The Sea Jesters Are Real Scie...

MatosaurusRex által

6.6K 779 832

Miras fijamente el cristal. Al principio no ves nada, sólo un paisaje azul verdoso, tranquilo y ordinario. No... Több

El 95% no descubierto
En realidad... Puede ser más del 95%
El nuevo equipo
La ayuda que necesitaban
Algo diferente...
Malas y buenas consecuencias
Pero, honestamente, ha valido la pena
Tras el naufragio
En mitad de la tormenta
Ahogándote
Moondrops
Frenesí alimenticio
☀️Sundrops
En la cadena alimenticia
En la cadena alimenticia (parte 2)
Being HELPY
Lo que la marea arrastra
Sun, sun, don't go away
They'll tell you what you owe, but know even so... Rises the moon
Si caes una vez, no es mi culpa. Si caes dos veces... Tal vez SÍ es tu culpa.
☀️El calor del sol
O aprendes a nadar o te ahogas
¡¡¡GRAN ANUNCIO!!!
Quien encuentra un amigo encuentra un tesoro
Heat waves
Terapia de exposición

Bienvenida a las profundidades

588 43 20
MatosaurusRex által

(N/A: El género de Y/N varía a veces, se arreglará en los próximos capítulos, disculpad las molestias)

El coche rugía levemente mientras descendías por el túnel el cual conectada con tu nuevo trabajo. El corazón palpitaba por la emoción y los nervios de empezar una nueva etapa de tu vida, aunque esta oportunidad se hubiese presentado de forma inesperada, no ibas a desperdiciarla. Apretando el volante tras visar la estación de vigilancia del gran edificio de investigaciones, sentiste aún más nervios circular por tu estómago. Debías recordarte respirar profundamente para intentar calmarte.

"¿Nombre y motivo de la visita?"

Pregunta el hombre quien aparentemente estaba a cargo de la estación de vigilancia. Extiendes tu identificación hacia el hombre, esperando que tú sonrisa cordial no se viera demasiado extraña por culpa del nerviosismo que se negaba abandonarte si el leve temblor de tus manos es una evidencia. Por suerte él solo toma el documento y lo revisa con paciencia.

"Soy Y/N. He sido invitada por el doctor Angus Davies para visitar el complejo y considerar un puesto de trabajo."

El hombre te miró fijamente unos segundos, evaluando el rostro y la identificación. Tus labios se apretaron un poco, así como las manos en tu regazo.

Cierto era, tu propio profesor de la facultad te había buscado en persona para invitarte a trabajar con él... En un encuentro de lo más inesperado.

/////////////FLASHBACK////////////

Te encontrabas en el acuario de tu ciudad natal, trabajando como bióloga marina. Era un trabajo pacífico, hermoso, pues siempre te habían fascinado las criaturas que habitaban en el océano. En la carrera habías acabado con promedio suma cum laude, lo cual según tú había válido totalmente la pena pese al deterioro de tu salud emocional y mental, sin mencionar las deudas escolares que aún mantenías como esqueletos en tu armario; pues al final había permitido acceder a trabajos con alto prestigio. No era diferente en aquel acuario, la mayoría admiraban tus esfuerzos y conocimientos, pedían tu ayuda sin cesar, y ante los graves problemas, ahí estabas tú en primera línea. Quizás en ocasiones asumías más responsabilidades de las que te correspondían, pero, ¿quién podía negarse algunas tareas extras cuando se trata del trabajo de sus sueños?

Y, aunque fuese el trabajo que siempre quisiste desde que visitaste ese mismo acuario a los ocho años, algo lo cambió por completo. Te encontrabas examinando la deformación de un pobre pingüino, evaluando su estado de salud y tomando notas de qué necesidades debería tomar el acuario para mejorar las condiciones de vida de este pequeño animal...

-Estate quieto, Orión." Le dijiste al pequeño pingüino, el cual intentaba apartarse ante la incomodidad ofrecida por las medicinas que debía tomar. "La medicina te hará sentir mejor, lo prometo, solo tómalo."

De repente, una voz habló detrás de ti, ronca y arrastrada, seria. Una voz la cual conocías muy bien.

"Veo que sigues poniendo nombres astronómicos a los especímenes a tu cargo."

Al girarte, una alta e imponente figura te hizo parpadear, sorprendida por la repentina visita.

