Pasta de sésamo, salteado de hígado con azúcar quemada
Después de haber dicho buenas noches, Bian Nan no se durmió de inmediato.
La respiración constante de Qiu Yi que estaba a su lado y junto a eso, el brazo que lo unía a él, lo estaban volviendo un poco loco.
Bian Nan creía que las personas en verdad eran increíbles. Mientras este tipo de actos desvergonzados comiencen, no hay manera de regresar al camino de no ser uno.
Lo mejor era dormir cuando estaba cansado, o ni modo, tendría que salir a correr.
Solo pensará más.
Con tan solo mirar hacia arriba.
La mitad de esos pensamientos se fueron jodidamente lejos.
—Qiu Yi —Bian Nan apretó los dedos de Qiu Yi y preguntó suavemente: —¿Estás dormido?
Qiu Yi no se movió, y después de un rato, respondió calmadamente: —Estaba dormido.
—Maldita sea —Bian Nan cerró felizmente los ojos: —¿Eres acaso un monje?
—No —Qiu Yi continuó respondiendo muy calmado.
—Entonces, ¿tú...? —Bian Nan quería preguntarle a Qiu Yi si estaba igual que él, pero no podía abrir siquiera un poco la boca. Sentía que era realmente vergonzoso preguntar esto.
—Sí —dijo Qiu Yi.
—¿Sí? —Bian Nan se giró para mirar a Qiu Yi— Maestro, por favor muéstreme el camino, ¿Cómo puedo estar tan tranquilo como tú?
—Mira, tenemos a un pequeño visitante, solo mira mi mano —Qiu Yi sacó su brazo del edredón, balanceó los dedos frente a los ojos de Bian Nan y luego señaló hacia la pared: —allí, ¿lo ves?
—Entiendo —Bian Nan se congeló por un momento y luego suspiró. No había necesidad de mirar para saber que se refería a Qiu Yi con el "pequeño visitante", quien dormía abrazando el edredón.
—La verdad es que, —Qiu Yi hizo una pausa, su tono seguía siendo tranquilo y serio: —tampoco estoy muy tranquilo.
Al escuchar esto, Bian Nan se rió durante dos segundos en silencio, cerrando los ojos y se sentía tan feliz que no podía parar de reírse.
—¿De qué te ríes? —preguntó Qiu Yi.
—Solo quiero reírme, no hay razón —dijo Bian Nan felizmente.
Qiu Yi se estiró por un rato y comenzó a reírse con él.
Los dos se rieron hasta detenerse lentamente durante dos minutos. Qiu Yi al final, dejando escapar un suspiro de alivio, dijo: —Está bien, vamos a dormir.
Este sueño seguía siendo bastante pesado. Bian Nan sintió que prácticamente no soñó, por lo que durmió en esa misma posición hasta el amanecer.
Aturdido, escuchó a las gallinas del patio de al lado cacareando, al igual que las personas rondando alrededor.
Chasqueó la lengua confundido. Justamente cuando estaba por tocar una mano y a punto de decir que unas piernas temprano lo rodearon por la mañana, su mano tocó un brazo carnoso.
—¿Mm? —Bian Nan giró la cabeza y vio los ojos brillantes de Qiu Yan, junto con un desordenado cabello rizado.
—¡Gran tigre! —Qiu Yan lo vio abrir lentamente los ojos e inmediatamente se acercó a su lado: —¡Buenos días! ¿no habías vuelto a casa el día de ayer?
—Buenos días, volví pero regresé aquí, ¿Por qué estás durmiendo al medio? —Bian Nan estiró los brazos y miró hacia adentro. Qiu Yi se quedó dormido con la cabeza envuelta con el edredón de Qiu Yan y que se había corrido hacia la pared: —¿Tu hermano te dejó aquí?
—Me desperté muy temprano, —Qiu Yan sonrió felizmente— Mi hermano dijo que iba a dormir un poco más y quiso que te molestara a ti.
—¡Oye! —Bian Nan se sentó de inmediato, levantó el edredón y pateó el trasero de Qiu Yi: —¡Levántate!
Qiu Yi no se movió, solo sacó la mano debajo del edredón y le mostró el dedo medio.
—Vamos a comprar panqueques, quiero comer panqueques —Qiu Yan se levantó, se arrojó sobre la espalda de Bian Nan y le dio unas palmaditas en los hombros: —¡Panqueques! ¡ah! ¡panqueques! ¡ho! ¡Panqueques! ¡pum! ¡panqueques! ¡Bam!
