La última de las estrellas ✓

By Mari_p08

3.5M 195K 86.1K

LIBRO 1. SAGA «COX» Dani es la típica chica que nunca puede decir que no. Ryan es el goodboy que tiene un in... More

Sinopsis.
Capítulo 1. Bien
Capítulo 2. ¿No sabes quién soy?
Capítulo 3. Yo puedo
Capítulo 4. ¿Eso piensas?
Capítulo 5. A primera vista
Capítulo 6. Esperaba encontrarte.
Capítulo 7. No sabes cuánto.
Capítulo 8. Me encanta sorprender.
Capítulo 9. Lo haré
Capítulo 10. No es casualidad
Capítulo 11. ¿Pensando en mí?
Capítulo 12. Te gusta.
Capítulo 13. No pienso hacerlo.
Capítulo 14. Tengo una pregunta
Capítulo 15. Yo te ayudaré
Capítulo 16. Eres maravillosa
Capítulo 17. Me preocupo por ti.
Capítulo 18. Más fuerte de lo que crees
Capítulo 19. Lo soy contigo
Capítulo 20. Es un sí
Capítulo 21. Felicidades, elefante.
Capítulo 22. Por siempre.
Capítulo 23. ¿Quién es ella?
Capítulo 24. Por ahora.
Capítulo 25. Te tengo a ti.
Capítulo 26. Yo estoy aquí.
Capítulo 27. Ayúdame.
Capítulo 28. Eres todo lo que quiero.
Capítulo 29. No me alejaría de ti.
Capítulo 31. Lo haría siempre.
Capítulo 31. Parte 2
Capítulo 32. Quédate.
Capítulo 33. Te necesito
Capítulo 34. Solo un minuto.
Capítulo 35. ¿Estás bien?
Capítulo 36. Yo sí lo creo.
Capítulo 37. No te vayas.
Capítulo 38. Tu eres mi suerte.
Capítulo 39. Déjame estar contigo.
Capítulo 40. Me tendrás
Capítulo 41. Guapa.
Capítulo 42. Como la primera vez
Capítulo 43. Igual que el mío.
Capítulo 44. ¿Te gusta bailar?
Capítulo 45 final. Estoy orgulloso de ti.
Epílogo. Todos los días
Agradecimientos
Extra 1.
Extra 2.
ESPECIAL HALLOWEEN
ESPECIAL NAVIDEÑO
Extra 3.
Extra final.
ESPECIAL | Archie y Erik.
ESPECIAL. Probablemente.
ESPECIAL. Para toda la vida.

Capítulo 30. A dónde sea.

47K 2.7K 1.1K
By Mari_p08

A dónde sea

01 de agosto, 2020

Lo malo de haber despertado con inspiración para continuar con mi historia, era no tener dónde escribirla.

Me frustraba el hecho, pues ahora por culpa de Kate no podría hacer absolutamente nada, empezando porque había tenido que usar la laptop de Alicia para realizar mis trabajos y deberes, del resto, no podía hacer nada más.

Como ahora.

Suspiré, recostándome en el sofá para leer un libro con distracción. No tenía muchas ideas en mente para disfrutar de mis días, de hecho, este fin de semana estaba particularmente aburrido. Y mi ideal de visitar a mis padres se había esfumado por el momento.

En cambio, había otra persona que sí estaba planeando hacerlo.

—¿Crees que Archie quiera ir conmigo a ver a nuestra madre? —me preguntó, sentada en el taburete de la barra

—¿Le preguntaste?

—Le envié un mensaje, pero no me respondió —suspiró con desgano—. En fin, Noah me llevará así que espero que no se enoje si llega a ir y nos ve a ambos allí.

—No te amargues por eso —me encogí de hombros—. Solo disfruta tu visita.

Asintió para sí misma, entonces, escuchamos el sonido de un claxon proveniente de la entrada del edificio.

—Creo que es él —se asomó por la ventana—. Sip, es él.

—Diviértete.

—Tú también —colgó su pequeño bolso en su antebrazo—. Disfruta la soledad, o puedes traer a tu novio y disfrutarla más.

