Dos días después Isidora me acompaño al doctor, confirmamos que efectivamente estaba embarazada, el doctor hizo los exámenes correspondientes y una ecografía para ver que todo estaba en perfecto estado, tenía doce semanas de embarazo y todo estaba bien. Mi felicidad no podía ser mayor, solo esperaba a que Michael volviera pronto y poder darle la noticia que sería padre.
Los días pasaban y no tenía noticias de Michael, Sara tampoco sabía nada de él.
Estaba angustiada e hice todo lo posible por saber de él, tomé un avión y viaje a su encuentro.
Me registré en el hotel y comencé a buscarlo por la ciudad hasta que di con el set donde estaban haciendo las pruebas del cast.
Entre al set y comencé a preguntar por él.
— Hola – le digo a una chica con un guion en la mano
— Hola ¿puedo ayudarte? – me pregunta acercándose a mí.
— Estoy buscando a Michael Cavill ¿sabes si esta por aquí?
— ¿Quién lo busca? Se supone que nadie puede entrar aquí, si el productor te ve llamara a seguridad.
— Soy su prometida, estoy preocupada por él, hacia días que no se sobre él.
— Tu debes ser Amy – dice sonriendo – él hablado mucho de ti.
— ¿en serio? – digo sonriendo también.
— Lamentablemente lleva dos días sin aparecer, nadie sabe nada él.
No podía creer lo que me estaba diciendo
— ¿Él dijo algo antes de irse?
— No, ese día apareció una chica por aquí, una rubia con pinta de modelo, Michael se veía muy enojado y salió con ella. Desde ese día nadie sabe nada de él.
Busco una foto de Alaska en el navegador y se la muestro
— Ella misma
— ¿sabes en que hotel esta Michael?
— En el mismo hotel que el resto de nosotros – me entrega una tarjeta con el nombre del hotel y le agradezco.
— Te lo agradezco mucho
— No te preocupes, pregunta a la recepcionista dile que eres asistente de Jeff y te dará sin durar el número de su habitación, espero que aun este ahí, suerte.
Me alejo de ella y voy directo a buscar un taxi para que me lleve al hotel.
Al llegar me acerco con cara seria a la recepcionista.
— Buenos días, soy – dudo un momento, pero doy un nombre falso – Vania, asistente de Jeff y estoy tratando de comunicar a Michael Cavill, ¿podrías por favor darme el número de su habitación?
— Él señor Cavill pidió no ser molestado.
— ¿aún se encuentra en este hotel?
— Si, pero como le dije.
— Lo sé, pero no sé si tú sabes que él está en una grabación, por lo que lo necesitamos urgentemente y no responde las llamadas, pensamos que algo le había pasado.
— Si quiere puede llamar a su habitación. – dice tomando el teléfono
— No, solo dame el número de su habitación – digo tomando el teléfono y haciendo como que respondo una llamada.
— Si Jeff, no quieren darme el número de habitación, aja está bien puedes llamar al gerente del hotel, si espera un momento. ¿cuál es tu nombre? – le digo a la recepcionista y me mira con miedo.
— La habitación es la 548 – dice
— Gracias – digo guardando mi teléfono – eres muy amable.
Subo el ascensor y siento un leve mareo, agarro mi estomago con miedo a vomitar.
Cuando llego al quinto piso siento que estoy a punto de dejar salir todo mi desayuno, llego a la habitación 548 y toco el timbre, lo hago unas tres veces más hasta que la puerta se abre y veo a Alaska con una camiseta de Michael, me mira sorprendida y luego sonríe.
— Amy, no te esperaba aquí. – dice sonriendo aún más.
Las náuseas se me atoran la garganta
— ¿Dónde está Michael? – logro preguntar
— Está durmiendo
— Quiero hablar con él, salte de mi camino – digo empujándola a un lado.
— Amy por favor, estamos bastantes grandes para una escena, te estoy diciendo que está durmiendo. Debe estar agotado después de estar dos días en la cama conmigo, tú sabes lo insaciable que es.
La dejo hablando sola y llego a la habitación, Michael esta desnudo y medio tapado con una sábana. Miro a Alaska que sigue sonriendo.
— Te lo dije, está agotado.
— Michael – digo empujando suavemente su hombro – Michael, despierta.
— iré por un café ¿quieres algo? – dice ella pasando por mi lado.
— Michael – sigo empujando su cuerpo y él no responde – Michael, abre los ojos.
Comienzo a moverlo más fuerte y nada, tomo el vaso de la mesa de noche y le tiro agua sobre la cara, él se mueve tocando su cara empapada, abre los ojos y me ve.
— Amy ¿Qué demonios? – dice con voz rasposa y desorientado
— ¿Cómo pudiste? – le pregunto aguantando las lágrimas.
Él se ve confundido
— Cariño despertaste – dice Alaska acostándose a su lado – le dije que estabas durmiendo, pero insistió en que quería hablar contigo.
