❝ Forbidden ❞ || Michaeng

By _xYoungOnce

242K 19.7K 17.2K

❝ Aveces las sensaciones prohibidas son las mejores ❞ ⚘ Aclaraciones en el primer capítulo ¡! ⚘ Mención de... More

𓏲 Prólogo
𓏲 Capítulo 1
𓏲 Capítulo 2
𓏲 Capítulo 3
𓏲 Capítulo 4
𓏲 Capítulo 5
𓏲 Capítulo 6
𓏲 Capítulo 7
𓏲 Capítulo 8
𓏲 Capítulo 9
𓏲 Capítulo 11
𓏲 Capítulo 12
𓏲 Capítulo 13
𓏲 Capítulo 14
𓏲 Capítulo 15
𓏲 Capítulo 16
𓏲 Capítulo 17
𓏲 Capítulo 18
𓏲 Capítulo 19
𓏲 Capítulo 20
𓏲 Capítulo 21
𓏲 Capítulo 22
𓏲 Capítulo 23
𓏲 Capítulo 24
𓏲 Capítulo 25
𓏲 Capítulo 26
𓏲 Capítulo 27
𓏲 Capítulo 28
𓏲 Capítulo 29
𓏲 Capítulo 30
𓏲 Capítulo 31
𓏲 Capítulo 32
𓏲 Capítulo Final
𓏲 Extra O1
𓏲 Extra O2
𓏲 Extra O3
𓏲 Extra O4
𓏲 Extra O5

𓏲 Capítulo 10

7K 597 915
By _xYoungOnce

— Debes estar de broma, no pienso tomar ni un poco de eso — se escandalizó, Sana al ver la botella con alcohol que Mina llevaba en sus manos, poniéndola en la pequeña mesa de centro — De seguro fue idea de ellas — señaló a Nayeon y Momo que platicaban, ajenas a lo que estaba diciendo.

— De hecho, fue mi idea — confesó, Mina con una sonrisa tímida — Vamos, no es tan malo, ¿no tienen curiosidad sobre la sensación de estar ebria?

— Yo si — alzó su mano, Jeongyeon tomando asiento en el suelo con la mesa frente a ella — Mis padres lo hacen de vez en cuando — se encogió de hombros ante la asombrada mirada de su amiga.

— ¿Dahyun? — Mina miró a la menor de todas.

Ésta asintió sin decir nada más.

Sana las miraba con sorpresa, ¿tan rápido se dejaban llevar por cosas como esas? Sus padres le decían todo el tiempo que tendría muchas tentaciones en la vida, y el alcohol era una de ellas. Sí, sentía mucha curiosidad, pero ceder sería caer en tentaciones que no serían buenas para ella, y aunque sus amigas hayan olvidado algo tan importante como eso a la primera propuesta, trataría de mantener su posición.

Lo que no sabía era que su propio autocontrol podía ser más traicionero de lo que creía.

— ¡Genial! Chicas, acérquense — llamó Chaeyoung a sus amigas para que se acercaran, y en cuestión de segundos, todas estaban rodeando la pequeña mesa.

Mina abrió la botella y sirvió seis vasos, respetando la decisión de Sana de no tomar, pero por alguna razón, creía que con el tiempo iba a acceder, por lo que iba a esperar a que ella misma se lo pidiera.

— ¿Y bien? ¿Quién va primero? — preguntó, Mina, mirándolas a todas de manera ansiosa.

— Hazlo tú — señaló, Dahyun, analizando el pequeño vaso en sus manos, convenciéndose a sí misma de tomarlo.

— ¡Ya sé! — intervino, Nayeon con emoción, obteniendo la mirada de todas, atentas — Juguemos ''yo nunca nunca'', de esa manera cualquiera será la que empiece.

Chaeyoung asintió emocionada, pero sintiéndose asustada al mismo tiempo; ese juego era demasiado peligroso, sería exponerse tal y como era, exponerse frente a Mina que no sabía ciertas cosas sobre ella, porque conociendo a sus amigas, no iban a decir cosas como ''yo nunca nunca he dicho una mentira'', no, sus amigas irían a lo extremo, y aunque se sentía curiosa por Mina, decir la verdad sobre sí misma no era algo que la emocionara mucho, pero a lo mejor, si estaban lo suficientemente ebrias, no lo recordarían.