—¡Alicia! —chillé, enrojeciendo

Ella se rio, abriendo la puerta principal. De repente, oí su voz salir en una especie de grito ahogado por la sorpresa

—¿Qué hacen ustedes aquí?

—Hola —reconocí una voz femenina

Me deslicé en el sofá, inclinando mi cabeza para ver. La confusión me abrumó en cuestión de segundos al reconocerlos

—¿Mamá? ¿Papá?

Alicia se hizo a un lado, dejándome verlos

—Hola —sonrió el hombre y la mujer lo imitó

—Mierda —susurré

Ambos se adentraron con normalidad. La rubia me dio una mirada más confusa que no supe responder así que no dije palabra alguna.

Se dedicó a levantar su pulgar con ánimo, para después abandonar la estancia dejándome a merced de los dos pares de ojos juzgadores

—¿Hola? —enarqué una ceja

—¿Pensabas ignorarnos toda tu vida? —preguntó Nora

Suspiré, acomodándome con rectitud

—Lo lamento —apreté mis labios—. De hecho, no tengo manera de comunicarme. Mi teléfono se cayó y no enciende.

El hombre pareció leer mis pensamientos, pues sacó algo de sus espaldas, y me tendió lo que resultó ser una caja, al tomarla pude comprobar que se trataba de un móvil nuevo.

—Gracias —le sonreí con inocencia, luego fui consciente de las cosas—. Un segundo, ¿cómo sabías que...?

La mujer me respondió

—Desde que nos dijiste que habías lanzado tu teléfono a un refresco y que tuviste que dejarlo tres días en un tazon con arroz supimos que cualquier cosa podría haber sucedido.

—Eres muy descuidada —me señaló él—. Es el último teléfono que te compraré, Evelyn, desde que empezaste a usarlos has arruinado cinco.

—Bueno, perdón —lo encendí, para empezar a usarlo—. ¿Y bien? ¿Qué hacen ambos aquí? ¿Cómo es que pudieron entrar?

Compartieron una mirada

—Tu padre le dio a la chica de la recepción veinte dólares.

Kathleen

¿Hay algo por lo que esa chica no se deje comprar?

—Claro —rodé los ojos—. Yo, eh... quería disculparme por todo este tiempo sin decirles nada. No quería que se preocuparan por mí.

Compartieron otra mirada, al final tomaron asiento

—¿Estás... enojada conmigo? —me preguntó mi madre

—No, no lo estoy, mamá —respondí finalmente, ella suspiró—. Tenías tus razones para ocultar algo así. No te guardo ningún tipo de rencor.

—Gracias —se llevó una mano al pecho

—Lo importante es volver a ser una familia —habló él esta vez—. Yo... rompí mi relación con Lola, ya no quedará nada.

—¿De verdad? —lo miré con sorpresa

—No iba a seguir con ella luego de lo que Kate te hizo, pensé que esa chica cambiaría, pero veo que no es así.

—No creo que solo sea culpa de Kate, Lola también estaba muy involucrada.

—¿Qué fue exactamente lo que te robó? —preguntó ella

—Dinero, mi laptop, las cosas de Daren...

—Dime que la denunciaste.

—Lo hice, de todas formas, el dueño del bar al que también robó lo hizo igual. Seguro estará hundida cuando la atrapen.

El hombre suspiró

—Ahora me siento como un idiota por haberme dejado engatusar de esa víbora, ¿qué más cosas escondía?

—Desde que esté fuera de tu vida ya todo estará bien —le dije—. Al menos abriste los ojos.

Asintió

Solo esperaba que sí nos hubiésemos deshecho de ellas.

El tiempo pasó y compartimos un rato agradable, entre una bonita charla que se extendió por las horas que pasaron.

Ambos quedaron de comprarme otra laptop para mis clases lo cuál agradecí enormemente. Pareció que por un momento había recuperado a mis padres del todo.

De un momento a otro, escuché toques en la puerta que me alertaron. Los dejé allí mientras me ponía de pie, caminando hasta la entrada donde abrí de un tirón.

La persona del otro lado me dejó algo sorprendida

—¿Qué pasa? —rio—. ¿No esperabas verme?

—Tu... no avisaste que vendrías.

Me miró, divertido

—No podía mensajearte, bonita, ¿recuerdas que rompiste tu teléfono?

