Los Sementales

By YukiTsuki18

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Machistas, lujuriosos, atractivos e infieles, así son los sementales... tres hermanos ricos y guapos que no c... More

Booktrailer y Presentación
0.- Prólogo
1.- Fruta prohibida
2.- Marcado
3.- En la cuna de Los Sementales
4.- Castigo
5.- Apuesta
6.- Calumnia
7.- Buitres
8.- Borracho
9.- El color de tus ojos
10.- Última cena
11.- Triste adiós
12.- Testamento
13.- El patrón
14. Boda
15.- Noche de Bodas
16.- Reencuentros
17.- De rodillas
18.- Capricho
19.- Estos celos
20.- Pasiones
22.- Romances
23.- Bajo el mismo techo
24. Noche de donceles
25.- Corazón galopante
26.- Cita
27.- Primera vez
28.- Lágrimas
29.- La propuesta
30.- Poco a poco, lentamente
31.- Hacer el amor
32.- Nubes negras
33.- Decisiones
34.- Amar es libertad
35.- Lágrimas de amor
36.- El fin de Los Sementales

21.- Evidencias

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By YukiTsuki18

¡¡¡¡¡NUEVO CAPÍTULO!!!!!

YA SÉ QUE LOS HICE ESPERAR CON ESTA ACTUALIZACIÓN, PERO EN RECOMPENSA LES DEJO UN CAPÍTULO MÁS EXTENSO DE LO NORMAL.

RECUERDEN SEGUIR APOYANDO LA HISTORIA CON SUS ESTRELLAS Y COMENTARIOS.

¡DISFRÚTENLO!

"Sí, quiero a Diego, lo quiero, lo amo, pero tengo miedo que me lastime... tengo miedo que me rompa el corazón"

Esa era la confesión que Julián le hacía a Tomasa con el rostro bañado en lágrimas... una confesión que salía de lo más profundo de su alma y que él mismo se negaba a aceptar.

Ni Tomasa, ni Julián se imaginaban que detrás de la puerta de la cocina, Diego escuchaba las palabras del pelirrubio... los ojos negros del semental se abrieron grandemente al oír de los propios labios de Julián, lo que tanto anhelaba escuchar.

La ama de llaves abrazó al doncel diciéndole: pero hijo, ¿por qué lloras? Si lo que sientes es maravilloso... amar es lo más bello de este mundo...

Julián: pero es que yo no quiero estar enamorado de Diego...

Tomasa: ¿por qué no?

Julián: porque Diego es igual que Carlos y Mauro... ellos no creen en el amor y solo juegan con los donceles... no quiero que Diego juegue conmigo, no quiero volver a sufrir por amor...

Sin salir de su asombro, el ojinegro se mantenía atento a la conversación, pero accidentalmente empujó un florero que estaba cerca de él, provocando que se rompiera al caer al suelo.

El ruido alertó a Julián y Tomasa, por lo que Diego se alejó rápidamente para evitar que lo sorprendieran.

Julián: ¿qué fue ese ruido Tomasa?

Tomasa: solo un jarrón que se cayó, seguramente por el viento, no te preocupes...

Limpiándose las lágrimas, el doncel comentó: como sea, será mejor que vaya a revisar unos documentos que tengo pendientes... solo te pido de favor que no le cuentes a nadie lo que te dije...

Tomasa: por supuesto que no, mis labios están sellados, pero no creo que puedas seguir callando lo que sientes por mucho tiempo... hay cosas que no pueden ocultarse y el amor es una de ellas... EL AMOR SIEMPRE ES EVIDENTE...

Julián: pues tendré que hacerlo... de momento no quiero que Diego sepa nada porque eso solo me complicaría más la vida... ya tengo suficiente con el testamento, con los problemas de Carlos, de Mauro, y hasta con Fabricio...

Tomasa se sorprendió: ¿Fabricio? ¿te refieres al doctor que vino a visitarte el otro día? ¿qué problema hay con él?

El ojiazul reveló: Fabricio es el hombre con el que iba a casarme, el hombre que me fue infiel una semana antes de nuestra boda...

Tomasa: no lo puedo creer, ese joven se ven tan amable, incapaz de hacer algo como lo que te hizo...

Julián: según Fabricio, ya ha madurado y cambiado... es más, incluso me propuso reiniciar algo entre nosotros...

Tomasa: ¿qué le respondiste?

Julián: que no... aunque lo he perdonado, no puedo olvidar su engaño... su infidelidad me dejó una cicatriz muy grande en el alma... yo quería a Fabricio con todas mis fuerzas, por eso me dolió tanto su traición...

La mujer miró a los ojos del doncel cuestionándole: y ahora ¿estás seguro de ya no quererlo? ¿su regreso a tu vida no te hace dudar de lo que sientes por Diego?

El pelirrubio respondió con firmeza: no Tomasa... quise muchísimo a Fabricio, tanto que hasta iba a casarme con él, pero ese amor se extinguió hace tiempo... hoy, mi corazón solo le pertenece a Diego... no tengo la más mínima duda que Diego es el hombre al que amo...

Diego entró a su recámara con una gran sonrisa en el rostro... se arrojó sobre su cama y mirando hacia el techo, sentía que el corazón le latía con mucha fuerza.

El ojinegro pensó en voz alta: me quiere, Julián me quiere... está enamorado de mí... me ama a mí...

Diego aún no podía creer lo que escuchó... temía que todo fuera un sueño y su imaginación lo hubiera traicionado... pensaba que era demasiado bueno para ser verdad.

**********

En casa de la familia Riva Palacio, Tiago desayunaba con su abuelo, quien lo cuestionaba por su comportamiento de los últimos días.

Joaquín: anoche otra vez volviste a llegar muy tarde, tanto que me dormí sin saber a qué hora volviste... ¿con quién estabas?

Tiago: estuve con Diego platicando... el tiempo se nos fue volando y no nos dimos cuenta de la hora...

Con ironía, el anciano comentó: ¿platicando? Ojalá solo hayan estado haciendo eso...

Tiago: no me ofendas abuelo...

Joaquín: eres tú quien se ofende a sí mismo, cuando regresas a San Benito y lo primero que haces es ir detrás de un hombre al que no has visto en años y de quien todos hablan muy mal... todo el pueblo habla pestes de los hermanos Obregón... hasta los llaman LOS SEMENTALES...

Tiago: me extraña que digas eso, sobre todo cuando tú fuiste uno de los grandes amigos de don Serafín...

Joaquín: eso no tiene nada que ver, además hasta el mismo Serafín sabía la clase de nietos que tenía, por eso dejó ese testamento, del cual tú ya sabes...

El ojiazul bebió de su taza de café al tiempo de decir: por cierto, abuelo... ¿tú sabes de algún Julián cercano a Diego?

Joaquín: por supuesto... Julián Grajales es el albacea que Serafín estableció en su testamento... ese doncel vive en el rancho junto con Diego y sus hermanos...

