Supergirl contuvo una carcajada, mientras Lena la miraba con inquina y de forma amenazante, la rubia se toco el estómago y gesticuló con los labios "tengo hambre" Lena rodó los ojos y suspiro.
—¿Disculpe? —preguntó el empleado de la pizzería.
—Sí, un segundo —dijo la pelinegra y apartó el móvil de su cara. —¿De qué la quieres? —preguntó mientras le hacía un gesto con la cabeza.
La cara de Supergirl se iluminó, al ver su carita toda bonita a Lena se le pasó el enfado, ni siquiera recordaba porque se había enfadado con ella.
—Margarita, no, cuatro quesos, no espera, pepperoni, no, mejor jamón y queso —empezó a hablar frenéticamente y de manera atropellada.
La CEO no pudo evitar soltar una carcajada por el nuevo lado que estaba descubriendo de la superheroína.
—Dame una de cada —dijo de manera segura.
—¿Está usted segura? —preguntó vacilante el pizzero.
—Sí, ponlas a nombre de Lena Luthor —dijo impasible.
—No creo que sea buena idea, la última vez que alguien cargó algo al nombre Luthor no volvió a aparecer —dijo seguro de que era una especie de broma, dudaba mucho que la señorita Luthor quisiera esa cantidad ingesta de pizza.
—¿Hablo en chino o qué? Mándelas a L-Corp —rezongo y colgó el teléfono.
Se giró y se encontró a Supergirl demasiado cerca.
—¡Ah! —dio un pequeño respingo y se llevó una mano al pecho. —¿Tanto te gusto para pegarte a mi a cada rato? —dijo con tono socarrón.
—Sí —respondió con franqueza.
Lena no se esperaba para nada esa respuesta, sintió mariposas revolotear en su bajo vientre mientras subían por su estómago, solo una persona en National City había conseguido ese efecto en ella, y ahora Supergirl se unía a la corta lista, sus ojos no pudieron evitar mirar los labios de la alienígena, tenían un color rosado muy apetecible, se mordió con suavidad su labio inferior y subió su mirada para encontrarse con esos ojos azules, se sorprendió cuando vio que la mirada de la Super estaba sobre sus labios, su respiración se entrecortó cuando proceso lo que su mente le estaba gritando que hiciera, sus ojos volvieron involuntariamente a los labios de la rubia, y entonces observo como estos se curvaban en una gran sonrisa, esta mujer iba a ser su muerte.
—¿Bailamos? —dijo la rubia haciendo su sonrisa más grande.
—¿Disculpa? —respondió Lena un poco confusa, creía haber escuchado mal.
—Si bailamos —repitió con una sonrisa dulce mientras se alejaba un paso y posaba su mano sobre el brazo de Lena e iba deslizándola suavemente hasta llegar a los dedos.
Cuando la pelinegra noto que sus dedos iban a dejar de tocarse, instintivamente los agarro y tiro hacia ella, Supergirl le devolvió el apretón, con su mano libre agarró su capa subiéndola hasta un pelín por debajo de su pecho y mientras hacía una leve reverencia, depósito un fugaz beso justo debajo de los nudillos de la CEO, la rubia elevo su mirada hasta toparse con esos ojos verdes y sonrió con adoración absoluta por aquella mujer, este gesto dejó a Lena sin respiración, su cerebro busco algo coherente que decir.
—¡Música! —soltó la ojiverde. —Necesitamos música, para, para poder bailar —dijo intentando sonar convincente, mientras con un poco de reticencia soltaba la mano de la superheroína.
—¡Oh! es cierto —dijo sonriendo. —Es por eso que eres un genio —río Supergirl.
No sabía cómo tomarse esa especie de halago así que simplemente elevo una ceja.
—¿Tienes un, un —empezó a preguntar pero no le salía la palabra.
—¿Equipo de música? —completo Lena.
—¡Eso! —respondió con entusiasmo mientras señalaba a Lena.
—Esto es una oficina, Supergirl —dijo intentando ponerse la máscara de profesionalidad.
De hecho si tenía un equipo de música en su oficina, justo detrás de su botella de wisky a simple vista, pero esperaba que la borrachera de la heroína le impidiera darse cuenta de eso, no era buena idea dejar a una tambaleante Super bailar, no tanto por los destrozos que podía causar sino por todo el ruido que provocaría, no era buena idea llamar la atención de la gente y que la encontraran junto a una Luthor, a saber las teorías descabelladas que saldrían de esta situación.
—Yo sé que tienes, he estado en este despacho muchas veces —dijo mientras se tambaleo un poco por haberse girado tan rápido. —¡Ahí está! —se dirigió hacia el equipo.