—Sí, ya... ya tengo otro, es el mismo número —miré un segundo hacia atrás, luego volví a él—. Yo no creo... no creo que sea un buen momento.

Su expresión cambió a una confusa esta vez

—¿Por qué? ¿Sucede algo?

—Ahm... es que no estoy sola y...

—Dani —preguntó más precavido—. ¿Me estás escondiendo algo?

—No, yo no...

—Luces nerviosa, dime que todo está bien y me iré si quieres.

—No hay nada malo, lo que pasa es que...

—Dani, ¿quién es, cariño? —escuché la voz de mi padre

Lo miré con una pequeña mueca que captó a la perfección. El rostro de Ryan se puso de todos los colores al comprender la situación

—Mierda —susurró

—Si no quieres conocerlos no te forzaré.

—¿Vinieron de sorpresa? —preguntó en voz más baja

—Sí, yo... no tenía idea.

—Ahm... es... ¿saben sobre mí?

—Les dije que eras mi novio, sí.

—Oh, vaya, y.... ¿y tu padre que dijo? ¿Quiere matarme o quiere conocerme?

Me detuve un momento a pensar en su reacción

—Te estás poniendo nervioso —detecté con un poco de diversión

—Claro que estoy nervioso, mi amor, solo tuve que escucharlo para deducir que es un hombre serio e intimidante.

—Mi papá no es intimidante —quise reír

—¿Y si no le agrado? ¿Y si cree que soy un mal partido para ti?

—Cálmate —pedí, saliendo un momento, aunque dejé la puerta entreabierta—. Ryan, no es bueno que entres en pánico, tus suegros están en la sala y seguro ya saben que estoy hablando contigo así que será mejor que des la cara.

Asintió para sí mismo, repetidas veces

—No le dirás a nadie que me puse nervioso —me señaló. Eso me causó una risa que no pude controlar—. ¿Te estás burlando de mí, Daniela?

—Sí —reí más fuerte

—Shh —avanzó rápidamente, acorralándome en una de las paredes para poner una mano delicadamente sobre mis labios. Miró hacia la puerta para comprobar que nadie viniera—. Aún no estoy listo, necesito practicar.

Casi me saca una carcajada, al menos eso lo hizo sonreír

—Te estás divirtiendo mucho, ¿no es así? —preguntó

—Ajá —bajó su mano, pude colgar mis brazos a su cuello—. ¿Necesitas una distracción, capitán?

Su sonrisa se volvió más perversa

—Si estamos pensando en lo mismo —susurró—. Me encantaría.

El cosquilleo en mi vientre aumentó. Excepto que, antes de que alguno de los dos pudiera avanzar, la puerta se abrió abruptamente y de la impresión ninguno de los dos se movió.

El primero en salir fue mi padre, después mi madre, ambos se quedaron atónitos apenas fueron consientes de nosotros

Ryan fue el primero en reaccionar, aclarando su garganta y liberándome como si quemara. Dio un paso atrás, para luego rascarse la nuca con evidente nerviosismo

—Dani —nombró el hombre—. ¿Se puede saber qué sucede aquí?

—Sí —sentí mis mejillas rojas—. Yo... estaba con...

—Conmigo, me llamo Ryan Cox —el chico tendió una de sus manos—. Soy el novio de su hija.

«El novio de su hija»

Mi sonrisa se hizo más grande

—¿Así que es verdad? —me miró

—Sí, papá —respondí casi con orgullo—. Sí tengo novio.

Se frotó el rostro como si no lo creyera

—Es un gusto conocerte —mi madre recibió la mano de Ryan, estrechándola con amabilidad—. Yo soy Nora, su madre.

—Igualmente.

—¿Podemos entrar? Estamos en la mitad de los dormitorios —pedí, con algo de vergüenza, al menos los cuatro estuvimos dentro en cuestión de segundos

Ryan se quedó a mi lado, moviendo su rodilla de arriba abajo mientras sostenía mi mano entre la suya. Mi padre se quedó mirándonos a ambos con suspicacia mientras mamá trataba de excusar al hombre con la mirada

—¿Y bien? —habló—. Cuéntanos sobre ti, Ryan.

