Parte 18

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Amy

No podía creer toda la atención que estaba recibiendo por solo ser la prometida de Michael Cavill.

— Me encanto la entrevista, ¿ya viste la foto de portada? – dice Isidora a mi lado.

Luego de que todo el mundo estuviera hablando de Michael y el capítulo en mi oficina decidimos hacer una entrevista y fue en la revista de mi mejor amiga, ella nos entrevistó y realizo las fotos. Todo salió espectacular. Desde hoy todos sabían que Michael Cavill el famoso actor de Hollywood se casaría con Amy Miller una simple periodista que había conquistado su corazón.

— Esta hermosa, gracias por esto – digo abrazándola

— Estoy tan feliz por ti – dice besando mi cabeza – te mereces lo mejor del mundo.

En ese momento entra Michael, corro a sus brazos y él sonríe besándome. Llevamos días sin vernos, tuvo que salir de viaje por un nuevo proyecto y eso le tomo más tiempo.

Una tos nos interrumpe y Michael me baja suavemente

— Creo que me iré justo ahora antes que se quiten la ropa y hagan todo de aparearse justo delante de mí – dice Isidora tomando sus cosas – nos veremos pronto, Michael un placer verte.

— Igualmente, Isidora – se despide y sale dejándome sola con mi prometido.

— Nena – dice besándome nuevamente – no sabes cuanto te extrañe.

— Demuéstramelo – digo tomando su mano y llevándolo a la habitación.

Él se ríe y me sigue al dormitorio, caemos en la cama riendo, presionando sus labios con los míos tragándose mis gemidos de excitación, su aroma, el calor de su cuerpo y su sabor me volvían completamente loca. Con una mano me agarraba la nuca y con otra recorría mi cuerpo empezando por mis pechos, bajando por mi vientre y deteniéndose sobre mi sexo.

Sabía lo que quería, comencé a devorarlo con la urgencia haciendo que pegara su miembro en mi sexo.

— Quítate la ropa – dice jadeando

— Tú también – digo desafiándolo

— Quítate la ropa Amy, no lo repetiré

— Eres un mandón – digo quitándome la camiseta y los pantalones cortos – ¿está bien así?

— Todo

Me quito la ropa interior y la tiro lejos quedando totalmente expuesta a su merced.

Su mirada de deseo era de alguien quien no ha comido durante días y le ponen su plato favorito delante.

— Eres mi plato favorito – dice sonriendo

— ¿lo dije en voz alta? – digo tapándome la cara de vergüenza.

— ¿Sabes lo atractiva que eres? – note la angustia quemar mi pecho, durante esta semana lo había extraño demasiado.

— Lo sé, me lo repites todo el tiempo.

Nunca me había sentido tan atractiva solo desde que estábamos juntos, él me hacía sentir la persona más afortunada del mundo.

— Eres jodidamente preciosa – me dice aliento cerca de mis pechos.

— Por favor – digo suplicando – quítate la ropa y hazme el amor.

Michael se deshace de su ropa solo en segundos, quedando completamente desnudo entre mis piernas.

— ¿me deseas?

¿Era necesario preguntarlo?

— Desde el primero momento en el que vi tu cara en una revista – digo riendo.

Se ríe junto a mí y de un solo movimiento está dentro de mi haciéndome gritar.

— ¡oh dios! – grito echando mi cabeza hacia atrás.

Cerré los ojos al sentirme totalmente complacida

— Amy, abre los ojos – dice con voz ronca

Los abro y veo la mirada salvaje con la cual me mira

— Mantenlos abiertos – dice penetrándome cada vez más – no los cierres nena.

Tomo mi pierna levantándola, penetrándome cada vez, entrando y saliendo lentamente, torturándome por completo.

— Eres maravillosa – dice sin dejar de moverse

Me muevo contra sus caderas invitándolo hacerlo más rápido y fuerte, tomo la invitación como tal haciéndome gritar con sus movimientos cada vez más rápidos.

— Amy – dice apretándome más a su cuerpo – Amy

— Michael – digo gimiendo mientras con su mano encontraba en punto justo sobre mi clítoris cada vez que me penetraba.

— Jodeeeeer – dice mientras sentía como llegaba mi orgasmo

— Córrete conmigo nena – sus palabras activaron algo dentro de mi y me deje ir gritando su nombre.

Esa tarde tuvimos sexo por todo el departamento recuperando los días perdidos.

— Te extrañe – dice besándome suavemente

Estamos acostados después de un maratón de sexo.

— También te extrañe – digo mientras él pone su mano en mi vientre.

— Quiero tener un hijo – dice despacio – quiero que tengamos un hijo

El temor que comienzo a sentir me hace alejarme de él. Michael me mira sin entender nada.

Me pongo de pie y corro al baño mientras las lágrimas fluyen por mis mejillas.

— Amy – dice Michael golpeando la puerta – nena, abre la puerta.

— No puedo – digo sin dejar de llorar

— Cariño abre la puerta

Él no lo entiende, no podre darle un hijo jamás.

— No puedo – repito.

Michael empuja la puerta y la abre encontrándome sentada en el suelo.

— ¿cariño que pasa? – pregunta preocupado

— No puedo, no puedo...

— ¿No quieres tener hijos? Entonces no los tendremos, mientras este contigo no necesito nada más.

— Quiero hacerlo, quiero tener una familia contigo – digo sollozando – pero no puedo, hace mucho tiempo tuve un aborto.

Digo mirándolo a los ojos y le cuento lo sucedido años atrás, le cuento mis miedos y lo que dijo el doctor después de que perdí el bebé. Mi cuerpo había quedado muy maltratado, era muy difícil retener un feto en mi útero y lo más probable es que nunca seria madre.

— Haremos lo que sea necesario, iremos a los mejores doctores, haremos lo que tú quieras nena – dice besándome – siempre estaré junto a ti, pase lo que pase.

Quería creerle de verdad que quería, pero sabía que eso no sería así, él quería un familia y sería algo que yo no podría darle.

Enamorando al ENEMIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora