❝ Forbidden ❞ || Michaeng

By _xYoungOnce

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❝ Aveces las sensaciones prohibidas son las mejores ❞ ⚘ Aclaraciones en el primer capítulo ¡! ⚘ Mención de... More

𓏲 Prólogo
𓏲 Capítulo 1
𓏲 Capítulo 2
𓏲 Capítulo 3
𓏲 Capítulo 4
𓏲 Capítulo 5
𓏲 Capítulo 6
𓏲 Capítulo 7
𓏲 Capítulo 8
𓏲 Capítulo 9
𓏲 Capítulo 10
𓏲 Capítulo 11
𓏲 Capítulo 12
𓏲 Capítulo 13
𓏲 Capítulo 14
𓏲 Capítulo 15
𓏲 Capítulo 16
𓏲 Capítulo 17
𓏲 Capítulo 18
𓏲 Capítulo 20
𓏲 Capítulo 21
𓏲 Capítulo 22
𓏲 Capítulo 23
𓏲 Capítulo 24
𓏲 Capítulo 25
𓏲 Capítulo 26
𓏲 Capítulo 27
𓏲 Capítulo 28
𓏲 Capítulo 29
𓏲 Capítulo 30
𓏲 Capítulo 31
𓏲 Capítulo 32
𓏲 Capítulo Final
𓏲 Extra O1
𓏲 Extra O2
𓏲 Extra O3
𓏲 Extra O4
𓏲 Extra O5

𓏲 Capítulo 19

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By _xYoungOnce

Vacaciones, vacaciones, vacaciones.

Era lo único en lo que Chaeyoung podía pensar en esa no tan soleada mañana mientras se encaminaba hacia su escuela a paso lento. No es que tuviera algo en especial que hacer, pero la idea de despertar tarde sin tener que ver el rostro de sus profesores era algo que lo emocionaba más de lo que debería, muy tentador. Quizás estaba siendo exagerada puesto que no ha tenido problemas con sus profesores, sin embargo, recordar el montón de tareas que siempre les dejaban, causaba que los odiara cada vez un poquito más.

Caminó con total cansancio hacia su salón, casi arrastrando su mochila en su mano derecha sin importar cuántas personas a su lado se golpeaban a su paso. Había pasado junto a Mina toda la noche y lograron dormir hasta altas horas de la madrugada, y no precisamente haciendo cosas que realmente le hubieran gustado hacer estando a solas, no, ni por cerca.

Su adorada y preciada novia no quiso hacerle las tareas esta vez, sino que Mina volvió a sugerir explicarle los ejercicios para que ella mismo los hiciera, ¿cómo se atrevía? Frunció el ceño ante su propio pensamiento, incluso trató de seducirla con besos y toqueteos para que cediera, pero nada funcionó, ni siquiera cuando le ofreció el mejor oral de todos, a lo que Mina respondió que, aunque no aceptara la oferta en ese momento, tarde o temprano le haría el oral de todas formas.

Maldijo a Mina en voz baja por conocerla tan bien y por tener tanto control sobre sí misma para resistirse a sus métodos de seducción, sabía que Chaeyoung era una caliente hormonal que no podría mantenerse en abstinencia, así que no le quedó de otra más que simplemente hacerle caso y ponerle atención, porque de otra manera no habría terminado sus tareas.

Cuando por fin terminaron, el reloj marcaba las tres de la mañana, las dos estaban demasiado cansadas y frustradas, en especial Chaeyoung, pero viendo el lado bueno, había aprendido a resolver los ejercicios y de seguro tendría una muy buena calificación. Al terminar, tuvieron la intención de desestresarse con una buena ronda de sexo, sin embargo, tan pronto se recostaron sobre la cama, cayeron dormidas con la rubia casi sobre su novia en una cómoda posición para ambas.

Ah... Chaeyoung, no puedes enojarte con Minari...

— ¡Chaengie, Chaengie, Chaengie~!

Salió de sus pensamientos al escuchar su nombre para enfocar la mirada en la persona frente a ella que la llamaba con tanta emoción.

