Los Sementales

By YukiTsuki18

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Machistas, lujuriosos, atractivos e infieles, así son los sementales... tres hermanos ricos y guapos que no c... More

Booktrailer y Presentación
0.- Prólogo
1.- Fruta prohibida
2.- Marcado
3.- En la cuna de Los Sementales
4.- Castigo
5.- Apuesta
6.- Calumnia
7.- Buitres
8.- Borracho
9.- El color de tus ojos
10.- Última cena
11.- Triste adiós
12.- Testamento
13.- El patrón
14. Boda
15.- Noche de Bodas
17.- De rodillas
18.- Capricho
19.- Estos celos
20.- Pasiones
21.- Evidencias
22.- Romances
23.- Bajo el mismo techo
24. Noche de donceles
25.- Corazón galopante
26.- Cita
27.- Primera vez
28.- Lágrimas
29.- La propuesta
30.- Poco a poco, lentamente
31.- Hacer el amor
32.- Nubes negras
33.- Decisiones
34.- Amar es libertad
35.- Lágrimas de amor
36.- El fin de Los Sementales

16.- Reencuentros

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By YukiTsuki18

¡Y LLEGÓ EL CAPÍTULO NUEVO!

PRIMERO QUIERO AGRADECERLES POR TODO EL INTERÉS MOSTRADO EN EL CAPÍTULO ANTERIOR CON TODOS SUS COMENTARIOS, REALMENTE ESO ME MOTIVA MUCHO A SEGUIR ESCRIBIENDO ESTA HISTORIA... NO DEJEN DE HACERLO.

SÉ QUE ESTE CAPÍTULO TARDÓ MÁS EN LLEGAR POR LO QUE LO HICE UN POCO MÁS LARGO PARA RECOMPENSAR SU ESPERA.
¡DISFRÚTENLO!

El sol radiante iluminaba San Benito anunciando un nuevo día... en el rancho de "Los Manzanos", Diego terminó de desayunar y se dirigía a la puerta de salida cuando se topó con Julián al pie de las escaleras.

Los bellos ojos azules del doncel se cruzaron con los ojos negros del varón, quien saludó con desdén: buenos días Julián, ya me voy a los campos de manzanas para supervisar el trabajo... nos vemos después...

Antes que el musculoso semental se marchara, el pelirrubio lo detuvo: espera Diego... necesito decirte algo...

Diego se acercó a Julián cuestionando: ¿qué necesitas?

Julián: yo... solo quería felicitarte por los acuerdos de negocios que hiciste en la capital... me alegra que todo haya salido bien...

Diego: supongo que pensaste que haría todo un desastre ¿verdad?... pero el hecho de que no trabajara con mi abuelo como él deseaba, no significa que sea un inepto bueno para nada...

El ojiazul replicó rápidamente: no, yo nunca he pensado que seas un inepto... al contrario, si en alguno de sus nietos confiaba el abuelo, ese eras tú...

Diego: claro, confiaba tanto que por eso te dejó a ti como su "albacea"...

Julián: por favor Diego, no juzgues a tu abuelo tan duramente... entiende que él solo deseaba protegerlos y hacer de ustedes hombres responsables...

Diego: sí, ya sé que todo esto es culpa mía y de mis hermanos... ya entendí que nuestra irresponsabilidad provocó la situación en la que actualmente estamos... y por eso voy a echarle todas las ganas al negocio para que al menos no nos vayamos a la ruina, como mi abuelo pensaba...

Esbozando una sonrisa, el pelirrubio dijo: me alegra escucharte decir eso... y dime qué más hiciste en la capital...

La pregunta del doncel sorprendió al varón: ¿por qué me lo preguntas?

Julián: pues... por simple curiosidad... es obvio que no te la pasaste trabajando... ¿qué más hiciste?

El ojinegro respondió tajantemente: no te esfuerces por ser amable conmigo... ya entendí que nada de lo que yo haga te importa...

Julián: te equivocas, claro que me importa... tú me importas...

Diego miró con extrañeza al doncel, al tiempo de decir: ¿yo te importo?

Sintiendo que un rubor cubría sus mejillas, Julián aclaró: sí, claro... tú me importas, igual que Mauro y también Carlos... aunque no lo crean, yo no soy su enemigo, ni quiero robarles nada... yo solo quiero que la última voluntad de don Serafín se cumpla...

Decepcionado por la respuesta, el pelicafé contestó: ahh, te importo igual que mis hermanos, claro... bueno, ya se me está haciendo tarde... quizás venga a comer, si no, nos vemos en la noche...

Julián: qué te vaya bien... buena suerte...

Después que Diego salió de la casa, Julián suspiró hondamente al tiempo de morderse los labios, señal de que tenía tantas cosas que deseaba decir, pero no se atrevía por temor a las consecuencias.

**********

En la habitación de Carlos, los rayos del sol que se colaban por la ventana llegaron al tierno rostro de Martín, quien después de una noche que jamás olvidaría, abrió sus ojos.

El doncel intentó moverse, pero el dolor en todo su cuerpo, principalmente en su parte inferior, provocó que emitiera un leve quejido que fue escuchado por Carlos, quien terminaba de abrocharse el cinturón de su pantalón de mezclilla.

El semental se acercó al ojicafé diciéndole: hasta que despiertas... no pensé que fueras tan dormilón...

Martín se percató que continuaba desnudo, por lo que se cubrió totalmente con la sábana sin responder nada.

Carlos añadió: pero no te preocupes, entiendo que nuestra noche de bodas te dejó exhausto... descansa todo el día, no salgas de la cama si no quieres, le diré a Tomasa que te suba los alimentos... yo tengo que salir, pero regreso en un rato, me esperas aquí ¿entendido?

El castaño únicamente asintió mientras que Carlos acercó su rostro para besarlo en los labios.

