La última de las estrellas ✓

By Mari_p08

3.5M 195K 86.1K

LIBRO 1. SAGA «COX» Dani es la típica chica que nunca puede decir que no. Ryan es el goodboy que tiene un in... More

Sinopsis.
Capítulo 1. Bien
Capítulo 2. ¿No sabes quién soy?
Capítulo 3. Yo puedo
Capítulo 4. ¿Eso piensas?
Capítulo 5. A primera vista
Capítulo 6. Esperaba encontrarte.
Capítulo 7. No sabes cuánto.
Capítulo 8. Me encanta sorprender.
Capítulo 9. Lo haré
Capítulo 10. No es casualidad
Capítulo 11. ¿Pensando en mí?
Capítulo 12. Te gusta.
Capítulo 13. No pienso hacerlo.
Capítulo 14. Tengo una pregunta
Capítulo 15. Yo te ayudaré
Capítulo 16. Eres maravillosa
Capítulo 17. Me preocupo por ti.
Capítulo 18. Más fuerte de lo que crees
Capítulo 19. Lo soy contigo
Capítulo 20. Es un sí
Capítulo 21. Felicidades, elefante.
Capítulo 22. Por siempre.
Capítulo 23. ¿Quién es ella?
Capítulo 24. Por ahora.
Capítulo 25. Te tengo a ti.
Capítulo 26. Yo estoy aquí.
Capítulo 27. Ayúdame.
Capítulo 29. No me alejaría de ti.
Capítulo 30. A dónde sea.
Capítulo 31. Lo haría siempre.
Capítulo 31. Parte 2
Capítulo 32. Quédate.
Capítulo 33. Te necesito
Capítulo 34. Solo un minuto.
Capítulo 35. ¿Estás bien?
Capítulo 36. Yo sí lo creo.
Capítulo 37. No te vayas.
Capítulo 38. Tu eres mi suerte.
Capítulo 39. Déjame estar contigo.
Capítulo 40. Me tendrás
Capítulo 41. Guapa.
Capítulo 42. Como la primera vez
Capítulo 43. Igual que el mío.
Capítulo 44. ¿Te gusta bailar?
Capítulo 45 final. Estoy orgulloso de ti.
Epílogo. Todos los días
Agradecimientos
Extra 1.
Extra 2.
ESPECIAL HALLOWEEN
ESPECIAL NAVIDEÑO
Extra 3.
Extra final.
ESPECIAL | Archie y Erik.
ESPECIAL. Probablemente.
ESPECIAL. Para toda la vida.

Capítulo 28. Eres todo lo que quiero.

48.4K 2.9K 882
By Mari_p08

Cap largo:)

Eres todo lo que quiero

19 de julio, 2020

El sol alumbraba radiantemente el día de hoy, y aunque se veía algo despejado, una parte de mi me dijo que era el día perfecto. Estaba haciendo el clima necesario para hacer lo que estaba posponiendo desde hace mucho tiempo. Así que, tomé las cosas que necesitaba.

Necesitaría ir a casa. Visitaría a mis padres y de paso les contaría lo que sucedió. Necesitaba que lo supieran, lo que pasó con Kate y la forma tan inmadura de desaparecer. Más que todo, quería que mi padre se enterara con qué tipo de familia se estaba metiendo.

Todavía no podía creer que la pelirroja había sido tan cobarde como para robarme mi laptop, dinero y para rematar, sacar todo lo que tenía en mi cofre y romperlo como si no valiera nada. Lo peor de todo es que de verdad me creí su intento por ser mi amiga, ahora mismo solo quería verla en una cárcel.

Luego del día que pasé con Ryan donde me hizo olvidarme al menos un poco de mis desgracias, fui a la estación de policía más cercana y la denuncié, además de que tendrá más años ya que el dueño del bar confirmó que ella había sido la responsable de saquear su caja fuerte.

La loca lo había planeado todo.

Bueno, lo que sea que vaya a pasar ahora con ella ya no será mi problema. Supongo que mis padres me creerán y anhelo que lo hagan, no tendría por qué mentir con algo así. Lo más extraño, y lo que seguramente creo que pasará es que los encontraré a ambos en la misma casa, compartiendo momentos.

Los conozco perfectamente.

Y ese es un problema.

Salí de mis pensamientos en el momento en el que oí el sonido de algunos toques en la puerta. Un poco confundida, decidí dejar las cosas a un lado y caminar hacia allí.

Al abrirla me llevé una gran sorpresa cuando vi una caja que casi me da en el rostro. Me hice a un lado, dejando entrar a la persona que la sostenía con torpeza

—Mierda —la descargó en el suelo—. Esto sí que pesa.

—¿Alicia? —fruncí el ceño—. ¿Qué...? ¿Qué traes ahí?

—Oh —giró hacia mí, sonriendo—. Mis cosas.

—¿Tus... cosas?

—Sí —encogió sus hombros—. No creerás que te dejaré vivir sola, ¿o sí?

—¿Ah?

No me respondió, pero la sonrisa no se iba de su rostro. Caminó hasta la habitación de Kate y echó un vistazo. La miré aún más confundida, pues ella estaba ocupada inhalando el aire profundamente, como si intentara olfatearlo

Okey, no ha sido lo más raro que ha hecho.