— Buenos días, Chewi — la saludó con una contagiosa sonrisa, enderezándose para poner la mochila en su hombro.

— Toma, te traje esto en caso de que no hayas desayunado — sacó de su mochila un pequeño paquete de galletas y se lo extendió, esperando no verse como una intensa de dobles intenciones, porque no quería dar esa impresión.

Chaeyoung aceptó las galletas con mucho gusto, agradeciéndole por tal detalle ya que efectivamente, no había tenido tiempo para desayunar luego de despertar un poco tarde gracias a los gritos de la madre de Mina al otro lado de la puerta, juraba que un día esa señora le daría un infarto.

— ¿No has dormido? Tienes cara de que no — rió Tzuyu , tomando un sorbo de su jugo de naranja.

— No he dormido mucho la verdad — negó con la cabeza — De seguro me veo fatal, siempre me veo muy mal cuando no he dormido bien o he llorado mucho, no sé qué les pasa a mis ojos que se hinchan demasiado — hizo un puchero mientras presionaba sus propias mejillas, quejándose.

— Te ves muy bonita — se detuvo de golpe al escuchar su propia voz diciendo esas palabras, recién dándose cuenta de que no solo lo había pensado, sino que lo había dicho en voz alta — Es decir... Siempre te ves bien, no te ves tan mal — se corrigió rápidamente al ver el sonrojo en las mejillas de la coreana, escuchándose demasiado obvia y nerviosa.

— ¡Buenos días! — Nayeon llegó casi corriendo hasta el par con una Momo muy agitada tras ella que trataba de alcanzarla — Es bueno encontrarlas al fin — acomodó su cabello, haciéndole señas a Momo para que llegara más rápido.

Chaeyoung agradeció la interrupción, el comentario de Tzuyu la había puesto un poco nerviosa. Trataban de llevar todo normal, como buenas amigas, y la mayoría del tiempo así era, no tenían ningún tipo de problema, pero a veces, Tzuyu la llenaba de pequeños detalles que la hacían sentir un poco extraña, sabía que no lo hacía con la intención de hacerla sentir incómoda; a lo mejor debía empezar a negarse cuando empezaba a actuar de esa manera con ella, pero se le hacía muy difícil, quizás porque ya le había roto el corazón al rechazarla luego de haberle dicho que gustaba de ella y no quería hacerla sentir mal de nuevo, aún así, solo quería que las cosas entre ambas se sintieran menos raras, porque seguir fingiendo que todo estaba perfectamente bien ya no le estaba gustando.

— ¿Por qué vienes así de agitada? — preguntó Chaeyoung, rompiendo el silencio.

— ¿Ya escucharon sobre lo del viernes?

— No, acabamos de venir, además, ¿cómo puedes saber algo tan rápido en la mañana? — frunció el ceño, haciendo reír a Tzuyu.

— No le preguntes, ni siquiera yo que paso con ella lo sé, es una máquina de chismes escolares— habló Momo, recibiendo un leve empujón por parte de la castaña.

— Como ya saben, el viernes salimos de vacaciones — asintieron, prestando más atención — Escuché que los chicos de Comercio están preparando una fiesta aquí en la escuela para recaudar fondos y también como parte de una actividad evaluada para ellos.

— ¿Y entonces...? — Tzuyu la miró, enarcando una ceja.

— Quiere que vengamos a esa tonta y aburrida fiesta — dedujo, Momo al ver la gran sonrisa en su rostro — ¿Qué sentido tiene si no habrá alcohol?

— No seas aburrida, Momoring — la regañó Nayeon — Si quieres alcohol, solo trae una botella a escondidas y ya.

— ¿Alcohol en la escuela? — rió Chaeyoung, negando con la cabeza — ¿No puedes solo pasar el rato en una fiesta sin eso?

— Ahora resulta que solo soy yo...— rodó los ojos, quejándose en voz baja— En fin, ¿van a venir o qué? Porque si no vienen, entonces yo tampoco.

— Pues no suena mal — se encogió de hombros la rubia — Igual no tengo nada mejor que hacer ese día.

