Lejos de casa, cerca de ti. ©

Av Alba_t_bbbbb

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¿Qué harías si tu hermana mayor decide casarse en tu ciudad natal y comunicártelo tan solo un mes antes? Eso... Mer

Prólogo
Familia.
PLAYLIST!
Capítulo Uno.
Capítulo Dos.
Capítulo Cuatro.
Capítulo Cinco.
Capítulo Seis.
Capítulo Siete.
Capítulo Ocho.
Capítulo Nueve.
Capítulo Diez.
Capitulo Once.
Capítulo Doce.
Capítulo Trece.
Capítulo Catorce.
Capítulo Quince.
Capítulo Dieciséis.
Capítulo Diecisiete.
Capítulo Dieciocho.
Capítulo Diecinueve.
Capítulo Veinte.
Capítulo Veintiuno.
Capítulo Veintidós.
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro.
Capítulo Veinticinco.
Capítulo Veintiséis.
Capítulo Veintisiete.
Capítulo Veintiocho.
Capítulo Veintinueve.
Capítulo Treinta.
Capítulo Treinta y uno.
Capítulo Treinta y dos.
Capítulo Treinta y tres.
Epílogo.

Capítulo Tres.

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Av Alba_t_bbbbb

Italia.

Becca.
— ¡AAAAAA! —Alessia chilló nada más verme.

—Shhh, calla, loca. —Fio le puso mala cara.

Bajé las escaleras de la entrada corriendo hasta llegar a ellas y las abracé con todas mis fuerzas.

— ¡Che bella! —Dijo Alessia mirándome de arriba a abajo.

— ¡Vosotras también! —Las miré con atención.

—Se podría decir que...—Alessia intercaló mirada entre las dos.

— ¡il miglior trio è tornato! —Dijimos al unísono.

Durante todo el recorrido hasta nuestro destino, estuvimos charlando y riéndonos. Las había echado de menos.

—Buona serata. —Fio saludó a la camarera.

—Buonanotte ragazze. —Le contestó ella, agarrando el bloc de notas. Su mirada se dirigió hacia a mí. —Oh dios mío ¡Becca! Cuanto tiempo sin verte. ¿Qué te trae por aquí? —Me sonrió.

— ¡Mi hermana se casa! Estamos ayudándola con los preparativos y todo eso...—Dije alegre.

—Qué alegría. Dale la enhorabuena a tu hermana de mi parte. —Asentí alegre. —Bueno, decidme. ¿Lo de siempre?

—Por favor. —Le sonrió Alessia.
Seguíamos hablando cuando nos trajeron los tres batidos de chocolate a la mesa.

—Y bueno, ¿Que? ¿Hay alguna persona nueva en vuestras vidas? —Pregunté bebiendo a través de mi pajita.

— ¿Fio? —Alessia la animó a hablar y yo dirigí la mirada hacia ella.

—Cagna. —Le miró mal y yo me reí. —Hay...alguien.

—Tiene novio. —Soltó Alessia.

Alcé las cejas, entusiasmada.

— ¿Y quién es? —Pregunté curiosa.

—No lo conoces...

—Iba a nuestro colegio ¿No? —Le pinchó Alessia.

—Si, pero a otro curso. —La miró mal.

—Vale, no estoy entendiendo nada. ¿Podéis decirme quien es de una vez? —Fruncí el ceño.

—Es que...—Fio me miró por unos segundos. —Es Marco ¿Vale? Hala, ya lo he dicho. —Se recostó sobre su asiento.

— ¿Quién es Marco? —No sabía de quien hablaban.

—Marco, tía. Tu crush desde los cinco y con el que te enrollaste hace dos veranos. —Aclaró Alessia.

—Oh, ese Marco...

Se hizo el silencio.

— ¿Estás enfadada? —Preguntó Fio después de unos segundos.

— ¿Qué? No, no. Han pasado años desde aquello, ya no me acuerdo ni de su cara. —Me reí, nerviosa.

— ¿Entonces todo bien? —Me sujetó la mano.

—Si, sí. Todo bien, tranquila. —Le solté la mano y me puse en pie. —Voy al baño, que me llevo meando desde hace rato. —Solté otra risa nerviosa. —Vuelvo enseguida...

¿Qué acababa de pasar? No entendía nada. ¿Fio con Marco? Nunca me los habría imaginado juntos...
¿Y desde cuando le gustaba? ¿Desde que estaba conmigo? ¿O desde antes? Si es así, ¿Por qué no me dijo? Siempre nos lo contábamos todo, como cuando yo les conté que me gustaba Marco. Qué raro...

Creo que me estaba empezando a sentar mal el batido.

Estaba a punto de recostarme sobre la taza de váter y vomitar cuando recibí un mensaje de Kora, decía: "Ven a casa, es urgente."
Gracias Kora; Gracias a ti tenía coartada.

