Cielo.
― Hola ― Dije algo miedosa.
― Hola soy Denise, ¿Cómo andas? Te llamaba porque la otra vez atendí este número, no pude devolverte antes el llamado, ¿Quién habla?
― Eh, yo... ― Miré a Mateo y asintió mientras entrábamos a casa y me sentaba en el sillón, él se sentó a mi lado pasando su brazo por mis hombros ― Soy hermana de Irene Flores, mi tía es Silvina, soy Eva.
― ¿Eva? ¿La hermanastra de Ire, mi alumna, decís? ― Preguntó.
― Si, si, yo sé que no puedo hablar con ella pero la extraño muchísimo, son cinco minutos, yo la espero, por favor se lo pido ― Dije casi llorando.
― Eh, mirá, justo Irene está por salir de educación física, espérame diez minutos y cuando te vuelva a llamar seguro va a ser ella, ¿Si? Déjame ver que puedo hacer.
― Gracias Denise, muchas gracias en serio ― Dije llorando de la felicidad.
― No es nada, lo que sea por ver feliz otra vez a Irene.
Me cortó y miré a Mateo.
― Voy a hablar con mi hermana, Palacios ― Dije y me abrazó fuerte.
― ¿Viste mi amor que a vos también te pasan cosas buenas?
Estuvimos abrazados un largo rato, esos diez minutos fueron los más largos de mi vida. Hasta que el celular volvió a sonar al fin.
Miré a Mateo, me dió un beso casto en los labios ― Vos podes.
Asentí y atendí, suspiré ― ¿Hola?
― ¿Evi? ― La voz de mi hermanita se escuchó del otro y sentí como se me sacaba un peso de encima.
― Ire, soy yo ― Dije sollozando y Mateo me atrajo a su pecho mientras yo seguía hablando.
― ¡Evi! ¡Es Eva, es mi hermana! ¡Evi! ― Dijo entusiasmada y reí entre lágrimas.
― Hola Ire, ¿Cómo estás?
― Bien, pero te extraño a vos, a papá y a Lu ― Dijo haciendo referencia a mi familia y bajé la mirada ― ¿Dónde estás? Mamá me dijo que no estás en Córdoba.
― No Ire, estoy viviendo en Buenos Aires desde hace unos meses ― Dije acariciando el brazo de Mateo ― Posta no sabes todo lo que tengo para contarte.
― ¿Buenos Aires, en serio? Fa, ¿Cuando me vas a llevar o a venir a visitarme? Te extraño Evi ― Dijo con la voz quebrada, las dos llorabamos al teléfono.
― No llores linda, escúchame, por favor ― Dije secandome las lágrimas ― Eh, ¿Vos no tenés celular?
― Si, si, mamá me regaló uno hace un año, te hubiera dicho pero ella no me deja hablar con vos ― Dijo apenada.
― Son cosas de grandes Ire, no le des bola, pero necesito que guardes este número, o vos me des el tuyo y nos comunicamos, pero tu mamá no puede saber nada, por ahora.
― Bueno, está bien, yo ahora le digo a Denise que me lo anote, pero te quiero contar algo antes ― Dije feliz otra vez, seguro andaba saltando por ahí, mil veces peleamos porque gritaba y saltaba arriba de mi cama.
― Ah mira, ¿Y que me querés contar? ― Dije Sonriendo.
― Me... me gusta un chico, de mi curso y bueno, eso, es la primera vez, no sé ― Dijo bajito y reí, puse el altavoz.
― Mírala a ella, ya estás grande, bueno, yo también te tengo que contar algo ― Miré a Mateo ― A mi también me gusta un chico, estamos de novios hace rato ya, y está acá conmigo, está escuchando.
― ¿En serio? ¡Hola! ¿Cómo te llamas? ― Dijo efusiva y Mateo rió.
― Hola Irene, soy Mateo, ¿Cómo andas?
― Re bien, ¿Ustedes entonces son novios?
Reí ― Ay, Irene, no seas tan directa ― Dije yo riendo.
― No pasa nada, y si, por ahora tu hermana me aguanta y con Cielo estamos juntos, si ― Dijo Mateo entrelazando su mano con la mía.
― Cielo no, Evi o Eva, así le digo yo.
