❝ Forbidden ❞ || Michaeng

By _xYoungOnce

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❝ Aveces las sensaciones prohibidas son las mejores ❞ ⚘ Aclaraciones en el primer capítulo ¡! ⚘ Mención de... More

𓏲 Prólogo
𓏲 Capítulo 1
𓏲 Capítulo 2
𓏲 Capítulo 3
𓏲 Capítulo 4
𓏲 Capítulo 5
𓏲 Capítulo 6
𓏲 Capítulo 7
𓏲 Capítulo 9
𓏲 Capítulo 10
𓏲 Capítulo 11
𓏲 Capítulo 12
𓏲 Capítulo 13
𓏲 Capítulo 14
𓏲 Capítulo 15
𓏲 Capítulo 16
𓏲 Capítulo 17
𓏲 Capítulo 18
𓏲 Capítulo 19
𓏲 Capítulo 20
𓏲 Capítulo 21
𓏲 Capítulo 22
𓏲 Capítulo 23
𓏲 Capítulo 24
𓏲 Capítulo 25
𓏲 Capítulo 26
𓏲 Capítulo 27
𓏲 Capítulo 28
𓏲 Capítulo 29
𓏲 Capítulo 30
𓏲 Capítulo 31
𓏲 Capítulo 32
𓏲 Capítulo Final
𓏲 Extra O1
𓏲 Extra O2
𓏲 Extra O3
𓏲 Extra O4
𓏲 Extra O5

𓏲 Capítulo 8

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By _xYoungOnce

— Sana unnie, no sigas enojada con Mina — Dahyun seguía insistiendo con lo mismo desde hace unos días atrás, pero la otra simplemente se mantenía cruzada de brazos, ignorando las palabras de su amiga — Somos amigas, no debemos discutir así — hizo un puchero.

— Es que ella sigue con eso de seguir siendo amiga de la tal Chaeyoung.

— ¿Cuál es el problema? — frunció el ceño, confundida ante la respuesta.

— Esa chica está perturbando el alma de Mina, ¿qué son esas cosas de teñirse el cabello y ser amiga de homosexuales?

— Lo estuve pensando... — mordió su labio inferior con duda, temiendo a la reacción de la mayor, tampoco quería que dejara de hablarle— ¿Qué tal si conocemos primero a Chaeyoung? — Sana enarcó una ceja y la miró — La estamos juzgando sin conocerla... Y eso también está mal, ¿no lo crees? Debemos conocerla, por algo es la mejor amiga de Mina.

Sana no apartó la mirada, sintiéndose un poco molesta porque su castaña amiga tenía razón, había estado juzgando a Chaeyoung sin siquiera conocerla, y eso la hizo sentir un poco de culpa. Pero pensar en que debía juntarse con alguien así tampoco le agradaba, iba en contra de lo que ella creía.

— Además, Mina ha estado muy desanimada, tiene un golpe muy feo en la mejilla desde hace unos días, ella dice que se cayó, pero no le creo — siguió hablando la menor, captando la atención de la otra.

— No sabía, no la había visto bien — se sintió mal, a lo mejor, su amiga las estaba necesitando y ella seguía con su postura de no hablarle. Exhaló y dejó caer sus brazos, tenía que arreglar las cosas con la nipona.

— Vamos, debemos disculparnos con ella — tomó su muñeca y la jaló por todo el patio en busca de Mina.

Myoui miraba sus dedos sin prestarle mucha atención a sus compañeros alrededor, escuchando sus voces demasiado lejanas, como un susurro para nada importante, estaba tan sumergida en su propio mundo de pensamientos, sola, sintiéndose triste porque había dejado de comunicarse con Chaeyoung y era demasiado cobarde para aparecer en su habitación con ese horrible golpe en su mejilla, habían pasado unos días y aún no se le quitaba, aún se le notaba mucho.

Quería llorar, sus padres le confiscaron el celular y la tenían más vigilada, atentos a que leyera la biblia y reflexionara sobre sus acciones, porque según ellos, ella volvería a ser como antes, y estaba harta de fingir que lo hacía.

— Mina — llamó Dahyun, sonriéndole con dulzura — ¿Ya comiste?

La mayor negó lentamente, prestando atención al par de chicas que se movían nerviosas frente a ella.

Dahyun le dio un codazo disimulado, animándola a hablar.

— Hola, Mina — Sana habló en voz baja, deteniéndose a ver el golpe en su mejilla — ¿Estás bien?

