Al día siguiente todo estuvo más calmado, Mina se había retirado prometiendole a Chaeyoung que iría en un rato más para saber si la niña estaba bien, Shuhua y su novia se retiraron cuando Sana se durmió en los brazos de la adolescente y finalmente la pudo dejar en los brazos de su madre. Por otro lado, Somi y Jihyo llegaron media hora después cuando Chaeyoung les avisó que una de sus hijas estaba internada en el hospital.
Somi se veía molesta, bueno más que molesta, y cuando llegó al hospital simplemente ignoró a la coreana. Jihyo era otro caso, ella sólo le decía a su amiga que debía estar tranquila, que si Somi estaba enojada era porque quería a Yeri y Sana como si fueran sus sobrinas de sangre e incluso sus hijas.
Y Chaeyoung entendía, pero así como Somi quería a Yeri cómo si fuera suya, Chaeyoung también la amaba, porque Yeri sí era su hija. Así que cuando las enfermeras les dieron el paso para ver a su hija ignoró a Somi y entró.
Su hija no estaba entubada, no tenía sus ojitos cerrados ni tampoco se veía enferma. Más bien estába sentada en la enorme cama jugando con algunos peluches que Jihyo le llevó y las enfermeras le hicieron favor de entregarle a la niña. Eso la alivió bastante.
— Yeri...— Habló Chaeyoung acercándose a donde su hija y sentandose cerca de ella.
— Mami — la menor se levantó y gateó en la misma cama hacia su madre para abrazarla y apoyar su cabeza en el hombro de su progenitora.
— ¿Cómo te sientes?.
— Bien, pero ayer me dolía muuucho mi pancita, y el doctor le había dicho a Shuhua unnie que era porque me comí esos dulces de fresa.
Chaeyoung rió tierna escuchando a su hija mientras le acariciaba la espalda. Esos dulces de fresa más bien eran pastillas para un resfriado con sabor a fresa para que su hija no hiciera berrinche al momento de tomarlas, pero tal vez fue mala idea dejarlas en su cajón sabiendo que su hija, a pesar de que era pequeña, era muy lista y ahora sabía muchas cosas.
— No debiste comer tantos dulces — Siguió Chaeyoung, sintiendo a su hija separarse del abrazo pero aún así quedando junto a ella.
— No voy a volver a hacerlo, por la garrita. Porque un doctor metió algo por mi naricita y y me dolió mucho más que la pansita.
— Bueno, eso espero. Si quieres algún dulce debes decirme a mí, a tía Jihyo, Som, Lisa o Shuhua. Recuerda que tampoco debes aceptar dulces de un desconocido, ¿cierto?.
Yeri asintió volviendo hacia sus peluches y presentándoselos a su madre algo emocionada.
Rato después, cuando Sana despertó entró de inmediato a la habitación para abrazar a su hermana menor, aún no se le olvidaba que estaba enojada con su mamá, pero no pudo evitar abrazarla cuando Yeri también lo hizo.
Y, finalmente, el doctor dijo que podía darla de alta al día siguiente pero que por ahora pasaría aún en el hospital hasta estar seguros de que no habrá más efectos de la medicina. Así que cuando menos lo esperaba, mientras platicaba con sus hijas, alguien tocó la puerta de la habitación.
Somi y Jihyo se habían retirado diciendo que descansarían y Lisa le había dicho que tenía doble turno y que no podía visitarla hasta el día siguiente.
En cambio, Mina estaba allí, parada, con una caja entre sus manos y unos globos color rosa y letras de "recupérate pronto". No sabía qué llevar porque no tenía mucha experiencia con niños, pero no era mala idea llevarle una muñeca de "Bebés llorones", ahora estaba muy de moda aquella serie que no dudó que le fuera a gustar.
— Permiso — Susurró algo nerviosa siendo seguida por las miradas de las tres Son, y cuando estuvo cerca se sentó en la pequeña silla junto a la camilla.
— Amm, niñas — Empezó Chaeyoung, asustada por la expresión de la mayor de sus hijas — Ella es Mina, es mi novia — Esperaba aún lo fuera, y pensó que Mina se negaría pero al ver que no decía nada volvió a hablar — Es alguien importante para mí así que por favor trátenla bien, Mina estará más seguido con nosotras este tiempo.
En aquella habitación hubieron dos reacciones.
Yeri la saludó feliz, le gustaba conocer a gente nueva, se levantó un poco para saludarla adecuadamente y recibió el regalo. Y Sana, bueno, ella se cruzó de brazos y le dio la espalda a las demás, enojada.
— Mira Sana, es un muñeco de bebés llorones — Y de inmediato volteó.
— Es un gusto conocerlas niñas, su madre esperó una mal momento para presentarnos pero espero podamos llevarnos bien — Chaeyoung veía a las dos niñas contentas, viendo las funciones que tenía la muñeca.
Volteó hacia Mina quien ya la veía con una pequeña sonrisa, agradecida.
— ¿Entonces tiene tres hijas? — Preguntó Nayeon, del otro lado de la línea.
Mina caminó por su oficina aún con el celular en mano y con una taza de café en otra, para finalmente sentarse en la enorme silla giratoria frente a su escritorio.
— Dos, Nayeon. Y sí, ¿por qué no me dijiste que tenía hijas?.
— Oye yo no sabía, Minari. No se ve con cara de que es mamá.
— Por Dios Nayeon, yo no tengo cara de que tengo treinta años, y mírame.
— Si si, lo sé, pero de todos modos ¿te molesta?. Ya eres vieja, amiga, lo bastante cómo para no estar ni casada, y te gustan mucho los niños.
Mina guardó silencio unos segundos.
— No, no me molesta. Sus hijas son tan tiernas — Contestó emocionada — Aunque Sana, la mayor, es más roñosa, cada que quería acercarme a ella se alejaba o ponía cara de desagrado.
— Bueno, entiéndela, toda su vida ha estado con solo una madre, y tal vez se sienta desprotegida ahora que llegaste. Aunque no le vas a quitar su puesto ¿cierto Minari?.
— ¡Claro que no! ¿Cómo puedes pensar eso?.
Mina escuchó la risa de su amiga, sí, Nayeon a veces era una idiota. Pero sólo a veces .
— Lo siento, solo no pienses mal y trata de ganarte a esas niñas. Me tengo que ir Minari, Jeong me quiere presentar a uno de sus amigos jueces que la dejó ir libre un día que casi mata a un chico. ¿Lo recuerdas?.
— Ammm no lo sé, el chico aún no despierta del coma así que no puedo saber cuál de todos los hombres que casi mata tu novia es.
Finalmente se despidieron, con un "Aquel sujeto le estrelló una botella a Jeongyeon en la cabeza" por parte de la mayor y un "Era de hule" por parte de la menor.