❝ Forbidden ❞ || Michaeng

By _xYoungOnce

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❝ Aveces las sensaciones prohibidas son las mejores ❞ ⚘ Aclaraciones en el primer capítulo ¡! ⚘ Mención de... More

𓏲 Prólogo
𓏲 Capítulo 1
𓏲 Capítulo 2
𓏲 Capítulo 3
𓏲 Capítulo 4
𓏲 Capítulo 5
𓏲 Capítulo 6
𓏲 Capítulo 7
𓏲 Capítulo 8
𓏲 Capítulo 9
𓏲 Capítulo 10
𓏲 Capítulo 11
𓏲 Capítulo 12
𓏲 Capítulo 13
𓏲 Capítulo 14
𓏲 Capítulo 15
𓏲 Capítulo 16
𓏲 Capítulo 17
𓏲 Capítulo 19
𓏲 Capítulo 20
𓏲 Capítulo 21
𓏲 Capítulo 22
𓏲 Capítulo 23
𓏲 Capítulo 24
𓏲 Capítulo 25
𓏲 Capítulo 26
𓏲 Capítulo 27
𓏲 Capítulo 28
𓏲 Capítulo 29
𓏲 Capítulo 30
𓏲 Capítulo 31
𓏲 Capítulo 32
𓏲 Capítulo Final
𓏲 Extra O1
𓏲 Extra O2
𓏲 Extra O3
𓏲 Extra O4
𓏲 Extra O5

𓏲 Capítulo 18

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By _xYoungOnce

El lunes por la mañana, Mina llegó con muy buen humor, sonriendo más de lo normal y radiante a pesar del ambiente tan tenso que siempre reinaba en su casa debido a sus padres. Dejó de lado toda su situación familiar y decidió prestarle atención a su relación con Chaeyoung; recordar los eventos sucedidos en la fiesta la hacían sonrojarse fuertemente, orgullosa de sí misma por haber apartado esas inseguridades que la limitaban. Se sentía mucho más libre, sus amigas ya sabían sobre lo que estaba pasando con Chaeyoung — a excepción de Sana — y Jihyo también, por lo que la carga emocional que antes tenía, había desaparecido en su mayoría.

Tenía motivos para estar tan feliz.

— ¡Buenos días, Jeongyeon! — la saludó con alegría, poniendo la mochila sobre su mesa, tomando asiento.

— ¿Por qué tan feliz? — enarcó una ceja, mirándola con sospecha.

Mina se encogió de hombros sin dejar de sonreír, evitándose dar explicaciones; sacó los libros pertenecientes a la clase que estaba a punto de empezar y se limitó a escuchar la corta historia de como estuvo el fin de semana de su amiga.

Dahyun apareció más seria de lo usual unos minutos después, un poco más tarde de lo que normalmente llegaba, de hecho, de las cuatro, Dahyun era la que más puntual y más animada solía estar, sin embargo, ese día había llegado con un aura muy notoria totalmente gris a su alrededor, saludando en voz baja antes de tomar asiento en su silla que estaba ubicada unos asientos más adelante bajo la atenta mirada de sus amigas.

Puso el celular en el centro de su mesa, mordiendo su labio inferior con duda, leyendo repetidas veces los mensajes de insistencia que Momo le había enviado esa mañana que no había respondido. Honestamente, no quería responderle a pesar de que se sentía muy tentada a hacerlo; desde el sábado por la mañana que había estado respondiéndole un tanto cortante hasta que empezó a ignorarla totalmente.

¿La razón? No quería ilusionarse más de lo que ya estaba ni salir lastimada, suficiente tenía con haber aceptado su aparente atracción hacia la mayor a sabiendas de que estaba mal sentirse de esa manera hacia una chica. Suspiró sonoramente, bloqueando la pantalla de su celular para guardarlo al fondo de su mochila en un intento de olvidarse por un momento de eso, tenía la esperanza de que las clases la distrajeran lo suficiente para no seguir lamentándose tan ridículamente por haber sido rechazada sin siquiera haber intentado algo.

— Dubu, ¿estás bien?— Mina se acercó a sus espaldas junto a Jeongyeon, captando rápidamente su atención.

— Claro — asintió, forzando una pequeña sonrisa que no tranquilizó para nada a la pelinegra — Solo estoy un poco cansada.

