❝ Forbidden ❞ || Michaeng

By _xYoungOnce

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❝ Aveces las sensaciones prohibidas son las mejores ❞ ⚘ Aclaraciones en el primer capítulo ¡! ⚘ Mención de... More

𓏲 Prólogo
𓏲 Capítulo 1
𓏲 Capítulo 2
𓏲 Capítulo 3
𓏲 Capítulo 4
𓏲 Capítulo 5
𓏲 Capítulo 6
𓏲 Capítulo 7
𓏲 Capítulo 8
𓏲 Capítulo 9
𓏲 Capítulo 10
𓏲 Capítulo 11
𓏲 Capítulo 12
𓏲 Capítulo 13
𓏲 Capítulo 14
𓏲 Capítulo 15
𓏲 Capítulo 16
𓏲 Capítulo 17
𓏲 Capítulo 18
𓏲 Capítulo 19
𓏲 Capítulo 20
𓏲 Capítulo 21
𓏲 Capítulo 22
𓏲 Capítulo 23
𓏲 Capítulo 24
𓏲 Capítulo 25
𓏲 Capítulo 26
𓏲 Capítulo 27
𓏲 Capítulo 28
𓏲 Capítulo 29
𓏲 Capítulo 30
𓏲 Capítulo 31
𓏲 Capítulo 32
𓏲 Capítulo Final
𓏲 Extra O1
𓏲 Extra O3
𓏲 Extra O4
𓏲 Extra O5

𓏲 Extra O2

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By _xYoungOnce

Dahyun y Momo

Las cosas se habían puesto raras últimamente, Momo estaba más distante e indiferente que de costumbre, y hace un mes que Dahyun lo había notado porque esa actitud era específicamente con ella.

Todo estaba claro entre ambas, acordaron en ser solo amigas por el bien de las dos, de esa forma, no habrían malos entendidos y cada quien podría hacer su vida como quisiera. Estaban en la universidad, conocían a muchas personas, y tal vez, empezar a abrirse sentimentalmente con alguien más, las ayudaría a superarse mutuamente.

Pero el problema era que Dahyun no quería hacer eso, ella aún tenía la esperanza de recuperar lo que alguna vez tuvieron, porque no podía alejar del todo sus sentimientos por Momo; cada vez que la veía, su corazón latía muy rápido, su entorno mejoraba, todo se sentía correcto a su lado, y a pesar de que no pasaban mucho tiempo juntas, trataba de encontrar cualquier oportunidad para conversar con ella, para tener un tiempo a solas y crear algún tipo de conexión, pero cada intento parecía ser en vano, y eso la desanimaba, planteándose cada vez más la idea de rendirse.

Esa tarde, Dahyun salió de clases y se dirigió hacia la cafetería más cercana de la universidad, compró algunos panecillos, un par de frappés, y regresó, yendo esta vez directamente hacia la entrada de la facultad de Momo. Esperó al menos diez minutos, dándose cuenta de que ya eran las cuatro de la tarde, la hora de salida habitual de la mayor. Inhaló profundamente y exhaló, hace días no la veía ya que solían verse cuando habían reuniones con sus amigas y salían todas juntas, o cuando ocasionalmente se encontraban en el campus, así que se encontraba un tanto emocionada por verla de nuevo.

Cuando regresó de Canadá hace seis meses, su principal objetivo fue recuperar a su ex novia, pero con el pasar de los días, se dio cuenta de que tendría que esperar mucho más tiempo para que existiera algún avance entre ellas, y era totalmente comprensible, ella se fue por dos años, no esperaba que la estuvieran recibiendo con los brazos abiertos y absuelta de sus errores, claro que no, y por eso es que aún no se daba por vencida, tenía la pequeña esperanza de que en algún momento las cosas cambiarían, porque de igual manera, Momo no la apartó en ningún momento, siempre aceptando pasar tiempo con ella, aceptando sus detalles.

Se estaba ilusionando con algo muy fugas y pequeño, aunque una parte de ella le seguía gritando que no fuera idiota, que obviamente, Momo aceptaba todo eso porque habían quedado como amigas, nada más allá que una amistad.