― ¿Sabías que yo también le digo Eva? Tenemos mucho en común Ire, además de que yo tengo un hermanito de tu edad más o menos.
― ¿En serio? ¿Entonces los voy a ir a visitar? ― Preguntó.
― Eh, no Ire ― Respondí yo ― Por ahora no, no nos apuremos, déjame que me organice y te digo queres, pero vamos a seguir hablando Ire, te lo juro.
― Obvio, además después vamos a tener más tiempo para hacer videollamada y esas cosas, yo quiero conocer a mi cuñado ― Dijo y reí.
― Bueno, dale, después yo te hablo, pro favor cuídate mucho y que esto por ahora quede en un secreto, deja que yo después hablo con tu mamá.
― Si, si obvio, pero prométeme que me vas a venir a ver, o voy a ir yo, te necesito Evi, me aburro en lo de mamá y también quiero ver a mi papá.
Mordí mi labio nerviosa ― Ya sé Irenita, eso lo vemos después, ¿Si? Te quiero mucho hermanita.
― Yo a vos te quiero más, nos vemos, ¡Y a vos también Mateo, chau! ― Dijo despidiéndose y cortó.
Las lágrimas de la emoción caían por mis mejillas.
― ¿Por qué lloras amor? ― Me dijo Mateo riendo apenas y dejando un beso en mi pelo ― Ire está bien, es una genia esa nena.
― ¿Viste lo que es? Es un aparato, como me agotaba la paciencia antes, no sabía lo que tenía ― Murmuré.
― Si sabias, es como vos le dijiste a ella, son cosas de grandes amor, vos no tenes nada que ver en lo que su mamá haya decidido por cosas que pasaron lejanas a ella.
― Ya sé, pero ― Sorbí mi nariz ― Me parte el alma escucharla y no poder... estar ahí con ella, abrazarla, le gusta un nene de su salón y no estoy ahí para aconsejarla, para ver que ese pendejito puberto la trate bien, me estoy perdiendo un montón se cosas.
― No pienses en eso eu, pensá que, pudiste hablar con ella y que te extraña también, que no era como vos decías y no está enojada con vos, es re simpática ― Dijo riendo apenas y sacándome algunos pelos de la cara.
Sonreí ― Si, le caíste re bien encima.
― Es que yo siempre caigo bien ― Se agrandó y rodé los ojos.
― Bue, para, ¿Quién sos? ― Me mordí el labio y le hice montoncito.
De un movimiento rápido me dejó acostada en el sillón, él encima mio sonriendo ― Tu novio, ¿Por?
― Me gusta cuando lo decís vos ― Dije un poco colorada y rió empezando a dejar besos en mi mandíbula ― Mateo...
― Si, ya sé perdón ― Dijo apenado y negué.
― Perdón nada ― Lo agarré del cuello de la remera tirandolo hacia mí para besarlo y delinear sus labios con mi lengua.
Mateo.
.
Cielo se separó por un segundo, nunca me había besado así. Rió bajito y se paró yendo por el pasillo y sacándose la remera mirándome.
Bueno, me excité ah re virgen. Obviamente la seguí porque seré un virgen pero no un pelotudo, aprendan.
La alcancé y la alcé besándola con más intensidad de como había hecho ella antes, entré a su cuarto, pasó sus uñas por mi espalda bajó mi remera pero saqué sus manos de mi cuerpo sonriendo, me miró con el ceño fruncido.
La dejé en la cama despacio y quedé arrodillado frente a ella, sonreí, comencé a dejar besos desde sus rodillas hasta el borde su short, Cielo acariciaba mi cuello mientras acariciaba sus caderas por encima de la tela.
La miré por un segundo antes de desprender su short, me temblaban las manos, Cielo era muy importante para mí y no quería arruinarlo.
Se sentó bien al borde de la cama entrelazando nuestras manos, y dejando un beso en cada una de las mías.
― ¿Qué pasa? ― Murmuró poniendo sus manos en mis hombros.
― No quiero que sea algo así nomás supongo ― Me relamí los labios ― Me gustaría que sea especial.
― Con vos todo es especial Mateo ― Me miró a los ojos sonriendo ― ¿Vos querés esto? ― Preguntó.
― Obvio ― Dije al instante ― Quiero todo con vos.