— Habla con nosotras, tal vez te sientas mejor si nos cuentas — obviamente no le creyó, la conocía lo suficiente para saber que no solo estaba cansada.

Dahyun agachó la mirada al escuchar la manera tan amable en la que Mina le hablaba, dándole siempre esa confianza para hablar sobre sus problemas.

Se sintió mal por un momento, muchas veces envidió a Mina, todo inició cuando la escuchó hablar tan decidida en cuanto a sus ideales, importándole poco lo que ellas pudieran decirle, porque ella sí estaba decidida a hacer un cambio significativo en su vida, en cambio, Dahyun se sentía demasiado cobarde, huyendo siempre de las cosas que la preocupaban. Y en ese momento, la envidiaba porque fue capaz de arriesgarse con Chaeyoung y ella no era ni siquiera capaz de enfrentar a Momo con sus sentimientos, quedándose en la sombra siempre. Detestaba tener esos pensamientos sobre Mina, nunca le hizo nada malo, siempre estuvo con ellas a pesar de que muchas veces la criticaron por su manera tan diferente de pensar.

No merecía ni siquiera ser su amiga.

— Quiero estar sola — dijo sin mirarlas, sacando en silencio los libros al mismo tiempo que la campana que anunciaba el inicio de clases sonó, dándole paso a la jornada educativa.

Mina frunció el ceño un poco extrañada, miró a Jeongyeon y ésta se encogió de hombros sin entender tampoco muy bien lo que estaba sucediendo. Normalmente, Dahyun no era de cerrarse de esa manera cuando algo la desanimaba, simplemente lo decía y ya con el fin de sentirse mejor.

Algo le estaba pasando, y Mina no podía solo dejarla así.

Sana entró junto a sus compañeros tras sonar la campana y tomó asiento en su mesa habitual, a un lado de Dahyun, la saludó por lo bajo con cierta timidez y puso atención al frente sin siquiera esperar una respuesta.

Las cosas entre ambas se habían tornado incómodas después de la pijamada en casa de Mina, Sana apenas la saludaba y casi no pasaban tiempo juntas. Quería aclarar todo lo sucedido, pero le resultaba demasiado difícil, creándose siempre conflictos internos sobre lo mal que había actuado, y aunque ya había tratado de enmendar ese error consigo misma, no dejaba de sentirse extraña estando alrededor de sus amigas también. Le parecía curioso como es que entre ellas seguían actuando como si nada, ¿por qué solo ella se sentía de esa manera? ¿Acaso solo ella tenía consciencia? Preguntarles no era una buena idea, así que solo se limitaba a vivir con eso hasta superarlo, a pesar de que eso podría significar perder a las únicas amistades reales que tuvo ahí.

Dos desesperantes horas de clases pasaron con una increíble lentitud, Mina estaba cansada de escuchar a su profesor, por lo que decidió dejar su voz en segundo plano cuando su mente empezó a viajar, suspirando por lo bajo al tener la imagen del bonito rostro de Chaeyoung en su cabeza. Mentiría si dijera que no estaba enamorada, la sensación de tranquilidad que le daba aceptar ese simple hecho era tan increíble que aún no asimilaba que la vida la hubiera recompensado con algo tan bueno como eso.

No supo cuánto tiempo estuvo metida en esa agradable nube de pensamientos, reaccionando hasta que Jeongyeon dio un par de toques en su hombro para llamar su atención. Miró a su alrededor, notando que sus compañeros ya estaban saliendo del salón con la intención de descansar y tomar sus desayunos en la cafetería. Buscó con la mirada a la menor de sus amigas y alcanzó a verla justo cuando atravesó la puerta.

— Desayuna con Sana, debo hablar con Dahyun — le dijo antes de salir a paso apresurado del salón sin dejarla responder, dejando atrás a la castaña con un puchero en sus labios.

— Pero Sana apenas me habla... — murmuró en respuesta para sí misma siguiendo con la mirada a la pelinegra hasta que desapareció de su vista. Suspiró rendida, guardó dinero en sus bolsillos y se dirigió a la mesa de la menor — Hey, Sana.

Sana levantó rápidamente la mirada un tanto nerviosa y tensa, mirando a todos lados excepto a ella. Jeongyeon rodó los ojos, esa situación la estaba desesperando porque no entendía exactamente lo que estaba sucediendo y al parecer, Sana estaba lejos de darle una explicación.

