Meses a tu lado Español

By nataliafelixx

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-Ellie.-Repite con una voz ronca. -Dime.-Es lo único que consigo decir. -No sé tú, pero yo tengo unas ganas l... More

INDICE
Dedicatória
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22

Capítulo 12

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By nataliafelixx

Atención

Este capítulo contiene temas que pueden ser sensibles para algunas personas, como por ejemplo: mención de muerte, enfermedad, abuso psicológico, uso de drogas, por favor se responsable, si crees que tienes alguna sensibilidad con estos temas mencionados anteriormente, no lea.

(3/3)

____________________________________

"Hay muchas cosas
Que me gustaría decirte.
No sé cómo.
Yo dije...
Quizás tú vas a ser
Quien me salva.
Y después de todo
Tú eres mi maravilla."

—Oasis
________________________________

Sven

—¿Por qué estás llorando? —me pregunta—Eres un debilucho, los hombres de verdad no lloran—grita llamando a la puerta

Y como se eso fuera un clic las lágrimas bajan con más fuerza, me siento débil por estar en esta situación, a los pocos segundos escucho un estallido en la habitación y levanto la cabeza lentamente, lo primero que veo son sus zapatos negros, y lo segundo siento un fuerte impacto en mi rostro, de inmediato siento el sabor metálico de la sangre en mi boca.

—Eres lo peor que me ha pasado—dice, golpeándome en la cara de nuevo

—Al menos estamos de acuerdo en eso—digo en un susurro

Bajo la cabeza a modo de que sus golpes entren en contacto más con mi cuerpo que, con mi cara y me odio por eso, me odio por ser todo lo que dice, me odio aún más por no acabar con este sufrimiento como pienso cada vez que me acuesto en la almohada, odio no haber muerto en esa sobredosis, siento mi cuerpo temblar por el dolor, espero que mi padre descargue toda su ira sobre mí a través de su cinturón, o sus golpes, cuando está jadeando, se detiene.

—Eres una rata—dice levantándome la cara con brusquedad—Esto es para que aprendas a no salir sin mi permiso, estás en mi casa y yo estoy a cargo de ti, te he dicho que si quieres irte serás más que bienvenido, te odio desde que me robaste a mi esposa, mataste a Dulce oíste, la mataste —grita y escupe en mi cara

Su aliento huele a alcohol, me escocen los ojos, pero trato de contener las lágrimas, me mira a los ojos por unos segundos y luego suelta mi rostro bruscamente, escucho sus pasos dirigiéndose hacia la salida de mi habitación, cierra la puerta con tanta fuerza que me zumban los oídos, intento levantarme, pero no puedo, siento como me duele el cuerpo por completo.

—Auch—me quejo

Miro la cómoda pequeña que tengo al lado de mi cama y me arrastro hacia ella, abro el cajón de arriba y busco un objeto naranja en forma de cilindro, cuando lo encuentro vacío el contenido en mi mano, miro a las pastillas para dormir y creo que no tiene sentido seguir viviendo, no si siempre es esta tortura, ha pasado mucho tiempo desde que le encontré un sentido a quedarme aquí, me duele mucho vivir quiero descansar estar en paz y quién sabe poder ver a mi madre, quiero estar en sus brazos, miro al techo de mi cuarto y respiro con dificultad.

—Mierda, ¿me rompí una costilla esta vez? —digo, tratando de sentarme en el suelo.

Cuando estoy a punto de ponerme las pastillas en la boca, recuerdo un par de ojos grises, y su sonrisa, no sé por qué, pero extrañamente la cara de Ellie viene a mis pensamientos, pienso en los pequeños momentos que tuvimos juntos y en cómo ella me hacía sentir mejor, como si cuando estoy con ella estuviéramos en un lugar en blanco, donde solo pienso en cosas buenas.

Devuelvo las pastillas a la botella y suspiro con cansancio, me paso la mano por la cara, camino lentamente hacia el baño, me levanto la camisa frente al espejo, veo lo rojo que tengo el estómago y la espalda, y ya sé que mañana habrá una marca morada, me pongo un analgésico en la boca y abro el grifo del lavabo y me acerco bebiendo un poco de agua, salgo del baño, tomo la computadora portátil y me siento en una silla, tratando de ponerme lo más cómodo posible.