Sorprendido, el pelirrizado agregó: ¿Julián vive en el rancho?

Joaquín: así es como lo manda el testamento...

Tiago: y dime... ¿Julián y Diego tienen alguna relación sentimental?

Joaquín: ¿te refieres a si son pareja?

Tiago: sí, ¿qué hay exactamente entre ellos?

Joaquín: lo que yo sé es que tanto Diego como sus hermanos desprecian a Julián... ellos creen que Julián engatusó a su abuelo para nombrarlo albacea y dejar ese testamento, pero a mí me consta que eso no es verdad... Julián no es una mala persona...

Tiago inquirió: ¿cómo es él? ¿cómo es Julián?

Joaquín: pues... físicamente es muy bello, tiene tu misma edad, incluso se parece un poco a ti, también es rubio y de ojos azules... pero sobre todo tiene un gran corazón, por eso Serafín lo dejó encargado de todo... porque Julián le demostró que es un chico muy dulce, responsable, honesto...

Tiago interrumpió con ironía: no pues, el "doncel maravilla" por lo que veo... parece que a ti también te engatusó con su personalidad...

Joaquín: no entiendo por qué te molestas... si piensas que entre Julián y Diego pueda haber algo, despreocúpate... o es que ¿Diego te ha comentado algo sobre Julián?

El rubio respondió: Diego no me ha dicho nada de Julián... pero has hablado tantas maravillas de ese doncel, que me gustaría conocerlo... quiero tener frente a mí a Julián y comprobar si es tan "encantador" como dices...

**********

Martín abrió sus ojos cafés mirando a través de la ventana el radiante sol que le indicaba que ya era un nuevo día... poco a poco, las memorias de la noche anterior llegaron a la mente del doncel provocando un rubor en sus mejillas.

El tierno castaño recordaba los besos y las caricias de su marido, pero no se acordaba en qué momento perdió la conciencia, ni en qué momento Carlos dejó de poseerlo.

Martín intentó moverse en la cama, pero hasta ese instante se percató que Carlos continuaba durmiendo a su lado, manteniéndolo abrazado y pegado a él... el velludo pecho de su marido rozaba su espalda, así como entre sus nalgas podía sentir el miembro del varón... ambos aún estaban desnudos, después de una apasionada noche.

Sintiendo la fuerte respiración del semental en sus cabellos, Martín intentó sigilosamente levantarse del lecho... el doncel se quitó de encima el fuerte brazo que rodeaba su cintura y se fue apartando poco a poco.

Pero cuando estaba lo suficientemente lejos para levantarse de la cama, Martín sintió cómo era sujetado de un brazo y jalado hacia su marido, quien percatándose de lo que su doncel quería hacer, lo aprisionó nuevamente con su fornido cuerpo.

Martín: Carlos, déjame levantarme... ya son casi las nueve de la mañana...

Carlos contestó sin abrir los ojos, pero apretándose más a su doncel: quedémonos un poco más en la cama... me duele la cabeza y quiero seguir durmiendo así como estamos...

Intentando liberarse, el ojicafé agregó: pues si quieres, sigue durmiendo tú, yo quiero bañarme... estoy "sucio" después de todo lo que me hiciste anoche...

Carlos: querrás decir lo que "hicimos" anoche... pero espera un poco más y nos bañamos juntos... si quieres, yo te ayudo a asearte bien...

Sonrojado, Martín se logró liberar del barbado diciendo: por favor, no digas eso que me apenas... respeta mi intimidad...

Con risa burlona, el semental agregó: pero ¿qué intimidad? Yo ya conozco cada centímetro de tu cuerpo... estoy seguro que he visto partes que tú mismo no te puedes ver, jajaja...

Molesto, el doncel le arrojó una almohada en la cara a Carlos, al tiempo de ponerse rápidamente una bata de baño para cubrir su desnudez.

Martín: el hecho que estemos casados, no significa que yo ya no tenga derecho a mi propia intimidad, ni que tú tengas que ayudarme a hacer cosas que son muy íntimas para mí...

Carlos: está bien, no voy a discutir tan temprano contigo, pero te advierto que un día nos vamos a bañar juntos y lo que hacemos en la cama, lo vamos a hacer en otros lugares y en otras posiciones también...

El castaño respondió con molestia: mejor levántate y báñate tú primero... ¿no se supone que estás buscando trabajo? ¿a qué hora te vas a ir?

Colocando cómodamente sus brazos debajo de su cabeza y mostrando sin ningún pudor su cuerpo desnudo, el semental dijo: hoy no voy a salir a buscar nada... este día te lo voy a dedicar a ti, a mi "lindo esposo"...

Martín: ¿q-qué quieres decir?

Carlos: que te voy a llevar de compras... ayer me dijiste que estabas viendo ropa para el bebé, pero que no habías podido comprar nada, hoy vamos a comprarle algunas cosas a Carlos Samuel, ya tienes casi dos meses de embarazo y aunque aún falta mucho, tenemos que empezar a prepararnos con lo necesario...

Sorprendido de lo que escuchaba, Martín respondió: pu-pues creo que tienes razón...

Carlos: también vamos a ir a comprar ropa para ti...

Martín: ¿para mí? pero yo no necesito nada...

Carlos: aunque no lo necesites, mi deber como tu marido es mantenerte bien y eso también incluye la vestimenta...

Martín iba a protestar, pero Carlos no se lo permitió al continuar hablando: y por último vamos a buscar un especialista para que te revise, quiero saber cómo va tu embarazo y para que tengas alguien que te esté supervisando constantemente...

Martín: ¿vamos a ir a la clínica del doctor Montero?

El barbado contestó tajantemente: por supuesto que no... no me gustan los médicos que hay ahí... vamos a buscar un especialista que sea mujer o doncel, no quiero que ningún hombre te toque, ¿está claro?

Martín asintió agachando la cabeza.

Carlos: ¿no vas a decir nada?

Martín: qué puedo decir, si tú ya lo decidiste todo por mí... en este matrimonio, solo tu opinión es la que vale...

El doncel se apresuró a meterse al baño cerrando la puerta con llave, para evitar que Carlos lo sorprendiera en la regadera.

El barbado sonrió sin levantarse de la cama, no sabía por qué, pero extrañamente amaneció de muy buen humor.

**********

En el pueblo de Santo Domingo, dentro del baño de la suite nupcial, Mauro y Dani se encontraban dentro de la tina bañándose... el doncel estaba sentado en medio de las piernas del varón, quien le daba besos en el cuello y espalda.

Mauro: ¿dormiste bien?

Con tono molesto, el ojiavellana respondió mientras enjabonaba sus piernas: no seas cínico Mauro, sabes bien que apenas pude dormir... toda la noche, te la pasaste como "burro en primavera"...

