-¿Les gusta?- Molly pregunta, sonriendo mientras la familia comía aquel pastel de carne que había preparado como postre.
-Está riquísimo, Molly- halaga Remus.
La pelirroja le sonríe amablemente, y le echa una mala mirada a sus hijos.
-Nunca me dicen que les gusta mi comida- dice molesta -, cuando no la tengáis, la echaréis de menos.
Varios ríen, otros se hacen los sordos y otros la miran apenados.
Fred, que es uno de los que se había reído, pasa la mano por debajo da mesa, tocando la rodilla de la chica, buscando su mano, hasta que la encuentra y las pone sobre la mesa.
-Ylenia y yo tenemos algo que decir.
La castaña observa al pelirrojo, que sonreía entusiasmado.
Sus hijos estaban durmiendo plácidamente en unas cunas que Arthur y Charlie habían montando en el salón, y la familia comía en la cocina.
-¿Qué pasa?- un Arthur preocupado los mira -, ¿es algo malo?
-No- el pelirrojo gira su cabeza para mirar a su prometida, sonriendo levemente para observar sus manos entrelazadas sobre la mesa.
Ylenia alza las cejas, esperando por su habla, y él le dedica una sonrisa.
-Dejen la intriga- suspira una ansiosa Ginny.
-Nos vamos a casar- dice Fred en un segundo.
La mesa queda en silencio, mientras se miran unos a otros y unos segundos después todos hablan.
-Ya era hora.
-Mucho habías tardado.
-Por fin se decidieron.
-Al fin...
La pareja observa al resto de la mesa, soltando una pequeña risa.
-Ya estábais tardando- Molly sonríe con entusiasmo -, ¿cómo fue? ¿dónde será? ¿cuándo será?
-Fue bonito- la Lupin sonríe -. ¿Dónde? Pues..- mira a su prometido -... no, no lo sabemos aún.
-¿Cómo qué no lo saben?- pregunta con incredulidad la matriarca Weasley.
-Es que, queremos hacerlo en unos años- explica Fred -. Cuando Georgia y JJ sean más mayores, con cinco o seis años, que sean conscientes de que sus padres se están casando y que también vivan esa experiencia- ambos asienten, estando de acuerdo -. No podía esperar a que fuese mi prometida, pero, esperaremos para casarnos.
-¿Vais a esperar cinco años para casaros?- pregunta un confundido Ron.
-Sí- dice su hermano -, ¿qué pasa?
Harry le da un codazo a Ron, pero no se calla.
-No sé, me parece algo ridículo- se soba la frente -. ¿Acaso estaréis juntos para ese entonces?
-No sé, ¿acaso tendrás nariz para ese entonces?- pregunta un Fred ofendido - Porque a lo mejor te la parto.
-Hey- Molly llama la atención de su hijo -, violencia cero, Fred.
-No, ¿es que por qué tiene que decir eso?- pregunta molesto - ¿Es que es tonto?- dice, esta vez mirándolo directamente -. Que pesados joder- se levanta de la mesa, tirando la servilleta sobre su plato para subir las escaleras e irse de la sala.
Ylenia suspira, dándose cuenta de que todos los ojos estaban sobre Ron.
-Ronald...- regaña Hermione.
-¿Para qué dices nada?- le murmura Harry.
-¿Es que para qué dices eso?- comenta George.
La castaña se levanta, sin mirar a alguien de la mesa, excepto a Ron, que le da una mala mirada antes de ir por donde su prometido se había marchado.
Suponiendo dónde estaba, Ylenia abre la puerta, encontrándose a Fred en su antigua habitación.
-Fred..- cierra la puerta una vez está dentro y suspira.
-¿Siempre tenemos que tener a alguien en contra?- dice con rabia, tirando levemente de la raíz de su cabello.
-Ron no está en nuestra contra- dice, acercándose para apartar las manos de Fred del cabello del mismo -. Sólo fue una de sus tontas ocurrencias, cielo- tranquiliza, acariciando la pequeña barba que le había crecido estos últimos meses -. Ya conoces a tu hermano...
-Pues por eso mismo, Lizzie- suspira -, sé que lo dice enserio, que se cree que vamos a durar tres meses más y ya.
-Bueno, pues se equivoca.
El pelirrojo coloca las manos en las piernas de la chica que había de pie frente a él.
-Pues claro que se equivoca- murmura el mayor.
La castaña acaricia el cabello de su prometido con cariño, el que, ahora se veía más centelleante por la luz del sol que entraba por la ventana de la habitación.
Fred, que estaba totalmente cansado sobrepensar todo lo que Ronald había dicho, apoya su cabeza sobre el cuerpo de ella, exactamente en su estómago.
Disfrutando de sus caricias, acaricia sus piernas con suavidad, como si se tratase de un obra de arte que no podía tocar en un museo.
La Lupin deja que su mano se deslice unos centímetros más abajo y se cuela por la entrada de su camisa, acariciando su nuca e intentando bajar para hacer lo mismo en su pecosa espalda.