—Ahhh..... —Bian Nan gritó con una voz larga: —Panqueques, panqueques, pero primero ve a lavarte la cara y los dientes.
Qiu Yan se vistió y saltó de la cama muy animadamente, corriendo hacia el patio para ir a lavarse, mientras tarareaba una canción que no podía escuchar bien debido a que sonaba muy desafinada.
Bian Nan bostezó y se echó hacia atrás, recostándose sobre la almohada.
—Panqueques, —Qiu Yi todavía estaba hacia la pared: —también quiero tofu.
—¡En tus sueños! ¡enviándome como un mensajero por la mañana! —La última somnolencia de Bian Nan desapareció. Dándose la vuelta y presionando el cuerpo de Qiu Yi, para sacar su cabeza dentro de la manta, para besar sus ojos, nariz y su frente, para luego meter su mano dentro del edredón y tocarlo un par de veces.
—No toques a ciegas —Qiu Yi sonrió, apretando su cintura junto a su espalda desnuda: —Pasta de sésamo, salteado de hígado con azúcar quemada.
—Voy, voy, voy, iré a comprar todo —Bian Nan no tenía apetito cuando se despertó, pero Qiu Yi de repente tenía hambre, así que agarró su ropa, se levantó de la cama y se ajustó los pantalones: —Realmente puedes apagar el fuego por la mañana.
—¿No es temor de que después no puedas ir al baño a orinar? —dijo Qiu Yi con una sonrisa.
—Vete a la mierda —dijo Bian Nan, mostrando felizmente los dientes: —Qiu Yi, no fue hasta hoy que revelaste tu jodida naturaleza audaz. Siempre mostrándote serio y maduro.
—Que gran malentendido, —Qiu Yi estiró la cintura y se sentó: —Soy realmente alguien serio y maduro, te miro de la misma forma como a Erbao.
—¿Es necesario el hígado salteado con azúcar quemada? —preguntó Bian Nan.
—Solo ve y cómpralo, solo somos unos pocos —dijo Qiu Yi.
Bian Nan no tenía requisitos altos para el desayuno y no había nada especial que quisiera comer. Llevó a Qiu Yan a la fila de puestos de desayuno, compró todo lo que Qiu Yan quería comer y cargó bastantes cosas.
No sabía si se debía al frío, que era hora de engordar, porque todo lo llevado a la casa fue comido. Qiu Yan se comió tres panqueques junto con tofu y al final no quedó nada de lo que compraron.
—Comiste demasiado, pero ya es suficiente con eso por la mañana —Papá Qiu empujó su silla de ruedas hacia el patio: —tendrás que caminar para digerir toda esa comida.
Bian Nan quería reírse un poco, pero cuando pensó en lo que le dijo Qiu Yi anoche, se entristeció al ver a papá Qiu divirtiéndose de esa manera.
Después del desayuno, Qiu Yan salió corriendo del patio junto con su mochila en la espalda y se fue solo a la escuela.
Bian Nan inicialmente quería tomar un taxi a la escuela, pero Qiu Yi quería tomar el autobús, por lo que solo lo siguió.
Afortunadamente, el apuro hacia la escuela no es tan grande, por lo que no habían muchas personas en el autobús. Los dos se subieron y encontraron dos asientos vacíos.
Los dos no hablaron en todo el camino y Bian Nan se sintió muy cómodo. Había una sensación indescriptible en medio de esta temporada de solo aire seco, junto a las hojas amarillas que caían sobre el suelo fuera la ventana del autobús, que se veían agradables a la vista.
Y cada vez que giraba la cabeza, podía ver los sonrientes ojos de Qiu Yi.
Bian Nan se iba a bajar primero del autobús y Qiu Yi se iba a bajar en la siguiente parada.
Cuando estaba a punto de colocarse de pie, Bian Nan metió la mano en el bolsillo del abrigo de Qiu Yi y le tomó la mano: —Te llamaré por la tarde, mi papá debería venir a recogernos.
—Mm —Qiu Yi pellizcó la palma de su mano.
Bian Nan saltó fuera del autobús y caminó hacia el muro de la escuela. En este momento, era hora de los ejercicios matutinos de la mañana y saltó el muro, aún sabiendo que cortejaba a la misma muerte.
Este muro ha sido cruzado por Bian Nan durante muchos años, y era tan familiar como una escalera. La cual podía cruzarla con su movimientos de piernas y una mano.
