Otra era (Kaisoo)

By natsunoai

61.7K 7K 4.3K

-kaisoo -angst/fluff/coming of age -advertencias: homofobia, mucho angst, hay mención de sekai/kaihun -sinops... More

Capítulo 1.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10. (Final)

Capítulo 2.

6.7K 760 619
By natsunoai


Jongin despertó ansioso, hace cerca de dos semanas que había llegado al pueblo y no había dejado de reunirse con Kyungsoo por las tardes en las rocas. Le agradaba ese chico, no era tan común como la otra gente, Kyungsoo pensaba y mucho, se cuestionaba las cosas. Aunque en la escuela no se juntaba demasiado con él, prefería estar con sus otros compañeros, pero su conversación no le llenaba: ellos hablaban de chicas, de sus novias, del trabajo; cosas mundanas, temas que no le interesaban a Jongin en verdad, pero fingía que sí.

Su madre en el almuerzo siempre le preguntaba si había alguna niña linda, se sentía presionado y le respondía que sí, pero que era demasiado tímido para acercarse a ella, lo típico. Su mamá sabía que mentía, pero tenía que conformarse. Sunhee sólo los miraba, sabía que su hermano no tenía chicas en la cabeza.

Cuando Jongin le pedía permiso para ir con Kyungsoo siempre le decía que iría con unos amigos a la playa o que iría con él a hablar con alguna chica. Nunca le iba a decir que se juntaba con otro chico a solas, en un lugar oculto, sería demasiado sospechoso y no quería arruinar su amistad con él tan pronto, tampoco quería arruinar esos momentos que pasaban charlando en las tardes.

Le había comentado a Kyungsoo las mentiras blancas que le decía a su mamá, por si alguna vez ella le hablaba de eso, no entendía del todo por qué Jongin ocultaba su amistad así, como si fuera algo malo.

Pero Jongin sí lo comprendía, y tenía miedo de contarle a Kyungsoo su verdad, quién realmente era, temía que su nuevo amigo se alejara de él, que lo odiara, que pensara que era un rarito como le decía su padre. Pero al mismo tiempo sentía que era diferente, que él lo comprendería y lo apoyaría, no como todo el mundo que le daba la espalda.

Hace un año Jongin tenía a penas diecisiete inviernos cuando por fin decidió dar el primer paso. Conocía a Sehun de siempre, habían sido compañeros de clase desde la primaria, pero nunca había sido cercano a él hasta hace un tiempo atrás.

Su perdición comenzó cuando su maestro, cansado de que no se comportaran en clase, reordenó las ubicaciones a su pinta y sentó a Jongin junto al banco de Sehun justo en el último día antes de las vacaciones de invierno. Recordaba que hablaron bajito durante todas las clases, ¿por qué no se habían conocido antes? y después esperó que pasaran a recoger a Sehun a la salida de la escuela.

Desde ahí comenzó su amistad, aunque no se juntaban en los recesos de clase, sí hablaban mucho en ella, compartían gustos y Jongin comenzó a sentir que no podía vivir sin él.

Él era gracioso, popular y apuesto. A Jongin le parecía extraño que no tuviera novia, ya que siempre había escuchado a muchas chicas jurarle amor eterno, pero él siempre decía no tener a nadie en su corazón.

Jongin se fue dando cuenta de que lo que sentía por ese amigo era algo más que amistad, le gustaba su amigo, ¿pero cómo podía ser? ¡ambos eran hombres! Le hizo la pregunta tratando de ser lo más casual que pudo cuando esperaban fuera de la escuela que pasaran a recogerlo.

—Sehun, ¿qué piensas tú de... Las personas que quieren a alguien del mismo sexo?

—¿Los homosexuales? No sé... No creo que esté mal, pero si le preguntas a cualquiera te dirá que están enfermos, ¿no?

—Creo que sí, pero ¿de verdad no crees que esté mal?

—No, Jongin, —se río— ¿qué te pasa? ¿acaso te gustan los hombres a ti?

Jongin aquella vez cambió el tema, pero unos meses después no pudo evitar rozar los labios de su amigo mientras dormía con él. Sehun se había quedado a dormir en su casa, se les había hecho tarde terminando un proyecto escolar, y sus padres adoraban a Sehun, así que lo dejaron pasar la noche, eso sí, armaron una cama en el piso porque dos hombres no podían compartir cama, eso es de maricones, y tú no eres un maricón, Jongin, le había dicho su padre en broma.