— Muy bien, haremos eso, pero todo lo que se hable aquí, quedará aquí, ¿entendido? — Momo miró al grupo de chicas que asentía de manera dudosa, quizás porque nunca habían jugado algo como eso — Cabe aclarar que aquí no vamos a juzgar a nadie, nos vamos a divertir y no hablaremos al respecto... Por si se sienten incómodas.

— Y eso... ¿Cómo se juega? — preguntó, Jeongyeon mientras trataba de entender todo lo que las otras decían — ¿Diremos secretos?

— Algo así — respondió, Chaeyoung.

Nayeon suspiró y con paciencia, explicó de qué iba el juego, haciendo énfasis en que debían ser sinceras para que el juego fuera más divertido. Sana las miraba en silencio, curiosa por las cosas que podría escuchar de sus amigas y negándose a sí misma a ser partícipe, a veces, decir secretos no era bueno, nadie debía saber los suyos, pero aún así, quería escuchar qué dirían porque de alguna manera, sentía cierto morbo por saber qué cosas escondían, aunque se suponía que nada malo, ¿cierto? Ellas eran chicas buenas.

— ¡Empiezo yo! — sonrió, Momo — Veamos...— se detuvo a pensar un momento, pensando entre todas las cosas que ya había hecho, dándose cuenta de que era más difícil de lo que creía, hasta que por fin tuvo algo que decir; sonrió pícara y miró a las presentes — Yo nunca nunca he tenido sexo en un lugar público.

Mina y sus amigas se pusieron rojas al instante, a ese paso, nunca iban a probar el alcohol.

Nayeon fue la primera y la única en tomar. Momo la miró sorprendida al mismo tiempo que reía, curiosa por saber esa historia que, al parecer, tenía muy escondida.

— ¿Qué? — preguntó, dejando el pequeño vaso en la mesa para servirse otro trago.

— ¿Cuándo fue eso?— Chaeyoung estaba curiosa, ni siquiera ella había llegado tan lejos.

— Luego les cuento— rió — Sigo yo — pensó por un momento, buscando algo sencillo para que Mina y sus inocentes amigas soltaran algo— Yo nunca nunca he robado.

Dahyun miró a su alrededor, y luego de unos segundos, llevó el líquido a su boca, haciendo una mueca de disgusto cuando sintió el alcohol pasar con dificultad por su garganta, luego de eso, Momo y Jeongyeon hicieron lo mismo, solo que Momo tomó el alcohol sin dificultad.

— Cuando estaba pequeña robé unos dulces de mis primos... No sé si eso cuenta — dijo con timidez la menor de todas. Las demás empezaron a reír y asintieron, al menos había dado el primer trago.

El primero de muchos más.

— Yo le robé dinero a mi hermana hace unos meses — confesó, Jeongyeon, avergonzada — Quería un par de audífonos y pues, los compré.

Todas la miraron sorprendidas, sonriendo ante su timidez.

— Bueno, nadie le dirá a tu hermana de dónde salieron tus audífonos nuevos — comentó, Chaeyoung para mejorar el ambiente, cosa que funcionó porque la expresión de Jeongyeon cambió a una más divertida.

— Ahora tú di algo, lo que sea — animó, Mina, expectante.

— Yo nunca nunca he besado a una chica.

— ¿Quieres? — bromeó Nayeon, a lo que la pelinegra solo negó lentamente, sonrojándose— Te lo pierdes — se encogió de hombros.

Sana seguía atenta, notando las expresiones de todas ante la frase de su amiga. Sabía exactamente quiénes iban a beber, y como era de esperarse, Chaeyoung, Momo y Nayeon bebieron, sintiéndose un poco fuera de lugar ante esas confesiones, porque si bien ya lo sabía, que se lo repitieran no era algo de su agrado.

Pero su expresión cambió totalmente a una de completa sorpresa al ver a Mina beber el contenido de su vaso.

