No eran las piernas, eran los muslos los que la estaban matando del dolor.
Notaba su intimidad ardiendo y su pezón izquierdo irritado totalmente.
Suspira, manteniéndose sentada en la cama ante la incapacidad de levantarse por el miedo a estar dolida.
Fred no está en la cama, y las cunas están vacías, así que Ylenia supone que están desayunando, no sabía la hora, pues el reloj que el pelirrojo tenía en la habitación estaba parado siempre en la misma hora; Las doce y veinticuatro de la madrugada.
¿Adivinan?
Sí.
A Fred le gustaba tener el reloj en esa hora parada, decía que el entrar a la habitación y ver la hora era acordarse del primer beso que le dio a su, ahora prometida, lo que le sacaba una sonrisa siempre que quería saber la hora y no podía.
Ylenia sonríe levemente al ver el reloj, y sigue suspirando, con la esperanza de que alguien entre a la habitación y la saque de aquel dolor constante que yacía en sus muslos.
Y parece que Merlín la escuchó, porque alguien entró por la puerta.
Un pelirrojo despeinado y sin camiseta, cierra la puerta con uno de sus pies ya que sus manos están ocupadas en la bandeja que trae en sus manos.
Deja la bandeja en la cama y se sienta al lado de la chica.
-Hola- dice el chico.
-Hola- Ylenia sonríe cuando ve la bandeja de comida -. Uvas, tostadas, té, yogurt y galletas de chocolate, ¿que he hecho? ¿Qué celebramos?
-Que te quiero.
La Lupin deja escapar una dulce risa.
-Yo a ti más, Fred.
-No- el nombrado se acerca a dejar un beso casto en sus labios, haciéndola callar -, y no pienso discutirlo otra vez.
Ella ríe, agarrando comida para saciar su hambre.
Y habla cuando deja de masticar.
-Hazme la poción para...- mira sus piernas y él alza las cejas - ya sabes.
-No, no sé.
-Fred.
Sigue haciéndose el iluso.
-¿La poción para qué?
-Fred- suspira con fastidio -... para el dolor, ya sabes.
-¿Para el dolor de qué? ¿Qué te ha pasado?
Ylenia voltea los ojos -Engreído- murmura -. Para el dolor de piernas, Fred, para el dolor de piernas.
-Oh- él asiente -, ¿te duelen? ¿Has estado haciendo ejercicio?
-Sí, ejercicio... algo así.
El pelirrojo se inclina para dejar un beso en sus labios, y ella lo recibe gustosa.
-¿Y todo esto por la follada de ayer?- murmura soltando una risita - Pues voy a tener que hacerlo más a menudo...
-No seas tonta- uno de sus dedos acaricia el mentón de la castaña, que lo mira con una sonrisa mientras él habla -, no me hace falta eso para cuidarte.
-Lo sé.
Sonríe, subiendo la mano para colocar un mechón despeinado detrás de su oreja.
-Aunque sí, lo tienes que hacer más a menudo- bromea y ambos sueltan una risa.
-¿Dónde están los niños?
-Se los ha llevado tu padre- informa -, a desayunar con Marlene y Ed- ella asiente -. Me ha dicho que luego se pasarían por San Mungo a visitar a Teddy- dice cambiando su expresión y agarrando una de las manos de su chica, pues sabía que era un tema sensible, y lo trataba como tal -. Se pasarán por aquí antes para dejar a los bichos, así que ya sabes, deberías ir con ellos.
-Sí- dice, masticando una uva -, iré.
Fred asiente. Deja un beso en sus nudillos y se levanta de la cama.
-Voy a traerte esa.. poción- sonríe con picardía -. Tú desayuna.. aquí, tranquilita, sola... sin bragas- susurra esto último antes de irse con una sonrisa.
Llega a la cocina y sus tres hermanos lo observan.
Sin prestarles atención, saca algunos ingredientes de varios armarios y los mezcla con agua que calienta con la punta de su varita.
-¿E Ylenia?- pregunta una pelirroja curiosa, o más bien... chismosa.
-Está cansada- habla sin mirar a su hermana, pendiente en hacer la poción -, le estoy haciendo un té.
-Que romántico- se burla Charlie.
-Sólo es un té- lo mira de reojo, viéndolo reír -. George ha hecho café esta mañana, tú te lo has tomado. ¿Te parece eso romántico?
-No es lo mismo- la sonrisa del mayor se desvanece por completo, pero esta misma se instala en el rostro de Fred.
Una sonrisa burlona que hace reír a la menor de los Weasley al ver el pequeño pique entre hermanos.