"Y/N, cuánto tiempo sin verte."

El doctor Agnus Davies era reconocido como un genio en su campo, sus continuos estudios, publicaciones en revistas y PHDs verificaban su éxito. Fue el mejor maestro que pudiste tener en la facultad, un honor estudiar con él, y verlo de nuevo hizo que tu corazón diese un vuelco.

"¡Pro-profesor! ¿Cómo ha estado? No lo había visto desde la graduación."

Dijiste levantándote. Él, rompiendo toda distancia social que hubo años atrás al alzar su mano en tu dirección para saludar.

"Ha pasado tiempo sin duda, me alegra ver que pareces estar bien de salud."

Siempre había sido educado y mortalmente cortés, pero había mantenido una gran distancia social entre él y sus alumnos, pues lo importante era estudiar, no relacionarse. Por ello, correspondiste el saludo una vez te quitaste el guante que usualmente usabas, algo extrañada.

"Discúlpame por llegar sin aviso y por interrumpir tu labor, pero he venido para hablar contigo. ¿Te importaría dedicarme unos minutos?"

"Sí, claro. ¿De qué se trata?"

El profesor Davies sonrió, mostrando unos dientes perfectamente blancos. Sus gafas escondieron sus ojos debido al reflejo durante unos segundos, mientras formulaba una frase que no tenías idea, pero cambiaría tu vida.

"Vengo a ofrecerte una oferta de trabajo."

///////////FIN FLASHBACK//////////////

El guardia pareció reconocerte al fin, y tras pulsar un botón, las puertas de seguridad se abrieron para ti lentamente. Él señaló una dirección, inclinándose ligeramente para entregarte un collar con identificación personalizada para la institución, la cual te pusiste al instante, aunque estuvieras dentro del coche.

"La están esperando. Por favor, gira a la izquierda en la tercera bifurcación, señorita Y/N. Tu aparcamiento se encuentra ya marcado."

Asentiste, iniciando el motor del coche otra vez. Tragaste saliva, sintiendo todos los molestos nervios recorrer tu cuerpo como sangre por las venas. Esto era importante, una oportunidad única en la vida. Un genio y experto en biología marina te había buscado expresamente para proponerte trabajar con él. Y sabías que no debías hacer nada que los avergonzara. Aquel hombre era una inspiración, desde que lo conociste en la facultad, aspirabas a ser alguien como él. Un experto en su campo, una persona la cual todos admiraban y ansiaban su consejo. No querías decepcionarlo en lo más mínimo, por ello, una vez aparcaste en tu sitio señalado, asentiste para tus adentros, mirando de reojo tu reflejo en el espejo

"Vamos, Y/N, da lo mejor de ti. Demuéstrales cuánto vales. Y no la fastidies."

Una vez recitado aquel mantra para darte fuerzas, saliste del coche y comenzaste a caminar. La puerta de entrada era fácil de identificar al ser la única, el eco de tus pasos anunciaba tu llegada antes de que pudieras siquiera saludar o hablar, pues el propio doctor al cual tanto admirabas había salido para recibirte. El susodicho abrió los brazos, su bata blanca resplandeciente indicaba que él se encontraba trabajando en esos momentos. Sus gafas de protección también lo verificaban.

"¡Y/N! Qué alegría verte, espero que haya sido un buen viaje. Vamos, hay mucho de lo que hablar."

Asentiste, acelerando los pasos para llegar cuanto antes hacia él. Él abrió la puerta para permitirte pasar primero, a lo cual agradeciste un poco halagada, al mismo tiempo avergonzada, pues el doctor Agnus cojeaba, lo cual notaste en el acuario, pero ahora era mucho más notorio al comenzar a caminar una larga distancia. ¿Habría sufrido algún tipo de accidente? Te preocupaba su estado de salud, pero tampoco querías molestarlo con preguntas inútiles... ¿Era esto lo que se sentía convivir más de cerca con ídolo? Definitivamente era diferente a cuando ibas a sus clases en la universidad, y sabías que tendrías que acostumbrarte cuanto antes para no darle oportunidad a tus nervios de hacerte tropezar hablando o con tus propios pies. Pero no ibas arruinarlo, sabías que nuevamente ibas a aprender mucho con él. Tu vida estaba cambiando a una velocidad acelerada y (no) te sentías preparada para ello.

