Hoy desperté con los parpados hinchados, pasé la noche sumergida en un mar de lágrimas, tenía que alistarme, la universidad me esperaba, las clases apestan, mis compañeras apestan, me molesta mucho verle la cara a los mismos idiotas arribistas superficiales.
Hasta ahora mi lucha sigue en pie, no hay gotas en el lavabo, aún no las hay. Esta lucha me cansa, me cuesta mucho mantenerme en pie, a veces quiero olvidarlo todo y lesionarme para sentir que estoy viva, para sentirme bien un rato, para sentirme liberada, pero debo seguir adelante y no retroceder.
Estoy sola como siempre, a veces la soledad me atormenta y cuando pienso mucho no puedo parar, pensamientos suicidas inevitables pasan por mi mente, miles formas de suicidio, pero yo aquí tan cobarde sin poder hacer alguna. Y es que debo mantenerme en la lucha. Aunque podría matarme ahora mismo y nadie lo notaría en realidad, es triste saber de que siempre serás la segunda opción de todos los que te rodean, pero soy tan inútil, que ni para matarme sirvo.
Hoy no recaí.