— ¿Tú?— Dahyun la miró también con mucha sorpresa, sin saber exactamente cómo reaccionar al respecto, solo que no se sentía tan asqueada como esperaba — ¿Pero cuando...?

Chaeyoung miró de reojo a su mejor amiga, removiéndose inquieta, ¿en serio se acababa de delatar frente a sus amigas? Porque vamos, era obvio que todas llegarían a la conclusión de que había sido con ella.

— No voy a explicarles nada, solo les diré que no es tan malo — apartó la mirada de las demás y se sirvió otro trago — Ahora voy yo — sus ojos se encontraron con la acusadora mirada de Sana, pero a esas alturas, ya no iba a decirles nada, si querían alejarse por algo así, no las iba a detener — Yo nunca nunca he estado ebria.

Chaeyoung, Nayeon y Momo bebieron de sus vasos, sintiendo cada vez más el efecto del alcohol en su sangre.

— Yo nunca nunca me he tocado pensando en alguien de esta habitación — dijo de repente, Sana. Tenía claro que la pregunta era demasiado directa y específica para alguien como ella que se supone que no sabe de eso, pero sí que lo sabía, solo que no iba a decirlo. Tenía curiosidad sobre eso, porque si Mina había sido capaz de besar a una chica, – sabía que había sido a Chaeyoung, estaba muy claro –, también la creía capaz de otras cosas aún peores, es decir, hasta ese punto, ya sabía que sus amigas habían robado y que Mina había estado haciendo cosas que no debía.

— Tú no estás jugando — señaló, Dahyun con el ceño fruncido — Además, ¿de dónde sacas esas preguntas? — se sonrojó levemente con solo imaginar algo así.

Chaeyoung y sus amigas fueron las primeras en beber, un tanto sorprendidas ante lo que Sana dijo, pero debían cumplir, de todas formas, no iban a detallar nada.

A los segundos, Mina suspiró y volvió a beber, sorprendiendo esta vez a Chaeyoung.

¿Su mejor amiga se masturbaba pensando en mujeres? Ni siquiera el hecho de que se tocara la impresionaba, sabía que en algún punto lo haría, era normal, pero, ¿pensando en una de sus amigas? Estaba curiosa y muy celosa, aunque, también estaba la posibilidad de que podría ser pensando en ella y eso no hacía más que emocionarla.

— Al parecer, Mina ha hecho más cosas de las que creíamos — dijo en tono de broma, Jeongyeon — En fin, sigamos — se detuvo un rato a pensar, ya algunas cosas habían salido a la luz, de eso se trataba ¿no? Decir secretos, además, nadie iba a juzgarla ni a escandalizarse. De cierta manera, se sentía segura con esas chicas dándole ese tipo de confianza — Yo nunca nunca he visto pornografía — se sintió tímida al instante, expuesta ante la mirada de las presentes.

Ella jamás pensó que un día diría eso en voz alta, pero se relajó tan pronto todas empezaron a reír, menos Sana que seguía demasiado sorprendida.

Esta vez, todas bebieron a excepción de Mina. Volvieron a reír entre ellas por las confesiones que poco a poco iban saliendo. Dahyun se sentía un poco más relajada y Jeongyeon reía por cualquier cosa que las demás decían. No supieron cuántas rondas más hicieron, hasta ese punto, todas estaban más en confianza, menos Sana que seguía mirándolas, con una extraña sensación de envidia por estar en su lugar, divirtiéndose de la misma manera, pero no, se encontraba en el mismo rincón en el sofá, aún pensando más de lo que debería sobre las confesiones de Mina.

— Hey, Sana — Momo se sentó a su lado, interrumpiendo de golpe sus pensamientos, tratando de ser amable con la pequeña amargada luego de un rato — ¿De verdad no quieres, aunque sea solo un trago?

La menor dudó, estaba mal hacerlo, todo lo que estaba pasando en ese lugar estaba muy mal, pero algo dentro de ella la estaba empujando a ceder, tal vez porque todas sus amigas estaban por ahí dando vueltas, incitándola de cierta manera, de todas formas, nadie les diría a sus padres, ¿cierto? Todas estaban guardando secretos y claramente, ella no diría nada tampoco. Soltó un suspiro, derrotada. 