— Yo también vendré — se apuntó Tzuyu — Será como una pequeña despedida, podría ser divertido.

— ¿Si sabes que podemos vernos en vacaciones, verdad?

— Ya, Momo, déjala — la regañó, Nayeon. Suspiró y volvió su vista a su mejor amiga — Es una fiesta con temática, y según escuché, será de pijamas, ¿no es genial?

— Bueno, me ahorro tiempo de escoger ropa — dijo Chaeyoung.

El timbre de inicio de clases fue la señal para empezar a caminar hacia sus salones, solo que Momo no tocaba con ellas ya que estaba en otra sección, por lo que tuvo que tomar un camino diferente.

Tzuyu estaba un poco emocionada en cuanto a esa fiesta que parecía ser insignificante para las demás, porque para ella, era una pequeña oportunidad para tener tiempo con Chaeyoung, y aunque sabía que estaba muy mal tener ciertos pensamientos porque estaba saliendo con Mina ahora, quería simplemente hacerle compañía, al menos como una buena amiga... no mientas, se regañó. Estaba un poco confundida en cuanto a sus propias intenciones, no podía negar que a veces tenía ciertos impulsos por acercarse más de lo que debería o de halagarla cada que pudiera, convenciéndose repetidas veces de que no estaba haciendo nada malo que pudiera mal entenderse, pero si se acercaba a ella en la fiesta y simplemente pasaban tiempo juntas era porque quería demostrarle que podía ser una buena amiga, nada más allá que eso, ¿cierto?

Ni siquiera ella estaba segura.

Momo llevaba ya quizás su tercer vaso con agua desde que entró a esa extraña heladería con temática de unicornios, estaba segura de que pronto le entrarían ganas de ir al baño, y su nerviosismo no ayudaba en nada. El día anterior, Dahyun por fin había decidido responder sus mensajes, pidiéndole verse para invitarla a un helado en su heladería favorita, así como si nada, sin ninguna explicación del por qué ese cambio tan radical en esos últimos dos días.

Trató de no darle tantas vueltas al asunto, a lo mejor estuvo ocupada con tareas, o quizás no tuvo tiempo para ver su celular porque estaba pendiente de otras cosas. Muchas cosas pudieron haber pasado, y realmente no quería pensar demasiado en eso ya que estaba empezando a ponerse ansiosa, principalmente porque ya habían pasado cinco minutos de la hora en que quedaron.

¿Y si la dejó plantada?

Podría ser, considerando que estuvo actuando raro.

La campana de la entrada volvió a sonar por la llegada de un nuevo cliente, Momo levantó rápidamente la mirada y por fin la vio, vistiendo con esas ropas no tan ajustadas que la hacían ver muchísimo más adorable de lo que ya era, especialmente por la bonita boina negra que adornaba su castaño cabello, dándole ese toque de inocencia que era siempre tan característico y perceptible en ella.

Le sonrió cortamente y la vio sentarse frente a ella, luciendo igual o más nerviosa.

— Hola — sonrió con timidez — ¿Ya sabes lo que vas a pedir? — fue lo único que se le ocurrió decir a Dahyun, maldiciendo mentalmente por no saber como iniciar correctamente una conversación.

La japonesa asintió aún sin decir nada, un poco ida y abrumada por el extraño revoloteo en su estómago que cada vez se hacía más y más perceptible... Estaba odiando demasiado esa sensación que no hacía más que hacerla sudar.

¿Por qué rayos está haciendo tanto calor?

— Está bien — asintió un poco confundida por el silencio de la nipona.

Llamaron a una de las mesera de la heladería para que anotara sus órdenes, siendo ese momento en el que Dahyun escuchó por fin la voz de Momo. Cuando sus órdenes fueron anotadas, la chica se fue, dejándolas solas de nuevo. A Dahyun le sudaban las manos debido a su propio nerviosismo, ¿cuándo creyó que esa sería una buena idea? El discurso que preparó de repente desapareció de su cabeza, dejándola sin algo coherente que decir. Tener que enfrentar sus propios sentimientos era demasiado difícil, no sabía ni por dónde empezar.

