Capítulo 21. Felicidades, elefante.

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Felicidades, elefante

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Felicidades, elefante

19 de junio, 2020

Desde que sucedió, tomé la costumbre de todos los días despertar con una sonrisa en el rostro que demostraba mi buen humor por cada parte de mí.

Ryan Cox me había pedido ser su novia.

Ryan Cox me había dedicado un partido.

Y luego me había pedido ser su novia.

Mierda, que bonito se oía eso.

Jamás nunca, imaginé que en mis veinte años de vida estaría tan emocionada por llevar ese título con alguien que, sin pensarlo, se había metido hasta el fondo de mi vida, solo con su forma de tratarme, mirarme, hablarme. Había demasiadas cosas que rescatar de todo eso.

Y la primera, era lo feliz que me hacía.

Por eso no estaba mal destilar alegría por cada poro de mi piel, a decir verdad incluso Kate, que siempre estaba de mal humor, en esta ocasión parecía más tranquila, como si de la nada hubiese olvidado que la noticia de nuestros padres casándose era algo malo.

En realidad, me atrevería a decir que no había mencionado el tema por nada del mundo, y yo mejor no le pregunté.

Había evitado hablar sobre eso.

Y sobre el hecho de que me afectaba de alguna forma. Excepto que, mi madre debía estar más afectada que yo y debido a todo lo que pasó al final no le pregunté o me tomé mi tiempo para hablar con ella, aún tenía al pendiente la charla sobre Daren, eran tantas cosas, que por un momento me pregunté si algo de mi vida había sido normal.

Al parecer no.

Mis pensamientos se vieron bloqueados cuando escuché el sonido de un movimiento a mi lado que me alertó.

Parpadeé, saliendo del pequeño trance en el que me había metido para darme cuenta de que la chica a mi lado había acabado de sentarse en su lugar, con una hoja en sus manos.

Su rostro no demostró mucha emoción

—¿Una C? —repitió, ceñuda—. Maldita sea, juro que estudié toda la semana.

El chico detrás, suspiró

—Si a ti te fue a ti imagínate a mí que no estudié, seguro la maestra no me lo entregará por vergüenza y mejor me llamará al final para decirme que fui el peor.

Pasé saliva

Tenía la ansiedad al cien por ciento.

Era el día en el que los exámenes serían entregados. Exámenes que presentamos hace algunas semanas, donde la nota era esencial para aprobar esta asignatura.

El mismo examen para el que Ryan me había ayudado a estudiar. Cuando lo presenté, sentí que había respondido todo correctamente y en verdad llegué a pensar que me iría muy bien.

La última de las estrellas ✓Where stories live. Discover now