El nombrado pasó saliva

—Bueno, soy... juego futbol

—Es el capitán —interrumpí

—Exacto, soy el capitán, estudio negocios...

—Sus padres son los dueños de una empresa —volví a interrumpir

—Así, es mis padres son dueños de una empresa. El próximo año terminaré por completo mi carrera y me graduaré, planeo...

—Jugar futbol profesionalmente —seguí diciendo

—Eso mismo —asintió—. Quiero ser jugador profesional. Estuve viendo algunas opciones y...

—Ya tiene todo un futuro —continué—. Los reclutadores vendrán en unos meses, Ryan debe mostrar su destreza y será todo un hecho.

Mi madre sonrió, mientras que mi padre arrugó el ceño

—¿Será que Ryan puede hablar por sí mismo?

—Lo siento —murmuré

—Eh... —titubeó—. Bueno, ¿qué más les gustaría saber?

—¿Qué planes tienes con mi hija? —preguntó mi padre directamente

—Edward —advertimos la señora y yo al mismo tiempo

—Solo quiero saberlo —se justificó, encogiendo sus hombros

Rodé los ojos, esperaba que no se sintiera incomodo por el interrogatorio, sin embargo, pareció ser todo lo contrario pues Ryan empezó a relajarse un poco

—Eso no es difícil, señor —dibujó un rastro de sonrisa—. Adoro a su hija, no solo nos reencontramos hace unos meses, nos conocíamos de...

—Del instituto —completé

—Sí, del instituto —continuó—. Ella es increíble y caí por completo. Además de tener una sólida relación con ella quiero... poder tener un futuro a su lado.

Mi corazón aumentó sus latidos ante el pensamiento, me dediqué a acariciar su pulgar con el mío, Ryan me dio un ligero apretón

—¿Cuánto tiempo es que llevan? —nos señaló al uno y al otro

—Salimos durante dos meses y medio y de novios casi dos también —le respondí yo

—Dani —el hombre me miró con seriedad—. Ya déjalo hablar, cielo.

—Lo siento —murmuré

Mi mamá se rio

—Edward ya deja de verlos sí, los asustas —le dijo, dándole un ligero golpe en el hombro—. Dani tiene veinte años, y Ryan... ¿tú qué edad tienes?

—Veintidós —respondimos al mismo tiempo. Agaché la cabeza un notar que había interferido otra vez—. Lo siento.

—¿Lo ves? —continuó la mujer—. Son mayorcitos, además de maduros, saben lo que hacen.

Se frotó la mandíbula como si estuviera pensando en algo grande

—¿Puedo confiar en que respetarás a mi hija? —preguntó una última vez

Tardó un momento en responder

Sí, yo también pensaba en lo mismo

Los besos, las caricias, las veces que por poco pasamos a segunda base, sus palabras, absolutamente todo lo que habíamos vivido todo este tiempo

«Quiero besarte, tocarte, más allá de eso, quiero tenerte de todas las maneras posibles que existan y que me dejes hacerlo...»

Sentí el calor subir hacia mis mejillas, pero me contuve para no delatarme. Ryan estaba a punto de decir algo, y de nuevo, mi madre pareció salvarlo

—Mira a tu hija, hombre, está tan enamorada, ¿no esperas eso? ¿Qué sea feliz?

Terminó asintiendo

—Bien —cedió, con las manos en son de paz—. Confío en que no la harás sufrir, joven Cox.

—No lo haré, señor —aseguró

—De acuerdo —se puso de pie, todos lo imitamos por instinto. Entonces, le ofreció una de sus manos—. Bienvenido a la familia.

Solté todo el aire retenido. Apenas Ryan aceptó el apretón, yo los solté cuando colgué mis brazos a su torso, abrazándolo, el chico me devolvió el gesto enseguida mientras mi padre entrecerraba sus ojos, pensando cosas que mamá calmó

Sentí un beso en mi frente

Al parecer todo había salido bien.

📚

05 de agosto, 2020

Este día estaba soleado y volvía a sentir que estaría bien. Luego de que mis padres aceptaron a Ryan sin inconvenientes, me dieron una charla algo larga sobre la responsabilidad, al menos agradecí que mi novio ya se hubiese ido o definitivamente sería vergonzoso.