—Sip, definitivamente huele a perra —rió de sí misma—. No te preocupes, con mi esencia a perfume de rosas y jazmín, se quitará.

—¿Qué haces?

—Es... algo pequeño —se volvió hacia mí—. Pero servirá. Puedo acomodarme, tampoco tengo muchas cosas.

Rodé los ojos

—Sí, claro. Ya dime qué pasa.

—Con permiso —dijo otra voz, entrando con otra caja. Me hice a un lado por instinto, justo cuando la descargó en el suelo junto a la otra

—¿Noah? —pregunté confusa

—Hola, Dani —me sonrió, incorporándose para poner sus brazos en jarras

Los apunté con mi dedo índice, completamente confundida

—¿Qué demonios está ocurriendo?

—Ocurre que he tomado una decisión —ella se cruzó se brazos—. Tu compañera es una maldita zorra y yo soy tu mejor amiga. Teniendo en cuenta que la muy cabrona no volverá, entonces he decidido hacerte compañía.

—¿Hablas de...?

—Así es, Danilu —sonrió ampliamente—. ¡Viviremos juntas! ¿No es genial?

La incredulidad se reflejó en mis facciones. Abrí y cerré mi boca para decir algo, pero nada se me ocurrió. Alicia en cambio, se veía muy emocionada como para dejar de celebrar.

Se acercó a Noah y le dio un beso en la mejilla

—¿Me ayudas a traer lo demás, guapo?

—Claro —le sonrió

Lo vi irse, y entonces ahí si pude decir algo

—¿Volvieron? —sonreí sin poder evitarlo

—¿Es enserio? —bufó—. ¿Te doy la mejor noticia de la vida y así me pagas? ¿Qué clase de prioridades tienes tú?

—Alicia, esto es... —se me cortaron las palabras, mientras pasaba saliva—, asombroso. ¿Enserio te mudarás conmigo?

—Te veía un tanto decaída y claramente no iba a permitir que te hundieras en la miseria —se acercó y me tomó por los hombros—. Siempre has estado para mí, así que te demostraré que yo también. ¡Viviremos juntas!

—Viviremos juntas —repetí, en un murmullo

—¡Dilo con alegría! —me sacudió

—¡Viviremos juntas! —grité, causándole una risita. Le di un abrazo que ella me devolvió con fuerza—. Gracias por esto, te quiero.

—Yo también me quiero, boba —se separó, aun sonriendo—. Y, te tengo otra noticia

—Eso veo —miré hacia la puerta entreabierta—. ¿Me dirás lo que sucede aquí?

—Sí —apretó sus manos como si pudiera contener los gritos de euforia que querían salir de su garganta—. Decidimos darnos otra oportunidad. Y esta vez es enserio. No dejaremos que nada nos separe y mucho menos el enfado de mi hermano.

—Me alegra por ti —lo decía sinceramente—. Archie sabrá perdonarte, te lo aseguro. No estará enojado toda la vida, y menos cuando vea que eres enserio feliz.

—Lo soy. Soy muy feliz.

Me callé al ver como Noah volvía a entrar con otra caja. La dejó en el suelo y estiró todo su cuerpo, haciendo una mueca de cansancio

—¿Cuánta ropa tienes, rubia?

—No te quejes —lo señaló—. Mejor ve y trae lo demás.

—Oye, creo que necesitaré un premio cuando termine.

—Quizá lo haya —le guiñó un ojo

—Iug —hice una mueca— Oigan, por mucho que me alegre verlos tan felices, debo reconocer que jamás me esperaba este tipo de comentarios. Así que, ehm... ¿pueden hacerlos en privado? ¿Sí? Gracias.

—Tonta —me dio una palmada, divertida

—Lo siento —él se rio—. Iré a traer lo demás.

Lo vi caminar hacia la salida, y antes de irse por completo, giró hacia mí con una sonrisa burlona

—¿Sabes, Dani? Ryan me comentó que a veces eres amargada.

—Muy gracioso —blanqueé mis ojos—. Para que lo sepas, mi novio sería incapaz de decir tal cosa.

—Frente a ti quizás no.

Abrí la boca con indignación, pero ya se había perdido en el pasillo. Debía reconocer que nunca había conocido esta faceta de Noah, era consciente de que en ocasiones bromeaba, salvo que hoy se veía más feliz de lo normal, y supongo que la razón es muy obvia.

—Deberíamos salir en pareja algún día —sonrió ella—. ¡Una cita doble!

—Wow, vaquera, tranquila —reí—. Mejor cuéntame, ¿qué tal va Archie?

Su sonrisa se borró con lentitud

—Igual que siempre.

—¿Nada de nada?

—Nada de nada —suspiró

—Dale tiempo.

—Sí, eso creo —sacudió su cabeza, volviendo a sonreír—. Hay que... hablar de otra cosa, así que dime, ¿qué tienes planeado hoy además de salir con el bombón de tu novio?

—Hoy no saldremos —suspiré—. Iré a casa a visitar a mis padres, quizás nos veamos en la noche o mañana, estuvimos mensajeándonos.

—¿Le dijiste?

—Sí —aclaré mi garganta—. Me pidió acompañarme, pero... preferí que no. Ya sabes cómo son mis padres, tengo que... tantear el terreno antes de arrojar la bomba.