Navego un poco por internet, tratando de distraerme, ya que sé que no podré dormir por hoy, tomo el café que Mark me dio, lo bebo mientras me como la dona de canela, me quedo así hasta el amanecer, veo cómo se va aclarando el cielo me siento como la mismísima mierda, porque carajo me lo invente de volver a la escuela justo hoy, me paso la mano por la cara y limpio mis ojos que están sucios, veo como tengo ojeras debajo de mis ojos de no haber dormido, me ducho rápido y busco una ropa que sea cómoda y que no me pellizque los moretones, uso un suéter negro que tiene una calavera en el medio y unos vaqueros oscuros, las zapatillas son blancas, me paso una mano mi cabello, desordenándolo un poco.

Me pongo unos anillos de plata en los dedos, y tomo la mochila tratando de no hacer demasiada presión en mi abdomen, ya que mi cuerpo está todo dolorido por los golpes de ayer, miro hacia la puerta del dormitorio de mi padre y está cerrada, aprovecho para bajar rápidamente antes de que se levante para ir a trabajar, sí es que trabaja ya que pasa más tiempo borracho que sobrio, veo como la televisión está en el piso otra vez la diferencia es que esta vez la pantalla está rota, camino hacia mi carro, una vez me subo me siento bruscamente en el asiento y me quejo mentalmente de haber olvidado lo jodido que está mi cuerpo.

—Estúpido—pienso

Conduzco hacia la escuela, que no está tan lejos de donde vivo, diez minutos después estaciono el auto, y como si hubiéramos quedado, veo el auto de Tom estacionarse a mi lado, mientras me mira incrédulo, intento sonreírle, pero me rindo cuando siento que me duele la mandíbula inferior.

—¿En serio tío? —dice dudoso—No puedo creer que estés aquí, y todo por una chica—responde y mueve las cejas divertido

—No estoy aquí por nadie y menos por una chica

—Cómo no, y esa belleza de ojos azules

Lo miro con cara de pocos amigos, y veo como sonríe con picardía.

—Sí, ella estaba muy buena, y aquel bikin

—Cállate gilipollas —digo y le doy un empujón en modo de broma

—Deberías haber visto tu cara—dice el bastardo sonriendo.

—En realidad, deberíamos hablar de ti con aquel ridículo vestido —digo sonriendo y él me da un empujón.

—Estaba bromeando idiota—dice Tom gruñón.

Caminamos hacia el patio, y veo como unas miradas se dirigen hacia mí, no sé si me miran por el niño que desapareció hace siglos de la escuela o, por el niño con el padre alcohólico que todos conocen, estábamos prácticamente al final del patio apoyados contra una pared, recuerde que tengo que hablar con la señora Jones sobre mi inscripción, Tom parece haberse tragado una radio ya que no deja de hablar ni un segundo, y me siento mal por no hacerle caso, recuerdo el cigarrillo que me regalo Matthew palpo mi bolsillo veo que está conmigo  y suspiro de aliviado.

Siento como me suda el cuerpo pidiendo un poco de humo, me quito la capucha y me pongo unos auriculares ya que mi amigo parece entender que no tengo ganas de hablar, siento una extraña sensación como si me estuvieran observando, trato de no prestar atención ya que me han estado observando desde que llegué, pero me siento un poco incómodo cuando me doy cuenta de que me miran fijamente, levanto la cabeza y miro en la dirección en la que me están mirando, siento que mi corazón se acelera, como si fuera un chiquillo.

Veo como aparta la mirada avergonzada de haber sido atrapada, sonrío y me pregunto si me recuerda de la fiesta o cuando éramos niños, aunque le gustaba ese idiota de Matthew, la sigo viendo se ve hermosa usa ropa cómoda, usa un suéter beige con rayas color caramelo que daría dos de ella por dentro, usa pantalones que modelan a sus piernas, su rostro se ve fresco y natural ella es la chica más hermosa que mis ojos pueden contemplar.

