Secretos de una ninfómana 🔞...

By JeanVicent1

69.7K 17.7K 1.7K

🔥 Secretos de una ninfómana, es la historia de pasión y lujuria entre Alissa Maddison y Albert Colt. Dos ser... More

Los hechos
Sinopsis
Prefacio: El inicio de todo
Primera Parte: El infierno es frío
Capítulo 1: Secretos de familia
Capítulo 2: El dolor, es placer
Capítulo 3: Primer encuentro
Capítulo 4: El enemigo oculto
Capítulo 5: Segundo encuentro (1era Parte)
Capítulo 6: Amores prohibidos
Capítulo 7: Caos
Capítulo 8: Segundo encuentro (2da Parte)
Capítulo 9: El accidente
Segunda parte: Los corazones que se unen
Capítulo 10: Nuevas vidas
Capítulo 11: El mensaje
Capítulo 12: Malas decisiones
Capítulo 13: Análisis de consecuencias
Capítulo 14: Instigación
Capítulo 15: Duras tentaciones
Capítulo 16: La invitación
Capítulo 17: Voces del pasado
Capítulo 18: Revelaciones
Capítulo 19: Preparativos
Capítulo 20: ¿La última cena? (1era parte)
Capítulo 21: ¿La última cena? (2da parte)
Capítulo 22: El fuego abrasador
Tercera Parte: Anatemas del pasado
Capítulo 23: El principio de la pugna
Capítulo 24: Algo oscuro
Capítulo 25: Un dilema inesperado
Capítulo 26: Mundo de sombras
🔥 Nota del autor 🔥
Capítulo 27: Un fatídico error
Capítulo 28: Confrontación
Capítulo 29: La presa
Capítulo 30: El aviso
Capítulo 31: Un poco de suspicacia
Capítulo 32: La historia de Alissa (1era Parte)
Capítulo 33: La historia de Alissa (2da Parte)
Cuarta Parte: Entre amor y sombras
Capítulo 34: Sorpresas de una noche
Capítulo 35: Contrarreloj
Capítulo 36: Encuentro fortuito
Capítulo 37: En las fauces del enemigo
Capítulo 38: El origen del conflicto
Capítulo 39: Contrita malevolencia
Capítulo 40: El primer caído
Capítulo 41: Viáticos para los Maddison
Epílogo: Una vez por naturaleza
Agradecimientos
¡¡¡Noticias Oficiales!!! 🔥

Capítulo 42 (Final): Viaje al mismo averno

438 119 10
By JeanVicent1

Los restos del desastre se podían observar todavía cuando los guardaespaldas, uno marcando el paso adelante y otro cerrando la marcha atrás, pasaron junto a la escena explosiva que había acabado con los agentes de la policía. Restos de metal fundido ardiente se esparcían por todo el angosto callejón que ya destrozado a cenizas se amplió en un mar de fuego y humo que dificultaba de alguna forma la visibilidad del lugar.

Albert caminaba expectante a la espera de cualquier extraño movimiento a su alrededor. No tenía nada de experiencia pero se había metido bien en el papel, pues los gorilas, con arma y precaución evidentes se iban adentrando más a la fábrica metalúrgica dónde debían tener encerradas a las rehenes.

La fábrica era una construcción más antigua de lo que todos hubieran llegado a imaginar. El gris de la fachada era monótono y le daba un aspecto de abrumada tristeza. Había dos altas torres que terminaban en un sofisticado cuadrado del mismo material que en algún tiempo una ardiente llama se elevaba en el cielo en señal de que la construcción estaba en su mejor momento. Sin embargo, ahora solo se podía observar una fina columna de humo y hollín por todo el sitio y aunque la respiración se entrecortaba por momentos por las cenizas del ambiente, el uso que tenía la fábrica era más para fechorías y malos hábitos que para cualquier otra cosa que fuera de real interés.

El amplio estacionamiento principal de la fábrica estaba cerca de ellos y uno de los guardaespaldas se detuvo, antes de exponerse al campo visual de la misma, para echar un vistazo. Los demás le imitaron, Leonard comprobó que tuviera cargada el arma.

—Veo un vehículo estacionado allí. —explicó el hombre aunque no le hablaba directamente a ellos sino a su compañero de seguridad.

El otro asumió que no estaban solos por lo que dio unos pasos adelante y se puso detrás de su colega.

—¿Cuántos crees que hay dentro?

El otro negó.

—No lo sé, quizás cuatro o cinco. —advirtió a media voz.

Entonces, Leonard se comenzó a desesperar.

—Quiero rescatar a mi hija de una vez por todas. Cueste lo que cueste…

—Mi señor, pero…

—¡Cueste lo que cueste! —gritó enfurecido.

Y entonces las balas detonaron muy cerca de ellos. Las chispas saltaron en el aire con el sonido aturdidor que dejaban los impactos en el metal. Todos se cubrieron sus rostros como medida de defensa pero una vez que el ruido se apagó, se pusieron en marcha. La idea era descabellada, pensó Albert, pero ya qué diantres importaba eso. Iba al rescate de las chicas y no iba a demostrar bajo ningún concepto su miedo en aquel instante.