—Bueno, en eso tienes razón —lo sopesó, mordiéndose el labio inferior—. Oye, pero ¿cómo llegarás? ¿Ya tienes tu auto?

—Iré a recogerlo antes de irme —me encogí de hombros—. Al menos no fue por mucho tiempo, estúpidos policías.

—Sí, estúpidos policías —rodó los ojos—. Deberíamos ir a la estación y vandalizar sus motos con aerosol rojo. Una vez soñé que lo hacía, ¿crees que es una señal?

Pestañeé, varias veces

—Demente.

—Hermosa —corrigió, airosa

Negué con la cabeza, esbozando una pequeña sonrisa

—Bueno, al menos tendrás la residencia para ti y para tu novio.

Asintió con una sonrisa, y entonces, de repente su rostro empezó a enrojecer

—¡Dani! ¿Cómo crees que haríamos... eso aquí?

—¡No me refería a eso! —abrí mis ojos abruptamente—. ¡Por Dios! Dime por favor que no lo pensaste siquiera.

—Y-Yo... ahm... a lo mejor sí, pero fue un malentendido.

—Iug —simulé una arcada, sobándome el estómago

—Tonta —volvió a golpearme, riendo—. Anda, vete. Te prometo que las cosas estarán mejor para cuando vuelvas.

Apreté mis labios, asintiendo

—Eso espero.

📚

Llegar me tomó una hora exacta, y eso que conduje rápido. Digamos que tener que recoger mi auto se llevó mi tiempo.

Aunque, ver a mis padres fue la motivación suficiente para adelantarme un poquitito algunas señales de tránsito. Me consideraba buena conductora, pero a veces, digamos que la velocidad me gustaba y terminaba acelerando más ciertas veces.

Aparqué el auto frente a mi casa y lo primero que hice, además de apagar el motor fue soltar un largo respiro. Luego de convencerme a mí misma del largo día que iba a tener, entonces quité mi cinturón de seguridad y me bajé del vehículo.

Caminé rápidamente y con mis llaves abrí la puerta sin impedimentos. El aroma a lavanda me interceptó, y cuando me adentré, se me hizo confuso no ver nada, ni a nadie.

Las cosas seguían donde debían estar. Cuadros en las paredes, sofás color verde crema a un lado, las paredes pintadas de un color salmón bastante claro, y el suelo limpio al igual que todo lo demás.

Oí algunas voces en el jardín, así que me aproximé hacia allí, dejando mis cosas en el primer lugar disponible.

Los murmullos se hicieron más audibles a medida que me acercaba. Reconocí algunas voces, pero definitivamente no estaba preparada para lo que mis ojos vieron del otro lado.

Tan pronto me hice ver, la conversación se cortó de un tirón y todas las miradas se posaron en mí. Aunque yo solo estaba viendo una.

¿Es enserio?

—Dani —mi madre sonrió—. Vaya, pero que coincidencia que justo hoy hayas decidido venir.

—Hola, princesa —recibí el saludo de mi padre—. ¿Por qué no avisaste que vendrías?

—¡Ay, hola, Darla! —saludó Lola, fingiendo efusividad—. Que lindo es volver a verte.

¿Qué lindo es volver a verte?

Arruinó todo mi día con su presencia.

Me contuve para que mis facciones no demostraran el hastío que le tenía a esta mujer. O sea ¿no podía simplemente dejar de aparecerse como si nada?

Me estaba cansando, pero más me cansaba que mi padre no tuviera los pantalones para sacarla de su vida cuando solo era una oportunista.

Recordar a su hija casi hizo que la vena en mi frente estallara.

—¿Dani? —preguntó mi madre

—Lo siento —sacudí mi cabeza—. Sí, eh... vine de sorpresa, lamento no avisar, solo pensé que podría visitarlos.

—Siempre eres bienvenida —me incitó a sentarme, palmeando el lugar a su lado

No entendía su actitud, hace unos días estaba deprimida por saber que mi padre se casaría y de repente estaba... ¿feliz? ¿A qué estaba jugando? ¿Y por qué seguía recibiéndolos a ambos en su casa?

Mi cabeza empezó a palpitar

—¿Y bien? —me preguntó mi padre— ¿Cómo va la universidad?

—Va bien —respondí, recostándome en el asiento—. Ya sabes, los trabajos, deberes... vida social, todo eso.

—¿Algún muchacho? —Lola enarcó una ceja

Fruncí el ceño por su pregunta repentina

—Ahm... en realidad sí —respondí con seguridad—. Estoy saliendo con un chico, su nombre es Ryan Cox.

Mi madre pareció emocionarse

—Cariño, eso es increíble —me sonrió, girándose hacia mí para hablarme—. ¿Y cómo es? ¿Lindo? ¿Te trata bien? Por favor dime que es igual de estudioso que tú o si no, no lo aprobaré

Me sentí bombardeada, así que me tomé un momento para procesar

—Es lindo, sí me trata bien y sí es estudioso —reí un poco—. No te preocupes, mamá, no he descuidado ninguna asignatura, él me ayuda a estudiar y a veces se queda leyendo conmigo.