Pasan unos minutos en que la miro sin vergüenza, y creo que no me cansaría de mirarla, siento como si no la hubiera visto en mucho tiempo, cuando en realidad nos vimos hace unos días, me siento raro a lo mejor estoy enfermo y no lo sé, ella me mira de nuevo, y solo para molestarla pongo mi mano en la comisura de mi boca como si me estuviera limpiando la saliva, le doy una sonrisa burlona, ella pone los ojos en blanco y se cruza de brazos, veo como habla cualquier cosa con su amigo y me siento victorioso.

Suena el timbre ordenándonos entrar a las aulas, ya que tengo que hablar de mi inscripción y sacar mis horarios, me despido de Tom, camino hacia la coordinación, pero me detengo a descansar un poco ya que me duele la espalda, siento que necesito fumar como si mi vida dependiera de ello.

Llego a la coordinación y me enfrento a la señora Jones quien me pidió que esperara unos minutos ya que ella está en una llamada, miro a mi alrededor y tremenda sorpresa que tengo cuando veo a una chica distraída mirando las fotos de los jugadores, ni siquiera necesito gire para saber quién es, creo que la reconocería incluso disfrazada.

—Vaya que intenso soy—pienso y pongo los ojos en blanco

—Sven—dice la señora Jones trayéndome a la realidad

—Señora Jones

—Me alegro de verte aquí de nuevo—dice emocionada y me da un abrazo.

Siento como un grito quiere salir de mi boca, a cambio salen pequeños quejidos de dolor, ella parece darse cuenta y rápidamente se disculpa, deshaciéndose del abrazo.

—¿Quieres tu horario, cielo? —dice, yendo a la parte trasera de su oficina, escribe algunas cosas en su computadora y en unos segundos escucho el ruido de la impresora—Aquí está tu horario, hijo—dice, mostrando el papel—Tu primera clase es filosofía

—En serio—me quejo

—Sra. Jones—nos interrumpe una voz dulce y tranquila—Lo siento, me distrae mirando los trofeos— habla y veo como sus mejillas se ponen rojas

—No pasa nada—dice la Sra. Jones —Le estaba mostrando el horario a este hombrecito—dice

Y espero que ella mire en mi dirección.

Lentamente levanta la cabeza haciéndome sentir un poco nervioso y ansioso, confieso que no sé qué pasa cuando estoy cerca de ella, no es que me muera de amor por ella ya que hace mucho tiempo que no se nada de ella, de hecho, me caía bien, pero eso fue hace mucho tiempo, fue un enamoramiento estúpido, ¿no? además es obvio que no es mi tipo, finalmente la descarada termina su recorrido y me mira directo a los ojos.

Siento como se ella estuviera mirando a más allá de mis ojos, como si tuviéramos una conexión, la miro con la misma intensidad hasta que escucho como la señora Jones le pregunta algo a Ellie devolviéndome a la realidad

—Señorita Payet, ¿se siente bien?

— Oye, ¿qué dijiste? —pregunta tartamudeando y veo como se sonroja, y dejo escapar una carcajada.

—Patética

—¿Excusa? ¿Qué dijiste? —pregunta enojada

—Y sorda para colmo—digo enojado y pongo los ojos en blanco.

—Sven hijo, ¿dónde están tus modales? —dice la Sra. Jones—La señorita Payet es un ejemplo de estudiante, exijo respeto hacia tus compañeros.

—Argh—suspiro y agarro mi horario—Me largo

—No tan rápido—dice la señorita perfecta enojada, y se para frente a mí—Discúlpate—dice cruzando los brazos.

Y la maldigo por estar tan cerca, siento su olor viajar hacia mí, es un aroma dulce no se si es porque ella que lo usa, pero no es un dulce asfixiante es dulce en la medida justa como la dueña

—Mierda lo que me está pasando hoy—pienso.

—¿Cuántos años tienes? ¿cinco? —digo poniendo los ojos en blanco—Mira niña, no tengo tiempo para tus berrinches y crisis existenciales por favor encuentra a alguien más a quien molestar voy a hacer algo que realmente importa—respondo y doy la espalda y empiezo a caminar hacia la salida

—Sven la señorita Payet podría mostrarle las instalaciones de la escuela—dice la Sra. Jones.

Y automáticamente la miro y pongo los ojos en blanco, es que no puede ver lo molesta que es, se veía mejor borracha.