Dahyun apartó esos pensamientos y prestó atención a los alumnos que iban saliendo del edificio. Su sonrisa apareció cuando a lo lejos notó a Momo aproximándose, viéndose tan hermosa como siempre, saludando a todos a su alrededor con una sonrisa amable en sus labios, pero en su rostro se formó una mueca cuando alguien tras ella llamó su atención, haciéndolo girarse hacia la chica; frunció el ceño levemente, preguntándose porqué, esa chica le sonreía tan sugerentemente a su ex novia, tocando sus brazos descaradamente mientras le decía algo que no pudo escuchar, pero que las hizo reír a ambas. Su estómago se contrajo, sus manos hormiguearon, sintiendo los celos aparecer sin previo aviso.

Trató de no lucir celosa o herida, incluso cuando Momo acunó el rostro de esa chica y desordenó su cabello de manera juguetona, luciendo casi como una pareja, cualquiera que las viera podría llegar fácilmente a esa conclusión.

— Oh, Dahyun — Momo se detuvo frente a la menor, sacándola de ese corto y extraño trance en el que se encontraba, todavía procesando lo que acababa de ver — ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con las chicas, yo iré en un rato.

— Hola — sonrió de la manera más creíble posible, fijándose en la chica a su lado de manera disimulada — Yo... Creí que tendrías hambre al salir de clases y te traje esto — extendió la bolsa de papel con los panecillos, ahora mucho más nerviosa y tímida bajo la mirada de las dos. Momo tomó la bolsa sin apartar la vista de ella.

— Gracias — sonrió de regreso. Revisó la bolsa y su sonrisa se ensanchó mucho más, eran sus favoritos.

— También traje un frappé para ti — extendió esta vez el vaso — No sabía que estarías con alguien más así que no compré más, pero puedes tomarte el mío — le ofreció su vaso a la chica desconocida, la cual recibió con mucho gusto la bebida — Bueno, solo era eso, creo que debería irme...

Se dio la vuelta al no escuchar respuesta, sintiéndose demasiado patética, entendiendo ahora perfectamente la razón por la que Momo había estado tan distante, y es que no hacía falta prestar demasiada atención para comprender que su ex novia estaba empezando a salir con alguien más, y siendo honesta, no sabía cómo tomarlo, solo sabía que su pecho dolía, su plan de pasar juntas un rato se esfumó al igual que su esperanza, porque no iba a meterse si Momo había decidido empezar de nuevo con otra persona, estaba libre para hacerlo.

— ¿Tu ex novia?

Momo asintió, viéndola alejarse.

— ¿No irás tras ella?

— No — miró a la chica a su lado — Tú y yo quedamos en ir por algo de comer, ¿recuerdas?

— Ya ella te trajo algo de comer — señaló la bolsa en su mano — Además, te compró un frappé y me regaló el suyo.

— ¿Y qué con eso?

— ¿Es que no lo entiendes? Ella vino a buscarte con la intención de que pasaran el tiempo juntas, Momo, ella no esperaba que yo estuviera aquí.

— Solo vámonos — suspiró, empezando a caminar. No quería admitirlo en voz alta, pero se sentía mal por Dahyun ya que de seguro las vio, pero no podía seguir escondiendo que estaba viéndose con alguien más, ¿acaso eso estaba mal?

— Entiendo si te sientes confundida ahora que nos vio y sabe sobre mí, porque sé que no se lo habías comentado a pesar de que dices que son amigas — siguió hablando, caminando a su lado — Cuando nos conocimos, dijiste que todavía sentías algo por ella y que por eso no podías abrirte completamente, y lo comprendí, de verdad lo hice, por eso también he puesto mis límites personales para no ilusionarme contigo hasta que estés segura de qué es lo que quieres.

— ¿A qué quieres llegar con todo eso? Las cosas entre ella y yo terminaron hace mucho, no hay nada de qué preocuparse.

— Sin embargo, sigues aceptando todo lo que venga de ella.

— Es porque somos amigas.

— ¿Y crees que ella lo toma de esa manera? — lo detuvo agarrando su brazo, mirándola ahora de frente — ¿Tus amigas vienen a buscarte y te compran cosas?

Momo negó. Sus amigas siempre iban a buscarla en grupo cada vez que andaban cerca de su facultad, nunca llegaba alguna de ellas sola, tampoco le compraban cosas en específico que sabían que le gustaría.

— ¿De verdad quieres que vaya tras ella?