Sonrió más

—Oh, vaya —Lola se aclaró la garganta—. Eso suena a película, Donna, pero no olvides que hay muchos chicos que solo tienen un objetivo.

—Dani —corregí

—Lola, por favor —pidió mi padre

—¡Lo siento! Es un juego, no te molestes —se retractó—. Pero vamos, sabes que lo que digo es verdad, deberías tener cuidado con los chicos con los que te metes.

—¿Los chicos con los que me meto? —empecé a molestarme—. No me meto con chicos, solo conocí a Ryan y vamos muy enserio, es mi novio.

—Claro —suspiró, bebiendo de su jugo—. Eso es lo que dicen y al final terminan llorando porque un idiota jugó con sus sentimientos.

Mi molestia incrementó notablemente

—¿Le contaste sobre Mark? —le reclamé al hombre, casi en un grito

—Yo... —se cortó a sí mismo—. Dani, Lola es mi pareja.

—Es mi vida privada, por Dios —me estaba alterando

—No puedo creer que hayas hecho eso —mi madre también se vio molesta, de hecho, estaba muy molesta, más de lo que le hubiese visto jamás

—Tengo derechos —se defendió la mujer—. Soy la futura esposa de tu padre, Dani.

—Eso no importa —mascullé—. No tienes ningún maldito derecho de averiguar sobre mi vida como si te importara.

—¿Qué no me importa? —bufó, sin gracia—. Edward, por favor dile a tu hija que no me hable así.

Mi padre cerró sus ojos brevemente

—Lo siento, Dani —lo miré sin creerlo, pero él continuó—. Lamento haberle mencionado a Lola sobre lo que pasó hace años, y lamento todo lo que ha pasado después, tienes razón, es tu vida privada y por más que esté con Lola eso no le da derecho a saber sobre tus cosas.

No dije nada. La mujer se vio molesta

—¿Qué estás queriendo decir?

—Que tu intento por cambiarle el nombre a mi hija solo lo haces para molestarla —le respondió, mirándola—. Te he dicho claramente que no lo hagas porque es grosero.

—Bueno, yo... pensé que se lo tomaría como una broma...

—Y me he dado cuenta de que todas las cosas que quieres saber de ella no son porque quieras ser su amiga, sino para perjudicarla. Me tienes harto con todo.

Soltó una irónica risita

—Vale —asintió para sí misma—. Veo que mis actitudes los han molestado y me disculpo por ello.

Nadie le respondió palabra alguna. Lola me miró

—¿Podrías perdonarme? —preguntó—. Tienes razón, no tenía derecho a decirte nada como eso. Es tu vida y no comentaré al respecto, tampoco le preguntaré a Edward sobre ti. De ahora en adelante lo que sepa de ti será porque tú me lo has dicho.

No me convenció en lo absoluto

—¿Podemos ser amigas? —preguntó otra vez—. Podría ayudarte, o aconsejarte en algún momento de tu vida. El haber perdido tu laptop donde tenías todas tus historias guardadas debe ser doloroso, ¿quieres hablar de ello?

La miré más alarmada

—¿Qué acabas de decir?

Se rio, paseando su vista por cada uno de los presentes

—Oh, vamos, todos sabemos que te gusta escribir.

—¿Quién te dijo lo de mi laptop?

—Tú —se confundió, arrugando las cejas

—Yo nunca lo dije —negué con mi cabeza—. No puede ser, Kate te lo dijo, ¿verdad? La estás encubriendo en tu casa, ¿sabías que iba a robarme?

—¿Robarte? —preguntó mi madre

—¿De qué estás hablando? —dudó el hombre, viéndose confuso

—No tengo idea —Lola negó, como si no lo supiera

—Seguro tú le dijiste que lo hiciera —me puse de pie—. Tú le dijiste que usara mi auto para robar un bar y que me inculparan, tú le dijiste que robara mi laptop porque allí tenía todas mis historias, tú le dijiste que rompiera mi cofre con todo lo que había dentro.

—¿Yo? —se rio—. Ay, pero qué cosas dices, Dalia.

—Es Dani —mi madre también se puso de pie—. ¿Alguien me puede explicar qué sucede? ¿O llamo a la policía para que se lleven a esta mujer?

—¡Yo no hice nada! —se levantó, ofuscada—. Lo supe por casualidad, Kate vino a verme y me comentó que habían saqueado la residencia, no sé de qué me está culpando.

—¡Ella se robó todo! —le grité

—¿Qué hizo qué? —mi padre no podía verse más confundido—. Dani, ¿podrías... explicarme de qué hablas?

—Kate me pidió el auto y se lo presté porque mencionó que trabajaría, esa noche ella y sus amigos robaron un bar a mano armada y huyeron, las cámaras captaron las placas y me inculparon a mí por estar registrada como la dueña del vehículo, si no hubiese sido por Ryan hubiera pasado esa noche en prisión. Luego cuando llegué a mi residencia, ya no encontré mi laptop ni mi dinero, y Kate no apareció por ningún lado.

—Mi hija no sería capaz de planear algo así.

—No, pero con tu ayuda sí, ¿cierto?

No respondió nada

—Suficiente —mi madre tomó su teléfono—. Le llamaré a la policía en este momento.