— Estoy bien — respondió, notándose el vacío en esas palabras — ¿Ocurrió algo?

Sana se sentó en la silla de enfrente y se giró para mirar a Mina; era obvio que no estaba bien, pero también sabía que no les iba a contar qué había pasado.

— Yo, eh, lo siento — soltó de repente, logrando que Mina por fin la viera — Sé que actué mal ese día en tu casa, no debí decir eso de tu amiga sin haberla conocido antes, es que es un poco extraño, ¿sabes? Pero trataré de que no pase de nuevo... Lo siento.

— Si, Mina, seamos amigas de nuevo y salgamos por un helado — propuso emocionada la menor, pero Mina sabía que no la iban a dejar ni siquiera sentarse en el jardín delantero de la casa, estaba casi prisionera.

— Yo... No creo que pueda.

— Entonces hagamos algo en tu casa — sugirió Sana — Podemos comprar helado, le decimos a Jeongyeon y pasamos el rato, ¿no te parece una buena idea?

Mina lo pensó por un momento, estaría desafiando de nuevo a su madre, ella le había repetido distintas veces que no llevara de nuevo a sus amigas, pero, ¿qué había de malo con eso? No harían nada indebido, solo pasarían el rato entre ellas.

Asintió ante la idea, sabiendo de antemano que su madre iba a regañarla tan pronto sus amigas se fueran, y a esas alturas, poco le importaba ya ser castigada por algo así.

•••

— ¡Por fin! — exclamó Nayeon al escuchar el timbre sonar en señal de que las clases habían terminado — Vamos, Chaengie, aliméntame en tu casa.

— Claro — sonrió, tomando la mano de la castaña — ¿Irá Momo?

— Si le decimos, seguro que sí — asintió.

Ambas salieron de su salón de clases, esperando a que la japonesa saliera del suyo y se encontraran. Tzuyu las vio, y les regaló una sonrisa amable.

— ¿A dónde vamos? — preguntó con total confianza — sonriéndole al par.

— A casa de Chaengie, ¿vienes?

— Si está de acuerdo, si — puso sus ojos en la rubia, haciéndola sentir levemente nerviosa.

— Sabes que sí, mi casa es la casa de todas prácticamente — rió, viendo a Momo acercarse por el pasillo.

Las cuatro caminaron rumbo a la prestigiosa residencial, quedaba muy cerca de la escuela, por lo cual no era necesario tomar un autobús.

Chaeyoung no dejaba de pensar en qué tan lejos llegaría su relación con Tzuyu, llevaban un par de semanas conociéndose y ya habían tenido sexo, todo había pasado muy rápido, pero de cierta manera, no se sentía extraña, era como si la química entre ambas evitara hacerlas sentir incómodas al respecto.

— ¿Esa no es Mina? — dijo Nayeon al ver a la pelinegra acercarse a la entrada de la residencial junto a otras chicas.

Chaeyoung giró la cabeza rápidamente hacia donde su amiga le indicó, sintiendo una sensación de vacío en su estómago debido al nerviosismo.

Mina se encontró con la mirada de la menor, haciéndola palidecer en ese momento, ¿qué iba a decirle ahora? Estaría muy de acuerdo si Chaeyoung estaba enojada, aunque eso la pusiera triste, lo aceptaría; tenía sus razones, pero no sabía si su mejor amiga estaría dispuesta a escucharla después de tantas veces haciéndole lo mismo.

— Si, es ella — respondió seria.

Quería huir, las ganas de llorar se hicieron presentes, y es que ya estaba cansada de toda esa situación, parecía que Mina siempre hacía lo que quería y le resultaba demasiado fácil solo hacerla a un lado. No apartó la mirada por más que quiso, ignorando los llamados de sus amigas, y cuando Mina estuvo lo suficientemente cerca, la vio, vio ese golpe en su mejilla, causando que todo su orgullo desapareciera en cuestión de segundos para acercarse y tomar su rostro entre sus manos, importándole poco las demás a su alrededor, la preocupación fue más grande que cualquier otra cosa. Las amigas de Mina la miraban sorprendida, preguntándose cómo es que se dejaba tomar así por una chica, mientras que las amigos de Chaeyoung se mantenían expectantes a la situación.

— Minari...— susurró, preocupada, buscando los ojos de su mejor amiga que huían de los suyos, apenada — Minari, ¿qué te pasó? ¿quién te golpeó?