Él, que suspira ante el frío tacto de sus manos, sube la cabeza para mirarla, y ella la baja para la misma causa, poder verlo.
-Olvídate de todo eso, Fred- susurra, clavando levemente sus uñas en su musculosa espalda -. Cariño, déjalo.
El Weasley tira de sus piernas para hacerla sentarse en una de las suyas, observándola con una expresión serena.
-¿Estás intentando calentarme?- pregunta cuando ella, con una mano, comienza a desabrochar los primeros botones de su camisa mientras la otra mano seguía rasguñando levemente su espalda.
-¿Está funcionando?- pregunta algo tímida, con aquella pequeña sonrisa que tanto enloquecía a Fred -. ¿Hm?- murmura, acercándose a su cuello para comenzar a dejar pequeños besos.
-Definitivamente- afirma, tragando duro cuando sus pequeños besos se conviertes en algunas lamidas que suben para llegar a su mandíbula.
Ella es la que se remueve en la pierna de Fred, moviéndose para colocarse a horcajadas sobre su muslo derecho.
Cuando comienza a hacer movimientos verticales sobre su vestido muslo, aparece una sonrisa en su rostro pecoso.
Ylenia, que se había percatado de su mirada, sonríe de manera pícara, acercándose para atrapar sus labios en los de ella.
El pelirrojo coloca las manos sobre su trasero, ayudándola con aquellos movimientos que lo estaban excitando de una manera monumental.
-Me encanta que hagas eso- Fred habla en un tono bajo que le da calidez a la castaña, que apoya la cabeza en su hombro para seguir sus movimientos.
Cuando su prometido se dispone a levantar su vestido por la parte de abajo, la puerta de la habitación chirrea.
Ambos giran la cabeza con sorpresa, encontrándose a un pelirrojo totalmente sorprendido y paralizado.
-A esto me refería- se atreve a decir Ron cuando la chica se quita de encima, levantándose para acomodar su vestido.
-¿Cómo dices?- Fred se levanta, abrochando los botones de su camisa mientras mira a su hermano con molestia.
-Acabas de pelearte con tu familia y ya estáis pensando en.. follar- cuestiona, frunciendo el ceño ante la última palabra.
El mayor niega con incredulidad.
-¿Qué te incumbe a ti cuando dejo no dejo de follar?
Ylenia, cansada de las discusiones, se coloca en medio de ambos al darse cuenta de como su prometido se acercaba a su hermano menor.
-Ya, ve bajando, Ron- pide.
-Vosotros no os queréis de verdad- vuelve a cuestionar el ojiazul.
-¿Perdón?- Fred vuelve a acercarse, esta vez con mucha mas molestia que antes.
-¡Vosotros no os queréis!- grita un Ron alterado, siendo empujado hacia afuera por su cuñada.
-Baja- ordena ella, echándolo por la espalda mientras caminaba detrás suyo, y con el pelirrojo restante tras ella.
El hermano menor baja las escaleras, siendo obligado por la chica Lupin -Estáis todo el día follando, ¿de verdad creéis que eso es amor?- chilla para que el otro lo escuche -. Eso es simple calentura.
-Cállate, Ronald- grita Fred, una vez en la cocina, siendo agarrado por su prometida, que le impedía que se abalanzase sobre su hermano y le diera de hostias -. Más vale que te calles.
-¿Por qué?- se defiende - No miento, es solo una calentura.
-¡Siento que no folles y estés saturado!- dice el mayor.
-Fred- regaña Ylenia en voz baja.
-Sin ofender- el Weasley mira directamente a Hermione, que calla tímidamente ante esa acusación simple.
Ron bufa -¿De verdad pensáis que vais a durar seis años más, y a casaros?
-¡Ronald!- regaña un Arthur sorprendido por las palabras de su hijo.
-Pero si todos pensáis lo mismo que yo- bufa Ron, defendiéndose al ser regañado -, ¿o estoy mintiendo?
La familia Weasley calla, siendo lenta y fijamente observados por Fred.
Ylenia suelta al alto, igual de sorprendida que él al haber oído aquello que Ron acababa de decir.
-¿Bromeáis?- habla un incrédulo Fred, suspirando y renegándose a que eso fuese cierto - ¿Enserio pensáis que no la quiero?- frunce el ceño con dolor ante el silencio en respuesta de su numerosa familia, que estaba al completo - ¿Ginny?- se detiene en su hermana mayor, frunciéndole el ceño, pero ella calla - ¿De verdad?- pregunta con dolor - Sabes todo lo que he pasado por y por ella, ¿y enserio piensas que no la quiero?
-La engañaste- habla la pelirroja en un susurro que todos pudieron oír.
Ylenia se abraza a sí misma, igual de dolida que el padre de sus hijos.
El que esta siendo cuestionado suspira.
-No sabes nada, Ginny- se defiende con un hilo de voz, dolido por los pensamientos de su hermana pequeña -. No saben absolutamente nada- dice, esta vez con molestia. Aspira aire, mirando a cada miembro de su familia -. ¿Charlie?