Martín giró su cabeza para evitar el beso, por lo que sonriendo cínicamente, el barbado besó la mejilla del doncel.

Carlos: nos vemos más tarde, bonito... y también le diré a Tomasa que te suba unas pastillas para el dolor, sé que las vas a necesitar...

El semental se acicaló el cabello para luego salir de la habitación... en cuanto la puerta se cerró, Martín se cubrió totalmente con la sábana y haciéndose un ovillo comenzó a llorar amargamente.

**********

Carlos bajó las escaleras y llegó hasta el comedor donde Julián desayunaba siendo atendido por Tomasa.

Al ver al barbado, la ama de llaves dijo: buen día Carlos, ¿vas a sentarte a desayunar?

Ignorando a Julián, el ojiverde respondió: no, prefiero hacerlo en la calle... lo que quiero es que más tarde le subas el desayuno a mi doncel...

Tomasa: ¿el joven no va a bajar a desayunar?

Carlos: Martín no se siente muy bien, por eso quiero que en cuanto te lo pida le subas su desayuno y si no te lo pide, tú llévaselo de todas formas... voy a ser claro, Tomasa, mi doncel está embarazado y no quiero que deje de comer o haga algo que le afecte a mi hijo...

Al escuchar al semental, Tomasa se sorprendió: ¿embarazado? ¿ese muchacho está embarazado?

Carlos: sí, ¿de qué te asustas?

Tomasa: no me asusto, al contrario, me da mucha alegría que vayas a ser papá... tu abuelo se habría vuelto loco de felicidad de saber que iba a tener un bisnieto...

Mirando a Julián, el barbado respondió: qué bueno que te alegras porque estoy seguro que aquí hay muchos a los que les amarga saber que pronto voy a tener un hijo...

El ojiazul no hizo caso de la indirecta y siguió desayunando.

Carlos: ya me voy... regreso en un rato...

Tomasa insistió: pero Carlos, siéntate a desayunar, aunque sea tómate un café ¿a dónde vas con tanta prisa?

Carlos: a buscar trabajo... por los próximos meses tengo que hallar la forma de mantener a mi doncel porque de nada sirve que soy un rico heredero cuando me niegan lo que por derecho me corresponde...

El semental no dijo más y salió apresuradamente de la casa mientras que Tomasa se quedó platicando con Julián.

Tomasa: ¿tú sabías que el doncel de Carlos está embarazado?

Julián: sí, él mismo me lo dijo ayer... y también me pidió una extensión de su mensualidad para mantener a su esposo... yo le ofrecí sumarse al negocio de las manzanas, pero él prefiere buscar trabajo en otro lado antes que trabajar conmigo...

Tomasa: pero que muchacho tan testarudo... dónde va encontrar un buen trabajo en este pueblo cuando aquí es uno de los tres dueños del negocio... ¿o es que prefiere ser mozo en la cantina?

Julián: lo mismo opino, pero Carlos piensa diferente... su odio por mí es tan grande que hasta fue capaz de casarse solo para acceder a su herencia lo más pronto posible...

Tomasa: entonces ¿tú crees que Carlos no ama al doncel que hizo su esposo?

Julián: por supuesto que no... ayer me dijo que solo se casó para cumplir con la cláusula número 3 del testamento...

Tomasa: ¿y el doncel lo sabe? Porque sí aceptó casarse en esos términos, yo desconfiaría de ese muchacho, es más hasta dudaría que el niño que espera sea de Carlos...

Julián: no, estoy seguro que ese bebé sí es hijo de Carlos... él es tan machista que jamás aceptaría darle su apellido al hijo de otro hombre...

Tomasa añadió: pero es que si como dices, Carlos está siendo capaz de cualquier cosa para obtener su herencia, pues...

Julián: hay Tomasa, no me confundas más... creo que lo mejor será que hable con ese doncel... más tarde voy a platicar con él... ¿sabes qué otra cosa me preocupa?

Tomasa: ¿qué?

Julián: que Diego y Mauro vayan a seguir el ejemplo de Carlos... me preocupa que su ambición sea tan grande que terminen casándose con cualquier persona y peor aún, tener un hijo, solo para obtener el dinero que según ellos les corresponde...

Tomasa: pues conociéndolos no lo dudaría... recuerda que los tres están cortados con la misma tijera...

Julián: ojalá no cometan ese error... y no porque yo quiera quedarme los 10 años como albacea, sino porque en verdad deseo que si se casan y tienen un hijo, sea por amor y no por ambición... aunque no lo creas, yo no les deseo ningún mal, al contrario, me daría mucho gusto que ellos encontraran el amor y fueran felices... yo sé que a los tres les ha hecho mucha falta el amor...

Luego de escuchar las tiernas palabras del ojiazul, Tomasa inquirió: ¿y tú Julián? ¿a ti no te hace falta el amor?

Julián se sorprendió por el cuestionamiento: ¿por qué me preguntas eso?

Tomasa: porque eres un doncel joven y muy lindo... a tu edad, deberías estar soñando con enamorarte... ¿nunca te has enamorado de algún hombre?

El pelirrubio agachó la cabeza y tras unos segundos de silencio, respondió: sí, Tomasa, sí he estado enamorado... hace unos años, quise tanto a un hombre que hasta estuve a punto de casarme con él...

Tomasa: y ¿por qué no lo hiciste?

Con un nudo en la garganta, el ojiazul contestó: porque él me demostró que es igual a todos los hombres... una semana antes de casarnos, me fue infiel...

Tomasa acarició la suave mano del doncel: qué terrible debió ser para ti...

Lágrimas rodaron por las mejillas de Julián, al tiempo de contar: más que terrible, fue decepcionante... para mí, él era el mejor hombre del mundo... lo quería tanto que tras saber de su traición, cerré mi corazón y decidí dedicarme en cuerpo y alma a mi trabajo...

Tomasa: ¿cuánto tiempo tiene que pasó todo eso?

