Michael
Presente
Ya se estrenó hace unos días la última temporada de la serie, salieron las fotos junto con Emma y la audiencia ha subido mucho más.
Los correos de Amy no han dejado de aparecer en mi bandeja de entrada y eso me da esperanzas.
— Buenos días, ¿alguna novedad el día de hoy? – pregunto mientras me siento al lado de Sara.
— No creo que quieras leer lo que escribió, esta enojada.
— ¿por las fotos? – pregunto
— Lo sabes mejor que yo Michael, Amy es una persona honesta.
— Lo sé, quiero leerlos igual.
— No creo que sea una buena idea.
La miro queriendo transmitir mi enojo y ella sonríe negando con la cabeza, me entrega la Tablet y se marcha de la habitación.
Llevo días en casa descansando, no tengo contratos nuevos aun y eso me hace querer correr a buscar a Amy.
Abro la aplicación de correos y leo el mensaje destacado.
Querido Michael:
No, no es así es querido estúpido e imbécil, no puedo creer que hayas seguido tu vida como si yo jamás hubiese existido, eres un hijo de ****
Dios te odio tanto, mientras yo sigo sufriendo por ti tu sigues la vida como si no importara lo que teníamos, pensé que era importante para ti, pero ya vi que no soy más que una estúpida.
No mereces ser feliz, mereces que te odie.
Con todo el odio del mundo A.M.
PD: púdrete...
Suelto una carcajada, Amy que hare contigo nena.
Los días pasan y los correos de Amy siguen en la misma línea de odio, ahora comienzo a preocuparme de verdad, si ella me odia realmente no habrá oportunidad para arreglar lo nuestro.
Sara entra y me entrega la Tablet
— Esta es tu última oportunidad, si no la aprovechas desde ahora eliminare todos los correos de ella y no volverás a saber jamás lo que ella escribe.
Se va dejándome perplejo ante sus palabras, tomo la Tablet y leo el correo de hoy.
Querido Michael:
Han pasado tres meses y me duele como el primer día, ¿me arrepiento de haberte dejado? Si, lo hago todos los días desde entonces, pensé que me buscarías, pero no lo hiciste. Me costó comprenderlo, pero lo hice, me di cuenta de que no me amabas como yo lo hacía contigo, me alegro verte feliz mereces que alguien te ame por lo que eres y no por lo que tienes. Eres una persona maravillosa si algún día necesitas una amiga siempre estaré para ti.
Con amor A.M.
PD: siempre serás tú...
Las palabras de Amy calan en lo profundo de mi corazón, ahora entiendo lo que Sara quería decir. Tomo mi chaqueta, las llaves del auto y salgo a toda prisa.
En la salida de mi casa tropiezo con Emma
— ¿Qué haces aquí? – pregunto enojado – te dije que no vinieras a mi casa a menos que yo te lo pidiera.
— Lo sé, pero pensé que sería buena idea que me sacaran fotos entrando aquí.
— Emma – digo en un suspiro – esto se acabó, es solo publicidad esto no es real.
— Para mí es real Michael, me gustas desde hace mucho. Yo no estoy fingiendo – dice llorando
Medito sus palabras y pienso en abrazarla cuando me acerco a ella veo el flash de la cámara y a Eleanor entre los árboles escondidas, doy un paso atrás y aprovecho el momento a mi favor.
— Emma esto se acabó, no voy a seguir con esto. Eres hermosa, inteligente y divertida, pero...
— Pero no soy ella, no soy esa perra que te dejo y salió corriendo.
— No hables así de ella, no te lo permito. – digo enojado – a mi puedes decirme lo que quieras, pero de Amy no, estoy enamorado de ella. Ella no tiene la culpa de que no me gustes.
— Ella jamás estará a tu altura ¿no lo ves? Ni siquiera le importas.
— Eso no lo sabes, pero yo sí, ella me ama igual como lo hago y ahora vete, no quiero que vuelvas a mi casa y dile a tu amiga la periodista que su trabajo termino. Que haga un estúpido artículo de que nuestra relación termino y listo.