— ¿Quieres tú?

Si, quiero hacerlo.

— No — seguía siendo terca con sus propios pensamientos, ir tras ella sería exponerse.

— Eres una mala mentirosa, Hirai Momo — rió la chica, dándole un sorbo a su bebida — Nosotras no tenemos nada serio — dijo, entretenida en el vaso entre sus manos — Sé que te gusto, pero no lo suficiente.

— Ya... Deja de prestarle atención a eso, ¿si? — suavizó su expresión, sobando su mejilla, causando que su atención fuera hacia ella — No me gusta que digas esas cosas.

Momo odiaba que tuviera razón, porque por más que intente olvidarse de esos sentimientos, siempre quedaban unas partes, y eso era lo que la hacía aferrarse tan fuertemente que no era capaz de mantener una relación con otra persona. A lo mejor era porque Dahyun fue su primer amor, la única persona por la que fue capaz dejar todo lo que era con tal de hacerla feliz, y con ella, aprendió que el amor podía darle mucha paz, algo que no sentía desde hace muchísimo tiempo con otra persona.

— Si sigues así, nunca podrás tener una relación de nuevo por más que intentes... O la superas de una vez por todas sin excusas de por medio, o encuentras la manera de que las cosas entre ustedes funcione.

— ¿Qué hay de nosotras?

— Nos daremos un tiempo, tómalo como eso — le guiñó el ojo, esbozando una corta sonrisa — Dile que muchas gracias por el frappé — levantó el vaso frente a sus ojos, alejándose sin mirarla de nuevo.

Y otra vez, falló en el intento más cercano que tuvo de tener una relación.

Dahyun seguía muy metida en su cabeza, y es que, con la explicación de su ruptura, pudo entender algunas cosas, más no podía dejar de lado todo lo que sufrió. Odiaba que fuera tan complicado, ¿qué tenía Dahyun que no podía superarla? Probablemente era porque ella no estaba esforzándose lo suficiente, y sabía que lo hacía a propósito, como si temiera superarla.

Caminó a paso rápido en dirección en la que Dahyun se fue, con suerte podría encontrarla, pero ¿qué iba a decirle? Sus sentimientos estaban mezclándose de una manera tan confusa.

¿Quería o no estar con Dahyun? ¿Qué tal si volvía a lastimarla? Además, ella ya no era como antes, abrir su corazón de nuevo no sería sencillo, ni siquiera con su ex novia.

Tenía mucho que pensar.

Esforzarse por superar a Dahyun para avanzar sentimentalmente en otra relación.

O arriesgarse con Dahyun sabiendo que, así como podía funcionar, también podía volver a fracasar.

Dahyun no se presentó a la reunión con sus amigas de esa tarde, excusándose con que se sentía enferma y que quería descansar. Mina insistió en visitarla para pasar un rato con ella y cuidarla, pero Dahyun se negó rotundamente, en ese momento solo deseaba estar sola. Momo por otro lado, sabía perfectamente la razón por la que no quiso ir, y a pesar de que tenía muchas ganas de ir a buscarla y explicarle quién era esa chica para que no se sintiera mal, se contuvo, pensando en que, por el momento, eso sería lo ideal, aún no estaba segura de que quería decirle, y así como estaban las cosas, no deseaba elevar esas ilusiones.

Durante dos semanas, Dahyun se mantuvo yendo a la universidad con total normalidad, y al salir, se regresaba directamente a casa, evitando por completo encontrarse con Momo o con alguna de sus amigas, evitándose también el montón de preguntas que de seguro le harían por seguir faltando a sus reuniones. No supo nada más de Momo tampoco desde la última vez que la vio, no mostró interés en preguntarle si algo pasaba, y es cierto que no tenía ninguna obligación de hacerlo, pero de todas, era la única que no se había comunicado con ella, y como era obvio, se sentí herida por ese hecho, porque se supone que eran amigas, ¿cierto?

Cuando al fin terminaron las clases ese viernes por la tarde, Dahyun suspiró con cansancio, guardó sus cosas y salió del salón, rumbo a su hogar, así como había estado haciendo últimamente sin detenerse en otro lugar. No tenía planes, supo que Mina y Chaeyoung se irían de viaje durante el fin de semana, Jeongyeon y Nayeon de seguro saldrían al cine como era lo normal, Tzuyu y Sana dijeron que pasarían el fin de semana en casa de la japonesa, así que, aparentemente, todas tenían algo que hacer, mientras que ella prefería quedarse sola en su casa, dándose ánimos a ella misma para sobrellevar su tediosa situación.