Julián: tres años...

Tomasa: y dime, Julián... ¿tú aún sigues enamorado de ese hombre?

**********

En el campo de manzanas, Diego supervisaba el trabajo de los agricultores cuando su hermano Mauro llegó montando a caballo.

Bajo de un árbol ambos sementales comenzaron a platicar.

Diego: ¿a dónde fuiste ayer en la noche?

Mauro: fui a casa de Dani... conversar con él me tranquiliza... Dani me ha demostrado que realmente me quiere y por eso he tomado una decisión...

Diego: ¿cuál?

Mirando a los ojos de su hermano mayor, el ojimiel dijo con seguridad: voy a casarme con Dani... él me quiere y es lo que a mí me conviene...

Diego: no puedo creerlo Mauro, no puedo creer que te dejes influenciar tanto por Carlos... entiende que casarse y tener un hijo no es la mejor solución a los problemas, al contrario, tendrás más...

Mauro: y ¿qué más problemas puedo tener? ¿qué puede ser peor que vivir bajo el control de Julián?

Diego respondió con firmeza: vivir en un matrimonio sin amor... porque estoy seguro que tú no amas a Daniel ¿o me equivoco?

Mauro: no... es verdad no lo amo, pero si en estos momentos tuviera que elegir a alguien para casarme, él es la mejor opción, es un doncel lindo, de buena familia, me quiere... es más, hasta el abuelo alguna vez me dijo que Dani era la mejor alternativa para mí...

Diego: no dudo que el abuelo te haya dicho eso, pero él deseaba que te casaras por amor no por conveniencia... un matrimonio bajo esas circunstancias está destinado al fracaso ¿no te das cuenta?

Mauro: pues en estos momentos lo único que me importa es recuperar lo que me pertenece y voy a tomar el mismo camino que Carlos... y ¿sabes qué? tú también deberías hacer lo mismo... no pienses tanto las cosas, ¿o no te sientes capaz de enamorar a un doncel y preñarlo?

Diego: no digas tonterías, por supuesto que soy capaz, pero no soy tan inconsciente como ustedes...

El ojimiel inquirió: ¿no eres inconsciente o prefieres seguir obedeciendo a Julián?

Diego: ¿qué quieres decir?

Con una sonrisa burlona, el semental menor habló: no soy tonto hermano, sé que a ti Julián te gusta... te gustó desde que lo conociste y quizás la verdadera razón para no casarte con otro doncel es porque al que quieres es a Julián...

Diego: es verdad que Julián me gusta, nunca lo he ocultado, pero entre él y yo no puede haber nada... primero porque él no siente nada por mí, más que repudio... y segundo porque en mi corazón existe la duda sobre hasta dónde llegó su relación con el abuelo...

Mauro: ¿crees que el abuelo y Julián fueron amantes?

Diego: no, eso no... a lo que me refiero es que no sé si Julián es un ambicioso y fue él quien presionó al abuelo para dejarlo como su albacea...

Mauro: pues yo no tengo dudas de la clase de doncel que Julián es... por eso si piensas que entre tú y él nunca habrá nada, búscate a otro doncel... ayer me dijiste que te reencontraste con alguien en la capital ¿de quién se trata?

Diego sonrió para luego expresar: ¿te acuerdas del nieto del licenciado Riva Palacio? ¿del que se fue a la capital para estudiar medicina?

Mauro: muy poco... solo recuerdo que se llamaba Tiago y que tú y él tuvieron sus quereres antes que se fuera de San Benito...

Diego: así es, pues me encontré con Tiago en la capital... hace más de 8 años que no lo veía y se puso buenísimo... me contó que no terminó la carrera de medicina, pero se quedó en la capital porque le gustó el ritmo de vida... él siempre ha sido muy superficial...

Mauro: ¿y? ¿eso fue todo? ¿solo platicaron y ya?

Con una sonrisa traviesa, el ojinegro respondió: por supuesto que no... Tiago ya es un doncel hecho y derecho, así que pasó lo que tenía que pasar entre alguien como él y como yo...

Mauro palmeó con alegría la espalda de su hermano: eso quiere decir que no te la pasaste nada mal... pues ahí está, ese doncel puede ser tu pase de salida para que los tres nos liberemos de ese absurdo testamento...

Diego: no, eso no puede ser... Tiago vive en la capital y yo estoy aquí imposibilitado a mudarme por los próximos cinco años... y yo no confió en las relaciones a distancia...

Mauro: pues en eso tienes razón... pero el caso es que te busques a alguien y hagas lo mismo que hizo Carlos y que muy pronto haré yo... casarse y tener un hijo...

**********

En el rancho, Martín se levantó con dificultad de la cama... sus piernas temblaban al estar de pie y con gran esfuerzo llegó hasta el baño.

Al mirarse al espejo, sus ojos se llenaron de lágrimas... delante de él estaba el reflejo de un doncel ultrajado y usado para el placer sexual de un hombre.

Todo el cuerpo de Martín estaba lleno de marcas, en sus caderas aún se notaban las huellas de los dedos de Carlos, sus pezones estaban hinchados, sus nalgas enrojecidas y por sus piernas había rastros secos de semen y sangre.

Sin soportar más su reflejo, el doncel abrió la llave de la regadera y se metió a bañar para limpiar su maltratado cuerpo.

El agua que caía sobre su rostro se confundía con las lágrimas que salían de sus ojos sin cesar... el doncel enjabonaba su cuerpo con fuerza intentando borrar cada marca, pero era imposible.

Pero peor que las marcas en su cuerpo, Martín no podía liberarse de los recuerdos de todo lo vivido la noche anterior. El doncel no recordaba con exactitud las veces que Carlos lo hizo suyo, no recordaba cuántas veces sus entrañas fueron bañadas por la simiente de su marido, seguramente fueron demasiadas, pues de su entrada no dejaba de brotar el líquido blanquecino.