—¿Qué concepto tienes tú de muchas? —dijo elevando su ceja. —¡Espera! —dijo mientras intentaba detener a la rubia.
Empezó a sonar música clásica.
—¿En serio? —dijo la rubia girando su cabeza hacia Lena.
—¿Qué? —dijo con tono desafiante. —Me ayuda a trabajar y al mismo tiempo es relajante —dijo mientras volvía a cruzarse de brazos y se ponía a la defensiva.
Supergirl no pudo evitar reírse.
—¿De que te ríes? —preguntó con tono ofendido.
—Te pega mucho —sonrió. —Soy Lena Luthor, y escucho música clásica mientras pienso jugadas mirando el tablero de ajedrez, y bebo una copa de vino —lo dijo intentando hacer una imitación pobre de la CEO que terminó en carcajadas.
Lena abrió la boca con sorpresa e indignación.
—Yo no sueno así —espetó haciendo un pequeña mueca de disgusto.
—Jajajajajaja sí lo haces —respondió Supergirl. —Ahora imítame a mí —dijo entusiasmada.
—¿Yo? ¿imitarte a ti? —dijo intentando reprimir su sonrisa.
Supergirl asintió con fuerza.
Lena lucho internamente, una parte de ella deseaba devolverle la burla a la superheroína pero otra parte de ella se sentía muy cohibida de imitarla, no habían llegado a ese nivel de cercanía o al menos así se sentía ella, aunque el comportamiento de la heroína gritaba algo muy distinto, tampoco quería enfadarla, pero deseaba avanzar y ser más cercana, quizá no tuviera otra oportunidad así. Suspiro y puso ambas manos en su cadera se irguió con aire de superioridad y sonrió.
—¿Me necesitaba Señorita Luthor? —dijo intentando imitar el tono de voz de Supergirl.
Supergirl estalló en carcajadas.
—¡Eres igual! —exclamó mientras se agarraba el estómago. —Incluso podrías sustituirme y nadie se daría cuenta —sonrió con esa calidez innata en ella.
—Creo que necesitaría más que una "imitación" para estar a tu altura —hizo comillas con los dedos mientras sonreía burlonamente.
—Na, sí yo soy muy normal —sonrió de forma burlona. —Además sería genial que fueras en mi lugar a las reuniones del DEO, son un aburrimiento.
"Normal dice" pensó Lena y no pudo evitar sonreír.
—¿Oh? ¿Qué clase de superheroína encasqueta su trabajo a otra persona? Me has decepcionado —dijo con tono juguetón.
Supergirl se rió tan fuerte que parecía que las paredes se habían movido, lo cual no le hubiera extrañado si así fuera, no pudo evitar reírse también, la risa de Supergirl era realmente contagiosa, se miraron durante unos segundos y el tiempo pareció detenerse o al menos eso sintió Lena mientras se perdía en la mirada de la más alta.
—No me he olvidado —dijo ganándose una mirada confusa de la empresaria. —Música —sonrió mientras se giraba a cambiar la música clásica por algo mas movido o al menos mas moderno.
"Mierda" pensó la pelinegra.
Empezó a sonar Holding Out For A Hero
—¿Oh? ¡Amo esta canción! —exclamó entusiasmada Supergirl.
—¿Por qué no me sorprende? —preguntó de forma retórica.
Supergirl empezó a cantar mientras bailaba al mismo tiempo. Si la mandíbula de Lena se pudiera desencajar le llegaría hasta el suelo, Supergirl cantaba muy bien, tenía una voz potente y llena de fuerza, sin duda pegaba con la heroína, sin conocer mucho de voces diría que era mezzosoprano, mientras seguía perdida en su asombro por descubrir otra cosa más de la rubia, Supergirl se acercó a ella mientras cantaba, la agarro del brazo y tiró con suavidad hacia ella instándola a bailar con ella. Lena no pudo resistirse, quería divertirse con esa alíen. Los movimientos de Supergirl eran amplios y desenfadados, era como ver a un Golden Retriver hiperactivo, mientras que los movimientos de Lena eran pequeños y sutiles como los de un gato. Supergirl giro tan rápido que se mareo y se tropezó golpeándose contra una estantería tirando todos los libros.
—¡Ups! —se giró rápidamente hacia Lena.
Lena no pudo evitar reírse, la Super le estaba destrozando su despacho y poniendo todo su día patas arriba, debería estar enfadada, debería desear que la más alta se fuera, pero no era así, estaba feliz, cada momento que miraba a la alíen sentía como si su cerebro soltara serotonina a mansalva, deseaba que estos instantes durarán para siempre.