Asintió hacia la mayor y mordió su labio inferior, para nada segura.

Momo le sirvió solo un poco en su vaso y lo puso frente a ella, dejando que tomara su tiempo para hacerlo.

— Tómalo de una sola vez, así no vas a sentirlo tan fuerte.

Sana asintió y obedeció.

Le había mentido, ni siquiera de esa manera dejó de sentir el amargo sabor en su boca, quemando su garganta. Definitivamente eso no era lo suyo, ahora estaba más que segura.

— No me gusta — apartó el otro vaso que le estaba ofreciendo, decidida a no probarlo nunca más, no comprendía como es que sus amigas seguían bebiéndolo sin dudarlo.

Momo se encogió de hombros y no insistió. Se quedó a su lado, en silencio, cosa que empezaba a ponerla nerviosa; no quería apartarla o ser grosera con ella, de todas formas, no le estaba haciendo nada, pero las cortas miradas que le daba de vez en cuando la estaban empezando a poner incómoda.

Jeongyeon apareció de la nada, sonrojada y muy sonriente, sosteniendo un vaso en una mano y en la otra una bolsa de papas, tomó asiento al otro lado de Momo, casi recostándose en ella como si fueran amigas de años. Pero a Momo no le molestaba, le parecía muy divertido verlas de esa manera.

— Oye~ — la tocó con el índice de manera divertida luego de dejar las papas en la mesa de centro — ¿Tú has besado a muchas chicas? Pero en la boca — rió.

Momo la miró con una mueca y asintió.

— ¿Es como besar a un chico?

— Pregúntale a Nayeon, ella ha besado a muchos chicos.

Jeongyeon hizo un puchero mientras fruncía el ceño, se levantó del sofá murmurando cosas inaudibles y se fue en busca de la castaña mientras se tambaleaba levemente.

— ¿Por qué la miras así? — Momo frunció el ceño hacia la menor a su lado que parecía un poco asqueada y sorprendida.

— Jeongyeon nunca tiene ese tipo de dudas.

— Si las tiene, pero no las dice, no tiene a quién preguntarle, el alcohol solo la hace ser más sincera, no es que haya surgido de la nada —volvió a beber, girándose de nuevo hacia la menor — Tener curiosidad sobre eso no es malo, ¿sabes? Sobre ninguna cosa.

— Pero mis papás dicen que-

— Silencio, tus padres no están aquí — rodó los ojos, soltando un sonoro suspiro — No todo es malo, date la oportunidad de experimentar cosas nuevas si tienes ganas y ya, aquí, por esta noche, todo se vale, nadie les dirá a tus padres o a tus profesores que bebiste alcohol o dijiste una mala palabra — se encogió de hombros, viéndola más pensativa.

Sana estaba en un debate interno, claro que habían cosas que le daban curiosidad, cosas de las cuales se privaba por lo que podrían decir de ella o por cómo podría sentirse consigo misma, sabía que se iba a sentir culpable por desobedecer, por caer en tentaciones que muchas veces le dijeron que estaban mal ante los ojos de Dios, tentaciones que únicamente iban a ensuciar su alma... Pero moría de ganas por ser un poco diferente, muchas veces lo pensó y nunca había oportunidad para hacerlo, se sentía sin el valor suficiente para dar el paso, y ese momento en específico, era su oportunidad para hacer algo de lo que podría arrepentirse luego. 

— ¿Besar a una chica me hace lesbiana?

La pregunta tomó por sorpresa a Momo, causando que pusiera total atención en ella porque al parecer, esa linda chica se la pasaba criticando a sus amigas cuando ella también tenía dudas sobre ese tipo de cosas, pero no iba a juzgarla, en parte entendía esa personalidad en ella, como si fuera un mecanismo de defensa, apartando todas esas dudas de sí misma solo por el qué dirán.

Negó con la cabeza — Para nada — le sonrió — ¿Acaso quieres intentar?