Las cicatrices mentales eran las más difíciles de borrar y es que Martín no se perdonaba el hecho de haber sentido placer en algún momento de su noche de bodas. Se preguntaba cómo su cuerpo podía sentir placer con el hombre que lo violó y lo embarazó.

Hecho un mar de llanto, el doncel golpeaba la húmeda pared del baño mientras se decía: te odio Carlos, te odio y nunca te voy a perdonar, nunca...

Luego de cerrar la ducha, Martín limpió su humedecido cuerpo y tras percatarse que su intimidad continuaba dilatada y con semen saliendo de su interior, se colocó una toalla sanitaria debajo de su ropa íntima.

El doncel eligió vestirse con ropa que cubriera todo su cuerpo para que nadie pudiera notar las marcas de la noche anterior, le avergonzaba pensar que alguien supiera que fue usado como un vil juguete sexual durante toda la madrugada.

Tras colocarse una camisa de cuello de tortuga, el doncel notó que las sábanas de la cama estaban manchadas con fluidos corporales, por lo que rápidamente las cambió.

Martín terminaba de arreglar el lecho nupcial cuando golpes en la puerta lo sobresaltaron.

El ojiacafé dijo con voz suave: adelante...

La puerta se abrió dando paso a Julián, quien le sonrió con gentileza al tiempo de decir: buenos días Martín... pasaba por tu cuarto y como no has salido quería saber si necesitabas algo...

Tímidamente, el castaño respondió: buen día Julián... ya tiene rato que me desperté, pero la verdad me dio pena salir... yo no sé qué hacer en esta casa...

Julián: pues puedes bajar a la sala, o puedes salir al jardín... incluso si quieres puedes platicar conmigo o con Tomasa, nosotros también estamos aquí todo el día...

Martín se sentó en la cama diciendo: gracias... pero es que... hoy no me siento muy bien...

Julián se acercó sentándose al lado del castaño: entiendo que debes sentirte fuera de lugar en esta casa... todos somos desconocidos para ti, pero ahora ya eres parte de la familia... te repito lo que ayer te dije "bienvenido a esta casa"...

Martín esquivó la mirada del ojiazul haciendo un esfuerzo para no llorar y decirle que lo que más deseaba era salir huyendo de ese rancho.

Julián se percató de lo ojos hinchados del castaño, por lo que preguntó: ¿lloraste?

Martín: s-sí...

Julián: ¿Carlos te hizo algo malo?

El ojicafé apenas conocía a Julián, por lo que no podía confiar en él contándole lo que realmente le ocurría.

Martín: n-no, Carlos no me hizo nada... es solo que yo estoy muy sensible y me da por llorar sin ninguna razón...

Julián dijo sonriendo: es normal que estés susceptible... los donceles nos ponemos sensibles cuando estamos embarazados y tú lo estás ¿verdad?

Martín miró a Julián cuestionando: ¿cómo lo sabes?

Julián: Carlos me lo dijo ayer... él no solo nos sorprendió con la noticia de su matrimonio sino también al informarnos que muy pronto va a ser padre...

Martín agachó la cabeza, avergonzado: ahora debes pensar mal de mí... seguramente crees que soy un chico fácil al haberme embarazado sin estar casado...

Julián: yo no pienso nada... no soy quién para juzgarte... tus razones debes tener y yo sé que cuando estamos enamorados, cometemos muchos errores... lo que importa ahora es ese bebé que estás esperando...

El ojiazul tocó estómago plano de Martín: aún no se te nota nada... ¿lo sientes dentro de ti?

Martín respondió con ternura: no, apenas tengo dos meses... solo sé que está aquí dentro por los exámenes que me hicieron... pero a pesar de que no lo siento, ya lo quiero... y por él, sé que soy capaz de todo y de aguantar todo...

Al escuchar esas palabras, el rubio sonrió: es hermoso lo que dices... ahora no tengo dudas que eres una buena persona... y quiero decirte que siempre que necesites algo, cuentas conmigo... me gustaría que me consideraras como un amigo...

Martín vio a los ojos de Julián encontrando sinceridad y bondad: gracias... a mí también me gustaría ser tu amigo...

El ojiazul no pudo evitar sentir agrado por el castaño, quien emanaba tanta dulzura y a la vez falta de amor.

Julián: eres un chico muy tierno... y tan diferente a Carlos... todavía no entiendo como tú y él...

Martín: ¿qué es lo que no entiendes?

Julián suspiró para luego decir: Martín, dime la verdad ¿por qué te casaste con Carlos? ¿cuál es la verdadera razón para que aceptaras ser su esposo?

Martín esquivó nuevamente la mirada de Julián sin saber qué responder.

En esos momentos, Tomasa pidió permiso para entrar dirigiéndose al pelirrubio: Julián, alguien te busca... lo hice pasar al despacho...

Julián: ¿alguien? ¿quién?

Tomasa: solo me dijo que era un amigo tuyo... un viejo amigo...

Extrañado, el ojiazul salió de la habitación de Martín para saber quién era la persona que lo buscaba.

Al entrar al despacho, los ojos del rubio se abrieron grandemente al encontrarse con un atractivo varón de cabello negro y ojos verdes.

De los labios de Julián salió el nombre del caballero: Fa-Fabricio...

**********

En el hospital, el doctor César Montero se sorprendió de la inesperada visita de su hijo Daniel.

Montero: ¡qué sorpresa verte por aquí Dani! Supongo que vienes a decirme algo tan importante que no puedes esperar hasta la noche...

El doncel ojiavellana respondió con firmeza: sí papá, lo que tengo que decirte es muy importante... en la mañana ya no te encontré al despertarme y por eso vine a buscarte aquí...

Montero: muy bien, dime qué es eso tan importante que no puede esperar...

Daniel miró a los ojos de su padre y habló con seguridad: papá, me voy a casar... me voy a casar con Mauro Obregón...