Riéndose, el ojimiel contestó: anoche te lo dije, quiero que de este cuarto salgas preñado... para asegurarme de que un pequeño semental nazca pronto, tenía que hacértelo muchas veces...

Dani tocó su estómago, el cual lucía inflamado por la cantidad de semen que le fue depositado.

Daniel: no lo sé, Mauro, no sé si quiero quedar embarazado tan pronto... aún soy muy joven y...

El ojimiel suspendió sus caricias y expresó con molestia: no, un momento Dani, tú sabes bien que necesito tener un hijo, por eso dentro de un rato nos vamos a casar... no me salgas ahora con que no quieres embarazarte tan pronto...

Daniel: solo te estoy diciendo lo que siento... creo que aún soy muy joven para ser madre, hace poco cumplí 20 años... quizás podríamos esperar unos años más para ser papás...

Mauro alzó la voz: por supuesto que no... tú y yo quedamos en algo, no quieras arrepentirte ahora... ¿o te gustaría que yo me arrepienta de casarme contigo?

Al escuchar el tono del ojimiel, Daniel se levantó de la tina saliendo con el cuerpo húmedo y rastros de jabón.

Arropándose con la toalla de baño, el ojiavellana cuestionó entre lágrimas: ¿serías capaz de no casarte conmigo después de lo que pasó? ¿serías tan canalla de no cumplirme como hombre después que anoche te entregué mi virginidad?

Aunque Mauro estaba enfadado, ya sabía cómo tratar a Daniel para convencerlo de lo que él quisiera, por lo que también se levantó de la tina para acercarse al ojiavellana.

Con tono suave, el semental menor dijo: por supuesto que no sería capaz Dani, yo te prometí que nos casaríamos, por eso me entregaste tu valioso tesoro... de igual forma, tú también prometiste ayudarme con mi problema... sé que así como yo te voy a cumplir como hombre casándome contigo, tú me vas a cumplir como doncel dándome el hijo que necesito...

Daniel miró a los ojos de Mauro sin decir nada.

Mauro insistió: ¿verdad que sí me vas a dar ese hijo?

El ojiavellana asintió, por lo que el semental lo abrazó con fuerza y besándole la cabeza, expresó: dentro de un rato más vamos a casarnos Dani y en unos meses vamos a ser padres de un bebé, un bebé que será la máxima prueba de tu amor por mí...

**********

Julián se dirigía a la puerta de salida cuando vio que Diego descendía por las escaleras... los ojos negros del varón se clavaron en los ojos azules del doncel, quien se percató que la mirada del semental era diferente.

Julián: buenos días Diego, no sabía que ya habías regresado a la casa... Tomasa me dijo que no viniste a dormir...

Apenado, el varón expresó: así es, se me hizo muy tarde y ya no pude regresar... discúlpame...

Julián: ¿por qué te disculpas?

Diego: porque seguramente te preocupaste al no verme llegar...

Julián: claro que me preocupé... tanto como me preocupo por todos en esta casa...

El musculoso varón sonrió mirando fijamente a los ojos de Julián, quien se sintió incómodo por la mirada.

Julián: ¿por qué me miras así?

Diego contestó con voz suave: es que hoy amaneciste más lindo que otros días...

Sintiendo que sus mejillas se teñían de rojo, el doncel respondió: Diego, no te burles de mí...

Diego: no me estoy burlando, te estoy diciendo la verdad... me gustaría que hoy tú y yo habláramos solo con la verdad...

Julián: no entiendo a qué te refieres...

Acercándose más al ojiazul, el varón comentó: lo que quiero decirte es que yo también...

En ese preciso instante, Carlos interrumpió diciendo mientras bajaba las escaleras: Diego, necesito hablar contigo ahora mismo...

El ojinegro tuvo que guardarse sus palabras y mirando retadoramente a su hermano mayor, contestó: ¿sobre qué quieres hablar?

Mirando de reojo a Julián, Carlos respondió a Diego: vamos a tu cuarto, quiero que hablemos a solas...

El doncel comentó: por favor Carlos, no vayan a pelear nuevamente...

El ojiverde vociferó: tú cállate y no te metas... esto es cosa de hombres...

Molesto, Diego habló con voz recia: no le grites a Julián... es la última vez que te permito que lo maltrates en mi presencia...

Sin hacer caso a la advertencia, el barbado preguntó: ¿vienes o no a hablar conmigo?

Diego se dirigió a Julián hablándole suavemente: ahora vuelvo, no te preocupes que no nos vamos a pelear...

El ojiazul vio a Diego subir las escaleras con Carlos sintiendo una calidez en su pecho... no entendía por qué, pero Diego lo trataba diferente.

Los pensamientos de Julián fueron interrumpidos por el timbrar del teléfono.

Julián contestó: bueno... ¿Fabricio?... ¿qué necesitas?

**********

Dentro de la recámara de Diego, el semental de ojos negros le dijo a su hermano mayor: ya estamos solos, ¿qué quieres decirme?

Haciendo un esfuerzo para hablar, el barbado expresó: pues... quiero reconocer que ayer la cagué... no debí ponerme como me puse, pero ya sabes como soy y tienes que entenderme... a ti tampoco te gustaría que yo estuviera abrazando a tu doncel...

Diego interrumpió: no Carlos, no te entiendo... sé perfectamente cómo eres, sé que tienes un carácter de la fregada, pero eso no te da derecho a acusarme de todo lo que me acusaste ayer... me dijiste que siempre te he robado todo y que ahora también te quiero robar a Martín...

Carlos: ayer estaba muy encabronado y cuando uno está enojado dice cosas que no siente...

Diego: es que estoy seguro que tú sí sientes todo lo que dijiste, pero voy aclararte algo, ni nuestros padres, ni el abuelo me quisieron más a mí, ellos siempre nos quisieron por igual... si el abuelo fue más duro contigo es porque tú siempre fuiste el más cabrón de los tres, no me culpes a mí de tu mala relación con él... y respecto a Martín, yo no pretendo robártelo porque respeto que ahora es tu esposo y está esperando un hijo tuyo, pero si alguien le robó algo a alguien, ese fuiste tú... te recuerdo que Martín era mi novio y tú me lo quitaste a la mala...

Carlos: ¿ahora me vas a reclamar eso? ¿vas a salir con que te dolió en el alma perder a Martín? Él para ti solo fue una apuesta y para mí...

Diego: no estoy reclamándote nada... solo te estoy aclarando las cosas... es cierto, jamás me enamoré de Martín en el breve tiempo que salimos y de algo puedes estar seguro, él tampoco se enamoró de mí... solo estaba ilusionado conmigo porque nunca había tenido novio, su abuela siempre lo cuidó demasiado y...

Carlos: sí, todo eso ya lo sé... el mismo Martín me aclaró cómo se dieron las cosas entre tú y él...

Diego: entonces ¿por qué tu desconfianza?