Mina la miró al fin, sus ojos tan apagados y tristes, tanto que Chaeyoung no pudo contenerse, acercándose para abrazarla con cariño, de esa forma en la que le demostraba que todo estaba bien, que no iba a dejarla sola, pero Mina no sentía que la merecía, sentía que Chaeyoung era demasiado para ella. Rodeó con sus brazos el cuerpo de la menor, ignorando por completo los susurros de sus amigas tras ella, sabía que de seguro decían cosas malas, escandalizadas, pero no le importaba.

— ¿Fueron tus padres, cierto? — le dijo al separarse, a lo que Mina asintió con vergüenza— Bien, iré a mi casa y pasaré a la tuya en otro momento.

Mina volvió a asentir sin prestar atención, reaccionando cuando vio a la menor alejándose con sus amigas.

Solo esperaba que su madre no la descubriera.

— Pues no parece ser mala persona — habló Jeongyeon luego de un corto silencio.

— No lo es — negó con la cabeza Dahyun.

Sana seguía sorprendida, ¿por qué no le dijo nada por la forma en la que se le acercó y la abrazó? Una parte de ella le seguía diciendo que eso no estaba bien, pero por otro lado, ver la manera tan cariñosa en la que le habló, tratando de darle apoyo la llevaba a pensar en que realmente la quería y le preocupaba su bienestar, no vio malas intenciones en ella, tampoco la vio coquetearle como pensó que sería por su orientación sexual, ni siquiera se dio cuenta de que ellas estaban ahí, ya que toda su atención estaba en Mina, como si solo ella importara en su mundo, algo que ellas no habían hecho, simplemente se habían limitado a preguntar si estaba bien y se conformaron con la respuesta que les dio.

Eran malas amigas, ahora lo sabía.

— Mamá, vine acompañada — fue lo primero que dijo la japonesa al entrar a su hogar.

La señora Myoui les dio una agradable sonrisa, como si estuviera muy feliz de tenerlas ahí, saludándolas con amabilidad.

Falsa.

Mentirosa.

— Suban a la habitación de Mina, estoy preparando el almuerzo — dijo con suavidad, limpiando sus manos en una toalla de cocina — Hija, ¿puedes venir, por favor?

La mencionada asintió, empujando de manera disimulada a sus amigas escaleras arriba, sabía que la iban a regañar, pero tenía la ventaja de que al estar sus amigas ahí, no sería tan grave, y eso era soportable.

— ¿Qué te dije de traer amigas a casa? — su voz se volvió dura.

— Ellas querían pasar tiempo conmigo — respondió tranquilamente.

— Te dije que no lo volvieras a hacer.

— Son buenas chicas, de verdad, no van a corromperme ni nada por el estilo — dijo de manera sarcástica, rodando los ojos.

— Eso dijiste de Chaeyoung y mírate, te estás convirtiendo en todo lo que Dios odia, solo te falta estar enferma igual que ella y sus gustos por las mujeres — habló con desprecio y de forma despectiva, tomándola con fuerza del brazo hasta el punto de clavar sus uñas en su piel — Yo debo salir, el almuerzo está listo, no quiero darme cuenta de que haces algo incorrecto, ¿entendido? Tu padre no tendrá remordimiento en castigarte si le digo — y la soltó con fuerza, empujándola fuera de la cocina.

Mina sintió sus ojos picar de nuevo, pero apartó cualquier sentimiento de tristeza, al menos podrá pasar la tarde con sus amigas sin que su madre estuviera molestando, y lo más importante: Chaeyoung podrá quedarse sin tener que esconderla.

— Mina es linda — comentó Nayeon al entrar a la casa de la rubia, recibiendo una mirada seria por parte de ésta — Sus amigas también lo son — agregó.

— Debo ir — dijo Chaeyoung, dejando sus cosas tiradas en la habitación.

— ¿Nos piensas dejar aquí? — dijo con tono exagerado, Momo.

— Ay por favor, ustedes aman que les deje la casa sola — rodó los ojos.

— Si pero, Tzuyu está aquí — miró a la menor — Pero no te ofendas, solo que no es muy cómodo, ¿si sabes a lo que me refiero?

— Si, Nayeon, lo sé — rió — Puedo irme si quieren, no es problema — dijo sincera, tomando de nuevo sus cosas.

— No, espera — la detuvo Chaeyoung — Es que no me parece muy bien, tienen razón — dejó lo que estaba haciendo, sentándose en su cama junto a las otras — Mejor voy después, almorcemos primero.