Una pequeña sonrisa alzó las comisuras de mis labios al terminar la última clase. Al acercarme a la salida, la sensación de que hoy sería un gran día se expandió por mi pecho, pues los motivos fueron claros. Apenas salí del edificio, lo primero que encontré fue un auto que conocía.

Negué con la cabeza, al ver como el conductor salió y se posó justo al lado de la puerta. Llamó la atención de muchas personas y más de una chica rubia que recordaba.

Se me había hecho extraño verla luego de que tuvimos esa salida al museo con los chicos del club de lectura, desde entonces no había vuelto a saber de ella, pero claro que recordaba sus palabras.

Había querido invitar a Ryan a salir desde hace mucho tiempo.

Y de nuevo se estaba acercando a él.

Lily.

Se notaba que lo quería para algo más. Eso lo confirmaba cada que buscaba la forma de acercársele o cuando lo iba a ver en las prácticas.

Ryan me había comentado de ella, pero cuando me pidió ser su novia en el partido, en realidad creí que lo dejaría en paz. Cosa que no fue así.

Me acerqué a pasos apresurados. El chico no se veía tan cómodo con ella ahí, y sin embargo, la chica sí lucía sonriente, tratando de acariciar su brazo, salvo que mi novio se movió disimuladamente hacia el otro lado dejando su mano colgando.

La sangre me hirvió y sin saberlo, empecé a sentir una extraña presión en el pecho, como algo que me causaba cientos de emociones juntas. Pero la mayor de ellas era el querer acercarme a él, besarlo y demostrar quién era su novia.

Sí, lo confirmé

Estaba celosa.

Me convencí a mí misma de que no tenía por qué sentirme así por ninguna razón, Ryan siempre me había dado mi lugar, aun así la molesta presión no se iba para nada. Tenía que aprender a confiar más, por ello solo decidí acercarme sin interés alguno de amargarme con su presencia.

Llegué justo frente a ambos, captando la conversación

—¿Sabes algo curioso, Ryan? Me gustaría tener una hija que se llame Brie, ¿no crees que es un bonito nombre?

—No es algo que debas preguntarme a mí.

—Hola —saludé, con cortesía, y de inmediato el alivio surcó las facciones de Ryan, este me sonrió automáticamente, como si me estuviera esperando

—Hola, bonita.

Fue él quien se acercó, deslizando su brazo por mi cintura, inclinó su cabeza y capturó sus labios con los míos en un beso que me tomó por sorpresa, pero que por supuesto correspondí.

Mis manos buscaron su cabello para acariciar mientras que la acción era lenta y duradera, como si quisiera mantenernos así por siempre.

Un poco de vergüenza me invadió al pensar que podríamos estar ante los ojos de las personas, aunque el pensamiento se fue en el momento en el que lo sentí chupar con sensualidad mi labio inferior para después separarse como si nada hubiese sucedido.

Mi respiración estaba absolutamente agitada, al abrir mis párpados me topé con su radiante sonrisa y la diversión en sus ojos grises. Mantuvo la cercanía, abrazándome así que no me molestó mantenerme igual.

Miré a Lily, esta tenía una tensa sonrisa en su rostro

—Hola —murmuré—. ¿Interrumpí algo?

—De hecho, sí —pareció tener un tic en su ojo derecho—. Supongo que no conoces los modales, porque estábamos hablando. Antes de que llegaras, claro.

—¿Ah sí? —miré a Ryan—. ¿Era algo importante?

Su sonrisa se ensanchó

—No, mi amor —nombró a propósito—. No hay nada más importante que tú. Lily ya se iba, solo vino a saludar.

—Pero... Ryan —soltó una risita—. Quiero tratar algo importante contigo.

—Tengo planes —le dijo a ella, sin mirarla, solo se dedicó a retirar un mechón de mi frente—. Nos vemos mañana en el club de lectura. Ahora me voy con mi novia.

Luchó consigo misma, al menos una diez veces. Me mantuve mirándola, esta forzó una sonrisa hacia mí, y al final dio media vuelta y se fue, enfurruñada.

Blanqueé mis ojos, para luego girar hacia él, quien tenía una enorme sonrisa en el rostro

—¿Qué? —pregunté

—¿Otra vez estás celosa?