—Estoy harta —la mujer tomó sus cosas—. Edward, cuando decidas dejar de escuchar estas estupideces entonces búscame, no aguantaré una calumnia más.

Y sin decir nada más, se fue

Me quedé mirando al hombre que solo suspiró

—¿No irás detrás de ella? —le pregunté

—Dani, en tus veinte años de vida nunca has podido mentir, ni cuando perdiste un examen y cambiaste la calificación con un marcador, ¿recuerdas que cinco minutos después me dijiste la verdad y me obsequiaste una paleta para que no me enojara?

Asentí

—Yo te creo —murmuró, convencido

Solté un suspiro de alivio, caminando hasta él para rodear su torso con mis brazos. Mi padre me devolvió el gesto con intensidad, dejando un beso en mi cabello

—Perdóname por descuidarte solo por estar detrás de Lola.

—Te entiendo —murmuré

—Nunca creas que podría dudar de ti, Dani. Siempre voy a creerte.

—Gracias, papi —cerré mis ojos un momento

—¿Y ahora qué? —preguntó mi madre

Nos sentamos en el primer sofá disponible a conversar sobre los verdaderos hechos y todo lo que pasó. Les dije cada detalle, desde el primer día que compartimos residencia hasta su intento por ser mi amiga.

Me escucharon atentamente y mi padre tuvo que retener a mi madre al menos cinco veces para que no fuese a golpear a Lola.

Apenas terminé, ambos compartieron una mirada

—¿Así que ella te dejaba esas notas? —me preguntó él. Asentí

—¿Por qué no me dijeron nada? —mi madre estaba indignada—. No es justo, también soy parte de esta familia.

—No quería alarmarte —murmuré

—Por supuesto que iba a alarmarme —bufó—. Dani, no era justo que te enteraras de esta forma.

Pestañeé

—¿Cómo dices?

Volvieron a compartir una mirada

—Dani —mi padre me miró—. Lo que te dije, la primera vez que me entregaste una es verdad. Tu hermano sí hizo esas cosas.

Negué con la cabeza, constantes veces

—Pero eso no es así —intenté convencerme a mí misma—. Yo conocía a Daren, ¿de acuerdo?

—Nadie lo conocía, cariño —murmuró

—Yo sí —me tembló el labio inferior—. Yo sí lo hacía, él nunca fue malo, conmigo siempre fue tan... bueno.

—Lamento que te hayas enterado así —los ojos de mi madre se cristalizaron—. Pero te afectó tanto su muerte que no queríamos agobiarte con la verdad. Le lloraste por meses, tomaste terapia por tu depresión, un golpe de realidad así hubiese sido perjudicial.

—Merecía saberlo —pasé saliva

—Nada cambia las cosas —negó él—. Siempre será tu ángel, ¿recuerdas que lo llamabas así?

Solo asentí

Asimilar la situación era como un puñal clavándose en mi pecho muy lentamente. Lo peor es que yo misma no podía quitarlo, y no conocía nadie que pudiera hacerlo.

Traté de mantenerme a la raya con ellos dos, tenía una última pregunta que hacer que solo dije con una pisca de esperanza

—¿Hay otra cosa que deba saber de él? No me oculten nada.

Se volvieron a mirar, dudando. Al final mi madre dio el primer paso cuando asintió, de esta manera, mi padre me miró

—Dani... —titubeó—. Hay una razón detrás del divorcio entre tu madre y yo.

—Lo sé —asentí—. Nunca me la dijeron, ¿todo esto tiene que ver con Daren?

El hombre me dijo que sí solo con su mirada

—Ambos teníamos problemas —continuó—. Nos casamos muy jóvenes porque tu hermano venía en camino, nos amábamos, pero adelantar las cosas en nuestra relación hizo que el amor empezara a desvanecerse. No estábamos listos para formar una familia, sin embargo, lo hicimos.

» Daren presenció muchas de nuestras discusiones y creemos que por eso él era así. Cuando llegaste tú prometimos ser mejores y lo hicimos, te dimos todo nuestro amor a pesar de que nuestra relación se fuese cada vez más abajo.

—¿Y luego? —presioné, con el corazón latiéndome demasiado rápido

—Luego me enteré de algo que... que tu madre escondió por años.

La miré, esta derramó una lágrima por su mejilla

¿Por qué sentía que las paredes empezaban a cerrarse a mi alrededor?

—Un mes antes de la muerte de tu hermano... me enteré que Daren no era mi hijo, Dani. Nunca lo fue.

Una patada en el estómago hubiese dolido menos

Sentí que el aire me faltaba

—¿Qué dices?

—Lo siento —mi madre se sorbió la nariz—. Yo era joven, y... rebelde. Tu padre y yo éramos novios cuando yo tenía diecisiete y él dieciocho, duramos solo unos meses y luego terminamos, cuando yo estaba conociendo a alguien... me dejé llevar y me embaracé, sabía que mis padres se enojarían así que hui y le dije a Edward que el bebé era suyo porque el verdadero padre no se hizo responsable.

Obligué a mi pecho a clamar por aire. Tomé una profunda respiración en lo que intentaba asimilar todo esto demasiado rápido. La mujer se sentó a mi lado, buscando mi mirada

—Por favor no me odies —imploró

—Yo la perdoné —murmuró él—. Fue hace muchísimo tiempo, cuando me enteré ya amaba a Daren con mi vida, te amaba a ti. Y le agradezco a tu madre por meterse en mi camino porque él y tú han sido lo mejor que he tenido en mi vida.

