Alexa me llamo un par de veces en el camino, no le conteste si hablaría con ella seria en la noche o hasta mañana... No necesitaba pensar en problemas innecesarios por el momento... Sin duda era lo ultimo que necesitaba.
Las veces que deje sonar el celular, Matías me preguntaba si todo estaba bien, yo simplemente asentía... No era necesario que el conociera cuales eran mis problemas, aun así cuando el detonante de todo era él mismo. De por si el chico ya parecía la mayoría de las veces incomodo conmigo, o bueno no exactamente conmigo si no a mis actitudes y gestos que a veces adoptaba, al chico sin duda lo traía hecho un desastre y me sentía mal por eso.
De regreso a la ciudad había un poco de trafico, por lo que ahora mismo a llegaré a tiempo a mi trabajo, llegare a mi otro lio.
Alexander... El chico que me presta atención y cree que mis ideas son buenas, el chico con el que rio cuando el trabajo esta aburrido, el chico que me prepara bebidas nuevas para después aprobarlas o rechazarlas... O que acepta mis ideas de bebidas y él las lleva a cabo, el chico con el que tuve un momento hace algunos días, el chico que ha insistido a que vaya a su concierto que se llevara en su misma cafeteria y no como alguien que trabaja ahi si no como espectador.
Muchos sentimientos, simplemente se que es alguien que no puedo dejar de ver por las que lo he intentado.
Y no se que es lo que signifique la palabra amor para ser honesta, no se si eso es lo que siento por el chico de las bebidas, solo se que me gusta estar cerca de él, su presencia y todo lo que tenga que ver con mi jefe.
─¿Vas a ir al baile de Otoño? ─Sin mas la voz de Matías me saca de mi mundo, sin mas el otro chico─, ¿Son divertidos los de aquí?
Me pongo a pensar que clase de definición de diversion espera, así que le doy la más honesta.
—No mucho a decir verdad —Empiezo a quitarme el cinturón de seguridad ya que estamos a una cuadra de la cafetería—. Las bandas no suelen ser muy geniales por lo que no ponen un ambiente que se pueda bailar de manera divertida.
Él nada más asiente.
—Aunque los bocados son buenos la bebida no tanto... A no más que alguno de ultimo semestre ponga alcohol en este —Agregó mientras agarro mi mochila.
—Claro —Sonríe de lado, Matías se estaciona del otro lado de la acera de la cafetería y un poco más adelante—. Así que hemos llegado.
Lo escucho suspirar, fue un viaje tranquilo... Al igual que muy inesperado. No sabría descifrar del todo si me gustó o no mucho.
—Alison —Volteo hacía con él y está muy cerca, demasiado cerca, su cara está a unos cuantos centímetros de la mía, trago saliva—. Me divertí hoy.
Lo dice como si esto hubiera sido una cita, y eso me pone un poco de malas... Ya que claramente esto no fue una cita y solo fue más que un secuestro instantáneo.
Hay algo en el contraste de su mandíbula, lo perfecta que está con su hueso sobresaliendo que provoca que solo vea a ese punto, y no le preste atención a la poca distancia que hay entre nosotros.
─A decir verdad yo igual, pero no estuvo bien mi secuestro express ─Me separo de él apoyando mi dedo índice en su cachete Matias frunce el ceño de una manera divertida por lo que rodeo los ojos─, gracias vecino, por todo, espero que consigas la tarea de matemáticas y me la pases... Ya resuelta de preferencia.
Abro la puerta y la cierro al instante en que salgo del carro de él... No se si sería huir o no, lo único que se es que el ambiente provocó que me pusiera nerviosa...
No voltees, no voltees, no lo hagas.
Sostengo bien mi mochila mientras avanzo por la calle, en cuanto llego a la puerta de la cafeteria él sigue estacionado ahi observándome a detalle, levanta la mano, supongo que es su manera de despedirse ya que no lo deje hablar... Vuelvo a voltear a la puerta, donde lo primero que veo es a Alexander sonriéndome desde la barra de bebidas sentado ahi ya que no hay nadie en la cafeteria, no tardaran en llegar las personas ya que empieza la hora de la comida.
─Estuve hablando con unos amigos ─Empieza a hablar Alexander mientras me dirijo al almacén para dejar mi mochila y ponerme el mandil, escucho como me sigue por detrás─, y lo mas seguro es que me presten luces con efectos de humo...