—¿Celos? —hice una mueca—. ¿De qué hablas?

—Acabo de descubrir que me encanta verte así —me besó la frente—. Pero no tienes nada de qué preocuparte, bonita. Soy tuyo y puedes estar segura de que siempre te daré el lugar que mereces.

—Más te vale — bromeé, entrecerrando mis ojos

—Te aseguro que así será —soltó una pequeña risa—. Bueno, ahora que estamos solos... tal vez podrías saludarme tú esta vez, ¿no te parece una buena idea darme un beso en medio del parqueadero de tu edificio?

Terminé esbozando una pequeña sonrisa

—No —palmeé su pecho—. Mejor dime, ¿qué haces aquí? ¿Me estabas esperando?

—Sí —asintió como un niño bueno—. Quiero llevarte a mi departamento.

—¿Ah sí? ¿Para qué? —puse una cara más suspicaz

—No es lo que estás pensando, pequeña traviesa —acercó sus labios a mi oído—. A menos que tú quieras, claro

—Ryan —advertí, él dejó un apretón en mi cintura

—Acompáñame —sentí un beso en mi cuello—. Cuando lleguemos podrás hacerte una idea de por qué quiero que vayas, ¿sí? Hay que pasar tiempo juntos.

—De acuerdo —reí—. Me has convencido, capitán.

—Pues que suertudo —me plantó un sonoro beso en la mejilla—. Vamos.

Subimos al auto en tiempo récord, y él encendió los motores, iniciando con el camino. Fue silencioso en algunos aspectos, excepto por su forma de descansar una mano en mi muslo, acariciando con suavidad.

Lo miré de reojo, pero no hizo más que sonreír. Así que, negando con la cabeza, me mantuve viendo hacia la ventana durante el trayecto.

Apenas aparcó el auto en la acera, me quedé quietecita, pues él bajó y me abrió la puerta, ayudándome a salir. Nos adentramos entre sonrisas con Ryan jalando mi mano con suavidad.

Subimos por el elevador con total normalidad, al llegar a la puerta de su departamento, sentí que un poco de nervios empezaron a invadirme sin razón. O quizá sí había una. Ryan tenía algo en mente y por algún motivo sabía que eso me haría feliz.

Él abrió la puerta y me dio espacio, me adentré sintiendo ese aroma a limpieza y su perfume al mismo tiempo. La cerró a mis espaldas y luego me quitó la mochila, para dejarla en el suelo. No dejaba de sonreír y eso me hizo entrecerrar los ojos, con sospecha

—¿Qué planeas?

—No es algo que no te vaya a gustar, bonita —me guio hacia la sala, dejándome allí de pie—. Tengo un obsequio para ti.

—¿Un obsequio? Pero... ¿cómo? ¿Por qué?

—Era algo que quería darte hace mucho —rascó su nuca, una muestra de que se puso nervioso en segundos—. ¿Me esperas aquí?

—Ahm... sí, pero... —su beso en mis labios me cortó la frase

Se fue casi trotando escaleras arriba.

Toda esta situación se me hacía sospechosa. Quizá porque Ryan nunca había actuado de esa manera, o quizás porque mi corazón acelerado me enviaba señales de alerta, indicándome que algo más iba a pasar hoy. Las mariposas en mi estómago volvieron como un revoltijo de sentimientos al mismo tiempo.

De acuerdo, Dani

Si fueses Ryan... ¿qué ocultarías?

Es difícil saberlo, el capitán es toda una caja de sorpresas.

Me mantuve en el mismo punto, balanceándome hacia adelante y hacia atrás. Entonces, cuando pensaba hacer trampa para saber por qué tanta demora, oí sus pasos volviendo. Giré de inmediato y me lo encontré caminando hacia mí con una caja en sus manos que tenía una cinta encima.

Incliné mi cabeza, curiosa. Él se detuvo frente a mí

—Ryan... —interrogué con mi mirada

—Ábrela.