Sehun durmió en la cama y Jongin en el suelo, pero anhelaba dormir junto a su amigo, sentir su calor a su lado aunque fuera por una vez, sabía que nunca serían más que eso: amigos, pero quería fantasear con que sí; así que excusándose con que el suelo era muy incómodo se metió en su cama, Sehun en una orilla y él en la otra, pero de a poco se fue acercando.

—Sehun.

—Jongin, deja dormir.

—Sehun, mírame.

Y lo besó.

Ya estaba, era un maricón que estaba enamorado de su mejor amigo no-maricón, pensó que él se iba a horrorizar, que iba a huir de su casa en medio de la noche o que le iba a decir a sus padres, pero no.

—Jongin, ¿qué fue eso?

—Es que, te quiero, Sehun.

—¿De verdad? ¿o estás jugando?

Jongin le habló más en serio que nunca, le contó todo lo que sentía por él en medio de la oscuridad, hablando muy bajito y sonrojándose cada vez más, por suerte Sehun no podía ver su rostro de tomate. Cuando terminó de hablar hubo silencio, y sintió a su amigo apoyarse en su hombro susurrándole "yo también te quiero".

Él estaba en el cielo esa noche, se besaron lento, con cuidado, pidiendo permiso y riendo bajito; nadie se iba a dar cuenta, por lo menos no esa noche, cuanto se querían.

Cuando su mamá abrió la puerta para llamarlos para el desayuno, encontró a su hijo durmiendo en el suelo y a su amigo en la cama, tal y como los había dejado.

Desde entonces, Jongin y Sehun fingían que seguían siendo sólo amigos en la clase, pero en el receso siempre estaban las miradas cómplices, y a la salida de la escuela iban a besarse encerrados en el baño o se escabullían a algún lugar oculto entre la cuidad, siempre había algún parque que les favorecía. También iban al teatro a ver alguna película pasada de moda, para que así la sala estuviera remotamente vacía y poder acariciarse en los asientos de atrás, eran bastante cuidadosos. Y a veces, pasaban la noche juntos en la casa de alguno de los dos y ahí, en medio de la oscuridad podían amarse tranquilos, en silencio, podían tocarse, decirse 'te amo' sin que nadie los viera. Sabían que su amor estaba mal, estaba prohibido.

Ya eran novios cuando los rumores en la escuela comenzaron a salir, a algunos les parecía sospechoso que esos dos pasaran tanto tiempo juntos, que se miraran como se miraban y que ninguno de los dos tuviera novia, de hecho ninguno de los dos nunca había tenido una. Una mañana cuando estaban en las duchas después de la clase de deportes, Jongin quedó casi de los últimos, Sehun como siempre saldría antes que él y se iría con sus otros amigos para que nadie sospechara, de hecho trataban de ducharse lo más lejos del otro que podían; y mientras se ponía una camiseta limpia sintió risas tras de él. "Mira, si se le nota que es rarito" "no hables tan fuerte" "pero qué tiene, si es un rarito".

Jongin volteó para mirarlos un tanto enojado.

—¿Qué me miras? —era uno de los hombres más pesados de su clase, mejor no meterse con él, pensó. —Maricón.— dijo entre dientes y los dos chicos que lo acompañaban rieron al unísono.

—¿Qué dijiste? —Jongin sintió su rostro volverse rojo, una mezcla entre furia y vergüenza porque sabían que él era un maricón.

Comenzaron a pelear en el baño, obviamente Jongin iba en desventaja porque eran tres contra uno. ¿Por qué no llamas a tu noviecito, huh? Sehunnie, ven a rescatarme, amor mío, son unos raros asquerosos, dan asco, ¿saben? ¿no te da asco que un tipo te la meta por atrás? son unos putos pervertidos. Salieron primero que él, dejándolo tirado en el piso húmedo del baño.

Comprendió que no podía decirle a nadie por qué le habían pegado, sólo a Sehun, así que limpió la sangre de su nariz, arregló su cabello y se puso la sudadera limpia encima de su camiseta ahora manchada con pequeños rastros de sangre y puños, y salió.

Divisó a Sehun al otro lado del patio, conversando con sus amigos, quería correr a él y llorar, pero sólo pudo aguantarse de lo primero. Fue lo más rápido que pudo a un lugar que siempre estaba vacío: la sala de experimentación. Por suerte aún lo estaba, allí lloró todo el receso y se quedó, sin ir a clases. Cuando tocaron la campana para irse a casa, Sehun estaba buscándole como loco, pero presentía donde podía estar, conocía a su novio. Lo encontró dormido entre los mesones de la sala de experimentación, con algunos moratones y rasguños.

