— Bienvenido a tu nuevo hogar temporal — le dices a Naoto abriendo la puerta
— Si, con permiso — dijo entrando al lugar.
Naoto entró al lugar y lo primero que hiciste fue guiarlo a tu habitación dejando sus cosas en el lugar.
— Tu dormirás en la cama, yo en el sofá, y no acepto un no como respuesta
— Estarás incómoda si duermes allá — se excusa el menor
— Tu tranquilo, ahora, mañana es jueves ¿tienes clases no es así? — le preguntas
— Si... Traje mi informe escolar, junto a ropa que uso dentro de casa — menciona el señalando una mochila — Y en la otra, están mis libros de la escuela, junto a todo el material de la escuela...
— Perfecto, mañana yo te llevaré a la escuela, así que te levantare temprano para desayunar
— Bien, ¿estás segura que no es demasiado para ti? — cuestiona el menor
— No, llevo mas de un mes viviendo sola, se como cuidarte ¿okey? Ahora te mostraré toda la casa, siéntete libre de andar por donde quieras
Naoto asintió y lo llevaste por toda la casa vieja enseñándole todo.
Ya para la hora de dormir, lo dejaste solo en la habitación, mientras te mantenias la oreja pegada a la pared.
Escuchaste como se movía por la cama, soltaba suspiros pesados, y tarareaba una melodia.
Seguramente aquello que no lo dejaba dormir estaba volviendo, abriste la puerta, el té vio raro.
— Cada vez que no puedas dormir avisame, me quedaré a un lado tuyo hasta que te duermas — dice jalando un pequeño banco que había. Para sentarte a lado de la cama.
— Esta bien, ya me dormiré... — dice el
— Entonces me iré cuando lo vea...
Naoto no podía dormir aún, llevaba sus manos a su rostro, tratando de evitar que esos sonidos se reproducían en su cabeza.
Te sentaste en una esquina de la cama, cerca de la cabecera, y acariciaste el cabello del menor.
Este te vio curioso, y empezaste a tararear una melodia, para ver si así podía dormir mejor.
— Duerme Naoto, no te preocupes por mi...
Naoto poco a poco iba quedándose dormido, tal vez eso quería, concentrarse en algo más para evitar que esos sonidos obscenos lo atormentaran.
Dio la una de la mañana cuando viste que quedó totalmente dormido, suspiraste saliendo del lugar.
Yendo hacia la sala, encendiste una pequeña lámpara, y empezaste con tu tarea.
Solo terminaste la tarea que entregarías ese mismo dia, horas después en la escuela.
Durmiendo así tres horas, y para cuando tu alarma sonó a las cinco de la mañana.
Maldecias, al sentir como solamente habías cerrado los ojos unos segundos.
Te dirigiste al baño, quitando re la ropa y metiendote a bañar para que despertaras bien. Cuando terminaste y te cambiaste con ropa normal, fuiste a la cocina.
Tenias que preparar un desayuno, pero no tenías casi nada en el refrigerador.
Lo único que tenías era una caja de cereal casi vacía, verduras, huevos, tocino, salchichas, leche, y algunos condimentos.
Como lonch para Naoto le hiciste un omelet, poniendo un poco de tocino acompañado de salchichas fritas, y lo dejaste para que lo llevara de desayuno.
— Buenos días _____ — escuchaste saludar al menor
— Son las 5:30 que haces despierto — le preguntas
— Lo siento, siempre me levanto a esta hora...
— Esta bien ¿Dormiste bien? — el asiente con la cabeza — Bañate, y cambiate con tu uniforme cuando salgas te daré tu desayuno...
El chico obedece, y mientras el se bañaba tu te colocaba tu uniforme d la escuela.
Para cuando el salió, le entraste el desayuno que tomaría en ese momento y el que llevaría.
Para después llevarlo a la escuela, y luego tu irte a la tuya, apenas era el primer día cuidándolo, pero ya veías lo duro que sería.