Con el rostro desencajado, el mayor vociferó: ¡qué tontería estás diciendo!

Daniel: no es ninguna tontería... ya te he dicho que estoy enamorado de Mauro y él me pidió matrimonio... como ves, sus intenciones son buenas conmigo, él no quiere burlarse de mí... quiere que sea su esposo y está hablando en serio, tanto que quiere pedirte mi mano...

Montero: ese tipo está loco si cree que voy aceptar que te cases con él...

Molesto, el doncel expresó: pero qué "pero" le pones ahora... creí que te oponías a mi relación con él porque pensabas que se quería burlar de mí... pero Mauro me está demostrando que me ama realmente cuando quiere casarse conmigo...

Montero: no seas ingenuo Dani, Mauro no te ama...

Daniel: por supuesto que me ama, ¿por qué otra razón me pediría que me case con él, sino por amor?

Montero: tú aún eres muy joven y no entiendes que para hombres como Mauro el amor es lo último en lo que piensan, hay muchos más intereses en juego...

Daniel: eso lo dices porque no soportas a Mauro, pero con su propuesta, yo estoy seguro que me ama y me casaré con él con o sin tu permiso...

Al ver la determinación de su hijo, el doctor Montero replicó: ya veremos si aceptas casarte con él después de lo que voy a decirte... Mauro no se quiere casar contigo porque te ame, sino porque necesita casarse con quien sea para recuperar la herencia de su abuelo...

Los ojos de Daniel se abrieron grandemente al escuchar a su padre: ¿qué estás diciendo?

Montero: como lo oyes... la herencia de Mauro está sujeta a una serie de condiciones que don Serafín estableció en su testamento, una de ellas es que Julián Grajales es el albacea de todos los bienes de Mauro y sus hermanos... ellos no pueden acceder a su herencia hasta dentro de 10 años, pero si se casan y tienen un hijo, podrán hacerse de su parte de la herencia de manera inmediata...

Daniel se quedó mudo al escuchar a su padre, pero recordó las pláticas sostenidas con Mauro anteriormente y aunque el semental no le había especificado nada, el ojiavellana sí sabía que habían problemas con la herencia del abuelo.

Montero añadió: Mauro no te ama, Dani, solo quiere usarte como un instrumento para acceder cuanto antes a su herencia... y lo mismo hizo el mayor de los sementales... en todo el pueblo ya se sabe que Carlos Obregón se casó ayer con un tal Martín Salas... ahora Mauro está siguiendo los pasos de su hermano y te eligió a ti para ser la llave para recuperar su fortuna....

De los ojos de Daniel comenzaron a escurrir lágrimas, al tiempo de expresar con rencor: hipócrita, Mauro es un hipócrita que ayer me dijo que me amaba... cuando lo único que quiere es usarme...

Montero: ahora comprendes porque siempre he querido que te alejes de él... porque si Mauro fuera un buen hombre, te habría hablado con claridad... te hubiera contado sus problemas y sus verdaderas razones para pedirte matrimonio, pero prefirió callar porque sabe que detrás de su propuesta solo hay ambición...

Daniel: no digas más, no digas más...

El doncel se dirigió a la salida mientras que el doctor le preguntó: ¿a dónde vas?

Daniel respondió con firmeza: no te preocupes, papá, ahora sé muy bien quién es Mauro Obregón... llegó el momento que él también sepa quién soy yo...

**********

En el campo, Diego no dejaba de pensar en las palabras de sus hermanos respecto a la decisión de casarse... el ojinegro se preguntaba si esa era la mejor forma de liberarse de testamento de su abuelo.

Pensando en voz alta, el pelicafé dijo: ¿casarme? pero ¿con quién? Ningún doncel me gusta tanto como para hacerlo mi esposo y madre de mi hijo solo para acceder a mi herencia... el único doncel que mueve algo en mí es...

A la mente del varón llegó la imagen de Julián, así como aquel beso que le robó cuando lo conoció por primera vez... desde ese día, el semental quedó prendado del bello ojiazul.

Diego: si tan solo Julián me correspondiera, no dudaría en hacerlo mi esposo y embarazarlo, pero él no está disponible... él se casó con mi abuelo para poder ser albacea... no, él no es una posibilidad ¿o sí?...

El ojinegro recordó lo que decía el testamento de don Serafín.

Diego: el testamento establecía que Julián podía casarse, incluso podría llevar a su esposo a vivir al rancho, pero no decía nada de qué pasaría si se casaba con uno de nosotros... tengo que hablar con el licenciado Riva Palacio... él puede sacarme de todas mis dudas...

Rápidamente, Diego subió a su camioneta y se dirigió a la casa del abogado.

Momentos después, el semental de ojos negros llegó a la casa de la familia Riva Palacio, don Joaquín no se encontraba, por lo que decidió esperarlo.

Diego se encontraba sentado en uno de los sillones de la sala cuando una alegre voz a sus espaldas lo hizo voltear.

"No puedo creerlo, cómo supiste que volví a San Benito".

Los ojos de Diego se toparon con un bello doncel de 23 años de edad, de piel blanca y ojos azules, cabello rubio y rizado, además de poseer facciones muy finas y delicadas.

Muy sorprendido, el semental dijo: Tiago... ¿tú, aquí?

Tiago se acercó para abrazar con fuerza a Diego, al tiempo de decir: por supuesto que estoy aquí... llegué hace unas horas y volví para quedarme...

Diego: pero en la capital me dijiste que tu vida ya estaba allá y no pensabas regresar a San Benito...

Tiago: sí, eso te dije, pero la verdad es que nada me ata a la capital... mi única familia está en este pueblo y aunque dudaba en volver, la decisión final la tomé después de reencontrarme contigo...