— El director no estará de acuerdo con esto – dice gritando
— Mi contrato acabo hace veinticuatro horas, ahora me importa una mierda lo que diga.
La dejo sola y corro hasta mi auto, solo teniendo en mente un lugar.
Amy
Estoy en mi oficina cuando me llega un mensaje de Isidora, no entiendo lo que quiere decir y lo ignoro.
*lo siento, pero sé que me amaras más.
Minutos después escucho todo el ajetreo del periódico local, mi teléfono suena y respondo:
— Hola, ¿Qué está pasando ahí afuera? – le pregunto a mi asistente
— Amy tienes que venir a la entrada, hay un hombre desesperado por entrar hablar contigo, no tiene una cita programada por lo que no puedo dejarlo entrar.
— ¿Quién es? – pregunto esperanzada.
— Es... – dice guardando silencio – señor, ¿Cuál es su nombre? – dice con una sonrisa en su voz
— ¿es una broma – dice una voz que conozco muy bien – ¿no sabes quién soy?
— No estoy para elevar egos, ¿Cómo se llama? O le pediré a seguridad que lo saque de aquí.
— Michael – escucho que dice y mi corazón se detiene por completo
— ¿Michael cuánto? – dice mi asistente y suelto una risa
— Michael Cavill, Amy sabe quién soy.
— Jefa, Michael Cavill quiere hablar contigo ¿lo conoces? – ella sabe todo sobre nuestra relación, por lo que solo está jugando con él, me quedo en silencio tratando de pensar que es lo que hace aquí.
— No, ella no te conoce, te pediré que te vayas – habla Lina
— ¿Cómo que no me conoce? Está mintiendo, Amy por favor – grita desesperado – Amy, te amo.
Cuelgo el teléfono y decido ir a la entrada del periódico, toda la gente está mirando el caos y grabando con sus teléfonos celulares.
Cuando llego a la entrada veo a Michael rogándole a Lina que lo deje entrar, no me ve cuando me acerco a él.
— Estoy aquí – digo cruzando los brazos en mi pecho – ¿qué quieres?
— Amy – dice acercándose a mi – nena, jodeeeer. Pensé que no ibas a salir.
— ¿Cómo me encontraste?
— Isidora – dice y por fin entiendo su mensaje.
— ¿Qué haces aquí? – pregunto cansada
— Leí tu mensaje – dice mirándome a los ojos – mierda, los he leído todos uno a uno, solo no podía venir antes. Pensé que me odiabas.
— ¿necesitas una amiga? – pregunto confundida
— ¿Qué? No, nena estoy aquí porque he sido un completo idiota, caramelito – dice tomando mi cara entre sus manos – te amo, jodeeer, te amo tanto.
Michael me besa suavemente, empujando su lengua entre mis labios haciéndome abrir mi boca y enredar mi propia lengua con la suya.
Dios como lo extrañaba, soy gelatina entre sus manos, se separa de mi con una sonrisa en los labios y besa mi frente.
La gente a nuestro alrededor comienza a aplaudir y me tapo la cara ante la vergüenza.
— Jefa – dice Lina desde su escritorio – no hay ninguna reunión hoy, no hay nada que hacer. Puedes ir con el actor – dice son una sonrisa.
— ¿O sea que sabes quién soy? – le pregunta Michael
— Por supuesto que si bombón, todos aquí saben quién eres. Solo no te lo iba a dejar tan fácil.
Michael niega con la cabeza y sonríe, toma mi mano y se la lleva a los labios.
— ¿podemos salir de aquí? – me pregunta esperanzado – hay mucho que quiero decir aún.
— Vámonos, antes de hablar hay algo que necesito hacer – digo susurrándole en el oído – te necesito dentro de mí, te hare rogar por mí.
Tomo su mano y corro afuera escuchando las carcajadas de Michael a mi espalda.