Le hice caso, pues mi ansiedad era más grande. Al hacerlo, y descubrir lo que ocultaba, por instinto mis ojos se agrandaron con perplejidad

Entreabrí mis labios para decir algo, pero él se me adelantó:

—Me dijiste que no habías vuelto a escribir —comentó—. Sé que es algo importante para ti y sé que no será fácil volver a hacerlo luego de lo que sucedió. Pero quiero que hagas lo que amas, Dani. Y esta es una muestra de que yo te apoyaré.

—Tu... ¿es para mí? —me señalé con torpeza

—Sí, bonita —se rio—. Claro que es para ti. Quiero que vuelvas a hacer lo que te gusta. Porque yo... estoy muy seguro de que triunfarás.

Mis ojos se llenaron de lágrimas. Lo miré a través de ellas, sin poder ocultar la sonrisa. Ryan me había obsequiado algo que valoraba más de lo que pensé.

Era una máquina de escribir.

—¿Es enserio? —intenté con todas mis fuerzas no balbucear—. Es decir... debió haber costado mucho, capitán. No tenías que... me encanta.

—Sí, lo sabía —asintió, divertido—. ¿Crees que puedas volver a inspirarte?

—Si te tengo a ti por supuesto que sí.

No sabía de dónde había salido eso, y por supuesto que su sonrisa se ensanchó. Tomé la caja y la quité de sus manos para dejarla en la mesita de la sala. Él me vio confuso, pues enrollé mis brazos en su cuello, juntando su rostro al mío

—Gracias —susurré—. Es el mejor obsequio que me hayan dado.

—Te mereces lo mejor del mundo.

—Tú me lo das —junté nuestras frentes—. Y no me refiero a esto, me refiero a ti, Ryan. Tu eres mi obsequio más grande.

—Me encanta esta faceta tuya.

—¿Ah sí? —le sonreí—. Pues te va a encantar más esta.

Me empiné, juntando nuestros labios

Aquello no lo tomó por sorpresa, pues era como si me estuviera esperando. Nos acoplamos al ritmo del otro, en un preciso vaivén que empezó siendo demasiado suave para terminar con algo mucho más allá que solo eso.

Ryan subió su mano por mi cuello, deteniéndose en mi nuca donde usó para manejar la situación, se lo permití, sosteniéndome de su camisa porque sentía que mis piernas podrían trastabillar en cualquier momento por su forma descomunal de besarme.

Me llevaba a todos los universos posibles.

A un mundo en donde solo estábamos él y yo.

A un mundo en el que quería estar siempre.

Aumentó la velocidad, se separó un momento por algo de aire y rápidamente volvió, más voraz e incontenible. Me permití disfrutar de la acción y solo dejé que jugara con nuestras lenguas, que explorara mi boca desde el principio hasta el final y que se llevara toda mi cordura.

No fui consiente de nada hasta que su brazo se aferró a mi cintura, en un movimiento rápido me alzó con facilidad y mis piernas se colgaron a sus caderas por instinto.

Dio pasos torpes, sosteniéndome, pues después de eso, tomó asiento en el sofá, dejándome a horcajadas en sus piernas.

Jadeé en sus labios cuando sujetó mis muslos con firmeza y me acercó a su pecho, en un pequeño roce que causó que mi cabeza no pudiera procesar absolutamente nada de lo que estaba pasando.

Soltó mis labios, intentando recuperar la respiración

—Mi amor —pronunció, despacio—. Tu papá me hizo prometer que te respetaría.

—No me estás irrespetando —me frustré

Su sonrisa volvió

—Pero... ¿en este sofá? —arrugó las cejas—. Eso es irrespetuoso.

Pestañeé con lentitud

—¿Qué quieres decir?

Se vio satisfecho de que hubiese preguntado

—Hablo de mí, haciéndote esto... —besó mi boca—, en otras partes de tu cuerpo. En todas.

En todas

Tragué fuerte

Me quedé sumamente quieta, él pareció bastante divertido por mi reacción. Lo que me hizo pensar que la esperaba.

Inclinó su cabeza hacia el hueco de mi cuello donde empezó a besar. Cerré mis ojos un instinto, acariciando sus hombros con mis manos, llegando a su cuello donde hundí mis manos dentro de su camisa, eso pareció gustarle, pues su tacto en mi cintura fue bajando hasta cernirse de mi trasero, dejando un pequeño apretón.