Desde ese día el rumor se esparció aún más, tanto que los maestros y la directora lo sabían. Los separaron en la clase y los sentaron en esquinas opuestas del salón y siempre les designaban compañeros de trabajo para que no pudieran hacer algún proyecto juntos nunca más. A la salida se les hacía difícil también, ya no podían esperar el autobús que los recogía juntos, podían escuchar los comentarios por detrás, así que Jongin se iba a pie a su casa y Sehun tomaba el primer autobús, era bastante deprimente.

Sólo podían estar juntos cuando por las tardes Jongin se asomaba a la casa de Sehun o viceversa, pero tampoco podían hacerlo muy seguido o ahora sus padres iban a sospechar, necesitaban algún motivo para visitarse. Otra cosa que hacían era salir los fines de semana y se besaban a escondidas en algún callejón mientras se tomaban de las manos.

Pero Jongin no podía estar tanto sin su Sehun, así que a veces lo inducía a faltar a clases y fugarse a su casa cuando su madre iba a clases de cocina o costura, se sabía sus horarios de memoria, y hacían el amor en su cama, solos, podían amarse tranquilos por fin, podían sentirse, podían gritar su nombre y nadie los miraría.

Faltaba poco para finalizar el semestre y cada vez faltaban más a clases. Se les informó a los padres de ambos de la situación citándolos a una audiencia con la directora por separado. Ella además les comentó que había notado comportamientos extraños de parte de los dos alumnos, y que vigilaran mejor a sus hijos porque ni siquiera habían asistido a clases ese mismo día. La madre de Jongin estaba furiosa, su hijo se fugaba de clase para hacer quizás qué tontería y además se comportaba extraño con su amigo, quizás estaban enganchados de la misma muchacha, suponía, de verdad no quería pensar mal de su hijo, pero cuando volvió a casa esa mañana —porque no valía la pena llegar a la clase de bordado a la mitad— y sintió ruidos venir del cuarto de Jongin no podía hacer menos que pensar mal.

Abrió la puerta con sigilo, y vio lo que nunca pudo haberse imaginado.

Su hijo estaba metido bajo la ropa de cama con Sehun, revolcándose, besándose, tocándose.

-¡Jongin! -se acercó rápido y levantó las sábanas para encontrar a su hijo encima de su amigo, desnudos.

Mamá, no es lo que piensas, mamá, vístete, Sehun sal por favor, ponte tu ropa y sal ahora mismo, ¿en qué pensaban? Dios, ¿qué vamos a  hacer ahora si más gente lo sabe? Mamá no llores, déjame, no me toques, ¡Sehun te dije que te fueras! No le hables así a Sehun, cállate, no me hables y vístete, no sabes cuánta vergüenza me dan ambos.

Su madre llamó llorando por teléfono a su esposo, quien llegó antes a casa sólo para sacarse el cinturón y darle una zurra a Jongin por ser un enfermo pervertido mientras su hijo suplicaba por perdón. También llamó a la madre de Sehun para decirle tristemente cómo había encontrado a su hijo.

Jongin lloraba todas las noches antes de dormirse, y si su padre lo pillaba llorando le daba otra zurra, deja de llorar como maricón. Su mamá también hacía su parte llevándolo a la iglesia casi todos los días para que pidiera perdón por sus pecados.

Después de eso, Sehun duró poco en la escuela, sus padres no pudieron soportarlo y lo transfirieron a otra. Aún así, ambos seguían en contacto, a veces Sehun le hacía llegar cartas a Jongin por medio de su hermana o éste iba a un teléfono público y hablaban por unos segundos a escondidas.

Aunque sus padres ya no confiaban en ellos, igual se las arreglaban para juntarse a escondidas, fingían que iban a estudiar a la casa de algún compañero, ellos los iban a dejar y a buscar, pero luego de unos minutos se escabullían a verse, sostener sus manos y robarse algún beso.

De a poco la gente fuera de la escuela se fue enterando y a señalar a Jongin con el dedo cuando acompañaba a su madre a la iglesia o a Sehun cuando iba con su padre a beber, porque desde que se había enterado de que su hijo no era normal lo obligaba a hacer "cosas de hombres" como beber, conducir, seducir chicas, ser un hombre masculino excusándose con que había pasado demasiado tiempo con su madre y por eso estaba un poco afeminado.