Todavía se sentía algo deprimido cuando pensaba en que no podrá cruzarlo en otro medio año.
Antes de la graduación, debería tomar algunas fotografías geniales de este muro. Sería una manera de conmemorar los pocos años de su juventud, en donde era un desastre, no tenía metas y se sentía confundido.
Cuando aterrizó, se encontró con alguien en cuclillas junto al muro. Bian Nan se sobresaltó.
Girando la cabeza y mirando, se trataban de tres personas de la clase de baloncesto del segundo año, que estaban en cuclillas junto al muro y fumando cigarrillos.
Cuando vieron a Bian Nan, los ojos de estas personas se llenaron de desdén. Pero cuando Bian Nan les devolvió la mirada, se colocaron de pie y se alejaron.
Bian Nan rechistó. Después de todo este tipo de cosas, no le tenía miedo a ser excluido e incluso cuando el espíritu de Pan Yifeng todavía estaba vivo en la escuela, nadie se atrevía a molestarlo con casualidad.
Cuando se coló en el dormitorio, Sun Yifan y Zhu Bin no estaban allí, solo Wan Fei se estaba colocando su abrigo y se estaba preparando para abrir la puerta.
—¡Nan-ge! —Tan pronto como lo vio, Wan Fei inmediatamente extendió la mano y señaló su rostro: —¿Qué hiciste ayer por la noche?
—Me fui a casa —Bian Nan vaciló por un momento, se avergonzó de decir que estaba en la casa de Qiu Yi.
—¿Te fuiste a casa? —Wan Fei abrió la puerta: — ¿Quieres algo? ¿Y por qué no te quedaste en casa? mañana después de todo es fin de semana.
Bian Nan entró y tomó los libros para la clase de esta mañana, ahogando su voz dijo: —No puedo actuar como alguien que busca problema y siempre procuro ser honesto cuando me quedo en casa.
—¿Bian Hao acaso te amedrento? —Wan Fei cerró la puerta con llave y bajó las escaleras, rodeando con unos de sus brazos sus hombros.
—La situación de Bian Hao ha empeorado —Bian Nan chasqueó la lengua: —Debería ir por ayuda por esa locura que padece.
Los dos conversaron alegremente y Wan Fei le dio unas palmaditas después de que terminó con la diversión: —¿Cómo está Qiu Yi?
—Está bien, sus heridas no son graves y hoy incluso fue a la escuela —Bian Nan apretó los dientes: —el estúpido Pan sigue encerrado, cuando tenga la sentencia, tenemos que colocarnos de acuerdo para ir a darle un poco de incienso.
—Cuando sea visitado en la prisión, una pelea no terminará con él —Wan Fei lo corrigió.
—Pero si continúa de esa forma, morirá tarde o temprano —Bian Nan expresó fiereza.
Habían dos clases por la mañana, y Bian Nan estaba sentado allí, somnoliento durante las dos clases. Cuando la segunda clase terminó, Lao Jiang lo llamó a su oficina.
Lao Jiang no dijo mucho sobre la pelea, solo dijo que quería hablar con él sobre algunas cosas después de la graduación.
—Probablemente no tomarás el examen para el instituto deportivo —Lao Jiang le sirvió un vaso con agua: —¿Tienes algunos otros planes?
—No —respondió Bian Nan con honestidad: —no he pensando en absoluto sobre eso.
—Te graduarás en un semestre más —Lao Jiang se sentó frente a él: —¿Todavía quieres seguir jugando tenis?
Bian Nan miró a Lao Jiang, guardó silencio por un momento y luego dijo suavemente: —no quiero.
—Lo sabía —Lao Jiang se rió— siempre te ha disgustado el tenis.
—Mm, mi papá después de todo mi pidió jugarlo, —Bian Nan se rascó la cabeza: —realmente no quiero seguir jugando después de la graduación.
—Es una pena —Lao Jiang suspiró— Realmente es una pena.
Bian Nan sonrió y no dijo nada.
—¿Comenzarás a trabajar directamente? —preguntó Lao Jiang.
Para ser honesto, esta preocupación por parte de Lao Jiang provocaron que Bian Nan se sintiera un poco preocupado y a la vez irritado.
Nunca había pensando en algo como esto, y aunque incluso lo piense de vez en cuando, el tiempo pasará tan rápido que no se dará cuenta.