—Tengo que irme. —Dije al salir del baño.

— ¿Está todo bien? —Preguntó Alessia.

—Si, sí. Solo que dentro de un rato vienen unos invitados y tengo que ir a ayudar. —Me justifiqué.

—Te ha molestado ¿Verdad? Te juro que no era mi intención. —Fio me miró apenada.

—No te preocupes, de verdad. —Me coloqué la chaqueta. —Pásatelo genial en Inglaterra ¿Vale? Nos vemos en la boda. —Me despedí y salí por la puerta con una sonrisa triste.

••••••

No había girado el picaporte de la puerta y ya tenía a Kora delante de mí.

—Gracias a dios que estás aquí. —Suspiró.

—Pero ¿qué pasa? —Pregunté sin entender.

—Pues que esto parece un concierto de Taylor Swift: Están todos histéricos. —Se pasó la mano por el pelo.

Miré hacia el salón mientras colgaba la chaqueta en el perchero de madera. 
Jess no estaba cerca, los abuelos y mamá en la cocina, papá ponía la mesa junto a Cody y Andrew veía la tele con Ada en el regazo mientras comían patatas.

—Tú no hagas nada ¿Eh?, a ver si te va a dar un tirón...—Kora le palmeó repetidas veces el hombro a Andrew.

—A mi edad es muy común tener desgarros musculares, así que es preferible prevenir. —Le contestó sin siquiera mirarla y con la boca llena.

— ¡Tienes diecisiete! —Gritó Kora, cabreada.

—Pero está todo bien ¿no? ¿Cuál es la emergencia? —Dije sin entender.

—Ni caso a la loca esta, no ha pasado nada. —Andrew rodó los ojos.

—De verdad Kora, cada día más dramática que el anterior. —Le revolví el pelo al pasar por su lado mientras iba dirección a papá. —Hola, papá. —Le abracé por detrás.

Era como un osito, daban ganas de abrazarlo todo el tiempo.

— ¡Hola cielo!, ¿Qué haces aquí tan pronto? —Siguió poniendo la mesa conmigo tras él.

—Tu hija...que es un poquito exagerada. —Me separé y robé un trozo de queso de la mesa.

— ¡No lo soy! —Gritó ella desde el sofá.

—Si lo es. —Le susurré a papá mientras agarraba otro trozo de queso. Él se río.

— ¡No agarres más! —Me riñó Cody mientras me golpeaba la mano repetidamente.

— ¡Auch! Pero ¿Por qué? —Me sobé la mano.

—Si sigues comiéndotelo, mamá lo verá y me hará ir a por más. —Dijo enfurruñado.

—Bueno, pues perdón. —Dije medio divertida. —Mejor me voy al sofá, antes de que me ampute el brazo. —Le susurré a papá, mirando de reojo a Cody.

—Huye tú que puedes. —Bromeó.

— ¿Cómo crees que será? —Kora le preguntaba a Andrew mientras le robaba patatas por detrás del sofá.

—No lo sé, pero al lado de Jess siempre se quedará corto.

—Totalmente de acuerdo. —Me senté en uno de los sillones.

Era cierto, Jess siempre había sido la guapa de la familia. Con sus ojos azules casi grises y su larga melena oscura...
Aunque he de decir que todos teníamos una muy buena genética; todos teníamos esos ojos grisáceos tan característicos y una nariz con el arco plano pero la punta respingada que la gente tanto envidiaba. Andrew tenía el cabello oscuro pero ondulado y casi siempre lo tenia despeinado y hacia abajo; Kora lo tenía más bien claro, liso y con su flequillo poco poblado tan suyo; Cody en cambio, tenía la cabellera llena de tirabuzones preciosos y de color miel. Y a mí, el pelo me quedaba un poco más arriba de mis pechos, ondulado tirando a liso y oscuro como el de Jess.
Desde pequeñas, me habían dicho que era una copia de ella. ¡Y yo encantada! Porque Jess es de las personas más guapas que he conocido, tanto por fuera como por dentro.

—Yo digo que es rubio. —Kora se sentó en el reposabrazos del sofá. —Ada es rubia. —Le acarició el pelo.

—Pero si Ada no es de él, idiota. —Le recordó Andrew.

—Lo sé...pero aún así creo que va a ser rubio.

—Ojalá sea pelirrojo. —Me reí al imaginar a mi hermana casándose con Ed Sheeran.

—Vosotros también erais rubios de pequeños ¿Sabéis? —Mamá habló desde la mesa.

—No me lo recuerdes, parecía un nenuco. —Andrew fingió un escalofrío. Nos reímos.

—Si. Eras bastante feo de pequeño, la verdad. —Añadió Kora riéndose.