— Entonces...— Momo rompió el incómodo silencio.

— No sé por dónde empezar — agachó la mirada, fijándola en sus dedos que jugueteaban entre sí — Lamento haber ignorado tus mensajes.

— Bueno, ese es un buen comienzo — rió cortamente — Está bien, supongo — se encogió de hombros, ganándose una mirada sorprendida por parte de la menor.

— ¿No estás molesta?

— ¿Por qué lo estaría? Sé que tienes tus razones...

Dahyun asintió lentamente, observando a la misma mesera acercándose con sus pedidos. Miró fijamente su helado de colores recién puesto frente a ella como si fuera la cosa más interesante en el lugar. Tomó aire y lo expulsó, sintiendo esa pequeña valentía de nuevo, diciéndose a sí misma que era buen momento para decirlo, y si al final era rechazada, al menos tendría su helado de durazno con fresa de consuelo.

— Momo — la llamó, posando su mirada en ella.

Momo terminó de comer el primer bocado de su helado y le prestó atención, viéndola sonrojarse, cosa que le pareció extraño ya que no había dicho nada, pero prefirió simplemente no decir algo al respecto, simplemente se quedaría a escucharla.

— Creo que me gustas, Momo — confesó al fin en un murmullo audible para las dos, pareciéndole casi imposible mantener sus ojos en ella — Cuando estoy contigo me duele el estómago de una manera muy extraña, me pongo nerviosa y siento que mi corazón late muy rápido — la mayor rió enternecida al escucharla ser tan sincera y detallista en cuanto a lo que sentía, todavía viéndola — Yo sé que no te gusto — apartó la mirada y tomó aire, avergonzada — Sé que parecerte linda no es gustar.

— Espera — la detuvo rápidamente al ver su expresión triste y herida. Eso le resultaba demasiado familiar, y luego de unos segundos al fin reaccionó, dándose un golpe mentalmente por haber sido tan idiota— Tú...

— Te escuché con Nayeon el día de la fiesta — concluyó apenada — No quería, es solo que me desperté y no quise decir nada.

— Tiene sentido — susurró mientras asentía — ¿Por eso dejaste de hablarme? — cuestionó.

Dahyun asintió, sintiendo como ese peso desaparecía de sus hombros; al menos lo dijo, y al escucharse se dio cuenta de que realmente le gustaba Momo, ya no parecía que estuviera confundida, sino que era algo seguro, y eso le daba un poco de miedo porque no quería ser rechazada.

— No quería hacerme ideas que no eran, y creía que si seguía hablando contigo, iba a ilusionarme mucho más... Por eso preferí hacerme a un lado antes de que se hiciera más difícil para mí — Bueno, hablar con Mina había sido de mucha ayuda, estaba sorprendida por haber sido totalmente capaz de decir lo que estaba sintiendo en ese momento con respecto a esa sensación que la molestaba.

— Entiendo — Momo soltó un sonoro suspiro y sonrió, comiendo otro bocado de su helado con el alivio llenando su pecho, ganándose una expresión de confusión por parte de la castaña ante tan repentino gesto — Lamento que hayas escuchado eso... A veces digo muchas estupideces, ¿sabes? Es mi especialidad — rió por lo bajo, molesta consigo misma por haberla hecho sentir mal por su inseguridad — Tú también me gustas — Dahyun abrió sus ojos con sorpresa, sintiendo sus mejillas calentarse — Lo negué porque es la primera vez que me siento de esta manera, es decir, que me guste alguien en serio... Temía que solo estuvieras confundida o en una etapa en la que querías experimentar, yo no quería ilusionarme con una chica que solo quisiera besarme de vez en cuando.

— ¿Hablas en serio? — su corazón empezó a latir con fuerza otra vez, poniendo ojos brillantes de emoción. Momo asintió con una gran sonrisa.

— Si estás segura sobre lo que sientes... Me gustaría intentar algo contigo.