Asintió ― Bueno, entonces confía en mi ― Me senté a su lado en la cama y me tiró suavemente por los hombros de espaldas a la misma, sacó mi remera de la escena y pasó sus brazos por mis hombros besándome.
Sentí sus caricias por mi pecho y mis manos bajaron otra vez a su short sacándolo al fin, mis dedos delinearon su silueta mientras ella besaba mi cuello.
El temblor en las manos de Cielo a estas alturas era normal, pero si antes lo pasaba por alto, ahora mucho más, no le prestaba más atención que a ella, a como se acomodaba el pelo para un sólo lado dándome lugar a besarle el cuello, a disfrutar de su perfume o sentir sus dedos en mi pelo.
Se enderezó y rió apenas nerviosa, yo negué mordiéndome el labio ― Sos arte Eva ― Murmuré mirandola los ojos y se desabrochó el corpiño mientras yo me sentaba abrazándola por la cintura ― Sos más de lo que jamás creí merecer.
― Basta que me pongo a llorar ― Dijo y reímos bajito.
Sin darme cuenta, después de unos minutos la tenía ahí, disfrutando del momento, viendo a esa Cielo que pocas veces dejaba salir a la superficie, esa chica segura que algún día fue.
Yo no podía hablar, me tenía hipnotizado básicamente, como se movía, sus facciones cuando cerraba los ojos concentrándose en el placer de los dos.
Pasé mis manos por su cara acariciandola, quería recuperarme un segundo antes de seguir, era la primera vez que teníamos relaciones, que hacíamos el amor se podría decir. Tuve tantas sensaciones juntas, parecía ser mi primera vez de lo nervioso que estaba.
No me quedó un lugar por besar o acariciar, pero quería más, con ella siempre quería más. Fue de las mejores experiencias que tuvimos juntos, jamás creí que alguien a quien conocí gracias a los atrevimiento de Camilo y que después me crucé en una perfumería me haría sentir así.
Al terminar juntó nuestras frentes y jadeamos al mismo tiempo sonriendo, dejé repetidos besos en su cuello mientras nos acostaba en la cama.
― ¿Estás bien? ― Pregunté bajito acariciando su pierna y asintió.
― Míralo nomás, no te tenía tan atrevido ― Opinó y me puse rojo, escuché su risa y bajé dejando besos por su vientre acariciando sus costillas, que varias veces cuando la abrazaba o acariciaba podía notar. Ahora confirmé lo mucho que se le notaban, pero sólo dejé algunas marcas ahí antes de subir besando su piel.
― Me dió sueño ― Dije abrazándola y se acomodó en mi pecho abrazándome.
― Jamás la pasé tan bien ― Confesó y caí en un profundo sueño.
No dormí muy bien por alguna razón, sentía que tenía que estar siempre al pendiente de Cielo, ese era mi deber, asi que no podía dormir tranquilo sin saber que era lo que ella estaba haciendo, me daba miedo.
La sentí moverse pero mi sueño pudo más, creo que quedé abrazado a las sábanas en algún punto, Cielo se había ido y eso afectaba mi tranquilidad, me había acostumbrado a eso, tal vez no estaba bien pero era lo que había elegido, Cielo no puede andar por ahí sola.
Logré abrir los ojos y miré la hora en el reloj de la mesa de luz de Cielo, ocho y media, dormí toda la tarde.
Me paré y me puse el boxer para no andar en bolas por la casa, revisé y Cielo no parecía estar ni en el living ni en la cocina, fuí al baño porque quería mear y me extrañé que la luz estuviera prendida con la puerta abierta.
Caminé hasta esta y vi algo que no me gustó.
― ¿Cielo que mierda estas haciendo? ― Se dió vuelta asustada ― Amor...
jsjsj me van a matar
como anda la banda todo bien? YA LLEGAMOS A NUEVE MIL LECTURAS MUCHISIMAS GRACIAS
emm me voy a tomar un tiempito, solo una semana, no me siento muy bien tanto física como emocionalmente, no tengo cabeza para escribir, sólo quiero frenar por un tiempo de todo ya que no siento que estoy haciendo las cosas por que me gusten sino pro obligación y no quiero que tengan una mala experiencia con esta historia
también, a estas alturas yo calculaba que Lover Of Mine iba a terminar, pero decidí alargarla un poco así que van a tener algunos capítulos más
sin más, nos vemos, Mar🤍