-Como tú digas, Charlie- el cuarto Weasley alza las cejas y se gira con una taza en la mano -. Me voy a llevarle esto a mi novia- dice, recalcando la palabra mi . Tose -. Oh, no, a mi prometida- hace la misma entonación y se marcha de la cocina.
-Es su punto débil- bufa Charlie.
-Es la madre de sus hijos- Ginny defiende.
-Venga ya- Charlie se levanta y se sirve más café -, no es por que sea su prometida, o la madre de sus hijos. Él siempre ha estado así con ella.
George le da la razón a su hermano.
-Siempre ha estado colado por Ylenia, y siempre la ha tratado como a una reina- obvia.
-Nuestro hermano tiene perdición por ella- el mayor suspira -. Y ha tenido suerte de ser correspondido, y de que le haya tocado tal mujer.
-¿No me digas que ahora tú también te vas a colar por ella?- bromea Ginny, pero su sonrisa se borra al instante - No, por favor. Otro Weasley atosigando a mi amiga no.
El domador de dragones suelta una risa sonora.
-No es eso, Gin- suspira -, es que.. Fred ha tenido mucha suerte.
[...]
Tras el largo día, Ylenia daba un paseo hasta la casa Lupin acompañada de Theseus, su próximo compañero laboral, o de eso se había enterado hoy.
Sabía que a Fred le iba a hacer poca gracia, pero, es lo que le había tocado. Y aparte de que no podía elegir aquello, a ella tampoco le molestaba trabajar con él.
Scamander era muy organizado, responsable, legal y excelente trabajador. Ylenia conocía esa faceta suya, y por el bien de aquel sector del ministerio iría genial.
Pero también sabía a quién no le parecería tan genial.
-Hola- al llegar, deja su bolso en la mesa y se acerca al sofá de la sala -, bicho número tres- se acerca a su hijo, que estaba en el regazo de Fred, y deja un beso en su frente -. Bicho número dos- besa a Georgia, que está justo al otro lado del regazo de su padre. Alza la mirada y se topa con la de su prometido -. Bicho número uno- sonríe y se acerca para dejar un casto beso en sus finos y melosos labios.
-¿Por qué yo el uno?
Ylenia hace una pequeña pausa.
-Porque eres el más mayor.
-Hm- el pelirrojo se para a pensar unos segundos -. Entonces Georgia iría la última.
-Bueno- la menor se sienta en el sofá, quitándose los tacones al mismo tiempo que agarra a su hija para sentarla en su regazo -, en realidad va por calidad de maldad.
-¿Perdón?
-Sí, va de más travieso a menos travieso- explica -. Tú, por ahora eres el peor, así que eres el primero.. luego va Georgia, a la que le gusta pegar bocados y tortazos a cualquier persona.. y luego esta JJ, que sólo te pega a ti.
-Me tiene manía- se queja el mayor, refunfuñando.
Ella ríe.
-¿Cómo te va a tener manía, tonto? Que no tiene ni un año...
-Que te digo yo a ti que el niño me tiene manía..
-Que no- niega -. Además sólo te pega cuando...
-Cuando me acerco a ti.
Ylenia aprieta sus labios en señal de compasión.
-Es que ha salido a su padre de celoso...
Fred resopla.
-Ataque gratuito.
-Si es que es la verdad, cariño- se levanta con Georgia en brazos -. No estoy diciendo ninguna mentira. JJ es tan celoso como tú.
El pelirrojo también se levanta.
-Dame a Georgia- se acerca, con su otro hijo en brazos -. Cena, yo voy a dormirlos, te espero en la cama. Tu papá está en el jardín.
-Vale- la castaña le cede a su hija y el mayor deja un beso cariñoso en la comisura izquierda de sus labios.
Se adentra en la cocina y calienta la comida que había dejado, ella suponía que su padre.
Deja que la comida se enfríe un poco ya que la había calentado de más, y aprovecha para salir al jardín en busca del castaño mayor, no sin antes agarrar dos vasos y una botella de Tequila.
Lo encuentra sentado en una de las sillas y se acerca sin prisa, observando su cabeza cabizbaja.
-Hola- Ylenia se sienta justo en frente, pasándole uno de los pequeños vasos de cristal.
Remus levanta su cabeza para mirarla. Se echa una risa al verla con la botella de Tequila, que parecía más grande que ella misma.
-Hola, cielo- agarra el vaso y deja que ella le eche un trago de alcohol.
Rellena los dos vasos y ambos lo tragan de una vez.
