- dice JJ, sonriendo a sus padres.

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