—Yo—dice casi gritando—Lamentablemente tengo que dejar pasar esta gran oferta señora Jones, tengo clase ahora mismo—dice con sarcasmo y mira hacia atrás, gira en mi dirección, y con una falsa sonrisa—Fue un placer conocerlo Sven—dice con la boca prácticamente cerrada—Espero que disfrute de nuestra escuela, sea bienvenido.

Concluyo y me parece graciosa su reacción, si no tuviera tantas ganas de fumar, me encantaría cabrearla un poco más, ella extiende su mano a modo de saludo y se queda extendida por unos segundos, me debato si darle la mano o no, ya que me siento extremadamente nervioso frente a ella, cuando ve mi retraso, piensa que no le voy a saludar, empieza a bajar el brazo, cuando ya está casi al lado de su cuerpo, le tomo la mano.

Siento que mi mano es casi dos de las suyas, su mano es pequeña y frágil, su toque es cálido y delicado, siento una sensación de calidez y familiaridad, veo como me mira y me doy cuenta de que sea lo que sea ella lo sintió también, rápidamente soltamos nuestras manos y nos miramos un poco incómodos.

—Eh... bueno, gracias, señora Jones, nos vemos—digo ignorando a Ellie y salgo de la oficina.

—De nada Sven—dice Ellie sarcásticamente

Sigo mi camino, siento que respiro con un poco de dificultad por los golpes de mi padre, de hecho, no sé qué me duele más si sus golpes o sus palabras duras, ¡¿solo quería que se sintiera orgulloso y me amara al final soy su hijo no?! Obviamente no soy perfecto, pero ¿quién lo es?

Meto a la mano en el bolsillo mientras camino y pienso en la probabilidad de que vaya a ver una clase de literatura.

—Ninguna—dice la molesta voz en mi cabeza.

Empiezo a preguntarme qué diablos estoy haciendo aquí, decido ir a mi lugar favorito y secreto, ya que técnicamente está prohibido subir allí, especialmente si mi horario dice que no tengo clases aquí, pero como nunca he sido muy bueno siguiendo las reglas, me acerco con cuidado al talleres de actividades, y observo de ambos lados para ver si viene alguien, cuando veo que el camino está despejado le doy un pequeño empujón a la puerta, la cual se abre sin mucha dificultad y entro en una habitación totalmente a oscuras, miro hacia donde se escapan pequeños puntos de luz y sé que debe ser la ventana, mis fosas nasales son atacadas por un aroma exquisito, que para mí es mucho mejor que un perfume caro o un libro nuevo, son de tintas frescas.

Enciendo la linterna de mi teléfono y veo que estoy rodeado de lienzos recién pintados, me acerco a uno que tiene un degradado de color que va del azul claro al azul oscuro y termina en un tono oscuro que se parece el negro, retrata un cielo estrellado, no sé cómo, pero mirar el cielo al atardecer tiene una magia que no puedo describirlo es como si fuera una poesía pintada, quizás un poeta sería capaz de describir con tanta grandeza los sentimientos o la sensación que sentimos cuando miramos las estrellas, me siento y recuerdo el ultimo lienzo que hice de mi madre, el cuadro se ve divino.

Sigo mi camino y subo por una antigua escalera de emergencia, desde lo alto tengo una vista privilegiada de la ciudad, pero, esto no es lo que me encanta mirar aquí arriba, doy la vuelta y me siento casi al final del techo, cierro los ojos cuando siento el viento frío de invierno golpeando mi cara, cuando abro los ojos veo un gran lago de agua verdosa, los árboles a su alrededor contemplan la belleza del río, en este punto sus hojas están todas en el suelo, dejando solo las ramas secas, y escondido entre los árboles se puede ver el tímido sol.

Me pongo los auriculares y pongo una lista de reproducción de rock, han pasado unas horas, desde que llegue pero me parece que solo han sido unos minutos, decido irme ya que el viento es más fuerte aquí arriba, bajo las escaleras y veo cómo hay mucha gente por los pasillos, me doy cuenta de que es la hora del descanso.