El nombrado niega con la cabeza.
-A mi no me metas en ese saco, hermano.
-¿Mamá?- pregunta con dolor, mirando a la pelirroja, con una pizca de esperanza de que ella dijera lo mismo que Charlie.
-Hijo..- Molly lo mira apenada, dándole con eso una respuesta -... No es que pensemos que no la quieres, es que- Fred se traga su jadeo al oírla -... no creemos que- la matriarca mira unos segundos a su nuera, suspirando con pena para volver a mirar a su hijo -. ¿Crees que ella pueda estar mucho más tiempo contigo? ¿Sólo contigo?
-Se acabó.
Una voz masculina que no se había oído hasta ahora habla, interrumpiendo la conversación madre e hijo.
Todos se disponen a mirar al hombre que acababa de hablar.
Era Remus Lupin, que había interpretado de muy mala manera lo que Molly acababa de decir respecto a su hija.
-Se acabó, no quiero escuchar más- dice el merodeador.
-Vámonos, suegro- habla Fred, acercándose a una de las cunas para cargar a JJ, que aún estaba dormido, mientras el padre de Ylenia cargaba Georgia -. Aquí no nos quieren.
Y con las mismas, en apenas segundos, aquellos dos hombres desparecieron junto a los mellizos.
Ylenia, que seguía callada y estupefacta, ahora era el observar de toda la familia.
Todos los ojos estaban sobre ella, como si esperasen que hiciera algo para que su prometido volviera, que hablase o dijese algo.
-Yo...- la chica traga con dificultad -eh..- se acerca al sofá para agarrar su bolso y su chaqueta, también la de Fred y la de su padre -. Se le pasará en unos días...- se dispone a decir mientras saca la varita de su bolso -... No sé.
-Intenta que recapacite- pide Molly.
La Lupin, que la mira sin ninguna expresión, suspira para hacer una aparición en la casa Lupin.
Deja su bolso y las chaquetas sobre el sofá, devastada por la reciente pelea familiar que había presenciado.
Se queda de pie, apoyando la cabeza en sus manos mientras suspira con pesadez.
Decide caminar y subir la escalera para buscar a aquellos dos hombres que se habían ido enfadados de la Madriguera, y lo hace, en su habitación.
Suelta una pequeña sonrisa antes de entrar y tocar la espalda de su padre, el que se gira para corresponderle con una sonrisa sincera pero rara.
Ve como sus hijos duermen plácidamente y observa a Fred sentado en los pies de la cama.
Su padre le echa una última mirada de compasión y se va, dejando la puerta entornada para dejarles intimidad.
La castaña se acerca, sentándose a su lado mientras una de sus manos baja por su espalda suavemente.
-Hola- murmura ella.
Fred asiente.
-Fred- llama, dando reconfortantes círculos en su espalda -, se que te molesta y te duele- dice, apoyando la cabeza en su hombro -, pero no puedes cambiarle la opinión a tu familia- el pelirrojo la rodea con su brazo, sintiendo su calor -. Lo único que puedes hacer es ignorar sus malos pensamientos y seguir viviendo tu vida.
-¿Por qué siguen creyendo que no te quiero?- dice terminando en un suspiro -, ¿es que no lo ven?
-Cariño- entrelaza los dedos con los de él, acariciando con su pulgar -, yo sé que me quieres, y es suficiente.
-Pero me molesta. Me molesta muchísimo que piensen eso- resopla -. Sobre todo porque nunca han puesto inconvenientes y siempre nos han puesto buena cara, ¿y ahora me salen con esto? Que se vayan a la mierda, Ylenia- suspira, apretando levemente su mano -. Os tengo a vosotros y es lo único que necesito.
-Son tu familia.
-Yo ya tengo mi propia familia.
-No seas así, Fred- pide, levantando el rostro para chocar con sus brillantes y verdosos ojos -. No hables así, estás enfadado ahora mismo y dices cosas que en realidad no quieres decir, te pasa constantemente.
-Esto es diferente.
-No lo es- replica -. Y tienes que pensar, ¿está bien? No puedes decir eso ahora. Simplemente ten tu tiempo para pensar- sugiere -. ¿Quieres ir a dar un paseo?
-¿Y los niños?
-Digo tú sólo- explica -. Así te despejas un poco, y piensas bien. Yo me quedo con ellos- asiente, dedicándole una sonrisa suave -. Tú tómate un rato, ¿quieres?
-Preferiría que no.
-Venga, aunque sea da una vuelta por los alrededores de la casa.
El pelirrojo asiente.
-Sí- se inclina para dejar un beso en sus labios brillantes por el gloss de cereza y le sonríe como puede -. Sí, iré a dar una vuelta.
NOTA AUTORA
Hola, ¿cómo están?
¿Qué piensan de todo lo que dijeron
Ron y algunos Weasley?
Personalmente, Ron te pasaste.
Las leo ;)