Acariciando la mejilla del pelicafé, el doncel añadió con coquetería: sí, Diego, regresé a San Benito por ti... porque lo que vivimos hace unos días en la capital me hizo darme cuenta que eres exactamente el tipo de hombre que he buscado toda mi vida...

Diego no respondió a las atrevidas palabras del rizado, quien inquirió: ¿no me dices nada?

Diego: es que no sé qué decirte... los días que pasamos en la capital fueron eso, "unos días"... ambos acordamos que la distancia impedía algo más entre nosotros...

Tiago: precisamente por eso decidí terminar con ese impedimento... ahora que viviré de nuevo en San Benito, nada impide que tú y yo tengamos algo más que una aventura de solo unos días ¿no crees lo mismo?

Esquivando la pregunta del doncel, Diego contestó: la verdad es que tu regreso es tan inesperado que yo no sé...

Tiago calló al varón colocando uno de sus dedos en los labios del semental: no digas más... tienes razón en estar muy sorprendido... de cualquier forma, no pienso presionarte a nada... solo quiero que sepas que estoy aquí por ti y para ti...

Diego asintió con una sonrisa discreta.

Tiago: ¿qué te parece si me llevas a recorrer el pueblo? Hace tanto que no venía que ya ni me acuerdo bien de todo...

Diego: jajajaja, pero si aquí nada ha cambiado... todo sigue igual a cuando te fuiste...

Aferrándose al musculoso brazo del semental, el rizado comentó: de todos modos quiero recorrer sus calles y después de tanto tiempo sin hacerlo, me gustaría que tú me acompañaras...

Diego accedió a la petición y olvidándose de las razones por las que había llegado, salió de la casa Riva Palacio acompañado del sensual Tiago.

**********

Mientras tanto en el rancho, otro reencuentro inesperado tenía lugar.

Julián cuestionaba dudando de lo que sus propios ojos veían: ¿Fabricio? ¿qué haces aquí? ¿en San Benito?

El ojiverde se acercó con pasos firmes hacia el doncel: estoy trabajando en el hospital con el doctor Montero... y así como tú te sorprendes de verme en este pueblo, yo tampoco esperaba encontrarte aquí...

Julián se alejó de Fabricio diciendo: llegué a San Benito porque luego de graduarme en la escuela de enfermería, me enviaron para acá...

Fabricio: lo sé, a ti te enviaron a este pueblo y yo sin embargo, elegí San Benito para hacer mis prácticas médicas... es una gran coincidencia... ¿o será acaso el destino que intenta reunirnos nuevamente después de separarnos?

El ojiazul miró fijamente al varón y expresó: no Fabricio, el destino no nos separó... lo que nos separó fue tu engaño... ¿ya te olvidaste que me fuiste infiel a solo una semana de casarnos? ¿no recuerdas que te acostaste con otro doncel el día de tu despedida de soltero?

Fabricio: por supuesto que lo recuerdo, como también recuerdo haberte explicado que fue un error, un grave error... esa noche había bebido demasiado, tuve un momento de debilidad y terminé acostándome con...

Julián interrumpió completando la frase: con mi mejor amigo... te acostaste con quien se suponía era mi mejor amigo... ¿cómo podía perdonarte ese "error" como tú lo llamas?

Fabricio acortó nuevamente la distancia entre él y el doncel: Julián, yo sé que no es de caballeros, pero te repito lo que una vez te dije, tu "amigo" me sedujo y se aprovechó de mi estado de ebriedad...

Dándole la espalda al ojiverde, Julián replicó: qué fácil es para ustedes los hombres justificarse... "mi amigo te sedujo", "tuviste un momento de debilidad"... ¿crees que esas son razones válidas para mí?... dime ¿qué pasaría si fuera yo el que se hubiera acostado con otro una semana antes de la boda? ¿me habrías perdonado?

Fabricio se colocó detrás del doncel diciéndole: no es lo mismo Julián... eso es diferente...

Julián se volteó y contestó mirando de frente al ojiverde: ¿por qué es diferente? Porque yo soy doncel y yo sí tengo que guardarte fidelidad, aunque tú me engañes... no Fabricio, yo no comulgo con ideas del siglo pasado... para mí todos somos iguales y valemos lo mismo...

Fabricio: no tienes que convencerme de esas ideas, sabes que no soy un hombre machista y que si me enamoré de ti es precisamente porque eres un doncel que se respeta a sí mismo y se valora como persona...

Julián: pues el haberte acostado con otro a unos días de casarnos y después decirme que si yo te hubiera dado lo que "necesitabas" no habría pasado nada fue muy machista de tu parte...

El pelinegro tomó de los hombros al doncel diciéndole: por favor Julián, ya olvídate de todo eso... ya han pasado tres años y ambos hemos cambiado, yo he madurado y te juro que soy un hombre muy diferente ¿por qué no puedes perdonarme?

Julián se liberó del agarre diciendo: es que yo ya te perdoné... me costó hacerlo, pero lo logré... dejar de verte cuando te fuiste a estudiar tu especialidad me ayudó a perdonarte...

Fabricio: entonces, ¿podríamos darnos una nueva oportunidad? Piensa que si la vida hizo que nos reencontráramos es por algo...

Julián: no te confundas Fabricio... una cosa es que te haya perdonado y otra que olvide lo que me hiciste... te he perdonado, pero no olvido...

El varón se acercó al doncel invadiendo su espacio personal y expresando: si no has olvidado mi engaño, entonces tampoco me has olvidado a mí ¿verdad?

El rostro de Fabricio se acercó al de Julián, quien pudo sentir el aliento del varón muy de cerca, así como sus labios rozando los suyos.

Pero antes de consumarse el beso, Julián empujó a Fabricio alejándose de él rápidamente.

Julián: vete Fabricio, si viniste aquí buscando que entre tú y yo vuelva a existir algo, mejor vete...

Fabricio: no has respondido a mi pregunta... no me has olvidado ¿verdad?

