-Parezco de la época londinense- se queja Fred, observándose en el espejo. Se recoloca la corbata y ella lo mira.
-A mi me parece que estás muy guapo- se mete, acercándose para arrebatarle la corbata y deshacerla -. Cómo siempre.
El pelirrojo sonríe ante el cumplido de su prometida.
La Lupin observa la vestimenta. El traje era azul marino, con un chaleco sobre la camisa antes de que su chaqueta se cerrase. Zapatos negros y corbata de la misma.
Ella, que llevaba un vestido del mismo color, y los zapatos y el bolso en negro, se aleja de él para colocarse los pendientes en su oreja.
Se trataban de unos aros de tamaño grande, tampoco mucho, pero eran notables.
-Tú estás preciosa- dice, observando a su chica que daba vueltas por la habitación -, ese color te queda...
La castaña le sonríe por el cumplido.
-Es demasiado- dice, echándose una mirada rara en el espejo, tocando sus costados para suspirar -, pero de vez en cuando salir así está bien- se encoge de hombros, colocándose recta para recogerse el cabello en una cola baja repeinada que recogía su cabello tras las orejas.
-Tú si que eres demasiado- dice el Weasley -, demasiado preciosa.
-Tú más- dice, notando la barbilla de Fred apoyándose en su hombro -. Hay que irse, nos estarán esperando ya...
El pelirrojo sonríe, dejando un beso en su hombro destapado ya que el vestido dejaba ambos hombros al descubierto.
-Vamos- Ylenia se separa, agarrando su mano para llevarlo a la puerta después de coger su bolso -, los niños ya están vestidos- informa -, sólo faltamos nosotros... vamos- decía mientras bajaban las escaleras.
-¿Ya estáis listos?- pregunta un hombre, llegando de la nada con dos bebés en sus brazos.
-Hm- la chica asiente, agarrando a Georgia, Fred agarra a su hijos -, ya estamos.
-No sé porqué tu hermano quiere tantas formalidades con vestidos de gala, que se cree que es su boda... ¡es su cumpleaños!
La pareja ríe ante la molestia del mayor, y caminan hacia el jardín para hacer una aparición limpia en una de las calles solitarias del Londres Muggle.
-¿Tú sabes dónde es?- pregunta Remus, arrebatándole a su hija la bebé que traía en brazos.
-Sí, tres calles más para adelante- dice, agarrándose la cola del vestido para que no arrastrase por el suelo -. Tú sigue recto y yo te paro, papá.
Remus asiente, y comienza a caminar con su nieta en brazos, dejando a la pareja atrás.
Fred alza su brazo, sugiriéndose agarrarse a él, y ella lo hace, enrolla el brazo en el suyo y caminan tras el merodeador hasta llegar a aquel restaurante de lujo que se veía demasiado caro.
Al llegar a la mesa, el rostro de la castaña se ilumina al ver a aquellos tres chicos a los que no veía hace tiempo, los que se levantan al ver llegar a los Lupin.
Tyler, un azabache alto y corpulento recibe el abrazo de Ylenia con gusto, ambos con una sonrisa entusiasta por volver a verse.
También saluda a Marcus, un moreno de mediana altura con las facciones del rostro muy marcadas.
Intercambia un par de palabras con él hasta llegar al último chico, Liam; de la altura de Marcus, pero con piel pálida y cabello castaño tirando a rubio.
La chica lo abraza por más segundos que a los demás, respirando su aroma y suspirando por la emoción que sentía al ver a aquellos hombres lobos amigos de su hermano a los que conocía hacía años.
-Estás más alto- susurra Ylenia, dejando la cabeza en su hombro unos segundos.
-Y tú igual de guapa- halaga Liam en voz baja, a la vez que la chica se separa con una amplia sonrisa.
La Lupin oye el toser de su padre y sale de su pequeño trance, echando su mirada a los hombres que habían venido con ella.
El pelirrojo frunce el ceño, intentando recordar porqué le sonaban tanto aquellos tres chicos, ¿dónde los había visto? Pero no caía.
-Fred- la castaña se acerca a su prometido, agarrando su brazo levemente -. Ellos son; Tyler, Marcus y Liam- dice, señalando a cada uno por su nombre -. Son amigos de mi hermano, ¿te acuerdas de ellos?- pregunta, y el pelirrojo niega con una pequeña risa -. Hace un par de años en verano, viniste a buscarme a mi casa y ellos estaban conmigo, ¿te acuerdas?
-Ah...- el Weasley recuerda, asintiendo y recolocando bien al niño que tenía en brazos -... sí, sí, ya me acuerdo.
La menor asiente.
-¿Liam? ¿Marcus, Tyler?- los llama - ¿Os acordáis de Fred?
-Oh, sí, claro- Marcus sonríe -. Nos hablaste tanto de él, como para olvidarnos...
Ambos sueltan una risa.
-Él es James John- Ylenia señala a su hijo -, JJ,- sonríe y torna la mirada hacia la niña -. Y ella Georgia- la menor agarra a su pequeña, que le alza los brazos -. Son mis hijos, nuestros- dice la última palabra con una sonrisa.
Los tres chicos, que alzan las cejas por aquella sorpresa, le dan la enhorabuena.
-Así qué... ¿aún juntos?- pregunta el rubio mientras todos se sientan -. ¿Os habéis casado?- curiosea.
-Mh mh- ella niega, alzando su mano levemente para mostrarle el anillo de su dedo anular -. Prometidos- sonríe, agarrando la mano de Fred por debajo de la mesa -. Estamos esperando a que JJ y Georgia sean más mayores... queremos que estén presentes y conscientes de que sus padres se van a casar, ya que podemos y tenemos la oportunidad...
-Eso se ve poco- comenta amablemente Marcus -, es genial, me gusta mucho la idea.
Ella asiente con una pequeña sonrisa.
-¿Y a vosotros cómo os va?
Después de aquel ameno almuerzo, tocaba lo más importante, el postre, al menos, eso siempre habían pensado los Lupin... y le habían pasado la manía a Fred.
Cuando su prometida pregunta por el postre, el Weasley inmediatamente se encarga de llamar la atención de un camarero rubio que también le resultaba bastante familiar, el que, le hace una seña y se va hacia el lado contrario.
-Ahora viene- dice él, aprovechando que su suegro había ido al baño para robarle varios besos cariñosos a su Lizzie.
-Hm- la menor sonríe en mitad de uno de los besos -, ¿vas a ir hoy a La Madriguera?
-Mh- Fred piensa -, no- dice tras unos segundos.
-Deberías- dice ella -, deberíamos ir los dos, de hecho...
-No sé, es que..- antes de terminar su frase, uno de los camareros llega a la mesa, concretamente, aquel que tan familiar le resultaba al chico.
Y la Lupin se queda paralizada cuando ve a aquel rubio ojiazul.
¿Estaba teniendo alucinaciones?, ¿o era él?
-¿Ylenia?- pregunta el camarero, viéndola con la misma impresión que ella a él.
-¿Peter?
NOTA AUTORA
Siento haber tardado tanto en actualizar,
pero he estado realmente ocupada con
los exámenes finales.
¡Intentaré subir otro capítulo lo
más rápido que pueda!
¿Quién es Peter..?