— Bueno... No lo sé — agachó la mirada, sus mejillas sonrojándose fuertemente ante la pregunta, ¿realmente quería? Quizás sí, quizás no, solo era una pequeña espina que la seguía molestando desde que Mina empezó con sus cosas, hablando de Chaeyoung cada que podía, dándole una extraña sensación de curiosidad cuando la conoció y vio a lo lejos a sus amigas abrazándose o dándose la mano en plena calle, confundida con sus propios sentimientos al respecto.

Tal vez si lo intentaba podría dejar de una vez por todas esas absurdas ideas, tal vez si lo intentaba le daba el asco suficiente para no volverlo a hacer y así no pensar de nuevo en eso, tal vez si...

Momo tomó su rostro entre sus manos, mirándola muy sonriente, con un brillo muy peculiar en sus ojos, a lo mejor es el alcohol, pensó. Tuvo el pensamiento de que debía apartarse, pero no se movió en ningún momento, perdida en la belleza del la otra, porque, aunque lo negara en voz alta, debía admitir que era atractiva, tan hermosa que le asustaba pensar de esa manera.

— Hagamos un trato — le susurró, desviando su mirada de vez en cuando hacia sus labios — Te daré un beso, si no te gusta y te da asco, te apartas y nadie dirá nada, nadie te está viendo — sonrió ladina.

Sana sintió su corazón palpitar contra su pecho, demasiado nerviosa y sonrojada, viendo a su alrededor para asegurarse de que estaban solas.

Solo una vez en su vida había besado a un chico por un tonto reto hace unos años, luego de eso, jamás volvió a hacerlo. ¿Sería prudente aceptar? No, no lo era, aún estaba a tiempo para apartarse y seguir con su posición de no seguir cayendo en esas tentaciones que parecían ser demasiado buenas, y era de esperarse, las tentaciones siempre se presentaban en cosas que prometen ser maravillosas, divertidas y placenteras.

Maravilloso, divertido y placentero, cosas que siempre se negaba a sí misma por miedo a las consecuencias.

No supo en qué momento terminó aceptando, demasiado perdida en sus propios pensamientos y en la mayor frente a ella, y es que no podía pensar con claridad o analizar la situación si la tenía a escasos centímetros de su rostro, sobando sus sonrojadas mejillas con calidez.

Segundos después, sintió los tibios labios de Momo sobre los suyos, presionándolos levemente, un beso tímido e inocente, nada brusco. Suspiró debido al nerviosismo, cerró sus puños en su regazo, sudando, sintiendo su corazón latir con más fuerza. Cortó el beso momentos después, su cabeza dando vueltas, extraña por la sensación de querer más.

Me arrepentiré luego, se dijo a sí misma antes de acercarse a besarla de nuevo. Sintió las manos de Momo bajar hasta sus brazos para segundos después posicionarse en su cintura, sobando con su pulgar sobre la blusa de dormir; ante el montón de sensaciones, soltó un leve suspiro en el que abrió levemente su boca, acción que Momo aprovechó para atrapar su labio inferior entre sus labios, dándole paso a un beso más profundo, un beso lento para que pudiera acoplarse.

Subió sus manos hasta el cuello de la blusa de Momo, acercándolo más a ella para sentirla mejor, ni siquiera estaba controlando sus propias acciones, dejándose llevar por el cosquilleo en su estómago ante el tacto de la mano de la mayor en su ahora expuesta piel, ni siquiera se dio cuenta en qué momento había metido su mano bajo su blusa, pero no le molestaba en lo absoluto, solo se limitaba a dejar escapar suaves jadeos que la avergonzaban, pero no podía evitarlo, Momo la estaba besando tan bien que se le estaba haciendo imposible alejarse.

— Yo también quiero — apareció, Dahyun de repente, parada frente al par como si nada, sus mejillas sonrojadas, un poco mareada, su estómago revolviéndose por los nervios. La curiosidad por intentarlo fue más latente al verlas, porque si Sana se había animado que era alguien mucho más cerrada, ¿por qué ella no?