Carlos: pues porque soy un cabrón celoso y tú lo sabes... lo que es mío, lo defiendo con garras y dientes...

Diego: eso no te justifica, puedo entender que seas un hombre celoso, pero no con Martín, él es un doncel extraordinario, como pocos... y te aseguro que, aunque yo o cualquier otro cabrón se le arrodillara, él no te traicionaría... métete eso en la cabeza...

Carlos respondió con molestia: bueno, ya deja tu pose de divo y olvida lo que pasó... estoy reconociendo que la cagué y tú sabes lo difícil que es para mí reconocer mis errores...

Diego: lo sé y realmente me parece increíble que lo hagas... nunca antes habías hablado conmigo después de habernos agarrado a madrazos... ¿por qué lo haces ahora? ¿Martín te lo pidió?

El ojinegro atinó, pero el orgullo de Carlos no le permitía admitirlo: lo hago porque quise... Martín no me pide nada porque sabe que las cosas se hacen como yo quiero...

Disimulando una sonrisa, Diego dijo: sí, claro...

Momentos después, Diego bajó a la sala, pero ya no encontró a Julián... comenzó a buscarlo por la casa hasta llegar a la cocina, donde estaba Tomasa.

Diego: ¿sabes dónde está Julián?

Tomasa: acaba de salir...

Diego: ¿a dónde?

Sin dejar de cocinar, la mujer respondió: me parece que fue a ver al doctor Cisneros...

Al escuchar eso, el semblante tranquilo de Diego cambió por uno furioso.

Diego: y ¿por qué tiene que ir a ver a ese tipo?

Tomasa: no lo sé, creo que el doctor le llamó para algo... pero ¿por qué te molestas?

Diego: porque Julián no tiene por qué salir corriendo a buscar a ese "doctorsito"... sé perfectamente cuáles son las intenciones de ese cabrón... ahora mismo voy a impedir que Julián lo vea...

Rápidamente, Tomasa detuvo al ojinegro, sujetándolo de un brazo: espera, no vayas a buscarlo... ¿por qué te pones así?

Diego vociferó: porque no quiero que Julián se vea con ese tipo... porque...

Tomasa interrumpió: porque estás celoso ¿verdad?...

Diego no contestó.

Tomasa: no tienes que responderme, te conozco desde que eras un niño y sé que te mueres de celos porque Julián vaya a verse con otro hombre... pero te aseguro que Julián no va hacer nada indebido con ese doctor...

Diego: eso lo sé, pero es que me molesta que ese doctor esté tras de Julián...

Tomasa: pues si quieres ganarle la pelea a ese médico, no te comportes como un animal... Julián no necesita quién lo defienda del doctor, lo que Julián necesita es un buen hombre que esté a su lado para apoyarlo, un hombre que le dé cariño... si tú quieres ser ese hombre, tienes que dejar de ser un SEMENTAL...

**********

En el registro civil de Santo Domingo, Mauro y Daniel esperaban al juez que los casaría... ambos se mostraban inusualmente nerviosos, pero seguros del paso que darían.

Cuando el juez llegó, les informó que el problema de las actas de nacimiento ya estaba resuelto, por lo que iniciarían con la ceremonia.

Mauro y Daniel se colocaron de pie frente al juez, quien comenzó a leer los protocolos y fundamentos jurídicos del matrimonio.

El ojimiel tomó con fuerza de la mano al doncel, quien le sonrió esperando con ansias a que el juez llegara a la parte en que les hacía la pregunta para unirlos formalmente en matrimonio.

Pero antes que eso sucediera, el doctor Montero apareció acompañado de dos policías interrumpiendo la ceremonia.

Montero: un momento señor juez, esta boda no puede continuar...

Muy asombrados, Mauro y Daniel voltearon a ver al médico, pero fue el doncel, quien preguntó: papá ¿qué haces aquí?

Montero: vine por ti...

Daniel: pero cómo supiste que estábamos en este pueblo...

Montero: sabes que tengo muchos amigos en San Benito y un amigo del registro civil me informó que en este pueblo habían solicitado tu acta de nacimiento... afortunadamente llegué a tiempo para impedir esta locura... tú vienes conmigo ahora mismo...

El médico tomó con fuerza de un brazo a su hijo, al tiempo que Mauro se acercó para arrebatárselo.

Con firmeza, el ojimiel habló: usted no se va a llevar a nadie de aquí... Dani es mi novio y queremos casarnos, él ya es mayor de edad y no está cometiendo ningún delito...

Montero miró retadoramente a Mauro diciendo: por supuesto que mi hijo no es un delincuente... el que cometió el delito fuiste tú... tú que secuestraste a mi hijo y por eso te voy a meter a la cárcel... ¡policías, detengan a este sujeto!

Los dos policías sujetaron con fuerza a Mauro, quien se resistía: suéltenme, yo no secuestré a nadie... suéltenme...

Al ver que los policías se llevaban a su novio, Dani le dijo a su padre: papá, ordénales a esos tipos que lo suelten... Mauro no me secuestró, yo me escapé con él porque lo amo, ¿cuándo vas a entenderlo?

Montero vociferó: ese tipo te tiene engañado, pero tienes que abrir los ojos... Mauro se va para la cárcel y tú vendrás conmigo a la casa...

Con los ojos llenos de lágrimas, Daniel se liberó del agarre de su padre y gritó: no, yo no voy a ningún lado contigo... si metes preso a Mauro, yo me voy con él a la cárcel o al fin del mundo, pero jamás volveré contigo a la casa...

Montero: ¿cómo puedes decir tremenda estupidez?

Daniel: no es ninguna estupidez, aunque Mauro esté preso, yo no voy a dejar de amarlo, ni tampoco volveré a tu lado... soy mayor de edad y puedo independizarme...

Montero: ¿prefieres vivir en la calle que a mi lado? ¿así me pagas? A mí, que te he dado todo lo que siempre has querido...

Daniel: sí, has cumplido todos mis caprichos, pero a cambio me quitas la libertad...

Montero: yo no te tengo encerrado...

Daniel: no es necesario que me encierres para quitarme el poder de decidir por mí mismo el rumbo de mi vida... yo ya no soy un niño y tengo derecho a hacer lo que quiera, a amar a quien yo quiera y a casarme con el hombre que yo elija... tú también hazlo, búscate a alguien a quien amar para que a mí me dejes en paz...

Con el rostro bañado en llanto, el doncel gritó a todo pulmón: ya no te soporto, papá... ¡SI MI MADRE VIVIERA, NO ME ALEJARÍA DEL HOMBRE QUE AMO! ¡OJALÁ ESTUVIERA CON VIDA Y NO TÚ!