Tzuyu sonrió satisfecha por la decisión de la rubia, pareciéndole demasiado tierno y amable de su parte, aunque quizás debió volver a negarse porque notaba la preocupación en la coreana por su mejor amiga.

Estaba siendo egoísta, pero quería pasar más tiempo con ella.

Una hora y media después, Nayeon y Momo yacían acostadas sobre su cama, tomando su siesta de la tarde luego de comer. A pesar de que no hicieran mucho, le gustaba su compañía, estar sola en esa enorme casa no era tan divertido, al menos al principio si lo fue, después, la sensación de vacío se convirtió en algo muy abrumador para ella.

— ¿En qué piensas? — Tzuyu se sentó a su lado en el escritorio de su habitación, sacándola de sus pensamientos mientras veía con interés la ventana de la casa del otro lado de la calle.

— En nada importante — se limitó a responder, poniéndole total atención a la taiwanesa.

Tzuyu asintió y se acercó a besarla, un beso que se mantuvo dulce y gentil desde el inicio hasta el final. Chaeyoung no podía evitar corresponderle, sus labios eran demasiado adictivos, aunque en esa ocasión, era primera vez que la besaba de esa forma, sin tocarla demás, simplemente besándose con suavidad.

— ¿Sigues muy preocupada? — le preguntó muy cerca de sus labios, viéndola directamente a los ojos.

Chaeyoung sabía a lo que se refería, ¿tan obvia era? Aunque bueno, Tzuyu sabía que era la mejor amiga. No había podido estar tranquila desde hace ratos, preguntándose qué tuvo que haber pasado para que la golpearan; al verla, supo que no había sido a causa de alguna pelea, Mina no era así, pero esperaba cualquier cosa de la horrible familia que tenía, y cuando se lo confirmó, sintió su corazón quebrarse, ella sabía cómo Mina se esforzaba por ser una buena chica. Pensar en que podrían hacerle más daño le daban escalofríos.

Primero los rasguños en su brazo, ahora un golpe en su rostro, ¿qué tan lejos podrían llegar con su propia hija?

— Es mi mejor amiga — respondió en un susurro, cuestionándose sobre sus sentimientos al tener a la castaña tan cerca, hablándole con tranquilidad y amabilidad — Claro que sigo muy preocupada — agachó la mirada, sintiendo los dedos de Tzuyu sobar con delicadeza sus mejillas.

— ¿Estás enamorada de ella? — La pregunta la tomó por sorpresa, haciéndola sentir acorralada.

Tzuyu era maravillosa, con ella podía tener algo real, aunque todavía no había nada claro, nada más allá de lo físico, pero seguía repitiéndose que había una pequeña esperanza en que, con el tiempo, si podría haber algo.

No quería olvidar a Mina, de cierta manera, mantener esa ilusión viva la hacía sentir como si verdaderamente tuviera oportunidad, pero tenía muy presente que solo se hacía daño, mantener esa ilusión no era sano.

Ya no sabía qué más hacer, había pasado mucho tiempo desde que no había estado con una chica hasta que apareció Tzuyu, moviendo su mundo desde que la vio por primera vez, y aunque solo fuera sexo, muchas veces frente a ella se sentía nerviosa, como si todo lo demás dejara de existir.

Todo menos Mina.

Suspiró y negó con la cabeza, pegándose de nuevo a sus labios, dándole inicio a otro beso, convenciéndose que podía ser diferente, siendo igual de lento que el primero, tratando de transmitir algún sentimiento, solo que no estaba segura todavía de cual.

Tzuyu le sonrió al separarse, buscando en su interior una manera de que las cosas entre ambas fuera algo más serio, porque estaba claro, Son Chaeyoung le gustaba.

— Ya se van esas chicas — habló Sana desde el balcón de la habitación de Mina, viendo como las tres iban hablando animadamente; hizo una mueca de disgusto al ver como dos de ellas iban dándose abrazos de vez en cuando, incluso se tomaron de la mano.

— ¿Crees que también sean lesbianas? — preguntó Jeongyeon, parándose a su lado.

— No lo sé, parece que si — respondió sin poder apartar la mirada, pensando en la bonita sonrisa que soltó la más alta de repente hacia la castaña que iba a su lado.

¿La sonrisa de quién?

Apartó ese repentino y horrible pensamiento, alejándose de ahí.

— Así que, ¿vamos a conocer a Chaeyoung? — preguntó Dahyun sentada desde la cama con una sutil sonrisa, moviendo sus pies con ansias.