— Hola — saludó, agachando de nuevo su mirada hacia sus apuntes, ignorando la presencia de la otra.

— Vamos a desayunar.

— Uhm, no tengo hambre — mintió olímpicamente, evitando hacer algún tipo de contacto visual.

— Te invito a una leche de fresa, así que vamos — insistió, sonriendo ante el aparente interés de la mayor en su tentadora propuesta, sabía que con eso podría convencerla.

Sana no quería ceder por una leche de fresa, pero no era lo suficientemente fuerte para negarse cuando se trataba de leche de fresa gratis, es decir, ¿quién podría? Asintió dudosa, guardó sus cosas y en total silencio, emprendió su camino junto a Jeongyeon hacia la cafetería.

Encontraron una mesa vacía casi en el centro de la cafetería luego de unos minutos buscando, dejaron sus bandejas de comida y tomaron asiento, las dos muy inmersas en sus propios movimientos para evitar mirarse, especialmente Sana que ya había empezado a comer.

— Pensé que no tenías hambre — comentó la mayor tras darle una mordida a su sándwich. Sana la miró apenada — Dime qué es lo que te pasa con nosotras, especialmente con Dahyun — cuestionó directamente, dejando la leche de fresa frente a ella en señal de que le debía por lo menos una explicación — Ella cree que ha hecho algo para que estés molesta.

Sana volvió a agachar la mirada, tímida. Claro que no quería decir nada de cómo se estaba sintiendo, le daba vergüenza incluso recordar ese día, pero sabía también que Jeongyeon podría llegar a insistir más de lo que debería, y en cierta parte, deseaba ser sincera con sus amigas para que las cosas se sintieran menos tensas, sin embargo, también creía que alejarse de ellas era una buena opción para no volver a caer en ese tipo de tentaciones que le hacían tanto mal.

— Me siento extraña con ustedes — habló en voz baja, jugueteando con su comida.

— ¿Por qué?

— Yo...— respiró hondo, viendo a su alrededor para asegurarse de que no había nadie escuchándola hasta que su mirada terminó en su amiga — Me siento incómoda por lo de la pijamada — confesó, sintiendo sus mejillas enrojecer — Algunas cosas siguen un poco confusas para mi, pero hay otras que recuerdo muy bien y no me siento bien con eso.

Jeongyeon sonrió comprensivo al escuchar la corta, pero específica explicación. No estaba muy segura de lo que Sana había hecho ese día, pero si estaba segura de que las vio haciendo cosas que no estaban moralmente bien para ellas. Claro que entendía su actuar, de las cuatro, Sana siempre trataba de seguir todo de manera tan impecablemente correcta con el fin de sentirse mejor persona y no decepcionar a la religión ni a su familia, entendía el impacto en su vida. Eso no quería decir que Jeongyeon fuera un rebelde desobediente, nada de eso, porque ella también tenía sus propios conflictos, solo que no lo pensaba tanto como su amiga.

— Está bien — asintió, guardando silencio por unos segundos — Tienes razón de sentirte así, sé que quizás tienes miedo, pero nadie va a castigarte — aseguró, captando su mirada — Sigues siendo una buena chica después de todo — se encogió de hombros, dándole a entender que nada más de eso importaba — Quizás estés abrumada, yo también lo estoy aunque no se note, pero a veces es mejor solo aceptar ciertas cosas para nuestra propia comodidad y paz mental. Yo trato de no darle muchas vueltas, simplemente pasó y no podemos borrarlo.

— Es que... Está muy mal.

— A lo mejor si, pero dime, ¿alguna vez te habías divertido de esa manera?

Luego de pensarlo, Sana negó con timidez, llenándose de los recuerdos de esa noche en la que la había pasado muy bien con Momo y Dahyun, viéndose increíblemente mal en su cabeza, pero de cierta manera, demasiado bueno para ser cierto.

— Sigues siendo una buena chica, no veo que hayas cambiado solo por eso, aún eres amable con las personas, obediente con tus padres y aplicada con tus estudios.