Ella hace una mueca de desagrado, chasquea la lengua. En cambio, su padre ni se inmuta.
-Qué asco- saca la lengua -, no sé como os puede gustar eso- se replantea, recordando que a Fred también le gustaba aquella bebida -. Está asqueroso, dios.
Remus ríe.
-¿Qué tal el día?
-Bien, ya falta menos para que abramos la sucursal.
-Que bien, cielo, me alegro de que hayas logrado tus metas, y de que trabajes en el mundo mágico y no en el muggle.
La menor suelta una pequeña risa, y el silencio reina en el lugar, hasta que, ella decide salir por otro tema de conversación.
-Papá, ¿puedo pedirte un consejo?
-Los que quieras- dice, agarrando la botella de tequila para servir otro chupito.
-Hoy me he enterado de que Theseus.. Scamander, va a trabajar conmigo.
-¿Y qué pasa?
-Nada, la verdad- suspira -. Theseus trabaja muy bien, es muy legal... y yo me llevo muy bien con él, congeniamos bien, siendo sinceros...
-¿Pero?
-Pero... lo que me preocupa es Fred- lo mira a los ojos, buscando apoyo -. Yo sé que.. a ver, no me refiero a que...- suspira, frustrada por no saber como expresarse - Papá, lo que me preocupa es que le moleste. A ver, que yo no lo he elegido, y pues Fred no tendría que mosquearse, pero.. sé que no le agrada para nada Theseus, y por una parte lo comprendo porque, ha sido mi novio.. y no es agradable ver a tu pareja pasar tanto tiempo con su ex novio, ¿no? No sé como se lo tomará, y me preocupa.
El merodeador suspira.
-Mira... Fred tiene que entender que es tu trabajo, que tu no lo has elegido, pero, sobretodo... tiene que entender que tú lo quieres a él, y que eso no va a cambiar por muchos Theseus que haya en tu trabajo.
-Lo sé- vuelve a soltar un suspiro y sonríe levemente -. Fred es bastante inseguro... ahí dónde lo ves tan engreído y creído... cuando se trata de cosas como estas... es muy inseguro. Y sabe que lo quiero, porque lo tiene que saber. Pero, dice que tiene miedo a que yo encuentre algo mejor y me de cuenta de que merezco algo más que a él... Y es algo estúpido, porque creo que no hay nada mejor que él, pero, ¿qué hago? Yo no puedo cambiar su inseguridad, papá, lo he intentado. Le he dejado claro que lo quiero, que quiero estar sólo con él... y tampoco le he dado ningún motivo para que desconfíe de mi o algo así.. Igualmente, ese no es el caso.. es que no sé cómo decírselo.
-Como te salga.
-Eso no me ayuda mucho, papá..
-Cuando estés con él, céntrate en lo que sientes. Te van a salir las palabras solas. ¿De sopetón, o despacio? Te va a salir en cuanto lo pienses. Pero tampoco lo pienses mucho, tú suéltalo...
Ylenia asiente.
-Hay otra cosa que quiero comentarte..
-Dime, cariño- se sirve otro chupito, y ella juega con sus dedos sobre la mesa.
-La semana que viene nos vamos a mudar.
-¿Ya?- el hombre lobo la observa, con la mirada débil.
Ella asiente, acercando levemente el cuerpo a la mesa para estar más cerca de su padre.
-Ya nos las apañamos con los niños, y... creo que ya es hora de que nos vayamos... Ya estamos trabajando, los dos y... no sé- sonríe levemente, buscando la aprobación de su padre.
Asiente con una leve sonrisa.
-Os voy a extrañar mucho a todos, Elizabeth.. incluso a Fred.
La Lupin menor coloca su mano sobre la de su padre, acariciando sus nudillos con levedad.
-Nosotros también a ti, papá, pero estamos aquí al lado...
-Os quiero ver todos los días- alza las cejas, agarrando la mano de su hija -, y quiero que almorcéis aquí al menos una vez por semana.. los martes.
-Eso está hecho, papá...
Tras cenar y hablar un rato más con su padre, se dirige a la habitación.
Logra ver a su hijo dormida, aunque Georgia sigue despierta en los brazos de su padre.
Sonríe tiernamente y cierra la puerta de la habitación cuando entra.
-¿Qué?, ¿no quiere dormir mi bichito dos?
-Pues parece que no- murmura Fred, echándole una sonrisa a su prometida, que se sienta a su lado en la cama -. ¿Has hablado con tu padre?
Ylenia asiente.