Parpadeé varias veces, con mi cabeza a punto de estallar

—¿Nunca me lo iban a decir? —pregunté, en un hilo de voz

—Claro que sí —me aseguró ella—. Pero tenía mucho miedo, tengo mucho miedo de que no quieras verme más. De que me odies por un error del pasado, por lo que más quieras... perdóname, cariño.

Miré al hombre

—A pesar de que tu madre y yo no hayamos podido estar juntos después de eso —él habló—. No le guardo rencor y nunca lo haré. Sé que tu tampoco, Dani, la amas porque es tu madre a pesar de sus errores. Y siempre lo harás.

Aclaré mi garganta

—Ahm... necesito algo de aire —dije, poniéndome de pie, ambos se levantaron al mismo tiempo—. Voy a... asimilar todo esto y los buscaré, ¿sí? Ahora solo quiero... pensar.

—Pero... Dani... —ella intentó

—Los buscaré, lo prometo —aseguré, antes de tomar mis cosas y casi correr hacia la salida. No fue hasta que estuve fuera y pegué mi espalda a la puerta que pude escuchar los murmullos desde adentro

—Ella me odiará —mi madre sollozó—. Lo hará, no va a querer verme...

—No digas eso, es nuestra hija, Nora, ella te adora. Solo... hay que darle algo de tiempo.

Apreté mis ojos con fuerza, y después caminé hasta mi auto. Donde lo abordé y conduje a una velocidad moderada mientras mi mente se dejaba llevar por recuerdos.

📚

El trayecto fue cansado y agotador.

En verdad deseaba poder tomar una larga siesta y olvidarme de todo. Desde el incidente en la estación de policía no había dormido bien y ahora era cuando sentía que en verdad mi cuerpo me pedía un descanso.

Solo que, en lugar de llegar a mi residencia, llegué al único lugar donde podría encontrar a la persona que me daría la paz que tanto necesitaba.

Miré por la ventana, deteniéndome frente al edificio. Esperaba poder encontrarlo ahora mismo, teniendo en cuenta que no le había avisado de mi visita sorpresa. Me bajé con rapidez del vehículo, tomando mis cosas para caminar hacia las escaleras

—Hola —saludé al portero

—Buenas noches, señorita Houston.

Abordé el elevador, con mi mente trabajando a mil por segundo. Mi corazón latió rápido al pensar que volvería a verlo, y refugié mis pensamientos en lo que quería hacer al verlo. Acostarme a su lado y dormir abrazados mientras él acaricia mi cabello

Solo eso me da tranquilidad.

Excepto que, cuando la caja metálica se detuvo en el pasillo que me guiaría a mi destino, salí, topándome de lleno con las dos figuras de pie frente a la puerta 805, al parecer compartiendo una charla.

Mis pasos los alertaron. Ryan volteó hacia mí y por su expresión supe que no se puso muy contento de verme, por el contrario, pareció que su rostro se había puesto pálido de repente, mientras que la chica a su lado me miró con curiosidad

¿Chica? Era toda una mujer.

Seguro solo esa cadena en su cuello vale más que mi casa

Me acerqué, con el ceño fruncido

—¿Ryan? —pregunté

—Ah... yo... hola, bonita —balbuceó, mirándome. Sacudió su cabeza y se acercó a mí, dando algunos pasos para dejar un beso en mi frente—. ¿Qué haces aquí? No... no me dijiste que vendrías.

—No pensé que tendría que hacerlo luego de que le avisaste al portero que tu novia Dani Houston podía subir cuando quisiera.

—Claro —bufó, negando—. Solo... me tomaste por sorpresa.

Miré a la chica

—Tú a mí.

—Oh, ella... —la señaló—. Ella es Stella.

Me tensé notablemente al reconocer ese nombre

¿Stella su ex?

Mierda

—Es un gusto —pronunció la chica—. Tu debes ser Dani, Ryan no para de hablar de ti.

¿No para? ¿Cuántas veces se han visto?

—No entiendo —murmuré, mirándolo

No dijo nada, pareció muy, muy nervioso. La tal Stella se aclaró la garganta, acomodando el bolso en su antebrazo

—Bueno, yo... me iré, ha sido un placer conocerte —me dijo a mí especialmente, luego miró al chico un momento y al final caminó con tranquilidad hacia el elevador

Ryan se rascó la nuca

—¿Pasamos? —señaló con su cabeza

Algo contrariada, me dediqué a seguirlo cuando abrió la puerta, permitiéndome el paso primero. Dejé mi bolso a un lado y pasé derecho a la cocina donde busqué un vaso para servirme algo de agua. Tenía la garganta seca y necesitaba de toda la paciencia del mundo para oírlo.

Me lo bebí entero, luego serví otro

—Dani...

—Está bien —lo interrumpí, enjuagando el vaso—. Solo es tu ex que estaba en la puerta de tu departamento, solo hablaban, ¿no?

—No tendría ni qué hablarle, no quiero tenerla cerca.

—Eso no me pareció.