Sana sintió un enorme alivio al escuchar esas palabras en voz alta porque la hacía caer en cuenta de nuevo que estaba en lo cierto, ella seguía siendo ella misma, no había cambiado como pensó que sería luego de haberse corrompido de esa manera. Se había hecho la idea de que era una terrible pecadora y que eso no agradaría a Dios, pero al replantearse las cosas, no estaba haciendo nada malo, incluso Momo y sus amigas parecían ser unas buenas chicas a pesar de su orientación sexual, pareciéndole demasiado lejano a lo que se supone que pasaría si se juntaba con personas homosexuales.

Sus padres le habían enseñado que debía respetar los gustos de las personas a pesar de que ser gay o lesbiana estaba muy mal, estaba permitido para cualquiera, para ella no, pero en la escuela le repetían que debían rechazar esos comportamientos antinaturales, ella había vivido en primera fila lo que era besar y dejarse tocar por una chica, y por más que lo disfrutó, no se consideraba totalmente lesbiana, eso ya era algo bueno ¿cierto? No estaba dañando a nadie, pero una molesta voz en su cabeza le seguía insistiendo en que no tendría perdón, que sería rechazada si alguien se diera cuenta, y eso le daba muchísimo miedo, no quería ser señalada ni castigada por sus acciones, por sus errores.

— Tengo miedo — soltó con sinceridad.

— Yo también le tengo miedo a las consecuencias, pero vamos a ayudarte si algo pasa, para eso estamos las amigas, ¿no?

La japonesa sonrió automáticamente, sintiéndose un poco mejor al haber ventilado las cosas que la estaban agobiando. Jeongyeon tenía razón, solo no debía prestarle más atención de la que debería, había experimentado y eso no estaba mal; se repitió la misma frase hasta estar segura de que podría vivir con eso, convenciéndose de que la sexualidad no definía que tan buena o mala era la persona, solo era cuestión de gustos.

Debía empezar a asimilarlo por más difícil que le estuviera resultando, no podía cambiar sus ideales de un día para otro, pero no estaba mal empezar a hacerlo de a poco, además, no podía rechazar a Mina al saber ahora sus verdaderos gustos, era su amiga y aunque su propio instinto la empujaba a querer juzgarla o a hacerle algún comentario hiriente, se mantuvo al margen, no quería perder a sus amigas por algo así.

— Toma tu leche de fresa y termina de comer — señaló Jeong antes de seguir con su propia comida.

— Gracias — sonrió más tranquila, haciendo una nota mental de que debía cambiar su actitud con Mina y Dahyun también para que todo volviera a la normalidad.

Mina caminó a paso rápido hacia Dahyun al salir del salón, había notado que no se estaba dirigiendo a la cafetería, sino que se había desviado hacia las escaleras del segundo nivel. Se hizo paso entre sus compañeros y logró alcanzar su muñeca para detenerla en un movimiento un tanto brusco. Dahyun la miró alarmada, pero al darse cuenta de que era su amiga, suavizó su expresión y la cambió por una de confusión.

— Ven, debemos hablar — la jaló sin esperar una respuesta y la guió hacia uno de los salones vacíos del pasillo en el que estaban.

Mina la soltó y se mantuvo de pie frente a ella, dándose cuenta de que la mayoría del tiempo evitaba su mirada.

— Bien, dime qué es lo que te tiene tan desanimada —se cruzó de brazos, viéndola con tranquilidad en caso de que su amiga se sintiera desconfiada.

Dahyun mordió su labio inferior con duda, sintiendo su celular vibrar en su bolsillo, sabía que se trataba de Momo y no quería ni ver lo que ese mensaje decía. Estaba actuando muy mal, Momo no había sido mala con ella en ningún momento y a lo mejor merecía una explicación, porque si estaba insistiendo tanto, era porque estaba interesada en saber qué era lo que pasaba. No estaba segura de cómo se sentía, atraer no era lo mismo que gustar, y hasta ese punto, tenía miedo de qué tan profundos eran sus sentimientos.

Le daba mucho miedo reconocerlos.

— ¿Cómo supiste que Chaeyoung te gustaba? — preguntó directamente luego de un largo silencio, apenada por sus palabras.

La pregunta tomó por sorpresa a Mina, ¿eso que tenía que ver con los problemas de su amiga? Creyó que era una táctica para seguir evitando el tema principal, por lo que se negó a responder en ese momento, tal vez después le diría.

— No me cambies el tema, sabes que puedes ser directa conmigo — habló con suavidad, recargándose en el escritorio para prestarle más atención.