—¡Vamos! —gritó el gorila del frente.

Y echaron a correr por el estacionamiento disparando hacia los ventanales y la puerta principal. No tuvieron un enfrentamiento cuerpo a cuerpo como tal porque justo al llegar a la entrada y sin ningún tipo de miramientos se introdujeron a la construcción y una vez dentro del mismo, Albert comprobó que el vehículo que estaba en el parking era el de su amigo Lukas Trent.

La furia se incrementó dentro de él.

<<Las pagarás muy caro>>, pensó. <<Las pagarás muy caro>>.

Los hombres de Leonard comenzaron a rodear la desvencijada y tétrica recepción con sus linternas en mano debido a que el sitio estaba completamente a oscuras. Unos roedores corrieron inmersos en el pavor y traspasaron el sinuoso camino de una puerta deteriorada y rota. Sin duda, los mejores tiempos de aquel lugar ya habían pasado a la historia.

Albert no podía observar bien porque no tenía linterna ni iluminación alguna pero aún con su pistola apuntando al frente cual profesional, siguió peinando el sitio en busca de una pista.

El gorila más cercano le hizo una seña y él se acercó.

—Ven conmigo y así tendrás que cubrirme mientras yo investigo mejor.

Albert asintió. El miedo era una creciente energética en su interior. La adrenalina le tenía el corazón acelerado y sentía como el calor de su cuerpo se incrementaba hasta arroparlo en la inmensa carga de euforia.

Entonces, como algo que se espera pero que de alguna forma también sorprende… alguien habló.

—Creo que se han ido. He comprobado que no están en el estacionamiento.

La voz era débil y susurrante; provenía de varios metros de distancia de donde Albert se encontraba pero la puerta de cristal impedía observar dónde realmente se hallaban aquellos individuos.

El pulso en los oídos de Albert aumentó. Los demás guardaron silencio y apagaron las linternas.

—Ve con cuidado Oskar, el Magíster no puede saber que alguien ha venido o nos matará a todos. —Hizo una pausa—. Debemos ser muy precavidos.

—Sí, aprovechemos que está en el sótano para investigar mejor y así largarnos de este lugar después de que asesine a las chicas.

El corazón de Albert se detuvo de golpe.

Aquellas palabras lo enjuiciaron en una cautiva sensación de terror y él mismo sabía que no podía tener ningún tipo de arrebato en un momento de vida o muerte aunque…, cuándo amas con la fuerza de un torbellino de pasiones como la que él sentía hacia Alissa no podías permitir que algo pasara ante tus ojos y no hicieras nada al respecto.

Por tanto, en el momento que el hombre cruzó la puerta de cristal en compañía del otro asesino, Albert se abalanzó directamente al rostro del recién llegado y sin darle ningún momento para responder, le dio un fuerte puñetazo.

Su mano ardió ante el choque y el hombre se tambaleó en su posición y cayó de bruces hacia el suelo ensangrentado.

El caos apenas había comenzado…

Los gorilas de Leonard dispararon al otro desconocido y las balas perforaron su cuerpo haciéndole caer desplomado junto a su compañero que tras sacar el arma y apuntar a Albert tuvo el mismo destino.

Todos comenzaron a activarse en sus propios cuerpos y como ya no había lugar a la duda y seguramente el Magíster ya se había enterado de los eventos suscitados, irrumpieron por la puerta de cristal con paso andante hacia el camino que daba al otro nivel.

Otros dos hombres aparecieron en el final del corredor y los disparos se alzaron en el aire, amenazantes. Albert cayó al suelo tras un empujón que le habían dado y un segundo después entre detonaciones y el cruento escenario comprobó que había resbalado en un pequeño espacio que descendía en la oscuridad.

<<Era el sótano>>


Su arma se le había caído y mientras sus ojos se adaptaban a la densa bruma palpó el suelo con el fin de hallarla pero fue Leonard quién se puso a su lado y apuntando con la linterna directamente a su cara, se la otorgó. Para su sorpresa solo un guardaespaldas le flanqueaba en medio de la oscuridad y llevaba el brazo izquierdo sujetado con su otra mano. El otro hombre, sin duda, estaba en el suelo herido de gravedad o quizás, muerto. 

—Es allí vamos —dijo Leonard descendiendo el hueco de la escalera.

El sitio era el mismo paraje del infierno. Demasiada oscuridad y sangre por todos lados le tenía erizado las más recónditas terminaciones nerviosas a Albert. Sin embargo, antes de que él se pusiera en pie y bajara los peldaños detrás del guardaespaldas, notó como las balas volvieron a sonar en lo más profundo del sótano. No fue eso lo que hizo que se impulsara a bajar inmediatamente…

Fue la voz de Alissa rompiendo la bruma lo que le hizo correr a su gran salvación.

 

 

Alissa nunca se había detenido a pensar en cómo iba a morir pero, esa noche supo que el tiempo había llegado y las probabilidades de una inexorable muerte eran muy altas.