Julián: ¿cómo podría olvidar al hombre con el que estuve a punto de casarme? ¿al primer hombre del que me enamoré? Pero eso no significa que te dé otra oportunidad... nuestra relación ya es parte del pasado...

Fabricio replicó: no es pasado cuando hoy tú y yo estamos frente a frente de nuevo...

Julián: pero hoy las condiciones han cambiado... tú mismo lo dijiste, ya no somos los de hace tres años...

Fabricio: pero mis sentimientos por ti siguen siendo los mismos... y casi estoy seguro que tú también sientes lo mismo por mí... o dime ¿otro hombre ocupa ya tu corazón?

Julián dudó en contestar, pero lo hizo: no, no hay ningún hombre en mi vida, pero aunque esté solo, tú y yo no vamos a volver jamás... vete, márchate ahora mismo...

Fabricio sonrió luego de escuchar que el ojiazul no tenía pareja: está bien, me voy, pero eso no significa que vaya a dejar de insistir... para mí está muy claro que el destino nos quiere juntos y haré lo que sea necesario para volver a conquistarte como una vez lo hice... hasta pronto Julián, yo sé que nos volveremos a ver...

Fabricio salió del despacho dejando a Julián hecho un manojo de nervios... el doncel sentía que le temblaban las piernas, pues nunca pensó encontrarse en San Benito con el hombre que alguna vez llamó "el amor de su vida".

Por su parte, Fabricio abordó su automóvil y salió del rancho, sin embargo en el portón de entrada, se cruzó con Carlos, quien regresaba en su camioneta.

El semental vio al médico y de inmediato pensó que había llegado buscando a Martín... los celos se apoderaron del barbado imaginando que Martín y el doctor habían estado juntos en su casa mientras él no estaba.

Apretando el acelerador de su camioneta, Carlos llegó a la casa y subió apresuradamente las escaleras hasta entrar a su recámara, donde Martín se mantenía recostado por el dolor de lo vivido la noche anterior.

El semental entró hecho una furia vociferando: así que mientras yo salgo a buscar trabajo, tú aprovechas para verte con ese hijo de puta...

Sin entender nada, el ojicafé se levantó de la cama con esfuerzos: ¿qué dices?

Acercándose peligrosamente, Carlos aseveró: no te hagas el inocente... acabo de ver salir a tu querido doctor Cisneros... estoy seguro que vino a verte...

El ojiverde sujetó a Martín bruscamente y mirándolo con los ojos llenos de rabia inquirió: ¿te atreviste a meterlo en nuestra recámara? ¿te atreviste a hacer algo con él en mi propia casa? ¿en el mismo lugar donde ayer te me entregaste?

Martín: suéltame que me lástimas... no sé de lo que me estás hablando... yo no he visto al doctor Cisneros... él no estuvo aquí...

Apretando con más fuerza los brazos del doncel, Carlos agregó: no me quieras ver la cara de estúpido... yo vi salir al imbécil ese de esta casa y tuvo que venir a verte a ti porque sé que te quiere para él y también sé que tú sientes algo por él...

Llorando, Martín aseguró: estás loco... entre el doctor y yo solo hay una amistad... yo por él solo siento un cariño de amigos, eso es todo...

Carlos: pues ni eso debes de sentir... tú no debes sentir cariño por ningún hombre que no sea yo... tú tienes que quererme solo a mí ¡SOLO A MÍ!

Carlos arrojó con brusquedad a Martín a la cama mientras agregó: ahora, dime la verdad... ¿por qué vino a buscarte ese estúpido?

Martín gritó entre lágrimas: ya te dije que no vino a verme... seguramente te equivocaste y no era el doctor y si lo era, no vino buscándome a mí, te lo juro por este niño que estoy esperando... hoy no he visto al doctor Cisneros...

Carlos dijo en tono amenazador: voy a investigar y si me estás engañando, si te atreviste a meter a ese imbécil a este cuarto, te va a pesar Martín... vas a conocer el peor lado de mí, porque tú y ese medicucho no me van hacer pendejo... no te voy a permitir que seas de otro hombre ¿me escuchaste?

Asustado, Martín no respondió y solo vio salir a Carlos furioso de la recámara... el doncel se recostó nuevamente llorando inconsolable por el injusto maltrato recibido.

**********

En el parque de San Benito, Mauro se encontraba sentado en una de las bancas cuando vio a Daniel acercarse.

El ojimiel se puso de pie sonriendo: Dani ¡qué gusto verte aquí!

Como respuesta, el doncel asestó una fuerte bofetada que hizo voltear el rostro al semental.

Mauro: ¿qué te pasa Dani? ¿por qué me pegas?

Conteniéndose para no llorar, el doncel vociferó: hipócrita, eres un maldito hipócrita... ya sé por qué me pediste matrimonio... sé perfectamente cuáles son tus intenciones para casarte conmigo... quieres usarme para recuperar tu herencia ¿verdad?

Al escuchar las palabras del ojiavellana, Mauro se quedó petrificado: ¿quién te dijo eso?

Daniel: no importa quién me lo dijo... respóndeme tú... si te consideras un hombre, dime la verdad... atrévete a negar que necesitas casarte y tener un hijo para recuperar tu herencia...

Sobándose la mejilla, el varón contestó: no lo voy a negar, sí es verdad... necesito casarme cuanto antes para recuperar lo que es mío...

Daniel comenzó a manotear golpeando el pecho del semental: eres un maldito interesado... un cínico que quería usarme, un mentiroso, un canalla, un...

El ojimiel detuvo las manos del doncel hablando con voz recia: ya basta Daniel, deja tus pataletas, y déjame explicarte...

Daniel: no tengo por qué escucharte... para mí ya todo está muy claro y alguna vez te lo dije, pero ahora sí lo voy a cumplir, te vas arrepentir de burlarte de mí...