Dahyun debía estar soñando, esas cosas jamás le pasaban, era una chica que pasaba desapercibida en todos lados, con un físico que para ella, no era nada impresionante, incluso era aburrida y muy normal, no había nada increíble en ella que pudiera destacar o que pudiera llamar la atención, pero ahí estaba esa chica frente a ella, sonriéndole de esa maravillosa manera, siendo sincera con ella. ¿Podrían llegar lejos tomando en cuenta de que sus padres no la aceptarían? Quién sabe, pero estaba segura de que no quería perder a Momo cuando por fin había confesado sus sentimientos, y la idea de intentarlo en serio la emocionaba, porque a pesar de ser una chica poco increíble, tenía mucho que dar; por el momento, trataría de sobrellevar sus propios conflictos emocionales en cuanto a su religión y sentimientos, y cuando logre equilibrarlos, les diría a sus padres abiertamente que le gustaban las chicas.

Que le gustaba Momo.

— A mí también me gustaría intentarlo — habló por fin, sonriéndole con emoción.

— Me alegra que por fin lo dijeras — soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo con una expresión exagerada — Te habías quedado callada y me dio miedo — rió — Ahora come tu helado, aunque creo que es una malteada — frunció el ceño, viendo el vaso con el helado derretido.

— Lo siento — rió también.

Pasaron el resto de la tarde hablando sobre ellas, conociéndose mejor, evitando tocar el tema de la familia de Dahyun, ya que eso era algo que tendría que resolver en otro momento, y esperaba con todas sus fuerzas no sentirse lo suficientemente culpable para arruinar algo que la hacía feliz y que apenas estaba empezando.

El viernes no tardó en llegar, las clases habían pasado con total normalidad durante el resto de días, hasta que, por fin, el timbre de finalización de clases se escuchó en toda la escuela, dándoles el pase libre para irse y descansar por dos semanas. Chaeyoung y sus amigas se despidieron en la escuela, sin acompañarla esta vez a su hogar, quedando todas de acuerdo con asistir a la fiesta de esa noche en la que habían planeado pasar tiempo juntas.

Le habían dicho que podía invitar a Mina si quería ya que mientras más personas llegaran, mejor, además, la idea de que Mina conviviera con sus amigas también le agradaba, era lo que siempre quiso, sentirse como si fueran chicas normales, saliendo en grupo para divertirse sin poner obstáculos de por medio, y ahora que se daba la oportunidad, iba a provecharla lo más que pudiera.

Cuando Chaeyoung llegó a su casa, se recostó con cansancio sobre su cama, muy dispuesta a dormir para reponer las horas de sueño acumuladas de la noche anterior, pero se le ocurrió la maravillosa idea de visitar a Mina, tal vez también querría dormir con ella, y si no, entonces que le diera caricias para hacerla dormir. Cambió su uniforme por una ropa mucho más cómoda, se fijó desde la ventana que el carro de los Myoui no estaba, algo muy extraño ya que siempre solían estar a esas horas en casa, incluso lo vio cuando llegó. Le restó importancia a ese insignificante detalle y salió hacia el hogar de su novia, dudó un momento sobre si debía tocar la puerta o no, temiendo a que alguno de sus padres estuviera ahí.

Optó por mandarle un mensaje para asegurarse, pero no respondió. Sabía que Mina estaba ahí porque ella misma le había avisado cuando llegó de la escuela hace varios minutos. Suspiró aburrida, no tenía muchas ganas de subir por el balcón, pero no le quedaba de otra, tocar la puerta era arriesgado.

Momentos después, logró subir sin problemas, limpió sus manos en su pantalón y tocó el cristal de la ventana corrediza, esperando pacientemente a ser atendida mientras revisaba algunos mensajes. El sonido del cristal deslizándose la hizo levantar la mirada, su sonrisa se desvaneció tan pronto se encontró con ese par de ojos que la miraban con disgusto junto a una expresión burlona en su rostro.

— ¿Qué quieres?

— Jaehyun... ¿Qué haces aquí?— frunció el ceño, viéndolo con molestia.

— Nada que te interese — se encogió de hombros, negándose a responder.

— ¡Claro que me interesa! — exclamó, demasiado furiosa por la presencia del pelinegro, ¿por qué si quiera Mina lo dejó entrar a su habitación?