Tras esas duras palabras, el doctor Montero guardó silencio por unos instantes y después dijo con voz serena: muy bien Dani, tú así lo has querido... como tu padre, siempre he procurado lo mejor para ti, pero veo que me he convertido en tu enemigo y en un obstáculo para tu vida... quédate con Mauro y cásate con él si eso es lo que tanto quieres, pero olvídate de mí... cuando firmes esa acta de matrimonio, olvídate que tienes un padre...

Daniel: no vas a chantajearme, papá...

Montero: no es ningún chantaje... y escucha bien lo que voy a decirte... de todo corazón deseo que seas feliz, ojalá que algún día me demuestres que estoy equivocado, porque aunque hoy creas que soy tu enemigo, mañana cuando llegues a la casa llorando por tu matrimonio fracasado, me va a dar mucha pena comprobar que yo siempre tuve la razón...

El hombre mayor se dio la vuelta y ordenó a los policías que sujetaban a Mauro: suéltenlo y vámonos...

Los policías obedecieron y después salieron del registro civil, junto al doctor Montero.

Mauro se acercó a Daniel para abrazarlo y consolarlo: ya mi amor, no llores, te portaste muy valiente y pusiste en su lugar a tu papá... él no tenía derecho a hacerte esto...

Sollozando en el pecho del ojimiel, el doncel contestó: es mi papá y lo quiero, pero no puedo permitir que siga controlando mi vida...

Daniel: lo sé, chiquito, pero él no podrá controlarte más porque a partir de ahora, serás mi doncel y el único hombre en tu vida, seré yo...

El juez interrumpió con una pregunta: disculpen, sé que este es un momento muy bochornoso, pero ¿aún están decididos a casarse?

Mauro respondió con firmeza: por supuesto señor juez... aquí no ha pasado nada, continuemos con la ceremonia...

**********

En San Benito, Carlos llevó a Martín a la tienda de bebés que el doncel había visitado antes, donde apartó los pequeños zapatos.

El barbado observó la alegría con la que el ojicafé sostenía los zapatitos de su futuro hijo... por primera vez, veía a Martín sonriendo y eso lo hacía lucir aún más bello.

Al momento de pagar, Carlos eligió un mameluco azul diciendo: todo lo que llevamos lo escogiste tú, esto quiero que sea mi regalo elegido por mí para mi hijo...

Martín tomó entre sus manos la prenda: pero, ¿por qué azul? Aún no sabemos si será niño... deberías escoger un color neutro como blanco o amarillo...

Carlos respondió con seguridad: por supuesto que nuestro hijo será varón... no tengo ninguna duda, así que me lo llevo en ese color...

Martín sabía que no podría convencer al barbado, por lo que lo dejó cumplir su capricho, después de todo ya llevaban muchas cosas más en distintos colores.

El día de compras continuaba, pero esta vez el semental mayor y su doncel fueron a una tienda de ropa para adultos... Martín insistía en que no le faltaba nada, pero Carlos terminó por convencerlo de comprar varias prendas.

Martín se encontraba dentro del vestidor probándose la ropa cuando Carlos le tocó la puerta.

El ojicafé abrió asomando solo la cabeza porque estaba a medio vestir: ¿qué pasa?

Sonriendo pícaramente, Carlos sostenía un conjunto de lencería sexy color rojo demasiado provocador.

Carlos: mira lo que encontré... ¿por qué no te lo pruebas para comprártelo?

Martín vio las prendas y con las mejillas encendidas, contestó: ¿qué? ¿cómo crees que voy a usar algo así? Me moriría de pena...

Carlos: ¿por qué pena? Si no te la va a ver nadie más que yo... a mí me encantaría verte con algo así, lucirías muy sexy...

Martín: pero yo no uso ese tipo de lencería...

Carlos: no la usabas porque eras soltero, pero ahora que estás casado, debes complacerme y yo quiero regalártelo... toma, pruébatelo...

Muy molesto, Martín agarró las prendas diciendo: como se ve que eres hombre, este tipo de lencería no se prueba... solo se compra y ya...

Carlos: entonces, tendré que esperarme a la casa para vértela puesta...

Martín: ni sueñes que me la voy a llevar y ya vete, que aún me estoy probando ropa que sí me gustó...

Sonriendo, el varón se alejó un poco cuando de pronto se topó con el prostituto de la cantina, con el que se fue al cuarto la noche anterior.

Prostituto: hola guapo, qué sorpresa encontrarte aquí... no sabía que te gustaba visitar el área de ropa para donceles...

Con desdén, el ojiverde respondió: yo tampoco sabía que en esta tienda dejaban entrar a donceles como tú...

Dentro del vestidor, Martín escuchó que Carlos hablaba con alguien, por lo que dejó de probarse ropa para prestar atención a lo que decían.

Prostituto: ¿por qué estás enojado conmigo? Soy yo quien debería estar molesto, anoche me dejaste caliente porque tú no me cumpliste...

Con mirada furiosa, el barbado contestó: cállate y lárgate... no quiero verte...

Prostituto: no te preocupes, guapo, lo que te pasó es muy normal... hasta al más macho, le sucede, pero si volvemos a vernos, te aseguro que yo hago que te enciendas y me cumplas como siempre lo has hecho...

Carlos: que te calles te digo... en el vestidor está el doncel con el que me casé, no quiero que te escuche...

Sonriendo, el prostituto añadió: ¿aquí está el doncel "mojigato" con el que te casaste? ¿el que no te satisface como tú quieres?

Martín escuchó las palabras del prostituto.

Carlos: ya te dije que te calles...

Prostituto: pero por qué te enojas... eso fue lo que tú mismo me dijiste, que tu doncel es un "mojigato"...

Furioso, el ojiverde tomó con fuerza del brazo al prostituto y se alejó con él para evitar que Martín los escuchara.

Pero Martín había oído todo perfectamente.

El ojicafé se dijo a sí mismo: "mojigato"... Carlos piensa que soy un mojigato...

Minutos después, el doncel salió del vestidor y le dio a la vendedora la ropa que se compraría para que la envolvieran.

La comerciante comenzó a envolver y al ver el conjunto de lencería sexy, preguntó: ¿también se llevará esto?

Martín dudó, pero contestó con firmeza: sí, también me lo voy a llevar...

**********

En Santo Domingo, el juez hacía la tan esperada pregunta al menor de los sementales: señor Mauro Obregón, ¿acepta como su legítimo esposo al joven Daniel Montero?

Mauro contestó con una sonrisa triunfal: sí, acepto...

Dirigiéndose al doncel, el juez preguntó: joven Daniel Montero ¿acepta como su legítimo esposo al señor Mauro Obregón?

Luego de escuchar la pregunta con la que soñó tanto tiempo, el ojiavellana dudó en contestar... las palabras de su padre hacían eco y se cuestionaba si realmente estaba haciendo lo correcto.

Mauro miró a Daniel, quien se mantenía en silencio, por lo que apretando su mano, le dijo: mi amor, ¿no escuchaste la pregunta?