Siempre se ha sentido confundido acerca de su vida a futuro, y tampoco ha tenido una idea desde que es un niño. Cuando estaba en la escuela primaria, tenía que escribir sobre sus ideales, y estuvo aturdido por dos días, y finalmente, bajo mucha dificultad escribió que quería ser minero como su papá.
Esa fue probablemente la única vez desde que creció, que se tuvo que enfrentar a los ideales, y después de eso, no quiso pensar más.
—Hay un club de tenis, dirigido por un conocido mío —Lao Jiang lo miró por un momento y encendió un cigarrillo.
—¿El club Zhan Fei? —preguntó Bian Nan.
—Sí, ¿no tiene una base de entrenamiento? les falta personal, es decir, si quieres, te puedo recomendar ahí para que lo pruebes e intentes. Como ayudante de entrenador o algo así —dijo Lao Jiang.
—Oh —Bian Nan miró el vaso en su mano.
—Piénsalo primero y luego háblalo con tu padre cuando llegues a casa —Lao Jiang le dio una palmadita en el hombro.
—Mm —Bian Nan asintió, se colocó de pie y se fue de la oficina.
Sobre la graduación, sobre trabajar, sobre el "futuro" que jamás ha pensando, todo eso, se colocaron frente a Bian Nan.
Reflexionó durante un mediodía y una tarde, durante el entrenamiento físico. Corrió junto a Wan Fei mientras se sentía melancólico.
—Creo que está bien, si a tu papá no le importa, sería bueno que fueras a Zhan Fei, ahí están los mejores —dijo Wan Fei.
—¿Qué sucederá si papá decide hacerse cargo? —dijo Bian Nan. Además de ser un propietario de minas, su padre también manejaba otras cosas, como empresas de logística, restaurantes, etc. Bian Hao, ahora mismo se estaba haciendo cargo de la parte de logística.
Pero no importa saber sobre esto, Bian Nan no lo entendería y tampoco preguntará al respecto.
Siempre ha tenido miedo de que si preguntaba al respecto, su tía tenga ideas superfluas, como que el hijo de una amante le está robando propiedades a la familia o algo así. Ya es algo bastante malo ver esta clase de situaciones en la televisión.
—Te dará una tienda, un capital inicial o algo así —Wan Fei lo pensó y luego rechistó: —¿Tu tía y Bian Hao probablemente no estarán de acuerdo con esto?
—¿Quién estaría de acuerdo con algo como esto? —Bian Nan agitó los brazos: —Olvídalo, no pensemos en eso ahora, solo conversaré con mi papá y veré la situación.
Después del entrenamiento, su padre llamó a su teléfono: —¿Tus clases terminaron?
—Mm —respondió Bian Nan: —acabo de tomar una ducha.
—Estaré en tu escuela en unos minutos, pídele a Qiu Yi que me espere en la puerta. También llama a Wan Fei para que quedes tranquilo —dijo su padre: —Si Qiu Yi también tiene un amigo, que lo llame. Así se sentirá menos nervioso, o no podrán decir alguna palabra en la comida como tú.
—Oh, en la puerta... —Bian Nan vaciló. Llamar a Qiu Yi hasta la puerta de la escuela deportiva era casi como una demostración, pero no tenía alguna excusa alguna para pedirle a su padre cambiara de lugar. Además, como acababa de provocar un desastre, tuvo que estar de acuerdo: —Está bien.
Después de colgar el teléfono, miró a Wan Fei: —Comamos juntos, pero mi papá vendrá a recoger a Qiu Yi en nuestras puertas para ir a cenar.
—Oh —Wan Fei estaba encantado y caminó hacia la puerta junto a él: —Hay muchas personas ahora en las puertas de la escuela y todos se están yendo a casa.
Bian Nan marcó el número de Qiu Yi: —¿Puedes venir?
—Claro —escuchó la voz de Qiu Yi, que al parecer todavía se encontraba en el salón de clases. Alguien a su lado estaba gritando para comenzar a jugar a las cartas o algo así.
—Entonces que, ven aquí, el auto de mi papá llegará pronto —dijo Bian Nan.
Desde el otro lado, Qiu Yi se rió: —¿Hay que llevar a alguien?
—Trae a Shen Tao, mi papá dijo que lo mejor es traer a alguien contigo —Bian Nan ya había caminado hacia la puerta de la escuela y habían bastante personas. Algunos estaban esperando el autobús, otros esperando a alguien y otros conversando, no teniendo prisa alguna de irse.
