AUBREY
Estaciono y espero quince minutos hasta que la reja de la prisión se abra.
Veo a Darren Channing mirar a todos lados y estirar sus brazos sonriendo como si disfrutara de su libertad. Le toco bocina y saluda hacia el auto alegre. A veces dudo que yo haya salido de su esperma tan alegre. Aunque muchos dicen que soy su copia femenina y a veces llegamos a demostrarlo tan bien que irrita. Un punto resaltante que tenemos de diferencia es el positivismo: él tiene, a mi me da igual todo.
Su cabellera rubia está atada en un moño y noto que tiene nuevos tatuajes esparcidos por los brazos. Bajo del auto y miro de arriba abajo su ropa, vaqueros rasgados, chaleco de mezclilla, camiseta blanca y botas. Abre sus brazos para recibirme pero solo hago una mueca.
—¿No vas a darle un abrazo a tu sabroso padre?— me observa sonriente.
— ¿Quién te trajo esta ropa?
Se observa a sí mismo y se sacude una mugre invisible de su chaleco.
— Mi estilista, ¿No te gusta?— dice sarcástico —. Piojito, no salí de un spa de años, no esperes que esté maquillado y peinado.
Que use el apodo que me dice desde pequeña me da nostalgia. Trato de borrar mi sonrisa rodeando los ojos. Él agarra mi cabeza entre sus manos y la rasca como cuando era pequeña. En el orfanato habían niñas llenas de piojos y solían contagiarme, cuando Darren iba a visitarme yo me quejaba con él diciéndole que me picaba la cabeza y él me la rascaba. Es una costumbre que adquirió aunque ya no tuviera piojos, lo primero que hacía al saludarme era rascarme la cabeza.
Me lleva contra su pecho y me abraza. Me fundo en su pecho volviendo a reconocer su esencia que a pesar de todo sigue siendo la misma. Su barba me hace cosquillas en la frente pero no me importa para nada. Cuando era pequeña solía molestarlo con que si se dejaba crecer mucho la barba yo podría hacerle trenzas. Él siempre me dejaba jugar con su cabello, nos hacía trenzas unidas con mi cabello para creernos inseparables. Lo cierto era que se nos enredaba tanto que teníamos que cortarlo y luego ambos andábamos por la vida con un mechón más corto que el resto.
Lo siento respirar hondo sobre mi cabello queriendo inhalar mi olor, luego ríe y lo acaricia.
— ¿Ahora te lavas con champú fino?
— Siempre lo he hecho, nacer en barrios bajos no va a hacerme ser una mugrienta.
Ríe y besa mi cabeza.
— Esa es mi niña— rodea mis hombros con su brazo y caminamos al auto —. Ahora cuéntame qué travesuras has estado haciendo.
— Yo no hice nada.
— Eso lo dice todo. ¿Dónde está tu hermano que no ha venido a buscarme? ¿Está ofendido, el maricón?
— Está esperándonos en casa con papás y ¿Por qué debería estar ofendido?
— Una discusión sobre exceso de peso que tuvimos la última vez que vino a visitarme, tal vez lo haya asustado un poco con que se quedará gordo como el abuelo a los cuarenta.
— Con razón me había pedido consejos sobre dietas sanas.
Suelta una carcajada y subimos al auto.
— Hablando de visitas, quiero una larga y detallada explicación del porqué no viniste a visitarme ni me llamaste en cuatro meses.
Él sabe lo justo y necesario sobre la denuncia en mi contra, Elías sólo tenía permitido contarle lo que yo le daba permiso.
— Oh no, ¿en qué problemas estás metida?— dice cuando tardo en responderle — ¿Y por qué no lo has solucionado aún?
— ¿Cómo sabes que tengo problemas y no los solucioné?
— Porque tienes esa cara de tragedia que siempre pones cuando te mandas alguna y quieres solucionarlo sola antes de contarlo.
— No tengo cara de tragedia.
— Mírate al espejo.
— Bien, si tengo problemas, pero ya tengo todo para resolverlo, no hay de qué preocuparse. Ya sabes que un proyecto mío salió mal y me demandaron.
