Michael
Cuando llego al set de grabación veo a mi asistente frente al computador.
— buenos días, Sara — digo mientras me acomodo a su lado y le entrego un café.
— se supone que debería ser yo quien le trajera el café señor Cavill — dice con una sonrisa — gracias, buenos días.
— sabes que eres como una madre para mí, jamás te pediría que fueras por café.
Sara ha sido mi asistente desde que comencé en el mundo del cine, ella es la persona en la que más confió. Mis padres murieron en un accidente cuando yo tenía dieciocho años, Sara era la mano derecha de mi padre, un hombre de negocios. Ella me apoyo y durante mis peores años y estoy muy agradecido de ella.
— ¿alguna novedad? — pregunto mirando la pantalla del computador.
— Ninguna, solo correos de fans, aunque me preocupa uno en especial — dice dudosa
— ¿Por qué? ¿son amenazas de muerte? — digo riendo
— No lo sé, no los he leído. Sabes que llegan millones diarios y no puedo leerlas todas. Pero estas no llegan al spam como el resto.
— ¿Y eso? — pregunto mientras giro la pantalla y me enseña el correo.
Miro el remitente y una carcajada sale de mi al leer el nombre sensualAmy26. Esto si es interesante, mientras leo su mensaje no puedo borrar la sonrisa de mi cara, guau realmente me odia. Pensé que sería una carta de amor o alguna proposición sexual.
— Quiero que averigües todo lo relacionado con la dueña de ese mensaje.
— ¿Por qué? Jamás te he visto tan interesado en una fan.
— Es por que esta no es una fan, al menos por ahora.
Sara se pone manos a la obra mientras yo me dirijo al set de grabación, ahí todo el mundo está preparado para grabar las nuevas escenas de la película de superhéroes en la que estamos trabajando.
Cuando termino de grabar Sara se acerca a mí con su agenda en mano.
— Mañana tienes algunas entrevistas para hablar sobre la nueva película, te enviare toda la información a tu correo.
— Gracias, ¿lograste encontrar algo sobre la chica del correo?
— Si, fue bastante fácil. Es Amy Miller una periodista de la revista de chismes más famosa del país.
— Así que una pequeña periodista — digo sonriendo
— ¿Qué piensas hacer?
— Yo nada, tú lo harás.
— ¿yo, por qué?
— Por qué eres mi asistente y mañana tengo un día muy ocupado tu misma lo has dicho hace unos instantes.
— Está bien, ¿Qué debo hacer?
Le explico mi brillante plan y ella acepta la tarea que le encargo de malas ganas. Beso su mejilla y me voy a casa. Mañana será un gran día.
Amy
Cuando llego al trabajo la recepcionista me avisa que tengo una visita en mi oficina, trato de recordar si tenía alguna cita hoy y no logro recordar ninguna.
Entro a mi oficina veo una mujer de al menos unos cincuenta años sentada en el sofá.
— buenos días — dice mientras se pone de pie.
— buenos días, ¿en qué puedo ayudarla? ¿teníamos una cita?
— No, disculpa por venir sin pedir una. Pero quería hablar contigo sobre algo importante.
— ¿nos conocemos? — digo mientras me siento en mi escritorio y le pido que se siente.
— No, soy Sara Williams. La asistente de Michael Cavill
Cuando dice el nombre de Michael comienzo a sudar frio, mi boca cae ligeramente abierta mientras pienso en que decir.
— No tienes que decir nada, imagino que no te esperabas mi visita. Ayer el señor Cavill leyó tu correo electrónico.
— Lo siento mucho, no sé de qué me está hablando — digo tratando de hacerme la tonta.
— Pues creo que es bastante fácil — dice entregándome una copia del correo que le envié ayer.
— Eres Amy Miller, no hay muchas en este país y menos que trabajen en una revista tan importante.
— Lo siento, fui una estúpida prometo no volver hacerlo.
— Amy entre tú y yo sabemos que eso no pasara, en lo que vas del mes le has enviado al menos unos veinte correos y solo estamos en la primera semana de julio.
— No sé qué me pasa en verdad, es algo que no puedo evitar.
— El señor Cavill quiere tener una cita contigo.
— ¿Conmigo? No, por supuesto que no.
— Si no aceptas pondrá una denuncia por acoso.
— ¿Qué? ¿está loco? Miles de personas le envían correos diarios, porque solo a mí me va a denunciar.
— Yo no interfiero en las decisiones de mi jefe señorita Miller, solo entrego mensajes – dice poniéndose de pie — le daré el suyo al señor Cavill, que tengas una buena tarde.
Antes de irse deja una tarjeta en mi escritorio y se da media vuelta, Sara sale de mi oficina y es cosa de segundos para que mi querida jefe entre por la puerta de mi oficina.
— ¿Qué hacia la asistente de Michael Cavill en tu oficina? No me digas que por fin lo vas a entrevistar — dice con una sonrisa.
— Por supuesto que no.
— ¿entonces?
Si le digo la verdad va a estar furiosa, pero tampoco puedo mentirme me conoce muy bien.
— Somos amigas desde hace años Amy, sé que algo me estas ocultando.
— En estos momentos somos jefa y empleada — digo tratando de sonreír.
— No me vengas con estupideces, ¿Qué está pasando contigo?
— Nada, juro que no está pasando nada.
— ¿Crees que soy estúpida? ¿Crees que no sé qué le envías correos de odio a Michael?
— ¿Qué? ¿cómo es que? — trato de decir y me interrumpe.
— Las ultimas veinte veces le has enviado correos con tu cuenta personal, que graciosamente está vinculada a la mía — dice mostrándome su teléfono.
— Noooo, no puede ser por eso me encontró — digo mientras agarro mi cabeza en mis manos. — ¿Por qué no me lo dijiste?
— Por qué tu no querías que yo supiera o me hubieses contado esto mucho antes.
— Quiere una cita conmigo — digo resignada — si no acepto me demandara.
— ¿Sabes que eso no puede pasar verdad?
— Por supuesto que no, jamás tendría una cita con él y menos sabiendo lo que le pasa a mi cuerpo con solo verlo.
— No me refería a eso tonta, me refiero a la denuncia, si eso ocurre te van a despedir. Él mandamás no te querrá aquí.
— ¿Entonces que esperas que haga? ¿Que vaya a la cita con él?
— Como tú jefa te diría que esta sería la mayor oportunidad de tu carrera, como tú amiga te diría que aproveches y de una vez te quites las ganas que le tienes. Quizás acostándote con Michael mejore tu problema sexual. — dice con una sonrisa.
Pienso en lo que dice, podría tener razón. Una cita con Michael Cavill podría ser lo que necesito para impulsar mi carrera de periodista. Pero ¿Estaré dispuesta arriesgarme a ser descubierta? ¿Podre ser capaz de resistir las ganas que le tengo y saber comportarme?
Tomo la tarjeta que Sara dejo en mi escritorio y la giro entre mis dedos pensando en que debo hacer, miro el nombre de Michael Cavill en ella mientras mi querida amiga no deja de mirarme.
— Es tu decisión, pero piensa bien lo que quieres.
— Lo sé, Isi. Pero están difícil tomar una decisión cuando hay tanto en juego.
— Solo será una cita, si no te sientes cómoda te paras y te vas. Habrás cumplido y él ya no podrá denunciarte.
— Tienes razón — tomo el teléfono y marco su número de teléfono.
Suena dos veces y me contesta con su voz sexy, mis bragas se humedecen inmediatamente. Este hombre tiene un efecto increíble en mi cuerpo.
— ¿hola? — dice — Amy ¿eres tú?