Grandes ideas abundaban la cabeza del menor. Y esta era una de ellas, el mismo se provocaría un accidente para poder llevar un justificante a la escuela y quedar mas tiempo contigo, claro, no se podía cortar la mano y llegar a fracturarse lo veía fuera de sus limites.
Cuando vio que la pequeña olla con agua ya estaba hirviendo, la tomo con su mano izquierda y la puso en la encimera para después alzarla y verter un considerable cantidad sobre su mano dominante, la derecha.
Un grito proveniente de los labios de Naoto te puso alerta, corriste hacia la cocina de donde habías escuchado el grito, viendo como Naoto tomaba su mano derecha con fuerza, te fijaste que tenia una quemadura en la parte de la muñeca.
La zona afectada estaba roja, era una clara quemadura, lo viste a el como por sus mejillas corrían lagrimas y su rostro reflejaba miedo y preocupación.
— _____, duele — dice bajo el menor
— ¿Como te hiciste esto? Ven, primero vamos a tratar tu mano — dijiste llevándolo contigo al baño
Abriendo el grifo del lavabo haciendo que saliera agua fría para refrescar la herida, ya sabias como hacer esto, ya que mas de una vez te toco quemarte.
Viste a Naoto, sus ojos estaban llorosos y sus labios temblaban, limpiaste sus lagrimas con los pulgares para después dejar un beso en su frente.
— Ya pasara el dolor, sigue remojando tu muñeca, iré por unas vendas.
Dijiste caminando a tu cuarto buscando vendas para la mano de Naoto, mientras tanto el menor en el baño, ese rostro de miedo y preocupación cambio a uno de enojo.
No pensaba que ardiera tanto, y ahora se maldecía a si mismo por el gran dolor que tenia que soportar.
Cuando volviste, hiciste que sacar su mano del agua fría para después secara delicadamente y no lastimar tanto su zona afectada.
Tomaste la venda que previamente ya tenias humedecida para empezar a vendar la zona afectada.
— Si te duele avísame ¿okey? — le menor asintió como respuesta.
— _____... — rápido te detuviste pensando que lo habías lastimado — Sigue, no me lastimaste, solo que... no creo poder ir a la escuela así...
— Creo que tienes razón, iremos mañana a la escuela ¿si? ahora mismo no te preocupes por eso, tu salud es mas importante — respondiste suave
Ese tono suave y dulce que tomabas con el, hacia que Naoto se obsesionara aun mas contigo.
Cuando terminaste de vendarlo, y después colocarlo encima una férula de brazo completo, Naoto se veía mas tranquilo.
— Naoto, ¿como te paso esto? — preguntas con preocupación.
— Yo... — Naoto tenia que inventar una excusa y rápido — Quería, prepararte un té, has sido muy buena conmigo que yo también quería hacer algo por ti...
— Naoto... — murmuraste su nombre para después acariciar su cabello, no ibas a regañarle — Eso es muy lindo de tu parte, pero debiste hablarme, pudimos preparar algo los dos juntos...
— Si... lo siento...
— Esta bien, no fue tu culpa — dijiste con una sonrisa — Solo fue un accidente, y por la escuela no te preocupes, mañana iré a poner un permiso en tu escuela, y de paso te traeré la tarea...
— ¿No.. puedes quedarte conmigo? — pregunta Naoto.
Si en un dado caso te fueras a la escuela su plan no hubiera tenido sentido, ya que aun así no te vería todo el día como el quisiera.
— Puedo estar unos días en casa ¿si? pero toda la semana no...
— Bien... — no era lo que buscaba pero estaba conforme.
— ¿Quieres ver algo para distraerte? — le preguntas con una sonrisa...
Le gustaba la forma en la que lo cuidabas, en la que le prestabas atención, y en la que ponías sus decisiones como prioridad.
Cómo lo ponías a él como prioridad.