La puerta del baño de la habitación se abrió, dejando a la vista a una semi desnuda Mina, secando su cabello con una toalla más pequeña. Chaeyoung y Jaehyun la miraron, Chaeyoung con molestia y Jaehyun con mucha sorpresa, sonrojándose sin poder apartar los ojos de ella, nunca la había visto de esa forma.

Mina cubrió su cuerpo con sus manos de manera desesperada, especialmente por Jaehyun, ¿qué rayos hacía él en su habitación? Quiso esconderse, pero la mirada herida de Chaeyoung la detuvo, sintiéndose desesperada por cambiar esa expresión en su rostro que tanto detestaba y le dolía.

— ¿Qué hace él aquí, Mina? — le preguntó directamente al entrar a la habitación.

— Él... N-No sé qué hace aquí, lo prometo — respondió nerviosa, buscando algo más que decir, pero la verdad era que en serio no sabía por qué su ex novio estaba ahí, invadiendo su privacidad, ella le había dejado en claro que se quedara en la planta baja mientras ella tomaba una ducha.

— ¿Eso es todo?

— Chae, de verdad— estar en esa situación era realmente nuevo para ella, simplemente se sentía acorralada sin saber cómo actuar — Yo no-

— Solo vete, Chaeyoung — rodó los ojos el pelinegro, cruzándose de brazos — Tú ni siquiera eres bienvenida en esta casa, yo sí, ¿no lo entiendes?  No deberías estar aquí.

Bueno, tiene razón.

— ¡Jaehyun! — regañó Mina — Sal de aquí, ahora — señaló la puerta, escuchando un bufido por parte de él.

Chaeyoung no dijo nada más y prefirió salir por donde entró, dejándolos solos de nuevo.

¿Fue una idea estúpida? Claro que lo fue, solo debió quedarse y hablarlo con más calma, pero hasta ese punto, sintió una punzada de inseguridad que la hizo alejarse, una inseguridad muy estúpida que creyó haber dejado muy en lo profundo de su ser para poder vivir tranquila junto a Mina.

Sabía que cosas así podrían pasar, Mina no les había dicho a sus padres que la relación con Jaehyun ya no existía y posiblemente por eso es que él estaba en la casa, pero ¿por qué tenía que dejarlo entrar a su habitación? Peor aún ¿por qué estaba él en casa de ella sin sus padres cerca? Ni siquiera le dijo que estaba con él, se lo había escondido.

¿Y si...?

No, no quería ni siquiera pensar en estupideces que podrían dañarla más, no quería crearse escenarios innecesarios. Sentía impotencia por no poder hacer nada más al respecto que tener que soportar el hecho de que los padres de Mina dejaran entrar con total confianza a Jaehyun a su casa, porque después de todo, seguía siendo el ''novio'' de Mina, mientras que ella no podía ni acercarse y debía escabullirse para poder ver a su novia.

Encogió sus piernas hasta su pecho, sentada en el centro de la cama, pensando en que estaba siendo egoísta al tener ese tipo de pensamientos, no quería presionar a Mina con nada, entendía que fuera un tema muy delicado, incluso se sentía mal consigo misma por sentirse así, según ella, ya había dejado eso atrás bajo la idea de que podría ser lo suficientemente paciente para sobrellevarlo con madurez.

Amaba a Mina, claro que lo hacía, había estado enamorada de ella desde hace mucho tiempo, y ahora que por fin le había correspondido supo lo que realmente era ser feliz, sin embargo, ese pequeño suceso con Jaehyun la había puesto más sensible de lo que debería, abriendo varias inseguridades otra vez.

Limpió las lágrimas que habían empezado a humedecer sus mejillas y se obligó a sí misma a descansar, lo necesitaría si planeaba pasar la noche en esa fiesta a la que no estaba muy segura si tenía ganas de invitar a Mina, tal vez al despertar las cosas estarían más claras para ella, esperanzada en que ese dolor punzante en su pecho ya no estaría.

Solo necesitaba descansar para olvidarse de todo por un momento.