Se calló un momento

—Bonita, no tienes por qué sentir celos, tú eres todo lo que quiero.

—Ya veo —me giré hacia él—. ¿Entonces de qué hablaban?

—Su tía falleció —murmuró, mirándome a los ojos—. Hace un mes, sus padres quieren quitarle la herencia que ella le dejó, vino a pedirme ayuda porque no tiene a nadie más. Prometió que si la ayudaba desaparecería por siempre de mi vida.

Mantuve mi ceño fruncido, aunque una parte de mí le creía, empezando porque no dejó de verme fijamente, como si quisiera demostrarme que decía la verdad solo con su mirada

—El proceso será un poco largo —continuó—. Quizás un mes o dos... no sé, es complicado sus padres tienen mucho dinero pueden hacer lo que quieran.

—¿No le diste el número de tu amigo el abogado? Que se comunique con él y ya, ¿por qué tiene que buscarte?

Dibujó un rastro de sonrisa que borró enseguida, carraspeando

—Eso vino a hacer, ya se lo di, se reunirán mañana por la mañana, pero iré para presentarlos y esas cosas.

No dije nada por un momento, asimilé la situación

—Es... bonita.

—Tu eres bellísima. —refutó de inmediato

—Se ve que tiene dinero.

—Tu tienes mi corazón.

—Hablo enserio, Ryan —lo miré con seriedad

Ahora sí sonrió

—Lo tienes, mi amor, me tienes a mí completamente loco por ti —dio un paso al frente—. No estés celosa de ella, yo te quiero a ti, lo sabes, más que nadie lo sabes.

Mi amor

Dios, odiaba que al llamarme así me hiciera tan vulnerable

—Confía en mí, por favor —siguió avanzando—. Confía en lo que siento por ti, jamás te fallaría.

Lo pensé, mordiendo levemente mi labio inferior

—He tenido un día de mierda.

—¿Ah sí? —avanzó más rápido, aumentando la cercanía— ¿Mi novia quiere dormir en mis brazos toda la noche? ¿Quiere que le dé mimos, señorita? Porque yo encantado.

Mis ojos se cristalizaron, Ryan frunció el ceño, tomando mi mandíbula para conectar nuestras miradas

—Dani —llamó, con más precaución—. Dani, ¿qué tienes?

Sollocé, y una lágrima bajó por mi mejilla

—Ahm... yo...

—¿Por qué lloras? —sujetó mi rostro con sus dos manos—. ¿Qué pasó?

Me colgué a su cuello, aferrándome a él en un abrazo que me reconfortó enseguida. Él se aferró a mi cintura, devolviéndome el gesto mientras me susurraba palabras de aliento.

Acarició mi espalda de arriba abajo, permitiéndome soltar unas cuántas lágrimas en su camisa

—Me estás preocupando —susurró—. ¿Quieres que subamos?

Asentí

Una vez ambos llegamos a su habitación, nos acostamos sobre la cama, escondí mi rostro en su cuello en lo que Ryan me sostuvo con firmeza, sin presionarme, solo permitiéndome estar a su lado como tanto había querido desde que inició el día

Me aferré su torso, soltando una profunda respiración

—Dani...

—Daren no es mi hermano —confesé—. Lo supe hoy.

—Mierda —se aferró a mí con más fuerza—. Joder, yo... como lo siento, bonita.

No me permití seguir llorando

—Lo que decían las notas era cierto, él hizo todo eso.

—Puedes llorar todo lo que quieras —besó mi frente—. Pero hazlo, por favor, yo voy a sostenerte todo lo que necesites hasta que estés mejor y más allá de eso.

Esbocé una corta sonrisa

Le conté absolutamente toda la conversación que tuve con mis padres, desde el inicio hasta el final, me escuchó atentamente mientras lo hacía, permitiéndome desahogarme después.

—¿Tú crees que mi madre es una mala persona?

Pareció tensarse

—Pienso que las personas actúan de acuerdo a las circunstancias sin pensar en lo demás. Ella estaba desesperada, yo... creo que en una situación así las consecuencias no llegaron a su mente.

Lo dejé continuar

—Pero sé que ella te ama, Dani, te ama como cualquier madre ama a sus hijos. Todos cometemos errores, lo importante es arrepentirnos y ser perdonados.

» Tu puedes perdonarla, porque tu corazón es tan puro que no guarda rencor por nadie y mucho menos por ella. No te forzaré a que lo hagas, pero quiero que sepas que te daré todo el apoyo que necesites.

Mi corazón se acopló al ritmo del suyo, tranquilo y en paz

—Gracias —murmuré

—No tienes que agradecerme por decirte la verdad.

—Te agradezco por ser como eres —me incorporé para mirarlo, Ryan limpió una lágrima de mi mejilla—. Por ser como eres conmigo.

—Eres la única que puede ver mi mejor versión. Tu me haces tenerla.

Sonreí, poco a poco uniendo mis labios a los suyos

Me respondió al gesto en segundos, sujetando mi mejilla para darse acceso. Esta vez yo sujeté su nuca, atrayendo nuestras bocas en un gesto más precipitado, él descendió su tacto por mi cuerpo hasta detenerse en mi cintura, donde dejó un apretón cuando fui yo quien profundizó el gesto

Durante días no pude dejar de pensar en lo mismo.