"¡S-si! sin problema, no fue difícil seguir la dirección. Y, cierto, aún tenemos que formalizar el contrato..."

Comentaste. Él asintió, complacido al ver tu total participación y animosidad en el trabajo.

"Por supuesto. Vamos primero a mi despacho para informarte mejor sobre lo que esperamos de ti si decides aceptar mi oferta."

Mientras caminabas con él, no podías evitar mirar a tus alrededores. Os encontrabais bajo tierra, eso era obvio porque habías entrado en la institución a través de un túnel. Pero no sabías ni cuánto habías bajado, en realidad. Parecía todo tan... alejado. ¿Honestamente? Las instalaciones parecían sacadas de una película. Las brillantes luces del techo hacían resaltar que todo se encontraba dispuesto en un blanco puro, con solo puertas ofreciendo decoración al lugar, el olor a desinfectante abrumaba un poco tus sentidos esa primera vez que caminas por los pasillos. también están las cámaras de seguridad, colocadas en el techo, lo cual les permitía tener una visión de 360º, prácticamente había una cada tres metros. Aquello no pasó desapercibido por ti, ni por tu antiguo profesor, quien vigilaba notó tus movimientos.

"La empresa que financia esta institución se toma muy enserio la seguridad de sus empleados y de los especímenes que estudian, por lo que debemos tener toda la vigilancia necesaria para demostrarles que se cumplen correctamente las medidas de seguridad."

Asentiste, comprendiendo su funcionalidad. No te parecía extraño toda la seguridad instalada si sus investigaciones eran tan importantes como parecían serlo a primera vista. Todo en ese lugar debía valer millones. Realmente esperabas no romper nada por accidente.

No tardasteis mucho en llegar al despacho del profesor, el cual solo se abría usando la propia identificación. El doctor te miró, sonriendo ampliamente.

"Tu despacho estará al lado del mío, solo podrás abrirlo con tu identificador, así que no lo pierdas, por favor."

Toda seguridad es poca, y comprendiendo aquello, procediste a entrar con él en su despacho. Nada más entrar, él te ofreció un té para tomarlo mientras hablabais, sentados en las únicas sillas disponibles. No pudiste evitar observar la habitación, pues era un claro reflejo de su carrera como científico marino: todo estaba lleno de libros, artículos de revistas, investigaciones relacionadas con su campo, increíbles cantidades de papeles los cuales verificaban su arduo trabajo en aquel lugar.

"Disculpa este desastre, aquí acabo trabajando tantas horas que ni me planteo limpiar u organizar."

"No se preocupe, señor, es totalmente entendible, igual a un pequeño caos organizado."

"No me hables con formalidades, Y/N. "Dijo deslizando una taza de té en tu dirección, la cual tomaste sin dudar por cortesía, no acostumbradas a beber cosas que no preparas tú mismo – Ahora somos compañeros de trabajo.

"Sí, por supuesto... Agnus."

Decir su nombre era suficiente para sentirte aún más nerviosa, se sentía extraño, aunque no sabías en qué sentido.

Aquello realmente estaba pasando.

Mientras bebías ese té, el cual ardía como el propio infierno, pero aceptabas para no decepcionarlo, seguiste mirando alrededor y recordaste que tú propia habitación estuvo en similar estado durante los años de universidad, siendo honesta. Así que no eras quien para juzgar.

"Bien, hablemos de lo importante. Tu posible trabajo aquí."

Intentó apartar su alborotado pelo del rostro, pero no lo consiguió. Al menos te permitió ver que debajo de sus ojos había ojeras. Viendo el ordenador de última generación el cual estaba encendiendo él en esos momentos, entendías que tuviese tal aspecto. Piel demasiado blanca, ojeras, un pelo sin peinar el cual le daba un aspecto desaliñado. A pesar de estar en sus cuarenta años, parecía tener más por su aspecto físico. Era relativamente joven y tenía el reconocimiento de todas las universidades especializadas en biología marina del país y varias en el extranjero. Alguien al cual no podrías superar, pero sí ansiabas alcanzar.

"Recordé hace tiempo tus asombrosos trabajos sobre oceanografía física pertenecientes a la zona abisal. Algunos hasta me provocan aún pelos de gallina."