Mauro: está bien, ódiame si quieres, pero primero tendrás que escucharme... no voy a permitir que pienses lo peor de mí sin conocer mis razones...

Daniel: muy bien, habla de una vez... quiero escuchar la sarta de mentiras que dirás...

Al ver que la gente del pueblo comenzaba a detenerse para ver su pelea, Mauro tomó del brazo a Daniel diciéndole: vamos a hablar, pero no aquí... lo haremos en un lugar privado...

Daniel: suéltame... ¿a dónde me llevas?

Mauro: a un lugar donde tú y yo solos pongamos fin a esta discusión... o solucionamos el problema o terminamos nuestra relación para siempre...

Mauro llevó a Daniel hasta su camioneta y después partió con él para hablar en privado.

*********

Y en el rancho, un polvorín estaba por explotar... Carlos interrogaba a Tomasa como si un delito se hubiera cometido.

Carlos: contéstame Tomasa, ¿a quién vino a ver el doctor Cisneros?

Tomasa: ya te lo dije... ese doctor preguntó por Julián y estuvo platicando con él en el despacho...

Carlos: ¿estás segura que no se vio con Martín?

Tomasa: te aseguro que no... ese pobre muchacho ni ha salido de tu cuarto en todo el día... créeme, ¿qué razones tendría yo para mentirte?

Carlos no escuchó más y se dirigió al despacho, donde Julián continuaba hundido en sus pensamientos.

Sin pedir permiso, el barbado entró vociferando: ¿por qué vino Fabricio Cisneros a buscarte? ¿qué tienes tú que ver con él?

Molesto por la actitud del semental, Julián contestó: ¿por qué entras sin llamar a la puerta? No tienes derecho a entrar dando de gritos...

Carlos: en esta casa hago lo que se me hinche la gana y responde a lo que te pregunté... ¿qué tienes tú que ver con ese medicucho? Y no vayas a negar que hablaste con Fabricio porque Tomasa ya me lo confirmó...

Julián: no tengo por qué negarlo... como tampoco tengo por qué decirte lo que hablé con él... es un asunto privado entre él y yo...

Golpeando el escritorio, Carlos aseveró: pues vas a tener que decírmelo, porque estoy seguro que tú y ese "doctorsito" hablaron de Martín, mi doncel...

Sorprendido, el ojiazul cuestionó: ¿Martín? ¿qué tiene que ver Martín con Fabricio?

Carlos: ¿no lo sabes? Ese estúpido doctor anda detrás de lo que es mío... y no voy a permitir que se le acerque a Martín... no quiero verlo rondándolo en esta casa, que también es mía...

Julián: ni siquiera sé de lo que me estás hablando...

Carlos: no te hagas el ingenuo... conociéndote, sé que a ti te haría feliz que Martín me engañara con Fabricio... seguramente tú piensas hacerla de "alcahuete" para que mi doncel me ponga los cuernos con ese pendejo mientras yo no estoy...

Julián: tienes una mente tan sucia que solo te imaginas perversiones...

Carlos: aquí el único pervertido eres tú... tú que te le entregaste a mi abuelo para estafarlo... tú que eres una zorra vestida de oveja, pero no voy a permitir que perviertas a Martín, él sí es un doncel decente... para Martín solo yo he sido su hombre y no voy a dejar que lo contamines con tus ideas de doncel libertino...

Harto de las ofensas del semental mayor, Julián golpeó el escritorio diciendo: ya basta Carlos... deja de ofenderme...

El ojiverde gritó aún más fuerte: eso es lo que yo digo ¡YA BASTA!... y si tú no quieres decirme de qué hablaste con Fabricio, entonces le preguntaré yo mismo a ese imbécil...

Carlos se fue del despacho al tiempo que Julián apretó con sus manos el amuleto colgado de su cuello.

Julián: paciencia, necesito paciencia para soportar todo esto...

**********

A toda velocidad, Carlos llegó a bordo de su camioneta al hospital de San Benito.

El semental entró como dueño de todo el lugar y solo se detuvo hasta encontrar a Fabricio en uno de los pasillos.

Carlos: Fabricio Cisneros, tú y yo vamos a hablar ahora mismo...

Sorprendido, el joven médico miró a Carlos cuestionándolo: y sobre qué tenemos que hablar tú y yo...

El barbado caminó hasta colocarse cara a cara con Fabricio, quien también le hizo frente con gallardía.

Tras sonreír cínicamente, Carlos soltó un derechazo que impactó en la quijada del pelinegro, quien tuvo que sostenerse de una pared para no caerse por el golpe.

Carlos: eso es para que entiendas que no quiero verte nunca más por mi rancho...

Limpiándose el hilillo de sangre que escurría por la comisura de sus labios, Fabricio se paró frente al semental y de inmediato le propinó un derechazo.

Esta vez fue Carlos, quien tuvo que hacer uso de todo su equilibrio para no caerse por el impacto del golpe en su rostro.

Fabricio sentenció con voz gruesa: y eso es para que entiendas que tú no eres nadie para decirme a dónde voy o no voy...

Limpiándose la sangre que salía de su boca, Carlos miró lleno de rabia a Fabricio al tiempo de apretar sus puños con fuerza... el semental mayor sentía arder la sangre por sus venas y su furia estaba por desatarse como caballo desbocado.

Continuará...

HAGAN SUS APUESTAS PORQUE SE VIENE UN DUELO DE MACHOS...
¿A QUIÉN LE VAN? ¿AL SEMENTAL MAYOR O AL DOCTOR?

¿QUÉ PASARÁ CON MAURO Y DANI?

¿QUÉ CAMBIOS TRAERÁ EL REGRESO DE TIAGO A SAN BENITO?

CUÉNTENME SUS TEORÍAS Y RECUERDEN DEJAR UNA ESTRELLA Y COMENTAR PARA MÁS CAPÍTULOS.

NOS LEEMOS MUY PRONTO
😉😉😉

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