— No estoy cambiando el tema... — murmuró, viéndola tímidamente — No sé si me gusta Momo.

Mina enmudeció, ¿cómo había pasado eso? Trató de procesar la información, entendiendo ahora el porqué de su pregunta tan directa en cuanto a ella y Chaeyoung. Suspiró sonoramente y le regaló una pequeña sonrisa.

— Creo que Chaeyoung me ha gustado desde siempre, no encuentro un momento específico en el que pueda asegurar que empezó a gustarme — hizo una corta pausa al darse cuenta de que Dahyun la miraba con más interés y sorpresa — La forma en la que la trataba no era ni un poco parecida a la forma en la que las trato a ustedes.

— ¿Cuál era la diferencia? — preguntó curiosa, muy atenta.

— Mmm... No suelo tener contacto físico con ustedes, nunca — rió por lo bajo, recibiendo un asentimiento por parte de la menor — Con Chaeyoung siempre fui muy cariñosa hasta el punto de dejarla dormir conmigo cada vez que llegaba a mi casa o yo a la suya, no tuve muchos problemas con abrazarla o incluso besar su rostro cada que podía — se encogió de hombros — Viví muy reprimida de muchas cosas como para darme cuenta, porque cuando por fin lo reconocí, me sentí muy aliviada, como si hubiera estado esperando todo ese tiempo para darme cuenta de lo obvio.

— Cuando hablo con Momo me emociono sin razón — empezó a hablar, jugueteando con sus dedos con claro nerviosismo — Y cuando... Cuando me besa también me pongo muy nerviosa.

— ¿Has hablado con ella al respecto?

Dahyun negó rápido con cierta aflicción en su mirada, lo que menos quería era que Momo se diera cuenta, sería vergonzoso que lo supiera y tuviera que rechazarla directamente , prefería solo mantenerse así y cortar cualquier cosa que estuvieran haciendo antes de que llegara a más y se le hiciera más difícil despegarse de ella.

— Dijo que no le gusto, la escuché decirle a Nayeon que cree que soy linda, pero que no le gusto de otra manera.

De por sí, todo el escenario era muy extraño. Nunca vio a Dahyun dar señales de sentirse atraída hacia las chicas, siempre mantuvo una posición muy cerrada en cuanto a ser homosexual, por lo que escucharla confesar que se sentía atraída hacia otra chica, le resultaba un tanto chocante, más no increíble. A lo mejor, su amiga estaba confundida por las recientes experiencias, pero no quitaba la posibilidad de que realmente había descubierto su sexualidad a raíz de esos prohibidos sucesos en su vida, no podía juzgarla, sólo podía guiarla de alguna manera para que se sintiera segura de sus sentimientos.

Claro que no era una experta en el tema, pero consideraba que de alguna manera podría ser de ayuda.

— Yo creo que deberías decirle... Tal vez dijo eso porque Nayeon estaba ahí, podrías enfrentarla si estás segura de que de verdad te atrae.

— ¿Y si no me gusta? ¿Y si solo estoy confundida? De verdad no sé qué hacer con esto que siento... A lo mejor me estoy precipitando, quizás sí me gustan los chicos y solo estoy encaprichada con la única persona que se ha fijado en mí — sus mejillas se calentaron al sacar a la luz una de sus más grandes inseguridades.

A lo largo de su vida, ningún chico le prestó atención de ninguna manera, siempre se preguntaba qué había de malo en ella para que los chicos no notaran su presencia, ni siquiera para socializar, siendo esa la razón por la que nunca había besado a nadie hasta que Momo apareció y le dijo lo hermosa que era, halagándola a cada momento, besándola de esa manera tan suave y delicada, usando palabras cariñosas cada vez que la llamaba.
Por fin alguien había puesto los ojos en ella y deseaba escuchar ese tipo de cosas por mucho tiempo más.

— Vas a descubrirlo cuando seas capaz de decírselo en voz alta, de esa forma podrás asimilarlo y aceptarlo — se acercó hacia ella, dándole una sonrisa cariñosa — Si realmente no le gustas, no te preocupes, alguien más verá la buena chica que eres, te lo prometo, Dubu.