"E-es todo un honor, se- Agnus."

Él encendió su ordenador, el cual inició a los segundos, lo cual demostraba la buena calidad de material en las instalaciones. Procedió a escribir sin siquiera mirarte. Sus gafas permitían ver cómo cambiaba de ventanas a una velocidad impresionante, y tu cuerpo se tensó al pensar que todas esas ventanas eran tus trabajos, los cuales había estado leyendo él.

"Por eso te busqué personalmente. Para trabajar conmigo en un proyecto muy especial. Pero, tal y como podrás ver, es un trabajo duro. Si aceptas vas a estar aquí muchas horas. De hecho, pronto verás que algunos se han mudado aquí para trabajar. Es más conveniente si la instalación está tan lejos de la ciudad. ¿Cuánto tiempo tardas en venir?"

"Cuarenta minutos en coche."

Él asintió.

"Una gran distancia. Pero no pasa nada. Algunos tardan en venir una hora en coche. Bien, veamos... Este sería tu contrato. Por favor, a la hora de leerlo, debes prestar atención a las condiciones del contrato. Quiero que prestes especial atención al apartado tercero, es el más importante."

Siguiendo ciegamente su consejo, leíste el apartado indicado, ignorando lo demás. Dicho apartado era una cláusula de confidencialidad, donde no podías hablar con nadie de tu trabajo. De hecho, había puntos muy específicos, como que tu móvil debía ser dejado en la estación de vigilancia nada más entrar, y no se te permitía llevar trabajo a casa bajo ningún concepto. Tampoco te permitían traer visitas, obviamente. Seguiste leyendo toda esa cláusula, la cual parecía ser abrumadora al principio. Agnus pareció leer el desconcierto en tu rostro, y procedió a hablar.

"Son unos proyectos muy complejos. Alemania, China, Japón y España están intentando hacerse con nuestras investigaciones, y de momento no podemos compartirlas hasta tener finalizado los estudios. Espero que comprendas todas las precauciones que tomamos."

Por supuesto, lo entendías. Querías que solo ellos tuviesen la autoría de las investigaciones, pues esa rivalidad era bastante común en el mundo académico. Todos querían recibir la fama y acreditación que solo otorgan unos buenos trabajos. En la universidad, más de una vez habías sido traicionada por compañeros, y tú también lo habías hecho. Ninguno era un ángel allí.

"Claro. Es entendible."

El hombre sonrió y asintió, concento con tu respuesta. Al instante señaló tu sueldo, el cual era BASTANTE generoso. Mucho más que el del acuario, sin duda.

"El sueldo irá aumentando a medida que veamos resultados. Así que esfuérzate y te verás recompensada."

El sueldo, honestamente, no te importaba. Trabajar en el acuario lo demostraba, pues ahí no alcanzabas ni los 2000 dólares. Sin embargo, esta mejora era muy bien agradecida, hasta el punto de casi dejarte cegar por esa cantidad de dinero.

" Si todo te parece bien, firma aquí."

Dijo. Y tú firmaste, sin leer nada más. Una vez escribiste tu nombre, identificación, y firma, tres veces seguidas en diferentes partes del contrato, él se incorporó, y tú lo imitaste. Alzó una mano, dispuesto a apretarla contigo.

"¡Bienvenida a la Institución Frizzy Biased Ecology And Relocation, Y/N!"

Estabas emocionada. Y no solo por tu nuevo trabajo. También por todo lo que te acababa de entregar Agnus tras haber firmado, lo cual llevabas ya puesto y llevando con orgullo: una bata blanca, guantes especializados, gafas grandes, llaves personales, hasta un portátil para trabajar en diferentes habitaciones del lugar (pero sin poder llevártelo a casa, claro), y un teléfono móvil el cual superaba en gama y funcionalidad al tuyo actual. Todo aquello se te había sido otorgado gracias a tu profesor, y aquello no lo ibas a olvidar jamás.

"¿Qué tengo que hacer hoy?"

Preguntaste, ansiosa, Agnus asintió, complacido con ese entusiasmo, propio de quienes inician su primer día en el trabajo.

"Hoy vas a conocer a nuestros invitados estrella. Son quienes más estamos estudiando últimamente. Son un hito en la historia, sin duda. Pero yo estoy al cargo de otro proyecto, así que te seleccioné en base a tus estudios para encargarte de esto. Tendrás compañeros, claro, pero tú serás la líder."