Me dirijo hacia la cafetería para tomar una bebida para calentarme un poco, cuando estoy a unos metros de la máquina de bebidas, veo que Ellie también está en pidiendo un trago, sonrío con picardía cuando recuerdo del video que me enviaron temprano, y considerando lo lenta que es, no debe entender por qué toda la escuela la mira con diversión, pero antes de que me acerque a ella se gira sonriendo, dejándome en cortocircuito, no sé qué hace para lucir siempre tan guapa, niego con la cabeza cuando veo que mis pensamientos me traicionan

—Sven—dice trayendo a la realidad.

—Chica de la hoguera—digo divertido—¿Qué? —hablo con recelo cuando veo su sonrisa.

—Nada —dice sonriendo aún más que antes y yo miro hacia otro lado

—¿Va a tardar mucho? —pregunto cuando la veo distraída

—Sí... no—responde, poniendo las monedas en la máquina.

—¿Malteada, en serio?  —digo para molestarla, ya que sé que ha sido su bebida favorita desde que era una niña.

—¡¿Qué?! —habla a la defensiva—La malta es la mejor bebida—dice cruzando los brazos.

—Sí, por supuesto—digo poniendo los ojos en blanco

Estuvimos un rato en silencio esperando que la máquina terminara de preparar su bebida

—Es...entonces, ¿cómo estuvo tu día? —pregunta curiosa

Y la miro sin entender ya que claramente no recuerda que me conoce, está bien que la primera vez que nos vimos era una niña, y la segunda estaba tan borracha que dudo que sea capaz de decir su propio nombre, y debido a mi historia con ella, no quiero que mi cabeza cree expectativas donde sé que nunca habrá, no quiero una decepción a más, no sé si podría resistir a un corazón roto.

—No —digo bruscamente, y automáticamente me arrepiento de haberle hablado así.

—¿No qué? — pregunta confusa

—No hagas esa maldita línea de amigos, como si fuéramos conocidos, no quiero y ni siquiera estoy interesado.

—ARGH...  ¿Siempre eres así? —responde enojada

Y me encojo de hombros dándole poca importancia al asunto, meto las manos en el bolsillo del pantalón, esperando que la máquina termine su trago, o terminare congelado porque ya que tengo frio, cuando ve que no voy a decir una palabra, toma su bebida y la pone en una mesa auxiliar, mientras yo pido mi bebida.

—Café—habla divertida—Qué predecible señor Sven

—¿Qué? —digo enojado—El café es la mejor bebida—imito sus palabras—Es bebida para gente inteligente, las bebidas infantiles son bebidas azucaradas—respondo y pienso en una forma de molestarla aún más—Tipo malteado—digo con una sonrisa maliciosa

Ella me da la espalda y comienza a caminar en la dirección que asumo están sus amigos,tomo mi trago y tomo un pequeño sorbo de la bebida caliente, sigo con la mirada a la dueña de la voz más irritante que he conocido, veo como mira a sus amigos, y ellos la miran con preocupación.

Veo como ella frunce el ceño al mirarlos, tomo otro sorbo de mi café, que es amargo ya que no le agrego azúcar, después de mirar a mi antiguo amor platónico, decido ir a un lugar más tranquilo ya que mi cuerpo pide un descanso, decido ir al campo ya que probablemente no habrá nadie allí, y puedo fumar en paz.

Meto las manos en los bolsillos buscando el encendedor y el paquete de cigarrillos, cuando el cigarro que me había regalado Matthew el otro día se cae al piso, lo miro, pienso que de nada sirve estar sobrio si nada de lo que hago funciona, siento como mi vida se desmorona todos los días, miro a mi alrededor y no entiendo que hago aquí recuerdo cada noche cuando llego a casa, cada golpe.

Odio sentirme débil, tal vez soy todas esas palabras que tanto dice mi padre, tal vez soy una escoria, no sé por qué peleo tanto si al final de todo siempre vuelvo a esta mierda de adicción, quisiera ser fuerte pero soy débil, enciendo el cigarro y siento como desaparecen los dolores de mi cuerpo, ya me siento más ligero como si no estuviera aquí, como si no estuviera en este cuerpo inútil.