—Habló la guapa de la casa. —Andrew le picó.

—Que te den. —Kora le miró mal y Andrew le hizo burla.

—Venga, ya está bien. Venid a la mesa. —Ordenó mamá.

Ayudé a Ada a bajar del sofá y le sostuve la mano hasta la mesa. 

— ¿Mamma? —Preguntó al aire, buscándola con la mirada.

—Eh...mamá viene ahora ¿Vale? Toma un trozo de pan. —Kora se giró a nosotros. — ¿Dónde está Jess?

Andrew se encogió de hombros sin siquiera levantar la vista de su móvil y yo la busqué.

—No sé, voy a ver arriba...—Me levanté de la mesa. —Vigílala, Kora.

Toqué repetidas veces la puerta de su habitación, pero como nadie respondía, entré igualmente.
Me la encontré hecha un ovillo y mordiéndose las uñas.

—Ay dios, ¿Qué pasa? —Me senté a su lado.

— ¿Te acuerdas que te dije que no tenia miedo? —Asentí lentamente. —Bien, pues estoy cagada, Bec.

— ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? —Fruncí el ceño sin entender.

— ¿Y si no les gusta? Peor, ¿y si lo odian? No creo que pueda mirarle a la cara al nonno...Algo me dice que no le cae bien.

Alcé las cejas, fingiendo impresión.

— ¿Enserio? ¿Por qué dices eso? —Me hice la loca.

—No lo sé, tengo miedo, Becca...—Me miró y siguió comiéndose las uñas.

—Vale, tranquilidad. —Le quité las manos de la boca. —Todo va a ir bien, Jess. Es solo una cena.

—No, es LA cena. Hoy os van a conocer a todos y ya no estoy tan segura de que vaya a salir bien. No por vosotros, sino por él, bueno, también por vosotros porque sois muy directos, sobre todo mamá y el nonno...Ay dios, me estoy convirtiendo en ti. —Abrió los ojos de par en par, asustada.

—Voy a obviar el hecho de que me acabas de insultar...—Dije medio divertida.

—Joder, perdón. —Volvió a comerse las uñas.

—No pasa nada. Pero relájate ¿Quieres? —Le sonreí con cariño. —Jess, a fin de cuentas, somos tu familia. Aunque no nos guste, nos va a dar igual con tal de verte a ti feliz. —Apreté su mano contra la mía.

— ¿Lo dices enserio? —Preguntó dudosa.

—Sabes que sí.

—Él me hace feliz. —Asintió lentamente.

—Es lo que a nosotros nos importa. Nada más que eso. —Le aseguré. —Pero por si acaso... ¿Te acuerdas de nuestra palabra de seguridad? —Ella asintió casi riendo. —Bien, pues puedes usarla cuando quieras y yo...fingiré un ataque al corazón si hace falta. —Solté lo primero que me vino a la mente y ella se río.

— ¿Alguna vez te he dicho que eres mi hermana favorita? —Me abrazó por el costado.

—Auch, hieres mis sentimientos, Jess. —Habló Andrew desde la puerta sin sentimiento alguno.

— ¿Cuánto llevas ahí, cotilla? —Le pregunté.

—Acabo de llegar y ya me estáis haciendo daño. ¿Creéis que estas son las formas de tratar a vuestro hermano? —Fingió estar dolido. —Ah, y es que han llamado a la puerta y mamá está como loca por abrir. —Añadió.

—Mierda, ya están aquí. —Jess se alarmó de nuevo.

—Tranquila, respira. —Le ayudé a levantarse.

— ¿Qué le pasa? ¿Va a volver a parir o qué? —Bromeó Andrew mientras bajábamos las escaleras.

Cuando llegamos a la entrada, estaban todos parados frente a la puerta.

—Dios mío...—Susurró Jess viendo el panorama.

—Parecen una secta ¿Eh? —Se río Andrew a mi lado y no pude evitar reírme con él.

—Vale, atención. —Jess se colocó frente a todos. —Quiero que recordéis que es mi prometido y que le quiero mucho ¿Ok?

Todos asintieron, ansiosos.

—Está bien...—Me miró fugazmente antes de girarse hacia la puerta y agarrar el mango. —Ah, y me hace muy feliz, mucho. —Añadió.

— ¡Abre ya!  —Gritó Kora, desesperada.

La puerta se comenzó a abrir y todos estiramos el cuello hacia la derecha para poder ver cuanto antes a nuestros invitados...

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧
¡Sorpresaaa!
Bueno, creo que os merecíais un nuevo capítulo por darme todo el apoyo y por las 100 vistas, así que aquí lo tenéis✨✨

No os olvidéis de votar y seguirme para que os notifique cuando suba el siguiente capítulo 💞

¡Nos vemos el domingo, gentecilla guapa!

Fortsett å les

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