Aquello te enorgullecía, hasta el punto de sentir el corazón latir deprisa, también hizo que quisieras tragar un nudo que se había formado en la garganta, pero lo reprimiste por el momento. Agnus te guio por varios pasillos, innumerables, donde había muchas puertas cerradas a cal y canto. Todo se encontraba en un silencio sepulcral digno de un edificio inmaculado donde todos se enfocaban en sus trabajos, únicamente el sonido de los zapatos se hacía escuchar, aunque en el caso del doctor era diferente, pues con una pierna pisaba y la otra lo arrastraba torpemente. Aquel parecía ser un lugar idóneo para investigar, elaborar tesis, teniendo únicamente delante lo más importante: sus estudios. Cierto es que la falta de cafetería o dormitorios era extraña, pero seguramente lo conocerías más adelante, una vez te hubieses acomodado en ese lugar. De momento, todo parecía un sueño hecho realidad, y como si tuvieses una venda en los ojos seguías al hombre allá donde fuese. Era un trabajo muy bien pagado, el cual prometía un gran avance en tu carrera profesional, e ibas a aprovechar esa oportunidad para ser una gran científica. Pasara lo que pasara, nada iba a cambiar eso.

"Ya hemos llegado Y/N."

Anunció, tras haber cruzado una gran puerta la cual tenía triple seguridad a través de identificación, ojo y tacto. Lo cual, te comentó previamente Agnus, que se te registraría más tarde para permitirte entrar a las habitaciones pertenecientes a tu trabajo. No tendrías acceso a nada más, lo cual tenía sentido.

"Ponte las gafas, es obligatorio siempre que vayas a entrar aquí. ¿De acuerdo? Nunca, bajo ningún concepto, te las quites."

Asintiendo, procediste a ponerte las gafas de protección. Unas gafas que te permitían ver bien a pesar de lo grandes que eran, y se podía notar claramente cuán gruesas eran las lentes. Así, completabas el uniforme oficial del lugar: bata, guantes, gafas y botas de protección. Todo parecía perfecto para garantizar tu seguridad mientras trabajabas, y eso te animaba más a seguir al doctor, quien se giró levemente una vez disteis unos pasos dentro de la nueva habitación.

"Te presento a tus nuevos especímenes de estudio."

Miraste fijamente el cristal que se encontraba ante vosotros, lo único que al parecer había ahí, a ese nivel, pues arriba se podía apreciar una pasarela a la cual se podía acceder a través de unas escaleras, donde había un habitáculo perfecto para trabajar mientras se observaba el tanque. Se encontraba justo en la mitad de distancia, y claramente, las escaleras permitían acceder a niveles más altos para situarse encima del enorme recipiente, cerrado a cal y canto.

Prestando atención al tanque, al principio no se veía nada, solo un paisaje azul verdoso, pacífico y común. No había nada especial en él... O eso creías. A medida que pasaban los segundos, dos figuras se iban haciendo más visibles, lentamente pasaban de ser dos objetos borrosos a dos grandes figuras que fácilmente superaban los tres metros. Las dos criaturas comenzaron a mirarte fijamente, dos pares de ojos, respectivamente blancos y rojos, no se apartaban ni un centímetro de ti. Nada más identificar qué eran, perdiste el aliento durante varios segundos mientras tus ojos se abrían por completo y la parte de tu cerebro que aún funcionaba se esforzaba que tus piernas temblorosas no te hicieran caer. Estos dos seres, los cuales hasta ahora habían sido considerados seres pertenecientes a leyendas, se encontraban delante como si nunca hubiesen sido protagonistas de cuentos de niños, separados por un grueso cristal.

A un par de metros de distancia, se encontraban dos auténticas sirenas.

Olvasás folytatása

You'll Also Like

441K 62.1K 42
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
171K 14.2K 31
Lalisa Manobal es una mujer exitosa, siente que su vida está en el punto más alto de la felicidad, es una talentosa arquitecta con un despacho sumame...
190K 16.9K 45
Una noticia impactante que dejo sorprendidos a todos. Los hombres, ¿pueden embarazarse? Kim Dan no podía tener más desgracias en su vida, ¿verdad? ...
137K 18.7K 105
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...