Cierro los ojos por un momento y trato de relajarme, siento el sol calentar mi piel, al son de Boulevard of Broken Dreams, de Green Day, cuando de repente todo se vuelve oscuridad y si no fuera por ese perfume que me atormenta desde el día que la reencontré en la fiesta, estaría pateando a esta persona frente a mí, odio cómo me aferro a ella como si fuera mi maldita ancla, abro los ojos y me encuentro con estos ojos azules, no sé si ella tiene idea de lo cuánto ella me fascina, y no es porque tenga cuerpazo ya que es delgada, y mucho menos porque es la más inteligente.

—Quítate del camino—digo con una voz ligeramente ronca.

—Apestas a cigarrillos—dice haciendo una mueca

—Nadie te preguntó niña de la hoguera—respondo con una sonrisa traviesa.

—Ese título no se aplica a ti—dice, cruzando los brazos.

—¿Por qué no? —pregunto curioso

—¿No es obvio? —responde y pone los ojos en blanco— No hagas esa mierda de línea de amigos, como si fuéramos conocidos, no quiero y ni siquiera me interesa—dice imitando mis palabras.

—Touché—digo con una amplia sonrisa.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, y aprovecho para detallarla ya que nunca he estado tan cerca de ella, noto que cada vez que estamos en silencio trata de llenar con alguna pregunta, me pregunto en cuantos minutos me bombardeará con sus palabras, confieso que, si hubiera sido otra, ya la habría mandado al quinto de los infiernos, no entiendo por qué aún no le he dicho que se calle

—¿De dónde eres? —pregunta curiosa

—¿Por qué asumiste que no soy de aquí? —digo confundido

—Porque si lo fuera así, obviamente, te habría conocido—responde y se coloca un mechón de cabello detrás de la oreja.

—Por supuesto que si—digo incrédulo y pongo los ojos en blanco.

Me pongo el cigarrillo en la boca y miro al cielo, siento como ella me mira y me da un poco de inseguridad ya que nunca se sabe lo que pasa por la cabeza de otra persona.

—En serio, deberías detenerlo—se queja.

—Ellie, cállate—digo impaciente cansándome de sus constantes quejas

Miro en su dirección cuando veo que se acerca demasiado al punto donde nuestras piernas se tocan, y trato de ocultarlo para que no vea lo nervioso que me siento a su lado, se pone un lado de mi auricular en la oreja

—¿Qué es eso?

—Eso es rock—respondo volviendo los ojos.

—¿Por qué gritan tanto? —pregunta confusa—Creo que perdí el sesenta por ciento de mi audición—dice rascándose la oreja.

—Ellos no gritan, tú que no sabes apreciar una buena canción—respondo ofendido—Sabes qué, dame tu teléfono—digo extendiendo mi mano

—Debería haber sabido que no eras perfecta, Ellie—pienso

—¿Qué, por qué? —pregunta desconfiada

—Dame el maldito teléfono—respondo enojado

—¿Es esto algún tipo de robo? —pregunta temerosa

—Que por supuesto que no—digo como si fuera obvio—Robarte debe ser lo más fácil del mundo, la forma en que te distraes, la persona te robaría la ropa y tú ni te darías cuenta

—Claro que no—dice ella, poniendo su mano sobre su pecho como si estuviera ofendida—Y otro, ni siquiera me conoces para decir eso—dice, entregando el teléfono a regañadientes.

—Me conoces pequeña idiota, pero no lo recuerdas, no te culpo a quién le importaría por el niño torpe y raro que se sienta al final del salón—pienso

—Créeme, por el poco tiempo que te conozco, ya sé dónde termina el camino— digo divertido.

—Criimi, pir il pici tiimpi qui ti cinizci yi si dindi tirmini il ciminhi— repite lo que digo y no creo que la persona que me gustó sea súper infantil

Saco su teléfono y veo como esta distraída mirando el césped, abro su galería de fotos, hago clic en una foto aleatoria, en la que ella aparece con un suéter negro holgado, y el pelo recogido hacia atrás, se ve hermosa e chistosa a la vez, tiene algo verde en la cara, recordando a Fiona de la película Shrek, la foto sería perfecta si no estuviera a su lada nada menos que Matthew, siento una presión en mi pecho que no puedo entender, hago una mueca con disgusto, la veo acercarse y trato de disimularla con una sonrisa.