Dahyun sintió como su pecho se contrajo y sus ojos se cristalizaron, sintiéndose un poquito mejor. Apartó toda esa envidia y malos pensamientos que tuvo por Mina, agradecida por tenerla como su amiga, agradecida por haber insistido en hablar sobre el tema, porque si no fuera por eso, aún seguiría debatiéndose sobre lo que debía hacer. Mina siempre le dio esa clase de confianza, era así con Jeongyeon y Sana también, se regañó a sí misma por haber intentado huir, dándose cuenta de que eso nunca era una buena opción.

Mina rodeó a la menor con sus brazos, regalándole un abrazo de consuelo, sobando su espalda con suavidad. Dahyun se sintió un poco fuera de lugar al principio, Mina nunca la había abrazado así, sin embargo, no se movió, incluso se sintió increíblemente bien, dejando que todas las lágrimas acumuladas salieran para drenar poco a poco su desánimo.

— Tómate el tiempo que necesites para hablar con ella, pero tampoco lo ignores tanto, solo trata de que todo siga su curso, ¿está bien?

Dahyun asintió, calmando sus lágrimas, todavía en los brazos de la mayor con un poco más de tranquilidad.

— Gracias, Mina — sonrió al separarse, limpiando por completo las lágrimas.

La mayor asintió y salieron del salón en busca de Jeongyeon y Sana, dando con ellas varios minutos después en la cafetería. Mina y Dahyun tomaron asiento con sus comidas respectivas, aprovechando algunos de los minutos que les quedaban antes de regresar a sus clases.

Sana les sonrió con timidez y trató de integrarse en los temas de conversación con mucho esfuerzo, apartando cualquier incomodidad que pudiera generarse al encontrarse otra vez de frente con Dahyun, siguiendo el consejo de Jeongyeon para que el grupo volviera a la normalidad, porque a final de cuentas, solo se tenían entre sí.

•••

Momo bufó de nuevo cuando revisó por quinta vez los mensajes sin responder que había enviado. ¿Por qué de repente, Dahyun sólo decidió no hablarle? ¿Acaso la había hecho sentir mal y no se había dado cuenta?

Se detuvo un momento a analizar esa última posibilidad, buscando con mucho esfuerzo algo que pudo haber hecho para molestarla u ofenderla, pero nada se le ocurrió, porque de hecho, la habían pasado muy bien en la fiesta. Si que es cierto que habían pasado la mayoría de la noche en el patio con la menor dormida en su regazo sin hacer nada hasta que la fiesta terminó, y se negaba a creer que algo como eso la pudiera haber molestado porque había sido su idea salir de la casa en primer lugar.

Volvió a suspirar sonoramente, murmurando cosas para sí misma mientras tiraba a su lado el celular, demasiado frustrada

— ¿Vas a decirme qué pasa o tengo que seguir escuchando como te quejas? — preguntó, Nayeon sin apartar la vista de su libro de matemáticas del cuál transcribía aburridos ejercicios a su cuaderno — Estúpida Chaeyoung suertuda que tiene una novia inteligente para hacer sus tareas — se quejó para sí misma con el ceño fruncido, echándole un vistazo a la casa de enfrente en donde de seguro, Mina ya estaba haciéndole las tareas a su mejor amiga.

Momo se reincorporó rápidamente en la cama y abrazó una de las almohadas de Chaeyoung para sentirse más cómoda, ignorando completamente el hecho de que también tenía una tarea de matemáticas que hacer, porque su situación con Dahyun parecía ser más importante.

— Dahyun no me habla — su puchero se hizo más notorio, desviando la mirada de vez en cuando a su celular que seguía con la pantalla en negro, viéndose tentada a revisar de nuevo.

— Uhm, ya — respondió sin prestarle mucha atención, tratando de entender por qué el resultado de la resta que acababa de hacer le daba un número más grande que las cantidades restadas, algo había hecho muy mal.

— ¡Pero escúchame! — exclamó la japonesa, tirándole una almohada que cayó justo en la parte trasera de su cabeza.

— ¡Oye! — se giró hacia ella y le regresó el golpe con la misma almohada.

— Es que hazme caso, me preguntas y no pones atención — hizo ojos lastimeros, causando que la mayor suspirara ante la clara señal de manipulación en esos ojos tristes.

— Bien, lo siento — cerró su cuaderno y se sentó frente a ella en la cama— Dime por qué te quejas tanto, qué es lo que te atormenta ahora.