Sana se sonrojó fuertemente y tan pronto Momo se alejó, se levantó del sofá y escapó de ahí lo más rápido que pudo, sus manos sudando y sus pensamientos mezclándose. Todo parecía ser demasiado extraño para ella, pero ni siquiera se alejó, es más, se aferró más a esa sensación tan placentera que su cuerpo experimentó. Se encerró en el baño, dispuesta a analizar la situación con más calma y con más claridad, buscando una respuesta lógica a lo que acababa de pasar; ni siquiera podía culpar a los efectos del alcohol cuando estaba totalmente sobria, eso había sucedido por su propia voluntad, sin ser forzada o incitada a hacerlo.

No lo entendía en lo absoluto.

Por otro lado, Momo sonrió ladina hacia la menor que seguía parada frente a ella. Lo sabía, sabía que ellas solas iban a ceder, sabía que vivían demasiado reprimidas como para tener una iniciativa, y sin necesidad de coquetearles, ellas mismas llegaron a ella.

Palmeó sus piernas en señal de que Dahyun se acercara, a lo que la menor obedeció, sonriendo con timidez; se acercó y se posicionó sobre ella, con una pierna a cada lado. Decir que estaba pensando con claridad sería mentir, pero no quería privarse de probar cosas nuevas, ya había aceptado beber alcohol, había confesado las pocas cosas que consideraba malas, ¿qué más daba si intentaba algo más? Nadie iba a juzgarla, ni a criticarla, era un buen momento para experimentar ciertas cosas que estuvo pensando desde hace un tiempo.

— Eres muy linda — admitió la menor, viéndola fijamente, sintiendo su piel erizarse cuando las manos de Momo sobaron sus piernas de manera delicada, haciéndola suspirar suavemente.

Desde que admitió por primera vez que una chica era linda, tenía ganas de halagar a todas las chicas lindas que veía, hacerlo en voz alta y no solo guardárselo por miedo a lo que sus amigas dijeran, y decírselo a Momo había sido un enorme alivio, más aún cuando vio la sonrisa que le regaló ante tal cumplido.

— Y tú eres muy hermosa — pasó los mechones de la menor tras su oreja, despejando su rostro para verla con más detalle — ¿Te lo han dicho antes?

— Mi mamá — respondió, dejando que tocara su cabello y sus mejillas de vez en cuando.

— ¿Alguien más?

— Mis tías.

Momo rió, pareciéndole demasiado tierno la manera tan tímida en la que respondía y la miraba.

— ¿Alguien que no sea tu familia?

Dahyun lo pensó un momento y negó con la cabeza al cabo de unos segundos.

— Déjame decirte entonces que eres muy hermosa — le sonrió coqueta, acercándose a sus labios de manera peligrosa — Y dime, Dahyun, ¿quieres que te bese? — susurró sobre sus labios, apenas rozándolos.

Las manos de Dahyun se cerraron en los hombros de Momo, temblando levemente al momento en el que la mayor jaló su labio inferior con sus dientes, mordiéndolo con suavidad. Su estómago se contrajo ante la oleada de sensaciones que eso le provocaba, sintiendo como su cuerpo comenzaba a calentarse gracias a esas pequeñas acciones y los toqueteos sutiles en su cuerpo.

Asintió, sus ojos encontrándose por fin. Momo volvió a sonreír y la besó, posando su mano en la espalda baja de la contraria, atrayéndola más, pegando su pecho en busca de más profundidad. Dahyun movía su boca de manera errática, nunca había besado a alguien, por lo que no sabía cómo debía mover sus labios, sin embargo, Momo fue paciente con ella, siendo lenta y amable. Cortó el beso en busca de un poco de aire, sintiéndose tan extrañamente bien.

— Quiero otro.

Y de esa forma, Dahyun cayó ante los labios de una total desconocida, dejándose llevar por los placeres que estaban prohibidos para alguien de su edad, para ella que era una chica, una chica que había descubierto que besar a otras chicas no estaba tan mal, no era asqueroso como le habían dicho.

Era fascinante.

Mina frotó su centro con urgencia contra la feminidad de la menor bajo su cuerpo, ambas deshaciéndose en suaves gemidos que eran amortiguados por la boca de la otra.