Mina asintió, dirigiéndose hacia el baño de la habitación con un conjunto de ropa de casa en mano para ponerse cómodo luego de haber almorzado.

— Ahí viene — susurró Jeongyeon al notar como la rubia se acercaba hacia la parte trasera de la casa que daba justo con la ventana de Mina — ¿En serio va a subirse por ahí?

Sana frunció el ceño y se acercó, sorprendida por la facilidad con la que empezó a subir.

Chaeyoung alcanzó la baranda del balcón, sosteniéndose con fuerza para poder llegar. Cuando por fin lo logró, se encontró con dos chicas que la miraban con las cejas alzadas en sorpresa. Las miró apenada y limpió sus manos en su pantalón.

— Uh, hola, soy Chaeyoung — hizo una corta reverencia, entrelazando sus manos en la parte delantera de su cuerpo, nerviosa por esas miradas que no dejaban de analizarla — ¿Está Mina en la habitación? — ambas asintieron, haciéndose un lado para dejarla entrar.

Dahyun se levantó rápidamente de la cama al verla entrar, le sonrió con amabilidad, haciéndole una corta reverencia.

— Hola, soy Dahyun —  sonrió animada.

— Y yo Chaeyoung — le regresó el gesto.

— Lo sabemos — rió, volviéndose a sentar en la cama — Mina está en el baño — señaló el lugar con su pulgar. Estaba nerviosa, un sentimiento de culpa recorrió su cabeza, recordando las cosas que había dicho sobre ella, pero al tenerla en persona, no parecía tan mala; tenía el cabello rubio y muy corto junto con algunas perforaciones en sus orejas, pero se veía amable.

Mina apareció en la habitación, sonriendo automáticamente al encontrarse con la mirada de la menor, algo que todas notaron.

— Sí viniste.

— Te dije que lo haría — rió suave — No podía dejar sola a mis amigas, así que esperé a que se fueran — Mina asintió, susurrando un ''no te preocupes'' apenas audible — ¿Está tu madre en casa? Ya sabes, para ver en donde me escondo si de repente aparece.

Mina negó, sintiéndose un poco apenada por la situación, odiaba que fuera de esa manera justo con ella.

— No te preocupes, ella no está.

— ¿Haces eso? — preguntó Jeongyeon, acercándose a ellas.

— Sip — respondió con naturalidad — Su madre me odia.

— No veo el por qué — susurró con sarcasmo Sana, creyendo que no la escucharían, pero Mina la miró mal, negando con la cabeza.

— No te preocupes, yo entiendo — le dijo Chaeyoung sin afán de ofender, manteniéndose tranquila; de verdad entendía en donde estaba y con quiénes estaba, no podía sentirse ofendida por cada vez que escuchara un comentario al respecto, la vida de Mina era así y siempre estaría rodeada de personas con las mismas creencias — No me molesta realmente — le sonrió.

— Yo... Lo lamento — se disculpó con sinceridad, se dijo a sí misma que trataría de comportarse y de no juzgar, pero le resultaba difícil.

Chaeyoung asintió, tomando asiento en la orilla de la cama para poder verlas a todas.

— Creo que ya todas me conocen.

— Si — rió la más alta — Soy Yoo Jeongyeon, es un gusto conocerte al fin.

— Yo soy Minatozaki Sana, también es un gusto... Aunque no lo parezca — dijo lo último con un poco de vergüenza.

— Un gusto, Sana — le sonrió con calidez, luego miró a la menor de todas — Tú ya me dijiste que eres Dahyun.

— Kim Dahyun — agregó — Me gusta tu cabello — halagó, sorprendiendo a las demás que pusieron sus ojos en ella — ¿Qué? Se ve bien — se encogió de hombros, tímida.

Mina observaba toda la escena con tranquilidad en su pecho, estaba aliviada porque sus amigas no fueron hirientes con ella y sabía del esfuerzo que estaban haciendo por no soltar algún comentario indebido sobre su aspecto y su sexualidad, aliviada con la idea de que podrían llevarse bien entre todas; aunque si la pusieran a decidir, escogería a Chaeyoung mil veces, lo tenía claro, nadie podía herirla, nadie podía verla de menos ni hacerla a un lado.

Porque era su Chaeyoung, y ella haría lo que fuera por su Chaeyoung.

Aunque eso implicara alejarse de sus amigas, no le importaba mucho, no quería seguir con sus erróneas creencias.

Ojalá un día tenga el perdón de Dios, pero si sentir amor por su mejor amiga estaba mal, ya no le importaba en lo absoluto.

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