—Oye no mires mis fotos, idiota—dice enojada

—Está bien, lo siento—respondo divertido

—Eres un imbécil—dice enojada cruzando los brazos

—Pero nunca dije que no lo fuera—digo como si fuera obvio.

Abro la aplicación de música y el disgusto está escrito en toda mi cara creo que, si el disgusto fuera una persona, definitivamente sería como yo en este momento.

—¿Qué? —pregunta curiosa al ver mi reacción

—¿Es eso lo que escuchas?  —pregunto incrédulo mientras deslizo la pantalla del dispositivo

—Si está ahí, es por algo—dice encogiéndose de hombros

—¡¿En serio, Justin Bieber?! —digo sorprendido—Esto ni siquiera es música, hablo con cara de asco.

— Cállate, hace unos minutos casi pierdo el oído por tu buen gusto musical — dice haciendo énfasis en el buen gusto musical.

—Pinguini Tattici Nucleari ¿Es eso una marca?

—Que, por supuesto que no, es una banda italiana —dice como si fuera una obvio.

—¿Hablas italiano? —pregunto curioso —Hai gli occhi più belli che i've seen**

Tienes los ojos más hermosos que he visto**

La miro y su cara de no entendí una mierda de lo que dijiste, es hilarante, pero contengo a mí mismo para no sonreír en su cara, en realidad se ve bastante tierna.

—Espera, ¿qué dijiste?

—No hablas italiano, ¿verdad?  —digo sonriendo

—Por supuesto que sí—dice en un tono engreído—Hago Duolingo todos los días—dice con orgullo

—¿Qué has dicho? —digo tratando de ocultar una risa—¿Duo qué?

—Sí, hago Duolingo—dice avergonzada y veo cómo sus mejillas se ponen rosadas.

—Está bien —digo, acercándome y colocando sutilmente el mechón de cabello detrás de su oreja, veo como me mira y siento como se me acelera el corazón—Estas aplicaciones existen para ayudar

—¿Qué dijiste en italiano? —pregunta curiosa

Que eres una pequeña idiota—digo tan cerca de su boca que me es imposible no mirar esa región, e imaginarme cómo se sentiría estar entre esos labios que siempre quise besar—Nos vemos—digo cortando lo que sea y sacando mis cosas.

Camino hacia la salida del campo, pienso en lo cerca que estuve de besar a Ellie, no sé qué carajo estoy haciendo, ya que ella nunca estaría con alguien como yo, me hierve la sangre solo de pensar en ella en los brazos de Matthew, de hecho, ya no la merezco ¿y él?

Hoy lo que paso con Ellie quedo claro que ella no está tanto en el pasado, así que también no me lo puedo creer como después de tantos años, aún sin saber nada de ella, y de la nada solo con tenerla cerca siento que toda mi base tiembla, la forma en que aparece cuando más necesito a alguien me da un poco de esperanza de que algún día pueda tener una vida mejor.

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Hola  :) ¿Como están?

Bueno hoy fue el último capítulo del maratón de Sven, espero que tengas conocido aunque sea un poco del chico, de sus miedos, sus inseguridad y todo lo que pasa en su vida, creo que se puede tirar una pequeña lección de no juzgar antes de conocer, OJO que no estoy en su defesa, no lo niego que me cae bien el chaval, pero soy parcial en relación a eso, o al menos intento. jajajaja

Ahora los chismesitos :x

Sven no cayó el sé aventó jajaja nuestro chico está enamoradíssimo

¿Imaginaban que Ellie y Sven se conocían?

¿Imaginaban que MATTHEW es un narco?

¿En serio el niño bueno vende drogas? de verdad que no lo vi venir, la verdad es que si, yo lo vi venir cómo escritora, pero no cómo lectora, yo quedé tipo excusa están hablando de mi Matt, no sé si me explico. jajaja

¿Sobre el papa de Sven que dicen?

Yo ni hablar

¿ Ustds que opinan?

Buenooo...se les gustaría que Sven venga hacer más una aparición por acá me hagan saber con sus votitos o comentarios.

También vengo da muchas gracias a ustedes por leer la historia de Sven y Ellie, de verdad que me emociona muchísimo vuestro apoyo ❤❤❤❤ gracias por los 700 leídos.

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