— Lo sé, tengo que enterarme de lo que sucede en tu vida por medio de tu hermano y ese ni siquiera habla con claridad. Puede ser muy abogado que quiera pero que no piense que todos estos meses no me he dado cuenta que intentó ocultarme algo.
Darren no es idiota y Elías puede ser muy profesional pero un padre sabe cuándo sus hijos le ocultan la verdad.
— Ya sé que algo se traen ustedes dos, pero ya me dirán, no quiero que arruinen mi día hoy. ¿Vamos a comer tacos, piojito?
Asiento y conduzco por la ciudad buscando un puesto de tacos. Le cuento a Darren lo que estuvieron haciendo mis padres, algunos de mis proyectos, trato de evitar el tema de la denuncia por ahora. También le cuento de Jacob y Liam cuando me pregunta. En el puesto de tacos pedimos dos y los comemos mientras caminamos por el parque turístico. Darren observa todo y comenta las cosas que están cambiadas desde que se fue, hasta las que siguen completamente igual.
— Lo estuve pensando en mis ratos libres y decidí que quiero volver a abrir mi tienda de tatuajes, ¿Que me dices?
— Es buena idea, así tendrías ingresos y podrías hacer lo que te gusta. ¿Pensaste en el mismo lugar que tenías antes?
— Si, pero quiero reformarlo, debe estar en ruinas.
— De acuerdo, me agrada la idea.
Rodea mis hombros y besa mi cabeza. Darren es demasiado grande y alto así que a su lado quedo como un piojo, haciéndole honor a mi apodo.
— ¿De verdad te gusta la idea?
— Si, Darren, ¿Pero de dónde sacarás dinero? ¿Acaso trabajaste en la cárcel?
— Mis músculos trabajé, mira esto — levanta sus brazos y los flexiona para mostrarme sus bíceps y los aprieto para confirmar que sí están trabajados—. Y también tengo mis contactos desde adentro, piojito, pueden encerrarme pero no detenerme.
— ¿Trabajaste desde adentro?
— Solo diré que aburrido no estaba.
Rodeo los ojos y volvemos al auto. Lo llevo a casa de mis padres, donde veo el auto de Elías estacionado junto al descapotable de Liam. Ni siquiera podemos llegar a la puerta cuando esta se abre y Liam sale abriendo sus brazos.
— ¡Papá!— grita emocionado en su idioma natal. Liam siempre ha llamado a mi padre así, por el simple hecho de querer molestarlo.
— Oh, este niño todavía sigue igual — refunfuña y lo hace a un lado cuando intenta abrazarlo.
— Aw, estas igual de cariñoso que siempre, adorable — dice sarcástico mientras se recompone del empujón que le dió.
Darren entra a la casa azotando la puerta y llama a todos a los gritos.
— ¡Ya llegó el miembro más importante de la familia!
Entro con Liam siguiéndome y mientras dejo mi bolso en el perchero escucho como se saludan todos en la sala.
— ¿Le has dicho?— me pregunta Liam antes de entrar. Niego con la cabeza —. Brey, debes decirle que solo hoy tendrán tiempo para estar juntos. No se tomará nada bien que luego de casi dos años no pueda ver a su hija y apenas regresa ella se va al mismo agujero de dónde salió.
— No voy a amargarle el día ahora, lo sabrá cuando deba saberlo.
— ¿Sabe del juicio por lo menos?
— Algo.
Suspira y entramos a la sala donde Darren está frotándole la cabeza con un puño bajo su brazo a Elías mientras esté le da puñetazos en el abdomen que ni siquiera parece sentir. Nunca dejarán de tratarse como homosapiens en pleno desarrollo evolutivo.
Darren saluda a Tim y a Berenice, al pasar de los años lograron hacerse amigos y mantener una buena relación sin peleas que siempre implican mi nombre. Les costó mucho pero lograron entender que los tres son mis padres y deben compartirme.
— ¡Ahora de comer! Preparé carne asada como celebración — avisa Tim y Darren palmea su espalda, el asado es su favorito.
— Oh, cómo extrañé la comida de verdad, hermano. Apenas sobrevivo sin tu alimento sangrado.
— Lo imaginé, probar mi comida es un viaje de ida— No hay mejor chef que mi padre y él lo sabe.