— ¿Qué carajos Alaska? – dice furioso, mira su cuerpo y se tapa un poco más – Amy...
— No hace falta decir nada, todo está muy claro – digo sacándome el anillo y dejándolo en la mesa.
— Amy – dice tratando de ponerse de pie – Amy, nena...
Salgo rápidamente mientras escucho sus gritos alejándome de él. No sé cómo salgo del hotel, ni menos como me subo a un taxi y llego a mi hotel, todo lo hago en piloto automático intentando contener las lágrimas.
Solo cuando llego a la comodidad de mi habitación es cuando dejo salir todo, lloro desconsoladamente mientras caigo al suelo y me acurruco abrazando mis piernas.
Esto es una pesadilla, debe ser una pesadilla. Mi teléfono suena con notificaciones de correos electrónicos y decido ignorarlas.
No sé cuántas horas pasan, pero ya es de noche cuando decido tomar mi teléfono y reservar un vuelo de regreso a Estados Unidos, cuando abro mi correo electrónico veo ciento de mensajes. Reviso uno a uno y mi mundo se derrumba cada vez más. Veo fotos de Michael y Alaska juntos en la cama, un artículo que dice que han vuelto a reencontrarse y están más enamorados que nunca. Que yo soy un cuento viejo y que Michael me pidió cancelar el compromiso hay una foto de Alaska con mi anillo en el dedo y sonriendo.
No aguanto más y corro al baño dejando salir todo, vomito hasta que no puedo más. Me lavo los dientes y lavo mi cara tratando de sonreír y seguir mi vida. Me cambio me ropa y guardo el resto de mis cosas en mi maleta, salgo de la habitación directo a cancelar la reservación.
Estoy en el aeropuerto esperando mi vuelo, toda la gente a mi alrededor me mira con lastima, como si supieran lo que estoy pasando justo ahora y lo más probable es que la noticia haya recorrido el mundo.
Lo que se sintieron días después llego por fin, llamo a Isidora apenas bajarme del avión y le pido que venga por mí. Cuando llega a mi lado me abraza mientras yo solo lloro desconsolada.
— Vamos a casa ¿sí?, te vas a relajar y me contaras todo lo que está pasando. Michael no ha dejado de llamarme y ya me está sacando de mis casillas.
Llegamos a su casa, me prepara un té y me deja seguir llorando apoyada de su hombro.
— Nena no sigas llorando eso le afectara al bebé.
— Ni siquiera le dije sobre el bebé – digo llorando más fuerte.
— ¿Qué fue lo que paso?
Le cuento la travesía de buscarlo, de cuando llegue al set de grabación, cuando llegue a su hotel y cuando lo pille en la cama con Alaska.
— No puedo creerlo, es que es difícil de creerlo Amy. Él te ama de verdad no sería capaz de hacer algo así.
— ¿leíste los artículos? ¿has escuchado todo lo que he dicho? Michael me engaño
Un fuerte dolor atraviesa mi estomago el cual me hace doblarme de dolor.
— ¿estas bien? – pregunta Isidora preocupada
— Sí, solo un pequeño dolor – digo susurrando
— Te dije que esto le haría mal al bebé, trata de calmarte.
— No puedo, ¿no lo ves? Estoy destrozada, me volvieron a fallar, otra vez soy la estúpida.
Me pongo de pie y decido que es hora de irme a mi departamento.
— No puedes irte así Amy, es peligroso.
— Estaré bien, cualquier cosa te llamare – digo besándola en la mejilla – te quiero
— También te quiero, llámame.
Cuando llego a mi departamento veo las luces encendidas y el pánico comienza a crecer en mí, él está aquí. Avanzo dos pasos y lo veo ponerse de pie desde el sofá.
— Nena, gracias a dios. Pensé que algo te había sucedido – dice mientras se acerca a mí.
Doy un paso atrás chocando con la puerta
— Aléjate de mí – digo empujándolo lejos – aléjate de mí, no te quiero cerca.
— Nena déjame explicarte
— No, no hay nada que explicar.
— Nena por supuesto que debo explicarte lo que está sucediendo, te amo.
— No, no digas que me amas – digo gritando – no cuando te pille en la cama con otra, estúpido infiel – digo golpeándolo en el pecho
Él me mira sorprendido haciéndose para atrás
— Te odio, te odio, te odio – le grito, un nuevo dolor me atraviesa el estómago y me encojo cayendo al suelo.
Era demasiado irónico, el "odio" nos había unido y el "amor" era el que nos estaba alejando...
— Amy – dice sujetándome – nenas ¿estas bien?
No podía responder el dolor era tan fuerte y que solo me hacía llorar cada vez más, tenía miedo de que algo podría estarle pasando al bebé, a mi bebé, a nuestro bebé.
— Nena háblame por favor – decía con desesperación en su voz – llamare a la ambulancia.
Tomo el teléfono y comenzó a hacer llamadas, el dolor era tan fuerte que en un segundo cerré los ojos y no supe más, me había desmayado.