— ¡Dubu, espera!

La menor se detuvo al escuchar su nombre, girándose hasta encontrarse con una de sus compañeras de clase caminando a paso rápido hacia ella

— ¿Si, Yeji?

Hwang Yeji, su compañera de clases, la chica que siempre estaba dispuesta a acompañarla a todos lados, invitándola cada vez que podía a comer, a salir al cine y esas cosas. Dahyun sabía que lo hacía con otras intenciones, nunca le ha confesado directamente su atracción, pero era demasiado obvio. Muchas veces pensó en si debería darse alguna oportunidad con ella, pero se negaba a usarla como un tipo de motivo para superar a Momo, porque si de algo estaba segura, era de que no sería capaz de mantener una relación cuando todavía se sentía afectada por su ex novia.

Yeji sonrió al encontrarse con Dahyun, luciendo amable como siempre.

— ¿Tienes planes esta noche? — preguntó un tanto tímida bajo la mirada de la menor.

— Yo... Uhm — rascó su nuca, buscando una buena excusa para rechazarla, y es que no quería ser grosera, pero no se sentía bien — No puedo salir hoy, lo siento.

— Entiendo...— asintió, esforzándose en esconder su desilusión, y Dahyun odiaba muchísimo eso — Tal vez en otra ocasión.

— Claro — asintió.

— Está bien — volvió a sonreír — Nos vemos el lunes — se despidió, dirigiéndose hacia la salida.

Dahyun suspiró pesadamente y un amargo sentimiento se instaló en su pecho, pensando en que, si no estuviera tan inestable emocionalmente, muy seguramente le hubiera dado una oportunidad sin pensarlo.

Tiempo después, siguió su camino también hacia la salida, muy concentrada en sus propios pensamientos como para prestarle atención a las personas que pasaban a su lado, pero su cuerpo se tensó por completo cuando salió de su edificio y se encontró con su ex novia.

Sin importar que tan distraída estuviera, siempre volvía en sí cuando de Momo se trataba.

— Pensé que ya te habías ido — dijo, Momo cuando la menor se acercó — Estaba a punto de llamarte.

— Sigo aquí — sonrió débilmente, totalmente confundida por verla ahí ya que nunca había ido a buscarla — ¿Pasó algo? ¿Qué haces aquí? — sonó preocupada sin terminar de procesar su repentina acción.

— Quería saber si tienes tiempo para hablar.

— Ah, sí, si tengo tiempo, dime — la miró expectante, luciendo tranquila, como si su corazón no estuviera latiendo como loco en ese mismo instante.

— Aquí no, te llevo a casa, podemos hablar ahí.

Dahyun asintió lentamente, no muy convencida, sintiéndose todo tan extraño. Las malas ideas no tardaron en aparecer, durante el viaje a casa, se planteó diferentes escenarios, y ninguno de ellos era alentador, todos cayendo en la conclusión de que Momo quería alejarla de una vez por todas. Su pecho dolió solo con la idea, perder de nuevo a Momo era demasiado doloroso para ella, pero tal vez, también era lo mejor, así podría sanar de una vez por todas; mucho tiempo había pasado ya y no habían indicios de nada, porque cada vez que parecía que algo estaba mejorando, volvía a derrumbarse, quedándose estancado en el mismo lugar de siempre, y es cierto que se propuso recuperarla, pero a sabiendas de que la mayor estaba saliendo con alguien más, no podía hacer nada, sería muy inconsciente de su parte, además de que, si Momo ya la superó, no tenía por qué entrometerse ni hacerla caer de nuevo en recuerdos del pasado que con mucho esfuerzo logró apartar para seguir avanzando.

Ojalá hubiera podido hacer lo mismo.

Al llegar, Dahyun abrió la puerta de su hogar, dejando entrar primero a la mayor para luego cerrar la puerta tras ella. Se agradeció a sí misma que al menos todo estaba en orden, no en un total caos como hace unos días en los que no se sentía con ningún ánimo de arreglar, porque, de todas formas, no la visitaban tan seguido.