Ponemos la mesa en el jardín y Darren y yo guardamos el secreto de que ya comimos tacos antes de venir. ¿Pero quién podría detener el barril sin fondo que tiene como estómago? Podría comer seis veces al día y no se cansaría. Además nos habla de la horrible alimentación de la cárcel. Bajo mi cabeza pensando en que me darán cuando yo vaya. Más les vale que mejoren su menú cuando me tomen de residente o haré serías quejas.
Liam molesta a Darren y él se irrita, conversa con Jacob y así se va poniendo al día con todos.
— ¿Estás bien, corazón?— me pregunta Jacob a mi lado cuando nota que no hablo mucho.
— Si.
Me levanto y entro a la cocina. Tomo una copa y me sirvo el whisky que queda de la botella. Ver a toda mi familia junta me da nostalgia. Los observo reír, conversar y molestarse entre sí. Afirmo que estarán bien sin mí o por lo menos espero que no se maten.
Siempre me han gustado estás reuniones donde estamos todos. Donde nos reímos juntos, bromeamos, contamos las mismas anécdotas todas las veces, vemos a Liam molestar a Darren, Darren molestar a Elías, Tim alentando pelea conmigo, Jacob grabando, y Berenice pidiendo paz. Los voy a extrañar, definitivamente.
Agarro mi teléfono de mi bolsillo trasero y marco el contacto que necesito escuchar. Lo llevo a mi oreja y espero pacientemente hasta que me atienda.
— Nena— responde y lo notó agitado.
— Hola.
— Mhmm, ¿Qué pasa?
Sonrío y bebo un trago más del whisky. Me siento en la mesada, que si me viera Tim me asesinaría.
— ¿Qué estás haciendo? Te oyes agitado, ¿Ya estás follando tan rápido? Se suponía que empezarías cuando me fuera, no ahora.
Suelta una risa por la nariz.
— Es mejor que me acostumbre a follar con otras cuando estás aquí así es más fácil cuando ya no estés, ¿No te parece?
— Lo único que me parece es que alguien se va a quedar sin pene.
Ríe levemente.
— Estoy haciendo ejercicio— me explica —, estoy en la estación, ¿Dónde estás tú? ¿Quieres venir?
— Estoy con mi papá, ya fui a buscarlo.
— Ah, cierto, ¿Por eso tienes esa voz de "esto me está doliendo pero finjo que no"?
— Esto duele porque él no sabe que es una despedida para mí, pero finjo que todo está medianamente bien para que pasemos un lindo día sin tensiones por estar llena de errores.
No responde y lo oigo suspirar.
— ¿Errores? ¿Qué pasó con mi narcisista "yo hago todo bien"?
— Lo he hecho todo mal, Dominic y todos lo sabemos — observo la copa en mi mano y me lo bebo todo. Todo lo que digo es la pura verdad y ahora estoy cargada de las consecuencias que dirigiré hacia mí.
— ¿Quieres que vaya a buscarte?
— No, estoy bien. Pasaré el día con papá. ¿Nos vemos en la noche?
Ríe.
— ¿De que te ríes?
— Que antes planificabamos los días para tener sexo y ahora solo nos vemos a la noche sin planes de sexo.
— Los planes de sexo siempre están incluidos, no hay que mencionarlos.
— Cierto. Bueno, ve con tu familia, deben estar esperándote. Te veo en la noche.
— Si...¿Dom?— lo llamo antes que cuelgue.
— ¿Si, nena?
Me quedo en silencio sin poder decir las palabras que no dejan de sonar en mi cabeza. Él parece entenderme porque suspira.
— Yo también, linda, yo también.
Cuelgo y vuelvo a mi lugar, manejando los sentimientos como si no estuvieran ahí.
Apenas me siento dejan de hablar y los observo con los ojos entrecerrados.
— ¿Qué?
— Así que...— inicia Darren cortando su carne distraídamente — ¿Sales con alguien?
Mete la carne a su boca y me mira mientras mastica lentamente esperando que le cuente el chisme.
Miro mal a todos y sigo comiendo lo que me queda de ensalada.
— ¿Por qué debo decir lo que ya sabes?
— Porque tal vez quisiera que me lo digas tú.