—Llevaré a Shen Tao a una pelea —dijo Qiu Yi.
—Lo que quieras —Bian Nan miró a su alrededor, pero no vio a nadie que pudiera desafiarlo a él y a Wan Fei: —yo estoy aquí y ahora nadie se atreve a provocarme. Y el que me vea, tendrá su merecido. De todos modos, no queda mucho tiempo en la escuela antes de que llegue el año nuevo.
. . .
Cuando Qiu Yi y Shen Tao cruzaron la calle, hacia la puerta de la escuela deportiva, todos los estudiantes de la escuela deportiva que estaban en ese momento en la puerta los miraron.
Otros giraron sus cabezas rápidamente para mirar a Bian Nan y Wan Fei.
—Que jodidamente arrogante —Wan Fei se estiró. Sin saber si estaba hablando de Qiu Yi, de los demás, o de él y Bian Nan.
Bian Nan vio que el Land Rover de su padre se acercaba, saludó a Qiu Yi y a Shen Tao, y se acercaron hacia la calle.
—Te lo agradezco, —dijo Shen Tao: —estaba tratando de engordar.
—Ya estás gordo —Wan Fei rechistó: —Fuiste muy lento ese día, ¿no fuiste capaz de correr más rápido?
—Tú estás más cerca del sitio de construcción —Shen Tao contó estas viejas cuentas con casualidad: —Llegamos al sitio de construcción luego de dos paradas, probablemente lo hubiera hecho si estuviéramos más cerca.
—Ya suban al auto —Bian Nan lo interrumpió a los dos. El auto de su padre ya se había estacionado al costado de la carretera: —¡suban! ¡suban! ¡suban!
Bian Nan se subió al asiento del copiloto y se sentó. Los otros tres se sentaron en el asiento trasero.
Su padre giró el auto y avanzó hacia adelante.
—Hola tío, —saludó Qiu Yi desde atrás: —Soy Qiu Yi y él es mi amigo, Shen Tao.
—Hola, hola —Su padre asintió y lo miró por el espejo retrovisor: —¿Te encuentras bien?
—Estoy bien, no fui lastimado gravemente —dijo Qiu Yi.
—Mm, ya veo, gracias por tomarte este tiempo e incluso si aún no estás recuperado por completo —dijo su padre con una sonrisa.
—Tío, ¿a dónde iremos a comer? —Wan Fei probablemente sintió que el ambiente era demasiado serio, por lo usó su cabeza e hizo algo de ruido.
—Reservé una mesa en Jinding, ¿bien? —su padre sonrió.
—Demasiado bien —Wan Fei se rió dos veces.
Bian Nan miró a su padre y no dijo nada, Jinding es un restaurante en la ciudad que se dice que es una de seis estrellas o algunas estrella más. De hecho, es un lugar donde se tratan a los invitados y ese es el estilo de su padre, también era una de las formas más directas en las que un apuesto propietario de minas expresa su sinceridad.
Al pensar en esto, Bian Nan de repente se preocupó un poco. Cuando Qiu Yi estuvo en el centro de detención antes, su padre le había depositado dinero a Bian Nan y le pidió que cuidara a la familia de Qiu Yi, para ahora decirle que salieran y darle las gracias.
El propietario de minas siempre ha sido alguien directo y entusiasta en expresar su sinceridad. Jinding no debería ser un lugar para solo una comida, por lo que estimaba que le iba a dar a Qiu Yi dinero.
Sabiendo el carácter de Qiu Yi y su padre, a Bian Nan le preocupaba que ambos no llegaran a un buen acuerdo con respecto al dinero.
Cuando se bajaron del auto, Bian Nan quería hablar con Qiu Yi, pero no pudo encontrar la oportunidad. Solo pudo optar con enviarle un mensaje a Qiu Yi mientras hablaba con su padre.
"Mi papá podría darte dinero, así que prepárate"
Después de enviar el mensaje, esperó un rato, pero Qiu Yi no reaccionó luego de que escuchó su teléfono.
Así que no pudo evitar empujar a Qiu Yi: —Tu teléfono está sonando.
—¿Mm? —Qiu Yi lo miró, sacó su teléfono de su bolso y miró, para luego levantar los ojos y sonreír.
Bian Nan le mostró los dientes, sonriendo.
Qiu Yi siguió a su padre hasta el ascensor y presionó varias veces su teléfono.
"Yo me encargo"
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