Un día en la iglesia una amiga le preguntó a la madre de Jongin de forma discreta si a su hijo mayor le gustaban los hombres, ella se puso color tomate y lo negó enseguida. Todo el mundo lo estaba comentando, no había vuelta atrás.

También la escuela se había vuelto un calvario para Jongin, sus amigos ya ni se molestaban en hablarle y estaba completamente solo, terminó sentándose al final del salón sin nadie al lado.

Llegó un momento en que no podían salir en familia sin que los miraran mal, su madre ya no podía soportarlo y lloraba mucho, haciendo a su hijo sentirse muy culpable. Su padre decidió irse al Sur, a la cuidad más pequeña que encontraran, para así estar más tranquilo, estaba seguro de que en ciudades pequeñas no había tanto pecado como en las grandes y seguro Jongin se volvía un hombre de verdad ahí.


* * * * * * *


El sol había salido después de las semanas nubladas, la luz tibia se colaba por las ventanas de la casa de la salita de Jongin mientras almorzaba con su madre, su hermana y Kyungsoo. Su misma mamá lo había invitado ese día, también le había dicho a Chanyeol que viniera, pero no pudo porque estaba en cama: había pasado demasiado tiempo bajo la lluvia al frío, sin mencionar que se había metido al mar sólo para impresionar a la hermana de Jongin, era un casanova bastante ridículo, se podría decir.

La señora Kim no podía dejar de hacer preguntas incómodas del tipo amoroso, "Kyungsoo, ¿ya tienes novia? ¿piensas casarte? ¿cuántos hijos vas a tener?" y él se revolvía pensando en una respuesta meramente aceptable, porque  siendo honesto nunca había tenido novia, no recordaba haber estado enamorado, no tenía mayor interés en ello, sólo le importaba escribir por ahora; pero Jongin le había advertido de lo metida que era su madre, así que mintió un poco.

Después de comer se sentaron a ver un poco de televisión, Kyungsoo muy pocas veces en su vida había hecho eso: en el pueblo había sólo un par de televisores en el mercado donde la gente se apilaba a ver a la hora de las noticias, era un lujo ahí y también la señal era muy mala.

La madre de Jongin no los dejó ni un minuto a solas, no es que pensara mal de Kyungsoo, pensaba mal de su propio hijo, podía pervertir a sus amigos y convertirlos en alguien como él, o eso le había comentado su marido la otra noche y ella tenía que hacerle caso. Pasaron casi toda la tarde en su casa, incluso jugaron algunos juegos de mesa viejos hasta que se hizo tarde, la mamá de Kyungsoo debía estar ya en casa.

Ella lo esperaba con el corazón helado, pensaba que su hijo se había perdido. Cuando le explicó que estaba con su amigo, el chico nuevo, se alegró de repente. Kyungsoo era retraído y torpe haciendo amigos, o quizás no quería tenerlos, así que se sintió tan agradecida; tal vez por eso él sonreía más a la hora de cenar.

Conversaron mucho de la escuela, el trabajo y de Jongin mientras escuchaban las noticias por la radio y cenaban, el ambiente no estaba tan frío como siempre.

Kyungsoo podía adivinar que sus pupilas se estaban dilatando cuando vio aquella escena, sabía que eventualmente ocurriría, pero no esperaba que tan pronto. Jongin estaba besando a una de sus compañeras de escuela, era un año menor que él dado a que asistía una clase más abajo y era una de las más lindas de todo el lugar. Tenía que ponerse de puntitas para alcanzarlo bien, pero él la sostenía con cuidado por la cintura.

Kyungsoo volvió a casa sin mirar atrás, no había terminado de verlos besándose en una esquina, no tenía por qué. Jongin era su amigo, podía haberle contado que ya le gustaba alguna chica o algo así, pero nunca insinuó nada; se sentía traicionado y a la vez celoso.

¿Pero celoso de Jongin por tener novia o celoso de la chica por tener a Jongin?

Revolvió su cabello con furia cuando entró a casa, qué estaba pensando, Jongin era un idiota, debían existir un millón de cosas que no sabía de él, ni siquiera confiaba.

Se encontraba escribiendo sentado en la misma roca de siempre acerca de eso más tarde, esperando por su amigo. El viento comenzó a correr más helado, pero esperó y escribió, escribió y esperó.

Pero Jongin nunca llegó.





* * * * * * *

Jongin recibía palmadas -o más bien golpes- en la espalda de parte de su padre mientras lo felicitaba por hacerse hombre. Las noticias volaban y mientras su madre se asomó al mercado, las señoras ya sabían la historia de él y la chica y no dudaron en contarle que su hijo era todo un Don Juan.