— Si, salgo con alguien, se llama Dominic y ya había salido con él en la escuela.
— Es un gran hombre, nos agrada — dice Berenice con una sonrisa.
— ¿Cuando lo conoceré?
— Nunca.
— ¿Por qué? Quiero conocer a ese gran hombre que sale con mi hija.
— Jamás has querido conocer a mis novios, ¿Por qué ahora?— se me prende el foco y miro a los demás — ¿Qué le dijeron?
Todos repentinamente sufren demencia.
— Nunca conocí a tus novios porque, uno, algunos eran unos idiotas y solo me bastaba mirarlos de lejos y dos, los demás eran solo ligues que no te duraban un día.
— Auch.
— No te hagas la sufrida que tú eres la que les da una patada en el culo antes que yo siquiera pueda darles una charla padre - imbécil que se acuesta con mi hija. Pero a este tipo lo pintaron como El hombre, y nunca había llegado uno de esos, así que quiero conocerlo. ¿Que es subcomandante de bomberos, has dicho Liam?
Giro mi cabeza a mi traicionero amigo, él parece hacerse pequeño es su asiento y afirma con la cabeza.
— WoW, ¿Así que te metes con personas importantes?
— Yo también valgo, así que técnicamente él se metió con alguien importante también — mastico mi ensalada sin prestarle mucha atención.
— Por supuesto que sí, cariño — me dice Berenice sonriéndome. Le devuelvo la sonrisa y él me sirve jugo cuando lo pido.
— Ya ellos ya lo han conocido, ¿por qué yo no puedo?
— Si puedes, pero yo no voy a presentarlo.
Blanquea los ojos y sigue la conversación con Jacob. La tarde se toma el día y Tim nos reparte cafés y pastel a todos. Agradezco que nadie saque el tema de mi accidente provocado, ni la cosa de mi cabeza.
Al final del día, Elías se ofrece a llevar a papá a su antiguo remolque y pasar por su motocicleta. Así que yo me despido de todos y me voy a casa.
Apenas entro me saco mi gorro y Odín salta a mi cintura contento por verme.
— Hola, mi amor. ¿Vamos a dormir?— sacude su cola e intenta lengüetearme pero lo esquivo — Sin saliva, Odín.
Me cambio y me siento en el balcón para fumar. Odín se acuesta a mi lado y allí me quedo unas cuantas horas pensando en mi futuro y todos mis planes. Espero que todo salga bien.
Cuando termino el cigarrillo lo piso y entramos para irnos a dormir. Aunque no puedo pegar un ojo de los nervios que tengo y por eso no me encuentro dormida cuando Dominic llega. Giro sobre mi cuerpo y lo observo quitarse la ropa en la oscuridad.
— Siento la tardanza, había un accidente en la carretera, habían unas señoras atrapadas entre autos y eso me llevó tiempo — se agarra un puñado de la camiseta de la espalda y la tira hacia arriba sacándola por encima.
— Lo imaginé, ¿Están bien las señoras?
— ¿Te importa?
— Intento ser buena persona.
— Están vivas si eso te deja tranquila — dice y noto su sonrisa. Se quita sus zapatos y desabrocha su cremallera.
— Que bueno, ahora podré dormir en paz.
Niega con la cabeza y una vez fuera de sus pantalones se sube a la cama y gatea hasta acostarse sobre mí.
— Me bañé antes de venir — me dice y noto su cabello húmedo. Me besó de forma lenta, capturando mis labios— ¿No puedes dormir?
— Justo estaba por hacerlo cuando llegaste.
— Oh, ¿No debí venir para que puedas dormir?
— No.
Ríe y se mete bajo las sábanas. Se apoya en mi pecho y me manosea las tetas mientras se pone cómodo sobre mi.
— ¿Cuándo dejaremos de ser tan sarcásticos?— murmura y me deja un beso entre los pechos.
— Cuando cumplamos todas nuestras fantasías.
— Eso no va a pasar nunca, siempre tendremos una nueva para cumplir.
— Exacto.
Odín se pega a nuestro lado y Dominic le acaricia la cabeza.
— Voy a dormirme — le aviso y hace un sonido de afirmación, que termina siendo bastante sexy — y mi padre quiere conocerte.