El juez repitió: joven Daniel Montero ¿acepta como su legítimo esposo al señor Mauro Obregón?

Sintiendo la presión de la mirada del ojimiel, Daniel respondió tartamudeando: s-sí, a-acepto...

Juez: muy bien, ahora procedamos a la firma del acta, usted primero señor Obregón...

Luego que Mauro, Daniel y los testigos firmaron el acta matrimonial, el juez sentenció: por el poder que me confiere la ley, señor Mauro Obregón y joven Daniel Montero, los declaro legalmente unidos en matrimonio...

Muy satisfecho de lograr su objetivo, el semental menor tomó de la cintura a Daniel y estrechándolo a su cuerpo, lo besó apasionadamente.

Mauro se percató de la actitud desanimada de su ahora esposo, por lo que preguntó: ¿qué te pasa Dani? ¿no estás contento de que por fin estamos casados?

Daniel: s-sí, por supuesto que estoy feliz, es solo que la aparición de mi papá me dejó nervioso...

Mauro acarició la mejilla de Daniel al tiempo de decirle mirándolo a los ojos: te entiendo chiquito, pero ahora ya no tienes qué preocuparte más... ya nadie puede separarnos, eres mi doncel, estamos casados y muy pronto seremos papás...

**********

En San Benito, Tiago llegó al rancho de "Los Manzanos" con la intención de conocer a Julián... Tomasa le abrió la puerta.

Tiago: buenas tardes, Tomasa, ¿te acuerdas de mí? soy Tiago, el nieto del licenciado Riva Palacio... quisiera ver a Julián Grajales ¿está?

Tomasa: cuánto tiempo sin verlo, joven... lo siento, pero Julián salió y aún no regresa... ¿quiere esperarlo?

El pelirrizado no pudo responder porque la voz de Diego resonó en sus oídos: Tiago, ¿qué haces aquí?

Nervioso, el doncel respondió: Diego, pensé que estarías en los campos de manzanas trabajando...

Diego: hoy, no salí de la casa... Tomasa, déjanos solos, por favor...

Cuando la mujer se retiró, Diego cuestionó abiertamente al doncel: ahora sí, dime ¿qué estás haciendo aquí?

Tiago: está bien, te voy a decir la verdad... no vine a verte a ti, sino a Julián...

Sorprendido, el ojinegro inquirió: ¿a Julián? ¿para qué quieres verlo?

Tiago: para conocerlo... quiero conocer al doncel que te trae loco... porque aunque no me lo has dicho claramente, es obvio que el Julián por el que sientes algo especial es el mismo que tu abuelo dejó como albacea de todos sus bienes...

Diego: no sabía que estuvieras enterado del testamento del abuelo...

El doncel mintió: me enteré hoy... mi abuelo me lo contó porque le pregunté si conocía algún "Julián" cercano a ti... entiéndeme que estoy muy intrigado por el doncel que te robó el corazón, pero que también te rechaza porque odia a los hombres...

Diego replicó: eso ya no es así... las cosas han cambiado...

Tiago: ¿a qué te refieres?

Diego: a que ahora sé que Julián me quiere, pero me rechaza porque me teme por la mala fama que tenemos LOS SEMENTALES... piensa que solo quiero jugar con él...

El pelirrizado no pudo disimular su molestia: ¿Julián te quiere?

Diego: sí y voy a ser muy honesto contigo... por él estoy dispuesto a ser un hombre diferente, a cambiar mi modo de vida y olvidarme de todas mis andanzas... ahora que sé que Julián me quiere, estoy decidido a conquistarlo...

**********

En esos momentos, Julián platicaba con Fabricio en un restaurante cercano al hospital.

Julián: no puedo creer todo lo que me cuentas... pobre Martín, es tan cruel todo lo que Carlos le ha hecho, pero ahora entiendo por qué se casó con él... sabía que había algo raro entre ellos... Martín es tan tierno y dulce que yo no alcanzaba a comprender por qué aceptó casarse con un hombre como Carlos...

Bebiendo de su taza de café, el ojiverde añadió: Carlos presionó a Martín para obligarlo a casarse con él, no solo por su hijo, sino también por su abuela que está enferma y requiere de un tratamiento costoso...

Julián: o sea que Carlos lo chantajeó... ese es el "trato" del que hablaban... todo tiene sentido ahora...

Fabricio: lo único que Martín no entendía, y la verdad yo tampoco, es por qué la insistencia de Carlos para casarse con él... porque antes que el abuelo muriera, Carlos le había negado su apoyo, incluso quería que Martín abortara a su bebé... de hecho, yo le recomendé a Martín que fuera a pedir apoyo al abuelo, pero desafortunadamente llegó cuando el señor acababa de fallecer...

El pelirrubio recordó su primer encuentro con Martín: claro, esa era la razón por la que llegó al rancho ese día...

Fabricio: Julián, ¿tú sabes por qué Carlos cambió su actitud con Martín tras la muerte de su abuelo?

El doncel reveló: porque don Serafín estableció en su testamento varias cláusulas, una de ellas dice que para que Carlos y sus hermanos accedan a su herencia de manera inmediata y sin que yo los administre, es necesario que cada uno de ellos se case y tengan un hijo...

El varón replicó con tono molesto: entonces esa es la razón... por eso obligó a Martín a casarse con él, porque Martín es la llave para obtener su herencia... ¡qué canalla es!... ¡Carlos es el peor de los canallas!... pero Martín tiene que enterarse...

Julián: ¿estás seguro que Martín no lo sabe?

Fabricio: por supuesto, Martín no sabe nada de esa cláusula, pero tiene que saberlo... tú tienes que decírselo porque si yo lo busco, temo meterlo en más problemas...

Julián: sí, por favor, déjame a mí encargarme de este asunto... te prometo que haré lo posible para ayudar a Martín... me da gusto que él haya contado con tu apoyo cuando más lo necesitó... eso me confirma que sigues siendo el hombre compasivo y deseoso de ayudar a los demás que yo conocí...

Fabricio colocó su mano sobre la suave y delicada mano del doncel.

Fabricio: yo sigo siendo el hombre del que alguna vez te enamoraste, creo que incluso soy un mejor hombre... mis errores del pasado me han hecho madurar...

Disimuladamente, el doncel retiró su mano diciendo: creo que ambos hemos madurado, es por eso que a pesar de lo que pasó entre nosotros, aquí estamos, platicando con confianza...

Fabricio: creo que tú aún no confías tanto en mí...

Julián: ¿por qué lo dices?

Fabricio: porque solo hemos hablado de Martín y Carlos, pero no hemos hablado de ti... aún no me has dicho sobre la cláusula que te impide casarte durante los próximos 10 años...

Sorprendido, el ojiazul inquirió: ¿cómo? ¿de qué cláusula estás hablando?

Fabricio: de la que establece que si deseas casarte, solo puedes hacerlo con uno de los hermanos Obregón...