Habían tomado más de la cuenta, empezaron con inocentes roces intencionales que terminaron en toqueteos en la habitación de Mina, lograron escabullirse sin ser vistas por las demás en cuestión de segundos. Chaeyoung estaba demasiado excitada para detenerse a pensar en que debían parar todo eso que había entre ellas, siendo realmente peligroso para ella. Pero estaba ebria, no pensaba nada con claridad, simplemente su cuerpo buscaba de manera desesperada los toques de la pelinegra.

Por otro lado, Mina simplemente olvidó por completo todo lo que estaba bien o mal, solo quería sentirse excitada con el cuerpo de su mejor amiga de nuevo, la piel suave bajo sus dedos y los besos húmedos en cualquier parte sensible que la hiciera delirar.

Porque Chaeyoung sabía en donde tocarla.

Estaba de sobra decir que no sabía qué debía hacer, sin embargo, la ebriedad en su sistema la empujaba a actuar de manera casi automática, tomando el control de la situación, sometiendo a Chaeyoung bajo su cuerpo sin darle la oportunidad de moverse. La miró a los ojos con una sonrisa divertida antes de acercarse a su cuello y empezar una línea de besos y sutiles mordidas, sintiendo sus respiraciones demasiado agitadas. En un rápido movimiento, hizo que Chaeyoung quitara su camisa de dormir, dejándola al descubierto; volvió a recostarla, frotando sus centros de una agradable manera, sintiéndose casi al límite solo con eso.

— Mina~ — gimió con voz aguda la menor, retorciéndose con cada beso en su cuello, moviendo sus caderas para tener más contacto con el cuerpo de su mejor amiga — Si sigues... agh — cerró los ojos con fuerza al sentir la pierna de Mina restregándose en su centro —... Así voy a correrme sin que me toques — dijo entre gemidos, mordiendo su labio inferior con fuerza.

— No lo hagas, aún no — se detuvo, acercándose a besarla con rudeza, sus lenguas juntándose de manera desordenada.

Mina se quitó la ropa, quedando únicamente en ropa interior. Chaeyoung relamió sus labios ante tal imagen, ansiosa y deseosa por sentirla. La pelinegra quitó los pantalones de la menor junto a su ropa interior, dejándola totalmente desnuda; se quedó de rodillas, admirando el cuerpo de su mejor amiga que respiraba con dificultad. Y entonces, bajó su ropa interior hasta la mitad de sus muslos, dejando ahora al descubierto su cuerpo que estaba a la vista de los deseosos ojos de la rubia.

— Me gusta cómo te ves desnuda — comentó, Mina, jugueteando con su centro, haciendo movimientos de arriba hacia abajo — Me gusta cómo se siente esto — movió su dedo con más rapidez — Hazlo tú también, quiero verte — pidió, obteniendo un asentimiento de la menor que empezó a imitar sus acciones.

De alguna manera, Mina encontraba realmente placentero masturbarse mientras veía a su mejor amiga haciendo lo mismo, lo descubrió cuando se tocó por primera vez pensando en ella a solas en su habitación. Gimió alto al escuchar los jadeos de la menor, balbuceando su nombre casi en un susurro, y es que no iba a negar que Chaeyoung le parecía realmente caliente, encontrándose fascinada con escucharla gemir su nombre.

Chaeyoung se sentó en el centro de la cama y jaló la muñeca de la mayor para que se sentara frente a ella, hizo que se quitara totalmente su ropa interior y se posicionó entre sus piernas con una pierna a cada lado, lo suficientemente cerca para que sus centros se juntaran. Mina la miró confundida al principio, cambiando totalmente su expresión cuando los dedos de Chaeyoung se posicionaron entre ambas comenzando a masturbarlas con ambas manos.

— Esto... Esto me gusta más — susurró, Mina, echando su cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos con ceño levemente fruncido.

La menor sonrió satisfecha y acercó el cuerpo de Mina para alcanzar sus labios y unirse en un beso, otra vez siendo un beso desordenado y húmedo, mordiendo sus labios y chupando sus lenguas de una manera tan sucia que ni ellas sabían cómo habían llegado hasta ese punto.