— ¿Tienes hambre? Solo puedo ofrecerte pizza de ayer, no he comprado más comida — se dirigió a la cocina sin esperar su respuesta, quizás muy concentrada en alargar su estadía y que no tuviera que decirle cosas que no quería escuchar.

— Dahyun, es importante que hablemosㅡ — e dijo, causando que sus movimientos se detuvieran para que girara a verla con una sonrisa forzada, y claro que fue capaz de notarlo.

— Si, está bien, hablemos entonces — odiaba sentirse tan nerviosa en su presencia, pero hace mucho que no estaban a solas, y eso estaba empezando a descolocarla.

— Sé que has estado evitándome.

— ¿Qué? Claro que no — rió nerviosa — Es solo que he estado ocupada, ya sabes, tareas y eso.

Momo claramente no le creyó, desaparecer por dos semanas no era normal, porque incluso en su tiempo más pesado, siempre buscaba la manera de terminar todo a tiempo para poder salir con sus amigas, y ahora, simplemente se negaba a cualquier plan.

— ¿Me has estado evitando por lo de la última vez?

Dahyun suspiró y agachó la mirada, demasiado avergonzada, pero, a decir verdad, no quería seguir mintiendo, y si ya habían entrado en el tema, era mejor que se lo dijera de una sola vez, darle más vueltas solo la alteraba.

— Yo solo no quiero meterme entre ustedes — confesó sin mirarla, alejando las ganas de llorar muy inútilmente — Sé que quedamos como amigas, pero es muy difícil cuando tengo que verte de lejos para mantener distancia entre las dos y que las cosas no se pongan más incómodas de lo que ya son.

— También ha sido difícil para mi — empezó a hablar, acercándose a ella con sigilo — Cuando regresaste, no quería saber nada de ti, era tan doloroso tener que verte y pensar en cada cosa que me dijiste.

— Lo sé, tampoco he dejado de pensar en lo idiota que fui — limpió las lágrimas que habían empezado a salir — Me convencí de que merecía sufrir, pero ya pasó mucho tiempo, Momo — la miró con un poco de seguridad, encontrándose con su mirada herida — Y sé que no significa que ya debas perdonarme, pero vivir con esa culpa no es bueno para mí, es muy cansado culparme a diario por lo mismo, y a veces me siento tan desesperada porque no encuentro la manera de arreglar todo lo que ocasioné.

Momo sintió una punzada de dolor en su pecho, no sabía qué tan mal estaba Dahyun con lo sucedido, y ahora que lo sabía, se dio cuenta de que fue poco considerada al respecto, porque al menos, Dahyun se había disculpado y le había explicado, mientras que ella solo actuaba indiferente porque creía que así debía ser.

Seguir dolida por eso era un tanto inmaduro de su parte, notaba como Dahyun se esforzaba en hacerla sentir bien cada vez que podía, dándole atenciones que iban más allá que solo una amistad, y ella solo lo aceptaba, creyendo que lo merecía, lo cual, solo la convertía en una idiota; estuvo tan cegada con su dolor, que ignoró por completo el de Dahyun, porque, aunque le hizo daño en el pasado, no significaba que debía seguir torturándola con lo mismo.

— Es muy cansado y créeme que tengo el suficiente tiempo para pensarlo. Quisiera poder arreglarlo, pero no sé cómo, si tan solo me dijeras que puedo hacer, lo haría, te prometo que lo haría — siguió hablando, por fin expresando sus verdaderos sentimientos al respecto.

Momo no pudo responder, otra vez quedándose en silencio mientras Dahyun lloraba arrepentida. Se acercó lo suficiente a ella y sin pedirle permiso, la abrazó, sintiendo como rápidamente la menor se aferraba a ella con fuerza y anhelo. Los sollozos se hicieron cada vez más audibles, y es que Dahyun no había podido expresar abiertamente todo lo que estuvo guardando, sintiéndose tan aliviada ahora, totalmente lista para dejar ir a Hirai Momo.

Dahyun fue la primera en alejarse luego de unos minutos, limpió sus lágrimas con el dorso de su mano, inhaló y exhaló con la intención de tranquilizarse, preparándose para lo que vendría.

Más no sabía que Momo tenía planes muy diferentes.