Julián: ¿quién te dijo eso?

Fabricio: Diego Obregón...

Julián: ¿conoces a Diego?

Fabricio: lo conocí hace unos días cuando llegó al hospital para advertirme que no quería verme cerca de ti... me dijo que no perdiera mi tiempo contigo porque tú no eras un doncel libre... ¿por qué te sorprendes tanto? ¿acaso no es verdad la cláusula de la que me habló?

Julián afirmó muy molesto: por supuesto que no es cierto... esa cláusula es absurda y jamás la habría aceptado... lo que no entiendo es por qué Diego te hizo creer algo así...

Fabricio: a mí no me importa por qué lo inventó... lo que quiero saber es qué hay exactamente entre tú y él... ¿qué tipo de relación tienen?

Rápidamente, el doncel aseveró: la única relación entre Diego y yo es la que establece el testamento... eso es lo único que nos une...

Fabricio: pues qué extraño, porque a mí me parece que él te considera como algo más que un albacea...

Julián: ¿lo dices por la mentira que inventó?

Fabricio: lo digo porque él fue muy claro al advertirme que no me quiere cerca de ninguno de los donceles de su rancho... ni de Martín que es esposo de Carlos, ni de ti, pero cuando se refirió a ti, me dio la impresión que hablaba como si tú fueras de su propiedad...

Julián no respondió quedándose pensativo por todo lo que Fabricio le había revelado.

**********

A bordo de su camioneta, Carlos le preguntó a Martín: ¿qué te pareció la doctora Sánchez? creo que es una buena especialista para que lleve el control de tu embarazo...

Martín: sí, también me agradó, pero sobre todo le doy gracias a Dios que me dijo que todo va bien... no hay ningún problema con el desarrollo del bebé...

Carlos: estoy seguro que Carlos Samuel va a ser un niño muy fuerte... tiene que parecerse a mí en todos los sentidos...

Acariciando su plano abdomen, el doncel expresó: ¿sabes? hace unos días soñé con el bebé... lo soñé como un niño de 8 años...

Carlos: ¿y se parecía a mí? ojalá que saque tus ojos...

Martín: la verdad no distinguí bien su rostro... solo lo vi corriendo en los campos de manzanas, ayudando a cultivarlas y trabajando la tierra...

Carlos detuvo el andar de la camioneta y mirando a su doncel, cuestionó: no entiendo por qué soñaste algo así... tu ni siquiera conoces los campos de manzanas...

Martín: no, pero como sé que tu familia es dueña de todo eso, lo imaginé... la verdad a mí me gustaría que mi hijo se dedicara al cultivo de manzanas, aunque no sé si eso vaya a ser posible... después de todo, tú no quieres saber nada del negocio de tu familia...

Carlos: dime una cosa Martín, ¿tu sueño es real o me estás diciendo todo esto porque quieres que yo trabaje en el negocio de las manzanas?

Rápidamente, el castaño respondió: te juro que mi sueño es real... no te estoy mintiendo... finalmente, yo ya sé que mi opinión no te importa y tú haces lo que quieres...

Carlos afirmó con tono prepotente: pues sí, yo hago lo que quiero y ya te expliqué mis razones para no involucrarme en el negocio...

Agachando la cabeza, el doncel dijo: lo siento, no quería molestarte...

Guardando silencio unos segundos, el varón añadió: dime una cosa Martín, ¿qué harías si fueras yo?... a pesar de lo que mi abuelo me hizo, si estuvieras en mi lugar ¿trabajarías en el negocio?

El ojicafé contestó tras pensarlo un poco: la verdad es que sí lo haría, sobre todo por mi hijo... porque si yo fuera tú, doblegaría mi orgullo para heredarle a mi hijo un patrimonio que garantice su estabilidad económica... porque finalmente, lo que tu abuelo te heredó, también será el legado de tus hijos... creo que por Carlos Samuel, valdría la pena dejar a un lado el orgullo ¿no crees?

Carlos se quedó callado y luego dijo: ¿no se te antoja algo?

Sorprendido por el cambio de tema, Martín contestó: no...

Carlos: pues yo tengo mucho calor y se me antoja un helado... en el parque venden unos muy buenos... te invito uno, vamos...

Martín asintió al tiempo que Carlos encendió su camioneta y arrancó para seguir pasando el resto del día junto a su doncel.

*********

En el rancho, Diego daba de vueltas en la sala... como león enjaulado, no dejaba de ver el reloj, esperando a que Julián regresara.

La puerta finalmente se abrió y el ojinegro se apresuró a la entrada encontrándose con Julián, quien le dijo: ¿qué haces aquí? pensé que estarías supervisando el trabajo en los campos...

Diego habló con tono de reclamo: regresé temprano porque quería hablar contigo, pero veo que tú estabas muy entretenido porque tardaste mucho en volver... saliste antes que yo y regresaste después de mí...

Julián: pues sí, tuve muchas cosas que hacer... pero de qué querías hablar conmigo...

Diego: eso ya no importa... mejor dime tú, ¿qué tanto platicaste con el doctor Cisneros? porque tardaste horas con él...

Julián: ¿cómo sabes que estaba con Fabricio?

Diego: eso es lo de menos, lo que quiero saber es por qué tardaste tanto tiempo...

Sorprendido, el doncel respondió molesto: yo no tengo por qué darte explicaciones... en todo caso, soy yo el que debo pedirte que me expliques por qué le inventaste a Fabricio una absurda cláusula sobre que yo no me puedo casar con nadie en 10 años...

Diego: por lo que veo, ese cabrón es un chismoso...

Julián: no evadas mi pregunta... dime ¿por qué inventaste algo así?

Acercándose al ojiazul, el varón contestó: lo hice porque no quiero a ese tipo cerca de ti... no me da confianza y...

Julián interrumpió alzando la voz: es que tú no vas a decidir quién está cerca de mí... no tienes ningún derecho...

Diego aseveró mirando a los ojos del doncel: por supuesto que tengo derecho... tengo el derecho que me da ser el hombre que tú amas...

El rubio se sorprendió por la afirmación del semental.

Julián: ¿cómo te atreves? eres un arrogante al pensar eso... ¿qué motivos te he dado para que lo creas?

Diego: no intentes negarlo, yo mismo te escuché cuando se lo decías a Tomasa esta mañana...

Al verse descubierto, el doncel le dio la espalda a Diego diciendo: no sé de qué estás hablando... lo que sea que hayas escuchado, te confundiste... yo jamás hablé de ti con Tomasa...

Diego sujetó del brazo a Julián y le dio la vuelta, obligándolo a mirarlo de frente: no quieras confundirme... sé perfectamente lo que oí, pero si no fuera cierto, dímelo a la cara... mírame a los ojos y dime que no me quieres, dime que no sientes nada por mí... atrévete a negar lo que escuché...