— Estoy cerca, hazlo más rápido — susurró la pelinegra en medio del beso, sintiendo un cosquilleo instalándose en su vientre.

Chaeyoung fue obediente, moviendo su mano con más rapidez mientras soltaba gemidos que eran silenciados por los labios de la mayor.

— ¡Agh... Mina! — gimió en voz alta, Chaeyoung, dejando que sus fluidos mancharan su mano y centro de su mejor amiga.

Mina no pudo contenerse por más tiempo, dejando escapar un ronco gemido al momento en el que su orgasmo se hizo presente, mojando la mano de Chaeyoung que seguía masturbándola, bajando la velocidad a medida que acababa.

Ambas se miraron con una enorme sonrisa y rieron, aún sintiéndose ebrias, evitando que el ambiente se tornara incómodo. Mina buscó algo con qué limpiarse bajo la vista tímida de Chaeyoung.

— Vaya desastre — rió, notando como la mayor había encontrado unas toallas en el baño de la habitación. La escuchó reír también, dándose cuenta hasta ese momento que la puerta estaba levemente abierta y con las luces aún encendidas en el exterior — Mina.

—Dime — respondió, más interesada en limpiar el cuerpo de su mejor amiga.

— La puerta está abierta — señaló, alcanzando su ropa interior para cubrirse — ¿La dejamos así cuando entramos?

— No recuerdo — frunció el ceño, acercándose a esta para cerrarla con seguro — ¿Crees que ya estén dormidas las demás?

Chaeyoung negó, escuchando a lo lejos las risas de sus amigas.

— Quiero dormir, me duele la cabeza — se recostó sobre la suave cama— Mina, ven a dormir — lloriqueó, cubriendo su cuerpo con las sábanas luego de haberse puesto su ropa interior, sin ánimos de vestirse totalmente.

La mencionada asintió y se recostó a su lado, pegándose a su cuerpo para abrazarla con ternura y dormir de esa manera, temiendo a lo que pudiera sentir al día siguiente.

Sana se apartó de la puerta cuando vio a Chaeyoung y Mina llegar al orgasmo, sintiéndose extrañamente sudorosa y sonrojada. Nunca había visto algo así, y saber que una de sus amigas más cercanas hacía ese tipo de cosas con otra chica causaba que se sintiera mareada, incómoda. Admitió para sí misma que estuvo mal de su parte quedarse hasta el final... ¿Por qué se quedó de todas formas? Tal vez su curiosidad era mucho más grande que su conciencia hablando, martilleando en su cabeza con que eso estaba mal, era anormal, algo que Dios ni la iglesia aprobaría.

Pero, ella se había besado con una chica, lo había hecho y le gustó más de lo que creyó.

Era una pecadora, una terrible pecadora.

— Espiar a los demás está muy mal — apareció, Momo a su lado en las escaleras.

La menor se giró al escuchar la voz de la más alta, asustada por ser descubierta. Momo fijó su mirada en ella, notando de manera disimulada que se había calentado. Sonrió divertida al notarlo asustada, sin saber dar una explicación.

Sana enmudeció, demasiado nerviosa para responder.

— No le diré a nadie, pero tampoco debes decirle a nadie lo que viste, ¿está claro?

— S-Sí — asintió, bajando las escaleras a toda prisa con su estómago revuelto y su cuerpo más que excitado.

Momo negó con la cabeza para sí misma, soltando un suspiro antes de ir en busca de Nayeon que no la había visto desde hace un rato.

Definitivamente había sido una gran noche.

Maratón por San Valentín 2/2 🤍

Continue Reading

You'll Also Like

16.6K 1.7K 4
Donde Tzuyu se suicida, y antes de hacerlo le escribe una carta al amor de su vida, Sana.
819K 87.1K 136
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
6.7K 554 15
púes no me gusta dar muchos spoiler pero, ésta historia será muy diferente a todas las que han visto sin duda alguna
269K 27.7K 50
¿Quién dijo que satanás no podía enamorarse? 𝑱𝒖𝒏𝒈𝒌𝒐𝒐𝒌| Soy el día y la oscuridad, protector y tentador, él que hace latir tú corazón, soy sat...