─Oh no ─Me volteo en el instante que paso el mandil por mi cuello─, efectos de humo buena idea en una fiesta, mala idea en una cafeteria, y si piensas poner luces... Que están sean de colores rojos oscuros, azules oscuros y blancas... Mas por tu tipo de banda.
Le pongo una mano en el hombro mientras sonrió de lado con la boca cerrada. La retiro al instante en que mi jefe voltea a ese lugar. Carraspeo algo apenada.
─Esto es una cafeteria Alex, no un bar ─Le recuerdo mientras sigo intentando amarrarme el nudo del mandil, pero no puedo hoy por alguna extraña razón, esto me frustra mientras me resigno colocando mis brazos en ambos lados.
─Deja que te ayude ─Señala con la cabeza hacia un lado, tratando de decirme que me voltee y eso hago y le doy el permiso de ayudarme─, tienes razón por cierto, me había mocionado ya que la ultima vez si hubo un buen éxito entre las personas y que tal vez eso ayudaría a que nuevas personas vinieran... Pero tienes razón es una cafeteria, no un bar. Lo bueno es que no les dije a la banda primero si no ellos hubieran aceptado al momento. Listo.
Me volteo de nuevo hacia con el mientras observo un punto en la ventana. Hago una mueca de lado.
─Hubiera contrastado a la perfección con la banda ─Acepto─, pero no es el lugar y también debes de cuidar la imagen de la cafeteria. Tal vez algún día de estos puedan tocas en algún lugar donde no sea la cafeteria... O alguna fiesta de Frederick, donde se puedan lucir a la perfección.
Me sonríe, y ahi esta esa sonrisa por la que me derrito, y provoca un escalofrió por todo mi cuerpo que me agrada mucho.
─Gracias por creer en nosotros ─Siento una ligera ráfaga de calor en mi mano, dirijo lentamente mi vista de la ventana a mi mano, y ahi esta sus dedos tratando de sostener los míos─, en serio.
Me muerdo mi labio interior, ¿Qué es lo que esta haciendo?
En ese instante alguien llega, no se da cuenta lo que pasa entre nosotros si no se concentra en la tabla gigante con todo lo que la cafeterita ofrece, sin importar eso los dedos de Alexander siguen sosteniendo los míos, ni si quiera se como reaccionar ante todo esto, y por mas que me odie debo de romper el momento.
Así que me separo de él sin apartar la vista ahora de sus ojos, mientras digo unas palabras que me duelen mucho.
─Ire a atender ─Alexander estaba en una clase de trance ya que lo escucho carraspear mientras asiente y se lame los labios ante nerviosismo.
Sin mas me separo, y rompo el momento que se ha generado, llego a la caja mientras le sonrió y tomo su pedido, ha decir verdad no se como escribí lo que deseaba y cobré de manera correcta ya que mi cabeza no esta bien. No me encontraba bien ante el momento raro que había tenido hace unos minutos atrás con Alexander.
Él se dedico a preparar lo que había ordenado el cliente, y en cuestión de unos minutos había preparado todo, y se lo llevo a su mesa... De regreso ambos nos observamos como si supiéramos el mismo secreto que ninguno de los dos revelaría.
Alex abre su boca para decir algo, pero en ese instante veo a mi amigo abrir la puerta, oh no Adam, ¿Qué demonios estas haciendo aquí?
─¡Abajo! ─Susurro para mi ya que no hay nadie cerca.
No quiero hablar de nada, mi trabajo era el único refugio que tenia contra mis amigos, así que sin mas me agacho y me coloco contra el mostrador donde según yo no me veo.
Desde mi lugar veo unos pies junto a mi, volteo despacio y la cara de Alexander es todo un poema mientras levanta la ceja, coloco un dedo en mis labios tratando de decirle que no diga nada, o espero que haya entendido ya que mis señas de ayuda no son las mejores a decir verdad.
Escucho la voz de mi amigo preguntando por mi, cierro mis ojos con fuerza mientras abrazo mis piernas con mucha fuerza, después de ello no escucho nada más, pero se muy bien que soy yo, porque Alexander es inteligente y responderá de manera hábil... Pero estoy tan aferrada a solo escuchar el pulso de mi corazón que no escucho nada más.
¿Tan patética me he vuelto? Huir de todo el mundo hasta de lo que siento por el simple hecho de que ya no se quien soy... Alison sin duda te has vuelto muy patética.
─Te ves muy graciosa en posición ovillo ─No me sobresalto ante la voz se Alexander que se escucha tan leve─, tu amigo ya se fue.
Asiento levemente mientras abro mis ojos, mi jefe se encuentra sentado junto a mi, recargados junto a la barra...