Mina sobó sus sienes con frustración al ver a Chaeyoung salir rápido de su habitación. Lo había arruinado, había arruinado todo sin siquiera darse cuenta. Sintió la mano del  pelinegro tocar sus brazos descubiertos y rápidamente se apartó, viéndolo con una clara expresión de desagrado y sorpresa.

— No me toques, vete de aquí — volvió a cubrirse, abriendo la puerta de su habitación para que saliera.

— Mina... Sabes que no te gusta Chaeyoung — se acercó a ella con cautela, demasiado atraído hacia esa nueva sensación que el cuerpo de Mina le provocaba — Solo déjala, yo puedo hacerte sentir mejor, soy mucho más atractivo que ella, ¿no lo ves? — la miró, demasiado cerca, tanto que Mina se sintió nerviosa.

Es cierto que ya había tenido esa cercanía con él, se habían besado algunas veces, pero nada que fuera más allá de lo que debía, y algo le decía que esa mirada en sus ojos no era de inocencia, él estaba buscando que ella cayera para demostrar algún punto, y no, ella no estaba dispuesta a caer con alguien así, estaba segura de que solo quería estar con Chaeyoung, besarla y tocarla solo a ella.

— Jae, apártate, te lo digo por las buenas — estaba siendo demasiado paciente.

— ¿Puedo verte sin esto de por medio? — preguntó casi en voz baja con un tono coqueto, tocando el borde de la toalla atada en su cuerpo, provocándola.

No, ya no tenía más paciencia.

Mina tomó con fuerza su muñeca y lo detuvo antes de que incluso se atreviera a dejarla sin nada, porque a esas alturas lo creía capaz de todo. Ese Jaehyun no era el que conoció alguna vez, era alguien diferente, y eso le causaba una muy mala sensación.

— Te dije que me dejaras en paz — quitó con fuerza su mano, haciéndola a un lado — ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? Has caído muy bajo — comentó con desagrado, mirándolo con frialdad.

— ¡Es que no puedes preferir a Chaeyoung! se alejó bruscamente, llenándose de enojo — ¡Es una chica!

Mina suspiró sonoramente, no podía discutir sobre eso con él, jamás lo entendería, porque si fuera capaz de por lo menos tratar de asimilarlo, no hubiera empezado a seducirla tan pobremente. Estaba harta de que quisiera "hacerle entender" de que estar con él era mejor que estar con su novia, de seguro Chaeyoung estaba mal en ese preciso momento, y no podía hacer nada para hacerla sentir mejor mientras Jaehyun siguiera ahí.

Sin dejarlo decir algo más, lo jaló del brazo y lo sacó por la fuerza, cerrándole la puerta en la cara, le dijo que esperara abajo en lo que terminaba de vestirse. Pudo respirar con normalidad al encontrarse sola en su habitación, preguntándose una y otra vez que había sido todo eso. Pudo confirmar con certeza que los chicos no provocaban nada en ella, no sintió nada ni si quiera cuando Jaehyun acarició sus brazos o se le acercó de manera tan sugerente, cosa que hubiera sido totalmente diferente si se hubiera tratado de Chaeyoung, estaba muy segura.

Se puso ropa cómoda, debatiéndose sobre si debía ir con Chaeyoung, y eso hubiera sido lo ideal si su madre no hubiera llegado justo en ese momento. Bufó molesta y bajó hacia la planta baja para recibir a su madre junto al pelinegro, la saludó y se quedó un rato más con Jaehyun ya que su madre lo invitó a pasar más tiempo ahí, pareciéndole buena idea invitarlo a almorzar.

No te ilusiones mamá...

Simplemente quería irse y aclarar todo con su novia, pero al parecer, eso debía esperar.

N/A: ¡Hola! Solo les quito un poco de su tiempo para invitarlos a leer las nuevas adaptaciones que tengo estaré subiendo, para que puedan darle una chequeada si les llama la atención.

En fin, no olviden comentar porque generalmente actualizo más rápido cuando hay bastantes comentarios jdkss <33

Cuídense mucho, muak, recen para que las MiChaeng se reconcilien.

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