— Lo siento, Dubu — dijo en voz baja, tomando sus manos con suavidadㅡNo presté atención al daño que también te causé. No debí sacarte lo que pasó, yo sé que te has esforzado en enmendarlo y que yo te lo he puesto muy difícil con mi actitud.

Dahyun volvió a llorar, agachando la cabeza con vergüenza, fijando su mirada en sus manos entrelazadas, sintiéndose tan cálido el tacto en su piel.

— Está bien, no debes preocuparte por mi — asintió sin mirarla — Solo deseo que seas feliz, y si quieres que me aleje completamente, lo haré, solo tienes que decirlo, no te fuerces a tener que convivir conmigo.

— ¿Por qué querría eso? — ladeó la cabeza, confundida ante sus palabras.

— Porque no quiero estar en el medio ahora que estás saliendo con alguien — murmuró.

A Momo le dolió, obteniendo la respuesta que necesitaba para aclarar sus dudas. Ahora estaba segura completamente que había sido por eso que la estuvo evitando y por la que se ha mantenido desaparecida. No quería que ella pensara que la quería lejos, porque estaba más que convencida de que lo que menos deseaba en ese momento, era alejarla.

Ya no.

Con sus dedos elevó el mentón de Dahyun, haciendo que la mirara a los ojos, notándola herida y triste. Apartó las lágrimas de sus mejillas con los pulgares, admirando sus facciones que habían cambiado, ya no era la misma chica de diecisiete, y mucho de ellas era diferente, tanto físicamente como emocionalmente, no podían seguir actuando como antes.

— No estoy saliendo con nadie — confesó, sobando sus mejillas con cariño — Desde que te fuiste no he podido salir con alguien, siempre terminaba pensando en ti y en lo mucho que te amaba.

Dahyun se mantuvo en silencio, disfrutando de esas suaves caricias en su rostro que tanto extrañó, poniendo su mano sobre la de la mayor, sobando el dorso con mucha delicadeza, grabándose muy bien ese tipo de contacto que anheló por mucho tiempo.

— Cada uno de mis intentos falló patéticamente, algunos porque no pude sobrellevarlo, otros porque seguía muy dolida, me sentía incapaz de seguir adelante.

— Lo siento mucho — murmuró sin dejar de mirarla.

— Tranquila, ahora está bien — le dio una corta sonrisa, apartando los mechones de su frente — ¿Sabes por qué?

Dahyun negó con la cabeza, totalmente atenta mientras su corazón latía con fuerza contra su pecho ante tanta cercanía, dejando de lado cualquier deseo por besarla o abrazarla, solo deseaba seguir viendo sus ojos, perderse una vez más en ellos mientras todos sus recuerdos juntos aparecían en su cabeza; a ella le gustaba siempre la forma en la que la miraba, encontrando en ellos mucha tranquilidad.

— Porque tampoco dejé de amarte, Dahyun. Estaba tan molesta conmigo misma porque a pesar de todo, seguía amándote, no podía solo olvidarte, fuiste la primera persona a la que amé... Y a la que sigo amando.

— ¿Qué? — murmuró perpleja. Sus ojos se cristalizaron nuevamente sin apartarlos de los de Momo.

— Lo estuve pensando y llegué a la conclusión de que, si no pude olvidarte en tu ausencia, mucho menos contigo aquí. Y en verdad lamento mucho haberte hecho pasar por tanto debido a mi terquedad — sonó arrepentida, por fin sintiendo como desaparecía un enorme peso, dándose cuenta y asegurando que lo que necesitaba era aceptar sus sentimientos, dejar de lado su negación y orgullo para ahora sí, poder avanzar como debía — Yo sigo amándote, Dahyun, no tengo ninguna duda, y sé que lo que quiero es que te quedes a mi lado, ya no quiero seguir alejándote.

Dahyun no pudo evitar aferrarse en un abrazo nuevamente, escuchando una corta risa por parte de Momo. Apoyó su cabeza en su pecho, sintiéndose tan aliviada y emocionada, otra vez con esa sensación vibrando con alegría en todo su cuerpo al ser correspondida de nuevo.

— Yo también te amo — dijo la menor, aún recostada en su pecho, sonriendo levemente ante las caricias que Momo proporcionaba en su cabello y espalda, reconociendo que lo hacía para que se tranquilizara, ella sabía que eso siempre funcionaba.