─Gracias, no quería lidiar con él... No por el momento ─Le confieso mientras le dedico una sonrisa de lado un tanto cansada, probablemente siga cansada a decir verdad.
─Te ves cansada ─Probablemente siga trayendo orejas, ya que leyó mis pensamientos─. ¿Esta todo bien Alison? Adam parecía preocupado... Menciono algo sobre que no habías ido a la escuela.
Me da una mirada un tanto seria y a la vez preocupada. Aquella mirada provocó que recordar que Alexander era un par de años mayor que yo, y mi acción parecía una mala idea, una actitud inaceptable, así que comprendí que aunque a veces bromeáramos, me sonreía como si fuéramos iguales, provoco que regresara a la cruda verdad. Él no necesitaba a una niña, y no fuera por el hecho de que seguía siendo un poco infantil, inmadura sino por el hecho de me gustaba serlo, porque esa era yo. Aun así su sonrisa que apareció por su rostro me volvió a tranquilizar, y todo regreso a la normalidad.
─¿Alguna vez te has preguntado si lo que estas haciendo esta bien o mal? ─Le suelto la pregunta que cada rato da tantas vueltas en mi cabeza.
─Muchas veces a decir verdad ─Claro que idiota, ¿Como fue que pensé que solo a mi me pasaba? Sin duda Alison, eres todo un caso─, pero de eso se trata la vida, de tomar decisiones y creer que es la mejor para nosotros. Si no tomamos una decision, aun así lo hacemos y muchas veces no estará bien. Demasiadas a decir verdad estará mal la decision que tomes, pero supongo que mientras le des una buena cara al asunto, todo estará bien. O es lo que siempre he intentado creer.
─¿Y si realmente no sabes que estas haciendo? ─Frunzo el ceño mientras me muerdo mi lengua de una forma no tan agradable─. Estos días he tomado decisiones que no van conmigo, y lo peor de todo es que las he hecho de una manera que estaba un tanto consciente de lo que quería... ¿Como saber que es lo que realmente quieres?
─Lo sabes y a la vez no lo sabes ─Levanto mi ceja en modo de cuestionamiento─, sabes cuando quieres algo, pero te da miedo y por eso piensas que no lo sabes.
Trago saliva, un comentario tan sencillo y tal vez tan poco relevante para él... Pero tan cierto...
Me levanto del suelo...
─Tú no... ─Interrumpo a Alexander.
─No podemos pasarnos toda una vida holgazaneando en el suelo, ¿O si? ─Él niega con la cabeza mientras ríe─, aparte... Ya hay clientes...
Susurro lo ultimo mientras veo a la chica que persigue a Alexander, hago una mueca de lado, no porque este molesta o celosa que este aquí como casi siempre, si no por el hecho de que se aferra tanto a Alexander pero él no muestra interés alguno en ella... Simplemente es amable con ella y ya. Le debo de dar crédito a la chica que aunque parece que la rechaza cada rato el chico de ojos azules profundo ella sigue insistiendo, como si nada mas le importara. Como si creyera que algún día lo conseguirá... Y a decir verdad, quien sabe que vaya a pasar en un futuro, porque si pienso que no lo conseguirá porque yo me opondré no estoy muy segura, ni si quiera se bien lo que siento por mi jefe, y me dan celos esa chica no porque persigue a Alex sino porque sabe perfectamente lo que quiere en la vida. A quien quiere querer, ella lo quiere a él.
Observo de reojo a Alexander que le sonríe de manera sencilla como siempre, pero se nota un poco su incomodidad.
¿Y yo?... ¿Y yo a quien quiero realmente?
Todo es muy confuso.
Con Alexander siento tranquilidad y felicidad.
Pero cuando estoy con Matias siento un torbellino y excitación.
Es muy complicado ya que el sentimiento por ambos es totalmente diferente. He leído que en este tipo de casos un sentimiento es mas intenso que otro, y uno es una simple ilusión. Entonces... ¿Cuál es mi ilusión?
Porque aunque aquella chica hable y hable para captar la atención de Alexander, este me da la mano de nuevo... Se siente cálida, protectora, como si estuviera destinada a encajar con la mía.
Y se muy bien que no son ideas mías, aquella sonrisa que esta en su cara no va dirigida a Olivia, ahora lo se bien, va dirigida a mi.
Y al parecer Olivia no era la única que sabia lo que quería.
Pero estando los 3 presentes, yo era la única que no sabia lo que quería.