Solté un silencioso gemido

Okey, momento para ser consiente de las cosas.

No quería que se detuviera, es más quería saber qué había querido decir con sus palabras. Excepto que, antes de que el cielo terminara de oscurecerse y Ryan continuara con sus caricias, escuchamos el sonido de una melodía que fue el stop que nos detuvo en segundos.

—Joder —masculló, cansado

—Es el tuyo —reconocí el tono de llamada

—Sea quien sea lo mandaré a la mierda —se alejó, hundiendo la mano dentro de su bolsillo para sacarlo. Me quedé esperando a que viera de quien se trataba, luego me enseñó la pantalla

Madre

Entonces, colgó

—Ryan —reñí

—Seguro no es importante.

—Dijiste que cambiarías tu forma de pensar de ella.

—Bonita... yo... —cerró sus ojos un momento, abrumado. Al abrirlos, había más reproche en su mirada—. Nos estábamos besando mucho, ¿podemos continuar, por favor?

—Contesta, tal vez sea importante —incité

—Nada más es importante cuando estamos así tan... juntos —dejó un beso en mi hombro

La llamada volvió a sonar

—Si no respondes tú lo haré yo —amenacé

—Hazlo —susurró en mi cuello

Tomé su teléfono, aceptando para llevarlo a mi oído

—¿Hola? —pregunté

¿Ryan? —oí una respiración acelerada

—No, Jade, soy Dani —corregí, al mismo tiempo que las cosquillas parecían ser un problema, pues el chico frente a mí comenzó a jugar con el borde de mi jersey.

Lo miré mal, me sonrió con inocencia

Oh, Dani. Escúchame, necesito que me pases a Ryan.

—E-Está un poco ocupado ahora —tartamudeé notablemente, sus manos subieron por la piel de mi abdomen—. ¿H-Hay algo que pueda hacer por ti?

Sí, yo quiero saber si...

Me distraje completamente, Ryan volvió con su sesión de besos desesperada, juntándome más a su pecho para continuar con el desliz que casi enciende todo mi cuerpo como una llamarada

—No —gesticulé

—Sigue hablando —incitó con malicia

—Ryan —advertí, más fuerte

—¿Dani? ¿Si está allí?

—Lo siento, Jade, ¿qué decías?

Que Rain no aparece por ningún lado, la directora nos llamó para avisar que no había ido a la escuela y no sabemos dónde puede estar

Entreabrí mis labios, sorprendida. El chico pareció se consiente de mi expresión más preocupante, pues detuvo sus caricias para tomar el teléfono, respondiendo

—¿Qué pasa? —preguntó, y su rostro empezó a descomponerse segundo a segundo—. Mierda, yo... voy para allá.

Me bajé de su regazo, dándole espacio cuando se puso de pie y empezó a buscar las cosas mientras continuaba con la llamada. Por instinto también me levanté y recogí mi cabello en un moño desordenado, en lo que él terminaba de hablar

—La buscaré yo mismo —masculló con molestia—. Adiós.

Guardó el aparato, me apresuré a hablar

—Ryan, cálmate —pedí

—Estoy seguro de que fue ese imbécil con el que la vi el otro día —se puso su chaqueta con movimientos torpes por el enfado—. Si le hizo algo lo mataré.

—No pienses así —lo seguí cuando empezó a caminar y tomé mi bolso junto a la puerta. Ryan se devolvió por las llaves—. Iré contigo, ¿vale? Todo estará bien, necesitas pensar con cabeza fría.

Tomó una profunda respiración, acompañada de otras dos más

—¿Irías conmigo? —me preguntó

—A dónde sea.

Sonrió, asintiendo

—Entonces vámonos ya.

Me tomó de la mano, y salimos de allí a pasos veloces. 


















*

Continue Reading

You'll Also Like

1M 28.5K 32
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
1.5K 96 5
-Siento a verme alejado de ti, siempre te quise a ti... pero al llegar de nuevo, agarré tu mano delicada y grande, la alejaste de inmediato diciendo...
2.5K 401 4
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe. Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim...
2.6K 400 11
El mejor asesino del mundo ahora es un gran empresario el cual sigue luchando consigo mismo, su pasado no lo deja avanzar y sigue atormentandose y a...