Pero él no estaba interesado en hacerse hombre, por lo menos no por ahora.

Esa chica le había estado hablando desde que llegó en la escuela, era linda y simpática, pero no para enamorarse, y cuando esa mañana encontró una carta de su parte entre medio de sus libretas confesándole su amor eterno, se sintió atrapado y meramente presionado.

Habló con ella de camino a casa, se dieron la vuelta más larga pasando por el mercado y por el puerto hasta que Jongin decidió besarle para no decepcionar. No decepcionar a la chica, a su madre, a su padre, al pueblo entero, al mundo y sobretodo a él mismo. Quería sentirse normal, aceptado.

Pero no sintió nada.

Se zafó de ella con excusas estúpidas, simplemente no podían ser novios, no en esta vida. Después de besarla se marchó limpiándose la boca con cuidado de que nadie viera, no es que le diera asco en específico, pero sentía que debía hacerlo.

No tenía ganas de ir a conversar con Kyungsoo, se sentía mal y no quería perturbarlo, necesitaba ordenar su mente un poco después de lo que había hecho, pero su madre no lo dejó con el alboroto que llegó armando a la casa.

Y ahí estaba, bebiendo cerveza con su padre como todo un hombre mientras las mujeres fregaban los platos en la cocina. Jongin no tenía el hábito de beber, pero tampoco quería decepcionar a su padre en eso, así que tomó a grandes sorbos. Ni siquiera le agradaba el sabor.


Al otro día toda la escuela comentaba el posible noviazgo suyo con la chica de tercer año, pero él jugó a ser el chico frío y dijo que no le interesaba. Su popularidad se acrecentaba a medida que pasaban los días y Kyungsoo lo observaba crecer socialmente desde su pupitre, oculto entre sus cuadernos y su pluma.

—¿Me extrañaste ayer? Perdón, no pude ir. —le dijo sonriente antes de que los otros chicos lo arrastraran afuera en el receso. Kyungsoo no pudo responder, Jongin ya había salido con sus amigos riéndose.

Sentía ganas de llorar, por fin había encontrado a alguien y como siempre lo abandonaban. Pero no importaba, realmente no importaba.



Marcaba las piedrecitas del camino de la colina con sus botas gastadas, era el único sonido perceptible gracias a la fuerza del viento, sentía que se volaría en cualquier momento hasta que bajó y alcanzó la misma roca de siempre. La marea estaba subiendo, mejor no se quedaba ahí mucho tiempo así que apuró su tarea, sacó su pluma y su cuaderno y comenzó a escribir.

"Recogí esta brizna en la nieve
Recuerda aquel otoño
En breve
No nos veremos más
Yo muero
Olor del tiempo brizna leve
Recuerda siempre que te espero"*

—¡Kyungsoo! —Jongin le gritaba mientras terminaba de bajar la colina, vestía un abrigo largo oscuro que lo hacía lucir aún más bello, y el viento mecía su cabello castaño como si le fuera inmune y lo tratara con dulzura. Kyungsoo guardó sus cosas, olvidando las ideas que tenía y lo esperó.

—No viniste ayer.

No sonreía como siempre, parecía decepcionado. Comenzó con un monólogo de "debiste haberme dicho que tenías novia, nunca me entero de nada, pensé que eramos amigos" mientras Jongin miraba sus zapatos cubiertos con un poco de arena. Se sentía mal por haber decepcionado a Kyungsoo, nunca podía dejar a todos felices, quería contarle lo que en realidad había pasado, ¿lo juzgaría mal después de eso? tenía que arriesgarse y seguir su instinto.

—Kyungsoo, ¿te puedo contar una historia?





****

Nota de la autora: ¡Le hice una portada! Gracias por leer <3

*El poema que escribió Kyungsoo es en realidad un caligrama de Guillaume Apollinaire, se llama "el adiós".

Continue Reading

You'll Also Like

1.4K 99 6
Azúcar, flores y muchos colores!!! Básicamente son mini capitulos sin continuidad centrado en mini familias donde el amor se encuentra en todos lado...
2.1M 216K 130
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
279 57 4
Llegará un día en que los dioses se cansarán hasta de ellos mismos; y entonces los elegidos rondarán la tierra de los mortales. Habrá caos y guerras...
27.6K 1.6K 6
Louis solo quería un pedazo de su corazón. Lo que no sabía era que; Harry no tenía corazón, ni piedad por nadie. «Hasta el corazón más enamorado de...