Levanta su cabeza de inmediato y me observa.
— ¿Y eso por qué?
— Mis padres le hablaron de ti. Yo no voy a presentarte — le advierto y vuelve a apoyar su cabeza.
— Me presentaré solo.
Mis manos acarician su espalda y lo rasguño varias veces. Cierro los ojos y trato de conciliar el sueño. Ahora que llegó él me siento más cómoda para dormir, como si él cuidara mis sueños y alejara mis preocupaciones y nervios.
Estoy quedándome dormida cuando siento su cabeza acurrucarse en mi cuello e inhala mi aroma. Su lengua me recorre el cuello y apoyo mi cabeza sobre la suya.
— Déjame dormir, mierda — mascullo y siento su sonrisa formarse contra mi piel.
— Lo siento, no puedo evitarlo — su respiración caliente en mi cuello me hace sentir aún más cálida y relajada —. Es que tiraste que tu papá quiere conocerme como una bomba y ahora no puedo dormir. Es decir, nunca me pasó que mi suegro recién salido de la cárcel quiera conocerme, de hecho nadie que haya salido de la cárcel quiere conocerme— reflexiona y estoy cayendo en el suelo como para escucharlo con claridad—. En fin, voy a hablarte hasta que te quedes dormida y no importa si no me escuchas.
— Uhm-mhm.
Escucho un silencio prolongado antes de oír su voz bastante lejana.
— Hace tiempo que quería seguir el mismo camino que mi hermano, quería tener un trabajo estable, una gran casa, una novia oficial, toda una vida hecha. Logré convertirme en una figura importante en mi trabajo, tengo una casa y soy responsable de dos vidas, así que pasé bastante tiempo intentando conseguir una novia para así formar mi vida perfecta — hace una pausa y su voz comienza a oírse lejana para mí —. En una fiesta, hace meses, casi un año, conocí a una chica, Alisa, me pareció súper bonita y tranquila, llamó mi atención y comenzamos a hablar cada tanto, yo no podía estar tan pendiente porque estaba en mi proceso de ascenso así que me la pasaba viajando de aquí para allá. Solo podía verla unos pocos minutos en el aeropuerto.
— Hombre aeropuerto— susurro entre sueños.
— Ese era yo, la última vez que viajé fui a una fiesta y ella estaba allí, hablamos un poco pero ella me dijo que estaba con una amiga suya y se volvería loca si no la encontraba. Así que el tiempo que estuvimos juntos se redujo. ¿Y sabes quién fue esa amiga controladora que no la dejaba perderse? Mi ex. Estabas bailando sobre un sofá cuando te vi, jamás creí que te volvería a ver y quedé idiotizado cuando noté lo favorable que habían sido los años para ti.
Intento prestar atención pero el sueño comienza a tomarme.
— Te vi bailar con Alisa y, mierda, parecía como si mi polla te hubiera reconocido antes que yo. Pero no me acerqué a hablarte. Al final de la noche encontré a Alisa, estaba ebria hasta las pestañas. Me ofrecí a llevarla a su casa pero estaba muy toquetona y atrevida. Así que la saqué de la fiesta y la llevé a mi departamento. Allí se desnudó y trató de provocarme, casi tengo que atarla para que no se me lanzara encima. Aunque se quedó dormida al poco tiempo y yo me fui a mi casa, le dejé una nota avisándole donde estaba pero sospecho que nunca la vió.
Siento un mechón de cabello acomodarse detrás de mi oreja.
—Ese mismo día tuve que hacerme cargo de un derrumbe que había pasado dos días antes. Volví a verte de lejos, discutías con el abogado de Sonia y te veías tan sexy desde lejos. Como un idiota me puse a gritarle a todos y fingir que me sorprendía cuando tú me viste. Desde ese momento supe que estaría jodido contigo por eso cuando pactamos seguir teniendo sexo no descarte la idea de sentir por ti, porque sabía que sería algo imposible. Muchos pueden odiarte por tu carácter de mierda, pero a mí me encanta, así que sabía desde un principio que no tendríamos solo sexo. Dicen que los polos opuestos se atraen, pero los polos iguales, ¿Qué pasa con esos? La atracción es más fuerte.
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¿Listos para el último capítulo?