Ryan tocándome

Ryan besándome

Ryan llevándome a su habitación

No estaba mal pensar así, era mi novio y por el momento solo nos habíamos besado, intensamente, pero hasta ahí. Era consiente de que nuestra relación era más que real, estábamos juntos y no le vi problema en pasar a la siguiente fase. Después de todo, yo lo quería tanto como él lo quería.

«Me tienes absolutamente loco y no he podido dejar de pensar en todas maneras posibles en las que quiero besarte y tocarte, en todas partes, durante toda la noche»

Recordar sus palabras me dio la luz verde que necesitaba para dejarme llevar. Podría olvidar todo lo que había pasado en este día, podría pensar en otra cosa que no sea el vacío extraño que invade mi corazón por la noticia que recibí.

Ryan podría hacerme sentir mejor.

Gruñó en mi boca, hundiendo su mano por mi blusa para tocar mi piel al mismo tiempo que poco a poco se cernía sobre mí. Capté el mensaje a la perfección, permitiéndoselo.

Me besó esta vez con más salvajismo que la anterior, se acomodó para no lastimarme, yo sujeté su rostro, intentando manejar la situación, pero me lo impidió.

Me estaba besando a su manera

Sus labios trazaron camino hasta prenderse de mi cuello, donde me causó un escalofrío por el tacto lento y sensual. Cerré mis ojos brevemente, con mi respiración saliendo por medio de trabas

Empecé a tomar el primer botón de mi blusa para desabrochar, pero antes de que lo hiciera, Ryan se detuvo, sacando su cabeza para juntar su frente a la mía, intentando recuperar su respiración

—No... —consiguió decir

—¿Ah? —pregunté

—No quieres esto —se separó del todo

—¿Qué? Claro que quiero —dije rápido

—Dani...

—¿Tu no quieres?

—Joder, ¿cómo me preguntas eso?

—Pero...

—Tú no quieres —negó, volviéndose a acomodar a mi lado—. Tu quieres olvidar lo que has vivido hoy, quieres que te distraiga de todas las emociones que has sentido.

—No es eso, yo...

—Estás agotada, y no físicamente —negó, delineando mi nariz con su dedo índice, detuvo la caricia en mi frente y dejó un beso allí—. Necesitas descansar.

Parpadeé, procesando sus palabras

—¿O sea... no quieres?

Esbozó una pequeña sonrisa

—Lo que más deseo es eso —me respondió, con voz más grave—. Quiero besarte, tocarte, más allá de eso, quiero tenerte de todas las maneras que existan y que me dejes hacerlo. Quiero... yo quiero... lo anhelo tanto que cuando suceda no voy a detenerme otra vez.

Tragué grueso

—Que no te quede ninguna duda, ¿de acuerdo? —preguntó a lo que asentí—. No podemos estar así ahora y menos cuando has llorado tanto. No me gusta verte llorar.

Volví a asentir, esta vez en acuerdo

Tenía razón, por completo.

» No quiero que pienses en tus problemas o en cosas del pasado cuando estemos juntos, sino que solo pienses en nosotros y en todas las cosas que quieres que te haga

» Porque haré lo que me pidas y como me lo pidas, ¿lo entiendes?

Asentí una última vez sin medir palabra. Tenía las mejillas lo suficientemente rojas como para hacerlo, y agradecí la oscuridad o Ryan ya estaría molestándome al respecto

—¿Estás enojada? —me preguntó más nervioso, negué—. Entonces dime que estás de acuerdo o me sentiré como un idiota.

—Estoy de acuerdo —le respondí, acariciando su mejilla—. Tienes razón, capitán. Yo también quiero solo pensar en ti cuando suceda.

—No quiero que creas que te estoy rechazando porque eso jamás lo haría.

—No pienso eso —negué

—Bien —besó mi barbilla—. Solo estoy asegurándome.

Poco a poco le sonreí

—¿Podemos dormir? —pregunté

—Por supuesto —asintió—. Aunque, ahm... no sé si lo notaste, pero necesito una ducha muy fría justo ahora, bonita.

Preferí no responderme a mí misma o terminaría sonrojada otra vez

—Ajá —susurré

—Ahora vuelvo —besó mi frente—. Te quiero. Mucho.

—Yo a ti —respondí de inmediato

Apenas abandonó la cama, me acomodé, usando la almohada para abrazar, cerré mis ojos dejándome llevar por la tranquilidad que poseía en ese momento, a pesar de que no me dormí.

Minutos después él volvió, y solo tuvo que abrazarme para que pudiera conciliar el mejor de los sueños. 






















*

Continue Reading

You'll Also Like

706K 33K 44
Eleonor siempre ha tenido clara una cosa: Saint Julien es un pueblo lleno de memorias que quiere dejar en el pasado; no obstante, todo se trunca cuan...
64.2K 3.4K 52
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...
11.3K 140 2
Shace White nunca tuvo problemas con las chicas. Pues el podía obtener a quien quisiera. Pero eso no significa que nunca haya sufrido un rechazo. Y...
438K 33.3K 144
De Barcelona a Berlín, y de Berlín hasta el fin del mundo... inicio: 06 de abril del 2020 terminada: 13 de febrero del 2023