— Dahyun no me habla desde el sábado en la noche.

— ¿Qué le hiciste para que dejara de hablarte?

— ¡Nada, lo juro!

— ¿Te sobrepasaste de alguna manera con ella en la fiesta? Ya sabes, algo que la hiciera sentir incómoda.

— No, claro que no, ni siquiera consumí alcohol esa noche, estaba totalmente consciente de todo — aseguró, volviendo a repasar en su memoria todo de nuevo, y todavía seguía sin encontrar algo.

— Bueno, eso lo hace aún más extraño.

— Quizás solo ya no quiere hablar conmigo porque se dio cuenta de que no le va a las chicas — sonó más decepcionada de lo que pretendía.

De alguna manera ese hecho la desilusionaba.
Nayeon entrecerró los ojos con sospecha y esbozó una sonrisa de suficiencia, entendiendo perfectamente el por qué de su reacción.

— Te lo dije.

— ¿De qué hablas?

— Te gusta Dahyun — movió sus cejas con picardía ante el notorio nerviosismo de la japonesa.

— Ya te dije que no — apartó la mirada, evitando a toda costa esos ojos que siempre sabían analizarla.

— Si no fuera así, no estarías haciendo tanto drama por una chica que solo te parece linda.

— ¿Qué? — rió con nerviosismo — No estoy haciendo drama de nada, es normal, es una amiga que me cae muy bien y que quiero que me hable.

— ¿Por qué te cierras tanto? No vas a morir si lo admites.

— No hay nada que admitir — se cruzó de brazos, luciendo indiferente — Solo quiero que sea mi amiga y ya.

Nayeon negó con la cabeza y se levantó de la cama, dirigiéndose de nuevo hacia el escritorio para retomar sus deberes. Momo la miró extrañada por su poco interés, hasta que momentos después, la escuchó hablar de nuevo.

— Creo que Dahyun ya tiene muchos conflictos en cuanto a su propia sexualidad, tú sabes como son esas chicas, debe ser difícil — empezó a hablar, diciéndolo más como una reflexión para sí misma y su borrosa situación con Jeongyeon — De alguna forma se siente abrumada, por lo que en mi opinión, deberías hablarlo con ella, si te interesa lo suficiente la vas a buscar y van a aclarar las cosas, porque si ella decide que solo fuiste un momento para experimentar, deberías saberlo antes de que te ilusiones más.

Momo guardó silencio sin apartar la mirada de su celular en donde tenía agendado el nombre de Dahyun con unos tontos corazones. Escuchó su propia conciencia gritándole una y otra vez que Nayeon estaba en lo cierto, pero no quería admitirlo en voz alta. Sabía a lo que se enfrentaría, enamorarse de la persona incorrecta era algo que pasaba muy a menudo en todo el mundo, y ella no quería formar parte de ese grupo de personas, no, ella quería algo seguro, pero había algo especial en Dahyun que la seguía atrayendo como un imán como nunca antes había experimentado, apartando poco a poco sus propios límites para hacerla caer y arriesgarse a lo desconocido, un terreno en el que nunca estuvo.

— Sacarlas de esa burbuja en la que viven no será nada fácil, habrán muchas cosas que enfrentar... Chaeyoung logró traspasar todo eso por Mina, y míralas ahora. Es cierto que su relación no puede ser como ellas quisieran, pero parece que es suficiente con sólo tenerse entre ellas — siguió hablando, parecía que lo decía más para sí misma que para Momo.

La japonesa muy en el fondo sabía que existían  sentimientos por Dahyun, pero todavía seguía negándose a dejarlos fluir con seguridad, poniendo demasiados peros y excusas tontas de por medio por su propio bienestar.

Su celular volvió a vibrar, anunciando la llegada de un nuevo mensaje que la hizo sonreír automáticamente.

¿Valdría la pena intentarlo y terminar con un corazón roto?

Dubu💕
Lo siento por no responder, Momoring, ¿podemos vernos? Invito el helado😋

Si, valdría totalmente la pena.

N/A: ¡Hola! Generalmente no hablo mucho por esta historia pero quería agradecerles por el apoyo que está recibiendo "Forbidden" <33. En especial agradecerles a todos los que comentan y votan 🤍

Espero estén disfrutando la historia

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