Lukas escuchó los disparos y los gritos sobre su cabeza y no dudó en salir a enfrentar su irremediable destino. No obstante, cuando toda la oscuridad se cernió por el lugar y la poca luz que habían podido utilizar de la fábrica se disipó por completo, constató que había llegado el gran final de toda su maldad. Subió los peldaños del sótano maldiciendo a media voz y antes de llegar a la puerta su gran enemigo apareció ante sus ojos. No sé lo esperaba o quizás sí, ya qué más daba.

Leonard disparó hacia el vacío y la bala penetró en el hombro de Lukas con fuerza. Siguió apretando el gatillo pero el arma se quedó sin munición y entonces fue el turno de su enemigo para contraatacar.

Alissa gritó a todo pulmón cuando notó los alaridos de dolor que su padre emitió. No podía ver la escena pero escuchó como Leonard maldecía a media voz.

Lukas había disparado a quemarropa y Leonard abrió los ojos de golpe ante los cuatro impactos de balas en su pecho. Como dos almas que se pudren en el mismo averno, rodaron por los escalones y Lukas gimió de dolor cuando sintió los otros disparos en su tórax y piernas.

El guardaespaldas seguía disparando pero las balas chocaron con las tuberías de metal y fue en ese instante cuando la luz apareció e iluminó todo el lugar, y entre los gritos de la chica, Albert avanzó hasta su encuentro cruzando miradas frente a frente.

Albert no supo si ella seguía molesta con él o si en verdad se esperaba verlo en aquel instante pero cuando sus ojos se encontraron en aquella terrorífica escena, ambos comenzaron a llorar.

Él se acercó y las lágrimas de ella resbalaron por su enrojecido y fatigado rostro.

—Alissa... Alissa te amo…

Él comenzó a quitar la soga de su cuerpo y una vez liberada ella lo abrazó.

Si así era el infierno ya eran dos almas perdidas.

Fundiéndose entre el calor ella solo asintió y él imitó el movimiento comenzando a liberar a Lauri y a la otra joven que no conocía.

Por su parte, Alissa miraba a su padre en el suelo y no dejaba de lamentarlo.

Una pequeña llama en un rincón comenzó a crecer rápidamente en la habitación cuando el guardaespaldas le gritó:

—¡Debemos irnos de aquí esto va a explotar!

Lauri se desembarazó de la cuerda y tomó a Carla por los brazos que en ese instante no dejaba de negar con la cabeza.

—Vamos Carla, estamos a salvo.

Nada.

Ella no se inmutó.

Su mirada estaba fija hacia adelante.

—¡Carla! ¡Estamos a salvo!

Ella volvió a negó con la cabeza sin siquiera mirarla.

Lauri se enfureció.

—¡Vamos a morir Carla, debemos irnos!

Entonces ella levantó la mirada y Lauri se sorprendió ante las palabras de ella.

—Lauri, debes irte. Lo de nosotras jamás pudo ser.

—¿Qué demonios estás diciéndome?

—¡Joder! ¡Debemos irnos ya! —vociferó el guardaespaldas ayudando a Albert sacar a Alissa.

—¡Lauri, apúrate! —gritó ella al pie de la escalera.

Carla se levantó y comenzó a dar pasos hacia los cuerpos sin vida de Lukas y de Leonard. Lauri observó a su padre y no sintió remordimiento alguno. Algunos sentimientos siempre permanecían iguales.  

Carla se detuvo ante Lukas. Se agachó.

—¡Qué cojones…!

—Por alguna razón nunca te di un beso, Lauri. —Empezó a decir Carla—. Por alguna razón nunca te llevé a mi casa.

—Carla, no quiero explicaciones quiero irme, por favor, tenemos que…

—Por alguna razón nunca te mostré a mi padre. Lauri Maddison, esta persona que ves aquí… es mi padre. Tú… —hizo una larga pausa y se giró por completo—. Tú eres hija de Gretta Collins y de Lukas Trent…, y yo no soy hija de ningún Cosme, soy hija de…

—¿¡QUÉEEE…!? —Alissa y Lauri gritaron al unísono.

—Tú y yo somos hermanas. Mi nombre verdadero es Carla Trent.

Entonces la llama se incrementó y tocó el metal cuya corriente de aire salía a gran presión. Lauri sintió como alguien la tomaba por el brazo y la sacaba a rastras de un destino que no podía recuperar jamás. Cuando la explosión consumió todo el lugar y la oscuridad se fundió entre el fuego y las sombras, Lauri Maddison supo que aquel apellido pertenecía a las densas y abominables tinieblas del infierno.

Le habían dado a ese apellido, sin duda alguna, un pasaje para el mismo averno.

CONTINUARÁ…

Continue Reading

You'll Also Like

NO SOY YO By Carmen Nolasco

Mystery / Thriller

1.8K 301 19
Sin duda el tipo que dijo "Tener a tus amigos cerca... pero a tus enemigos más cerca", no consideró que estos pudiesen estar dentro de tu cabeza; des...
7.9M 440K 126
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...
13.2K 1.4K 68
Descripción en la primera parte.
1.5M 245K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...