Haciendo un esfuerzo, el ojiazul empujó a Diego gritando: pues sí lo niego... no te quiero, ¡NO TE QUIERO!

Sonriendo, el musculoso varón atrapó al doncel entre sus brazos: eres tan mal mentiroso... dices que no me quieres, pero tiemblas al tenerme cerca... puedo sentir cómo tu corazón late fuertemente por mi cercanía...

Intentando liberarse, Julián dijo: eres un engreído, un soberbio, un...

Diego: sí, soy todo eso, pero así me quieres... no te avergüences por lo que sientes, porque yo también siento lo mismo por ti... a mí también me tienes loco, yo también te quiero...

El varón intentó besar a Julián, pero este le dio una bofetada gritando: tú lo que quieres es burlarte de mí, quieres jugar conmigo como has jugado con quién sabe cuántos, pero no voy a caer... a mí no me vas a usar y después dejarme con el corazón roto...

El ojiazul empujó a Diego y salió apresuradamente de la casa mientras el varón lo llamaba: Julián, espera, Julián...

🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼
Cuando digo que no quiero amarte más, es porque te amo
Cuando digo que no quiero más de ti, es porque te quiero
Más tengo miedo de entregar mi corazón...
Yo no puedo imaginar qué va ser de mí si te perdiera un día
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼

Julián salió de la casa corriendo, deseando huir no solo de Diego, sino de sus propios sentimientos... se negaba a aceptar lo que sentía por uno de LOS SEMENTALES.

El doncel llegó hasta la colina del jardín, donde llevaba a don Serafín cuando era su enfermero... recargándose sobre el gran árbol de manzanas, Julián comenzó a llorar.

Julián: no puedo más, no quiero seguir en este lugar... tengo que irme porque ya no puedo seguir ocultando lo que siento... Diego lo sabe, sabe lo que siento por él, pero no puede haber nada entre nosotros porque él solo va a jugar conmigo...

El doncel golpeó con rabia el tronco del árbol mientras sus lágrimas caían sobre el verde césped.

🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼
Es una locura el decir que no te quiero
Evitar las apariencias, ocultando evidencias
Más porque seguir fingiendo si no puedo engañar mi corazón
YO SÉ QUE TE AMO
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼

Sin dejar de llorar, el pelirrubio acarició el amuleto de su cuello diciendo: lo siento don Serafín, pero no puedo seguir aquí... tengo que irme porque no puedo continuar callando mis sentimientos, no puedo ocultar lo que es EVIDENTE...

En esos momentos, el doncel recordó la plática que alguna vez sostuvo con don Serafín en ese mismo lugar.

Flashback

Serafín: pues yo había puesto mis esperanzas en Diego... Carlos es caso perdido y Mauro le sigue los pasos... sin embargo, Diego es el más parecido a mi hijo, y creí que él sentaría cabeza al lado de una buena pareja... me hubiera gustado tanto verlo casado con alguien bueno... alguien como tú...

Sin poder disimular una sonrisa, el ojiazul preguntó: ¿de verdad le gustaría que alguien como yo fuera su nieto político?

Serafín: nada me daría más gusto, hijo... creo que alguien como tú es lo que Diego necesita para olvidarse de las parrandas y al fin sentar cabeza...

Fin del flashback

De frente al árbol de manzanas, Julián sollozó: no don Serafín, Diego nunca va a cambiar y hoy me lo demostró, él y sus hermanos siempre serán LOS SEMENTALES, los que no creen en el amor, los que se burlan de los donceles... me rindo, no puedo cumplirle mi promesa, no puedo hacerlo solo...

🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero más que a mí
Son mis temores los que me alejan,
Lo cierto es que te quiero más que a mí
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼

Julián no dejaba de llorar cuando sintió que una mano se posaba en su hombro... al voltear se encontró con Diego, quien lo miraba fijamente.

Limpiándose las lágrimas, el doncel dijo: ¿qué quieres?

Diego: por favor Julián, escúchame...

El rubio intentó alejarse, pero Diego lo aprisionó entre sus brazos arrinconándolo de espaldas al tronco del gran árbol.

Julián: déjame ir...

Diego: no hasta que me escuches...

Julián: ¿qué quieres decirme? ¿vas a seguir burlándote de lo que según tú escuchaste? ¿vas a regodearte de que supuestamente estoy enamorado de ti?

Diego: no pienso burlarme, ni regodearme de nada... lo que quiero es pedirte una oportunidad...

Julián: ¿una oportunidad?

Con voz suave y mirada tierna, el varón expresó: sí Julián, dame una oportunidad de demostrarte que puedo cambiar... déjame demostrarte que puedo ser el hombre que mi abuelo siempre quiso que fuera...

El rubio miraba a los ojos del varón encontrando sinceridad en ellos.

Diego: por favor, Julián, déjame ser ese apoyo que necesitas... dame la oportunidad de demostrarte que soy el hombre que tú esperas...

Julián guardó silencio mirando fijamente a Diego, quien sintiéndose hechizado por esos bellos ojos azules, comenzó a acercar su rostro hasta que sus labios rozaron la sensual boca ajena en un cálido y romántico beso.

El doncel cerró sus ojos dejando que el varón ojinegro lo besara, permitiendo que esa tierna caricia expresara todo lo que no eran capaz de decirse con palabras.

🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼
Ya no más mentiras si me muero de deseos
Yo te quiero más que a todo, necesito de tus besos
Le haces falta a mis días, más sin ti no sé qué hacer,
Qué hacer sin ti, yo quiero que conozcas más de mí
🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼🎼

Diego separó sus labios para decirle al doncel con voz grave y seductora: te quiero Julián, te quiero...

El rubio dejó que su corazón hablara a través de sus labios: yo también te quiero, Diego, TE AMO...

El varón sonrió para luego fundir nuevamente sus labios con los del doncel, pero esta vez sujetándolo de la cintura para profundizar más el apasionado beso.

Bajo ese gran árbol de manzanas y con el ocaso del sol como testigo, Julián y Diego se besaban reconociendo finalmente lo que sentían el uno por el otro... reconociendo que el sentimiento que los evidenciaba era AMOR.

HASTA AQUÍ EL CAPÍTULO
¿QUÉ LES PARECIÓ?

AHORA QUE JULIÁN Y DIEGO SE DECLARARON MUTUAMENTE SU AMOR ¿HABRÁ ALGO QUE PUEDA SEPARARLOS?

¿CARLOS Y MARTÍN SEGUIRÁN ACERCÁNDOSE O LOS CELOS VOLVERÁN A DISTANCIARLOS?

MAURO Y DANIEL POR FIN SE CASARON,
¿QUÉ PASARÁ CUANDO REGRESEN AL RANCHO?

NO OLVIDEN DEJAR SU ESTRELLA Y COMENTAR PARA MÁS ACTUALIZACIONES.

NOS LEEMOS MUY PRONTO
😉😉😉

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