-Le he dicho que nos vamos- acaricia la cabeza de su hija y suspira -, me ha dado pena... sé que se va a sentir solo... Aunque Ed esté viviendo aquí... no está presente casi nunca, y...
-Hey- él la interrumpe -, estamos a dos pasos, cariño... vendremos todos los días... los bichos están muy apegados a su abuelo y les va a tocar echarlo de menos... así que vendremos a menudo. No tienes de qué preocuparte, no vas a perder relación con tu padre por el hecho de irnos a vivir juntos. Yo no quiero eso, ni mucho menos- ella sonríe levemente -. Me encanta la relación que tienes con tu padre.. y ojalá yo me lleve así de bien con Georgia, cariño, créeme... es lo que deseo. Y no te vas a separar de él o algo parecido..
-Yo lo sé, Fred, cariño...- suspira - es que me da... da igual... Gracias.
-¿Gracias de qué, tonta?- ríe levemente mientras mece a su hija -. Lo único que quiero es que seas feliz. Hacerte feliz.
-Ya lo haces, cielo... créeme.
Fred suelta un suspiro tranquilo.
-Parece que se está durmiendo- la mujer mira a su hija y el otro asiente.
-Sí, eso parece.. da mucha guerra- se levanta, meciéndola un poco más hasta dejarla dormida -. Pero hoy se portó muy bien- deja un beso en la diminuta frente de Georgia y la acurruca en su cuna, tapándola levemente con una sábana -. Ven aquí- se acerca rápidamente a la cama para tumbarse sobre Ylenia y comenzar con un beso pasional.
Ella sonríe dentro de la unión y rodea las caderas de su chico con sus piernas.
-Estaba deseando besarte- murmura él.
La castaña suelta suspiros mientras palmea su gran espalda y el pelirrojo deja besos húmedos por su cuello.
-Fred...- gimotea - Fred..
-¿Mh?- se alza para mirarla, dejando varios besos sobre el precioso rostro de la menor -, ¿sí?
-Tengo algo que quiero compartir contigo...
-¿El qué?- pregunta, siguiendo con sus besos.
-Algo que quiero contarte...
Fred suspira y lleva la mirada a sus ojos.
-Ya decía yo, que estabas más cariñosa de lo normal- sonríe juguetón -, ¿qué pasa?
-En unas semanas.. abriremos la sucursal del ministerio... ya está lista, sólo estamos terminando de contratar a la gente.
-Sí.. que bien.
-Sí.. hm..- mira hacia arriba, intentando buscar las palabras mientras Fred se deja caer en la cama y cambia las posturas, poniéndola a ella a horcajadas de su regazo -.. ya tenemos a algunos trabajadores.. ¿sabes? Estamos muy adelantados.
-Que bien- dice con ilusión -, ¿alguien que yo conozca?
-Sí.
-¿Quién?- pregunta con curiosidad.
-Pues.. Hannah, Fleur, Kelly, Dean Thomas... Theseus, Kate..
-¿Theseus?- ella asiente, colocando las manos en el estómago del chico -. ¿Theseus no trabajaba en MACUSA?
-Hm- asiente de nuevo.
-¿Y eso?
-No sé- voltea levemente los ojos -, supongo que cómo está más por aquí... lo habrán trasladado, y como se ha ocupado de todo el proyecto... es lógico.
-Ya.
-¿Te molesta?
-No- la observa unos segundos -, no... es sólo qué...- se incorpora y queda apoyado en el cabecero de la cama, agarrando las caderas de su prometida - que me parece raro porque Theseus antes no trabajaba en ese ámbito... pero oye.. que muy bien, ¿sabes? Tú te llevas bien con él, ¿no? Pues eso es bueno... no tendrás peleas con tu jefe. Porque es tu jefe.. ¿no?
-Sí, es mi jefe.
-Pues bueno.. si tú estás bien...
Ella asiente, aliviada.
Creía que se iba a molestar, pero, al parecer a entendido que no es ella la que lo escoge, y al parecer... a actuado muy bien.
-Pues sí- dice ella, agachándose para seguir con los besos que habían dejado.
Fred deja que ella reparta melosos besos por su rostro y cuello, pero cuando va a quitarle la camisa, la detiene.
-No tengo muchas ganas...
Le parece raro, pero no le queda otra que ceder. Aunque no se queda con la duda dentro.
-¿Te pasa algo? Es raro que no tengas ganas..
-No, cielo- deja un corto y rápido beso en sus labios y sonríe levemente -, es que estoy muy cansado.
-Vale- la castaña deja otro beso, aunque más duradero, y se levanta -, me voy a dar una ducha y vengo...
-Sí.