— Así que...— separó un poco el cuerpo de Dahyun sin dejar el contacto, guiando sus brazos hacia su cuello para abrazarla de esa manera, sintiéndola más cerca. Podía notar que sus ojos seguían cristalizados, pero ya no se veían tristes — ¿Qué pasará ahora?

Dahyun sonrió, dejando que Momo la abrazara por la cintura con posesión, teniéndola tan cerca que sus labios casi se rozaban, pero sin dar el paso todavía ya que se sentían tímidas al respecto, porque mucho tiempo había pasado, y a pesar de que ambas lo anhelaban, se mantuvieron en esa distancia mientras sus corazones latían emocionados.

— Yo digo que, si estás seguro sobre lo que sientes... Me gustaría intentar algo contigo.

Momo esbozó una corta sonrisa al escuchar esas palabras, recordando que fueron exactamente las mismas que ella utilizó tiempo atrás cuando empezaron a salir, otra vez sintiendo la misma felicidad de cuando fue correspondido después de que Dahyun confesó sus sentimientos por ella, recordando también el miedo que sintió al principio porque no quería ser abandonada, y aunque las cosas no terminaron bien entre ellas, creía que podía darlo todo de nuevo por la misma chica, por la única chica en su corazón.

— A mi también me gustaría intentarlo — respondió, repitiendo también las mismas palabras que Dahyun usó cuando aceptó estar con ella, la nostalgia haciéndose presente en ambas como un recordatorio de que todo fue real.

Dahyun tenía muy en mente ese día en específico, porque a partir de ese día, todo en ella y en su vida, cambió, dejando de lado todas las creencias con las que creció, yendo más allá de sus propias barreras solo por arriesgarse con alguien a quién tenía prohibido querer por ser una chica.

Esa fue su mejor decisión.

Momo no pudo contener más su emoción, y en cuestión de segundos, unió sus labios con los de la menor, otra vez sintiéndola como tanto deseó hacerlo, como si fuera la primera vez, siendo capaz de demostrarle solo con ese acto, lo mucho que la amaba, llenándose de esa sensación que no hacía más que darle paz y tranquilidad a su agitado corazón que estuvo lleno de tristeza y soledad. Dahyun correspondió el beso con la misma fuerza, un nudo formándose de nuevo en su garganta, todavía sin creer del todo que al fin estaba de regreso en los brazos y en los labios de la persona a la que tanto amaba, disfrutando del sutil toque de sus lenguas y de las caricias en toda su espalda, embriagándose una vez más de Hirai Momo.

Rompieron el beso luego de unos minutos, ambos sonriéndose totalmente enamoradas, ahora con una chispa diferente en sus miradas, muy decididas a hacer que todo funcione como debe por el bien de las dos. Ya no más culpa de por medio, ya no más orgullo que las aleje, ya no más intentos por superarse, porque al final, solo se necesitaban mutuamente.

Porque Momo aprendió a amar por primera vez con tanta intensidad y dedicación gracias a Dahyun, y Dahyun aprendió a no limitarse con el amor, aprendió a no tenerle miedo porque que a veces es inevitable enamorarse, incluso si ese amor era hacia otra chica.

Nota de Autora: NUNCA se torturen por los errores que alguna vez cometieron, especialmente si han cambiado o han tratado de enmendarlo, y de la misma manera, no atormenten a alguien que se haya equivocado con ustedes cuando esa persona está realmente arrepentida, todos merecemos una oportunidad cuando hemos cometido errores, y es importante tomar en cuenta los esfuerzos que hacemos o los demás hacen por enmendar ese error. Sacar los errores en cara no está bien, más si han demostrado que pueden cambiar y no volver a cometerlo (en caso de las infidelidades es un poco diferente porque si aceptas quedarte con esa persona, no es para seguirle sacando el error que cometió, porque para eso mejor terminen la relación, ya que en ese caso es un poco más complicado), aceptar un error no es fácil, así que valoren mucho cuando alguien lo hace, y de la misma manera, perdónense y sigan adelante, sus errores no los definen y tampoco los condenan. Ya si siguen cometiendo el mismo error, entonces ahí no pidan mucho, las personas demuestran cuando quieren cambiar, así de simple.

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